Este documento trata sobre la importancia de educar los sentimientos. Resalta que los sentimientos son guías para el alma y su evolución, y que al escucharlos y aceptarlos se puede lograr la paz interior. También enfatiza que amarse a sí mismo es fundamental, y que para ello se debe aprender a escuchar la voz del corazón. El camino es conocer el lenguaje de los propios sentimientos.
2. “Que yo haga a un mendigo sentarse a mi mesa, que yo
perdone a aquel que me ofende y me esfuerce por amar,
inclusive a mi enemigo, en nombre de Cristo, todo eso,
naturalmente, no deja de ser una gran virtud. Lo que yo
hago al menor de mis hermanos, al propio Cristo se lo
hago.
Pero, ¿que sucederá, si descubro, por ventura, que el
menor, el más miserable de todos, el más pobre de los
mendigos, el más insolente de mis calumniadores, mi
enemigo, reside dentro de mi, soy yo mismo, y preciso
de la limosna de mi bondad, el enemigo que es
necesario amar?”
Carl Gustave Yung
3. Los apuntes aquí presentados constituyen indicaciones
a las plegarias angustiadas de todos nosotros, almas que
ansían la felicidad sin saber cómo es y qué hacer para
alcanzarla.
Innumerables rogativas parten de corazones queridos,
iluminados con el conocimiento espírita. Afligidos unos,
desanimados otros, a pesar de la claridad del saber
doctrinario, se sienten frustrados al examinar su vida
interior.
Tareas y orientación, oración y esfuerzo, según sus
suplicas, no han sido suficientes. Continúan, día tras día,
cargando el martirio mental sin soluciones o
alternativas de sosiego y paz interior.
4. Adentramos el periodo de madurez. El Espiritismo es una
simiente vigorosa y promisoria cultivada con sacrificio y
renuncia por labradores heroicos. Con todo, ¿de qué
servirán las simientes si no fueron lanzadas en
terreno fértil?
El periodo de madurez de las ideas espíritas será́
alcanzado con la instauración de las actitudes de amor en
nuestras relaciones. Para eso, se torna indispensable
ahondar la sonda de la investigación mental en el reino
subjetivo de los sentimientos.
Es bajo el Sol abrasador, de este momento de
transición, que nos compete labrar el suelo y
dominar el arado para la plantación de un nuevo
tiempo en la propia intimidad.
5. Cuando consigamos mayor facilitad para
mapear nuestra vida moral con intenciones
nobles, renovaremos la conducta
manifestando serenidad y auto-control.
6. El camino es universal.
Es el mismo para todos: el bien y el amor.
La forma de caminar, sin embargo, es
esencialmente individual, particular.
7. El mensaje espírita, en muchas ocasiones, es difundido
como amenaza y recibido como tormenta por muchos
adeptos.
Urge dar un '"nuevo sentido" al mensaje
consoladora.
La Doctrina Espírita es la Buena Nueva de los
tiempos modernos.
Su más noble característica consoladora solamente
será comprobada cuando sus postulados estuvieren al
servicio de la liberación de consciencias, a través de la
responsabilidad, del ejemplo y del amor.
8. La Espiritualidad Superior cimento las bases seguras para
información doctrinaria en el siglo XX (1948/1968). Nos
compete ahora sembrar el afecto, las propuestas renovadoras
del corazón, el desarrollo de las habilidades emocionales.
¡El siglo XXI es el siglo del sentimiento!
Trabajar por el desarrollo de los potenciales y de las
virtudes humanas, ese es el objetivo sagrado del mensaje
inmortal del Espiritismo en el siglo XXI.
Educar para ser, educar para convivir bien consigo mismo,
educar para ser feliz, son los pilares de la armonía interior y
de la felicidad a la luz del Espíritu inmortal en este siglo del
corazón.
9. La información consuela e instruye.
La transformación libera y moraliza.
La información impulsa.
La transformación descubre.
Los informados piensan.
Los transformados crean.
La teoría impulsa a la búsqueda de nuevos
valores.
La reeducación de los sentimientos provoca la
paz interior.
10. Escuchamos frecuentemente las indagaciones:
”¿Qué me falta hacer para ser feliz?”
”¿Dónde estoy fallando?”
”¿Será una obsesión que me persigue?’
”¿Porqué me encuentro así?”
”¿No debería estar mejor?”
”¿Cómo armonizar patrones doctrinarios con sentimientos
personales?"
11. En la acústica del alma existen mensajes sobre el Plan
del Creador para nuestro destino. Es necesario aprender
a oírlos. Interferencias internas y externas nos distraen
constantemente, con recelo, de esos "recados do
corazón".
Escuchar los sentimientos no
significa adoptarlos
inmediatamente. Sino aceptarlos en
nuestra intimidad y crear una
relación amigable con todos ellos.
Aceptarlos sin reprimir o sin
avergonzarse.
12. Escuchar nuestro intimo es el primer paso para un
diálogo educativo con nuestro mundo íntimo.
Solamente así logramos una conexión con nuestra
verdadera identidad psicológica, posibilitando la rica
aventura del auto-descubrimiento rumbo de la
singularidad - la identidad cósmica del Espíritu.
13. Escuchar los sentimientos y cuidar de si,
amarse a si mismo. Es un cambio de actitud
consigo mismo.
El ejercicio del auto-amor está en
aprender a escuchar la "voz del corazón",
pues en él residen los dictámenes para
nuestra paz y armonía.
Los sentimientos son guías
infalibles del alma en su búsqueda
de ascensión y libertad. El auto-
amor consiste en el arte de
aprender a escucharlos, estudiar el
lenguaje del corazón, radiografiar
nuestro corazón.
14. Quede claro: auto-amor no
es entrenar el pensamiento
para beneficio propio, sino
educar el sentimiento para
"escuchar" a Dios en
nosotros.
15. No existe un solo sentimiento que no tenga importancia
en el proceso de crecimiento personal.
Cuando me digo a mí mismo ”no puedo sentir esto",
simplemente estoy despreciando la oportunidad de auto-
investigación, de saber cuál es o cuáles son los mensajes
profundos que tengo que aprender con este
sentimiento.
16. Como espiritas, esforzarnos tanto como sea posible para
aplicar las orientaciones de la doctrina con nuestro
prójimo. Pero…, ¿Y nosotros? ¿Cómo cuidar de nosotros
mismos? La propuesta libertadora de Jesús establece:
"ama al prójimo", y agrega: "como a ti mismo".
Paciencia, atención, perdón,
tolerancia, no juicio, caridad y
tantas otras enseñanzas del
Evangelio que procuramos en la
relación con el prójimo, deben ser
aplicados, igualmente, a nosotros
mismos.
17. En la gran batalla de la vida, gravas y pepitas ruedan
juntos. Al buscador de metales cabe la primacía de
saber diferenciarlas, a fin de dar a cada uno su propio
destino. Así también son nuestros sentimientos.
Necesitamos de coraje y madurez para identificarlos
(ciertos o errados), adquiriendo condiciones de retirarlos
de la penumbra de nuestro íntimo, y utilizarlos como
factor transformador de nuestra existencia.
18. Analizamos la vida y los actos bajo la óptica individual de
nuestras concepciones.
¿Qué es cierto o errado ante la "crisis de
certidumbres" que dominan la
humanidad?
¿Cuáles son las brújulas para nortear la
conducta en este escenario de
transformaciones rápidas por las que
pasan las sociedades?
La experiencia lleva al discernimiento. El discernimiento
es la puerta para la comprensión. La comprensión
identifica la Verdad.
El preconcepto conduce al juzgamiento. El juzgamiento
sustenta los rótulos, las etiquetas. Los rótulos distancian
de la realidad.
19. Es preciso estar constantemente estudiando nuestros
sentimientos substituyendo el criterio cierto /errado
haciéndonos algunas preguntas.
Preguntas estas cuyas respuestas están en las
enseñanzas que Jesús nos trajo hace más de 2000 años, y
que la Doctrina Espirita nos recuerda hace 150 años, a
través del Evangelio según el Espiritismo:
¿Conviene o no?
¿Quiero o no quiero?
¿Sirve o no sirve?
¿ Necesito o no necesito?
20. Saber lo que nos conviene, saber lo que es útil, exige
dilatado discernimiento aliado al tiempo.
Cuando usamos los rótulos cierto/errado, fomentamos
la culpa y la punición.
Cuando sabemos lo que nos conviene, hacemos y
escogemos con responsabilidad en la condición de
autores de nuestro destino.
Cuando maduramos, percibimos que cierto y
errado se tornan formas de entender, experiencias
diversificadas.
21. Por el conocimiento y experiencias, vamos retirando las
escamas de los ojos, que nos dificultan entrever el "gran
destino" por el cual fuimos creados. Algunos pocos
vamos concienciándonos, paulatinamente, de este "gran
destino”.
La doctrina espírita, bien entendida, es para
nosotros un manantial de informaciones que nos
proporciona condiciones para este designio.
22. Solamente conociendo el
lenguaje de nuestros
sentimientos podremos
escuchar los mensajes de lo
Alto para nuestra evolución.
Somos lo que sentimos.
Las máscaras no destruyen
esa realidad.
23. Cuando desenvolvemos el arte de abrir el
candado de nuestras imperfecciones y
deseos más íntimos, nos liberamos para
nuevas vivencias. Desprendiéndonos de
las viejas amarras mentales, de los
complejos afectivos, de los
condicionamientos.
Cuando aprendemos a lidiar con
nuestros valores, la vida se hace plena.
El dolor existe para incitar a la inteligencia en el
descubrimiento de soluciones en nosotros
mismos. La gran lección, en este caso, es descubrir
las causas de las aflicciones. El sentido de la
existencia no está fuera, sino dentro de nosotros.
Podemos compartirlo con el otro, entre tanto, no
depende del otro.
24. Quien se ama dispensa la imposición de las
máscaras. Es feliz por ser quien es.
Aprendió que: “De él, pues, depende el
aplacamiento de sus males y el ser tan feliz
cuanto sea posible en la Tierra.”
(El Libro de los Espíritus - Cuestión 920)
25. Cuando no reconocemos nuestro valor, vivimos a
merced̂ de los "estímulos- evolutivos", o sea, personas,
lugares, guías espirituales, cargos, instituciones y
filosofías que nos dicen quién somos y lo que debemos
hacer.
26. Somos todos inter-dependientes, precisamos unos de
otros, pero no al punto de depositar en algo o en alguien
la responsabilidad de hacernos felices o determinar
nuestras elecciones. Escucharemos a todos y
reflexionaremos sobre todo lo que acontezca, tomando
por divisa el compromiso de mejoría y crecimiento
gradual.
Por encima de todo, pues,
debemos tener por guía infinita
los sentimientos positivos, la
consciencia individual.
27. "Apenas, Dios, en su misericordia
infinita, depositó en el fondo del corazón
un centinela vigilante, que se llama
consciencia. Escuchadla, que solamente
buenos consejos ella os dará́.” El Evangelio Según
el Espiritismo- capítulo XIII - ítem 10
29. En el orbe terreno, la población desencarnada es mayor en
número que la población encarnada.
Cada historia individual posee innumerables facetas para ser
analizadas.
Lazos afectivos, urgencia de las necesidades sociales,
naturaleza de los compromisos con los seres de las regiones
de maldad…
Los puntos de análisis que pesan para la posibilidad de
reencarnación de un Espíritu son muy variados.
Reencarnar no es tan fácil
como puede parecer. Es
oportunidad rara y
"disputada."
30. La Doctrina Espírita es la medicación recuperativa de
nuestras vidas. Su ”principio activo" es el Evangelio. Su
”prospecto" es estrictamente individual. Para cada uno
habrá una dosis y forma de aplicación.
El Centro Espírita es nuestra enfermería bendita donde
nos encontramos internados en la búsqueda del alta
médica.
Tarea y estudio, pruebas y
oportunidades son terapéuticas
necesarias en la solución de
nuestras enfermedades.
31. Saber que estamos enfermos no basta. Es preciso
sentir. Nuestra cura vendrá del corazón.
Recordemos la frase confortadora del Espíritu de
Verdad:
“… Los débiles, los sufridores y los
enfermos son mis hijos predilectos..”
35. Bibliografia:
• Libro Educando os Sentimentos com Joanna de Ângelis e
Divaldo Pereira Franco
• Evangelio según el Espiritismo
• Libro Educaçao dos Sentimentos – Jason de Camargo
• Libro Sentimentos e Virtudes . Renata Stort
• Libro O Espelho do Sentimento – Adeilson Salles
• http://espiritualidadeciencia.blogspot.com.es/2012/02/confer
encia-educacao-dos-sentimentos.html
• Dvd Amar Permanente! – Dr Alberto Almeida