1. DESARROLLO PSICOLÓGICO-DEPORTIVO EN EL FÚTBOL
En la manifestación de la conducta del futbolista intervienen un conjunto procesos
cognitivos y de habilidades psicológicas, tales como el pensamiento táctico, la capacidad
para concentrar y dirigir la atención, la percepción, imaginación y memoria, elevado nivel
de activación, coordinación y capacidad de trabajo en grupo, desarrollo de cualidades
volitivas, una fuerte motivación, tolerancia a las frustraciones parciales y autocontrol
emocional. A continuación se hace énfasis en el constructor de autocontrol emocional, ya
que la se ha evidenciado como en las diferentes acciones de juego (ofensivas y defensivas)
esta habilidad determina en gran medida la efectividad de la respuesta dada.
EMOCIONES
Definición de Emoción. La palabra EMOCIÓN, viene del latín "MOTERE" (moverse). Es
lo que hace que nos acerquemos o nos alejemos a una determinada persona o circunstancia.
Por lo tanto, la emoción es una tendencia a actuar y se activa con frecuencia por
alguna de nuestras impresiones grabadas en el cerebro, o por medio de los pensamientos,
lo que provoca un determinado estado fisiológico, en el cuerpo humano.
La emoción, es un sentimiento y sus pensamientos característicos que conllevan
condiciones biológicas y psicológicas, así como una serie de inclinaciones a la actuación.
Todas las emociones son esencialmente IMPULSOS A LA ACCIÓN, cada una de ellas
inclina al ser humano hacia un determinado tipo de conducta. Los mecanismos de las
emociones, incluso las biológicas, pueden ser conducidos hacia el bien o hacia el mal. Ser
consciente de las propias emociones es el primer paso para no dejarse arrastrar por ellas.
Tipos de Emociones
Emociones Primarias. Ira: Enojo, mal genio, furia, resentimiento, hostilidad,
animadversión, indignación, irritabilidad, violencia y odio. La sangre fluye a las manos, y
así resulta más fácil tomar un arma o golpear al enemigo; el ritmo cardiaco se eleva, lo
2. mismo que el nivel de adrenalina, lo que garantiza que se podrá cumplir cualquier acción
vigorosa.
Miedo: ansiedad, desconfianza, fobia, miedo, nerviosismo, inquietud, terror,
preocupación, aprehensión, remordimiento, sospecha, pavor y pánico. La sangre va a los
músculos esqueléticos, en especial a los de las piernas, para facilitar la huida. El
organismo se pone en un estado de alerta general y la atención se fija en la amenaza
cercana.
Felicidad: alegría, disfrute, alivio, deleite, dicha, diversión, estremecimiento, éxtasis,
gratificación, orgullo, satisfacción y manía. Aumenta la actividad de los centros cerebrales
que inhiben los sentimientos negativos y pensamientos inquietantes. El organismo está
mejor preparado para encarar cualquier tarea, con buena disposición y estado de descanso
general.
Amor: Aceptación, adoración, afinidad, amabilidad, dar con desinterés, caridad,
confianza, devoción, dedicación, gentileza y hasta obsesión.
Sorpresa: Asombro, estupefacción, maravilla, shock. El levantar las cejas permite un
mayor alcance visual y mayor iluminación en la retina, lo que ofrece más información ante
un suceso inesperado.
Disgusto: Fastidio, molestia, insatisfacción, impaciencia. La expresión facial de disgusto
es igual en todo el mundo (el labio superior torcido y la nariz fruncida) y se trataría de un
intento primordial por bloquear las fosas nasales para evitar un olor nocivo o escupir un
alimento perjudicial.
Tristeza: Aflicción, autocompasión, melancolía, desaliento, desesperanza, pena, duelo,
soledad, depresión y nostalgia. El descenso de energía tiene como objetivo contribuir a
adaptarse a una pérdida significativa (resignación).
Vergüenza: arrepentimiento, humillación, mortificación, remordimiento, culpa.
Repulsión: Rechazo, aversión, asco, desdén, desprecio, menosprecio.
3. Una emoción casi nunca se presenta aislada, más bien, son una combinación de todas las
familias de emociones mencionadas.
Antecedentes de emociones en deporte
Desde una perspectiva cognitiva el conocimiento emocional es tan diverso debido a que las
personas evalúan sus circunstancias de muy diversas maneras. Por lo tanto la perspectiva
cognitiva examina el rol de las evaluaciones situaciones en la experiencia emocional y
presupone que los cambios evaluativos (es decir, la memoria para construir el significado
de los acontecimientos de la vida) y esta interpretación de significados permite a la persona
evaluar la relevancia de un estímulo o situación. ¿Afecta mi bienestar?, ¿es importante?, ¿es
beneficioso?, es negativo? Positivo?
Los principales teóricos defensores de la perspectiva cognitiva como Richard Lazarus
(1994), refieren que la actividad cognitiva es una condición previa para que se produzca la
emoción. Sin una comprensión de la relevancia personal que tiene el estimulo para el
propio bienestar no hay razón para que se tenga que responder emocionalmente.
Richard Lazarus (1988) propuso que las personas además evalúan las situaciones como
amenazantes, divertidas, repulsivas, interesantes, entre otras. Cada evaluación de las
distintas situaciones provoca una reacción emocional distinta. Con mayor conocimiento
emocional las personas aprenden a evaluar mejor cada una de las diferentes situaciones de
la vida. El conocimiento emocional sofisticado permite a la persona evaluar gran variedad
de emociones distintas y apropiadas a la situación.
Al respecto de esta teoría, también hacia sus aportes Bernard Weiner, este teórico fue quien
aplicó los postulados fundamentales del enfoque atribucional al estudio de la emoción. Al
aplicar la teoría de las atribuciones a las emociones, Weiner se desmarcó de la idea de que
las emociones se guiaban solamente por la evaluación de la situación. Según Weiner, las
personas hacen dos y no sólo una evaluación del estímulo recibido. (Cofer, N.Charles.
Motivación y emoción.1999).
4. El postulado principal de la teoría de la atribución es que las personas buscan y
rápidamente encuentran explicaciones tanto para las cosas favorables como desfavorables
que les ocurren. De acuerdo con la teoría de la atribución la secuencia de acontecimientos
es la siguiente: estímulo-resultado-atribución-emoción. Por lo tanto, tras ganar una
competencia y atribuir la victoria al talento y a la habilidad, la persona se siente orgullosa;
si la atribución de la victoria fuera otra entonces lo sería también la emoción que se diera a
continuación. Si la victoria fuera atribuida a un compañero, por ejemplo, entonces la
emoción seria de agradecimiento y no de orgullo. (Weiner y Graham, 1984).
Las emociones también son incluidas bajo el marco de referencia general de los
constructos personales definidos por George Kelly, este teórico rehusó dividir a la persona
en estados cognoscitivos y emocionales. Los sentimientos y emociones se refieren a estados
internos que necesitan interpretarse. Kelly sugiere que en los esfuerzos por comprender el
mundo, el hombre desarrollo constructos que actúan como hipótesis que hacen a este
significativo para él.
Otros enfoques que han hecho aportes al complejo entendimiento de las emociones, se basa
en la teoría fisiológica. Los teóricos fisiológicos defienden la primacía de la biología,
plantean que las reacciones emocionales no necesariamente requieren de la cognitiva. Para
estos teóricos, las emociones pueden ocurrir y ocurren sin un acontecimiento cognitivo
previo; pero no se pueden dar sin que antecedan acontecimientos biológicos.
Cuando se experimenta una emoción, se suele ser consciente de sensaciones y
sentimientos en diversas partes del cuerpo. Así por ejemplo, se puede sentir sudoración,
contracciones del estómago y de otras vísceras, tensión en la musculatura esquelética, y se
puede “temblar” de emoción. La interpretación popular de estos cambios es la de que o son
causados por la emoción o acompañan a la misma, pero en cuanto a la emoción en sí, es
algo totalmente diferente. El principal exponente de esta teoría es William James, quien
sugería que los cambios psicológicos son la base de la experiencia emocional, por ejemplo,
que se tiene miedo porque se ha realizado una actividad que lo produjo (correr), que se está
triste porque se ha llorado. Según veía James, la percepción de los cambios en el cuerpo es
lo que constituye la emoción. (Revee, Jonmarshall. Motivación y emoción, 1995).
5. Modelo IZOF (zona individual de óptimo funcionamiento)
Yuri Hanin, un acreditado psicólogo del deporte ruso, presentó un enfoque alternativo a la
teoría de la U invertida, un enfoque al que denominó teoría de las zonas de funcionamiento
óptimo (ZOF).
Este autor, tras numerosos estudios realizados para validar la forma rusa del STAI, llegó
a la conclusión de que el nivel de activación de un deportista era una cuestión altamente
individual, y que todos los atletas de elite, independientemente de cuál fuese la disciplina
deportiva practicada, tenían una zona óptima de activación en la que se producía el máximo
rendimiento (Hanin, 1980 y 1986). En concreto, la teoría de las IZOF determina que un
deportista alcanzará sus mejores rendimientos cuando su ansiedad precompetitiva se sitúe
dentro de un estrecho rango o zona óptima de funcionamiento (IZOF), una zona que
depende en gran medida de las características personales del sujeto y de la mayor o menor
dificultad de la tarea.
En su origen, las ZOF fueron definidas como: “las zonas o franjas en los niveles de
ansiedad de un sujeto, medidos a través del STAI, que indican el rango de puntuaciones de
ansiedad óptimo para dicho sujeto” (Balaguer, 1994,pp. 158-159). Asimismo ,también
podemos obtener información sobre el nivel de ansiedad óptima preguntando a los atletas
cómo se han sentido antes de su mejor competición, ya que, como indica Hanin (1978,
1989), las personas son capaces de recordar, con suficiente precisión, las emociones
experimentadas en competiciones anteriores.
Desde este trabajo, la noción "dentro-fuera de la zona" se desarrolló prediciendo que cada
atleta tiene su propio nivel de ansiedad y zonas de intensidad óptimos que siempre son
individuales y pueden ser altos o moderados o incluso bajos. Más tarde este trabajo se
extendió a las emociones positivas y negativas y otros componentes de los estados
relacionados con el rendimiento.
El modelo IZOF (HANIN, 1997, 2000) es un marco de trabajo intraindividual cuyo
objetivo es describir, predecir, explicar, y controlar las experiencias óptimas y
6. disfuncionales del atleta relacionadas a los rendimientos individuales exitosos y pobres.
Este enfoque individualizado y centrado en la acción ofrece herramientas para
conceptualizar y evaluar con exactitud experiencias subjetivas situacionales relacionadas
con el rendimiento, patrones emocionales relativamente estables, y meta-experiencias para
el desarrollo de programas de auto-regulación. El modelo define estado psicobiosocial
como una manifestación situacional, multimodal y dinámica relacionada con el rendimiento
del funcionamiento total del individuo.
Predicciones de las relaciones emoción-rendimiento. Existen ciertos mitos y puntos de
vista estereotipados en la psicología del deporte acerca de la relación emoción-rendimiento
basados en creencias sin fundamento y estudios orientados al grupo. Estos incluyen al
menos tres nociones: que existe una intensidad optima universal de emociones que facilitan
el rendimiento de todos los atletas (por ejemplo, la ansiedad moderada); que todas las
emociones negativas siempre son disfuncionales para el rendimiento deportivo; que todas
las emociones positivas siempre son óptimas para el rendimiento deportivo.
En contraste, las predicciones de relaciones emoción-rendimiento orientadas hacia el
individuo y apoyadas en hechos empíricos indican que no es el caso. En concreto:
1. Un alto grado de variabilidad interindividual se espera en la intensidad y contenido
de emociones óptimas idiosincráticas y disfuncionales que acompañan los altos y
bajos rendimientos individuales. Así, distintos atletas pueden rendir de acuerdo a su
potencial experimentando emociones de distinto contenido e intensidad. Los estados
emocionales óptimos (positivos y negativos) reflejan (a) diferencias individuales en
el nivel de recursos disponibles, (b) la capacidad de los atletas para incorporar y
utilizar de forma eficaz estos recursos, y (c) las estrategias individuales de los
atletas para enfrentarse al estrés para compensar la falta de recursos o disponer de
recursos insuficientes (baja preparación de cara a la competición).
2. La predicción del alto, medio o bajo rendimiento se basa en el principio "dentro-
fuera de la zona". Por ello, el estado emocional de un jugador se describe en
términos de contenido emocional individualmente relevante y luego la intensidad de
emoción actual se contrasta con las zonas individualmente óptimas y disfuncionales
previamente establecidas. La alta probabilidad de alto rendimiento se espera cuando
7. la intensidad de emoción está dentro de las zonas óptimas y fuera de los rangos
disfuncionales.
3. Los efectos interactivos de las emociones que realzan y merman la actividad
deportiva también son de crucial importancia en la predicción de las relaciones
emoción-rendimiento. En concreto, una gran probabilidad de rendimiento
individualmente alto se observa cuando se combinan efectos potenciadores
máximos y mermadores mínimos. El “iceberg” IZOF-emoción es una
representación visual de tales efectos interactivos óptimos. Por otro lado, una gran
probabilidad de promedio individual o de rendimiento mermado se espera cuando se
observa una combinación de efectos potenciadores y mermadores altos y efectos
inhibidores bajos. Por último, una gran posibilidad de bajo rendimiento se espera
cuando se observan efectos potenciadores bajos y efectos inhibidores altos. Los
perfiles de emoción "lisos" o "planos" representan visualmente estos efectos no tan
buenos (HANIN, 2000).
4. Las relaciones emoción-rendimiento son dinámicas y bi-direccionales. Esta noción
refleja un ciclo continuo del efecto de la emoción sobre el rendimiento seguido de
un impacto del rendimiento en las emociones. En otras palabras, las emociones
previas al evento deportivo pueden afectar al rendimiento, mientras que el
rendimiento continuo afecta la dinámica de las emociones durante y después del
evento. Por tanto para predecir todo el proceso de las relaciones rendimiento de la
emoción-emoción es importante establecer patrones del impacto de la emoción en el
rendimiento y el impacto del rendimiento sobre la emociones.
Evaluación de los contenidos/calidad de la emoción. Este modelo plantea algunas
estrategias para la evaluación de los contenidos de la emoción: entrevistas, descripción de
perfiles individualizados, metáforas autogeneradas y narraciones.
En nuestro caso, para la evaluación del constructo, se toma en cuenta las teorías
anteriormente expuestas, haciendo énfasis en la definición operacional del mismo, el cual
permitirá la construcción de la escala de medición de autocontrol emocional en deporte.
8. Constructo Autocontrol Emocional en Deporte
Destreza que permite identificar y manejar las propias emociones, con el fin de mantener
un óptimo nivel de funcionamiento antes, durante y después de la competencia. Capacidad
de sentirse controlado, es una experiencia deseable que influye positivamente en el
rendimiento. El autocontrol es el sentimiento de encontrarse con un control total al
competir; vivencia de actuar con autodominio completo.
El autocontrol. Según Goleman (1996), la palabra auto es un prefijo que significa: por sí
mismo. Y control se define como el proceso para determinar si lo que se está llevando a
cabo concuerda con lo planeado. Es decir que el Autocontrol se refiere a la capacidad de
actuar de acuerdo con lo más conveniente y no con lo más deseado o placentero.
El autocontrol exige esfuerzo físico y mental y muy especialmente un conocimiento
muy profundo de las razones por las cuales una persona se debe controlar ante una
situación. Cuando este conocimiento se da mediante una aprehensión del tema, el
autocontrol pasa a ser automático y cambia de ser un esfuerzo tedioso y obligado a una
actitud y un accionar natural. Es precisamente en esta transición de pasar de la acción
obligatoria a la acción natural la esencia del Autocontrol.
Al principio el autocontrol puede ser forzosamente inducido, pero, esto no quiere decir
que no se haya emprendido el camino del Autocontrol. En el momento en que la persona se
auto-controla por la fuerza, es cuando puede experimentar las sensaciones que produce el
estar controlado respecto a una situación, así como, las consecuencias del hecho.
Lo notable es que algunos estados emocionales pueden ser contraproducentes ya que
pueden trabajar en contra del fin propuesto. Aunque es difícil hacer una enumeración, entre
las emociones de este tipo encontramos a la angustia, la ansiedad, el nerviosismo, la ira, el
enojo y la exaltación. Entre las sensaciones inhibitorias tenemos la intimidación, la
impotencia, el desasosiego, el desaliento, la rendición, la anulación y la depresión. Las
reacciones negativas tienden al exceso o a la inadecuada descarga de la tensión, mientras
que las sensaciones inhibitorias tienden a la falta de respuesta. Por lo tanto ambas son
inapropiadas y perjudiciales. Cada deportista debería poder identificar su tendencia
9. emocional negativa o su vulnerabilidad afectiva, para luego poder controlarlas, encontrando
así una zona de óptima disposición para realizar la ejecución.