El documento resume los objetivos y enfoques de dos congresos recientes sobre antropología criminal y penitenciaria. El Congreso Penitenciario se centró en el diseño de cárceles y la disciplina de los reclusos, mientras que el Congreso de Antropología Criminal examinó las características físicas y mentales de los delincuentes. Ambas escuelas de pensamiento surgieron como reacción contra las leyes y prisiones crueles del pasado, pero se enfocaron en diferentes aspectos del problema.
1. COLECCIñN `DE LIBROS ESCOGIDOS
ESTUDIOS
DE
ANTROPOLOGóA
ESTUDIOS CRIMINAL
DE
POR
TROPOLOGóA CRIMINAL
ENRIQUE ERRI
TERCERA EDICION
- L A 1 s PAíA MQD ER TA
acƒ . :z de Santo Domingo, : .
2. ESTUDIOS
DE
1
A NTR u POLOGIA CRIINAL
M
Es propiedad . - Que-
da hecho el depósito que Trabajo y celdas de los condenados .
marca la ley .
S eñores :
ANSADO por el ímprobo tra-
C bajo de una semana de
Congresos antropológicos
y penitenciarios, con sus natura-
les consecuencias de vivas y ani-
madas discusiones, de febril y so-
litaria preparación para batallas
campales `y escaramuzas impre-
Vista .s, no estoy en las condicio-
4071 .--AVRIAL, impresor, San Bernardo, 92 . nes psicológicas necesarias para
3. E. ERRI ANTROPOLOGfA i
daros la conferencia a que me he paña ó la lucha pac†fica, pero ar-
comprometido . Me resuelvo, sin diente, por convicciones profun-
embargo, ó cumplir mi empeño, das, por esperanzas arraigadas y
tanto por el cariño que profeso ó por ideales desconocidos, en una
estos estudios, como por la espe- asamblea pac†fica, en la que por
ranza que abrigo de que seró con- primera vez se ha reunido una fa-
veniente una conversaciín pƒbli- lange de positivistas que, al no
ca y sin pretensiones acerca de los seguir los caminos trillados „ in-
dos Congresos que se han celebra- fecundos, recogen, como todos los
do en la semana anterior, pensando heterodo os, ó veces la simpat†a,
que tendró, inter„s mi conferencia ó veces la desconfianza, en unas
por este motivo, y acaso sea ƒtil ocasiones se animan a seguir su
ó la propaganda de los princi- camino, y en cambio, en otras,
pios que nosotros, los positivis- desfallecen acosados por los mós
tas, creemos que ofrecen soluciín fuertes dicterios .
ó los intrincados problemas de inos bordados, pespuntes pro-
aquella parte de la vida patolígi- cedentes del trabajo de alguna la-
ca social que se manifiesta en el drona í envenenadora cajas de
delito y sus consecuencias . caudales construidas por las d„-
En condiciones psicolígicas biles manos de algƒn raterillo í
bien poco favorables me presen- precoz homicida, que encerrado
to : ya pod„is presumir el estado en las prisiones, llamadas piado-
de e citaciín cerebral que acom… samente de correcciín, acaso al .
4. E. RRI ANTROPOLOGóA 9
construirlas haya aprendido a equilibrados conceptos, dando ñ
abrirlas con fines nada honrados veces apariencia y esencia de ver-
vestidos de las mñs e traías he- dad ñ la desordenada fosforescen-
churas, ya bastos y de tonos du- cia de cerebros enfermos tatuajes
ros, ya vistosos y de vivos colo- que, con la nota viva del presen-
res juguetes en los que se ve el te, nos remontan ñ las costumbres
contraste de la inocente alegrƒa de nuestros antiguos antecesores,
que han de proporcionar y el pen- que sobre su piel seíalaban los
samiento de quien los ha cons- escudos de su nobleza guerrera
truido, en alguna cuadra, en me- preparaciones anat…micas y mons-
dio de narraciones l„bricas … de truosas del Ecce horno retratos de
bandidos cerraduras complicadas emperadores romanos y de delin-
y complicadas mñquinas agrƒco- cuentes que han sobrevivido ñ la
las toda clase de productos in- turba vulgar por la infamia de
dustriales, desde el sencillo esca- sus delitos, que revelan mñs fero-
bel al armario de lujo . . . todo esto cidad … mñs astucia, y retratos
y mucho mñs ha pasarlo ante que, con los anteriores, forman
nuestra vista visitando el pinto- elocuente contraste de mñrtires y
resco bazar carcelario . ap…stoles polƒticos, ñ los que el
Crñneos, cifras jeroglƒficas de ƒmpetu de la pasi…n generosa im-
datos antropom†tricos y estadƒsti- puls… contra la ley penal, que no
cos, caricaturas hechas por locos, era tutela de la ordenada libertad,
que locamente discutƒan sus des- sino forma jurƒdica simulada †
5. 10 E. ERRI ANTROPOLOGóA 11
instrumento de temeroso despo- retener las caracterƒsticas mñs sa-
tismo estatuitas y dibujos de re- lientes hasta reducirlo ñ las enor-
clusos de cñrceles í manicomios mes proporciones de la hidrocefa-
que representan el arte en sus pri- lia, y no pudiendo resistir mi caja
meros pasos . . . todo el aleidosco cerebral, se agrandaba monstruo-
pio doloroso y brutal de nuestra samente hasta que la violenta ten-
vida civilizada, se ha entrevisto siín nerviosa la hacƒa estallar. . .
en la E posiciín antropolígico- Pero no es de estas emociones
criminal, adivinñndose ine plo- de lo que intento hablaros : me li-
radas profundidades del mundo mita r† ñ e plicar cuñles fueron
delincuente . las observaciones practicadas du-
Mi cerebro estaba tan lleno de rante los dos Congresos y visitan-
estas imñgenes, ora tristes, ora do las E posiciones, y para ello
grotescas, que aun en la noche me lo primero que se precisa consig-
perseguƒan E posiciones y Con„ nar es la diferencia de fines de
gresos, y veƒa en sue…os una dan- ambos .
za macabra de crñneos cifrados,
de estadƒsticas, series antropom†-
tricas, sistemas grñficos o mapas
geogrñficos . todos, como por El Congreso penitenciario ha
represalia, intentaban penetrar ñ reunido, no sílo sabios ilustres,
viva fuerza en mi cerebro que du- sino tambi†n benem†ritos filñn-
rante el dƒa se habƒa esforzado en tropos, que estudian, no pocos, la
6. ts E. ERRI
ANTROPOLOGóA 1
cñrcel en sí misma y no el indi- del ambiente se determin… ñ in-
viduo que ha de habitarla sabios fringir las condiciones normales de
y filñntropos para los que, con e istencia social en da†o de sus
raras e cepciones, el hombre de- semej antes .
lincuente, cuando no es un nƒ- Mientras para los congresistas
mero que deba encasillarse en de- del penitenciario, para quienes la
terminada celda, no es sino el cñrcel es la e presi…n caracterís-
t„rmino comƒn de aplicaci…n de tica de su sistema, la celda figu-
una disciplina física y moral, or- ra, en primer t„rmino, congo cons-
denada … informada por abstrac- trucci…n y como medio, y el indi-
tos cñlculos, y sobre todo por las viduo a pulen estñ destinada que-
generosas intuiciones del senti- da en segundo lugar para los del
miento . Congreso antropol…gico la figura
E n cambio, los individuos que del criminal tiene mñs relieve,
han asistido al Congreso antropo- quedando en la penumbra la cñr-
l…gico-criminal tienen, como prin- cel, el ambiente especial de eli-
cipal cbjeto y por tendencia cons- minaci…n … represi…n, dentro del
tante, un estudio mñs inmediato que estñ condenado ñ vivir … ñ e -
de nosotros mismos el estudio del tinguirse el reo que al delinquir
hombre que ha cometido el deli- revel… su falta de aptitud para la
to, ñ fin de conocer su constitu- vida social .
ci…n orgñnica y moral, y ñ fin de Tales eran las corrientes, las
-averiguar si por la complicidad ideas predominantes de los dos
7. 14 E. ERRI
ANTROPOLOG„A 1
Congresos, donde todos y cada mentales y de positivas induc-
uno de los asistentes tenóa por ob- clones .
jetivo el plantear, mñs bien que
resolver, arduos y complicados
problemas que esperan soluciín A fines del pasado siglo, Osar
eficaz, no de la discusiín pƒblica Beccaria, en Italia, con su inmor-
de un Congreso, sino del trabajo tal libro, daba vida ñ los senti-
lento y laborioso de gabinete y ob- mientos … ideas que ya en la cien-
servatorio las impresiones de los cia, en su …poca, y elevando el es-
congresistas, el resumen de las tudio de los delitos y de las penas
teoróas y sistemas que e ponen, a la dignidad de ciencia filosífica,
son semillas que fructifican mñs promovóa aquel glorioso movi-
tarde, cuando todos y cada uno de miento cientófico que, encarnado
los que las han escuchado meditan en la escuela clñsica criminal, ñ
sobre ellas, las corrigen y las tanta altura puso el genio italia-
completan . En los dos Congresos no . Pocos anos despu…s, en Ingla-
se manifestaron dos corrientes terra, ohn o ard, describií
cientóficas : una nacida un siglo ha, con sencilla elocuencia el estado
que ha llegado ñ su mayor gra- miserable, la corrupciín material
do de e pansiín teírica y prñcti- y moral en que se encontraban los
ca otra, iniciada poco hace, que presos de las diversas cñrceles eu-
se bosqueja apenas como un con- ropeas que visití, y con sus des-
junto orgñnico de datos e peri- cripciones determiní un movi-
8. Ió E, RRI ANTROPOLOGñA
17
miento paralelo al de Beccaria 9 disciplina en las penas de deten-
que respondía perfectamente al ción la escuela de o ard, puede
comƒn sentir . Transportado „ decirse que nacieron ambas como
Am…rica este sentimiento y allí generosa reacción contra las e a-
desarrollado, vuelve de nuevo „ geraciones y crueldades legislati-
Europa, y surge la escuela peni- va y administrativa que desde la
tenciaria, condensada hoy en la Edad Media se arrastraron hasta
fórmula de †aislamiento, trabajo la Revolución francesa . ueron ,
e instrucción‡ , en la arquitectura ambas „ dos escuelas, protestas
del sistema, que al escogerlo Ben- contra el estado de las leyes y de
tham y presentarlo al Parlamento las c„rceles en aquellos tiempos,
ingl…s y luego „ la Asamblea y por tal razón se acogieron con
francesa, le llamaba † panóptico ‡ , entusiasmo grande, llev„ndose el
por su especial disposición radial, sentimiento humanitario „ las ul-
en el que un solo hombre, coloca- timas e ageraciones por vías pa-
do en el centro, puede vigilar to- ralelas . Los discípulos de Becca-
dos los confinados . Son, pues,. ria, e aminando el delito en sí y
por sí, como forma ,jurídica abs-
id…nticos en las dos escuelas cl„-
tracta, separada del mundo real,
sicas, el punto de partida, la ten-
tuvieron como meta, „ la que lle-
dencia y el punto de llegada .
garon y aun pasaron, la diminu-
En el terreno de los principios
ción general de las penas del Có-
jurídicos la escuela iniciada por
Beccaria, y en el terreno de la digo y la abolición de algunas
2
9. is E ERRI
ANTROPOLOGóA
I:
formas de penas incompatibles otra parte , e tra fío ñ la verdade-
con el sentido moral de los pue- ra ciencia criminal, incurriendo
blos modernos . Los continuado en el error en que incurría un nmƒ-
res del sistema de o ard, estu- dico que declaraba ser e tra†a s ít
diando la cñrcel en sí y por sí, su arte las reglas higiƒnicas, de-
aislada del mundo de que provie- j ñndolas al cuidado de otros ine-
ne el condenado y en el que que- nos inteligentes . Los otros, 2l . su
dan los ofendidos por el delito, vez, concentrando su sentimiento
se fijaron como meta, ñ la que filantr„pico en los establecimien-
tambiƒn llegaron y pasaron, el tos Penitenciarios y en sus nigqui-
mejoramiento de la vida en las linos forzosos, que siempre son
cñrceles . dignos de cuidados, por una parte
Los unos, concentrando su aten- distrajeron su atenci„n y la dc1
ci„n en el delito ya -verificado y p…blico de otras manifestaciones
las formas m is suaves de repri- de miseria material y moral que
mirlo, olvidaron estudiar y bus- hieren ñ numerosa y desgraciada
car el medio mñs eficaz de evitar clase de personas honradas iut
el delito a…n no realizado, supri- son mucho niñs di g nas de nuestra
miendo, atenuando o desviando Conmiseraci„n .y Muestras atencio-
sus causas naturales, y dejaron al nes y por otra paa rte, llegaron ñ
arbitrio ciego y lento de la auto- tales e ageraciones en el trata-
ridad administrativa el rƒgimen . miento de los criminales, elle nos-
preventivo, que declaraban, por otros, los de la escuela positiva,
10. 20 E. ERR1
ANTROPOLOGó 21
creñmonos en el deber de pronun-
establecimientos dedicados L los
ciar una palabra, que significa
que sufren prisiín preventiva, que
una llamada de atenciín que e i-
siempre es m†s para los inocentes
ge la equidad : la palabra ƒ „bas- que para los que e p‡an una ver-
ta … . . . dadera condena .
Repito una vez m†s que todo
lo que hay de noble y de genero-
so en la iniciativa y en la activi-
dad de la escuela penitenciaria echas las anteriores afirma-
est† en la parte de reacciín con- ciones, nos creernos en el deber de
tra lo estatuido en la Edad Media, consignar que es urgente poner
que condenando † los delincuen- remedio † los muchos olvidos de la
tes † una vida de bestia, les em- escuela penitenciaria, g aiada hasta
peoraba y les hac‡a m†s peligrosos ahora por las aspiraciones del sen-
una vez fuera de la c†rcel . timiento y no ajustada a la razín
Es evidente que de esta tenden- serena y fr‡a ni † las aplicaciones
cia debe aprovecharse la parte ver- practicas ni †, las sociales, que
daderamente fecunda y de aplica- coe iste con la necesidad de la e -
ciín, y especialmente en nuestro piaciín penal .
pa‡s, donde al lado del sistema pe- an olvidado los disc‡pulos de
nitenciario moderno permanecen o ard, preocupados e clusiva-
centros de infecciín, y causa ver- mente de la suerte de los crimina-
gˆenza decirlo, como son algunos les, de fijar su atenciín en Una ca-
11. 22 E. ERRI ANTROPOLOGóA 2
ferva mucho mñs numerosa de in- contra el diamantino temple de un
felices, que vejetan miserable- sentido moral desarrollado y si
mente entre nosotros, y que tie- acaso las desgracias y la miseria
nen sobre los delincuentes la in- provocan alguna protesta dolo-
contrastable superioridad de ser rosa, es el suicidio .
y haber permanecido siempre hon- Es ya tiempo que el sentimen-
rados . talismo de nuestro siglo, desviado
La atenciín de legisladores y de sus canees naturales, preocu-
filñntropos dirigiíse demasiado pñndose con e ceso, y aun en la
hacia individuos que por volun- protecciín hist„rica de los anima-
tad propia í por efecto de su de- les, vuelva ñ su verdadero camino,
generado organismo, orgñnico í y sigui„ndole, la sociedad pre-
psƒquico o del medio ambiente sente podrñ cumplir su misiín,
social, han reaccionado contra las aliviando, no con la monñstica
condiciones e ternas con una ac- limosna de la Edad Media, ni con
tividad deshonesta, criminal y en la violenta negaciín de las leyes
tanto, el mismo ambiente , la de evoluciín social, las frecuen-
falta de instrucciín y de educa- tes formas de la miseria que mi-
ciín moral, la miseria que grava blan los fulgores de nuestra ci`-i-
y oprime ñ millones de hombres, lizaciízi .
no les impulsa al homicidio í al Evidentemente, es un m„rito
hurto, todas las tentaciones, los en los continuadores de o ard
4ufrimi.entos todos se estrellan el insistir con obstinaciín cre-
12. 24 E- ERRI
ANTROPOLOGfA 2
tiente en la necesidad moral y en muestra elocuentemente con las
la utilidad póblica de la enmien- cifras aterradoras de la reinciden-
da, de la correcciñn de cada uno cia, y el hecho del marasmo de
de los criminales . Toda su labor las sociedades de patronato, que
se ha concentrado en este ideal son tan afortunadas en teoría
altamente humano, y el nombre como desgraciadas en la prƒctica
de su sistema, y el lema, que ya La razñn fundamental de esta fal-
Clemente I hacía esculpir en la ta de resultados, en mi entender,
puerta de la cƒrcel de San Mi- estƒ en la inactuabilidad del prin-
guel, en Roma : parum est impro- cipio de individzualizaciñn :, por el
bos coercere poema nisi probos effi- cual y segón la escuela peniten-
cias disciplina, las reglas de donde ciaria, en las cƒrceles, ƒ cada tem-
surgen todos y cada uno de los peramento o carƒcter individual,
varios siste t.as penitenciarios, deberían adoptarse los medios de
todo se reduce al fin e clusiva- correcciñn ñ instrucciñn, princi-
mente humanitario . pio inaplicable porque no siempre
El ideal de la escuela peniten- se encuentran directores de cƒr-
ciario es grande y noble, mas la cel con la intuiciñn psicolñgica
realidad no ha respondido hasta que responda ƒ las dificultades de
ahora los escasos resultados ob- este magisterio, y porque el tra-
tenidos no compensan la grandeza tamiento penal individual no es
y la perseverancia de los esfuer- posible cuando en una cƒrcel se
zos empleados, hecho que se de- encuentran muchos centenares de
13. 2 E. ERRI ANTROPOLOGóA 27
presos y en un Estado muchos .las sociedades de patronato, res-
millares de condenados ñ que vi- ponden con nuevos delitos, ape-
gilar. Este principio de la indivi- nas las condiciones e ternas les
dualizaciín, el mejor de todos en ofrecen el mñs leve prete to í e -
abstracto, pero imposible en la citaciín . A los delincuentes oca-
prñctica, debe sustituirse con el sionales se les debe corregir para
de clasificaciín de los delincuen- que puedan volver al ambiente
tes por categorƒas homog„neas, social como seres normales : ñ los
tanto para la disciplina de la cñr- criminales por tendencias cong„-
cel, como para la actuaciín del nitas les corresponde el alejamien-
patronato de los que salgan de la to í separaciín del ambiente so-
misma . Porque se precisa concen- cial, al que no se adaptan, procu-
trar todos los esfuerzos y prestar rando desarrollar en ellos las ap-
toda la ayuda posible en los de- titudes menos deficientes .
lincuentes ocasionales, en los que Ademñs de esta tendencia poco
la enmienda puede tener lugar, eficaz, porque ñ pesar de la fuerza
sin prodigar in…tiles cuidados ñ impulsiva de la inspiraciín senti-
los criminales incorregibles por mental, faltaba ñ la escuela peni-
defecto cong„nito de su tempera- tenciaria la br…jula de las induc-
mento orgñnico í psƒquico , que ciones de antropologƒa y psicolo-
siempre y con el mñs perfecto r„- gƒa criminal que tan en cuenta
gimen penitenciario, suave í duro, tiene la escuela positiva, en Mro
con el mayor cuidado por parte de error ha caƒdo la escuela citada,
14. 2 E. ER R ó ANTRO PC LOGñA 29
cuando ha pensado y ha puesto sinceros propƒsitos, el camino del
en príctica su pensamiento de que bien pues, aun en este favorable
para evitar el delito, al menos su supuesto, no han logrado sino una
repeticiƒn, es suficiente la preven- mitad y la menos importante de
ciƒn individual por medio de la la obra de redenciƒn í que se ha-
enmienda si es verdad que „nada b†an dedicado .
sirve castigar í los delincuentes si El condenado abandona la cír-
no se enmiendan con la disciplina cel con los mejores propƒsitos,
moral…, queda una poderos†sima que supondremos sinceros, y no
causa impelente al. delito que se obedeciendo í fines ego†stas, vuel-
precisa corregir con la disciplina ve í respirar el o †geno de la vida
de las leyes y el ambiente social . libre, de la que se hab†a visto ale-
Porque aunque haya quien siendo j ado alg‡n tiempo Pero si ade-
o .
misionero del bien, no en los pa†- mís del o †geno encuentra en la
ses salvajes, sino en los civiliza- atmƒsfera social y en sus partes
dos, teniendo copio medio la cel- mís bajas mayor porciƒn de ícido
da de una penitenciar†a, ‡ltima carbƒnico y azoe, ˆa que se redu-
cirín sus propƒsitos ideales de en-
forma del monacato forzoso, en-
mienda moral , cuando la triste
miende ochenta delincuentes de
realidad se imponga ininuto tras
ciento y e agero las proporciones
minuto, hora tras hora, y procu-
y reforzando en ellos el sentido
re arrastrarlo por caminos no de-
moral deficiente o anulado, con-
rechos Es afirmaciƒn, compro-
siga que prefieran, con -firmes y
15. E. ERP ANTROPOLOGóA 1
bada por la e periencia cotidiana caminar con firmeza por la v„a
y por las inducciones fisio-psico- escabrosa de la honradez pero si
lñgicas, que las acciones humanas le pon…is en un sitio de base vol-
estín supeditadas al fugaz impul- cñnica, que, de vez en cuando le
so de sensaciones inmediatas y de env„e una rífaga de vapores sul-
las emociones que de las mismas f‡reos y le embriague, si dejíis
provengan, mís que í la virtud que el alcoholismo y las varias
de las abstractas intenciones idea- formas de la miseria, se le pre-
les . Supuesto, por consiguiente, senten y produzcan efecto por
un ambiente social que perma- obrar sobre terreno preparado por
nezca viciado, la miseria, tenta- deseos comprimidos de largo tiem-
ciones, malas compaƒ„as de los po, es posible que le tiemblen las
libertos le las círceles, …stos con piernas, y que, vacilando en la
sus ideales de honradez, †:podrín buena senda, diga : -Soy un hom-
luchar con probabilidades de … i- bre y puedo caer .
to contra el choque impetuoso de Constituye, por tanto , una
sensaciones presentes, de pasio- grande … iiicontras Cable superio-
nes despertadas de improviso, del ridad de la escuela criunnal posi-
sopor artificial de la inercia mo- tiva sobre la te ,Aenc„a Clísica
ral y penitenciaria el uiaber sentado
que penas y delitos se desenvuel-
Los penitenciarist is , con su
ven en dos esferas e c…ntricas, que
magisterio educativo, habrín dado
la represiñn, aun cuando correccio -
al individuo buenas piernas para
i
16. E. ERRI
ANTROPOLOGóA
nal, no es bastante para evitar los
delitos y las reincidencias, y que ciín en beneficio de los condena-
e iste una teorña, la de los susti- dos, han prescindido de una serie
de hechos tan inseparables del he-
tutivos penales, que afirma la ne-
cho criminal, como la parte supe-
cesidad de una higiene social bajo
rior y posterior de una superficie :
la forma de prevenciín remota,
creando y perfeccionando la insti-
continua ƒ insistente de las cau-
tuciín carcelaria y su organismo
sas del delito, mucho m„s eficaz
disciplinario y correccional, no se
y fecunda que la higiene indivi-
han fijado sino individualmente,
dual, defendida por algunos sis-
al menos en general, los peniten-
temas penitenciarios .
ciaristas en que detr„s del delin-
En otro tercer olvido, y acaso
cuente est„n sus vñctimas, sus fa-
m„s grave, han incurrido los par-
milias y las personas honradas
tidarios de la escuela cl„sica y los
ofendidas directamente por el de-
que se dedican al estudio de la
lito . an olvidado que el mismo
disciplina penitenciaria, olvido no
hombre que en la c„rcel se mani-
absoluto en sus principios teíri-
fiesta sumiso y casi siempre hipí-
cos pero casi absoluto en su apli-
crita ante el empleado í el direc-
caciín pr„ctica, con especialidad
tor, tiene en su vida asesinatos,
en los pueblos de raza latina, y
homicidios, robos, etc ., etc . Todo
un poco atenuado entre las nacio-
esto lo olvidamos, principalmente
nes germanas y anglosajonas .
los pueblos latinos, que impulsa-
En su humanitaria preocupa- dos por el sentimiento, mientras
17. 4 E. ERRI ANTROPOLOGóA 9
vemos al vulgar homicida en fla- encontramos ante la terrosa hi -
grante delito, nos sentimos incli- pƒcrita cara de algín salteador ƒ
nados ñ darle muerte, y, pasado asesino, olvidamos el delito come-
algín tiempo, le concedemos toda tido, … instintivamente compade-
nuestra irrefle iva compasiƒn, le cemos ñ su autor, pensamos Ln lo
cuidamos e ageradamente en la que sufrir„amos en . su lugar , en
cñrcel, como ñ un desventurado cuñles serñn sus dolores y renior-
inocente y no pensamos ni un mo- dirnientos, aunque no los tenga
mento, que en un sotabanco, aca- acaso protestemos de si el lecho
so reducidos ñ la mayor miseria, del pobre asesino no tiene bastan-
lloran y sufren los hijos, la mujer tes mantas y de si el pare no estñ
ƒ la madre del muerto . bien condimentado y cocido y ñ
Cuando alguno de nosotros, no ninguno se le ocurre que ser„a
con objeto de hacer investigacio- mucho mejor visitar zahurdas ig-
nes cient„ficas, sino arrastrados noradas, donde no hay luz ni hi-
por la curiosidad que inspiran giene, donde el alimento no es
siempre delitos y delincuentes, abundante ni seguro, y donde su-
visitamos una prisiƒn, calentada tren inmerecidos dolores las v„c-
por el sol de Italia, y las mñs de timas del prisionero, que acaso
las veces construida en buenas con e presiva m„mica, habrñ con-
1
condiciones de higiene y con es- seguido una limosna que con mi s
caso rigor en la disciplina, buena j usticia corresponder„a ñ aqu…llas .
alimentaciƒn y poco trabajo, y nos
18. r. ERRi ANTROPOLOGóA 7
El efecto de los olvidos funda- E posiciín carcelaria con su colec-
mentales de la escuela penitencia- ciín de objetos manufacturados y
ria iniciada por 1.io ard, no se ha con l a reproducciín de las diver-
sentido solamente en las impresio- sas celdas adoptadas en las peni-
nes sentimentales del pñblico, sino tenciar„as, ofrec„a una elocuen-
en la aplicaciín prƒctica, en las t„sima serie de documentos, bas-
leyes y la administraciín porque tantes para llamar la atenciín
para cuidar e ageradamente ƒ al- acerca de las citadas cuestiones .
Sabemos q ie, no obstante la
gunos criminales, se ha prescin-
E posiciín carcelaria, el Congre-
dido de muchos millones de hom-
so no se ha ocupado de ella,,
bres honrados, y no se ha procu-
sílo algñn congresista h .abr11 h e-
rado modificar el ambiente social,
cho observaciones por cuenta pro-
s e han al --,i j ado ƒ un lado las v„c-
pia, í acaso alguna comisiín pís-
timas de los delincuentes, y m .ƒs
tuma rese†arƒ los objetos e p ces-
añn despu…s de la sentencia con-
tos, sin que se haya debatido
denatoria, se han olvidado los de-
acerca de lo que son y significan
litos cometidos . las prisiones, segñn los datos j rc-
Para demostrar mis asertos, no cisos recogidos en las E posicio-
har… sino tocar las dos cuestiones nes, sin que los hechos sirvi . ,ran
que mƒs debieron preocupar y de base ƒ las teor„as cient„ficas .
que, sin embargo, no preocuparon De este modo, y con gran dis-
ƒ los asistentes al Congreso peni- gusto de un ilustre criminalista y
tenciario, tanto mƒs cuanto que la
19. E ERRT ANTROPOLOGóA 9
penitenciarista, el Congreso, de- mayoría, con s„lo cinco votos en
jando ñ un lado pocas y no difí- contra, las proposiciones siguien-
ciles recomendaciones para hacer tes : 4 . La ley debe fijar el
con economía las cñrceles celula- mñ i ium de la pena, en cada de
res, ha empleado todo su tiempo lito, sin que el juez pueda en nlll-
en disquisiciones de Derecho cri .- p,un caso pasar de …l . 2 . La ev
mina,l abstracto sobre la legitimi- debe lijar el v†`7i l ,‡t de la pena .
dad ƒ oportunidad de algunas pe- para cada delito, pero de este lí-
nas, como la int ,rdicci„n tempo- mite puede prescindir el juez
ral de algunos derechos civiles y cuando en el delito concurran cir-
políticos, o bien en aprobar y cunstancias atenuantes gue no
aplaudir ciertas conclusiones, de est…n previstas en la ley .‡
las cuales, como ejen plo, citar… Ahora bien : †c„mo puede e -
algunas de las mñs característi- L plicarse que un Congreso pueda
cas 1 . seriamente hacerr y votar tales
tratñndose de la latitud que proposiciones, si no se pensara eni
debe dejarse al juez en la aplica- la tendencia hist„rica, de que lne
ci„nl de la pena, Pessiii,-as pro- he ocupado antes, tendencia pie
puso, y el Congreso vot„ por gran pertenece por igual ñ las escuelas
clñsicas del Derecho criminal y
1 Rivisla C .crceraria 1 : Cuaderno 10 de la reforma penitenciaria . Por-
y 11 .-Diseussioni c… risoluzioni del terzo
con,gresso penztenzi rio internazionale, pñ-
1 11e apenas se prescinda un poco
ginas 2, , 9 y 92 . de esta tendencia hist„rica de
20. 40 E. ERRI
ANTROPOLOGóA 41
querer favorecer al delincuente, do que el juez debe aplicar la ley,
ñcímo podrƒ admitirse que el juez no corregirla . Si se establece que
sea mƒs ben„volo que la ley pe… el juez no est„ obligado ƒ la apli-
nal, y aplique las penas aun en caciín de la pena dentro de los l†-
menor grado que las fijadas como mites seˆalados por la ley, ñpor
m†nimum ƒ cada delito, y no pue- qu„ se le permite franquearlos
da nunca pasar del mƒ imum, sílo para favorecer al pobre de-
aunque sean atroces las circuns- lincuente Porque si se admite l a
tancias que concurran Si la ley posibilidad de la e istencia de
fija seriamente los l†mites dentro circunstancias de atenuaciín en
de los que el juez puede aplicar la ley no previstas, ñcímo no se
la pena, previniendo bien todas admite, igual posibilidad con res-
las circunstancias de agravaciín tpecto ƒ las agravantes
y atenuaciín de cada delito, en No pod†amos e igir al congre-
este caso es in‡til facultar al juez so penitenciario demostraciín mƒs
para saltar el dique puesto por la evidente de las e ageraciones en
ley . Se podrƒ discutir si deben que hace incurrir el sentimeiita--
fijarse í no l†mites, pero una vez listno ƒ las escuelas clƒsicas .
decididos por la afirmativa, se in- Otro ejemplo puedo citaros en
curre en contradicciín al permitir demostraciín de mi- tesis y „ste
al juez aplicar una ley distinta es la conclusiín adoptada con res-
de la seˆalada, tanto mƒs, cuanto a
pecto ƒ la responsabilidad legal
que la escuela clƒsica ha sosteni- de los padres por los delitos que
21. E. ERRI
42 ANTROPOLOG†A
4
sus hijos cometan . ,l Congreso dos, serí castigado . . . con la e -
óopina que es de interñs social el
clusiƒn del derecho de ser jurado
adoptar medidas legislativas para
por un tiempo determinado„ o í
poner un dique í las consecuen- la ley Militar que prescribiera
cias deplorables de una educaciƒn óEl ciudadano que no se presente
inmonil dada por los padres í a la inscripciƒn en el servicio in 1-
sus hijos menores„ . Tal deseo es litar, serí castigado . . . con la e , en-
laudable, …pero quñ medios e co- ciƒn de este servicio . „
gti el Congreso í este fin Veí- …Cƒmo -,Si los padres educan
mosl os : ó Piensa que uno de los inmoralmente í sus hijos, esto
medios que deben recomendarse es, si no cumplen los deberes que,
es el de permitir í los tribuna- copio los derechos, se derivan de
les que priven í los padres por la patria potestad, para castigar-
un tiempo determinado de todos les les quitíis unos derechos de
ƒ parte de los derechos derivados que no se preocupan, ,y por consi-
pie la patria potestad, cuando los guiente, les dispensíis de los de-
i techos suficientemente probados beres que son inseparables de
testo no era preciso decirlo aquellos derechos Se podr‡a ser
tifiquen su responsabilidad . mís príctico, recomendando cier-
Esta conclusiƒn se asemeja mu- tos medios ópara poner coto í las
cho í una ley procesal que dijese : consecuencias deplorables de una
ó El ciudadano que descuide su educaciƒn inmoral „ .
inscripciƒn en la, lista de ura- El ejemplo que mís de, relieve
22. 44 E . PERR I
ANTROPOLOGóA 4
presenta las tendencias sentimen-
tales de lo-, congregados en el pe- los detenidos de ambos se os, pi-
di†ndoles perdñt-i, si . no pudiera
nitenciario, y que deinuestra al
proporcionarles uta .a ocupaciñn de-
mismo tiempo cñmo su filantro-
terminada .
pía, concentrƒndose en los mal-
„ 2 . ‡ Aquellas ocupaciones se-
hechores, se esteriliza en un cana .-
rau segˆn el país, la correspon-
po demasiado ƒrido y podría ser
dencia con la familia, la lectura,
mƒs fecunda empleada de otro
la mˆsica, el dibujo, la escultura
modo, es el que nos presentan las
en madera, etc ., etc ., la partici-
conclusiones referentes al empleo
paciñn en obras ben†ficas y el de-
de los domingos en las cƒrceles,
recho de asistir ƒ las conferencias
conclusiones que el Congreso acep-
organizadas por los individuos de
tñ por unanimidad .
las sociedades de patronato, acer-
„I . El Congreso emite el voto ca de los elementos de moral, de
de que cada detenido de un-n .o de derecho ñ de otras ciencias . …
ambos se os, sea libre de escoger rancamente, no creía que se
la ocupaciñn que sea de su agra- pudiese llegar a tales e tremos .
do, de las que se permitan en la Creía no ser un hombre de fero-
cƒrcel .… Aquí falta un detalle, y ces instintos me opondría ƒ que
es el formar un reglamento en el se volviese al cruel tratamiento
que se consignase como obliga- que con los presos se empleaba
ciñn del director de la cƒrcel, el en la Edad Media mas creo asi-
presentarse sombrero en mano a mismo que un límite debe e istir .
23. E. ERRI ANTROPOLOGóA 47
4
Un consejo sobre este punto, y es a que el Congreso penitencia-
que no se enteren de estas doctri- rio nada ha hecho, consic uar„ la
nas los obreros ñ campesinos que opiniñn de la escuela positiva del
viven en la miseria mís dolorosa, Derecho criminal, para 710 incu-
mientras permanecen honrados, y í
rrir en la omisiñn censurada .
los que ninguna sociedad de pa- Se afirma repetidamente por
tronato les procura el domingo los partidarios de la disciplina
carcelaria segun las tendencias
conferencias cientƒficas, dibujo,
clísicas, y se ha afirmado recien-
musica . . .
temente por un distinguido hom-
bre p…blico, que en algunas cosas
no estí alejado de la escuela po-
El Congreso ha gastado su
Mr sitiva 1 , que si bien es verdad
tiempo en discutir y aprobar con-
que el trabajo de las prisiones
clusiones como las enumeradas,
hace concurrencia al libre, „sta
y ni por incidencia se ha ocupado
no es muy grande ni daƒiosa .
de las dos cuestiones í que antes
Esto, porque los detenidos que
mne referƒa, y que surgen no bien
trabajan forman una cifra infini-
se gira la vista por la E posiciñn
tesimal, con respecto al n…mero
carcelaria : me refiero í la concu-
que presenta el trabajo libre en
rrencia del trabajo de las círceles
con el trabajo libre y honrado, y 1 De Reneis : L esposizione e il Con
í la organizaciñn de las celdas yresso penitenziario en la Nicova Antolo-
gia .-Diciembre, 1 .
para los presos .
24. 4 E. ERRI ANTROPOLOGóA. 49
Italia 17 .000 presos, trabajan en de productos no se manifiesta
proporciñn con 4 .000 .000 de obre- en forma de competencia con la
ros adultos : ademís, dicen, que industria nacional, sino en las
los presos son operarios que antes peque…as localidades en que e is-
de su condena trabajarƒan y ha- te alguna penitenciarƒa, y en lu-
rƒan la misma concurrencia, cha con la peque…a industria li-
concluye sosteniendo que la in- bre, que, encontríndose en las
dustria nacional, que posee gran- mismas condiciones de pobreza
des capitales, míquinas „ inteli- t„cnica que la industria carcela-
gentes maestros, no tiene que te- ria fíbrica de telas, de zapatos,
mer nada absolutamente de la in- muebles, esteras, etc . , no puede
dustria carcelaria, que es pobre, soportar la concurrencia, y es ven-
que no puede aprovecharse de los cida por el trabajo de las círceles,
medios adecuados para el trabajo, donde los salarios son muy esca-
y í la que faltan míquinas y los sos, y de aquƒ que los productos
nuevos procedimientos t„cnicos sean mís econñmicos, y donde las
industriales . primeras materias son de primera
A estas y í otras observaciones calidad y e iste un capital, e tre-
de la misma ƒndole, puede y debe mos ambos con los que no pueden
contestarse, afirmando que la con- contar los peque…os industria-
currencia entre el trabajo de las les 1 . A…adiremos que no es
prisiones y el libre no se veri- 1 Por estas razones se e plican las pro-
testom hechas en nuestro Parlamento por el
fica en el total de trabajadores y 4
25. so E . ERRI
ANTROPOLOGó4 1
cierto que los confinados hayan la concurrencia en relaciñn con
sido en su mayor parte obreros las peque†as manufacturas , ñ
que trabajaban antes de la conde- eran mís bien vagabundos que
na, no influyendo, por consiguien- obreros dedicados í un trabajo
te, para nada en la industria el continuo .
que lo hicieran libremente ñ en la La evidencia, de estos asertos
círcel, porque, prescindiendo de es tal, que aun los mís optimis-
la diversidad de condiciones esen- tas, para los cuales los da†os de
ciales que hemos enumerado en- la concurrencia no son graves, en
tre los trabajos libre y de las pri- Italia y fuera de ella, admiten la
siones, los presos en la mayorƒa, necesidad de buscar una organi-
si han trabajado, ha sido en la zaciñn al trabajo de las prisiones,
agricultura donde se nota menos que reduzca í su mís peque†a e -
diputado Maffi, contra la impresiñn de la
presiñn la competencia que es in-
Gaceta oficial y el Calendario general, de evitable .
que se encargaron os penados del presidio
de Civitavecchia, transportados í la círcel ciario de Oneglia, suscitíndose animada dis-
de Reina-Celi, en Roma . Atti parlamen- cusiñn, en la que intervinieron Cavour, Rat-
tar„„ . -Discusiones de 14 Diciembre de 1 2 tazzi, Brofferio, Bothero y otros, y despu…s
y 2 Abril de 1 No es la cantidad abso- volviñ- a. preocupar al Parlamento en varias
luta del trabajo lo que preocupa, sino la con- oe siones, entre otras en unio y Diciembre
currencia local el sistema administrativo . de 1. 0, en que se debatiñ ampliamente
En efecto, en nuestro Parlame , to la cues- putado Rou sesiñn de 2 de Abril de 1 .
tiñn del trabajo carcelario fu… tratada en los Este no obstante, a‡n no se ha conseguido
a†os de 1 2 y 1 y en el 1 , í propñsito mís que reformas en dosis homeopíticas en
de una tipografƒa establecida en el peniten- lo que al trabajo de las círceles se refiere .
26. 2 E. ERRI
ANTROPOLOGóA
Precisamente en la investiga- sobre qu… productos industriales
ciñn de este organismo mís per- ha de versar.
fecto, los partidarios de la disci- Dos son los sistemas que e is-
plina carcelaria, y mís aƒn la ad- ten acerca de la e plotaciñn del
ministraciñn, se han fijado siem- trabajo de las círceles el de por
pre en cuestiones secundarias, ñ administraciñn, en el cu ,1 es em-
en paliativos ineficaces, y han presario el gobierno, y el de arren-
realizado tan homeopíticas refor- damiento, que puede ser general
mes, que en realidad no se ha o para muchas círceles como se
dado un paso decisivo en la so- practica en rancia , ñ particular
luciñn del problema, en los cin- para cada uno de los estableci-
cuenta a„os que dura la discu- mientos penales en este ƒltimo
slon . sistema, el empresario paga una
Dos pueden decirse que son los cantidad determinada al gobier-
puntos hasta ahora debatidos del no, y mediante este pago adquiere
problema : los mismos que han el derecho í dirigir el trabajo de
sido objeto de las ponencias de los presos y í e plotarlo, pudien-
Streng, Snelburg, Illing y Taup- do subastar el arrezidamierito -
per en el Congreso penitenciario, siempre prestando garant†as leas--
ponencias que por cierto no se han tantes segƒn la industria, respec-
discutido estos puntos son : elegir to al jornal de los penados, la
el mejor sistema para la e plota- venta de los productos, etc . Entre
.
ciñn del trabajo de las círceles, y estos dos sistemas, hay - uno inter-
27. 4 E, ERRI
ANTROPOLOGóA
medio, que los franceses llaman por uno „ otro sistema se consi-
a facoii, en el cual el empresario dera por muchos congo la clave de
no tiene ingerencia directa en la la soluciín del problema, en uniín
cñrcel, se limita ñ entregar ñ la 4 con la clase de los productos que
administraciín las primeras ma- se manufacturen . Insisten sobre
terias, dar las oportunas írdenes todo en que se dediquen los pena-
y recibir los productos manufac- dos a fabricar objetos que se con-
turados . suman en los mismos estableci-
La gran mayorƒa de los peni- mientos utensilios de cocina, ca-
tenciaristas prefiere, ñ no ser cuan- ma,, ropas, etc . , í que se dedi-
do e istan muchos detenidos en quen ñ la administraciín Publica,
un establecimiento, el sistema de í í la marina de guerra vestua-
la administraciín , por razones rio, objetos de quincallerƒa, etc .
econímicas y disciplinarias, por- que se empleen los presos en. l a
que con el arrendamiento se e - construcciín de c írceles „ otras
plota de una manera e cesi v a el obras p„blicas dragado de puer-
trabajo de los presos con poca ga- tos, construcciín de fuertes . í
nancia del erario p„blico, y por- bien que se introduzca en las I
que hay gran ingerencia por par- nitenciarias una gran variedad de
te de los contratistas con vigilan- industrias, para que no haya mi-
tes y detenidos, ingerencia que es elios productos de la inisni clase,
causa de no pocos desírdenes mo- y de aquƒ depreciaciín en los nis-
rales y materiales . La preferencia nios, y ademñs que se escojan in-
28. V. ERRI
ANTROPOLOGóA 7
c1ustrias que no se hallen impl an- estudio e perimental de los deli-
tadas en la localidad en que estñ tos y de las penas .
situada la penitenciaría . Preferen- El primer punto de vista que
cia de sistema y recomendaciones presenta la cuestiƒn, que por cier-
especiales que es verdad que tie- to ha sido olvidado, no obstante
nen importancia para lograr que su importancia, es el de que la
sea menos temible la concurren- concurrencia del trabajo de las
cia del trabajo de las prisiones prisiones „ la industria libre tie-
contra el libre, pero que no son ne un aspecto m„s bien moral que
sino paliativos, que no dan so- econƒmico . La seguridad de tener
luciƒn eficaz al problema placa trabajo mejor ƒ peor recompensa-
teado . do, y „ falta de esto la seguridad
Por esto yo creo que se precisa de habitaciƒn y alimentos, no es-
colocar la cuestiƒn en el terreno t„n garantidas al trabajador libre,
de los principios que informan la mientras que el preso tiene ase-
teoría y la pr„ctica de las escue- gurados los medios de subsisten-
las cl„sica y penitenciaria, y en cia y sitio donde vivir .
consecuencia entiendo que es opor- El obrero honrado, que sufre
tuno indicar algunas ideas gene- una crisis general por e ceso de
rales, susceptibles de mayor des- poblaciƒn ƒ de producciƒn, se ve
arrollo, y que dependen de los despedido por el capitalista, sin
principios de sociología criminal que la sociedad se preocupe, como
que la escuela positiva induce del debiera, de si al siguiente día po-
29. E. ERRI ANTROPOLOGóA 9
drñ procurarse el pan para su fa- to, cuando no procure proporcio-
milia . Si enferma, no bien tiene narle asimismo m„sica y confe-
fuerzas, acude ñ su taller, encuen- rencias cient†ficas Mientras el
.
tra su puesto ocupado por otro, y obrero libre que permanece hon-
en vano va ñ llamar ñ otra puer- rado une al hambre aguda acaso
ta, por ser de m asiado escasa la la, crínica, el malhechor condena-
oferta de trabajo para que pueda do estñ ñ cubierto de esta desgra-
ganarse su sustento . ciada posibilidad .
discurre, acaso con razín : e aqu† el aspecto moral de la
ƒSoy un hombre y soy honrado, cuestiín, que es preciso no olvi-
me encuentro sin trabajo, y quiero dar, porque llegar†a ñ ser un co-
vivir y vivir honradamente, para rrosivo lento, pero continuo, del
huir de la „nica alternativa que sentido moral, como demuestran
la sociedad me deja, í el suicidio por desgracia los numerosos si
í el delito, que me d… ñ mi y ñ bien no graves delitos que se co-
mis hijos un pan robado, pero un meten en el invierno, con el ob-
pan que mata el hambre . jeto de procurarse medios de vi-
Ahora bien en contraposiciín . vir, o de asegurarse por medio de
al obrero honrado, se observa el i una condena medios de vivir al-
caso de un hombre que comete un g„n mes 1 .
delito, que se hace condenar, y
1 Este fenímeno psicolígico tiene una
entonces la sociedad sol†cita le manifestaciín caracter†stica en los datos que
asegura pan, trabajo, alojamien- he consignado en una estad†stica, donde se
30. o E. ERR I
ANTROPOLOGóA 1
En cuanto ñ la concurrencia pues, debe ser ley de vida en las
econímica del trabajo de las pri- cñrceles, corno debe serlo para to-
siones, es evidente que ƒste no das las personas y el trabajo en
puede abolirse, sino que debe des- las prisiones, que es en s… util…si-
arrollarse en lo posible . La razín mo, se cambia en inconveniente
es sencilla si los presos perma- cuando se le hace consistir, como
necen en la ociosidad, como su- sucedií en muchas cñrceles de In-
cede en la mayor parte de nues- glaterra, especialmente en los pa-
tras cñrceles, se produce un nue- sados a„os, en una estƒril fatiga
vo gasto que costean los contri- material sin producciín econími-
buyentes todos, que despuƒs de ca, como el treadmill, el shiotelvili,
haber sufrido con el delito, sopor- cran -zvheel .
tan el da„o de sostener en la ocio- Ahora bien, †címo podrñn evi-
sidad ñ los delincuentes . De tal tarse los efectos de la concurren-
manera, al delito porque fueron cia econímica al trabajo libre, si
condenados, el Estado mismo a„a- se ha de dar al de las prisiones el
d…a otro, como dice Spencer, san- mayor desarrollo posible
cionando un nuevo agravio ñ los Esta es la cuestiín esencial,
ciudadanos honrados . El trabajo, que debe resolverse, no con palia-
tivos í reformas de detalle, sino
observa que en los a„os de carest…a disminu- con el estudio del problema en su
yen las tentativas de evasiones í las evasio -
nes, sin duda por la ventaja de vivir los pre- esencia y con reformas esenciales
sos a costa del Estado . tambiƒn .
31. 2 E ERRI ANTROPOLOGóA
ñCuíl es y cuíl debe ser el ob- imperantes en la Edad Media, en
jeto del trabajo en las círceles el rƒgimen de las prisiones, la
Este es el punto fundamental . vida com‰n durante el d…a y la
Los partidarios de la escuela noche, el ocio y el abandono mo-
penitenciaria afirman que el prin- ral . Los continuadores de o ard
cipal, y para algunos el e clusivo repiten la necesidad del aisla-
objeto del trabajo en las prisio- miento, trabajo ƒ instrucci†n en
nes, es la disciplina interior del las prisiones, como un principio
establecimiento, para corregir al . a iomítico de esos que no preci-
culpable sustrayƒndolo de la in- san demostrarse, principios que
fluencia del ocio y de las malas pueden considerarse identificados
compa„…as durante la e piaci†n con los fundamentales de la es-
de la condena, y al mismo tiem- cuela clísica, como la simiente y
po para darle un medio de vivir la ra…z de una planta estín iden-
honradamente cuando salga libre tificadas .
de la prisi†n . Estas afirmaciones, Para la escuela clísica, la fun-
como ya dije, constituyen uno de ci†n , represiva ejercitada por el
los tres a iomas í que se ha con- Estado, si bien, tiene una raz†n
cretado hoy la escuela penitencia- de utilidad social, se basa, en sus
ria, ‡ aislamiento, trabajo, instruc- funciones y en sus l…mites, en el
principio de la justicia distribu-
ci†nˆ, principios que encierran
tiva, y debe consistir principal-
en s… la mís espontínea reacci†n
mente en hacer sufrir al culpable
contra los lamentables criterios
32. ANTROPOLOGóA
4 E. ERRI
un castigo proporcionado ñ su ƒ menor temibilidad del delincuen-
culpa moral . De aquí la obliga- te, que es un hecho positivo y
ciƒn del Estado de proveer al apreciable positivamente . El . Es-
mantenimiento y al mejoramien- tado, frente al criminal, no tiene
mñs derecho que el de impedirle
to del delincuente, al que corres-
la repeticiƒn de sus ataques y por
ponde como „nico deber el de
consiguiente, no puede tener otro
prestarse ñ la aplicaciƒn del cas-
deber porque derecho y deber son
tigo para conseguir la reintegra-
t…rminos correlativos … insepara-
ciƒn del derecho vulnerado por el
bles que el de proporcionar al
delito .
condenado medios de ganarse la
Con la escuela criminal positi-
vida trabajando, como se la ga-
va sucede, por el contrario, que
naba ƒ debía ganñrsela cuando es-
el castigo del delincuente y per-
taba en libertad . El Estado, en
mítaseme esta e presiƒn aunque
nuestro sentir, no tiene obligaciƒn
no define e actamente las ideas de mantener gratis al delincuente,
modernas no es sino una funciƒn
lo que viene ñ ser una compensa-
de defensa social contra los delin- ciƒn por prestarse ñ la aplicaciƒn
cuentes, que encuentra sus con- del castigo adecuado ñ su culpa .
diciones y sus límites, mñs bien †Por qu… ha de proporcionar el
que en las indeterminables esfe- delito la venta- j a de no tener que
ras de la justicia distributiva, o ganarse el reo con el sudor de su
en la imposible apreciaciƒn de la rostro el pan, el vestido y l a casa
culpabilidad moral, en la mayor
33. E. ERRI
ANTROPOLOGóA C7
Asegurar una v ida ociosa al bien el producto del trabajo de los
condenado, ñ mantenerlo gratis condenados del que podemos de-
cuando no trabaja, es sencilla- cir que aprovechara al mejora-
mente una inmoralidad . miento moral del condenado, y
De lo e puesto dedícese que el debiera tener por objeto esencial
objetivo principal que debe tener la reparaciñn de los da…os, prime-
el trabajo del penado, es que se ro pagando los gastos de su sub-
gane la subsistencia por sƒ mismo . sistencia, y despu†s resarciendo
Adem„s de tener el fin indica- los perjuicios causados „ sus vƒc-
do, al obligar al preso al trabajo, timas o a sus familias .
es preciso tener en cuenta otras Es menester cambiar los prin-
consideraciones que se olvidan por cipios que han regulado hasta
la escuela cl„sica y penitenciaria, ahora la organizaciñn del trabajo
como hemos dicho, al prescindir de las prisiones es preciso que
de que hay vƒctimas del delito, y las cifras del resarcimiento al Es-
al prescindir hasta de la inítil tado y „ las vƒctimas del delito,
fñrmula, que se consigna en to- que son e iguas en las actuales
das las sentencias ordenando el estadƒsticas penitenciarias , au-
resarcimiento de da…os y perjui- menten en gran proporciñn : y es
cios . necesario que los gastos del preso
A estos dos e tremos, indem- en la c„rcel que no obedecen sino
nizaciñn „ las vƒctimas y de da…os „ sus caprichos, como los de vino
y perjuicios, debe aplicarse tam- y tabaco, sean reducidos en lo po-
34. r
ANTROPOLOG…A g
sible . Cuando la administración
suministra al detenido el alimen- se deduce que de cada cien d„as
to necesario para reparar suficien- pasados en los presidios, nuestros
temente sus fuerzas fisiológicas, galeotes trabajan , estín en
es menester que el detenido no ociosidad 7, en la enfermer„a y
estñ ocioso y que el importe de su en castigo uno mientras en los es-
jornal no se dedique í cosas fƒti- tablecimientos llamados de pena,
les, cuando los obreros honrados se trabaja en el mismo tiempo 2
y las familias de las v„ctimas del d„as, se pasan en ocio, en la
delito cuentan si acaso con un enfermer„a y 2 en castigos . De-
jornal, suficiente sólo para no biñndose notar que los datos
morirse de hambre y de fr„o . apuntados constituyen un tñrmi-
En nuestros establecimientos no medio, del que hay que des-
penitenciarios, sin embargo de contar los presidios de S . Ste-
que no debiera suceder, acontece phani y Porto-Longone, en que
que impera mís la ociosidad que los d„as de ocio ascienden í 7
y 0, y los de trabajo 19 y 14,
el trabajo, y cosa rara, mís aƒn
siendo el trabajo domñstico de
en los presidios, cuando en las le-
conservación de las mismas peni-
yes y en las sentencias se manda
tenciar„as .
í los presidios í los criminales
Desgraciadamente, la propor-
condenados í trabajos forzados.
ción citada de los d„as de ocio y
De la ƒltima estad„stica carce- trabajo en las círceles italianas
laria referente al bienio 1 1- 2,
no revelan una mejora sobre los
35. E. ERRI
70 ANTROPOLOGóA
71
anteriores años, porque la esta- En la actual organizaci„n car-
dística oficial en el decenio 1 70- celaria, y con relaci„n al trabajo
79, da una cifra poco mƒs me- de los presos, es preciso tener en
nos de días de trabajo en los pre- cuenta dos hechos : la escasez del
sidios , por 100 en vez de jornal y el empleo del mismo .
, , mientras señala una cifra Seg…n la …ltima estadística, el
superior ƒ los establecimientos co- ornal medio por cada día de tra-
rreccionales casas de pena para bajo es el de 7 c†ntimos en los
hombres, donde los días de tra- presidios, y 4 en los correccio-
bajo ascendieron ƒ por 100 en nales de hombres dirigidos con
1 70-79, y de en 1 1- 2, y economía, la mitad de lo ganado
señalan, finalmente, una diminu- se entrega al penado, que debe
ci„n leve, los correccionales de ingresar de lo que le corresponda
mujeres de 72 ƒ 71 por 100 1 . una quinta parte para el fondo de
reserva, pudiendo disponer de lo
1 En la Relazione del direttore gener lle restante ƒ su placer .
delle careeri del 1 7 - Roma, 1 4 , se dice
Prescindo de fijarme, en que la
que esta dimi uci„n de las horas de trabajo
depende en gener i1 de la dificultad de en- mayoría de los penados, no bien
contrarlo dificultad que es mayor con el trasponen los ru71br 1,lcs de l a
aumento de los detenidos y con haberse
prescindido del arrenuamiento en algunos
cƒrcel. y sienten el sordo ruido de
establecimientos p . 1 1- 2 . Sea la causa
cionales de hombres, fija la siguiente pro-
cualquiera, el hecho es que la diminuci„n
porci„n e días de trabajo : por 100 en
de días de trabajo es constante, y que la Re-
1 7 , 1 en 1 1, 0 en 1 .
lazion- citada, y con respecto ƒ los correo-
36. E. ERRI ANTROPOLOGóA 7
72
la ferrada puerta que se cierra do el penado, sin gran provecho
tras ellos, respiran con ansia el acaso, ha trabajado las horas re-
aire libre, sintiendo la necesidad glamentarias, se le permite ir í la
indomable de gozar de la libertad, cantina, por la raz…n de que no
y entonces, nada de pensar en es suficiente í las necesidades la
dñas mís tristes, ni en si puede comida de reglamento, … porgi e
faltarles el trabajo, sino í gozar, no le agrade su monotonña , en-
í divertirse con sus amigos de tonces la crñtica encuentra en se-
círcel y compaƒeros de crimen . guida frases acres y duras con que
El dinero acumulado del fondo de combatir tal sentimentalismo .
reserva se gasta con frecuencia en †Por qu‡ la administraci…n no
orgñas sin cuento, y la consecuen- da lo suficiente para el manteni-
cia de todo esto es un nuevo de- miento del preso y creo que lo
lito, la reincidencia con su obs- da siempre , y evita de este modo
tinada persistencia . el bochorno de la cantina †Por
Pero hay mís a„n, porque al fin qu‡ se prescinde de que el preso
y al cabo la. previsi…n del fondo es un salteador y un asesino que
de reserva tiene í su favor la bue- ha dejado fuera, en la sociedad,
na intenci…n de pensar en que es huellas de su delito, en sus vñcti-
posible que el preso no encuentre mas, que no tendrín alimentos,
modo de vivir en los primeros no s…lo variados, sino suficientes
dñas, y í este objeto le sirva lo para las necesidades de la vida
ahorrado en la prisi…n pero cuan- Dos cifras bastan para presen-
37. E. ERRI
74 ANTROPOLOGóA 7
tar de relieve, ñ mñs del aspecto principios vigentes, la organiza-
moral, las consecuencias econími- ciín del trabajo de las prisiones,
cas de estas aplicaciones de la es- que se deduce de los principios
cuela clñsica penitenciaria . positivos, y que entiendo serñ efi-
En Italia, mientras se gastan caz ñ evitar los peligros de la con-
al ario mñs de 0 millones de li- currencia al trabajo libre, que
ras por el servicio penitenciario, constituye una inmoralidad indi-
no se obtiene del producto del recta, cuando, como hoy, se favo-
trabajo de los penados sino 4 mi- rece en un todo al penado asegu-
llones . En 1 2, de 1 . 7 .000 li- rñndole trabajo, primeras mate-
ras de pagos hechos por la admi- rias y seguridad de venta, con lo
nistraciín por cuenta de los pre- cual no puede luchar con ventaja
sidios, 7 .000 liras, es decir, mñs el trabajador honrado .
de la mitad fueron para alimen- El Estado debe proporcionar
tos, y en los correccionales de al penado los medios de ganarse
1 .000 liras, 0 .000 tuvieron la la vida con el trabajo, y le debe
misma inversiín y, sin embargo, pagar este trabajo con relaciín al
en vano se busca en estas cifras precio del libre . Despu„s, el Es-
algo pagado para indemnizar ñ tado ñ su vez, debe pagarse los
las vƒctimas . gastos hechos en favor del preso
y los de administraciín, y debe
procurar que viva con . lo estricta-
e aquƒ ahora, y frente ñ sus mente necesario . Es decir, que, al
38. ANTROPOLOOfA 77
7 n. PERRI
menos en las córceles, debe impe- de capricho, y con grandes limi-
rar la regla de justicia social, de taciones, pero esto cuando haya
que no come quien no trabaja, cumplido los compromisos que
e ceptuando ñnicamente ó los en- tiene con el Estado, con los por
fermos í imposibilitados, una vez el perjudicados y con su familia .
satisfechos sus gastos de aloja- .tia escuela positiva no para en
miento, comida y vestido del pre- esto . En el caso de que se conce-
so, en vez de suministrarle me- da la libertad provisional ó los
dios para que fume í vaya ó la presos de buena conducta, cree-
cantina con lo que reste, hógan- mos no es aceptable en la forma
se dos partes, una para las vƒcti- gratuita que propone y se aplica,
mas y sus familias, y otra para la segñn los principios de las escue-
familia del preso, nunca para el las clósica criminal y penitencia-
uso personal del mismo . ria, y entendemos que puede ser
Que el condenado respete las ñtil, someti„ndola, ó mós de ó la
buena conducta, a otra condiciín .
leyes, aunque sea sílo por temor
al castigo, y que el Estado no sea La ley no deberƒa consentir tal
liberaciín, sino cuando el conde-
su címplice, secundando las ten-
nado hubiese resarcido los da…os
dencias egoƒstas del criminal, al
ó las vƒctimas y ó su familia con
que ñnicamente se le deberó dar
su trabajo, sobre todo en la parte
una cantidad de lo que gane, no
que el juez y la administraciín de
en el acto, sino ó su salida de la
la córcel fijen, segñn las condicio-,
córcel, y aun para sus gastos, no
39. E. ER I ANTROPOLOGóA
79
nes de las vñctimas y las circuns- habrñan conocido y estudiado de
tancias personales y reales del de- este modo se compenetraban las
lincuente . Con la aplicaciín de ingenuas aspiraciones del senti-
este criterio se conseguirña la en- miento con las inducciones posi-
mienda de los delincuentes oca- tivas, y se emplearñan los soco-
sionales, los ƒnicos verdadera- rros de la asociaciín, no en todos
mente corregibles . los presos, sino en aquellos en que
Cuando el condenado sea pues- hubiera probabilidad de que se
to en libertad, si tiene fondo de habñan enmendado sinceramente
reserva, entiendo que no debe que- í estaban en mejor camino .
dar desde el momento de la liber-
tad „ su disposiciín, por las razo-
nes dichas . Como se propuso y se
aprobí en el Congreso antropolí- Respecto „ la organizaciín t…c-
nica del trabajo de las prisiones,
gico criminal, queremos institu-
no podr… hacer sino un programa,
ciones especiales un poco menos
presentar el esqueleto, consignan-
arc„icas que las sociedades de pa-
do lo que sea suficiente para ha-
tronato . Querrñamos asociaciones
cer notar la diversidad de tenden-
de personas que se dedicasen al
cia y de conclusiones entre la es-
estudio clñnico del delito y del de-
cuela cl„sica y la positiva pero
lincuente en las c„rceles y mani- limit„ndome „ Italia, porque, si-
comios, y que …stas ejercitasen el guiendo el m…todo e perimental,
patronato sobre los libertos que
40. So E . 7ERRi
ANTROPOT .nGó4 1
no creo se pueda fijar a priori un Italia, por desgracia, tiene gra-
sistema que se adapte ñ todos los ves peligros de que defenderse,
países 1 . con motivo de la malaria produ-
cida por las emanaciones malsa-
nas del Agro Romano : aunque el
1 En la Relazione del direttore genera- g . bierno quisiera poner remedio
la dclle carceri Roma, 1 4, pñg . 1 9 y si-
guientes se dan muchas opiniones acerca de al mal con actividad y energía, no
lo que aquí se consignarñ . lograría su objeto sino ñ costa de
Esto, que me enorgullece por la autoridad
los infelices trabajadores que día
de Beltrani-Scalia, no demuestra sino la
bondad de las ideas personales del e direc- tras día se ocupasen en la mortí-
tor general de cñrceles ya indicadas en su fera tarea de la desecaci†n . ‡Por
Riformna peniter :ziaria en Italia . Roma,
qu… no ha de obligar el Estado ñ
1 79 . Nada aƒade, por desgracia, ñ la esteri-
lidad de las aplicaciones administrativas, los delincuentes mas temibles ñ
hechas en nuestro país y en otros „ or la in- verificar este trabajo, en bien de
fluencia de la escuela clñsica penitenciaria .
Aquí tambi…n sucede que la prñctica no es
la sociedad ñ la que ofendieron y
sino la teoría en acci†n, y para tener una perjudicaron con sus delitos Si
prñctica diversa de la e perimentada hasta esto no sucede, no serñ ciertamen-
ahora, es preciso cambiar los criterios cien -
te porque se suponga un preten-
tíficos,
Esto sirve de respuesta ñ aquellos crimi- dido derecho en los reos condena-
nalistas y penitenciaristas clñsicos que de- dos ñ penas graves, perpetuas †
clararon estar conmigo en estas cuestiones :
de larga duraci†n, ñ que no se les
las conclusiones prñcticas se pueden impo
ner por su evidencia, pero no adquieren vi- acorte la vida porque no se po-
talidad de aplicaci†n, sino cuando estñn en dría negar seriamente ñ la socíe-
armonía con los principios generales .
41. 2 E. ERRI
ANTROPOLOG…A
dad el derecho de condenaró El trabajo de las prisiones, en-
muerte ó los malhechores mós pe- tiendo que debiera ser el agrícola
ligrosos, añn reconociendo como de bonificar las tierras nialóricas,
reconozco la inoportunidad y aun al menos en la estaciƒn del a†o
la imposibilidad moral de aplicar en que como sucede con los obre-
este derecho en la forma acostum- ros roma†oles que trabajan en la
brada . Si las probabilidades de bonificaciƒn del Agro Romano
muerte o de enfermedad acechan
condena-
los trabajadores no pueden resis-
siempre al obrero libre y honra- tir el clima .
do, en las minas, en las indus- Deben instituirse colonias pe-
trias químicas, y aun en las ordi- nitenciarias, compuestas de algu-
narias, con razƒn sobrada se pue- nos miles de penados en Italia
den correr estas desgraciadas pro- e isten hoy mós de 17 .000 con-
babilidades por los criminales . denados ó trabajos forzados y no
Ademós, supuesto que para redi- dos í la desecaciƒn de tierras pantanosas ‡el
mir ó Italia de la malaria se ne- trabajo en el que consumen y arriesgan su
vida, tendró como compensaciƒn una reba-
cesite el sacrificio de algunas vi- ja de pena equivalente ó una prolongaciƒn
das humanas, es indudable que de la vida misma . Relazione citada, Roma
1 1. pógina 20 .
entre los trabajadores honrados y Aquí se ve la diferencia de principios fun-
los criminales, „stos deben sin damentales para Beltrani-Scalia, perece
como que el condenado hace una concesiƒn
piedad ser los sacrificados 1 . al Estado trabajando en las tierras pantano-
sas para mí, no es sino una consecuencia
1 o no podría admitir la proposiciƒn
de su delito .
de Beltrani-Scalia, de que para los
42. E . TERRI
4
ANTROPOLOGóA
para algñn centenar, como se ha mientos de la emigraciín y sin las
verificado recientemente en el e - desilusiones de una pol†tica colo-
perimento de Tre- ontane, cerca nial toda empirisluo, los primeros
de Roma porque í el e perimen- y m…s eficaces remedios … sal con-
to no ha resultado, y entonces diciín actual, que desgraciada-
debe intentarse bajo otros auspi- mente les hace envidiar el trata-
cios y con organizaciín distinta, miento que asegura el Estado …
o, como parece, la e periencia en los delincuentes .
pequeƒo ha demostrado la posibi- Otro trabajo deber†a entregarse
lidad de que se obtenga „ ito, y … los condenados, … lo menos en
en este caso procede ampliar el la parte m…s peligrosa o molesta,
e perimento hasta un punto en el de la miner†a, trabajo … que ya
que ofrezcan soluciín bastante y condenaban los romanos … los
adecuada … un problema peniten- peores delincuentes .
ciario, … la vez que econímico y Er otras industrias tienen pla-
social . za seƒalada los criminales, y en
Concluida la bonificaciín por ellas no perjudicar†an … la indus-
medio de la colonia penitencia- tria libre, la construcciín de pri-
ria, las tierras deber†an ser con- siones, de fuertes, limpieza de
vertidas en colonias agr†colas, que puertos en Italia se han hecho
se entregar†an … sociedades coope- e perimentos en esta materia ,
rativas de labradores, que encon- pero siempre en pequeƒa escala,
trar†an de este modo sin los padeci- no pasando nunca de la e perien-
43. as E. EARI ANTROPOLOGóA 7
cia tñmida í la aplicaciƒn resuelta . ciƒn p…blica, como se practica en
En lo que se refiere í la peque- algunos pañses de Europa, espe-
„a delincuencia, lo primero que cialmente en B†lgica, y como en
procede es abolir las penas de pri- Italia comienza í practicarse .
vaciƒn de libertad de corta dura- Sentadas las conclusiones de la
ciƒn, que son in…tiles al Estado, escuela criminal positiva respecto
perjudiciales al condenado que al trabajo de las círceles, se com-
es, por regla general, el delincuen- prende que no tiene tanta impor-
te de ocasiƒn y repulsivas al sen- tancia, como la que conceden los
tido moral y al sentido com…n . penitenciaristas í uno tñ otro sis-
A. los que hoy se aplican estas tema para la e plotaciƒn del tra-
penas, deberñan ser castigados bajo de las prisiones : esto ya lo
con el trabajo obligatorio, en li- he indicado en el informe al Con-
bertad y privíndoles de una parte greso penitenciario, informe que
del salario, que se emplearña en no se discutiƒ por falta de tiem-
el resarcimiento de da„os y per- po, aplazíndose la discusiƒn del
juicios y en el pago de multas . problema para dentro de los cin-
En las penas correccionales que co a„os en el Congreso de San
pasen de los seis meses, el traba- Petersburgo .
jo de las prisiones debe reducirse a he presentado, pues, cuíl
es la soluciƒn de la escuela posi-
í a producciƒn e clusiva de ob-
tiva en lo que se refiere al traba-
jetos que se consuman en el esta-
jo de las prisiones, soluciƒn que,
blecimiento ƒ por la administra-
44. E. ERRI ANTROPOLOGóA 9
al . par que obliga al penado ñ tra- sistemas, podemos afirmar que la
bajar, evita los inconvenientes impresiƒn general del bazar car†
de la concurrencia al trabajo libre . celar o, ha sido, que puede facili-
La concurrencia del trabajo de tar mejores condiciones al com-
las prisiones y de la industria li- prador el trabajo de las prisiones
bre, y cuñn temible es para ísta, que el libre .
se ha comprobado en la E posi- Este es el significado de la E -
ciƒn carcelaria de Rolna : los com- posiciƒn carcelaria, para quien de
pradores acudieron presurosos en las consideraciones tícnicas se
busca de objetos manufacturados eleve ñ mñs altos puntos de vista
en las cñrceles, no por su gusto como otro signo caracter„stico le
art„stico, que faltaba en ellos por las tendencias de las escuelas pe-
completo, por insuficiencia de di- nitenciarias se encuentra en la
recciƒn tícnica en las cñrceles, e posiciƒn comparativa de las
como dec„an los documentos ofi- celdas .
ciales, ƒ por inferioridad mental
de los trabajadores, como digo yo
el p…blico acud„a sol„cito por la La E posiciƒn de celdas, en la
bondad y solidez de los productos que figuraba el tipo celular adop-
y por la inferioridad de los pre- tado en los diversos pa„ses de Eu-
cios . Tal observaciƒn es evidente, ropa y Amírica, reproducido con
y sin entrar en cñlculos estad„sti- e actitud, con maniqu„es vestidos
cos, ni en la bondad ƒ malicia de de vigilantes y guardianes y con
45. E ERRI
90 ANTROPOLOGóA 9ñ
figuras de criminales, reprodu- celdas . El observador resumía bien
ciendo el tipo del país ƒ que la
pronto sus impresiones : el obrero
celda pertenecía, y aun los carac- que acaso llegaba con objeto de
teres especiales de las diversas adquirir nueva resistencia moral
formas de la delincuencia, ha sido contra las tentaciones de que se
la parte mƒs original y elocuente ve rodeado en el ambiente que le
de la e posici„n carcelaria . De rodea el empleado que habrƒ
la observaci„n sola de una celda, visto en realidad la conciencia bu-
y de la comparaci„n de unas y rocrƒtica del poder social la se-
otras, el p…blico, aunque no se ‡ora que buscaba emociones y es-
haya interesado de la parte t†c- taba decidida ƒ sentir y llorar por
nica, al menos se habrƒ formado los pobres prisioneros, el congre-
una idea viva y e acta de la vida sista que había de resumir en he-
que los Estados modernos impo- cho concreto sus conocimientos
nen ƒ los delincuentes . t†cnicos, han e presado sus opi-
Los visitantes que no tuvieran i niones : ƒ todos les he oído y todos
conocimiento de lo que era un es- formaban un solo juicio : ˆLa ver-
tablecimiento penitenciario, si dad es que estos condenados estƒn
acaso creyeron ver desfilar ante muy bien tratados .‰ en. verdad
sus ojos una serie de tristes pri- que no era posible otra opini„n .
siones, han debido e tra‡arse del Del pozzo veneciano del siglo iv
aspecto de limpieza, comodidad y por cuanto †ste sea una e cep-
aun de elegancia de alguna de las ci„n de rigor aun en las prisiones
46. R. ERRI ANTROPOLO GfA
92 9
de la Edad Media, y no el tipo diciones fƒsicas y morales del cri-
comón como se ha dicho , en que minal : se siente que hay una re-
la mortecina llama de una humo- laciín severa al par que justa, en-
sa luz hace mñs notables la falta tre las privaciones de la cíƒrcel y
de luz y de aire y la tristeza de el delito del encarcelado .
los muros, ñ la celda de la cñrcel Pero se pasa ñ las celdas de las
de San 1MTichele de Roma, del si- penitenciarƒas modernas, como las
glo viii, í ñ la doble celda del de Perusa, Milñn, en Italia, No-
ergñstulo de Volterra, donde no ruega, Baden, Austria, Espa„a,
falta aire ni luz, que entra alegre y sobre todo Suecia y los Paƒses
por las dos ventanas de la estan- Bajos, donde cada individuo tie-
cia, desnuda y severa, y donde los ne una celda con 2 metros cóbi-
muebles son groseros y macizos, cos de aire, una lñmpara opaca de
el progreso es grande y la concien- gas, calorƒfero, timbre el…ctrico,
cia humana no se resiente de que retrete de agua constante, un ele-
la brutalidad haya desaparecido gante armario con toallas y cepi-
dando lugar ñ una reforma civili- llos para el calzado, para la ropa
zada . Se comprende que allƒ den- y para los dientes, y al contem-
tro la vida debe ser dolorosa, por- plar estas celdas, la conciencia
que nuestra e quisita sensibili- del póblico siente un disgusto
dad y nuestras costumbres de moral .
†Címo es posible llegar ñ esta
bienestar nos presenten de cierto
e ageraciín, olvidando que el de-
modo que no es e acto las con-
47. E . TERRI
94
9
lincuente ha cometido los mós talismo en favor de los malhe-
graves delitos, y dei a en el mun- chores
do las vñctimas de sus crñmenes, La razín de esta contradicciín
olvidando que el obrero, el labra- la he consignado ya . : aquello que
dor, que permanecen honrados, todo partidario de la disciplina
gozan, sñ, del bien teírico de la carcelaria reconoce individual-
libertad, pero sufren el hambre y mente como e agerado, lo encuen-
el frño, agrupados en miserables tra natural y lígico corno conse-
viviendas en las ciudades y en ca- cuencia de la escuela . apriorñstica,
baƒas en el campo „Se ha podi- seg†n la que los continuadores de
do olvidar que hasta el modesto o ard, han estudia-ido la celda
burgu…s en premio de su honra- por la celda, se han remontado en
dez, ni aun sueƒa el mayor n†- su estudio procurando su perfec-
mero en tener en sus casas el ciín, no teniendo para nada en
timbre el…ctrico, el agua corrien- cuenta los delitos cometidos por
te y el calorñfero el condenado, sus vñctimas, ni los
Cuando yo veña ó congresistas millones que las celdas cuestan .
abundar en inis impresiones que Es natural y lígico que la es-
se imponñan con la evidencia de cuela positiva, que no separa la
la realidad, me preguntaba ó mñ córcel del encarcelado, a.l delin-
mismo : „puede ser que los penñ- cuente del delito cometido contra
tenciaristas lleguen ó estas e a- la sociedad que lo castiga, afirme
geraciones y e cesos de sontimen- rotundamente que llega la hora
48. E. ERRI
9 ANTROPOLOGóA 97
de detenerse en este camino fan- tambiín desgraciados, tienen so-
tñstico, peligroso í injusto . bre el criminal la superioridad de
Entre las e ageraciones de las ser honrados .
cñrceles de la Edad Media y en- En la misma E posici„n celu-
tre las e ageraciones de la actua- lar se puede encontrar el tipo de
lidad, cabe un tírmino medio . la cñrcel moderna, que evite las
Del mismo modo que entiendo e ageraciones en uno … otro sen-
serƒa absurdo y moralmente im- tido para ello pueden servir de
posible intentar volver ñ un pa- base las celdas de la cñrcel de San
sado aborrecible, que desconocƒa Michele, la del ergñstulo de Vol-
en el delincuente todo carñcter de terra, „ aun las de los penitencia-
persona humana, corrompiíndole rios de Dinamarca, Inglaterra y
con un tratamiento bestial, creo Amírica, en que subsiste la seve-
tambiín que serƒa altamente peli- ridad de la condena, obligada por
groso continuar el camino em- el gran sentido prñctico de aque-
prendido por las escuelas clñsicas llos pueblos, severidad que pro-
penitenciarias, que en el conde- hibe elegancias que son inmora-
nado no ven sino un hombre des- les . Serƒa preciso regular la dura-
venturado, y olvidan que asimis- ci„n y la forma del aislamiento
mo es un delincuente, que por en el cumplimiento de la condena,
consecuencia no puede ser trata- teniendo en cuenta las diversas
do en forma igual, y quizñ mejor, categorƒas antropol„gicas de los
que otros hombres que, siendo delincuentes que la escuela posi-
7
49. E. ERRI
9 ANTROPOLOGóA 99
tiva ha fijado este es un noble la superioridad de la tendencia
objeto, que se debiera estudiar positiva viene ƒ confundirƒ …sta
para su realizaciñn , aunando la con las escuelas clƒsicas peniten-
filantropía con la razñn, la defen- ciarias en un aspecto del proble-
sa y la igualdad sociales . ma que han olvidado .
Un personaje augusto que visi- Visitando un día las celdas con
taba la E posiciñn, llegñ ante la un eminente penalista clƒsico, le
severa celda americana, y pregun- dije :--,Pero todas estas celdas re-
tñ al delegado en el Congreso pe- presentan solamente verdaderos
nitenciario, cuƒntos a„os podía establecimientos de pena ñ perte-
permanecer un hombre encerrado necen tambi…n ƒ las cƒrceles ju-
en la celda .-Diez a„os , fue la diciales, donde van, no sñlo los
contestaciñn . A la impresiñn do- condenados, sino los ciudadanos
lorosa del interrogante, a„adiñ el que tienen pendiente un proceso`
delegado :- aun quince a„os . -Sí, respondiñ mi acompa„an-
Es doloroso, se objetñ, pensando, te : son tambi…n para los proce-
sin duda, en el hombre que sufre, sados pero de …stos no nos pre-
y el americano con gran calma ocupamos, lo que nos importa es
respondiñ :-- Sí, pero el delito es el aspecto t…cnico de la seguridad
afín mƒs doloroso . y de la higiene que
.-Respuesta
Otra consecuencia creemos que caracteriza perfectamente la ten-
puede deducirse de la E posiciñn dencia clƒsica penitenciaria . El
celular, que al par que confirma hombre que ocupa la celda, estƒ
50. 100 E. ERRI
ANTROPOLOG†A 101
tan en segundo tórmino, que no
hay lugar ñ preocuparse si ha sido sin embargo, ‡quión no ob-
reconocido autor de un delito í serva que, e istiendo una diferen-
solamente es un procesado : lo cia enorme entre el condenado y
esencial es la celda por la celda . el procesado, deberƒa e istir la
misma diferencia en la organiza-
Necesitó practicar investigaciones
ciín disciplinaria de los estable-
repetidas, para saber cuñles eran
cimientos destinados ñ unos y ƒ
las celdas destinadas ñ presos y ñ
otros
procesados, y supe que para dife-
En vez de esta diferencia, y me
renciarlas, habƒa que fijarse, no en es doloroso el decirlo, el delin-
nada esencial, sino en el nombre cuente ve címo siendo tal por sen-
que tenƒan escrito en las que se tencia del magistrado, se le trata
decƒa „ establecimiento … , eran de igual que al ciudadano que, mien-
casas de pena, y en las que se decƒa- tras no haya sido sentenciado, le
„ cñrcel … , eran para procesados . asiste el derecho de ser considera-
Con estos datos, comencó ñ es- do como honrado, porque aunque
tudiar la diferencia entre las cel- no haya duda sobre su criminali-
das de establecimientos y de cñr- dad por haber sido sorprendido
celes, mas en vano en todas se in f a anti,, í por haber confesado
percibƒa cierto aire de alegrƒa ele- su culpa, nada se sabe del címo
gante y címoda, que contrastaba y del cuñnto de su responsabili-
no poco con la etiqueta puesta en dad.
la ferrada puerta . Ahora bien la igualdad de tra-
51. 102 E. ERRI ANTROPOLOGóA 10
tamiento citada, constituye un legisladores „Es un progreso ver-
gravñsimo olvido en que su aprio- dadero y fecundo No s… si Becca-
rismo, y permñtaseme la frase, ha ria y o ard vivieran cƒmo lo
hecho incurrir a los partidarios llamarñan .
de o ard, mís acaso en la príc- A los malhechores ya condena-
tica y aplicaciones que en teorña . dos se les proporcionan todos los
En Italia, y en otros pañses cuidados de la higiene y todas las
acaso, se ha llegado al absurdo, e ageraciones que el sentimenta-
que es una verdadera inmorali- lismo pueda inventar, comprendi-
dad, de ser tratados los condena- das la m†sica y las conferencias
dos mucho mejor que los procesa- agradables, y í los ciudadanos
dos y de esto puedo dar fe con el procesados se les tiene en sitios
proceso de Venecia contra los tra- en que sufren í veces verg‡enza
bajadores del campo mantuanos , la humanidad y el derecho .
tanto en lo que respecta al local, Los positivistas sentirnos y te-
como porque la disciplina carce- nemos las aspiraciones mís altas
laria de nuestro pañs coloca en si- del sentimiento humanitario, pero
tuaciƒn tan dura í los ciudadanos las dirigimos y encauzamrros í ob-
procesados, que, en comparaciƒn, jetos dignos, í satisfacciones jus-
los presidios y casas de reclusiƒn tas y morales .
parecen agradables residencias . A la sociedad le asiste el per-
„Es esta la tan celebrada filan- fecto derecho de impedir al pro-
cesado, en muchos casos, l a co-
tropña de nuestros criminalistas y
52. 104 E, RRI ANTROPOLOGóA 10
municaciñn con los e traíos, que E posiciñn con modelos de las ca-
podrƒan destruir ñ alterar las prue- baías de los labradores, casas de
bas, y en esta situaciñn, la c„rcel obreros y cuarteles . Entonces se
preventiva es una verdadera nece- verƒa en su †ltima e presiñn „ qu…
sidad social, aunque protesten re- consecuencias ha llegado el doc-
tñricos … idealistas pero no debe trinarismo criminal, el sentimen-
pasarse un lƒmite, debiendo ser talismo penitenciario y la sabidu-
tratado el ciudadano procesado rƒa de las modernas civilizaciones .
como un hombre honrado . Para concretar en una conclu-
Si para las c„rceles judiciales siñn final las deducciones que
se adoptan las celdas e puestas hace la escuela positiva de la E -
en Roma, las aceptamos, mante- posiciñn de productos carcelarios
niendo, sin embargo, los lƒmites y celdas, decimos que aquƒ, como
razonables y sin incurrir en e a- siempre, la ciencia teñrica y pr„c-
geraciones . Lo que no podemos tica de los delitos y de las penas,
admitir en modo alguno es la con- no debe aislarse estos hechos del
fusiñn entre presos y procesados . n†cleo en que se determinan, para
estudiarlos como abstracciones
metafƒsicas, sino que debe coordi-
nar su estudio „ todas las restantes
Para comprender lo que son y … importantes manifestaciones de
representan las celdas de algunos la vida social . Solamente asƒ, como
penitenciarios, debiñ ampliarse la hace la moderna sociologƒa crimi-