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Pasados un par de días de la resaca del nuevo iPad es quizá el momento de reflexionar
sobre las consecuencias que puede tener en el futuro de esta compañía (no lo olvidemos,
apple-vale-lo-mismo-que-los-32-mayores-bancos-europeos.html” target=”_blank”>la mayor
del mundo por capitalización bursátil, y capaz de hacer torres estratosféricas de billetes). Si
el mismo día de presentación de la nueva generación del tablet de Apple ya nos
preguntábamos aquí en Gizmodo si en el futuro más o menos cercano de la empresa estaba
el cambio de logo como símbolo de cambio/renovación, hoy tratamos de desvelar si esta
evolución también va a llegar a la propia denominación de sus productos.
El producto estrella de la presentación del pasado miércoles se llama sencillamente iPad.
Si queremos ceñirnos literalmente a la nomenclatura que empleó Apple, “el nuevo” iPad.
Una denominación a la que ya estamos acostumbrados, empleando palabras de Troy
McClure, de anteriores ocasiones como… y aquí introduzca el nombre de su dispositivo
favorito de la manzanica mordía.
Cuando se presenta una versión nueva de todos sus aparatos (con una excepción que
comentaremos a continuación) siempre se publicita (y así aparece durante un tiempo en la
propia web de la compañía) como “el nuevo“.
Tenemos iMac, MacBook, iPod, AppleTV… y ahora iPad. De hecho a pesar de que se le
conoce comúnmente (incluso la propia marca se refiere a él así) como iPad2 cualquier que
posea este dispositivo y le dé la vuelta verá que por detrás lo que pone es… iPad. A secas.
2. Los añadidos generacionales a la denominación o nomenclatura de un dispositivo provienen
del iPhone, el revolucionario smartphone presentado en 2007. La segunda generación, un
año después, se llamó iPhone 3G porque permitía la conexión a esa red. El siguiente
dispositivo, lanzado al año siguiente, alargó el nombre hasta iPhone3GS con el añadido de
una letra que simbolizaba la mayor velocidad (speed, en inglés) debido a las mejoras en el
procesador y la memoria.
Las generaciones siguientes se denominaron iPhone4 y el último en aparecer iPhone4S sin
que, en realidad, la inclusión del 4 obedezca a un motivo concreto porque aunque existe un
tipo de red de datos denominada 4G ambos terminales no hacen uso de ella.
Por otra parte la denominación del terminal también puede haber pasado del 3 al 4 debido al
aspecto físico externo del mismo, que varía en los dos últimos.
Pero a la luz de la forma en la que Apple ha denominado al nuevo iPad desechando los
nombres que habitualmente hemos utilizado para referirnos a él podríamos llegar a una
conclusión que tendría que ver con una modificación en la filosofía de la empresa en cuanto
al nombre que reciben desde ahora sus dispositivos.
Si el tablet presentado el miércoles no es ni el iPad3 (por continuar la saga de iPad – iPad2)
ni iPadHD (debido a su pantalla Retina Display de alta resolución) sino que simplemente se
trata de “el nuevo iPad”… es muy posible que en los planes de Apple esté el dejar de
ponerle añadidos al nombre de sus dispositivos móviles como ya sucede con el resto de sus
productos y que si los siguientes tablets que vayan sacando se presenten simplemente
como “el nuevo iPad” lo mismo pueda predicarse para los futuros lanzamientos de su
smartphones.