2. El perrito travieso era un cachorro muy dormilón e
inquieto. Una mañana aunque el oyó TIN, TAN, TIN,
TAN, las campanas de las ocho en el reloj de su casita,
siguió durmiendo tranquilamente.
– -Levántate perezoso, y es hora de ir a la escuela, le
dijo su madre.
por fin de mal humor, salto de la cama, se baño la cara,
las manos y los dientes, peino su melena y tomo el
desayuno. Salió con su hermanito menos en dirección a
la escuela.
3. ya en el camino dijo a su compañero :-Todos los días nos
obligan a venir a estudiar y tenemos que oír las
explicaciones de la maestra. quedémonos hoy jugando en
el jardín. ¡Veras cuanto nos vamos a divertir¡
-Mi madre se disgustaría, debemos ir a la escuela,-
respondió el pequeño.
pero el perrito travieso no escucho los consejos. hizo barcos
de papel y los puso a navegar en el estanque; luego le dijo a
una abejita: ¿quieres jugar conmigo?
4. -No tengo tiempo, le respondió aquella; ¿no ves que estoy
recogiendo el néctar de las flores y tengo que hacer mucha miel? Si
no vas a la escuela y sigues de holgazán se te pondrán las orejas muy
largas y te convertirás en un asno.
pero el no atendio a la abeja y siguio corriendo hasta que encontro
un erizo. Se acerco a olfatearlo y, oh dolor¡ se pincho la nariz con las
puas del cuerpo del animal y comenzo a llorar amargamente.
5. -la tienes bien merecida, le reprendió el erizo; si
estuvieras en la escuela no te hubiera pasado esto y te
harías un perrito inteligente y sabio. el cachorro lo escucho
y desde aquel día no falto a clase y fue uno de los perritos
mas aplicados de su curso.