1. Tu primera clase de equitación
Ésta va a ser tu primera clase de equitación. Quizá ya te habías montado antes
en un caballo, cuando eras más pequeño; seguramente a paso y con un mozo
llevándote del ramal. Pero es la hora de la verdad; el momento de aprender los
secretos de la monta a caballo.
Es tu primera sesión, así que por ahora no toca enjaezar al caballo, y ya te lo
dan preparado. Ya en el picadero cubierto, con una breve explicación sobre
cómo subir al caballo, estás arriba. Es una sensación estupenda ¿verdad?
Toca nivelar los estribos. Aunque se haga pie a tierra, pueden no quedarte bien,
lo cual corrige el profesor desde abajo. Esto sucede porque, al usar un caballo
de escuela, este ha sido montado por más gente todos los días, que han
necesitado nivelar los estribos también. Si contaras con un caballo en propiedad,
solo habría que hacer esto la primera vez que montas en la silla.
¿A qué me refiero con nivelar los estribos? Muy sencillo. Los estribos están
sujetos a unas tiras, que pueden estar hechas de muchos materiales, llamadas
acciones. Éstas pueden ser ajustadas para regular su longitud, ya que cuentan
con una hebilla, y un gran número de agujeros. Dependiendo del tamaño del
jinete, y de su pierna, necesitará un largo distinto. Como media, estarían bien si
la base del estribo va a la par con tu tobillo.
Con todo perfectamente revisado y preparado, es hora de partir al paso. Esto va
a cumplir una doble función, ya que los caballos deberían comenzar y finalizar la
sesión a paso; para ir calentando y luego para destensar. Y digo doble función,
porque tú, jinete inexperto, solo puedes ir al paso. Por eso mientras los músculos
del caballo se preparan para el trabajo, tú estás aprendiendo a asentar tu
equilibrio encima del caballo, y avanzar bien al paso. Ya se acelerará más tarde
¿acaso hay tanta prisa?
2. Durante veinte minutos te mantienes a ese paso calmado, ya intentando
alargarlo bajo las órdenes del instructor. Por suerte, te ha tocado un caballo poco
sensible a las ayudas, por lo que no es sencillo que suba de paso a trote.
Además, es el momento en el que el profesor te da todas las instrucciones
pertinentes sobre la posición encima de la montura, la absorción de los
movimientos del caballo, y los fallos que cometes. Con esto se busca asentar
unas buenas bases.
Luego de esos veinte minutos, toca avanzar un poco. Todavía es pronto para
controlar bien los cambios de aires, y además en un caballo poco sensible, por
lo que es el profesor quien provoca la transición a trote. El trote es el aire más
difícil de absorber con los isquiones. Cuando estás encima, percibes un
movimiento a dos tiempos. Por ello, mientras no cojas práctica, irás botando
sobre el dorso del caballo. Tienes que procurar bajar bien los talones, para que
no se te suelten los estribos (tranquilo si al principio se te salen, es normal).
Ahora se trata de ir haciendo transiciones paso-trote, para que vayas cogiendo
confianza. Todo ellos sumado a las múltiples correcciones de postura que son
inevitables en la primera clase ¡Ánimo! Pronto le cogerás el tranquillo.
Y así termina la sesión de hoy. Tú primera monta ¿A que es emocionante? Bajo
la atenta mirada del profesor, es a ti a quien te toca desensillar al caballo.
Tranquilo, es algo muy fácil. Para quitar la cabezada, solo tienes que
desabrochar el ahogadero y la muserola, y sacar la cabezada de las orejas. Con
la silla, colócate en el lado izquierdo del caballo. Siempre se opera desde el lado
izquierdo del caballo. Levanta el faldón, y suelta la hebilla de la cincha. A
continuación, agarra la silla por ambos borrenes, y llévala al guadarnés.
Las necesidades básicas
- La seguridad es fundamental al montar a caballo. Por ello, el jinete debe llevar
siempre el casco puesto.
- Cuando vas encima del caballo, sobre todo si eres inexperto, hay partes de tu
cuerpo que pueden terminar con rozaduras de no estar bien protegidas. Con este
fin se inventó la ropa de montar; para garantizar la máxima comodidad.
Principalmente, deberías contar con un pantalón de montar (que, al no tener
costuras evita roces, y al tener refuerzos es más resistente), unas botas (que
protegen a tu pantorrilla del roce con la silla, aseguran tu pie en el estribo
mediante el tacón, y son sufridas) y unos guantes. Estos últimos no son
imprescindibles, pero es muy frecuente sufrir roces en las manos por culpa de
las riendas, por eso os recomiendo que os hagáis con unos guantes que sean
específicos para equitación, que los hay buenos por menos de 10 euros. Sobre
las botas, si no te gustan o no las quieres llevar por lo que sea, puedes utilizar
botines con polainas.
3. - Siempre tienes que procurar mostrarte calmado encima del caballo, pues es un
animal que interpreta muy bien tu estado de ánimo, y si estás nervioso, él lo
estará también. Y no queremos eso. Sobre todo, jamás subas con miedo. El
caballo lo sentirá al instante, y no te respetará. Debes montar con precisión y
seguridad. Ten confianza en ti mismo.
- Nunca seas brusco con la boca del caballo. Sé que al principio la inexperiencia
nos lleva a buscar el equilibrio tirando de la boca del caballo, pero esto solo
conseguirá castigar la boca del caballo, y un caballo incómodo no responde bien
a su jinete.
- Una buena posición encima puede marcar la diferencia entre tener una espalda
sana y estar bien equilibrado en el dorso del caballo, o sufrir daños y además
estar molestándole. Debes colocarte recto, bien sentado en la parte más
profunda de la silla, con los hombros hacia atrás y hacia abajo, como sacando
pecho. No arquees la espalda. Si estás bien colocado, tu cabeza, hombros,
cadera, y tobillos, deberían pasar por la misma vertical, como se puede apreciar
en la foto.
-Para ir bien equilibrado en la montura, debes bajar los talones. Al principio
cuesta, pero poco a poco le irás cogiendo el truco. Se trata de hacer fuerza hacia
abajo. Esto evita que se te suelten los estribos y corras riesgo de caerte. Si se te
suelta un estribo, no intentes colocarlo en movimiento; para al caballo
inmediatamente. En un futuro se te exigirá lo contrario, pero todavía no posees
el equilibrio necesario para ello.
4. Colocar la silla:
- La silla debe ir colocada por detrás del omóplato (escápula) del caballo, de
forma que no interfiera con el movimiento del hombro. Una silla demasiado
adelantada, además de dañar al caballo, inclinará al jinete hacia delante,
haciendo que el caballo deba soportar más peso con su espalda, la cual es
más débil.
- Cuando la silla está colocada correctamente, debe estar nivelada con la
espalda del caballo, siguiendo sus “curvas”. De otro modo, puede presionar
nervios del dorso o causar rozaduras.
- Debes tener especial cuidado en que la silla no sea ni demasiado ancha, ni
demasiado estrecha en el asiento. En el primer caso, empujará al jinete hacia
delante, con los inconvenientes antes nombrados, y presionando la cruz del
caballo; de ser muy estrecha, lo empujará hacia atrás, y en este caso,
pellizcará la cruz.
- El relleno de la silla no debe tener bultos, o ser desigual, y los bastes (es
decir, esas zonas de relleno prominentes de la parte trasera de la silla, debajo
del borrén trasero) deben estar nivelados.
- Las barras del estribo deben estar a la misma altura, perfectamente niveladas,
o a la hora de montar el jinete no se podrá sentar de forma igualada.
- En cuanto a la cincha, debe ser suave y flexible, y no debe colocarse muy
adelante, donde obstaculizará el hombro del caballo y provocará rozaduras.
Debe ser apretada gradualmente, hasta que mantenga la silla en su lugar,
intentando no trillar la piel del caballo. Si se aprieta de golpe, en caballos
sensibles -como el árabe- puede llegar a provocar una bajada de la presión
sanguínea, e incluso un síncope vasovagal o desmayo.
5. Partes más principales de la montura:
Perilla o borrén delantero.
Borrén trasero.
Faldón.
Estribera.
Acción.
Estribo.
Bastes.
Asiento.