Advertisement
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
Advertisement
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
Advertisement
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
Advertisement
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso
Upcoming SlideShare
06. In Medio Orbe. Ponencia. Manuel Romero Tallafigo06. In Medio Orbe. Ponencia. Manuel Romero Tallafigo
Loading in ... 3
1 of 19
Advertisement

More Related Content

Similar to 18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso(20)

Advertisement

More from Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda(20)

Advertisement

18. In Medio Orbe. Ponencia. Juan Guilmaín Alonso

  1. In Medio Or Sanlúcar de Barrameda y la I Vuelta al M be undo
  2. “Puerta de la Sirena” Castillo de Santiago (siglo XV) Foto: Óscar Franco En la imagen aparece la Puerta de la Sirena, portada monumen- tal del Castillo de Santiago; es de destacar el elemento mítico (la sirena de doble cola) que pertenece al imaginario simbólico de la Casa Ducal de Medina Sidonia, el hada Melusina, un ser mítico de naturaleza acuática que presidía –amparando bajo sus brazos los escudos de la Casa Ducal- el acceso al interior del castillo y cuya mirada apuntaba hacia el exterior del mismo, hacia la ribera, hacia la orilla del Guadalquivir en su desembocadura, precisamente ha- cia esa misma ribera que vería hacerse a la mar a los barcos de la Expedición Magallanes-Elcano. Es un elemento característico del Patrimonio Histórico y Artístico de Sanlúcar de Barrameda, repre- sentativo del contexto cultural y cronológico (la transición de los siglos XV a XVI) al que pertenece el horizonte de los grandes via- jes oceánicos en el que se inserta la I Vuelta al Mundo (1519-1522).
  3. In Medio Orbe Sanlúcar de Barrameda y la I Vuelta al Mundo Actas del I Congreso Internacional sobre la I Vuelta al Mundo, celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) los días 26 y 27 de septiembre de 2016
  4. In medio Orbe Sanlúcar de Barrameda y la I Vuelta al Mundo Actas del I Congreso Internacional sobre la I Vuelta al Mundo, celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) los días 26 y 27 de septiembre de 2016 CONSEJERA DE CULTURA Rosa Aguilar Rivero VICECONSEJERA DE CULTURA Marta Alonso Lappí SECRETARIO GENERAL DE CULTURA Eduardo Tamarit Pradas Edita: JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura Colabora: Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) © DE LA EDICIÓN JUNTA DE ANDALUCÍA Consejería de Cultura © DE LOS TEXTOS Sus autores o los titulares de los mismos © DE LAS OBRAS PLÁSTICAS Los titulares de las mismas FOTOGRAFÍAS Los autores DISEÑO GRÁFICO Artefacto Sevilla, 2016 ISBN: 978-84-9959-231-2 DEPÓSITO LEGAL: 1965-2016 IMPRIME: Escandón Impresores ALCALDE DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA (CÁDIZ) Víctor Mora Escobar DELEGADO MUNICIPAL DE CULTURA Juan Oliveros Vega COORDINADOR CIENTÍFICO DEL CONGRESO Y EL LIBRO Manuel J. Parodi Álvarez AGRADECIMIENTOS A todas aquellas personas, entidades, instituciones y colectivos que han hecho posible este volumen, y que colaboran activa y decididamente en pro de la Conmemoración del V Centenario de la I Vuelta al Mundo.
  5. J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 195 EL ARTE DE LA ESGRIMA en el contexto de la I Vuelta al Mundo Juan Guilmaín Alonso1 Introducción Encuadrado en el marco cronológico de finales del siglo XV y el primer tercio siglo del XVI, realizaremos una breve panorámica de cómo era el Arte de la Esgrima en la Península Ibérica en el contexto de la Primera Circunnavegación a la Tierra. Aún anclado al curso bajomedieval veremos el modus operandi de los maestros del oficio, su sistema práctico, los espacios de desa- rrollo de su actividad además de cómo se com- portó ante la aparición del proceso humanístico aplicado al oficio de las armas2 . Después de un período de silencio historiográ- fico durante casi todo el siglo XX, sólo salpica- do por algunas obras a lo largo de la centuria, hace apenas una década que el mundo de la es- pada y la esgrima de siglos pretéritos han vuelto a tener vigencia en distintos ámbitos de la ac- tualidad internacional. Muchos son los grupos y salas de esgrima actuales que han rescatado la práctica del manejo de espadas históricas, y ello ha llevado a reabrir felizmente el interés académico por el estudio de esta parte de la Historia. Es importante emprender este renova- do impulso por la investigación de la esgrima durante los períodos de la Baja Edad Media, el Renacimiento y el Barroco, desde el micro aná- lisis histórico de los sistemas relacionales de los actores y su contexto. De este modo podremos conectar todo lo referente al mundo de la es- grima con otros aspectos de la vida cotidiana y cultural que tradicionalmente han sido más es- tudiados en los períodos bajomedievales y auri- secular. Por estos motivos cobra mayor sentido contribuir con esta panorámica sobre el Arte de la Esgrima en el tiempo de la gesta de la Primera Vuelta al Mundo (1519 y 1522) como un punto de conexión más en el nuevo horizonte de estu- dios históricos del siglo XXI. Como fuente primaria concerniente al Arte de la Esgrima y sus maestros, la mayoría de los da- tos los obtenemos directamente de los tratados y manuales de esgrima. No sólo nos interesan por los aspectos técnicos y reseñas de los propios autores, sino también por las referencias a otros maestros, tanto antecesores como coetáneos a ellos, de los cuales no nos han llegado más tes- timonios que los citados y recogidos en sus pá- ginas. Gracias al interés bibliófilo decimonónico sobre los libros de esgrima y las artes militares 1 Historiador del Arte; email: juan.guilmain.alonso@gmail.com 2 Palabras clave: Esgrima; Siglo de Oro; Destreza vulgar; Destreza Verdadera; Circunnavegación.
  6. 196 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O del pasado, nos beneficiamos de las valiosas no- ticias recogidas en repertorios y catálogos biblio- gráficos específicos creados bajo el auspicio de la historiografía romántica. Éstos han sido, y son, obras de referencia como punto de partida para abordar cualquier investigación sobre el tema. En el caso español no podemos dejar de citar las obras de Enrique de Leguina3 , Pedro Vindel4 , Teodomiro Moreno5 , y más recientemente la Nueva Bibliografía de Manuel Valle6 . Otra fuente importantísima, y hasta ahora poco estudiada, son los documentos de archivo y sus variadas tipologías documentales: escritu- ras notariales, actas capitulares, padrones, plei- tos judiciales, etc. Un buen punto de partida fue el trabajo de José Gestoso sobre escrituras nota- riales concernientes a los Esgrimidores sevilla- nos7 . La documentación notarial8 es una fuente primordial para el estudio de la historia social de cualquier lugar, ya que nos aporta mucha in- formación sobre el pulso cotidiano y la vida pú- blica de la población. Debido a la necesidad de control y gobierno del Estado Moderno9 sobre los negocios particulares mediante la fe pública, otorgada por la institución notarial, conserva- mos hoy inestimables datos para conocer mejor ciertos aspectos de la práctica de la esgrima y los maestros de su oficio durante los finales del siglo XV y principios del XVI10 . El oficio de la esgrima y espacios para batallar El uso de la espada es tan antiguo que no se puede señalar la época de su origen: sólo se sabe que los pueblos se servían de esta arma mucho tiempo antes de la fundación de las monarquías11 . Desde fechas anteriores al inicio del Quinien- tos, ya tenemos noticias y referencias a maestros de armas centradas en el ámbito de la Penín- sula Ibérica. En 1345 tenemos evidencias de maestros de esgrima en Mallorca12 . En el último tercio del siglo XIV existen reseñas sobre Bells Hom, judío, maestro de armas de Juan I13 , y se- gún dos contratos de aprendizaje de 1418 cono- cemos al maestro Benedetto da Firenze14 . En una carta de examen de 1466 se tiene constancia de la relación de varios maestros y prebostes, ma- llorquines, valenciano y castellonense, que exa- minaron a Arnau de Castellbò15 . Gracias a estos testimonios nos consta la existencia del oficio, y una estructuración del mismo, en la Corona de Aragón. Lo que nos aportan datos útiles para buscar paralelismos en fuentes documentales to- cantes a la Corona de Castilla. Del 4 de marzo de 1498 se conserva en el Ar- chivo Histórico Provincial de Málaga la carta de 3 LEGUINA Y VIDAL, E. La Espada. Apuntes para su Historia en España. Sevilla, 1885 / Libros de esgrima españoles y portugueses. Madrid, 1891. / Bibliografía e historia de la esgrima española. Madrid, 1904. 4 VINDEL, P. Armas y desafíos. Madrid, 1901. 5 MORENO DURÁN, T. Esgrima española. Apuntes para su historia. Madrid, 1902. 6 VALLE ORTIZ, M. Nueva Bibliografía de la Antigua Esgrima y Destreza de las Armas. Santiago de Compostela, 2012, p. 9. 7 GESTOSO PÉREZ, J. “Esgrimidores sevillanos”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid, (1911), pp. 105-113 y 302-316. 8 BONO HUERTA, J. Breve introducción a la Diplomática Notarial Española. Parte primera, Sevilla, 1990, pp. 60-61. 9 Especialmente a partir de la Pragmática de Alcalá de Henares de 1503. 10 ROJAS GARCÍA, R. “La memoria de lo privado en lo público: los escribanos públicos sevillanos”, en Historia, Institu- ciones, documentos, nº 31, Sevilla, 2004, pp. 573-584. 11 THOMASE, E. Tratado de esgrima a pie y a caballo, en que se enseña por principios el manejo del florete ó el juego de la espada que se usa en el día, adornado con diez y seis láminas gravadas en cobre. Barcelona 1823, pg. 5. 12 LLOMPART, G. “Ideal caballeresco y Escuela de Esgrima en Mallorca en el siglo XV”, en Revista de historia Jerónimo Zurita, Zaragoza, nº 29-30, 1976-1977, pp. 149-162, en pg. 153. 13 Ibid., op. cit., pg. 152. 14 Ibid. 15 Ibid., op. cit., pg. 153.
  7. J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 197 examen del maestro Pedro de Herrera, al que exa- minaron los maestros “del arte de Palestrina”16 , maestre Agustín, hermano de maestre Fernando de Luna, maestre Juan Arroyo, maestre Andrés, y maestre Bartolomé de Güero17 . En Sevilla posee- mos escasas referencias sobre algún maestro de esgrima durante el siglo XV, y éstas las encontra- mos en las postrimerías del mismo. Un registro notarial hispalense datado el 28 de septiembre de 149818 se refiere al maestre Rodrigo, que según un padrón vecinal vivía en la calle Pajería19 del barrio de la Mar. Ya iniciado el siguiente siglo, volvemos a encontrar al citado maestre en un arrendamiento de unas casas en la collación de Santa María en 151520 . También en 1500 tene- mos noticia del maestre Antonio21 , mencionado en un apoderamiento de otro registro notarial. En 1515 hallamos a su vez una escritura sobre el maestro Alonso de Vargas, que arrienda unas casas en la collación de Santa María22 . En la introducción de su Tratado de Esgrima de 1854, el maestro José Cucala y Bruño men- ciona las ordenanzas del “Cuerpo de Tenientes” y real cédula expedida en Zaragoza, el 24 de junio de 1478, dada por los Reyes Católicos a Gómez Dorado23 : …los señores reyes católicos D. Fernando y Doña Isabel les dieron sus ordenanzas en el año de 1478, haciendo al mismo tiempo merced del empleo de maestre-mayor de este Cuerpo a don Gómez Dorado, como consta de la Real cédula expedida en la ciudad de Zaragoza en 24 de junio de 1478, en recom- pensa de los servicios prestados por éste al rey de Aragón, D. Alfonso V, padre del rey D. Fernando, quedando desde entonces este Cuerpo y su jefe como dependientes de la real casa24 . Además de esto, también señala que los Reyes Católicos otorgaron escudo de armas al “Cuer- po de Tenientes” y el tipo de indumentaria que vestían. En este caso, sin embargo, no tenemos constancia de dónde extrae esta información: También los Reyes Católicos dieron al Cuer- po el escudo en campo azul, corona real y un brazo armado con espada desnuda, orla de oro con el lema Fidei ad defensam para- tus y como mirando a la diestra… …En sus primeros tiempos usaron los Te- nientes de la armadura completa, como era consiguiente a todo caballero que se dedi- caba en la honrosa profesión de las armas. Después siguiendo la estricta ley de la época, llevaban sobre el traje negro, coleto y botas de piel de búfalo, color anteado, sombrero chambergo blanco con plumas encarnadas, y bordado al costado izquierdo del coleto el gran montante. Traían también pendiente del cinturón la espada y daga, según se lle- vaba entonces, y sobre el traje negro y bajo el coleto una banda de seda blanca con dos listas encarnadas divididas en tres puntas iguales y en charpa25 . A partir del estreno de la maestría mayor según la real cédula de Gómez Dorado, se incluirán nueve títulos que velarán por el buen gobierno del oficio de los maestros de esgrima. La sobre- 16 Esgrima de espada y broquel. 17 GARCÍA MANZANO, J.M. y ACUÑA MUÑOZ, E. “La práctica de la esgrima en la Málaga de los siglos XV y XVI”, en Materiales para la Historia del Deporte en Andalucía III. 2005, pp. 150-156. 18 Archivo Histórico Provincial de Sevilla (AHPSE). Leg. 3217/77M, s/f.. 19 Archivo Municipal de Sevilla (AMSE). R. 752, f. 473v. 20 AHPSE. Leg. 2211, ff. 512v-513v. 21 AHPSE. Leg. 3219/78M, f. 387v. Gestoso plantea que puede ser el mismo que en años posteriores citan como uno de los maestros examinadores de Cristóbal Martínez en 1523 (BCC. Colección Gestoso, TOMO XXVII ff. 204r-205v) y Gabriel de Contreras en 1528 (AHPSE. Leg. 2256, s/f.), o el llamado Antón Ruiz Zapata en el padrón de 1533 como vecino del barrio de San Lorenzo (AMSE. R. 1716, f. 93v). 22 AHPSE. Leg. 2211, ff. 539v-540v. 23 GESTOSO PÉREZ, J. Op. cit., pg. 106. 24 CUCALA, J., Tratado de esgrima. Madrid 1854, pg. 3. 25 Ibid., op. cit., pg. 4.
  8. 198 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O dicha real cédula y títulos serán incorporados en las sucesivas provisiones reales de los siguientes en ostentar el cargo de maestro mayor26 . Tal y como podemos corroborar en los expedientes muy posteriores sobre el Título de Maestro de la Ciencia Filosófica, y Matemática de la Destreza de la Armas, en todos los Reynos y Señoríos de su Magestad de Juan de Castañeda27 (1683) y de Diego de Cea y Carrillo28 (1787). Dichas ordenanzas ponen de manifiesto su interés por centralizar en la figura del Maestro Mayor y reglamentar a través de una normativa determinada el buen funcionamiento y desarro- llo del magisterio de las armas. Éstas trataban sobre aspectos como la capacidad del maestro examinador mayor para nombrar bachiller, pre- boste o maestro; supervisar el uso que éstos de- sarrollaban sobre el oficio; inhabilitarlos si fue- ra necesario; no enseñar esgrima a “moro, judío negro o esclavo”; velar sobre la seguridad de la práctica, obligando a utilizar “birrete fuerte en la cabeza y guante de defensión”. El incumpli- miento de alguna de los citados títulos conlleva- ría una pena pecuniaria, de la cual dos partes se destinaba para la Real Cámara29 . Sobre el posible establecimiento de los profe- sionales del oficio como gremio, varias fuentes citan unas ordenanzas del gremio de Maestros de Esgrima30 , dadas en Córdoba en 1512, pero ya Leguina31 hace referencia a que es un dato equivocado, puesto que se trata de un proyecto de ordenanzas para los armeros de Córdoba32 . / Fig. 1. Copia impresa de la Real Cédula de Gómez Dorado como maestro examinador mayor En el caso hispalense33 , al igual que en otros ámbitos municipales, tampoco tenemos cons- tancia de la existencia de ordenanzas gremiales específicas, más allá de los nueve ordenamientos que se detallan en la Real Cédula del maestro Gómez Dorado. En cambio, en la Corona de Aragón, sí tenemos noticias de la presencia de la cofradía los “mestres de esgrima” en Barcelona 26 CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, A., “El Maestro Mayor de la Destreza de las Armas (un oficio bajomedieval en los orígenes de la esgrima española)”, en Colaboraciones 6, 1997, pp. 77-108. 27 Archivo Fundación Casa de Alba (AFCA) Coga 217-06, Titulo de Maestro de la Filosofía, y Destreza de las Armas, para en todos los Reynos y Señoríos de su Magestad. Por Juan de Castañeda, maestro del Rey nuestro señor. 20 de julio de 1683. 28 Archivo Histórico Nacional (AHN), CONSEJOS, L. 1404, Exp. 64. Título de Maestro de la Ciencia Filosófica, y Mate- mática de la Destreza de la Armas, en todos los Reynos y Señoríos de su Magestad de Diego de Cea y Carrillo, Maestro del Rey nuestro señor, y mayor de la expresada ciencia, del 14 de febrero de 1787. 29 AHN, CONSEJOS, L. 1404, Exp. 64. 30 LEVA CUEVAS, J. “La Caballería y el Arte de la Esgrima en la ciudad de Córdoba en los siglos XV y XVI. La plaza de la Corredera como marco de su ejercicio”, en Ámbitos. Revista de estudios de Ciencias Sociales y Humanidades nº 11, pp. 107-124. 31 LEGUINA, E., op. cit., pg. 35. 32 Archivo Municipal de Córdoba (AMC), Caja 16, doc. 1. Nº1 Ordenanzas para los Maestros de Esgrima. Año de 1512. https://almanzor.ayuncordoba.es/ Revisado el 10-02-2012. 33 PÉREZ ESCOLANO, V. y VILLANUEVA SANDINO, F. Ordenanzas de Sevilla. Sevilla, 1975. BERNAL, A.M., CO- LLANTES DE TERÁN, A. y GARCÍA-BAQUERO, A. Sevilla, de los gremios a la industrialización. Sevilla, 2008.
  9. J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 199 en 159934 . A pesar de la falta generalizada de unas ordenanzas concretas entorno a las cuáles se organicen los integrantes del oficio y arte de la esgrima, podemos determinar la existencia de un “espíritu gremial”. Reconocemos varios ras- gos característicos de un gremio según podemos apreciar a través de la información obtenida de las escrituras propias del oficio, como pue- den ser cartas de examen, permisos y poderes; además de otros documentos más habituales como arrendamientos, cartas de dote, etc., que demuestran las relaciones entre miembros y fa- miliares del mismo oficio. El oficio de los Maestros de Esgrima debemos incluirlo dentro de las profesiones liberales, en- cuadrado en el “sector medio” de los grupos sociales del siglo XVI35 . Algunos maestros de esgrima ostentaban otros oficios además del de las armas, como por ejemplo el maestre Diego Bernal de Heredia, que tuvo tienda de cuchille- ría36 . Maestre Andrés, que pudo ser carbonero anteriormente y de ahí posiblemente el apodo que tenía. Juan de Perea, el preboste de este úl- timo, también era cerrajero. Por tanto, dentro de las profesiones liberales los maestros esgrimi- dores se mueven entre un amplio margen social que los encuadra cerca de la baja nobleza por una parte, y, por otro, de las capa bajas de la so- ciedad37 . Si volvemos la mirada hacia la profusa producción tratadística “del noble arte y liberal de la esgrima”38 durante los años del siglo XVII, veremos como cada vez se acentuará cada vez más su carácter liberal frente a las artes serviles. Constituida la destreza de las armas parte principal de la educación de los hidalgos, como una de las artes que “en todos tiem- pos y naciones se han tenido y tienen por liberales, digna de gente libre y noble.39 Francisco Román40 fue nombrado por Car- los I sucesor de Gómez Dorado (1478-¿?) como “maestro de los pajes41 del Emperador y exa- minador mayor de todos sus Reinos y Seño- ríos”. Suponemos que entre los años de 1523 y 1526 y posiblemente coincidiendo con la visita del Emperador a Sevilla para sus nupcias42 . El amplio arco temporal entre el nombramiento de un maestro y otro nos hace pensar que el cargo debió permanecer vacante durante unos años. Las funciones esenciales atribuidas al maestro examinador mayor exigían que el susodicho se desplazase a distintas localizaciones de los Rei- nos, para examinar y otorgar cartas de examen a nuevos maestros, así como hacer cumplir los puntos señalados en las ordenanzas del oficio43 . Este hecho generaba que en ocasiones se nombra- sen sustitutos que realizaran estas labores como apoderados del maestro examinador mayor. Como ejemplos de ello podemos citar al maestro Alfonso de Gandía, el cual tenía poder otorga- do por Gómez Dorado, según consta la carta de examen de maestre Bartolomé, del 7 de abril de 1495 dada en Córdoba44 , o al maestre Diego Ber- nal de Heredia45 que tenía poder otorgado por el maestro Francisco Román …para que por mí, e en mi nombre, pueda requerir a qualesquier es- 34 BOFARULL I MASCARÓ, P., “Procesos en las antiguas cortes y parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia”, en Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón, Tomo VIII, Barcelona 1851, pp. 523-531. 35 MORALES PADRÓN, F., Historia de Sevilla: La ciudad del Quinientos. Sevilla, 1977, pp. 66-75. 36 GESTOSO PÉREZ, J. op. cit., pg. 304. 37 MORALES PADRÓN, F., op. cit., pg. 74. 38 MUÑECAS MARMONTAÑO, J.I., Panegírico a Don Francisco de Añasco / por Juan Ignacio de las Muñecas Marmon- taño; precedido de un prólogo y noticias bibliográficas por Enrique de Leguina, Sevilla, E. Rasco, 1887, pg. VII. 39 LEGUINA, E., La Espada. Apuntes para su Historia en España. Sevilla 1885, pp. 125-126. 40 GUILMAÍN ALONSO, JUAN. “Francisco Román, maestro de armas del Emperador, y su perdido Arte de la Esgrima” en Comercio y cultura en la Edad Moderna. Universidad de Sevilla. Sevilla 2015, pp. 2451-2467. 41 El cargo de maestros de los pajes del rey solía ir vinculado al de maestro mayor. 42 Ibid., op. cit., pg. 2453. 43 AFCA Coga 217-06, Titulo de Maestro...Por Juan de Castañeda, maestro del Rey nuestro señor. 20 de julio de 1683. 44 Josefa Leva Cuevas, “La Caballería y el Arte de la Esgrima en la ciudad de Córdoba en los siglos XV y XVI. La plaza de la Corredera como marco de su ejercicio”, en Ámbitos. Revista de estudios de Ciencias Sociales y Humanidades nº 11, 2004, pp. 107-124. 45 AHPSE. Leg. 2252, f. 1125r-v.
  10. 200 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O gremidores, que pusieren tyenda en esta çibdad, que le muestren las cartas e exámenes que tiene de mí el dicho maestre Françisco. Una de las principales fuentes de las que he- mos obtenido inestimable información sobre la estructura del oficio de estos maestros son las cartas de examen. Estos instrumentos públicos eran los que garantizaban una serie de derechos atribuidos al ejercicio del Arte de la esgrima. Suelen estar redactadas en forma objetiva, y se inician con la data tópica y crónica, según el sistema de la Natividad. Se informa del em- plazamiento y la hora del examen. No podemos establecer si la elección del lugar para la cele- bración de estos exámenes estaba determinada por alguna normativa, o simplemente se elegía por acuerdo tácito entre el solicitante del exa- men y el maestro examinador mayor, o el tri- bunal de maestros que lo evaluaban. A pesar de ello, sí conocemos el carácter eminentemente público del ejercicio de la esgrima. En las pro- pias cartas se da permiso para enseñar en las plazas públicas46 , por lo tanto era algo cotidiano y socialmente admitido en la vida diaria de las ciudades47 . Como ejemplos podemos citar como en Sevilla tuvo especial relevancia las plazas del Salvador y la de San Francisco, como del mismo modo lo tuvo en Córdoba la Plaza de la Corre- dera48 . Del mismo modo este carácter público se demostraba en que los días señalados se cele- braban juegos de cañas, justas, etc., también se colocaban palestras o palenques donde jugar las armas de esgrima49 . El examen de Cristóbal Martínez50 se llevó a cabo en la tienda de un maestro, pero se seña- la que además del tribunal, testigos y escribano público, estaban presentes “mucha gente” para que le viesen. Parece que la posibilidad de poner tienda, además de plaza, era de mayor dignidad que poner plaza pública, y que sólo tenían de- recho a hacerlo los maestros de armas exami- nados con licencia y carta de examen. En 1529 tenemos el ejemplo del permiso otorgado por el maestre Andrés Carbonero a Juan de Triana y / Fig. 2. Juegos de armas en plaza de Fürstenhof, 1585 (Franz Hogemberg) / Fig. 3. Sala de armas en Des Weisskunig (1500) 46 MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 38-42. 47 MUÑECAS MARMONTAÑO, J., op. cit., pg. VIII. 48 LEVA CUEVAS, J., op. cit., pg. 121. 49 Gonzalo Ramírez Macías, “El deporte en la ciudad de Sevilla durante el siglo XV”, Materiales para la Historia del deporte en Andalucía IV, 2005, pp. 93-110. 50 BCC. Colección Gestoso, TOMO XXVII ff. 204r-205v. Carta de examen de Cristóbal Martínez, 1523-05-03, Sevilla.
  11. J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 201 Juan de Perea51 para poner plaza como prebos- tes52 fuera de Sevilla53 . Volviendo a referir los ci- tados títulos, en el II se indica que tanto los car- gos de maestro, preboste y bachiller, deben estar otorgados por el maestro mayor examinador, o en su defecto por algún maestro facultado por él. Por esto creemos que el dicho maestre An- drés debía tener autorización expresa del maes- tro mayor examinador de aquella fecha, que no era otro antes citado Francisco Román. Cuando se refieren a tienda, ésta solía tratarse de la pro- pia casa del maestro de esgrima54 . Podían ejercer el oficio, pero con ciertas restricciones, como la de poder hacerlo en la ciudad de Sevilla, esto también nos habla de la posible regulación de profesionales del ramo. De todo esto deducimos que era necesario de- mostrar públicamente las capacidades esgrimísti- cas de los aspirantes a maestro, no sólo ante un tribunal especializado y cualquier ciudadano que quisiera presenciarlo, sino sobre todo ante un fe- datario público. Es por ello fundamental como en este tipo de negocio destaca la figura del escri- bano público para que dé fe y validez jurídica a la carta de examen como instrumento público. Éste expone como el examinando …avía aprendido el dicho arte del esgrima de las armas con mucha astuçia e trabajo55 y solicita a los maestros que lo examinen públicamente, para que si lo …halla- ren ábil y sufiçiente56 le den carta de examen para …poner plaça e tienda de mostrar las dichas artes a quien quisiere, e lleuar los derechos e salarios al dicho ofiçio pertenecientes57 . Los maestros exigían la demostración práctica y formulaban una serie de preguntas teóricas so- bre los conocimientos del candidato a maestro. Bien podía ser de una o de varias disciplinas de la amplia panoplia del oficio de las armas58 : espada y broquel chico; espada sola; espada y rodela; espada y capa; espada y broquel grande; espa- da de dos manos; puñal; bastón; hacha. Podían ser “maestro de todas las armas”, “maestro de armas” o “maestro del arma”59 . Para hablar de las múltiples armas aquí citadas sería necesario realizar un estudio específico y pormenorizado de las mismas, lo cual no nos corresponde en este momento, pero sí efectuaremos una breve clasi- ficación de ellas. Podemos dividirlas en espadas, dagas, escudos y armas enastadas, subdividirlas entre armas ofensivas y defensivas, y agruparlas en disciplinas de manejo de un solo arma o la combinación de dos, las llamadas armas dobles. Superar el examen de maestro de esgrima re- queriría, en todos los casos, demostrar la ido- neidad y suficiencia del manejo de las armas, no sólo en la práctica sino también especulativa- mente. Suponemos que los propios solicitantes a examinarse elegían las armas que iban a ju- gar en dicha prueba, que evidentemente habían aprendido con anterioridad. Sería interesante te- ner en cuenta el coste de dos doblas castellanas por derechos de examen60 , según el título IV de la provisión real de Gómez Dorado, ya que en ciertos casos sería conveniente abordar la hipó- tesis de que a más disciplinas que aprender para examinarse, mayor podrían ser los ingresos de los maestros, tanto impartiendo clases como en algunos casos, realizar varios exámenes. En estas fechas enmarcadas entre 1478 y 158261 , tenemos pocos datos sobre qué tipo de 51 AHPSE. Leg. 2258, s/f. 52 COVARRUBIAS HOROZCO, S., op. cit., pg. 879. 53 AHPSE. Leg. 2257, s/f. 54 MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 42-47. 55 AHPSE. Leg. 2256, s/f. Carta de examen de Gabriel de Contreras, 1528-06-2, Sevilla. 56 Ibid. 57 AHPSE. Leg. 2252, f. 1124 r-v. Carta de examen de Diego Bernal de Heredia, 1526-05-24, Sevilla. 58 LEGUINA, E., op. cit., 1885, pg. 123. 59 NIEVAS MUÑOZ, D. La esgrima y el mundo de la espada en la España Moderna. TFM Máster Universitario Oficial “La Monarquía Católica. El Siglo de Oro español y la Europa Barroca”, Universidad de Granada, 2012, pg. 78. 60 Ibid. 61 Previas a la edición del tratado de la Philosophia de las Armas..., por Jerónimo Sánchez de Carranza, Sanlúcar de Ba- rrameda, 1582.
  12. 202 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O doctrina seguían dichos maestros, ni sobre qué versaban las preguntas teóricas de los exáme- nes, pero podemos aventurar que además de la transmisión oral y tradición directa del manejo de las armas contarían con los primeros tra- tados de esgrima escritos durante el siglo XV peninsular62 además de referencias de otras es- cuelas europeas. Sólo en la carta de examen de Cristóbal Martínez se indica algo concerniente al contenido del que versaban las preguntas de la prueba en cuestión: …le fizieron todos los dichos maestros jun- tamente todas las preguntas que se requie- ren fazer tocantes a las dichas nueve guar- das del dicho arte del esgrima, e contrallo e recontrallos dellas63 . Una vez que los maestros fallan a favor y le daban licencia para …poner plaça e tienda de mostrar las dichas artes a quien quisiere… e lleuar los derechos e salarios al dicho ofiçio pertenecientes64 . Seguidamente realizaban un juramento por Dios, Santa María, los Santos Evangelios y la señal de la Cruz. Una de las cláusulas recurrentes que se incluye en las car- tas de examen es la que se correspondería con el título V de 147865 , en la que se dice que no podían enseñar esgrima …a moro, judío, negro, Una vez superados estos pasos en el iter do- cumental, a continuación el maestro da otorga- miento68 para dicha licencia y realiza la solicitud de expedición69 al escribano público para que le dé carta de examen firmada y signada por él. Haciendo referencia en este caso al documento original que se libraba al maestro examinado, que a partir de entonces pasaba a tener la consi- deración de maestro de esgrima70 . Los libros y el Arte de la Esgrima Como indicamos al principio, para tener cono- cimiento de los apartados técnicos del manejo de las armas nos será necesario consultar y es- tudiar los tratados y libros de esgrima que se escribieron. En el caso específico de la produc- ción de tratados hispánicos durante el periodo que hemos estado señalando a lo largo de este trabajo, desgraciadamente no conservamos nin- guno. Sólo tenemos noticias de ellos a través de repertorios bibliográficos y algunos testimonios sobre su contenido según anotaciones incluidas en tratados posteriores a ellos. Jaime Pons de Perpiñán y Pedro de la Torre fueron los llama- dos a ser los iniciadores de la producción biblio- gráfica esgrimística española . 71 esclavo. Además de señalar otras dos cláusulas que se repiten, en las cuales se obligan a cumplir que enseñarán esgrima …e que en ello non fará fraude ni engaño alguno66 , y otra que guardarán …el seruiçio de Dios nuestro Señor, e de sus Ma- gestades, e el procomún de la República67 . El maestro mallorquín Jaime Pons de Perpi- ñán72 , escribió un tratado en catalán en 1474. Tenemos datos anteriores a esa fecha según nos lo facilita Llompart, como maestro de Analdo de Castellbò en Perpinyà según carta de examen de 146673 . En su libro define fundamentalmente una 62 VALLE ORTIZ, M., op. cit., pg. 387. 63 Hace referencia a nueve guardias de espada y broquel, sus paradas y oposiciones a ellas. 64 AHPSE. Leg. 2252, f. 1124 r-v. 65 AHN, CONSEJOS, L. 1404, Exp. 64, p. 11. 66 AHPSE. Leg. 2252, f. 1124 r-v. 67 AHPSE. Leg. 2256, s/f. 68 BONO HUERTA, J., “Conceptos fundamentales de la diplomática notarial”, en Historia, Instituciones, Documento, nº 19, Sevilla 1992, pp. 73-88, esp. pg. 85. 69 PARDO RODRÍGUEZ, M.L. “Exámenes para escribano público en Carmona de 1501 y 1502”, en Historia, Institucio- nes y documentos, nº 20, Sevilla 1993, pp. 303-312, esp. pg. 310. 70 BONO HUERTA, J., op. cit., 1990, pg. 48. 71 LEGUINA, E., op. cit., pg. 13. 72 LLOMPART, G., op. cit., pg. 154. 73 Ibid.
  13. J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 203 guardia alta y otra baja. Respecto a las armas tra- ta el manejo de espada y broquel como principal; espada y daga; espada y capa; espada sola contra lanza; puñal y desarmes, como secundarios74 . Iayme Pons puso otras dos, vna alta, y otra baxa, y que se puede mudar de la vna a la otra, sin perder, ni gastar tiempo; el que su- piere que fuera de tiempo, de lugar, y sin movimiento, no puede aver cosa nueva75 . Quan ageno, y contrario de la razón andu- vo Iayme Pons, en aconsejar que quando se afirme el hombre, tenga el vn pie levantado, y sobre la puntilla, llamando a esto, cuyda- do, prevención, recato, y prontitud, contra las determinaciones del contrario76 . De Iayme Pons (a quien imitaron Pedro de la Torre, y Morozo) dizen que ay tajo, y re- vés ascendiente, y de más desto pone otras tres especies, a quien llama el poco amigo, el hornero, y el pie de puerco77 . También en 1474 se indica que publicó su obra el maestro Pedro de la Torre78 . Según va- rios autores podría ser de origen italiano, o que dicho libro fuera editado en Italia. Por otro lado, otros señalan que es de origen ibérico y que puedo haber colaborado con Jaime Pons en la elaboración de este tratado79 . Parece que hace referencia a cuatro guardias principales y las disciplinas recogidas en este libro son la de espada sola; espada y daga; espada y capa; espa- da y escudo; dos espadas; espada de dos manos; espada contra lanza; y daga sola80 . Lean a Iayme Pons y a Pedro de la Torre, y verán como quieren que se tiren dos reveses, vno de alto abaxo, y otro redondo por la cara, y demás desto, ponen tajo hendiente, que es de arriba abaxo, y tajo ascendiente, que es de abaxo a arriba, manderecho a las rodillas, y revés a los pies, y a las piernas81 . Pedro de la Torre quiere que la espada sola pueda contra todas las armas enastadas, o sin asta, contra dos espadas, contra mon- tante, lança de a pie, y de armas, hacha, bastón, roncón, o visarme, contra espada y daga, espada y broquel, rodela, capa, escu- do, pavés, y adarga82 . Respecto a la esgrima de dos espadas: Por lo que dize Pedro de la Torre (cuyas pa- labras referimos fielmente) no tiene poca an- tigüedad, pues afirma que él fue el primero que las inventó, y que le obligó a ello vn caso repentino, en que aviendo de pelear se halló con vn palo de quatro palmos, poco más o menos, en la mano izquierda, y como lefal- tasse arma defensiva para ella, pensó reparar con él, y que en efecto se defendió, y assí de este fácil, y casual experimento quedó para con él establecida esta ciencia, o quier que sea, y la más sustancial doctrina que dexó escrita, es que aguarde su diestro a que tire el contrario, y que con la espada izquierda repare el golpe de la derecha, y con la suya derecha hiera en el braço izquierdo83 . 74 RIVERA, T. y BLAIR, C., References to the fencing treatise of Jaime Pons de Perpiñán. USA, 2012. 75 PACHECO DE NARVÁEZ, L., Nueva ciencia, y filosofía de la destreza de las armas, su teórica, y práctica. Madrid, Melchor Sánchez, 1672, pg. 34. 76 Ibid., op. cit., pg. 62. 77 Ibid., op. cit., pg. 156. 78 LEGUINA, E., op. cit., pg. 142. 79 VALLE ORTIZ, M., op. cit., pg. 281. 80 RIVERA, T. y BLAIR, C., References to the fencing treatise of Pedro de la Torre. USA, 2012. 81 PACHECO DE NARVÁEZ, L., op. cit., pg. 176. 82 Ibid., pg. 209. 83 Ibid., pg. 499.
  14. 204 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O < Fig. 4 (izda.). Espada y broquel. Royal Armouries Leeds. MS I.33 28v. < Fig. 5 (dcha.). Espada de dos manos, tradición Liechtenauer. MS 44 A8 1v. Ya entrados en el siglo XVI, en 1532 el antes citado maestro examinador mayor Francisco Román escribió su llamado Tratado de esgrima con figuras84 , impreso en Sevilla por Bartolomé Pérez, y bajo el auspicio de Juan de Céspedes85 . Como en los casos expuestos más arriba, des- graciadamente no hay constancia de que se con- serve ningún ejemplar. Respecto a su contenido aparecen dato referentes al uso del montante; la espada sola; espada y rodela; espada y broquel. Poca satisfacción mostró tener de la capa Maese Román, pues dize aver visto muchos finados, por averla puesto a que den en ella, como si fuera de azero, y a esta causa no se atrevió a fiarle vn reparo, y quiso (sin razón convencible) que la espada le ayudase a él, y juntas lo hiziesen86 . el montante es la principal arma, y que es el águila dellas87 . Dexamoslo por notorio, y porque rastrea- ron esta verdad algunos de los antiguos, y entre ellos mase Francisco Román, y por el mayor de sus inferiores, y pocos aciertos, dixo que la espada es el fundamento de to- dos los escudos, y que con ella se ha de herir, y reparar, y todo lo ha de hazer ella, aunque en el proemio dexo torcido este parecer88 . Es lógico pensar que estos libros de esgrima de origen hispánico se vieran influidos por tratados anteriores a ellos. Los testimonios de produc- ción bibliográfica sobre el arte de la esgrima en- tre los siglos XIII y XV pertenecientes a escuelas distintas a las hispánicas, los encontramos po- larizados en las escuelas de tradición que se de- sarrollaron en el Sacro Imperio y las escuelas de tradición italiana89 . Hasta ahora el manuscrito catalogado como Royal Armouries MS I.33 de Leeds, datado en torno a 1320 es el más antiguo conocido y se centra en el manejo de la espada y broquel. Continuando con el caso alemán fue funda- mental el autor Johannes Liechtenauer, el ejem- plar más antiguo de su obra es el Nuremberg Hausbuch MS, datado en torno a 1400, en el que se centra en el uso de la espada de dos ma- nos y será el inicio de una larga tradición de maestros que continuarán principalmente con el desarrollo de la esgrima de este tipo de espa- da hasta el siglo XVII, Hanko Döbringer, Hans Talhoffer, Joachim Meyer, entre otros90 . 84 GUILMAÍN ALONSO, J., op. cit., pg. 2456. 85 GUILMAÍN ALONSO, J., op. cit., pg. 2456. 86 PACHECO DE NARVÁEZ, op. cit., pp. 213-214. 87 Ibid., pp. 208-209. 88 Ibid. 89 NIEVAS MUÑOZ, D., op. cit., pg. 30. 90 Ibid., pg. 25.
  15. J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 205 Como obra paradigmática del inicio de la tra- dición italiana debemos citar la obre Flos Duella- torum, Ms. M.383 de la Morgan Library & Mu- seum de Nueva York, datado en torno a 1410, y escrito por el maestro Fiore del Liberi, el cual pudo haberse formado bajo la tradición alema- na. Una vez ya asentada la tradición de la escuela italiana, destacará el Liber de Arte Gladiatoria Dimicandi de Filippo di Vadi di Pisa, fechada en 1483. Ambos se centrarán en la práctica de la es- grima de espada de dos manos, aunque también incluyen referencias a armas enastadas; lucha a mano vacía; daga; arnés; etc.91 También debemos nombrar a la figura de Pietro Monti y su obra Exercitiorum Atque Artis Militaris Collectanea, escrita en latín e impresa en Milán en 150992 . Las distintas escuelas se diversificarán y desarrolla- rán ricamente durante los primeros años del siglo XVI, y continuarán prolongándose en el tiempo. De la Esgrima a la Destreza Volviendo al caso de las escuelas de esgrima en la Península Ibérica, tenemos que marcar como punto de inflexión entre las tradiciones y doctri- nas provenientes de la inercia bajomedieval, la irrupción de la corriente humanística en el Arte de la Esgrima. Ese punto vendrá determinado por la publicación en Sanlúcar de Barrameda del Libro que trata de la Philosophia de las Ar- mas y de su Destreza, y de la aggressión y defen- sión Christiana93 , obra del sevillano Jerónimo Sánchez de Carranza94 . No es nuestra labor en este artículo desarrollar la figura de Carranza ni la evolución de la Verdadera Destreza durante el siglo XVII, pero sí debemos aportar algunas notas para comprender qué supuso ese cambio de paradigma. A partir de los años 60 del siglo XVI algo tuvo que fraguarse en la percepción de las capas medias y altas de la sociedad para que afecta- ra al tradicional modus vivendi de los maestros de esgrima en el ámbito público95 . Ya por esas fechas Carranza se encontraba al servicio de la casa ducal de Medina Sidonia96 . Su formación en leyes y su relación con el círculo intelectua- les y humanistas de la Sevilla del XVI97 , Juan de Mal Lara, el poeta Fernando de Herrera, el licenciado Cristóbal Mosquera de Figueroa y el doctor Pedro de Peramato, fue determinante para la posterior estructura e intención del libro Philosophia de las Armas. Básicamente supuso unir las Armas y las Letras. Con él pretendía conferir dignidad de Filosofía, Ciencia y Arte a la práctica y destreza de las armas, elevándola por encima de la esgrima de rufianes y bravos. < Fig. 6 (izda.). Flos Duellatorum-Ms. M.383 13v14r, Fiore dei Liberi < Fig. 7 (dcha.). De Arte Gladiatoria Diminicandi, Filippo Vadi (1483) 91 Ibid., pg. 29. 92 Ibid., pg. 36. 93 LEGUINA, E., op. cit., pp. 14, 42. 94 HERMOSO RIVERO, J.Mª., “Jerónimo Sánchez de Carranza (¿1539-1608?), creador de la Verdadera Destreza…y gobernador de Honduras”, en Boletín del Centro de Estudios de la Costa Noroeste de Cádiz, nº5, 2015, pp. 65-98. 95 Suponemos que una mala praxis y una degeneración del oficio que chocaba frontalmente con la nuevas ideas humanís- ticas en el estado polisinodal. 96 Ibid., pg. 68. 97 MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 283-320.
  16. 102 VALLE ORTIZ, M., op. cit., pg. 208. 206 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O Para su redacción opta por la forma de diálo- gos, según la tradición humanística y remontán- dose de este modo a Sócrates y Platón98 . Si queréis ver en igual balanza Al rubio Febo y colorado Marte, Procurad de mirar al gran Carranza, De quien el uno y el otro no se parte. En él veréis, amigas, pluma y lanza Con tanta discreción, destreza y arte, Que la destreza, en parte dividida, La tiene en ciencia y arte reducida99 . Evidentemente no todos los maestros de es- grima llegaron a ser de la calidad intelectual y posición de don Jerónimo de Carranza, pero el pensamiento que plasmó en su obra sí supuso un cambio en la concepción de la esgrima mo- derna como disciplina científica, filosófica y ar- tística, y permearía con especial intensidad en la ciudad de Sevilla, y posteriormente incluso en el Nuevo Mundo. De gran importancia para perpetuar y desa- rrollar la Verdadera Destreza fue Luis Pache- co de Narváez100 , quien recogió el testigo de la producción tratadística101 referente a la Ciencia de las Armas, aportando nuevas teorías a dicha doctrina, durante la primera mitad del siglo XVII. A pesar de las disputas y diferencias entre las escuelas carrancista y pachequista, su exten- sa aportación a la bibliografía sobre el Arte de la esgrima mantiene intacto el espíritu de enno- blecer la destreza de las armas tanto en su ma- gisterio como ejercicio, incluyéndose muchos de sus aspectos en el quadrivium de las siete artes liberales, en oposición a la llamada esgrima vul- gar, que persistía en la práctica de la esgrima vulgar según la tradición de corte medieval. El sobredicho Pacheco de Narváez alcanzó el cargo de Maestro Examinador Mayor en 1624, puesto que le permitió publicar al año siguien- te de su nombramiento el tratado Modo fácil y nuevo para examinarse los Maestros en la Des- treza de las Armas, en Madrid102 . Aunque su producción bibliográfica comenzó en el 1600, y fue muy prolijo en ella, el hecho de realzar la Destreza a método oficial e intentar unificarlo en toda la Corona, es un buen ejemplo de cómo evolucionó y se asentó el Arte de la esgrima a lo largo de toda la Península Ibérica. / Fig. 8. Frontispicio de Libro que trata de la Philosophia de las Armas y de su Destreza, y de la aggressión y defensión Christiana. Sanlúcar de Barrameda, 1582 98 CHAUCHADIS, C., “La Philosophia de la destreza de las armas de Jerónimo de Carranza, del buen modo de transmitir la ciencia de las armas”, en La transmission de savoirs licites ou illicites dans le monde hispanique (XIIe-XVIIe siècles), pp. 441-452. 99 CERVANTES, M., Obras completas, Madrid, Aguilar, 1964, pg. 749. 100 VALLADARES REGUERO, A., “Vida, hechos y escritos del maestro de esgrima Luis Pacheco de Narváez, natural de Baeza”, en Materiales para la Historia del Deporte en Andalucía III, 2005, pp. 105-130. 101 VALLE ORTIZ, M., op. cit., pp. 193-218.
  17. J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 207 Conclusiones Después de este recorrido panorámico por lo que fue el Arte de la Esgrima en el contexto de la Prime- ra Vuelta al Mundo, podemos concluir que duran- te el período correspondiente a los siglos XIV y XV es del que menor información conservamos. A ni- vel peninsular, tenemos noticias de algunos maes- tros en las Coronas de Aragón y Castilla, además de la constancia de la existencia de los tratados de esgrima de Jaime Pons y Pedro de la Torre, fecha- dos en 1474. Estos serán los primeros referentes para los maestros de la siguiente centuria. Un hito importante fue la expedición de la provisión real a Gómez Dorado como maestro mayor examinador en 1478, en la cual se incluyen los nueve títulos sobre dicho cargo. Éstas nos han sido de gran ayu- da para el estudio del oficio de maestro de esgrima a través de la documentación de que disponemos. Ya entrados en el siglo XVI es donde mayor nú- mero de referencias a esgrimidores tenemos. Duran- te la primera mitad del mismo sobresale la figura de Francisco Román, nombrado como maestro mayor de los pajes del Rey y examinador mayor de Casti- lla, entre los años 1523 y 1526. Y por la publica- ción de su Tratado de Esgrima con figuras en 1532. Entre todas las escrituras notariales conser- vadas de este período destacamos las cartas de examen para maestro de las armas, porque aportan valiosa información sobre el desarrollo del oficio de la esgrima y su espíritu de agremia- ción. A través de ellas conocemos el papel que desempeñaba el maestro mayor examinador, que estaba acompañado por un tribunal, que los aspirantes a maestros se podían examinar de una o varias armas. También vemos a través de ellos el carácter público y civil que tenía la práctica de la esgrima, ya que podían ejercer su magisterio en plazas públicas o tiendas, además de ser una de las actividades que se realizaban en festividades señaladas. El paso de una tradición práctica bajomedie- val a la evolución hacia un método filosófico y científico, fundamentado en las ideas huma- nistas que unieron las Armas y la Letras, duró hasta bien entrado el siglo XVI. La fecha que marcamos como punto de inflexión fue el año 1582 por la publicación del libro Philosophia de las Armas, obra de Jerónimo Sánchez de Ca- rranza, dónde se diferenciará por primera vez la “destreza verdadera” de la “esgrima vulgar”.
Advertisement