Deseamos que nuestros niñ@s puedan ser llenos del Espíritu Santo, en constante crecimiento que adoren a Dios en Espíritu y Verdad; que tengan compasión por los perdidos y un compromiso con la misión global, que puedan ser discípulos de Cristo desarrollándose así en el área espiritual, emocional y físicamente para que sirvan a los que sufren y puedan ser de impacto a nuestra sociedad.