Samra y Mark son perseguidos por hombres misteriosos que quieren los avances de su investigación sobre portales dimensionales. Tienen un accidente automovilístico y son rescatados por Alexander Wiseman y su hijo Fred, quienes convierten a Mark en un robot. Más tarde, demonios invaden la Tierra desde un portal. Fred y el robot Mark son entrenados por la criatura Kuroshiro en otro planeta durante 30 años que sólo son 5 minutos en la Tierra para combatir a los demonios.
2. Samra y Mark corrían lo más rápido que sus piernas les permitían
en el interior de aquel tan oscuro y frío bosque de Canadá. Aún
oían las pesadas pisadas de los hombres siguiéndolos a sus
espaldas. Ambos sabían que querían los avances del
experimento sobre los portales dimensionales, si esas notas
caían en las manos equivocadas sería el fin.
Cansados y con las mejillas sonrojadas llenas de manchas cafés
llegaron hasta el auto para poner en marcha la huida. Mark
conducía a toda velocidad, mientras que Samra volteaba
constantemente para ver si no los continuaban persiguiendo, pero
sí, los seguían. Eran alrededor de tres autos de color negro, si
lograban salir ilesos sería un milagro.
De pronto, Mark perdió el control del auto, uno de los neumáticos
del carro se había reventado, tal vez fue mala suerte o todo ya
había sido calculado con anterioridad por sus agresores. El auto
se estrelló contra un poste, el choque fue tan fuerte que Samra
salió disparada por el parabrisas y la parte de adelante de la
maquina quedó destrozada. Antes de que Mark cayera en la
inconsciencia, escucho el grito desgarrador de Samra.
[…]
Mark abrió lentamente los ojos. Después de adaptarse a la luz del
lugar, lo primero que diviso fue un par de siluetas. La primera
silueta era parecida a la de un adulto de edad media, y la otra, a
la de un joven. Él, sobresaltado, de inmediato trato de
incorporarse; sin embargo, no pudo, estaba sujeto a muchos
cables.
- ¡No te muevas! - dijo el más joven. - Lo estropearás todo.
- ¿Quiénes son y qué me están haciendo? - respondió Mark
exaltado
Enseguida se acercó el hombre mayor con pasos lentos, pero
firmes.
-Mi nombre es Alexander Wiseman y él es mi hijo, Fred- dijo el
hombre. -Al parecer tuviste un accidente en tu auto y te trajimos a
nuestro laboratorio. Fred te está haciendo algunas mejoras. –
continuó.
- ¿Mejoras? - dijo Mark desconcertado.
-A Fred se le ocurrió convertirte en una especie de… robot. El
impacto te hizo mucho daño, es necesario, ya que sin ellas no
tendrías movilidad en el cuerpo- Dijo Alexander con voz monótona.
“Quizá, ellos no eran los hombres que nos estaban siguiendo,
porque después de todo solo necesitaban las notas”- pensó -. Y ahí
fue cuando recordó que Samra estaba con él cuando ocurrió el
accidente. Inmediatamente alzó la mirada y movió la cabeza lo más
que podía con desesperación, buscándola.
-Iba conmigo una joven, ¡En dónde está? - Exigió saber Mark.
Se acercó el joven llamado Fred con la mirada entristecida. –
Cuando los hallamos, ella estaba peor que tú…
- ¿Murió? - lo interrumpió Mark.
-No, está en coma. -le dijo Fred.
3. “Después de adaptarse a la luz del lugar, lo primero que diviso fue un par de siluetas. La primera
silueta era parecida a la de un adulto de edad media, y la otra, a la de un joven” […] Capítulo I, Evil
dream, fragmento.
4. Samra se encontraba caminando en una calle sombría y extraña
rodeada de personas desconocidas; de pronto, un fuerte
estruendo la sobresalto. Un haz de luz iluminó el cielo, era un
portal.
De aquel portal emergió una figura alta y misteriosa, su piel era de
un tono verdoso, poseía alas de color negro y sus ojos eran tan
blancos como la nieve, definitivamente era atemorizante. Detrás
del ser tan espeluznante, salieron más como él, Samra no pudo
evitar pensar que eran demonios.
Aquellas raras criaturas comenzaron a atacar, torturar y matar a
las personas que la rodeaban cuando el líder lanzó un grito. Ella
comenzó a correr, impulsada por un instinto primitivo de
supervivencia. Mientras escapaba, oía los gritos y sollozos
de dolor y sufrimiento. Era una batalla entre seres humanos y
demonios; desgraciadamente, los suyos tenían la desventaja.
De repente, se percató de la siniestra sonrisa que le lanzó el líder
de los demonios, en un abrir y cerrar de ojos, un rayo ya iba
dirigido hacia ella.
[…]
Samra despertó con la respiración agitada y la frente perlada de
sudor sobre una cama de hospital. No había nadie dentro de su
habitación; mientras observaba el lugar, llegaron a sus oídos los
gritos parecidos a los de su espantoso sueño. Se quitó todos los
aparatos que le estorbaban y se dirigió rápidamente hacia la única
ventana del cuarto, en el momento en que corrió las cortinas, fue
testigo de la aparición de los demonios, pero, esta vez era real.
Se puso rápidamente la ropa y los zapatos que estaban en la
habitación hospitalaria. Mientras iba a la salida miró las caras
llenas de pánico de la gente. Pero eso no importaba en ese
momento, su única preocupación era mantenerse a salvo. Todos
estaban yendo a la ciudad, por lo tanto, lo mejor era huir a una
zona menos concurrida.
Cuando sus pulmones empezaron a arder se percató de que
estaba en lo más profundo del bosque. A lo lejos, pudo ver una
cueva, ese era un buen sitio para esconderse. Se adentró en esa
húmeda cueva, ya había caminado un buen rato y aún no llegaba
al final. Una luz parpadeante de color rojizo capturó su atención,
atraída por la curiosidad, se acercó. Debajo de un pequeño foco
se hallaba una puerta de metal, afortunadamente estaba
entreabierta.
Al entrar, descubrió que era un laboratorio, todo estaba destruido
y no parecía que hubiera nadie dentro, al llegar al fondo, se dio
cuenta de que había alguien sentado en medio de la sala, era un
chico muy atractivo, pero bastante extraño.
El joven aparentaba ser inofensivo; por ello, se acercó de a poco a
él, pudo ver lo concentrado que estaba mientras averiguaba algo
en unos documentos, ella pensó que se trataba de alguna
investigación, al mirar detalladamente, notó que eran sobre una
criatura, un ser que no se asemejaba a nada conocido en la
Tierra.
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11. Fred estaba muy concentrado en su investigación, siempre había
sido una persona impasible, pero en ese momento sufría un ataque
de nervios. Estaba tan adentrado en lo que hacía, que ni siquiera se
dio cuenta de la presencia de la intrusa en su laboratorio.
Samra se tropezó con una botella que estaba en el suelo, no hizo
mucho ruido, pero si lo suficiente como para que Fred volteará, listo
para defenderse de cualquier invasor. Se quedó pasmado al ver a
Samra, la amiga de Mark, la chica que su padre y él habían
abandonado en el hospital al saber que era poco probable que
despertará algún día. Fred sintió pánico por un momento, quizá los
había recordado. Pero olvidó todo cuando escuchó decir a la chica
– ¡Allá afuera los están matando a todos, debemos de hacer algo! -
dijo Samra invadida por la histeria.
Cuando Fred iba a responder, cayó un pedazo del techo del
laboratorio. Acababa de entrar Mark, ahora siendo un robot, se
encontraba en un estado agonizante, ya que estaba afuera
peleando contra los demonios, tratando de defender a la Tierra junto
a las demás creaciones de Fred. Lamentablemente, los demonios
los superaban en número, no importaba lo fuertes que fueran ellos.
Samra al reconocer a Mark se acercó velozmente, buscando una
manera de ayudar a su antiguo amigo; Fred comenzó a trabajar
para salvarle la vida a Mark una vez más, pero ahora, con la ayuda
de Samra. Afortunadamente lograron estabilizarlo rápidamente.
Samra y Fred se quedaron asombrados y un tanto asustados, pues
Mark-0 era un ser muy poderoso, no era posible que le ganaran así
de fácil.
[…]
Samra, Mark y Fred hablaron por horas, todo seguía igual de
oscuro, parecía una eterna noche. Ellos tres decidieron aliarse
para poder combatir a los demonios juntos. Mientras planeaban
nuevas estrategias para acabar con las horribles criaturas, una
fuerte sacudida azotó el lugar; de pronto, el techo colapsó.
Cuando lograron enfocar bien la vista se dieron cuenta de que
el cielo ahora se ponía de un color rojizo. Enseguida apareció el
líder de los demonios, con una actitud bastante arrogante.
- ¡Mi nombre es Stuler, he venido a conquistar a su planeta para
salvarlo de la raza humana!, ¡Díganme todos los secretos sobre
los portales o sufran las consecuencias! - exclamó el demonio
con voz grave.
- ¡Jamás! -contestó Samra con tono desafiante. Stuler levantó
su mano y comenzó a hacer extraños movimientos con los
dedos, de pronto un potente hechizo sacudió lo que quedaba
del laboratorio. Fred sabía que no tenían oportunidad de ganar,
así que creó un portal con el artefacto que él había diseñado.
Fred sujetó a Mark y a Samra para poder escapar juntos; sin
embargo, Stuler tomó a Samra un segundo antes de que
desapareciera por el portal. Lo último que pudieron ver Mark y
Fred antes de huir, fue la cara llena de miedo de Samra.
Stuler decidió que tendría como prisionera a Sam, ya que esto
haría que Mark y Fred volvieran algún día por ella.
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15. No se podían creer lo que pasaba, un integrante del pequeño grupo se
había apartado de ellos y quizá ya no exista, lo único que podían hacer
era salvar a su planeta. Así que, llegaron a un planeta desconocido, no
había muchas cosas ahí, pero era bastante agradable, se parecía un
poco a la Tierra.
Fred y Mark lo único que querían era salvar a su planeta y harían lo que
fuera por cumplirlo. Así que buscaron y buscaron, ya que no podían
hacer otro viaje, y todavía había que sumar el hecho de que a Mark no
le quedaba mucha energía. Cuando todo parecía estar perdido, y aún no
habían encontrado alguna forma de vida, se dieron por vencidos y en
eso llego un pequeño ser, detrás de él iban más de distintos colores y
formas, el primero, de repente habló: -Los he estado vigilando durante
mucho tiempo, pienso que serán buenos aprendices-dijo la pequeña
criatura.
Fred y Mark seguían paralizados, no sabían cómo reaccionar ante tal
hecho, cuando él mencionó la palabra “aprendices” quedaron perplejos,
pero de alguna forma sabían que los ayudaría a cumplir su fin y por lo
tanto aceptarían ser sus discípulos.
Aquella misteriosa criatura los llevo a su santuario, y ahí les revelo su
identidad. – Mi nombre es Kuroshiro, y he habitado este planeta durante
un largo tiempo-, a Kuroshiro y a los demás habitantes de su mundo no
les asombraban ni atemorizaban Mark y Fred, porque sabían de la
existencia del humano. Cuando le explicaron a Kuroshiro lo que estaba
ocurriendo en la Tierra, aceptó con gusto ser su guía.
Entonces, comenzó su entrenamiento, a pesar de que les faltaban
energías, porque mientras avanzaba el tiempo dentro del santuario
empezaron a sentirse mejor, ya que aquel lugar tenía propiedades
mágicas, lo cual hizo que recuperaran las fuerzas.
El tiempo en el planeta de Kuroshiro es diferente al de la Tierra, por
lo que, sin darse cuenta, ya habían transcurrido 30 años cuando
Kuro decidió que ya estaban listos y que su entrenamiento ya había
terminado.
Fred pensó que todo estaría destrozado, puesto que ya había
pasado mucho tiempo. Pero Kuroshiro viendo la preocupación de
ambos, les mostró un holograma de su planeta y este mismo les
dijo que en la Tierra habían transcurrido cinco minutos. Mark se
quedó boquiabierto, los dos estaban totalmente confundidos, a lo
que Kuroshiro respondió: -Mi planeta es especial, no transcurre el
tiempo de la misma manera que en el suyo, quizá sea por eso que
nadie me había visitado con anterioridad”.
Después de la pequeña broma hecha por Kuroshiro, Mark, Fred y
el pueblo de Kuroshiro aparecieron en la Tierra listos para la batalla
que se avecinaba.
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17. Cuando llegaron al planeta todo estaba igual a como lo habían
dejado, los humanos que quedaban estaban siendo esclavizados
por los demonios, y no parecía que hubiera algo para remediarlo.
Stuler estaba en un trono y Samra estaba a un lado de él, con
cadenas en sus pies y manos.
La tensión se respiraba en el ambiente, enseguida Stuler rompió el
silencio:
-He venido desde muy lejos para combatir con los seres de este
planeta, me han hecho dudar de las capacidades de mi ejército y
no hay manera de que existan seres más poderosos que nosotros-
dijo en con altanería-.
-Nosotros nunca hemos sido una amenaza-dijo Fred con
seguridad-.
-No seas ingenuo, han creado tecnología lo suficientemente fuerte
como para destrozarme, pero aun no la han perfeccionado, y es
mejor exterminarlos antes de que lo logren-respondió Stuler.
En ese momento, Stuler le ordenó a su ejército de demonios que
atacaran, Fred estaba listo y Mark ni se movió. De pronto,
Kuroshiro decidió interferir, lanzó un ataque que arrojó muy lejos a
Stuler y al mismo tiempo le dijo a su pueblo: -Yo me encargo de él,
ustedes aniquilen a todos los demonios-.
Kuroshiro estaba acabando con Stuler, lo cual era obvio, Kuro
nació con la magia y Stuler la había aprendido. El cielo se
iluminaba constantemente de diversos colores gracias a los
hechizos que ambos se arrojaban, incluso parecía que danzaran en
el aire. Kuroshiro esquivaba, lanzaba hechizos y muy pocos eran
los que llegaban a tocarlo. Stuler no corría con la misma suerte,
puesto que Kuroshiro lograba casi siempre atinarle.
Imprevistamente Stuler era quien se encontraba de rodillas, Kuroshiro estaba a
punto de ser el ganador de la batalla y estaba a punto de matar a aquel líder
demoniaco, Stuler activo un nuevo portal y huyo, por lo cual, Kuroshiro no logro
matar a aquel malévolo ser.
Entonces, los demás demonios al ver el gran poder de Kuroshiro, escaparon
siguiendo el ejemplo de su jefe y ya no continuaron atacando más a la gente.
Mark, Fred y Samra estaban a salvo y junto con ellos su planeta… Aunque…
Desde la lejanía, un extraño rayo de luz atravesó la cabeza de Samra y todo se
volvió blanco… De pronto, Samra despertó, al parecer ella había tenido un
sueño, ella creyó que todo había sido real y al ver por la ventana, logro ver que
las cosas estaban normales, aunque a lo lejos logró ver a Fred caminar por la
calle, entonces rápidamente salió de su casa y corrió a hablar con él, lo alcanzó
y al intentar hacerle recordar que quien era ella, Fred no entendía nada y solo
continuo su camino mirándola como si estuviera demente.
Al parecer no reconocían a Samra por ningún lado y ya se sentía muy sofocada,
corrió por la calle y la atropello un auto, el cual había sido manejado por Mark.
Samra vio de nuevo un resplandor blanco y enseguida volvió a despertar, pero
ahora era un campo, era como si viajara a muchas realidades alternativas.
Samra llegó a la conclusión de que se encontraba atrapada en un sueño
extraño. Aquella invasión demoniaca, donde había tenido una rara aventura, la
denominó: Evil Dream.