1. Mateo y Lucas Vladimir Valladares
!
@vladimirvallad
Muchas son las palabras escritas en los evangelios, pero una de ellas da
sentido a todo.
Breve introducción a los evangelios
2. – Hechos 8, 30
-A ver, ¿entiendes lo que estás leyendo?
!
- Y ¿cómo voy a entenderlo si no hay quien me guíe?
!
4. 1. Etapas de formación del Nuevo Testamento
La vida de
Jesús
6 a.C -30 d.C
Tradición Oral
30 - 70 d.C
Nacimiento
de Jesús
Bautismo y
vida publica
Crucifixión
Tradición
Escrita
70 - 100 d.C
Labor
Kerigmática
Predicación y
Cartas de
Pablo
Didajé
Redacción
de Marcos
Redacción
de Mateo
Redacción
de Lucas
Redacción
de Juan
5. 2. El Género literario “evangelio”
eu aggelos
buena noticia
evangelio
7. noticia
2. El Género literario “evangelio”
buena
La predicación de Jesús
La predicación sobre Jesús
Contenido
Género literario
8. 2. El Género literario “evangelio”
Características
NO son Biografías de Jesús
Son Testimonios de fe
Hechos Exactos
Lecturas de la vida de Jesús
a la luz de la resurrección
9. 3. Los géneros literarios en los evangelios
Módulo prefabricados Estilos
El relato de milagro
La parábola
Los relatos de vocación
La controversia o discusión
La sentencia enmarcada
Las palabras flotantes
El estilo epifánico o teofánico
El estilo apocalíptico
La narratificación de las
ideas
Los relatos de la infancia de
Jesús
11. 1. Datos sobre el evangelio de Mateo
Se redactó al rededor
de los años 70 -80 dC
En una comunidad
Judio (cristiana) en
Yammia
Es un evangelio para
la iglesia, y pretende
atender su dificultades
y conflictos
Y según una tradición
del S. II, se le atribuye
el texto a Mateo
discípulo de Jesús
12. 2. Lectura de conjunto
PROLOGO: EL MISTERIO DE JESÚS (1-2)
!
Primera parte: Jesús proclama el reino de Dios y prepara la iglesia (3-16).
Episodio-eje: El Padre proclama a su Hijo, tentado por Satanás (3-4).
1. ¡Ha llegado el reino de Dios! (5-9): Jesús lo manifiesta:
! ! ! ! ! - con sus palabras: el sermón del monte (5-7);
- con sus obras: diez milagros (8-9).
2. Jesús envía a sus discípulos a predicar, y parte él mismo a predicar el reino (10-12):
! ! ! ! ! - discurso de envío a misionar (10);
- Jesús parte en misión (11-12).
3. La opción decisiva ante la predicación del reino (13,1-16, 12):
! ! ! ! ! -discurso en siete parábolas (13,1-52);
- hacia la confesión de Pedro (13, 53-16,12).
!
Segunda parte: La comunidad en el reino de Dios (17- 28).
Episodio-eje: La comunidad confiesa y tienta a su Señor(16,13-17, 27).
4. El reino de Dios pasa del pueblo judío a la iglesia (18-23):
! ! ! ! ! - discurso sobre la vida en comunidad (18); !
- de Galilea a Jerusalén (19, 23).
5. Inauguración del reino de Dios en el misterio pascual (24-28):
! ! ! ! ! - anuncio de la venida definitiva del reino en Jesús (24-25);
- la muerte-exaltación de Jesús inaugura el reino (26- 28);
- la iglesia va a predicar por el mundo.
!
14. 4. El Jesús de Mateo
Con Mc descubrimos sobre todo al hombre Jesús; Mt nos sitúa más bien ante
el Señor glorificado, celebrado en su comunidad.
Los discípulos se postran en adoración ante el resucitado (28, 17), como
los magos (2, 2.11), el leproso, el centurión, los discípulos en la
tempestad, siendo así que sólo hay que postrarse ante Dios (4, 10).
Jesús, por su resurrección, es realmente El-Dios-con-nosotros. Este
nombre de Emmanu-El, anunciado en su nacimiento (1, 23), sólo se le
dará el día de pascua; es incluso la última palabra del evangelio: Yo soy
(equivalente a Dios en el Antiguo Testamento) con vosotros (28, 20).
15. 4. El Jesús de Mateo
Jesús es el Hijo predilecto de Dios. Mc utiliza poco este título y nos hace
ver cómo a los discípulos les había costado reconocerlo como tal. En Mt,
Jesús se presenta de este modo a sí mismo (11, 27; 26, 63-64), y los
discípulos lo proclaman en varias ocasiones (por ejemplo, 14, 33; 16, 16).
El Jesús de Mt es solemne, hierático. Mt omite la emoción o la
ignorancia de Jesús (comparar Mt 13, 58 con Mc 6, 5) y acentúa su
poder (4, 23; 8, 24; 15, 30...). Sin embargo, ese mismo Señor se
revela una vez muy humano cuando busca un poco de afecto entre
sus amigos durante la agonía.
16. 4. El Jesús de Mateo
Jesús es el maestro de su comunidad. Moisés había dado la ley al
pueblo; Jesús es el nuevo Moisés que, en la montaña de las
bienaventuranzas y en la de pascua, da la ley nueva.
Reduciendo la ley antigua a su pureza original, quiere misericordia
y no sacrificios (9,13; 12, 7) y deja igualmente a su iglesia como
regla la misericordia y el perdón (18, 21-35). Quiere a sus
discípulos inteligentes en su fe, para que comprendan, tal como se
lo pide varias veces (por ejemplo, 13, 19.23.51; 15, 10).
17. 4. El Jesús de Mateo
Jesús es el modelo de su comunidad.
«Nos toca a nosotros cumplir todo lo que Dios quiera», le dice a
Juan (3,15) y, en un texto propio de Mt, presenta su vida como el
único camino para llegar al conocimiento del Padre (11, 27-30).
18. 4. El Jesús de Mateo
Para Mt, Jesús es el Mesías esperado por Israel y anunciado por las Escrituras.
Como buen rabino, Mt las cita con habilidad para mostrar cómo las cumplió
Jesús. Atribuye frecuentemente a Jesús los títulos oficiales como Mesías
(Cristo), hijo de David, rey de Israel.
Su reconocimiento o su repulsa es lo que va a decidir de la pertenencia al
verdadero Israel: los magos paganos lo adoran, mientras que Jerusalén lo
rechaza; los sacerdotes y los escribas lo condenan, mientras que el
centurión romano y sus hombres lo proclaman Hijo de Dios.
Por eso, el reino será arrebatado a los primeros para ser entregado a otros
distintos (parábola de los viñadores: 21, 41). El Mesías de Israel se
convierte en el Mesías de todos.
19. 5. La pasión según Mateo
El relato del complot (26,1-5)!
El relato de la cena de despedida de Jesús (26, 26-29) está enmarcado
por el anuncio de la traición de Judas y la negación de Pedro.
20. 5. La pasión según Mateo
Coro de tentaciones!
No hay pena de muerte. Hay que dar la vida, quien
para él la guarda la tiene perdida. Cuando el lobo
acecha, no se va el pastor. Hay que dar la vida. No
hay mayor amor...
Eres aún muy joven. Vive y sé feliz. No hay más que
una vida, ¿para qué morir? Retírate ahora. Tu miedo
es mayor. Es una locura morir por amor.
Jesús:!
Los ojos no se cierran y velan los olivos. Tal vez
brilla una estrella. Quizá se apaga ya. Mi vida es
como un río. ¡Y agua, cuánta lleva! Decidle al
océano que aguarde un poco más.
La vida me la dieron, la tomo entre mis manos. La
tomo entre mis manos. La palpo aún caliente. La
quiero conservar. Me dicen que la entregue. Y si
mis palmas abro, veré un mar de palomas al cielo
azul volar.
¿Por qué he de morir si amo la vida? ¿Por qué no
vivir un poco más ¿Por qué he de apurar tanta
amargura? ¿Por qué no he de hacer mi voluntad?
Velan los olivos
Escucho unas palabras, resuenan de aquel libro... “Feliz, si
perseguido tú eres por mi amor”. “Tú vales más que un pájaro,
más que una bella rosa”. “Y así sabrán que eres también hijo
de Dios”. Escucho estas palabras, Yo sé que soy su hijo. Un
hijo tan amado y ungido de dolor. Su voz es el aliento, el aire
que respiro: “Mi Hijo, eres mi hijo si mueres por amor”.
¿Por qué he de morir si amo la vida? ¿Por qué no vivir un poco
más?
¿Por qué he de apurar tanta amargura? ¿Por qué no he de
hacer mi voluntad?
Peor que los tormentos es el abandono. Yo sé que mis amigos
jamás lo entenderán. Que no vale la pena que entregue así mi
vida. Que el fuego pone a prueba la auténtica amistad. Quizá
sabrán amarse como he amado yo. Y que al amarse así morir
no es un fracaso. Es descansar en brazos cálidos de Dios.
Aunque he de morir amo la vida. Y sé que de amar hasta el
final. ¿Por qué he de apurar tanta amargura? Quiero cumplir tu
voluntad.
Aunque he de morir amo la vida. Y sé que he de amar hasta el
final. ¿Por qué he de apurar tanta amargura? Quiero cumplir tu
voluntad.
21. 5. La pasión según Mateo
En el proceso judío (26, 57-68), Mt muestra que se cumple el oráculo de
Zacarías: el pueblo entonces rechazaba a Dios y para burlarse de él le
pagaba el salario ridículo de un esclavo. Así, en Jesús es vendido el mismo
Dios.
En la escena del proceso romano (21, 11-26), Mt añade la intervención de
la mujer de Pilato: hasta los romanos reconocen que Jesús es justo.
22. 5. La pasión según Mateo
La muerte de Jesús (27, 32-54) señala, para Mt, el fin del mundo viejo y la
inauguración del mundo nuevo.
Jesús muere abandonado aparentemente de todos, hasta de Dios.
Pero su muerte es resurrección: el seísmo es una imagen del fin de
los tiempos; desde ese momento, los santos resucitan y entran en la
Jerusalén celestial, mientras que los paganos reconocen que Jesús
es Hijo de Dios.
23. 5. La pasión según Mateo
Los sumos sacerdotes sellan el sepulcro y le ponen guardias (27,
55-61): así será mayor la fuerza del resucitado. Ellos mismos llevarán el
anuncio de la resurrección.
Aparentemente todo se ha acabado.
Mt nos indica que todo comienza ahora y que, en la noche del
sepulcro, germina el alba de la resurrección.
24. 6. La catequesis/los discursos
La buena nueva, el evangelio que proclamaba Jesús, era esencialmente:
¡Está cerca el reino o reinado de Dios!
Con sus actos (los milagros, pero también su actitud concreta con los
pobres, los humildes, los marginados) y con sus palabras (esos
discursos que tienen en las bienaventuranzas su corazón)
25. 6. La catequesis/los discursos
La buena nueva del reino de Dios En la comunidad y en los evangelios se
proclama otra buena nueva, la buena nueva relativa a Jesús. El anunciador
se ha convertido en el anunciado. !
Hay un cambio de interés, pero el sentido sigue siendo el mismo. «Los
muertos resucitan»: era uno de los signos esplendorosos de la llegada
del reino. Proclamar que Jesús ha resucitado es afirmar que, en él, el
reino ha llegado.
Ese hombre, transfigurado por el Espíritu, es el símbolo del hombre
que ha entrado en el reino.
27. 1.Datos sobre el evangelio de Lucas
Se redactó al rededor
de los años 80-70 dC
En una Helénica de
Paganos-conversos
!
Trata de demostrar
que Jesús es el
Salvador de la
Humanidad
Es el que más trabaja
el tema de la
misericordia de Dios.
28. 2. Lectura de conjunto
I. El tiempo de la Promesa (el AT)!
II. El tiempo de Jesús: el evangelio.
1. Relatos de la infancia y preparación de Jesús (1 - 4,13)
2. En Galilea, Jesús anuncia su misterio pascual (4,14 - 9, 50).
La predicación en Nazaret es su discurso-programa.
Uniendo dos visitas, la primera en que es bien acogido y otra mucho más tarde en que es rechazado,
Lucas presenta la manera como será acogida esta predicación.
Jesús como el nuevo Elias, el profeta amigo de los pecadores. (7, 1- 8, 2)!
3. Jesús sube a Jerusalén hacia su misterio pascual (9, 51-19, 28).
Es la parte más original de Lc: la «subida a Jerusalén» del siervo de Isaías.
4. En Jerusalén, Jesús cumple el misterio pascual (19, 29-24, 53).
El día de pascua, Jesús se aparece vivo a sus discípulos y sube al cielo.
III. El tiempo de al Iglesia
30. 4. La pasión según Lucas
Para entrar en el relato de Lucas, no hay que leerlo, sino meditarlo,
como hacían los discípulos en el camino de Emaús, cuando la
palabra y la presencia de Jesús explicándoles las Escrituras hacían
arder sus corazones. Por este camino doloroso, Jesús camina con
nosotros, aunque nuestros ojos se vean aún impedidos para
conocerlo.
31. 4. La pasión según Lucas
Todo el relato está impregnado de delicadeza y de cariño para con su
Señor Jesús. No se sintió capaz de referirnos ciertos detalles
demasiado odiosos: no habla de la flagelación; Judas no abraza a
Jesús, sino que solamente se le «acerca» para hacerlo...
32. 4. La pasión según Lucas
!
Sin embargo, Lucas conoce la amplitud de la lucha terrible que se
desarrolla entre Jesús y la fuerza del mal; la pasión es el combate último
y decisivo. Jesús sale vencedor de él por su paciencia, palabra que no
acaba de traducir todo el sentido del griego hypomoné, que evoca la
actitud del creyente que «aguanta» en la prueba porque está sostenido
por Dios (véase Lc. 8, 16).
!
33. 4. La pasión según Lucas
Toda la pasión es interiorizada. El combate decisivo tiene lugar en Getsemaní:
es en esa lucha interior -una agonía- donde corre la sangre de Jesús.
Alentado por Dios, como en otros tiempos Elias (1 Re 19, 5s), Jesús sale
vencedor y puede, ya tranquilo, abandonado en las manos del Padre, olvidarse
de su propio sufrimiento para estar por completo a disposición de los demás:
acoge a Judas con delicadeza, cura la oreja del sayón, conmueve el corazón
de Pedro con su mirada (22, 61), anima a las mujeres que se duelen de su
suerte, perdona a sus verdugos, promete el paraíso al ladrón... Jesús es el
mártir que muestra una fuerza de alma y una bondad capaces de transformar
incluso a sus verdugos y a quienes lo condenan: Pilato lo proclama inocente en
tres ocasiones, así como las mujeres, el pueblo, el ladrón, el centurión...
34. 4. La pasión según Lucas
!
Jesús puede morir en paz- El grito que lanza en la cruz no es ya el
pavor del sufrimiento humano ante la muerte, sino la plegaria del
atardecer de todos los judíos: «En tus manos pongo mi espíritu», pero
precedida por la palabra que señala su intimidad inaudita con Dios:
«Padre».
35. 5. El Jesús de Lucas
Lucas no conoció personalmente a Jesús.!
Por tanto, el Jesús que descubrió no es en primer lugar el profeta
itinerante de Galilea, sino el Señor glorificado que se manifestó a su
maestro Pablo en el camino de Damasco, aquel cuyo rostro percibe en
una comunidad como la de Filipos, en donde la fuerza de su amor es tan
grande que permite a ilustres damas como Lidia y a los estibadores del
puerto cercano vivir en la misma comunión, aquel cuyos rasgos
encuentra en los recuerdos de los testigos a quienes interroga.
!
36. 5. El Jesús de Lucas
El Señor Jesús. Lucas es el único que llama a Jesús el Señor, cuando habla de él.
La gloria pascual irradia en su vida terrena.
Esa gloria lo rodea desde su nacimiento (2, 9.32).
La transfiguración no es tanto una anticipación de la futura gloria pascual
(como en Mt-Mc), como una manifestación de la que ya posee desde su
concepción, al haber nacido del Espíritu (9, 32).
La gloria que manifestará como Hijo del hombre es la suya (9, 26; comparad
con Mt 16, 27 y Me 8, 26). Todos le glorifican (4, 15), siendo así que sólo se
glorifica a Dios.
37. 5. El Jesús de Lucas
Jesús es rey (quizás esto sea más claro para los lectores griegos);
Lc es el único en decirlo en seis ocasiones:(1, 32-33; 19, 12s.
28s; 22, 28s.67s; 23, 40s).
38. 5. El Jesús de Lucas
Lc. sabe que Jesús asumió sus funciones de Señor y de Cristo
por su resurrección (Hch 2, 36):!
Pero esto es posible porque lo es en su ser mismo, como
afirman los relatos de la infancia. El título de Hijo de Dios no es
mero reconocimiento de su papel (equivalente al de hijo de
David), sino afirmación de su naturaleza (1, 35; 22, 70).
39. 5. El Jesús de Lucas
El rostro de Dios que Jesús revela es ante todo el del cariño del
Padre a los hombres:!
El pasaje principal en que Lc presenta a Jesús como profeta
(7, 11-50) termina con el perdón de la pecadora. Ese amor
«entrañable» del Padre (15, 20) lo siente también Jesús
(7,13) y debe sentirlo igualmente el discípulo (10, 33).
40. 6. Las parábolas
La parábola es esencialmente una
comparación desarrollada bajo la forma de
historia.!
No pretende ante todo enseñar, sino
hacer pensar a los oyentes en su propio
comportamiento, dar un juicio sobre sí
mismos llevándolos a un cambio de
conducta.
Como somos malos jueces de nosotros
mismos, la parábola nos hace juzgarnos
casi sin que nos demos cuenta. Por
ejemplo, «Ese hombre eres tú» (2 Sm 12,
1- 15).
41. 6. Las parábolas
Así, pues, la parábola es una
comparación.
Los detalles históricos sólo figuran
para hacerla verosímil. Por tanto, hay
que intentar resumir una parábola en
dos frases:
lo mismo que..., así también...
«Lo mismo que ese hombre
pecó robando la oveja de un
pobre, también tú, David...».
42. 6. Las parábolas
Hay que distinguir bien la parábola de
otro género literario parecido: la
alegoría.!
La alegoría es también una
historia, pero que busca la
enseñanza. Es una historia
construida expresamente para
hacer comprender algo; los
detalles corresponden entonces a
realidades concretas. Así, Jesús
dirá: «Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos...»
43. 6. Las parábolas
Conviene distinguir con cuidado estos
dos géneros y resistir a la tentación de
interpretar las parábolas como si
fueran alegorías, como se hace muchas
veces.
Así, la parábola del buen samaritano
nos invita a un comportamiento: «Lo
mismo que él se hizo prójimo del
herido sin preocuparse de su
religión ni de sus opiniones, también
tú tienes que hacerte prójimo de
cada uno de los hombres».