La floculación trata de unir flóculos ya formados para aumentar su volumen y peso y permitir que decanten. Esto se logra mediante la captación mecánica de partículas neutralizadas, dando lugar a un entramado sólido más voluminoso. Los floculantes pueden ser minerales como la sílice activada o orgánicos como macromoléculas de alta masa molecular, y se usan para limpiar aguas como piscinas y residuales y hacerlas aptas para el consumo humano.