La crisis económica comenzó en Estados Unidos y se expandió a nivel mundial. Afectó negativamente a los países europeos como España, donde aumentó el desempleo, la inflación y disminuyó el crecimiento del PIB. La crisis se originó por la burbuja inmobiliaria en España y Estados Unidos, el ajuste en la construcción, la restricción del crédito y el aumento de los precios de la energía y las materias primas.