1. Se suele colocar punto y coma, en vez de coma, delante de conjunciones o locuciones conjuntivas como
aunque
con todo
en fin
mas,
no obstante
pero
por consiguiente
por tanto
sin embargo
cuando los períodos tienen cierta longitud y encabezan la proposición a que afectan.
«Si los bloques relacionados mediante estos enlaces forman parte de la misma oración compuesta escrita entre
puntos, se suelen separar con punto y coma colocado delante del enlace, al que seguirá una coma.» [RAE:
Ortografía, 1999, § 5.2.8]
La pregunta no era muy difícil, yo me había preparado muy bien, conocía el tema; pero estaba muy nervioso y me
confundí.
Los jugadores se entrenaron intensamente durante todo el mes; sin embargo, los resultados no fueron los que el
entrenador esperaba.
Las últimas pruebas que han llegado de la imprenta parecen muy limpias; por tanto, creo que no tardaré mucho en
revisarlas y devolverlas.
Las conjunciones adversativas pero, mas, aunque, sino se suelen separar con punto y coma colocado delante del
enlace, al que no seguirá una coma.
Cogieron muchas cerezas, aunque todas picadas de los pájaros.
Si los períodos tienen una longitud considerable, es mejor separarlos con punto y seguido.
Para separar oraciones yuxtapuestas que ya llevan comas:
El niño, sin gran talento para las matemáticas, había suspendido varias veces; ahora era la última oportunidad de
pasar el examen y no repetir curso.
A las cinco de la madrugada aún había luz en su habitación; seguramente, se había quedado dormido leyendo.
«En muchos de estos casos, se podría optar por separar los períodos con punto y seguido. La elección del punto y
seguido o del punto y coma depende de la vinculación semántica que exista entre las oraciones o proposiciones. Si
el vínculo es débil, se prefiere usar un punto y seguido; mientras que, si es más sólido, es conveniente optar por el
punto y coma.
También sería posible separar los mencionados períodos con dos puntos, puesto que casi siempre subyacen las
relaciones de causa-efecto, conclusión o resumen de la proposición anterior, verificación o explicación de la
proposición anterior.» [RAE: Ortografía, 1999, § 5.4.2]
Se pueden separar por punto y coma dos oraciones independientes que tienen sentidos estrechamente
relacionados – la segunda suele ser una ampliación de lo expresado en la primera. En estos casos las oraciones
también pueden ir separadas por coma:
Está lloviendo con toda; lleva trazas de no parar tan pronto.
Se pone punto y coma delante de la conjunción que une dos oraciones, si la segunda supone un cambio de sentido
respecto de la primera o cuando a una oración sigue otra precedida de conjunción, que no tiene perfecto enlace con
la anterior:
Miró por la ventana cómo caía la lluvia, le entró una sensación de melancolía; su amiga había quedado en llamarle
para ir al cine.
2. Todos hemos sido niños alguna vez, mi niñez se puede resumir con la palabra Tristeza.
Yo fui una niña a la que le encantaba aprender constantemente, de las que odiaban cuando les decían: “cuando seas
mayor lo entenderás”. Nunca he sido demasiado curiosa, pero me gustaba mucho estudiar, a veces mi madre me
reñía para que saliese a la calle a jugar, luego me tenía que reñir para que entrase… cosas que pasan.
Mi familia es de clase media, más bien tirando a “vamos tirando”, que a bien, vamos, que si el pan de cada día no
nos lo curramos nosotros no baja nadie a dárnoslo. Mi padre siempre ha sido un currante nato, práctico, y mi
madre una soñadora, sensible y sentimental, tal vez la mezcla de ambos que llevo dentro es la que hace mi carácter
tan contradictorio, es una constante lucha entre la mente y el corazón, aunque reconozco que el corazón, por ahora,
siempre ha ganado. Digo por ahora porque en ello estoy, en cultivar mi mente y no dejar que ciertas otras mentes
se aprovechen de este humilde corazón.
Así como el agua y el aceite son imposibles de mezclar, mi padre y mi madre no lograban combinar sus esencias
para lograr la fórmula de la felicidad. Ver peleas y desavenencias entre ellos, ver entrar el veneno de la bebida en
casa que hacía más fuerte las disputas y el malhumor… todo ello dio lugar a crear una infancia triste y necesitada
de cariño y afecto. Cierto es que, como premio a mis buenos estudios, nunca me faltó un buen regalo, pero siempre
me faltó un beso, un abrazo, y unas palabras de aliento, que, por más que tratase de ganármelas nunca llegaban…
Por esto es por lo que ahora descubro que vivo en una constante lucha por lograr una valoración y reconocimiento,
y no hablo de dinero, sino de palabras y gestos sinceros, aunque no es nada fácil encontrar personas tan sinceras
como uno desearía… pero eso ya lo contaré en otro post.
En resumen… ¿qué aprendí de mi niñez?, que debería haberme preocupado por jugar más y divertirme, y no por
tratar de agradar tanto a mis padres para lograr un cariño que no llegaba, que debí haberme preocupado menos
por problemas ajenos a mi edad y vivir mi niñez como merecía, porque ahora ya está perdida, aunque yo procuro
no dejar de ser una niña en mi interior, y la fantasía siempre vive en mi.
Yo aprendí que cuando tenga un hijo, trataré de darle todo el cariño y el apoyo que pueda dar, que no le faltará su
beso de buenas noches ni ningún beso que quiera darme será rechazado jamás. Que, en los principios que quisiera
enseñarle, no faltaría que el amor es el mayor arma capaz de desarmar a un hombre, procuraré que no le falte su
etapa de juegos, de risas, de diversión. Procuraré no exigirle demasiado en los estudios, evitando así que se exija
luego demasiado a sí mismo. Trataré de escucharle y apoyarle en sus decisiones y darme cuenta que a partir del
momento en que nazca, mi vida ya no sólo me pertenece a mi, también tendré que compartirla con él y darle lo
mejor de mi, respetando su libertad de decisión y su concepto de la vida. Al menos… lo intentaré…