“Puerta de la Sirena”
Castillo de Santiago (siglo XV)
Foto: Óscar Franco
En la imagen aparece la Puerta de la Sirena, portada monumen-
tal del Castillo de Santiago; es de destacar el elemento mítico (la
sirena de doble cola) que pertenece al imaginario simbólico de la
Casa Ducal de Medina Sidonia, el hada Melusina, un ser mítico de
naturaleza acuática que presidía –amparando bajo sus brazos los
escudos de la Casa Ducal- el acceso al interior del castillo y cuya
mirada apuntaba hacia el exterior del mismo, hacia la ribera, hacia
la orilla del Guadalquivir en su desembocadura, precisamente ha-
cia esa misma ribera que vería hacerse a la mar a los barcos de la
Expedición Magallanes-Elcano. Es un elemento característico del
Patrimonio Histórico y Artístico de Sanlúcar de Barrameda, repre-
sentativo del contexto cultural y cronológico (la transición de los
siglos XV a XVI) al que pertenece el horizonte de los grandes via-
jes oceánicos en el que se inserta la I Vuelta al Mundo (1519-1522).
In Medio Orbe
Sanlúcar de Barrameda y la I Vuelta al Mundo
Actas del I Congreso Internacional sobre la I Vuelta al Mundo,
celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
los días 26 y 27 de septiembre de 2016
J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 195
EL ARTE DE LA ESGRIMA
en el contexto de la I Vuelta al Mundo
Juan Guilmaín Alonso1
Introducción
Encuadrado en el marco cronológico de finales
del siglo XV y el primer tercio siglo del XVI,
realizaremos una breve panorámica de cómo
era el Arte de la Esgrima en la Península Ibérica
en el contexto de la Primera Circunnavegación
a la Tierra. Aún anclado al curso bajomedieval
veremos el modus operandi de los maestros del
oficio, su sistema práctico, los espacios de desa-
rrollo de su actividad además de cómo se com-
portó ante la aparición del proceso humanístico
aplicado al oficio de las armas2
.
Después de un período de silencio historiográ-
fico durante casi todo el siglo XX, sólo salpica-
do por algunas obras a lo largo de la centuria,
hace apenas una década que el mundo de la es-
pada y la esgrima de siglos pretéritos han vuelto
a tener vigencia en distintos ámbitos de la ac-
tualidad internacional. Muchos son los grupos
y salas de esgrima actuales que han rescatado
la práctica del manejo de espadas históricas, y
ello ha llevado a reabrir felizmente el interés
académico por el estudio de esta parte de la
Historia. Es importante emprender este renova-
do impulso por la investigación de la esgrima
durante los períodos de la Baja Edad Media, el
Renacimiento y el Barroco, desde el micro aná-
lisis histórico de los sistemas relacionales de los
actores y su contexto. De este modo podremos
conectar todo lo referente al mundo de la es-
grima con otros aspectos de la vida cotidiana y
cultural que tradicionalmente han sido más es-
tudiados en los períodos bajomedievales y auri-
secular. Por estos motivos cobra mayor sentido
contribuir con esta panorámica sobre el Arte de
la Esgrima en el tiempo de la gesta de la Primera
Vuelta al Mundo (1519 y 1522) como un punto
de conexión más en el nuevo horizonte de estu-
dios históricos del siglo XXI.
Como fuente primaria concerniente al Arte de
la Esgrima y sus maestros, la mayoría de los da-
tos los obtenemos directamente de los tratados
y manuales de esgrima. No sólo nos interesan
por los aspectos técnicos y reseñas de los propios
autores, sino también por las referencias a otros
maestros, tanto antecesores como coetáneos a
ellos, de los cuales no nos han llegado más tes-
timonios que los citados y recogidos en sus pá-
ginas. Gracias al interés bibliófilo decimonónico
sobre los libros de esgrima y las artes militares
1
Historiador del Arte; email: juan.guilmain.alonso@gmail.com
2
Palabras clave: Esgrima; Siglo de Oro; Destreza vulgar; Destreza Verdadera; Circunnavegación.
196 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O
del pasado, nos beneficiamos de las valiosas no-
ticias recogidas en repertorios y catálogos biblio-
gráficos específicos creados bajo el auspicio de la
historiografía romántica. Éstos han sido, y son,
obras de referencia como punto de partida para
abordar cualquier investigación sobre el tema.
En el caso español no podemos dejar de citar
las obras de Enrique de Leguina3
, Pedro Vindel4
,
Teodomiro Moreno5
, y más recientemente la
Nueva Bibliografía de Manuel Valle6
.
Otra fuente importantísima, y hasta ahora
poco estudiada, son los documentos de archivo
y sus variadas tipologías documentales: escritu-
ras notariales, actas capitulares, padrones, plei-
tos judiciales, etc. Un buen punto de partida fue
el trabajo de José Gestoso sobre escrituras nota-
riales concernientes a los Esgrimidores sevilla-
nos7
. La documentación notarial8
es una fuente
primordial para el estudio de la historia social
de cualquier lugar, ya que nos aporta mucha in-
formación sobre el pulso cotidiano y la vida pú-
blica de la población. Debido a la necesidad de
control y gobierno del Estado Moderno9
sobre
los negocios particulares mediante la fe pública,
otorgada por la institución notarial, conserva-
mos hoy inestimables datos para conocer mejor
ciertos aspectos de la práctica de la esgrima y
los maestros de su oficio durante los finales del
siglo XV y principios del XVI10
.
El oficio de la esgrima y espacios para batallar
El uso de la espada es tan antiguo que no se
puede señalar la época de su origen: sólo se
sabe que los pueblos se servían de esta arma
mucho tiempo antes de la fundación de las
monarquías11
.
Desde fechas anteriores al inicio del Quinien-
tos, ya tenemos noticias y referencias a maestros
de armas centradas en el ámbito de la Penín-
sula Ibérica. En 1345 tenemos evidencias de
maestros de esgrima en Mallorca12
. En el último
tercio del siglo XIV existen reseñas sobre Bells
Hom, judío, maestro de armas de Juan I13
, y se-
gún dos contratos de aprendizaje de 1418 cono-
cemos al maestro Benedetto da Firenze14
. En una
carta de examen de 1466 se tiene constancia de
la relación de varios maestros y prebostes, ma-
llorquines, valenciano y castellonense, que exa-
minaron a Arnau de Castellbò15
. Gracias a estos
testimonios nos consta la existencia del oficio, y
una estructuración del mismo, en la Corona de
Aragón. Lo que nos aportan datos útiles para
buscar paralelismos en fuentes documentales to-
cantes a la Corona de Castilla.
Del 4 de marzo de 1498 se conserva en el Ar-
chivo Histórico Provincial de Málaga la carta de
3
LEGUINA Y VIDAL, E. La Espada. Apuntes para su Historia en España. Sevilla, 1885 / Libros de esgrima españoles y
portugueses. Madrid, 1891. / Bibliografía e historia de la esgrima española. Madrid, 1904.
4
VINDEL, P. Armas y desafíos. Madrid, 1901.
5
MORENO DURÁN, T. Esgrima española. Apuntes para su historia. Madrid, 1902.
6
VALLE ORTIZ, M. Nueva Bibliografía de la Antigua Esgrima y Destreza de las Armas. Santiago de Compostela, 2012, p. 9.
7
GESTOSO PÉREZ, J. “Esgrimidores sevillanos”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid, (1911), pp.
105-113 y 302-316.
8
BONO HUERTA, J. Breve introducción a la Diplomática Notarial Española. Parte primera, Sevilla, 1990, pp. 60-61.
9
Especialmente a partir de la Pragmática de Alcalá de Henares de 1503.
10
ROJAS GARCÍA, R. “La memoria de lo privado en lo público: los escribanos públicos sevillanos”, en Historia, Institu-
ciones, documentos, nº 31, Sevilla, 2004, pp. 573-584.
11
THOMASE, E. Tratado de esgrima a pie y a caballo, en que se enseña por principios el manejo del florete ó el juego de
la espada que se usa en el día, adornado con diez y seis láminas gravadas en cobre. Barcelona 1823, pg. 5.
12
LLOMPART, G. “Ideal caballeresco y Escuela de Esgrima en Mallorca en el siglo XV”, en Revista de historia Jerónimo
Zurita, Zaragoza, nº 29-30, 1976-1977, pp. 149-162, en pg. 153.
13
Ibid., op. cit., pg. 152.
14
Ibid.
15
Ibid., op. cit., pg. 153.
J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 197
examen del maestro Pedro de Herrera, al que exa-
minaron los maestros “del arte de Palestrina”16
,
maestre Agustín, hermano de maestre Fernando
de Luna, maestre Juan Arroyo, maestre Andrés, y
maestre Bartolomé de Güero17
. En Sevilla posee-
mos escasas referencias sobre algún maestro de
esgrima durante el siglo XV, y éstas las encontra-
mos en las postrimerías del mismo. Un registro
notarial hispalense datado el 28 de septiembre de
149818
se refiere al maestre Rodrigo, que según
un padrón vecinal vivía en la calle Pajería19
del
barrio de la Mar. Ya iniciado el siguiente siglo,
volvemos a encontrar al citado maestre en un
arrendamiento de unas casas en la collación de
Santa María en 151520
. También en 1500 tene-
mos noticia del maestre Antonio21
, mencionado
en un apoderamiento de otro registro notarial.
En 1515 hallamos a su vez una escritura sobre
el maestro Alonso de Vargas, que arrienda unas
casas en la collación de Santa María22
.
En la introducción de su Tratado de Esgrima
de 1854, el maestro José Cucala y Bruño men-
ciona las ordenanzas del “Cuerpo de Tenientes”
y real cédula expedida en Zaragoza, el 24 de
junio de 1478, dada por los Reyes Católicos a
Gómez Dorado23
:
…los señores reyes católicos D. Fernando
y Doña Isabel les dieron sus ordenanzas en
el año de 1478, haciendo al mismo tiempo
merced del empleo de maestre-mayor de este
Cuerpo a don Gómez Dorado, como consta
de la Real cédula expedida en la ciudad de
Zaragoza en 24 de junio de 1478, en recom-
pensa de los servicios prestados por éste al
rey de Aragón, D. Alfonso V, padre del rey
D. Fernando, quedando desde entonces este
Cuerpo y su jefe como dependientes de la
real casa24
.
Además de esto, también señala que los Reyes
Católicos otorgaron escudo de armas al “Cuer-
po de Tenientes” y el tipo de indumentaria que
vestían. En este caso, sin embargo, no tenemos
constancia de dónde extrae esta información:
También los Reyes Católicos dieron al Cuer-
po el escudo en campo azul, corona real y
un brazo armado con espada desnuda, orla
de oro con el lema Fidei ad defensam para-
tus y como mirando a la diestra…
…En sus primeros tiempos usaron los Te-
nientes de la armadura completa, como era
consiguiente a todo caballero que se dedi-
caba en la honrosa profesión de las armas.
Después siguiendo la estricta ley de la época,
llevaban sobre el traje negro, coleto y botas
de piel de búfalo, color anteado, sombrero
chambergo blanco con plumas encarnadas,
y bordado al costado izquierdo del coleto
el gran montante. Traían también pendiente
del cinturón la espada y daga, según se lle-
vaba entonces, y sobre el traje negro y bajo
el coleto una banda de seda blanca con dos
listas encarnadas divididas en tres puntas
iguales y en charpa25
.
A partir del estreno de la maestría mayor según
la real cédula de Gómez Dorado, se incluirán
nueve títulos que velarán por el buen gobierno
del oficio de los maestros de esgrima. La sobre-
16
Esgrima de espada y broquel.
17
GARCÍA MANZANO, J.M. y ACUÑA MUÑOZ, E. “La práctica de la esgrima en la Málaga de los siglos XV y XVI”,
en Materiales para la Historia del Deporte en Andalucía III. 2005, pp. 150-156.
18
Archivo Histórico Provincial de Sevilla (AHPSE). Leg. 3217/77M, s/f..
19
Archivo Municipal de Sevilla (AMSE). R. 752, f. 473v.
20
AHPSE. Leg. 2211, ff. 512v-513v.
21
AHPSE. Leg. 3219/78M, f. 387v. Gestoso plantea que puede ser el mismo que en años posteriores citan como uno de los
maestros examinadores de Cristóbal Martínez en 1523 (BCC. Colección Gestoso, TOMO XXVII ff. 204r-205v) y Gabriel de
Contreras en 1528 (AHPSE. Leg. 2256, s/f.), o el llamado Antón Ruiz Zapata en el padrón de 1533 como vecino del barrio
de San Lorenzo (AMSE. R. 1716, f. 93v).
22
AHPSE. Leg. 2211, ff. 539v-540v.
23
GESTOSO PÉREZ, J. Op. cit., pg. 106.
24
CUCALA, J., Tratado de esgrima. Madrid 1854, pg. 3.
25
Ibid., op. cit., pg. 4.
198 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O
dicha real cédula y títulos serán incorporados en
las sucesivas provisiones reales de los siguientes
en ostentar el cargo de maestro mayor26
. Tal y
como podemos corroborar en los expedientes
muy posteriores sobre el Título de Maestro de la
Ciencia Filosófica, y Matemática de la Destreza
de la Armas, en todos los Reynos y Señoríos de
su Magestad de Juan de Castañeda27
(1683) y de
Diego de Cea y Carrillo28
(1787).
Dichas ordenanzas ponen de manifiesto su
interés por centralizar en la figura del Maestro
Mayor y reglamentar a través de una normativa
determinada el buen funcionamiento y desarro-
llo del magisterio de las armas. Éstas trataban
sobre aspectos como la capacidad del maestro
examinador mayor para nombrar bachiller, pre-
boste o maestro; supervisar el uso que éstos de-
sarrollaban sobre el oficio; inhabilitarlos si fue-
ra necesario; no enseñar esgrima a “moro, judío
negro o esclavo”; velar sobre la seguridad de la
práctica, obligando a utilizar “birrete fuerte en
la cabeza y guante de defensión”. El incumpli-
miento de alguna de los citados títulos conlleva-
ría una pena pecuniaria, de la cual dos partes se
destinaba para la Real Cámara29
.
Sobre el posible establecimiento de los profe-
sionales del oficio como gremio, varias fuentes
citan unas ordenanzas del gremio de Maestros
de Esgrima30
, dadas en Córdoba en 1512, pero
ya Leguina31
hace referencia a que es un dato
equivocado, puesto que se trata de un proyecto
de ordenanzas para los armeros de Córdoba32
.
/ Fig. 1. Copia impresa de la Real Cédula de Gómez
Dorado como maestro examinador mayor
En el caso hispalense33
, al igual que en otros
ámbitos municipales, tampoco tenemos cons-
tancia de la existencia de ordenanzas gremiales
específicas, más allá de los nueve ordenamientos
que se detallan en la Real Cédula del maestro
Gómez Dorado. En cambio, en la Corona de
Aragón, sí tenemos noticias de la presencia de la
cofradía los “mestres de esgrima” en Barcelona
26
CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, A., “El Maestro Mayor de la Destreza de las Armas (un oficio bajomedieval en los
orígenes de la esgrima española)”, en Colaboraciones 6, 1997, pp. 77-108.
27
Archivo Fundación Casa de Alba (AFCA) Coga 217-06, Titulo de Maestro de la Filosofía, y Destreza de las Armas, para
en todos los Reynos y Señoríos de su Magestad. Por Juan de Castañeda, maestro del Rey nuestro señor. 20 de julio de 1683.
28
Archivo Histórico Nacional (AHN), CONSEJOS, L. 1404, Exp. 64. Título de Maestro de la Ciencia Filosófica, y Mate-
mática de la Destreza de la Armas, en todos los Reynos y Señoríos de su Magestad de Diego de Cea y Carrillo, Maestro del
Rey nuestro señor, y mayor de la expresada ciencia, del 14 de febrero de 1787.
29
AHN, CONSEJOS, L. 1404, Exp. 64.
30
LEVA CUEVAS, J. “La Caballería y el Arte de la Esgrima en la ciudad de Córdoba en los siglos XV y XVI. La plaza de
la Corredera como marco de su ejercicio”, en Ámbitos. Revista de estudios de Ciencias Sociales y Humanidades nº 11, pp.
107-124.
31
LEGUINA, E., op. cit., pg. 35.
32
Archivo Municipal de Córdoba (AMC), Caja 16, doc. 1. Nº1 Ordenanzas para los Maestros de Esgrima. Año de 1512.
https://almanzor.ayuncordoba.es/ Revisado el 10-02-2012.
33
PÉREZ ESCOLANO, V. y VILLANUEVA SANDINO, F. Ordenanzas de Sevilla. Sevilla, 1975. BERNAL, A.M., CO-
LLANTES DE TERÁN, A. y GARCÍA-BAQUERO, A. Sevilla, de los gremios a la industrialización. Sevilla, 2008.
J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 199
en 159934
. A pesar de la falta generalizada de
unas ordenanzas concretas entorno a las cuáles
se organicen los integrantes del oficio y arte de
la esgrima, podemos determinar la existencia de
un “espíritu gremial”. Reconocemos varios ras-
gos característicos de un gremio según podemos
apreciar a través de la información obtenida
de las escrituras propias del oficio, como pue-
den ser cartas de examen, permisos y poderes;
además de otros documentos más habituales
como arrendamientos, cartas de dote, etc., que
demuestran las relaciones entre miembros y fa-
miliares del mismo oficio.
El oficio de los Maestros de Esgrima debemos
incluirlo dentro de las profesiones liberales, en-
cuadrado en el “sector medio” de los grupos
sociales del siglo XVI35
. Algunos maestros de
esgrima ostentaban otros oficios además del de
las armas, como por ejemplo el maestre Diego
Bernal de Heredia, que tuvo tienda de cuchille-
ría36
. Maestre Andrés, que pudo ser carbonero
anteriormente y de ahí posiblemente el apodo
que tenía. Juan de Perea, el preboste de este úl-
timo, también era cerrajero. Por tanto, dentro
de las profesiones liberales los maestros esgrimi-
dores se mueven entre un amplio margen social
que los encuadra cerca de la baja nobleza por
una parte, y, por otro, de las capa bajas de la so-
ciedad37
. Si volvemos la mirada hacia la profusa
producción tratadística “del noble arte y liberal
de la esgrima”38
durante los años del siglo XVII,
veremos como cada vez se acentuará cada vez
más su carácter liberal frente a las artes serviles.
Constituida la destreza de las armas parte
principal de la educación de los hidalgos,
como una de las artes que “en todos tiem-
pos y naciones se han tenido y tienen por
liberales, digna de gente libre y noble.39
Francisco Román40
fue nombrado por Car-
los I sucesor de Gómez Dorado (1478-¿?) como
“maestro de los pajes41
del Emperador y exa-
minador mayor de todos sus Reinos y Seño-
ríos”. Suponemos que entre los años de 1523 y
1526 y posiblemente coincidiendo con la visita
del Emperador a Sevilla para sus nupcias42
. El
amplio arco temporal entre el nombramiento de
un maestro y otro nos hace pensar que el cargo
debió permanecer vacante durante unos años.
Las funciones esenciales atribuidas al maestro
examinador mayor exigían que el susodicho se
desplazase a distintas localizaciones de los Rei-
nos, para examinar y otorgar cartas de examen
a nuevos maestros, así como hacer cumplir los
puntos señalados en las ordenanzas del oficio43
.
Este hecho generaba que en ocasiones se nombra-
sen sustitutos que realizaran estas labores como
apoderados del maestro examinador mayor.
Como ejemplos de ello podemos citar al maestro
Alfonso de Gandía, el cual tenía poder otorga-
do por Gómez Dorado, según consta la carta de
examen de maestre Bartolomé, del 7 de abril de
1495 dada en Córdoba44
, o al maestre Diego Ber-
nal de Heredia45
que tenía poder otorgado por el
maestro Francisco Román …para que por mí, e
en mi nombre, pueda requerir a qualesquier es-
34
BOFARULL I MASCARÓ, P., “Procesos en las antiguas cortes y parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia”, en
Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón, Tomo VIII, Barcelona 1851, pp. 523-531.
35
MORALES PADRÓN, F., Historia de Sevilla: La ciudad del Quinientos. Sevilla, 1977, pp. 66-75.
36
GESTOSO PÉREZ, J. op. cit., pg. 304.
37
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pg. 74.
38
MUÑECAS MARMONTAÑO, J.I., Panegírico a Don Francisco de Añasco / por Juan Ignacio de las Muñecas Marmon-
taño; precedido de un prólogo y noticias bibliográficas por Enrique de Leguina, Sevilla, E. Rasco, 1887, pg. VII.
39
LEGUINA, E., La Espada. Apuntes para su Historia en España. Sevilla 1885, pp. 125-126.
40
GUILMAÍN ALONSO, JUAN. “Francisco Román, maestro de armas del Emperador, y su perdido Arte de la Esgrima”
en Comercio y cultura en la Edad Moderna. Universidad de Sevilla. Sevilla 2015, pp. 2451-2467.
41
El cargo de maestros de los pajes del rey solía ir vinculado al de maestro mayor.
42
Ibid., op. cit., pg. 2453.
43
AFCA Coga 217-06, Titulo de Maestro...Por Juan de Castañeda, maestro del Rey nuestro señor. 20 de julio de 1683.
44
Josefa Leva Cuevas, “La Caballería y el Arte de la Esgrima en la ciudad de Córdoba en los siglos XV y XVI. La plaza
de la Corredera como marco de su ejercicio”, en Ámbitos. Revista de estudios de Ciencias Sociales y Humanidades nº 11,
2004, pp. 107-124.
45
AHPSE. Leg. 2252, f. 1125r-v.
200 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O
gremidores, que pusieren tyenda en esta çibdad,
que le muestren las cartas e exámenes que tiene
de mí el dicho maestre Françisco.
Una de las principales fuentes de las que he-
mos obtenido inestimable información sobre la
estructura del oficio de estos maestros son las
cartas de examen. Estos instrumentos públicos
eran los que garantizaban una serie de derechos
atribuidos al ejercicio del Arte de la esgrima.
Suelen estar redactadas en forma objetiva, y
se inician con la data tópica y crónica, según
el sistema de la Natividad. Se informa del em-
plazamiento y la hora del examen. No podemos
establecer si la elección del lugar para la cele-
bración de estos exámenes estaba determinada
por alguna normativa, o simplemente se elegía
por acuerdo tácito entre el solicitante del exa-
men y el maestro examinador mayor, o el tri-
bunal de maestros que lo evaluaban. A pesar de
ello, sí conocemos el carácter eminentemente
público del ejercicio de la esgrima. En las pro-
pias cartas se da permiso para enseñar en las
plazas públicas46
, por lo tanto era algo cotidiano
y socialmente admitido en la vida diaria de las
ciudades47
. Como ejemplos podemos citar como
en Sevilla tuvo especial relevancia las plazas del
Salvador y la de San Francisco, como del mismo
modo lo tuvo en Córdoba la Plaza de la Corre-
dera48
. Del mismo modo este carácter público
se demostraba en que los días señalados se cele-
braban juegos de cañas, justas, etc., también se
colocaban palestras o palenques donde jugar las
armas de esgrima49
.
El examen de Cristóbal Martínez50
se llevó a
cabo en la tienda de un maestro, pero se seña-
la que además del tribunal, testigos y escribano
público, estaban presentes “mucha gente” para
que le viesen. Parece que la posibilidad de poner
tienda, además de plaza, era de mayor dignidad
que poner plaza pública, y que sólo tenían de-
recho a hacerlo los maestros de armas exami-
nados con licencia y carta de examen. En 1529
tenemos el ejemplo del permiso otorgado por el
maestre Andrés Carbonero a Juan de Triana y
/ Fig. 2. Juegos de armas en plaza de
Fürstenhof, 1585 (Franz Hogemberg)
/ Fig. 3. Sala de armas en Des Weisskunig (1500)
46
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 38-42.
47
MUÑECAS MARMONTAÑO, J., op. cit., pg. VIII.
48
LEVA CUEVAS, J., op. cit., pg. 121.
49
Gonzalo Ramírez Macías, “El deporte en la ciudad de Sevilla durante el siglo XV”, Materiales para la Historia del
deporte en Andalucía IV, 2005, pp. 93-110.
50
BCC. Colección Gestoso, TOMO XXVII ff. 204r-205v. Carta de examen de Cristóbal Martínez, 1523-05-03, Sevilla.
J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 201
Juan de Perea51
para poner plaza como prebos-
tes52
fuera de Sevilla53
. Volviendo a referir los ci-
tados títulos, en el II se indica que tanto los car-
gos de maestro, preboste y bachiller, deben estar
otorgados por el maestro mayor examinador, o
en su defecto por algún maestro facultado por
él. Por esto creemos que el dicho maestre An-
drés debía tener autorización expresa del maes-
tro mayor examinador de aquella fecha, que no
era otro antes citado Francisco Román. Cuando
se refieren a tienda, ésta solía tratarse de la pro-
pia casa del maestro de esgrima54
. Podían ejercer
el oficio, pero con ciertas restricciones, como la
de poder hacerlo en la ciudad de Sevilla, esto
también nos habla de la posible regulación de
profesionales del ramo.
De todo esto deducimos que era necesario de-
mostrar públicamente las capacidades esgrimísti-
cas de los aspirantes a maestro, no sólo ante un
tribunal especializado y cualquier ciudadano que
quisiera presenciarlo, sino sobre todo ante un fe-
datario público. Es por ello fundamental como
en este tipo de negocio destaca la figura del escri-
bano público para que dé fe y validez jurídica a la
carta de examen como instrumento público. Éste
expone como el examinando …avía aprendido el
dicho arte del esgrima de las armas con mucha
astuçia e trabajo55
y solicita a los maestros que lo
examinen públicamente, para que si lo …halla-
ren ábil y sufiçiente56
le den carta de examen para
…poner plaça e tienda de mostrar las dichas artes
a quien quisiere, e lleuar los derechos e salarios al
dicho ofiçio pertenecientes57
.
Los maestros exigían la demostración práctica
y formulaban una serie de preguntas teóricas so-
bre los conocimientos del candidato a maestro.
Bien podía ser de una o de varias disciplinas de la
amplia panoplia del oficio de las armas58
: espada
y broquel chico; espada sola; espada y rodela;
espada y capa; espada y broquel grande; espa-
da de dos manos; puñal; bastón; hacha. Podían
ser “maestro de todas las armas”, “maestro de
armas” o “maestro del arma”59
. Para hablar de
las múltiples armas aquí citadas sería necesario
realizar un estudio específico y pormenorizado
de las mismas, lo cual no nos corresponde en este
momento, pero sí efectuaremos una breve clasi-
ficación de ellas. Podemos dividirlas en espadas,
dagas, escudos y armas enastadas, subdividirlas
entre armas ofensivas y defensivas, y agruparlas
en disciplinas de manejo de un solo arma o la
combinación de dos, las llamadas armas dobles.
Superar el examen de maestro de esgrima re-
queriría, en todos los casos, demostrar la ido-
neidad y suficiencia del manejo de las armas, no
sólo en la práctica sino también especulativa-
mente. Suponemos que los propios solicitantes
a examinarse elegían las armas que iban a ju-
gar en dicha prueba, que evidentemente habían
aprendido con anterioridad. Sería interesante te-
ner en cuenta el coste de dos doblas castellanas
por derechos de examen60
, según el título IV de
la provisión real de Gómez Dorado, ya que en
ciertos casos sería conveniente abordar la hipó-
tesis de que a más disciplinas que aprender para
examinarse, mayor podrían ser los ingresos de
los maestros, tanto impartiendo clases como en
algunos casos, realizar varios exámenes.
En estas fechas enmarcadas entre 1478 y
158261
, tenemos pocos datos sobre qué tipo de
51
AHPSE. Leg. 2258, s/f.
52
COVARRUBIAS HOROZCO, S., op. cit., pg. 879.
53
AHPSE. Leg. 2257, s/f.
54
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 42-47.
55
AHPSE. Leg. 2256, s/f. Carta de examen de Gabriel de Contreras, 1528-06-2, Sevilla.
56
Ibid.
57
AHPSE. Leg. 2252, f. 1124 r-v. Carta de examen de Diego Bernal de Heredia, 1526-05-24, Sevilla.
58
LEGUINA, E., op. cit., 1885, pg. 123.
59
NIEVAS MUÑOZ, D. La esgrima y el mundo de la espada en la España Moderna. TFM Máster Universitario Oficial
“La Monarquía Católica. El Siglo de Oro español y la Europa Barroca”, Universidad de Granada, 2012, pg. 78.
60
Ibid.
61
Previas a la edición del tratado de la Philosophia de las Armas..., por Jerónimo Sánchez de Carranza, Sanlúcar de Ba-
rrameda, 1582.
202 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O
doctrina seguían dichos maestros, ni sobre qué
versaban las preguntas teóricas de los exáme-
nes, pero podemos aventurar que además de la
transmisión oral y tradición directa del manejo
de las armas contarían con los primeros tra-
tados de esgrima escritos durante el siglo XV
peninsular62
además de referencias de otras es-
cuelas europeas. Sólo en la carta de examen de
Cristóbal Martínez se indica algo concerniente
al contenido del que versaban las preguntas de
la prueba en cuestión:
…le fizieron todos los dichos maestros jun-
tamente todas las preguntas que se requie-
ren fazer tocantes a las dichas nueve guar-
das del dicho arte del esgrima, e contrallo e
recontrallos dellas63
.
Una vez que los maestros fallan a favor y
le daban licencia para …poner plaça e tienda
de mostrar las dichas artes a quien quisiere…
e lleuar los derechos e salarios al dicho ofiçio
pertenecientes64
. Seguidamente realizaban un
juramento por Dios, Santa María, los Santos
Evangelios y la señal de la Cruz. Una de las
cláusulas recurrentes que se incluye en las car-
tas de examen es la que se correspondería con
el título V de 147865
, en la que se dice que no
podían enseñar esgrima …a moro, judío, negro,
Una vez superados estos pasos en el iter do-
cumental, a continuación el maestro da otorga-
miento68
para dicha licencia y realiza la solicitud
de expedición69
al escribano público para que
le dé carta de examen firmada y signada por él.
Haciendo referencia en este caso al documento
original que se libraba al maestro examinado,
que a partir de entonces pasaba a tener la consi-
deración de maestro de esgrima70
.
Los libros y el Arte de la Esgrima
Como indicamos al principio, para tener cono-
cimiento de los apartados técnicos del manejo
de las armas nos será necesario consultar y es-
tudiar los tratados y libros de esgrima que se
escribieron. En el caso específico de la produc-
ción de tratados hispánicos durante el periodo
que hemos estado señalando a lo largo de este
trabajo, desgraciadamente no conservamos nin-
guno. Sólo tenemos noticias de ellos a través de
repertorios bibliográficos y algunos testimonios
sobre su contenido según anotaciones incluidas
en tratados posteriores a ellos. Jaime Pons de
Perpiñán y Pedro de la Torre fueron los llama-
dos a ser los iniciadores de la producción biblio-
gráfica esgrimística española .
71
esclavo. Además de señalar otras dos cláusulas
que se repiten, en las cuales se obligan a cumplir
que enseñarán esgrima …e que en ello non fará
fraude ni engaño alguno66
, y otra que guardarán
…el seruiçio de Dios nuestro Señor, e de sus Ma-
gestades, e el procomún de la República67
.
El maestro mallorquín Jaime Pons de Perpi-
ñán72
, escribió un tratado en catalán en 1474.
Tenemos datos anteriores a esa fecha según nos
lo facilita Llompart, como maestro de Analdo de
Castellbò en Perpinyà según carta de examen de
146673
. En su libro define fundamentalmente una
62
VALLE ORTIZ, M., op. cit., pg. 387.
63
Hace referencia a nueve guardias de espada y broquel, sus paradas y oposiciones a ellas.
64
AHPSE. Leg. 2252, f. 1124 r-v.
65
AHN, CONSEJOS, L. 1404, Exp. 64, p. 11.
66
AHPSE. Leg. 2252, f. 1124 r-v.
67
AHPSE. Leg. 2256, s/f.
68
BONO HUERTA, J., “Conceptos fundamentales de la diplomática notarial”, en Historia, Instituciones, Documento, nº
19, Sevilla 1992, pp. 73-88, esp. pg. 85.
69
PARDO RODRÍGUEZ, M.L. “Exámenes para escribano público en Carmona de 1501 y 1502”, en Historia, Institucio-
nes y documentos, nº 20, Sevilla 1993, pp. 303-312, esp. pg. 310.
70
BONO HUERTA, J., op. cit., 1990, pg. 48.
71
LEGUINA, E., op. cit., pg. 13.
72
LLOMPART, G., op. cit., pg. 154.
73
Ibid.
J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 203
guardia alta y otra baja. Respecto a las armas tra-
ta el manejo de espada y broquel como principal;
espada y daga; espada y capa; espada sola contra
lanza; puñal y desarmes, como secundarios74
.
Iayme Pons puso otras dos, vna alta, y otra
baxa, y que se puede mudar de la vna a la
otra, sin perder, ni gastar tiempo; el que su-
piere que fuera de tiempo, de lugar, y sin
movimiento, no puede aver cosa nueva75
.
Quan ageno, y contrario de la razón andu-
vo Iayme Pons, en aconsejar que quando se
afirme el hombre, tenga el vn pie levantado,
y sobre la puntilla, llamando a esto, cuyda-
do, prevención, recato, y prontitud, contra
las determinaciones del contrario76
.
De Iayme Pons (a quien imitaron Pedro de
la Torre, y Morozo) dizen que ay tajo, y re-
vés ascendiente, y de más desto pone otras
tres especies, a quien llama el poco amigo, el
hornero, y el pie de puerco77
.
También en 1474 se indica que publicó su
obra el maestro Pedro de la Torre78
. Según va-
rios autores podría ser de origen italiano, o que
dicho libro fuera editado en Italia. Por otro
lado, otros señalan que es de origen ibérico y
que puedo haber colaborado con Jaime Pons
en la elaboración de este tratado79
. Parece que
hace referencia a cuatro guardias principales y
las disciplinas recogidas en este libro son la de
espada sola; espada y daga; espada y capa; espa-
da y escudo; dos espadas; espada de dos manos;
espada contra lanza; y daga sola80
.
Lean a Iayme Pons y a Pedro de la Torre, y
verán como quieren que se tiren dos reveses,
vno de alto abaxo, y otro redondo por la
cara, y demás desto, ponen tajo hendiente,
que es de arriba abaxo, y tajo ascendiente,
que es de abaxo a arriba, manderecho a las
rodillas, y revés a los pies, y a las piernas81
.
Pedro de la Torre quiere que la espada sola
pueda contra todas las armas enastadas, o
sin asta, contra dos espadas, contra mon-
tante, lança de a pie, y de armas, hacha,
bastón, roncón, o visarme, contra espada y
daga, espada y broquel, rodela, capa, escu-
do, pavés, y adarga82
.
Respecto a la esgrima de dos espadas:
Por lo que dize Pedro de la Torre (cuyas pa-
labras referimos fielmente) no tiene poca an-
tigüedad, pues afirma que él fue el primero
que las inventó, y que le obligó a ello vn caso
repentino, en que aviendo de pelear se halló
con vn palo de quatro palmos, poco más o
menos, en la mano izquierda, y como lefal-
tasse arma defensiva para ella, pensó reparar
con él, y que en efecto se defendió, y assí de
este fácil, y casual experimento quedó para
con él establecida esta ciencia, o quier que
sea, y la más sustancial doctrina que dexó
escrita, es que aguarde su diestro a que tire
el contrario, y que con la espada izquierda
repare el golpe de la derecha, y con la suya
derecha hiera en el braço izquierdo83
.
74
RIVERA, T. y BLAIR, C., References to the fencing treatise of Jaime Pons de Perpiñán. USA, 2012.
75
PACHECO DE NARVÁEZ, L., Nueva ciencia, y filosofía de la destreza de las armas, su teórica, y práctica. Madrid,
Melchor Sánchez, 1672, pg. 34.
76
Ibid., op. cit., pg. 62.
77
Ibid., op. cit., pg. 156.
78
LEGUINA, E., op. cit., pg. 142.
79
VALLE ORTIZ, M., op. cit., pg. 281.
80
RIVERA, T. y BLAIR, C., References to the fencing treatise of Pedro de la Torre. USA, 2012.
81
PACHECO DE NARVÁEZ, L., op. cit., pg. 176.
82
Ibid., pg. 209.
83
Ibid., pg. 499.
204 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O
< Fig. 4 (izda.). Espada y
broquel. Royal Armouries
Leeds. MS I.33 28v.
< Fig. 5 (dcha.). Espada de
dos manos, tradición
Liechtenauer. MS 44 A8 1v.
Ya entrados en el siglo XVI, en 1532 el antes
citado maestro examinador mayor Francisco
Román escribió su llamado Tratado de esgrima
con figuras84
, impreso en Sevilla por Bartolomé
Pérez, y bajo el auspicio de Juan de Céspedes85
.
Como en los casos expuestos más arriba, des-
graciadamente no hay constancia de que se con-
serve ningún ejemplar. Respecto a su contenido
aparecen dato referentes al uso del montante; la
espada sola; espada y rodela; espada y broquel.
Poca satisfacción mostró tener de la capa
Maese Román, pues dize aver visto muchos
finados, por averla puesto a que den en ella,
como si fuera de azero, y a esta causa no se
atrevió a fiarle vn reparo, y quiso (sin razón
convencible) que la espada le ayudase a él, y
juntas lo hiziesen86
.
el montante es la principal arma, y que es el
águila dellas87
.
Dexamoslo por notorio, y porque rastrea-
ron esta verdad algunos de los antiguos, y
entre ellos mase Francisco Román, y por el
mayor de sus inferiores, y pocos aciertos,
dixo que la espada es el fundamento de to-
dos los escudos, y que con ella se ha de herir,
y reparar, y todo lo ha de hazer ella, aunque
en el proemio dexo torcido este parecer88
.
Es lógico pensar que estos libros de esgrima de
origen hispánico se vieran influidos por tratados
anteriores a ellos. Los testimonios de produc-
ción bibliográfica sobre el arte de la esgrima en-
tre los siglos XIII y XV pertenecientes a escuelas
distintas a las hispánicas, los encontramos po-
larizados en las escuelas de tradición que se de-
sarrollaron en el Sacro Imperio y las escuelas de
tradición italiana89
. Hasta ahora el manuscrito
catalogado como Royal Armouries MS I.33 de
Leeds, datado en torno a 1320 es el más antiguo
conocido y se centra en el manejo de la espada
y broquel.
Continuando con el caso alemán fue funda-
mental el autor Johannes Liechtenauer, el ejem-
plar más antiguo de su obra es el Nuremberg
Hausbuch MS, datado en torno a 1400, en el
que se centra en el uso de la espada de dos ma-
nos y será el inicio de una larga tradición de
maestros que continuarán principalmente con
el desarrollo de la esgrima de este tipo de espa-
da hasta el siglo XVII, Hanko Döbringer, Hans
Talhoffer, Joachim Meyer, entre otros90
.
84
GUILMAÍN ALONSO, J., op. cit., pg. 2456.
85
GUILMAÍN ALONSO, J., op. cit., pg. 2456.
86
PACHECO DE NARVÁEZ, op. cit., pp. 213-214.
87
Ibid., pp. 208-209.
88
Ibid.
89
NIEVAS MUÑOZ, D., op. cit., pg. 30.
90
Ibid., pg. 25.
J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 205
Como obra paradigmática del inicio de la tra-
dición italiana debemos citar la obre Flos Duella-
torum, Ms. M.383 de la Morgan Library & Mu-
seum de Nueva York, datado en torno a 1410,
y escrito por el maestro Fiore del Liberi, el cual
pudo haberse formado bajo la tradición alema-
na. Una vez ya asentada la tradición de la escuela
italiana, destacará el Liber de Arte Gladiatoria
Dimicandi de Filippo di Vadi di Pisa, fechada en
1483. Ambos se centrarán en la práctica de la es-
grima de espada de dos manos, aunque también
incluyen referencias a armas enastadas; lucha a
mano vacía; daga; arnés; etc.91
También debemos
nombrar a la figura de Pietro Monti y su obra
Exercitiorum Atque Artis Militaris Collectanea,
escrita en latín e impresa en Milán en 150992
. Las
distintas escuelas se diversificarán y desarrolla-
rán ricamente durante los primeros años del siglo
XVI, y continuarán prolongándose en el tiempo.
De la Esgrima a la Destreza
Volviendo al caso de las escuelas de esgrima en
la Península Ibérica, tenemos que marcar como
punto de inflexión entre las tradiciones y doctri-
nas provenientes de la inercia bajomedieval, la
irrupción de la corriente humanística en el Arte
de la Esgrima. Ese punto vendrá determinado
por la publicación en Sanlúcar de Barrameda
del Libro que trata de la Philosophia de las Ar-
mas y de su Destreza, y de la aggressión y defen-
sión Christiana93
, obra del sevillano Jerónimo
Sánchez de Carranza94
. No es nuestra labor en
este artículo desarrollar la figura de Carranza ni
la evolución de la Verdadera Destreza durante
el siglo XVII, pero sí debemos aportar algunas
notas para comprender qué supuso ese cambio
de paradigma.
A partir de los años 60 del siglo XVI algo
tuvo que fraguarse en la percepción de las capas
medias y altas de la sociedad para que afecta-
ra al tradicional modus vivendi de los maestros
de esgrima en el ámbito público95
. Ya por esas
fechas Carranza se encontraba al servicio de la
casa ducal de Medina Sidonia96
. Su formación
en leyes y su relación con el círculo intelectua-
les y humanistas de la Sevilla del XVI97
, Juan
de Mal Lara, el poeta Fernando de Herrera, el
licenciado Cristóbal Mosquera de Figueroa y
el doctor Pedro de Peramato, fue determinante
para la posterior estructura e intención del libro
Philosophia de las Armas. Básicamente supuso
unir las Armas y las Letras. Con él pretendía
conferir dignidad de Filosofía, Ciencia y Arte a
la práctica y destreza de las armas, elevándola
por encima de la esgrima de rufianes y bravos.
< Fig. 6 (izda.). Flos
Duellatorum-Ms. M.383
13v14r, Fiore dei Liberi
< Fig. 7 (dcha.). De Arte
Gladiatoria Diminicandi,
Filippo Vadi (1483)
91
Ibid., pg. 29.
92
Ibid., pg. 36.
93
LEGUINA, E., op. cit., pp. 14, 42.
94
HERMOSO RIVERO, J.Mª., “Jerónimo Sánchez de Carranza (¿1539-1608?), creador de la Verdadera Destreza…y
gobernador de Honduras”, en Boletín del Centro de Estudios de la Costa Noroeste de Cádiz, nº5, 2015, pp. 65-98.
95
Suponemos que una mala praxis y una degeneración del oficio que chocaba frontalmente con la nuevas ideas humanís-
ticas en el estado polisinodal.
96
Ibid., pg. 68.
97
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 283-320.
102
VALLE ORTIZ, M., op. cit., pg. 208.
206 // E L A R T E D E L A E S G R I M A E N E L C O N T E X TO D E L A I V U E LTA A L M U N D O
Para su redacción opta por la forma de diálo-
gos, según la tradición humanística y remontán-
dose de este modo a Sócrates y Platón98
.
Si queréis ver en igual balanza
Al rubio Febo y colorado Marte,
Procurad de mirar al gran Carranza,
De quien el uno y el otro no se parte.
En él veréis, amigas, pluma y lanza
Con tanta discreción, destreza y arte,
Que la destreza, en parte dividida,
La tiene en ciencia y arte reducida99
.
Evidentemente no todos los maestros de es-
grima llegaron a ser de la calidad intelectual y
posición de don Jerónimo de Carranza, pero el
pensamiento que plasmó en su obra sí supuso
un cambio en la concepción de la esgrima mo-
derna como disciplina científica, filosófica y ar-
tística, y permearía con especial intensidad en la
ciudad de Sevilla, y posteriormente incluso en el
Nuevo Mundo.
De gran importancia para perpetuar y desa-
rrollar la Verdadera Destreza fue Luis Pache-
co de Narváez100
, quien recogió el testigo de la
producción tratadística101
referente a la Ciencia
de las Armas, aportando nuevas teorías a dicha
doctrina, durante la primera mitad del siglo
XVII. A pesar de las disputas y diferencias entre
las escuelas carrancista y pachequista, su exten-
sa aportación a la bibliografía sobre el Arte de
la esgrima mantiene intacto el espíritu de enno-
blecer la destreza de las armas tanto en su ma-
gisterio como ejercicio, incluyéndose muchos de
sus aspectos en el quadrivium de las siete artes
liberales, en oposición a la llamada esgrima vul-
gar, que persistía en la práctica de la esgrima
vulgar según la tradición de corte medieval.
El sobredicho Pacheco de Narváez alcanzó el
cargo de Maestro Examinador Mayor en 1624,
puesto que le permitió publicar al año siguien-
te de su nombramiento el tratado Modo fácil y
nuevo para examinarse los Maestros en la Des-
treza de las Armas, en Madrid102
. Aunque su
producción bibliográfica comenzó en el 1600,
y fue muy prolijo en ella, el hecho de realzar la
Destreza a método oficial e intentar unificarlo
en toda la Corona, es un buen ejemplo de cómo
evolucionó y se asentó el Arte de la esgrima a lo
largo de toda la Península Ibérica.
/ Fig. 8. Frontispicio de Libro que trata de la Philosophia
de las Armas y de su Destreza, y de la aggressión y
defensión Christiana. Sanlúcar de Barrameda, 1582
98
CHAUCHADIS, C., “La Philosophia de la destreza de las armas de Jerónimo de Carranza, del buen modo de transmitir
la ciencia de las armas”, en La transmission de savoirs licites ou illicites dans le monde hispanique (XIIe-XVIIe siècles), pp.
441-452.
99
CERVANTES, M., Obras completas, Madrid, Aguilar, 1964, pg. 749.
100
VALLADARES REGUERO, A., “Vida, hechos y escritos del maestro de esgrima Luis Pacheco de Narváez, natural de
Baeza”, en Materiales para la Historia del Deporte en Andalucía III, 2005, pp. 105-130.
101
VALLE ORTIZ, M., op. cit., pp. 193-218.
J U A N G U I L M A Í N A L O N S O // 207
Conclusiones
Después de este recorrido panorámico por lo que
fue el Arte de la Esgrima en el contexto de la Prime-
ra Vuelta al Mundo, podemos concluir que duran-
te el período correspondiente a los siglos XIV y XV
es del que menor información conservamos. A ni-
vel peninsular, tenemos noticias de algunos maes-
tros en las Coronas de Aragón y Castilla, además
de la constancia de la existencia de los tratados de
esgrima de Jaime Pons y Pedro de la Torre, fecha-
dos en 1474. Estos serán los primeros referentes
para los maestros de la siguiente centuria. Un hito
importante fue la expedición de la provisión real a
Gómez Dorado como maestro mayor examinador
en 1478, en la cual se incluyen los nueve títulos
sobre dicho cargo. Éstas nos han sido de gran ayu-
da para el estudio del oficio de maestro de esgrima
a través de la documentación de que disponemos.
Ya entrados en el siglo XVI es donde mayor nú-
mero de referencias a esgrimidores tenemos. Duran-
te la primera mitad del mismo sobresale la figura de
Francisco Román, nombrado como maestro mayor
de los pajes del Rey y examinador mayor de Casti-
lla, entre los años 1523 y 1526. Y por la publica-
ción de su Tratado de Esgrima con figuras en 1532.
Entre todas las escrituras notariales conser-
vadas de este período destacamos las cartas
de examen para maestro de las armas, porque
aportan valiosa información sobre el desarrollo
del oficio de la esgrima y su espíritu de agremia-
ción. A través de ellas conocemos el papel que
desempeñaba el maestro mayor examinador,
que estaba acompañado por un tribunal, que
los aspirantes a maestros se podían examinar
de una o varias armas. También vemos a través
de ellos el carácter público y civil que tenía la
práctica de la esgrima, ya que podían ejercer su
magisterio en plazas públicas o tiendas, además
de ser una de las actividades que se realizaban
en festividades señaladas.
El paso de una tradición práctica bajomedie-
val a la evolución hacia un método filosófico
y científico, fundamentado en las ideas huma-
nistas que unieron las Armas y la Letras, duró
hasta bien entrado el siglo XVI. La fecha que
marcamos como punto de inflexión fue el año
1582 por la publicación del libro Philosophia
de las Armas, obra de Jerónimo Sánchez de Ca-
rranza, dónde se diferenciará por primera vez
la “destreza verdadera” de la “esgrima vulgar”.