La muerte planeaba llevarse al quinto semestre a la tumba cuando estuvieran en su salón, pero cambió de opinión al ver lo buenos amigos que eran. En su lugar, todos juntos celebraron una fiesta a la que invitaron a la calaca, bailando y divirtiéndose hasta el agotamiento. A la mañana siguiente, la calaca se despidió y regresó a su casa después de que terminó la celebración.