“Empresas que se hunden, militares derrotados, papas que renuncian y gobiernos impotentes: Como el poder ya no es lo que era que …. las innovaciones disruptivas no han llegado aún a la política, el gobierno y la participación ciudadana. Pero llegarán
3. Aumentar la participación política
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AUMENTAR LA PARTICIPACIÓN POLITICA
Es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Quién tiene tiempo? ¿Y la paciencia de asistir a todas las reuniones y
actividades de grupo que implica la participación en cualquier empeño colectivo y, especialmente, la
militancia en un partido político?
Estos y otros buenos motivos explican por qué la mayoría de la gente se dedica tan poco a los partidos
políticos o las causas sociales, más allá de aportar una donación ocasional o asistir a una concentración
muy de vez en cuando. En circunstancias normales, la participación política y el activismo social son cosa
de minorías.
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4. Aumentar la participación política
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Sin embargo, en años recientes, nos hemos visto sorprendidos por repentinos arrebatos de interés por los
asuntos públicos, la movilización de grandes masas de ciudadanos habitualmente indiferentes, incluso
apáticos, y la implicación de decenas de miles de personas en actividades políticas bastante más exigentes
(y, en algunos países, más peligrosas)
que simplemente ir al mitin de un partido.
En Estados Unidos, por ejemplo, Barack Obama y su campaña presidencial lograron entusiasmar en 2008 a
numerosos novatos en política y jóvenes que normalmente no habrían mostrado interés ni se habrían
entregado a las actividades electorales de ninguno de los dos partidos. Además del origen y la raza del
candidato, en la campaña de 2008 hubo innovaciones en el uso de las redes sociales para dirigir la
propaganda política a votantes específicos, el uso y la captación de voluntarios, y nuevas estrategias para
recaudar fondos.
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5. Aumentar la participación política
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Los novatos de la campaña de Obama no fueron la
única sorpresa que deparó el repentino
aumento del activismo político en grupos
normalmente apáticos. Impulsados, o más bien
enfurecidos, por la crisis financiera y la percepción
de injusticia en el reparto de las cargas de esa
crisis, el movimiento Occupy Wall Street y sus
miles de equivalentes en ciudades de todo el
mundo sorprendieron a los gobiernos y a los
partidos políticos, que se apresuraron a tratar de
comprender su carácter y su forma de funcionar
mientras buscaban maneras de aprovechar la
energía
política
de
estos
movimientos
espontáneos
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6. Aumentar la participación política
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Lo mismo ocurrió con los estallidos de protestas de los ciudadanos en Brasil, Turquía, Chile, Colombia y
México en 2013.
La manifestación más sorprendente y trascendental de esta tendencia general al activismo comenzó con
una revuelta en una pequeña ciudad de Túnez en diciembre de 2010. Llevó a la caída del gobierno de
dicho país y, en última instancia, a una oleada contagiosa de protestas y manifestaciones en todo
Oriente Próximo que se convirtió en la Primavera Árabe. Millones de ciudadanos antes pasivos -y
oprimidos- se transformaron en actores políticos dispuestos a hacer supremos sacrificios, arriesgando
sus vidas e incluso poniendo en peligro a sus familias. A diferencia de los movimientos «Occupy», que
hasta ahora han sido incapaces de convertir la energía política en poder político, en la Primavera Árabe
el despertar político sí provocó importantes cambios de poder.
En circunstancias normales, la participación política es cosa de pequeños grupos de activistas
comprometidos, pero en otras situaciones, como las revoluciones, toda la sociedad se vuelca con fervor
en el activismo político. Las revoluciones, sin embargo, son demasiado costosas y su resultado,
demasiado incierto. Nada garantiza un desenlace positivo.
Por consiguiente, hay que intentar evitar revoluciones costosas y de resultados impredecibles y, al
mismo tiempo, despertar y encauzar la energía política latente en todas las sociedades para lograr los
cambios necesarios.
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7. Aumentar la participación política
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La mejor forma de hacerlo es, por supuesto, con una democracia que funcione y con partidos políticos
capaces de atraer y retener a los militantes idealistas y comprometidos que ahora canalizan sus ganas de
cambiar el mundo a través de ONG con objetivos loables pero muy específicos.
Replantear los partidos, modernizar sus métodos de captación y transformar su organización y sus
actividades puede reforzar su atractivo y hacer que sean más dignos de las sociedades que desean
gobernar. En el mejor de los casos, podrían incluso convertirse en laboratorios más eficaces de la
innovación política.
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8. Aumentar la participación política
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Solo cuando restablezcamos la confianza en nuestro sistema político y, por tanto, demos a nuestros
dirigentes la capacidad de contener la degradación del poder y les permitamos tomar decisiones difíciles y
evitar la paralización, podremos abordar los retos más acuciantes. Y para eso necesitamos partidos
políticos más fuertes, más modernos y más democráticos, que estimulen y faciliten la participación.
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9. La oleada de innovaciones políticas que se avecina
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LA OLEADA DE INNOVACIONES POLÍTICAS QUE SE AVECINA
Restablecer la confianza, reinventar los partidos, encontrar
nuevas vías para que los ciudadanos corrientes puedan
participar de verdad en el proceso político, crear nuevos
mecanismos de gobernanza real, limitar las peores
consecuencias de los controles y contrapesos y, al mismo
tiempo, evitar la concentración excesiva del poder y aumentar
la capacidad de los países de abordar conjuntamente los
problemas globales, deberían ser los objetivos políticos
fundamentales de nuestra época.
Sin estas transformaciones, el progreso sostenido en la lucha
contra las amenazas nacionales e internacionales que
conspiran contra nuestra seguridad y nuestra prosperidad
será imposible.
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10. La oleada de innovaciones políticas que se avecina
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En esta época de constante innovación, en la que casi nada de lo que hacemos o experimentamos en
nuestra vida cotidiana ha quedado intocado por las nuevas tecnologías, existe un ámbito crucial en el
que, sorprendentemente, muy poco ha cambiado: la manera en que nos gobernamos. O nuestras
formas de intervenir como individuos en el proceso político. Algunas ideologías han perdido apoyos y
otras lo han ganado, los partidos han tenido su auge y su caída, y algunas prácticas de gobierno han
mejorado gracias a reformas económicas y políticas, y también gracias a la tecnología de la
información. Hoy, las campañas electorales se apoyan en métodos de persuasión más sofisticados, y, por
supuesto, más gente que nunca vive gobernada por un líder al que ha elegido, y no por un dictador.
Pero estos cambios, aunque bienvenidos, no son nada en comparación con las extraordinarias
transformaciones en las comunicación .
– En resumen, las innovaciones disruptivas no han llegado aún a la política, el
gobierno y la participación ciudadana.
– Pero llegarán.
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11. La oleada de innovaciones políticas que se avecina
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Se avecina una revolucionaria oleada de
innovaciones
políticas
e institucionales
positivas. Como ha demostrado este libro, el
poder está cambiando tanto, y en tantos
ámbitos, que sería sorprendente que no
aparezcan nuevas formas de usar el poder para
responder mejor a las necesidades y exigencias
de la gente.
Por todo esto no es descabellado pronosticar
que veremos transformaciones inevitables en la
forma en que la humanidad se organiza para
sobrevivir y progresar.
No sería la primera vez que esto sucede. En
otras épocas también hubo estallidos de
innovaciones radicales y positivas en el arle de
gobernar.
La democracia griega y el alud de
cambios políticos desencadenado por la
Revolución francesa no son más que dos de los
ejemplos más conocidos. Y ya va siendo hora de
que haya otro .
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12. La oleada de innovaciones políticas que se avecina
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Como afirmaba el historiador Henry Steele
Commager a propósito del siglo XVIII:
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Inventamos prácticamente todas las instituciones
políticas importantes que poseemos, y no hemos
inventado ninguna más desde entonces. Inventamos
el partido político, la democracia y el gobierno
representativo. Inventamos el primer sistema judicial
independiente de la historia ... Inventamos el
procedimiento de revisión judicial. Inventamos la
superioridad del poder civil sobre el militar.
Inventamos la libertad religiosa, la libertad de
expresión,
la
declaración
de
derechos
constitucionales. Podríamos seguir y seguir... Todo un
legado. ¿Pero qué hemos inventado después que
tenga una importancia comparable?
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13. La oleada de innovaciones políticas que se avecina
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Después de la Segunda Guerra Mundial , vivimos una oleada de innovaciones políticas para evitar otro
conflicto de esa magnitud. El resultado fue la creación de Naciones Unidas y toda una serie de organismos
especializados, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que cambiaron el mapa
institucional del mundo.
Ahora está fraguándose una nueva oleada de innovaciones , incluso de mayor envergadura, que promete
cambiar el mundo tanto como las revoluciones tecnológicas de los últimos dos decenios . No empezará
desde arriba, no será ordenada ni rápida, resultado de cumbres o reuniones ,sino caótica, dispersa e
irregular. Pero es inevitable .
Empujada por los cambios en la manera de adquirir, usar y retener el poder, la humanidad debe encontrar,
y encontrará, nuevas fórmulas para gobernarse.
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14. La oleada de innovaciones políticas que se avecina
Este texto es la transcripción de los capítulos, del libro “El final del Poder”: Aumentar la participación política” y
“La oleada de innovaciones políticas que se avecina”, de Moisés Anain, impreso en Editorial Debate
Pontevedra, 8 de Diciembre de 2013
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