El diablo quería crear una escuela y le preguntó a las madres sobre los gustos de los niños. Para cada cosa que les gustaba a los niños, el diablo propuso hacer lo contrario: en lugar de estar al aire libre, estar encerrados; en lugar de aprender haciendo, solo aprender ideas; en lugar de moverse, estar quietos; en lugar de razonar, guardar silencio. Así, el diablo creó una escuela que enseñaba a los niños a no pensar por sí mismos y a obedecer pasivamente.