En la segunda mitad del siglo XIX, la industria siderúrgica y textil se convirtieron en las principales industrias modernas en España, especialmente en Vizcaya y Asturias, impulsadas por el desarrollo del hierro, el carbón y la llegada del carbón inglés a Bilbao. Otras industrias como la agroalimentaria y la minería también crecieron, especialmente la minería de carbón en Asturias y la minería de hierro en Vizcaya. La construcción del ferrocarril consolidó una red radial