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ma
cro.
Iñaki Ortega es director de Deusto Business School y profesor de la
Universidad Internacional de la Rioja (UNIR)
Empresas
mutantes
Tribuna
libre.
Por
Iñaki
Ortega
mercados, los tipos de interés, la productividad y
hasta la fiscalidad han cambiado radicalmente. La
mortalidad de las empresas se ha disparado y ya no
hay barrera que pueda parar la disrupción de los
nuevos entrantes. La epigenética empresarial nos
lleva a pensar que las deprimentes tasas de creci-
miento, empleo y consumo acabarán impactando en
el ADN de las compañías para hacerlas frágiles y
moribundas. Por desgracia, esto no está tan lejos de
la realidad que viven las pymes del sector turismo
y hostelería en países como España.
Pero en biología la epigenética puede tener tam-
bién consecuencias positivas sobre la salud del
expuesto y en la de sus descendientes. Esta es la
idea que sostiene Jörg Blech, bioquímico, autor del
libro El destino no está escrito en los genes, al
afirmar que “cuando damos un paseo o salimos a
caminar, no solo quemamos calorías, también
modificamos la actividad de los genes en el hipotá-
lamo y desactivamos el efecto de aquel que nos
abre el apetito”. En 2005, el escritor americano Dan
Buettner publicó en National Geographic un repor-
taje titulado “Los secretos de una vida larga”. Con
rapidez, el número se convirtió en uno de los más
vendidos de la historia de la revista. Identificó las
llamadas “zonas azules” para referirse a aquellas
donde son más longevas las personas. En esos
lugares, llegan a los 100 años a un ritmo 10 veces
mayor que, por ejemplo, Estados Unidos. Y lo
consiguen gracias a modificar su genética con
hábitos saludables como hacer ejercicio, huir del
estrés, cuidar la alimentación o tener un propósito
de vida diario.
En la actividad económica también puede aprove-
charse el entorno para bien. Jamás hemos vivido un
momento en el que la tecnología fuera tan accesible
y potente. Nunca hasta hoy la transformación
digital había estado en todas las agendas públicas.
Por primera vez, la desintermediación y la compe-
tencia perfecta son sueños a nuestro alcance. Del
auge de las criptomonedas y el nuevo activismo
digital de los foreros de GameStop en la bolsa
puede aparecer una epigenética buena para las
empresas. La clave, siguiendo al profesor Zabala, es
la innovación, pero
entendida como un
proceso de búsqueda
sistémica y sistemática.
Sistémica, porque las
empresas tienen que
analizar no solo su
sector, sino otros que
guardan cierta distan-
cia con el suyo, pero
que debido al uso de la
tecnología pueden
suponer una amenaza
en un futuro próximo. Y
sistemática, porque ha
de ser continua, apoya-
da en herramientas
como la prospectiva
tecnológica, el emprendimiento corporativo o el
benchmarking de patentes que ayudan a identificar
hacia dónde se están moviendo los mercados.
Empresas que mutarán con la innovación pero que
lo harán para bien.
desarrollan por el efecto de una mala alimentación,
el sedentarismo o la contaminación. La epigenética
afirma que el nuevo fenotipo resultante de esos
influjos externos no solo puede provocar la muerte,
sino también la de sus hijos, ya que es hereditario.
Si eso pasa en el ser
humano, ¿qué puede
suceder en una obra del
hombre cómo son las
empresas? Por ello se
habla también de
empresas mutantes, de
compañías que cambian
su legado y su objetivo
social fruto del ambien-
te en el que se desen-
vuelven. El investigador
de Deusto Business
School Jon Mikel
Zabala explica estas
dinámicas del siguiente
modo: “Cuando las
empresas están someti-
das a entornos en los que los cambios ocurren con
una frecuencia e intensidad cada vez mayor, su ADN
tiene que mutar de una manera mucho más rápida
para poder adaptarse”. Ahora pensemos en la
coyuntura que nos ha tocado vivir, con todas las
certezas de antaño saltando por los aires. Los
estándares de la deuda, las exportaciones, los
Ni el des-
tino de las
personas
ni el de las
compañías
está escri-
to en los
genes
La epigenética explica cómo afecta a los genes el
ambiente que nos rodea hasta conseguir que mu-
ten. El término se atribuye a Conrad Waddington
que en 1942 lo acuñó para analizar las interacciones
causales entre los genes y su entorno dando lugar al
fenotipo. Es decir, que un fenotipo son los genes
típicos de un determinado ambiente. Los rasgos fe-
notípicos no solo son físicos (como grupo sanguí-
neo, estatura o pigmentación), sino también con-
ductuales. Popularmente se asocia fenotipo con ra-
za o rasgos de los habitantes de un continente, pero
la epigenética implica mucho más, ya que se ocupa
de las modificaciones químicas que sufre el ADN
inducidas por mecanismos asociados a los hábitos
de vida, tales como el ejercicio físico, la nutrición, el
estrés o los fármacos. Por lo tanto, nuestro destino
no solo depende del código genético con el que na-
cemos, sino que este puede modificarse por el en-
torno. De hecho, muchas enfermedades graves se
Las deprimentes tasas de crecimiento, empleo y consumo
del sector turístico acabarán impactando en el ADN de las
compañías para hacerlas frágiles y moribundas.