Este documento contiene varias oraciones dirigidas a Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo y la Virgen María solicitando guía, sabiduría y renovación espiritual para el próximo Capítulo General de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada.
2. Oración por el XVII Capítulo General
Espíritu Santo,
creemos firmemente que Tú guías nuestra Congregación
y nos impulsas a renovarnos en nuestro espíritu, misión y
estilo de vida y a «ser pan que se parte para un mundo
hambriento».
Llénanos de tus dones, para que el próximo Capítulo
General sea ocasión para revitalizar la vivencia de nuestro
carisma eucarístico, mariano y misionero y nos dé un
nuevo impulso para ser presencia de Jesús en nuestro
mundo.
Ayúdanos a reproducir con valor la audacia, la creatividad
y la santidad de María Emilia Riquelme, nuestra
Fundadora, como respuesta a las necesidades de nuestro
mundo.
Abre nuestro corazón para escuchar la invitación de
Jesús: Dadles vosotros de comer, de manera que
podamos recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión
el presente y abrirnos con confianza al futuro.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
3. Danos Señor la Sabiduría
Dios de los padres y Señor de misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre.
Danos la sabiduría asistente de tu trono
y no nos excluyas del número de tus siervos,
porque siervos tuyos somos, débiles y de pocos años,
demasiado pequeños para conocer el juicio y las leyes.
Pues, aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras, que
sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala desde tus santos cielos,
y de tu trono de gloria envíala,
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.
Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor. Amén
4. Ven Espíritu de Amor y de Paz
1. Espíritu de verdad, que conoces las profundidades de Dios,
memoria y profecía de la Iglesia, dirige la humanidad para que
reconozca en Jesús de Nazaret el Señor de la historia.
¡Ven, Espíritu de amor y unidad!
2. Espíritu de santidad, ven y renuévanos. Suscita en nosotras el
deseo de la plena unidad, para ser verdaderamente en el mundo
signo e instrumento de la íntima unión con Dios.
¡Ven, Espíritu de amor y unidad!
3. Espíritu de comunión, haz que la riqueza de nuestro carisma
contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo, y que los laicos, los
consagrados colaboremos juntos en la edificación del único reino de
Dios.
¡Ven, Espíritu de amor y unidad!
4. Espíritu de consuelo, suscita la solidaridad para con los
hambrientos y necesitados, acrecienta en todos el compromiso por
un mundo mejor.
¡Ven, Espíritu de amor y unidad!
5. Espíritu de sabiduría, que iluminas la
mente y el corazón, oriéntanos el
camino que hemos de seguir al servicio
de la vida, de la justicia y de la paz.
Espíritu de vida, por el cual el Verbo se
hizo carne en el seno de María, mujer
del silencio y de la escucha, haznos dóciles a las muestras de tu amor
y siempre dispuestos a acogerte en el curso de la historia.
¡Ven, Espíritu de amor y unidad! A ti, junto con el Padre y el Hijo,
alabanza, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
5. A María
BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
Virgen gloriosa y bendita. Amén.
NOVENA DE CONFIANZA
AL INMACULADO CORAZÓN
¡Oh María! En tus manos
pongo esta súplica. Bendícela.
Después preséntala a Jesús.
Haz valer tu amor de Madre y
tu poder de Reina. ¡Oh María!
Cuento con tu ayuda.
Confío en tu poder.
Me entrego a tu voluntad.
Estoy seguro de tu misericordia.
Madre de Dios y Madre mía,
ruega por nosotros. Amén.
ACORDAOS...
ORACIÓN DE LA HUMILDAD
San José, ruega por nosotras.
San Rafael, ruega por nosotras.
Santa Teresa del Niño Jesús, ruega por nosotras.
San Francisco Javier, ruega por nosotras.
Beata Mª de los Ángeles, ruega por nosotras.