1. P A
P E L
EL MUNDO. DOMINGO 12 DE ABRIL DE 2020
71.
una pandemia que ha
devastado a nuestros
mayores pero no sabemos
aún cómo afectará a los
más jóvenes, examinados
hasta la saciedad como
consumidores y usuarios
de las nuevas tecnologías
pero muy poco como ciuda-
danos de una sociedad que
insiste en vapulearles.
Advertía el experto en
comunicación Antoni
Gutiérrez-Rubí que los zeta
son «hijos de un mundo en
conflicto», tan castigados
por la herencia recibida
que no sienten ninguna
deuda con el pasado, la
«generación esquiva»,
dicen, la más contradictoria
y la más difícil de seducir
porque necesita ver para
creer en un entorno cada
vez más incierto.
La incógnita es qué están
viendo ahora los jóvenes
desde el balcón de sus
padres, cuando las calles
están vacías y el futuro es
un gigantesco interrogante.
Iñaki Ortega, doctor en
Economía y director de la
Deusto Business School,
escribió un manual llamado
Todo lo que necesitas
saber sobre los jóvenes que
han dejado viejos a los
millennials en el que habla
de las cuatro íes que
definen a la generación
zeta: internet, irreverencia,
inmediatez y, sobre todo,
incertidumbre. «Son
nativos de la incertidum-
bre», subraya ahora. «Pero
eso no significa que sean
una juventud machacada o
traumatizada».
Mientras los millennials,
los nacidos a partir de los
80, se quedaron colgados
de la brocha y el andamio y
digirieron la crisis
económica en la cola del
paro, frustrados con un
proyecto de vida que no era
el que les prometieron, los
zeta han crecido con la
seguridad de que todo es
inseguro. «No creo que la
crisis del coronavirus sea
para ellos como la Guerra
Civil para nuestros abuelos
o nuestro 11-S, porque ni
ellos, ni tampoco nosotros,
somos del todo conscientes
de lo que está pasando»,
sostiene Ortega. «Si esto es
su guerra, lo sabrán dentro
de varios meses porque
ahora están anestesiados
por Netflix y el ADSL».
Los millennials crecieron
sobreprotegidos bajo el
mantra de que todo era
peligroso ahí fuera, una
jungla de droga, sida y
violencia. Sus padres
apagaron la tele, desenchu-
faron el ordenador y
cerraron las ventanas para
aislarles de las atrocidades
de la calle. Los padres de la
generación Z, sin embargo,
han asumido que eso ya es
imposible porque sus hijos
llevan la ventana en el
bolsillo, la realidad en
tecnología 5G. Sus hijos
son más independientes,
tienen más poder y están
cambiando la sociedad sin
el salvavidas de las genera-
ciones pasadas. «Los zeta
no echan de menos las
certezas porque nunca las
han tenido», dice Ortega.
Rafa, decíamos antes,
tiene hoy 24 años y es CEO
de una agencia que se
llama Mazinn (con zeta),
una startup que ayuda a las
marcas a conectar con sus
clientes más jóvenes. «Te
ayudamos a comprender
los comportamientos y
tendencias del zeta»,
promete su reclamo.
Nadie mejor que él para
descifrar cómo se van a
comportar los jóvenes
después de la crisis del
coronavirus. «Mi sensación
es que nosotros somos más
conscientes del impacto
global de esta crisis y creo
que esto nos va a hacer
mucho más conscientes de
nuestra responsabilidad
individual», asegura.
«Nosotros hemos vivido en
este caos constante y eso
nos ha hecho crecer con
cierta contradicción: somos
más comprometidos pero a
la vez más desconfiados. Si
planeando unos días de
vacaciones en Pamplona.
Todo se fue al garete. Su
cumpleaños lo celebró con
chucherías y un bote de
aceitunas y con un cartel
que colgaron sus abuelos
en la ventana de enfrente.
Los vecinos le cantaron a
coro desde los balcones.
«Mi madre lo grabó con el
móvil pero, como no se
aclara, lo hizo a cámara
rápida y ahora parece que
me cantan con voz de
ardilla», bromea.
Ella no es una
adolescente normal porque
le interesa más la
información política que los
bailes de Tik Tok y le
gustan más las investiduras
que los influencers. «Yo que
creía que con la repetición
electoral estaba viviendo
algo histórico y ahora me
encuentro con esto», dice.
–¿Qué es lo que más
echas de menos?
–La normalidad. Volver
a hacer lo que hacía cada
día, ir a clase, ver a mis
profesoras, a mis abuelos…
De momento voy dejando
pasar los días y espero que
un día, sin darme cuenta,
todo sea como antes.
–¿Te da miedo que
cambie tu vida en el futuro?
–Yo tengo la esperanza
de que cambien los
protocolos sanitarios en el
mundo, pero no nuestra
vida cotidiana.
–¿Has tenido la
sensación de vivir siempre
rodeada del desastre?
–Sí, pero nada como esto.
Antes al menos siempre
había un espacio mínimo
de normalidad que ahora
no existe. Mi padre siempre
me dice que desde que yo
nací no han parado de
pasar cosas, que lo he visto
ya todo, incluso a España
ganar un Mundial.
Pese a la imagen
superficial que podemos
tener de nuestros
adolescentes como niñatos
inmaduros enganchados a
una pantalla, todos los
estudios sociológicos
advierten que los jóvenes
de la generación zeta son
más emprendedores, más
comprometidos y más
inconformistas que sus
mayores. Un estudio
realizado estos días en
EEUU y Reino Unido
aseguraba que eran los
menores de 25 años los
más preocupados por la
crisis del coronavirus y los
que más habían cambiado
sus hábitos, también los
que más información al
respecto estaban
consumiendo, veraz pero
también falsa.
«Su mundo va a cambiar
mucho más de lo que
creemos», sostiene frente a
los tópicos Pepe Cerezo,
director de Evoca y experto
en estrategia digital.
«Nadie se está dirigiendo a
ellos y son ellos los que, por
primera vez, se están
construyendo referentes de
información que no tenían.
Hay chavales realmente
aterrorizados porque no
sabían informarse, no
diferenciaban una
información del New York
Times de lo que le envía su
vecino del quinto y están
aprendiendo ahora a
diferenciar porque no
pueden escapar de la
actualidad. Está en todas
partes, a todas horas».
Pronostica Cerezo que
tendrán mucho trabajo los
psicólogos «post covid» y
alerta de los riesgos a los
que se enfrenta la
generación zeta ahora que
ha estallado la burbuja en
la que se refugiaban. «Ha
habido un cambio muy
bestia en su vida que a los
mayores nos cuesta ver.
La tecnología a la que
estaban acostumbrados ha
entrado en una dimensión
desconocida. Muchos de
ellos no sabían ni mandar
un correo electrónico y lo
están haciendo ahora para
comunicarse con sus
profesores. Estaban muy
preparados para subir fotos
a Instagram, pero no para
esta nueva relación con el
entorno. De repente se
encuentran interactuando
con términos novedosos
como solidaridad,
responsabilidad,
comunidad, vecinos...
Salir a aplaudir cada tarde
al balcón, por ejemplo, les
hace formar parte de una
comunidad fuera del
entorno digital, que es algo
muy novedoso para ellos,
porque hasta ahora toda su
conexión era a través del
teléfono móvil».
–¿Y cómo saldrá
generación zeta de esta
crisis?
–Saldrán más maduros,
seguro. Hasta ahora
habían recibido muchos
impactos puntuales
repartidos en el tiempo,
pero este es un impacto
global que viven 24 horas
al día. No se habla de otra
cosa. La sensación general
es la de que el mundo que
dejamos y al que
saldremos son diferentes y
eso es un shock tremendo
para ellos en una época
crucial en la percepción de
la realidad. Les ha
cambiado el mundo. Esta
vez de verdad.
ya desconfiábamos de las
marcas y de las
instituciones antes,
imagínate ahora... Cada
uno de nosotros aceptará la
nueva realidad y aportará
su granito de arena. Creo
que ahí estará la gran
revolución del futuro».
Hace un mes, Rafa
trabajaba de nueve de la
mañana a siete de la tarde
en las oficinas de su
agencia, en el centro de
Madrid. Hace semanas que
mandó a sus socios y
empleados a casa y se
encerró en su habitación.
«Creo que los de mi gene-
ración estamos preparados
para estar en casa, muchos
ya conocíamos el
teletrabajo y volcarnos en
el ocio digital nos ha
costado muy poco. Ahora
veo a gente más mayor
adaptarse a lo que nosotros
hemos hecho siempre,
porque nacimos así».
La edad media a la que
los niños reclaman su
primer teléfono móvil en
España son los 9 años.
El 94% de los menores de
16 usa WhatsApp a diario y
más de la mitad navega en
las redes sociales. Los zeta,
según un informe de la
Universidad de Deusto y la
consultora Atrevia, reciben
más de 3.000 mensajes de
texto al mes y pasan en
torno a siete u ocho horas
al día conectados a
internet. Su capacidad de
atención en torno a un
mismo mensaje no dura
más de ocho segundos.
«Ellos son lo que menos
han notado este cambio
brusco en la rutina porque
están muy acostumbrados
a hibridar el mundo online
y el offline, para ellos no
son campos separados»,
explica Iñaki Ortega. «Para
nosotros todo esto es casi
nuevo pero para ellos no lo
es, porque ya pasaban gran
parte de su vida así, incluso
cuando estaban en la calle
estaban en internet. De
hecho, el confinamiento no
ha frenado su socialización,
sino que la ha acelerado».
Lucía cumplió 17 años el
martes. Hace un mes
estaba rodeada de miles de
personas en el centro de
Valencia siguiendo las
primeras mascletàs de
unas Fallas que no llegaron
a celebrarse, tenía
pendientes los últimos
exámenes de Primero de
Bachillerato y estaba
Rafa tenía 5 años
cuando dos aviones se
estamparon contra las To-
rres Gemelas de Nueva
York, 9 años cuando fue-
ron asesinadas casi 200
personas un 11 de marzo
muy cerca de su casa en
Madrid, 12 cuando quebró
Lehman Brothers y la eco-
nomía mundial se fue al
garete, 15 años en el 15-M,
16 cuando se publicaron
los primeros informes que
asociaban el cambio climá-
tico a la muerte de cinco
millones de personas cada
año, 17 cuando España al-
canzó la cifra récord de pa-
rados, no llegaba a los 20
cuando el ISIS empezó a
sembrar el terror por todo
el mundo en prime time,
cumplió 21 cuando Donald
Trump llegó a la Casa
Blanca y tiene 24 justo aho-
ra que puede ver desde el
balcón de la casa de sus pa-
dres la peor crisis que ha
sacudido al planeta desde
la II Guerra Mundial.
Rafa es de los más
veteranos de la llamada
generación zeta, la de
aquellos nacidos entre
1994 y 2010, la generación
que ha dejado atrás a los
millennials, la que nació
con una aplicación bajo el
brazo y se asomó a la red
desde el minuto uno, la que
ha crecido amenazada por
el caos global.
Según los datos del INE,
los zeta son unos ocho
millones en España, cerca
del 30% en todo el planeta.
El mundo (o lo que quede
de él) es suyo y, sin
embargo, casi nadie se ha
acordado de ellos durante
Losadolescentesdelapandemia.
Nacieronconel‘shock’del11de
septiembreylaamenazaterrorista,
crecieronamenazadosporla
recesióneconómicay
observanahoradesdela
ventanalamayorcrisis
globaldesdelaIIGuerra
Mundial.“La‘generación
zeta’noechademenoslas
certezasporquenuncalas
hatenido”,dicenlosexpertos
paradescifraraunajuventud
queporprimeravezsufrede
formadirectalasconsecuencias
deunatragediaquenocabeenla
pantalladesuteléfonomóvil
GENE-
RACIÓN
CAOS
RODRIGO
TERRASA
ILUSTRACIÓNDE
DAVIDSÁNCHEZ