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Editores
Acerca de los Autores
Jefe de Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica "B". Escuela de Medicina Vargas. Facultad de
Medicina. UCV. Caracas.
Profesor Agregado. Doctor en Ciencias Médicas.
Médico Internista y Hematólogo.
Dr. Rafael Muci-Mendoza
Profesor Asociado. Doctor en Ciencias Médicas. Individuo de Número de la Academia
Nacional de Medicina.
Médico Internista y Neuro-Oftalmólogo.
Dr. José F. Oletta L.
Profesor Agregado. Ex Ministro de Sanidad y Asistencia Social. Ex Director de la Escuela de
Medicina Vargas. Facultad de Medicina. UCV. Caracas. Médico Internista.
Colaboradores
Dr. Rafael Vargas Arenas Dr. Luis Chacin
Profesor Asociado.
PHD en Nefropatología.
Profesor Asistente.
Médico Internista y Diabetólogo
Dr. Rafael Ángel Barreto
Ex Profesor Agregado.
Médico Internista y Reumatólogo.
Dra. Ana M. Bajo García
Jefe de Cátedra de Clínica Médica y Terapéutica "C".
Escuela de Medicina Vargas. Facultad de Medicina.
UCV. Caracas.
Profesor Agregado.
Dr. Fernando Mendoza O.
Profesor Asistente. Cátedra de Clínica Quirúrgica "A".
Escuela de Medicina Vargas. Facultad de Medicina.
UCV. Caracas.
Dr. Luis López Gómez
Profesor Asistente. Médico Internista. Cardiólogo.
Dra. Vivian Sukerman
Profesor Asistente.
Médico Internista y Cardiólogo.
Dr. Carlos Ibarra
Ex Profesor Instructor. Médico Internista.
Dra. Josefa de Vegas
Ex Profesora Instructora.
Dr. Julio Morillo
Ex Profesor Asistente. Patólogo Clínico.
Dr. Carlos Schneider
Lie. Sonia de Celis
Lie. Consuelo B. Medina
Profesor Asistente.
Médico Internista y Neurólogo.
Bioanalista.
Bioanalista.
Dr. Hermán Wuani E.
ÍNDICE
Capítulo 1. La Relación Médico Paciente 1 - Examen de rutina del ojo 37
1 . 1 . Historia Clínica 1 -Anamnesis 37
- Manera de realizar la historia clínica 1 - Historia Familiar 37
- Técnica del interrogatorio 1 - Antecedentes Ocupacionales 37
1.2. Etapas que deben cumplirse en el -Anamnesis Remota 37
Interrogatorio 3 -Examen ocular rutinario 41
Encabezamiento 3 Capítulo 7. Examen Físico. Examen del
- Datos de filiación 3 Fondo de Ojo 74
- Motivo de la consulta 4 - Exploración del fondo de ojo
- Enfermedad actual 5 mediante la oftalmoscopia directa 74
-Descripción del oftalmoscopio directo 7 5
Capítulo 2. Antecedentes 8 -Técnica de la oftalmoscopia directa 76
2 . 1 . Los Antecedentes Patológicos - Características Generales del
Personales 8 fondo de ojo normal 81
- Antecedentes médicos 9 - Documentación gráfica de los hallazgos
- Antecedentes epidemiológicos 10 oftalmoscópicos 87
-Antecedentes inmunoalérgicos 13 -Alteraciones patológicas del fondo ocular 89
- Antecedentes gineco-obstétricos 13 - Cambios arteriolares 94
- Antecedentes quirúrgicos 1 3 - Partículas intraluminales arteriolares 94
- Antecedentes traumáticos 14 - Otros cambios 94
-Medicación 14 - Retinopatía hipertensiva 95
- Hábitos Psicobiológicos 14 - Retinopatía diabética 95
2.2. Los Antecedentes Familiares 15 Capítulo 8. Examen Físico. Examen de la
2 . 3 . Revisión por Aparatos y Sistemas 16 Nariz y de los Senos Paranasales 1 0 0
- Métodos e instrumentos de exploración TOO
Capítulo 3. Examen Físico Signos Vitales 19 - Técnicas de exploración 100
-La tensión arterial sistémica 19 - Alteraciones más frecuentes
- Requisitos para medir la tensión arterial 20 de la nariz y de los senos paranasales 103
-Técnica para medir la tensión arterial 21 -Glosario 104
-Bases físicas del efigmonómetro 21 Capítulo 9. Examen Físico. Examen de la
- Forma de registrar la Boca y la Garganta 106
presión arterial'sistémica 21 - Métodos de Exploración 106
- Peso 21 " Requisitos para realizar la exploración 106
-Talla 22 -Exploración clínica bucofaríngea 107
-Temperatura 22 Capítulo 1 0 . Examen Físico. Examen del
Capítulo 4. Examen Físico. Exploración de Oído 114
la Piel y sus Anexos 24 - Exploración del oído 1 1 4
-Exploración de la piel y sus Capítulo 1 1. Examen Físico. Examen del
estructuras anexas 24 Cuello 118
-Características de la piel y sus anexos 24 " lecnica 118
- Técnicas de exploración 2 5 - Técnica de palpación
-Inspección 26 de la glándula tiroides 119
-Palpación 27 -Auscultación 120
- Resultados anormales 28 Capítulo 1 2 . Examen Físico. Examen
- Lesiones elementales de la piel 30 General del Tórax 121
- Lesiones primarias 31 - Examen pulmonar 121
- Lesiones secundarias 31 -Inspección 121
Capítulo 5. Examen Físico. Examen de la - Puntos y líneas de referencia 121
Cabeza 3 3 -Proyección de las cisuras 122
- Métodos de Exploración 33 - Técnica Exploratoria 123
- Requisitos para realizar la exploración -Aspectos que serán objetivos del examen 123
de la cabeza 33 -Palpación 125
- Exploración clínica de la cabeza 33 - Distribución metamérica del tórax 126
- Algunas anomalías craneales 34 - Condiciones de la exploración 126
Capítulo 6. Examen Físico. Examen general -Percusión 130
de los Ojos 36 -Condiciones de la exploración 130
- La exploración semiótica del ojo -Aspectos que serán objeto del examen 131
y sus anexos 36 -Percusión diafragmática 132
-Algunos hallazgos anormales 132
- Auscultación 132
-Condiciones de la exploración 133
-Aspectos que serán objeto del examen 133
-Manifestaciones extrapulmonares 137
Capítulo 1 3 . Examen Físico. Examen de
Mamas y Axilas 139
-Metodología 139
Capítulo 14. Examen Físico. Examen
Cardiovascular 146
- Pulso arterial 1 46
- Pulso venosa 1 50
- Presión Venosa 153
- Inspección, palpación y
percusión del corazón 155
- Auscultación del corazón 161
- Los soplos cardíacos 1 67
Capítulo 1 5 . Examen Físico. Examen del
Abdomen 172
Abdomen Genera! 172
-Anatomía y topografía 172
- Técnicas generales de la
exploración abdominal 174
- Puntos dolorosos abdominales 177
-Percusión abdominal 177
-Auscultación abdonimal 179
- Exploración del hígado 179
- Exploración del bazo 1 82
- Exploración de colon 1 85
- Exploración del estómago 1 87
- Exploración de ascitis 1 88
Capítulo 1 6 . Examen Físico. Examen de la
Región Inguinocrural 190
- Hernias Inguinales y crurales 1 90
-Síntomas de las hernias 191
-Hernia Inguinal 191
Capítulo 1 7 . Examen Físico. Examen del
Riñon y de las Vías Urinarias 196
- Guía esquemática de la exploración
semiótica del riñon y de las vías urinarias 1 96
Capítulo 1 8 . Examen Físico. Examen del
Aparato Genital Femenino 214
- Inspección 215
- Palpación 216
Capítulo 1 9 . Examen Físico 222
Examen del Aparato Genita!
Masculino 222
-Técnica 222
Capítulo 2 0 . Examen Físico. Examen del
Periné ano y recto 227
- Exploración del ano y del recto 227
Capítulo 2 1 . Examen Físico. Examen
neurológico 2 3 4
-Exploración de los nervios craneales 237
- Primer (I) nervio: olfatorio 237
-Segundo (II) nervio: óptico 238
- Tercero (III), cuarto (IV) y
sexto (VI) nervios: Motor ocular común,
patético y motor ocular eterno 240
- Método o Técnica de Exploración de la
pupila y sus reflejos 242
- Quinto (V) nervio: trigémino 248
-Séptimo (Vil) nervio: facial 251
- Octavo (VIII) nervio: auditivo/ acústico/
vestibulococlear 254
- Noveno (IX) y Décimo (X) nervios:
glosofaríngeo y neumogástrico (Vago) 257
- Undécimo (XI): nervio: Espinal 259
- Duodécimo (XII) nervio: hiposloso 260
-Exploración motora 261
- Trofismo 261
- Tono muscular 263
- Fuerza muscular y motilidad voluntaria 266
- Motilidad involuntaria 273
-Reflejos 27 7
- Postura y Marcha 2 80
- Exploración de la sensibilidad 284
-Síntomas sensitivos 286
-Exploración Sensitiva 286
- Taxia o coordinación motora 292
- El lenguaje y sus trastornos 296
- Praxia 299
- Estado de consciencia 300
Capítulo 2 2 . Examen Físico. Examen del
aparato locomotor 307
- Historia Clínica 307
- Examen Físico 307
- Técnica de exploración específica
por regiones 308
Capítulo 23.Técnicas Exploratorias
Especiales 3 1 7
- Punción lumbar 317
- Toracentesis 319
- Paracentesis 320
- Artrocentesis 322
- Punción aspiración
de médula ósea 323
- Radiografía de toráx 325
- Radiografía del abdomen 332
- Electrocardiografía 333
- Determinaciones de la presión
venosa central 337
-Cateterización de la vena subclavia 339
- Cateterización de la vena yugular interna 340
- Espirometría 3 40
- Gammagrafía 342
- Ecosonografía 344
-Topografía computada 347
- Biopsia hepática por aspiración 3 50
- Urografía de eliminación 351
- Riñes Valcardi 353
Capítulo 24.Tabla de valores normales de
exámenes de laboratorio 3 5 7
5 . 1 . Tabla de valores normales de
exámenes de laboratorio 3 57
Apéndice 3 6 8
Carlos A. Moros Ghersi
Prólogo a la segunda edición
Cuando tuve el honor de escribir el Prólogo a la primera edición del "Texto de Semiología Médica", libro
editado por la Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica "B" de la Escuela Vargas, Universidad Central de
Venezuela, expresé en la parte final lo siguiente: "El mejor reconocimiento de un libro como el presentado será su
utilización, como estoy seguro así será, como instrumento de aprendizaje en todas las universidades de nuestra
nación".
El hecho de que esté prologando la segunda edición, indica que ese deseo se hizo realidad, pues solamente
cuando un libro es requerido con la debida frecuencia por la gente interesada, los autores se sienten motivados y
se dedican a actualizarlo y perfeccionarlo para que siga dando los frutos que evidentemente generó en su apari¬
ción.
Este reconocimiento cobra un valor trascendente, si se toma en cuenta que la materia objeto del libro, atañe
a la enseñanza primordial que el alumno recibe en el inicio del aprendizaje clínico, en tercer año, y que en con¬
secuencia los contenidos del texto configuran el encuentro del estudiante de medicina con las bases esenciales de
la Clínica Médica (la cual de acuerdo con el famoso clínico G. Viola, está principalmente representada por la
Medicina Interna), de importancia capital en la práctica médica, por su cualidad de constituir una disciplina con
capacidad para atender en toda su integridad a la persona sana y enferma.
Debe ser motivo de gran satisfacción para los autores que la demanda del libro que ha propiciado la segun¬
da edición, sea obviamente la consecuencia de transmitir en forma adecuada y didáctica, esos conocimientos, de
tan relevante significación en la formación del médico.
Para quienes sentimos profundo orgullo por nuestra pertenencia al Hospital "Vargas" de Caracas y a la,
Universidad Central de Venezuela, UCV constituye una gran complacencia que el grupo médico que se ha dedicado
con ahínco a esta tarea de producir un texto de enseñanza clínica de las características señaladas pertenezca a dichas
instituciones.
Acontecimientos como el descrito, ratifican una vez más el espíritu de creatividad, de renovación y de lucha
y la permanente disponibilidad a la asistencia, la docencia y la investigación que ha existido siempre en esos orga¬
nismos que llevó, entre otras acciones importantes en el pasado, a la creación de las Cátedras Clínicas de la
Universidad Central en el Hospital Vargas en 1 895.
El texto de Semiología Médica que tengo el honor de presentar por segunda vez, es por otra parte, la
expresión de la continuidad de la obra de la Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica "B" de nuestra Escuela
Vargas, la cual sin duda alguna mantiene un elevado nivel en lo que se refiere a sus actividades de asistencia a los
enfermos, de atención docente y de creación de conocimientos que la colocan en un descollante puesto de van¬
guardia en la enseñanza de la Clínica en Venezuela. Por estas razones se ha convertido en un orgullo para el
Departamento de Medicina del Hospital y de la UCV.
La Cátedra es también, la obra de Hermán Wuani, gran maestro en toda la amplitud de la palabra, y de
todos los médicos docentes que la integran, quienes se han destacado por su trabajo, productividad, rendimien¬
to y además por la calidad y excelencia de sus realizaciones.
Estoy seguro de que esta nueva edición del texto de Semiología Médica será tan utilizada o más que la
primera, por quienes buscan el conocimiento como agente esencial viable y pertinente en el progreso de la me¬
dicina.
La Relación Médico Paciente
Dr. Hermán Wuani
1.1. HISTORIA CLÍNICA
MANERA DE REALIZAR LA
HISTORIA CLÍNICA
La historia clínica se inicia desde el momento en que
el médico saluda al paciente para iniciar la entrevista, la cual
se lleva a cabo a través del interrogatorio, la anamnesis o el
diálogo, y comprende ciertas técnicas y etapas, que con¬
sideraremos a continuación.
Antes de entrar en el tema propiamente dicho, que¬
remos aclarar el significado de los conceptos síntoma y
signo, pues ellos son importantes para lograr la comprensión
cabal del concepto de enfermedad.
El término síntoma remite a la queja del paciente o
a su reconocimiento de que algo no está funcionando nor¬
malmente en su organismo.
El signo, por su parte, es la anormalidad que se com¬
prueba por medio del examen físico.
El interrogatorio descubre fundamentalmente los sín¬
tomas del paciente,- es por ello que juega un papel funda¬
mental en la historia clínica, ya que —practicado con cuida¬
do y orientación— el interrogatorio es la fuente de infor¬
mación más fructífera de las que el médico dispone, y será
mayor cuanto más tiempo se le dedique.
TÉCNICA DEL INTERROGATORIO
De lo anterior se desprende que la técnica del inte¬
rrogatorio se basa fundamentalmente en la comunicación
que pueda establecerse entre el médico y el paciente, y que
se realiza a través de la palabra propiamente dicha, o de sus
equivalentes (expresiones, mímica, ademanes y gestos).
Este intercambio verbal permite adquirir la información más
completa posible sobre el paciente y es, quizá, el método
más importante del examen médico, a pesar de todos los
avances de la técnica moderna. Mediante el interrogatorio
puede saberse quién es y quién ha sido el paciente, dónde
ha transcurrido su vida desde la infancia hasta el momento
actual, qué ha sentido, cuáles son sus malestares y sus
sufrimientos, cuándo comenzaron, qué circunstancias han
precedido o rodeado los mismos, cómo han ido evolucio¬
nando éstos, qué le ha ocurrido al sujeto desde que está
enfermo, cómo ha cambiado su medio familiar o social
desde este momento, quién ha decidido que visite a un
médico, a qué atribuye su enfermedad, qué espera del
médico, cómo piensa que será su futuro, qué posibilidades
cree tener acerca de su recuperación, y otras muchas
valiosas informaciones.
Pero, para que esta comunicación sea fluida y prove¬
chosa, debe prestarse especial atención a las siguientes
cuestiones:
• El diálogo debe ser confidencial, pues así lo
establece la ley, a través del secreto profesional, y de
acuerdo con el juramento hipocrático, y así lo espera
el paciente, quien debe sentir que dicha norma será
respetada. Además, las historias clínicas son docu¬
mentos que poseen jerarquía legal, lo cual exige tam¬
bién la confidencialidad. Por estas razones, para
realizar el interrogatorio, hay que crear un ambiente
adecuado y dedicarle el tiempo necesario para
cumplir con estos requisitos.
• El médico debe tener siempre una actitud de
aceptación y de comprensión, ya que es la única
forma de conseguir la confianza y la simpatía del
paciente, para que los datos obtenidos sean lo más
veraces y sinceros posible. Es por ello que el
paciente debe sentir que el médico tiene interés en
ayudarle, aunque esta demostración debe ser equili¬
brada; es decir, que el paciente no debe sentir una
desmedida sobreprotección, o una actitud demasia¬
do íntima (tuteo, chistes, abrazos, etc.), ni, tam¬
poco, la sensación de que no es sino un paciente
más, al cual el médico debe atender rápidamente,
porque está muy apurado, y —por ello— inte¬
rrumpe cualquier conversación o ¡dea que exprese el
paciente.
El paciente capta inmediatamente las emociones del
médico y las interpreta de manera negativa. Si el médico se
enoja o es muy exigente, el paciente se hastía y responde
de la misma manera.
Pero, además de tratar de manejar sus propias emo¬
ciones, el médico debe saber enfrentar las del paciente, ya
1
La Relación Médico Paciente
que las emociones no son obstáculos para entender las
enfermedades, sino que forman parte de ellas. Así es que,
si el paciente llora, ello debe verse como una reacción
aceptable,- si se le ve enojado, debe buscarse la causa de
dicha actitud,- y si es muy exigente, hay que averiguar qué
es lo que en realidad busca ese paciente.
• El médico debe apartar sus juicios morales al iniciar
el diálogo, y no debe sacar conclusiones apresuradas
ni precipitarse a establecer interpretaciones superfi¬
ciales, pues el paciente no debe sentir que está
delante de un juez que lo va a sentenciar por lo que
ha hecho en su vida. Cualquier pronunciamiento en
este sentido crea una interferencia en el diálogo y un
gran abismo de silencio en las futuras relaciones con
este paciente. Así mismo, el médico no debe pro¬
yectarse, ni emitir opiniones personales acerca de
problemas morales o creencias religiosas, políticas,
raciales, etc., ya que en el ejercicio de la medicina,
es necesario aprender a oír sin condenar, aunque
muchas cosas le resulten al médico —como per¬
sona— abominables.
• . Durante el diálogo, el médico sólo debe tratar de
tomar algunos apuntes que le servirán luego para
reconstruir un relato lo más detallado posible, pero
no se debe dar la sensación de que se está llenando
un cuestionario solamente para cumplir con un requi¬
sito formal, en el cual el paciente, como persona, no
tiene ningún peso específico.
• En algunas ocasiones, será necesario controlar o re¬
gular algunas preguntas y respuestas, especialmente
cuando se presentan casos extremos. Por un lado,
hay pacientes que son demasiado locuaces, que
detallan innumerables anécdotas de su enfermedad y
que, finalmente, desvían la atención que el médico
debe prestar a lo que tiene que ver con su afección
principal, llegando algunos hasta a llevar extensos
escritos, fruto de varias horas de meditación, a la
consulta.
En estos casos, el médico debe preguntarse por qué
hace esto el paciente. ¿Habrá una intención de distraer la
atención del médico, de ocultar algo, de que no se le hagan
preguntas, o es que el paciente tiene dificultades para con¬
centrarse?
Por otro lado, hay pacientes con mirada taciturna,
que apenas contestan con monosílabos, y que dan la impre¬
sión de querer que el interrogatorio termine lo más pronto
posible.
En estos casos suele tratarse de pacientes que son muy
tímidos, o que tienen resentimiento, miedo, o falta de aten-
ción,- en algunas ocasiones, ello se debe, también, a un bajo
nivel mental.
En cualquiera de los casos aquí expuestos, el médi¬
co debe controlar o regular el interrogatorio, ya sea inte¬
rrumpiendo el monólogo de vez en cuando (si se tratase de
la primera de las situaciones expuestas), o bien estimulando
el diálogo, llegando a tener que emplear medidas autori¬
tarias para poderlo conseguir, como suele suceder en las
situaciones que se presentan con el segundo ejemplo aquí
expuesto.
• En principio, el médico debe ser lo más honesto y
veraz posible. Para alterar esta conducta debe haber
causas muy profundas y humanas que a veces coliden
con la ética profesional, tal como la llamada "menti¬
ra piadosa", cuando se trata de enfermedades inmi¬
nentemente fatales.
Aparte de estos casos, cuando el médico realiza la
historia clínica, debe preguntarse si está cumpliendo con las
normas anteriormente señaladas.
• La presencia de un tercero, ya sea familiar o amigo
del paciente, en el interrogatorio, puede complicar y
alterar el mismo, porque a veces esta tercera persona
participa ratificando o rectificando lo dicho por el
paciente, e —inclusive— agregando sus propias
observaciones o interpretaciones con el fin de "ayu¬
dar", pero —en realidad— esto lo que hace es
aumentar las dificultades. Aunque, también es cierto
que, en ocasiones, es necesario obtener algunos
datos indirectamente, a través de familiares y amigos,
pero esta decisión debe ser del médico.
Es obvio que cuando se trata de personas cuyo nivel
mental está por debajo de lo normal, o que presen¬
tan algún defecto físico o perturbación mental que les
imposibilita expresarse, éstas deben estar acom¬
pañadas de algún familiar.
• La emoción más frecuente que tiene el paciente
cuando concurre al médico es el miedo; por lo
tanto, debe intentarse —en todo momento— de no
acentuarlo por iatrogenia, sino más bien de disipar¬
lo, aunque —claro está— ello no debe lograrse a
través de la demostración de un exagerado optimis¬
mo o de la ocultación total de la verdad. La con¬
fianza del paciente debe, pues, ser conquistada
mediante la consideración, la sensibilidad, la gen¬
tileza y la dignidad personal.
La Relación Médico Paciente
ENCABEZAMIENTO
Como todo documento de importancia, el inte¬
rrogatorio debe registrar la fecha y la hora en la cual se reali¬
za, además del nombre del médico que elabora la historia
clínica.
DATOS DE FILIACIÓN
Los datos de filiación que deben anotarse en el
interrogatorio son los siguientes:
• Nombres y apellidos del paciente.
• Edad.
• Sexo.
• Lugar de nacimiento y lugares donde ha residido.
• Ocupación o profesión.
• Estado civil.
• Raza.
• Dirección actual y tipo de vivienda que habita.
• Nombres y apellidos
Estos deben ser lo más completos y exactos posible,
pues servirán para identificar al paciente en el presente y en
el futuro, en cualquier consulta u hospital en los que se le
elabore la historia clínica,- además, servirán para evitar con¬
fusiones con otros pacientes de nombres muy parecidos, lo
que —en ocasiones— ha llevado a causar graves errores,
al reportar exámenes complementarios, biopsias y otros
análisis no pertenecientes al sujeto o, incluso, a la aplicación
de tratamientos o transfusiones no pertinentes.
Por otra parte, es útil que tanto el médico como el
personal paramédico se acostumbren a llamar al paciente
por su nombre y apellido, y no por el número de cama o
cuarto que ocupa, como a veces sucede, ya que el trato
despersonalizado no es el adecuado.
• Edad
La edad del paciente, además de ser un dato más
de identificación, orienta al médico, pues le permite pensar
de antemano en una serie de afecciones que son más fre¬
cuentes en unas edades que en otras.
En el niño, por ejemplo, las enfermedades más
comunes son las congénitas,- las transmisibles (ya sean virales
o bacterianas),- las anemias ferroprivas (debido al tipo de
alimentación),- las afecciones digestivas (especialmente la
gastroenteritis), y las infecciones genitourinarias. También
hay, entre los niños, mayor incidencia de leucosis (como las
linfáticas agudas), y otras neoplasias frecuentes en ellos,
como son los tumores de Wilms y los neuroblastomas.
En la pubertad y la adolescencia, además de las
enfermedades infecciosas (bacterianas y virales), también
son frecuentes la leucosis aguda y los linfomas. Igualmente,
son recurrentes en este grupo los problemas de desa¬
daptación, las alteraciones menstruales en las jóvenes, las
afecciones renales (como la glomerulonefritis aguda) y el
reumatismo articular agudo, aunque ninguna de estas afec¬
ciones es exclusiva de esta edad.
En el adulto joven, además de las enfermedades pre¬
sentes en la adolescencia, suelen ser comunes las enfer¬
medades profesionales, como el saturnismo, la asbestosis, la
neumoconiosis, etc. Igualmente, son frecuentes en esta
edad los problemas de adicción a las drogas, los accidentes
y las enfermedades venéreas.
En el adulto maduro y en el anciano se presentan las
enfermedades metabólicas, degenerativas y malignas, tales
como la diabetes, la arteriosclerosis, y el cáncer, el cual —
aunque no respeta edades— es más frecuente en las últi¬
mas décadas de la vida. Así mismo, tienen alta incidencia
en estas edades los accidentes cerebrovasculares, ya sean
cardíacos o cerebrales.
• Sexo
Igual que sucede con el dato de la edad, el del sexo
también es una fuente importante de información para el
médico, ya que existen enfermedades que son propias del
mismo; por ejemplo, la hemofilia es una enfermedad trans¬
mitida por la mujer, pero que la sufren los hombres. Y hay
enfermedades que, aunque pueden aparecer en los dos
sexos, predominan en el femenino, tales como el lupus
eritematoso sistémico (LES), el hipertiroidismo, la anorexia
psíquica, etc. Por el contrario, hay otras predominantes en
el sexo masculino, tales como la espondilitis anquilopoyéti-
ca y la periarteritis nudosa.
• El médico, en general, debe dominar el idioma del
paciente y, mejor aún, si además conoce sus modis¬
mos, para que éste pueda expresarse lo más amplia¬
mente posible, y el médico pueda captar profunda¬
mente las sensaciones referidas por su paciente. Así
mismo, el médico debe adaptar su vocabulario al
nivel del paciente, y no hablar en términos técnicos,
o utilizar palabras rebuscadas para demostrar su eru¬
dición, impidiendo la comprensión del paciente,
pues ello —en lugar de facilitar la entrevista— lo
que hace es desajustarla.
1.2 ETAPAS QUE DEBEN CUMPLIRSE
EN EL INTERROGATORIO
La Relación Médico Paciente
• Lugar de nacimiento y lugares donde ha residido
Esta pregunta no sólo debe referirse al lugar de
nacimiento propiamente dicho, sino también a los diferentes
sitios dentro y fuera del país en los que el paciente haya
permanecido a lo largo de toda su vida, ya que esto pro¬
porciona una orientación epidemiológica acerca de algunas
de las enfermedades endémicas que puede estar sufriendo,-
también es importante tener conocimiento de algunas enfer¬
medades endémicas de otros países, debido al elevado
número de extranjeros que conviven en nuestro medio.
• Profesión u ocupación
Es importante obtener este dato, ya que muchas
veces ofrece orientación sobre la etiología del paciente: así,
los agricultores tienden a padecer más de enfermedades
parasitarias o (nicóticas, y de intoxicaciones producidas por
pesticidas; mientras que los estibadores, los obreros de la
construcción y otro tipo de obreros que tienen que levan¬
tar pesos, sufren con mucha más frecuencia de la columna y
de hernias. Los linotipistas, debido a su contacto con el
plomo, pueden sufrir de saturnismo. Por su parte, los pro¬
fesionales que trabajan con radiaciones, pueden sufrir de
aplasias medulares y de leucosis. Igualmente, los obreros de
fábricas en las que se utiliza una gran variedad de produc¬
tos químicos, pueden sufrir de procesos alérgicos o de otros
fenómenos tóxicos; y los obreros de fábricas de cemento
pueden sufrir de asbestosis, neumoconiosis, etc. De hecho,
la importancia de este dato es tal, que Garrison dice que
"la vida es una enfermedad profesional".
• Estado civil
También el estado civil es importante, ya que la con¬
ducta y los problemas personales tienden a ser diferentes
entre solteros, casados, divorciados o viudos. En cada
grupo hay problemas inherentes a su estado civil, tales
como angustia y depresión por problemas conyugales, o por
soledad, o problemas de los hijos que se proyectan en los
padres, y viceversa. De hecho, algunas enfermedades pre¬
dominan en los solteros (como las venéreas y la psiconeu-
rosis) y otras, por ejemplo, son más frecuentes en mujeres
casadas (cáncer del útero).
• Raza
En nuestros países es difícil clasificar las razas como
razas puras, tal como se hacía tradicionalmente (raza blan¬
ca, raza negra...), puesto que la mayoría de la población
pertenece a una raza que deberíamos llamar "mezclada". Sin
embargo, debe tomarse en cuenta el predominio de ciertas
enfermedades en algunas de las razas: por ejemplo, los
blancos sufren más de afecciones de la piel, mientras que en
la raza negra se ha observado la presencia de una hemoglo¬
bina anormal, que provoca la anemia de células falciformes.
• Dirección actual y tipo de vivienda que habita
La dirección ofrece la posibilidad de ponerse en
contacto, en un momento dado, con los familiares del
paciente para solicitar cualquier información o para hacer
una notificación acerca del mismo, pero al mismo tiempo
orienta sobre el tipo de vivienda que tiene el paciente y,
por lo tanto, sobre las condiciones sanitarias en que vive
éste, especialmente en nuestros países donde ha ¡do dis¬
minuyendo la población rural por la migración del
campesino a las grandes ciudades y ha aumentado la llama¬
da población marginal que conforman barrios improvisados,
en los cuales existen deplorables condiciones sanitarias por
la carencia de agua, letrinas, cloacas y otros servicios,
además de un gran hacinamiento. Es importante saber,
además, que la alimentación de este grupo social no cubre
los requerimientos normales, por lo que, a las enfermedades
infecciosas (que son más frecuentes, debido a la ausencia
de condiciones sanitarias apropiadas),se agregan los pro¬
blemas de desnutrición.
MOTIVO DE LA CONSULTA
El motivo de la consulta está constituido por las que¬
jas que expresa el paciente, quien —generalmente— inicia
él mismo el diálogo, señalando el motivo de su visita al
médico. Cuando esto no sucede así, el médico debe iniciar
la conversación preguntándole al paciente en qué puede
ayudarle, cuál fue el motivo que le hizo acudir a esa con¬
sulta u hospital, o cuál es su problema.
El médico debe saber que los pacientes, en su ma¬
yoría, desconocen el vocabulario médico, así es que estas
quejas o síntomas deben registrarse con las propias palabras
del paciente. Además, las notas que tome el médico deben
ser lo más concisas y breves posible, registrando únicamente
la queja, pero no el posible diagnóstico. Veamos algunos
ejemplos que ilustran esta situación.
Si el paciente, por ejemplo, dice que tiene dificul¬
tad para respirar, el médico debe anotar esto y no la inter¬
pretación médica de disnea. Si el paciente refiere que orina
mucho, el médico no debe registrar poliuria, sino sólo lo
señalado por el paciente.
A veces el paciente, al comienzo, expone un rela¬
to confuso y lleno de detalles, y es en ese momento en el
que el médico está autorizado para interrumpir al enfermo y
conducirlo a que se exprese de un modo concreto y breve,
preguntándole sobre las molestias que, en realidad, le
hicieron acudir a la consulta. Así, si el paciente presenta
una patología muy amplia, el médico sólo debe dejar cons¬
tancia de los síntomas y signos por los cuales se realiza la
La Relación Médico Paciente
consulta, y limitarse a anotar, por ejemplo: a) tos; b) pun¬
tada de costado; c) sensación de falta de aire.
Otras veces el paciente consulta por síntomas que
no dependen de un solo órgano, sino que se refieren a va¬
rios. En estos casos, el médico tendrá que ser lo más pre¬
ciso posible en el motivo de la consulta. Por ejemplo, si un
enfermo tiene sintomatología de los aparatos digestivo,
ginecológico y neurológico, en el motivo de la consulta sólo
deben aparecer aquellos síntomas que han llevado al
paciente a acudir al hospital o consultorio. En ese ejemplo,
entonces, debe colocarse: a) acidez gástrica; b) dolor en la
boca del estómago,- c) flujo genital,- d) dolor de cabeza.
Posteriormente, en el siguiente paso del interrogato¬
rio, que es el que se refiere a la enfermedad actual, el médi¬
co deberá interrogar sobre cada uno de estos síntomas.
ENFERMEDAD ACTUAL
Esta es una de las partes más importantes del inte¬
rrogatorio, ya que no sólo permite que el paciente exprese
todas sus quejas con detalles, sino también que —a
veces— la sintomatología referida por el paciente es tan ca¬
racterística de alguna enfermedad, que —prácticamente en
ese mismo momento— el médico puede hacer el diagnósti¬
co de la misma, o —cuando menos— orientarse en relación
con los estudios que se deben practicar.
En general, los síntomas anotados en el motivo de la
consulta, servirán como guía para esta parte del interroga¬
torio, y la manera de lograrlo es haciendo algunas pregun¬
tas básicas acerca de su sintomatología general, como las
siguientes:
1. ¿Cuándo se presentaron o comenzaron sus sín¬
tomas? (Fecha aproximada del inicio de la enfer¬
medad).
2. ¿Cómo se inició la enfermedad? (Forma del inicio).
3. ¿Cuál ha sido la evolución de los síntomas y cuál ha
sido su duración? (Evolución de la enfermedad).
4. ¿Ha sido objeto de algunos exámenes y/o tratamien¬
tos? (Exámenes y/o tratamientos anteriores y sus
resultados).
5. ¿Cuáles son las molestias que presenta actualmente?
6. ¿En qué momento de la vida del paciente apa¬
recieron estos síntomas?
1. Fecha del inicio de la enfermedad
El relato sobre el comienzo de la enfermedad debe
ser muy detallado, ya que los pacientes confunden o aso¬
cian algunos síntomas de un sistema con los de otro. Para
ello, el médico debe tener en cuenta que algunas enfer-
medades se inician bruscamente (las llamadas enfermedades
agudas), como es el caso de las enfermedades infecciosas,
las neumonías, la apendicitis, el infarto del miocardio, los
accidentes cerebrovasculares, etc. En cambio, otras enfer¬
medades tienen un curso mucho más largo (las llamadas
enfermedades subagudas o crónicas). Y hay otras que
tienen una evolución periódica o intermitente (las enfer¬
medades recurrentes), cuyos síntomas aparecen por un
período de tiempo, luego registran acalmias y después vuel¬
ven a reaparecer, tales como las enfermedades gastroduo-
denales, las artropatías, la rectocolitis ulcerosa, el asma
bronquial, la angina de pecho, etc.
Es por esto que para el médico es de gran interés pre¬
cisar lo más aproximadamente posible la fecha del inicio de la
enfermedad. Algunas preguntas que ayudan mucho a ob¬
tener esta información son las siguientes: ¿qué sentía el enfer¬
mo antes de que se iniciara su enfermedad?, ¿se sentía per¬
fectamente bien, o ya antes tuvo síntomas parecidos a los que
tiene en este momento?
Para ejemplificar esta situación, puede tomarse el
caso de un paciente que consulta por dos síntomas: a)
dolor en el estómago,- b) presencia de acidez desde hace
quince días. Aunque el médico anota dichos síntomas, tal
cual son referidos por el paciente, si profundiza un poco
más en el interrogatorio, puede descubrir que el paciente
tiene los mismos síntomas desde hace un año, pero que
éstos aparecían y luego se atenuaban (enfermedades recu¬
rrentes), y lo que está relatando el enfermo en el momento
de la consulta, no es más que un episodio agudo de la
misma enfermedad (úlcera gastroduodenal).
2. Forma de inicio de la enfermedad
Es éste otro dato de gran importancia en el inte¬
rrogatorio, y que responde a la pregunta sobre el cómo,
sobre la forma en que comenzó la enfermedad.
Es necesario hacer hincapié en el primer síntoma o
signo que se presentó, o en el conjunto de síntomas o sig¬
nos que manifestaron el inicio de la enfermedad,- así mismo,
debe averiguarse si éstos aparecieron simultánea o poste¬
riormente y, en este caso, cuánto tiempo después, ya que
a veces el paciente señala como comienzo de la enfermedad
síntomas o signos que parecen no tener nada que ver con
el estado morboso que tiene el paciente en el momento de
la consulta, o se omiten síntomas anteriores. Como ejem¬
plo de este último caso, puede suceder que un paciente
consulte por: orinas oscuras, y tinte amarillento en los ojos,
síntomas ambos que el paciente refiere que comenzaron
desde hace un día, pero si se le interroga detenidamente,
se descubre que, además, hace una semana que tiene
La Relación Médico Paciente
fiebre, inapetencia, malestar gástrico, dolor de cabeza,
náuseas y debilidad general. Como se observa, se trata de
un caso de hepatitis viral, en el cual el paciente sólo relata
como comienzo de la misma, su color amarillo y las orinas
oscuras, pero —en realidad— la enfermedad ha comenza¬
do una semana antes, sin que el paciente le haya dado
importancia a esos primeros síntomas.
Este aspecto referente a la forma de inicio de la
enfermedad reviste gran significación para el médico, pues
ello le permite clasificar las enfermedades en agudas, sub-
agudas, crónicas, periódicas o recurrentes, debido a que
cada una de ellas tiene un comienzo diferente.
3. Evaluación durante la enfermedad
Conocida la fecha del inicio de la enfermedad y la
manera en que comenzó, interesa saber ahora cómo han
progresado esos síntomas, cuál ha sido su evolución:
—¿Han ido empeorando?
—¿Han sido continuos?
—¿Cuáles son los síntomas que han aparecido
simultáneamente?
—¿Hay otros síntomas concomitantes?
—¿Ha habido síntomas generales tales como pérdida
peso, malestar general, sudoración, escalofríos, fiebre, etc.?
Por medio de estas preguntas se sabrá, además, cuál
ha sido la duración de los síntomas, lo cual tiene gran
importancia, ya que no es igual un cuadro febril de dos días
de duración, que uno que tenga dos meses (cuadro febril
prolongado), pues el médico —desde el mismo momento
en que escucha al enfermo—pensará, según el caso, en
posibles etiologías completamente diferentes.
4. Exámenes y/o tratamientos anteriores y sus resulta¬
dos
Esta información puede ser útil a la hora de elaborar
el diagnóstico, puesto que si el paciente se ha practicado
algunos exámenes en el transcurso de su enfermedad, (ya
sea por su propia cuenta o por orden médica), dichos resul¬
tados podrían servir de guía o de punto de comparación
con aquellos que resulten de los exámenes que el médico
va a ordenar en el momento presente.
Por ejemplo, puede suceder que el paciente al
comienzo de su enfermedad se haya practicado una hema¬
tología, cuyo resultado indicaba la ausencia de anemia,
pero en el nuevo examen ésta sí esté presente. Sin embar¬
go, se debe tener el cuidado de que al ver esos exámenes,
el médico no se desvíe de su interrogatorio, pues en ese
momento esos resultados no tienen un valor diagnóstico,
sino un papel informativo para elaborar el diagnóstico de la
enfermedad.
Lo mismo sucede con algún posible tratamiento que
el paciente puede haber estado recibiendo, y con el cual
—según él refiere— hubo o no mejoría. Pero, al igual que
en el caso de exámenes complementarios, esto es sólo un
dato informativo que ayudará a la hora de plantearse un
diagnóstico.
5. Estado actual de los síntomas
Una vez que el paciente haya hecho la exposición
referente a sus síntomas, es necesario precisar cuáles han
desaparecido y cuáles han persistido. Todos ellos son de
gran interés, ya que van a confirmar un cuadro clínico que
corresponde al estado morboso que tiene el paciente en el
momento de la consulta, por adaptarse al modelo de la
enfermedad.
6. ¿En qué momento de la vida del paciente apare¬
ció su sintomatología?
No podemos olvidar que el paciente es un todo, y
no una suma de partes, en la que la afección de algunas de
sus partes no va a incidir en el funcionamiento del conjun¬
to. Muchas de las enfermedades orgánicas hoy día conoci¬
das, a veces son precedidas o condicionadas por estados
de tensión, ansiedad o depresión,- como ejemplo de ello,
están las úlceras gastroduodenales, la hipertensión arterial,
la rectocolitis ulcerosa, el asma bronquial, el colon irritable.
Otras veces, el paciente es sometido, bruscamente, a una
situación de estrés, y ello puede devenir en un infarto del
miocardio.
Por otra parte, el médico debe saber que no todas
las enfermedades son orgánicas (o sea, donde hay lesión de
un órgano propiamente dicho), sino que también existen las
llamadas enfermedades funcionales, las cuales surgen al
alterarse la función de los órganos; mientras que otras enfer¬
medades tienen un origen psíquico (enfermedades psico-
somáticas).
Es por todas las consideraciones anteriores que el
médico debe averiguar en qué circunstancias de la vida del
paciente aparecieron los síntomas de su enfermedad, ya que
—en general— el interrogatorio debe estar dirigido a com¬
prender al paciente en todas sus facetas: como enfermo,
como persona y como individuo, y respecto a las presiones
sociales y económicas a que está sometido en ese momento.
Resumiendo todos los puntos hasta ahora menciona¬
dos, podría decirse que la enfermedad actual surge al inte¬
rrogar los motivos de la consulta que realiza el paciente, en
La Relación Médico Paciente
la cual se debe indagar en qué consiste el problema, dónde
radica, cómo es, qué severidad tiene, qué relación guarda
con la función del órgano respectivo, qué relación cronoló¬
gica existe, con qué mejora y con qué empeora, qué mani¬
festaciones concomitantes presenta y en qué momento de
su vida apareció la enfermedad.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Ask-Upmark, E.: Bedside medicine. Almquist, Estocolmo, 1963.
2. Bases del diagnóstico clínico. Prensa Médica Mexicana- Nos. 3 y 4. (Recopilación de
varios autores). Año XXV. Marzo-Abril, 1960.
3. Bariety, M. y Bonníot, R.: Semiología Clínica.Toray, Masson. Barcelona, 1965.
4. Burnside, J. W.: Semiología Adams. De. Panamericana. Buenos Aires, 1977.
5. Cossío, P y col.: Semiología Médica. Buenos Aires, 1955.
6. Gómez, O. L. y col.: Normas y procedimientos en un servicio de medicina interna.
Escuela Salesiana, Artes Gráficas, 1967.
7. Gómez, O. L: Frente al enfermo. UCV Ediciones Biblioteca de la UCV 1970.
8. Leopold, S. S.: Physical diagnosis. W. B. Saunders Co. Philadelphia, 1957.
9. Masón, W. y Francíasí, W.: Symptom Diagnosis. 5a
edición. Appleton Century. N. Y,
1961.
10. Mazzie, E. S. y Rozman, y col.: Semiotecnia y fisiopatología. Ed. El Ateneo. Buenos
Aires, 1978.
1 1. Orgas, J.: La clínica y el médico. Ed. Aguilar. Madrid, 1 966.
12 Pineros corpas, J.: Clínica semiológica. Ed. Científico-Médica. Barcelona, 1960.
1 3. Rimbaud, P: Semeiologie medícale elementaire. Doin y Cié. París, 1 959.
14. Sanabria, A.: Clínica semioiógica y propedéutica. UCV, OBE, 1973.
1 5. Sergent, E.: Traite elementaire d'exploiation clinique medícale. Masson Cía.. 1950.
16. Shaposnik, F: Semiología. Ed. El Ateneo. Buenos Aires, 1978.
17. Suros, J.: Semiología médica. Masón Salvat editores. Barcelona, 1987.
Antecedentes
Dra. Vivían Sukerman B.
2.1. LOS ANTECEDENTES
PATOLÓGICOS PERSONALES
Una vez que se ha terminado con la queja principal
y la descripción completa del padecimiento actual de nues¬
tro paciente, comienza la recolección de datos que com¬
pletan el cuadro de la experiencia de salud y enfermedad
del mismo. Esta historia médica pasada consiste en la
recopilación de información acerca de enfermedades,
padecimientos, estado mental y anímico, condiciones socio¬
económicas, etc. los cuales ayudan a completar el cuadro
proporcionando conocimientos sobre el contexto o medio
en que se presenta la enfermedad, incluyendo el estado
previo de salud y presencia de factores de riesgo, que
tienen implicaciones tanto para el diagnóstico de la enfer¬
medad actual, como para la prevención de. futuras enfer¬
medades.
La destreza radica en poder ser preciso con los
detalles importantes, sin sobreinterpretar los que no lo son.
Se puede empezar el interrogatorio con una pregunta muy
general, como por ejemplo, ¿Cómo ha sido su salud en el
pasado?; otra posibilidad es decir " Cuénteme sobre enfer¬
medades serias que ha sufrido desde que era niño hasta la
fecha". Una tercera posibilidad es : "Ahora quisiera pre¬
guntarle sobre todas las enfermedades y problemas médicos
que ha tenido en el pasado". Se debe tratar de mantener
el enfoque sobre: a) episodios distintos a la enfermedad
actual, b) que causaron un cambio en el patrón de salud
habitual, y tratar de precisar, c) el nombre que el paciente
o el médico le dieron a la enfermedad. Nunca se debe
aceptar sin cuestionar el diagnóstico que le dé el paciente
como si fuera correcto; es preferible indagar cuales eran
exactamente los síntomas por los que el médico le hizo ese
diagnóstico.
Cuando ya se tiene la información general sobre el
estado de salud que el paciente ha tenido en el pasado, se
pueden ordenar por categorías, según su importancia, los
datos de antecedentes patológicos.
1. Antecedentes médicos:
Antecedentes y enfermedades infantiles, enfer¬
medades importantes del adulto, ingresos hospitalarios no
quirúrgicos, administraciones parenterales y transfusiones
sanguíneas.
2. Antecedentes Epidemiológicos:
Enfermedades cuya aparición, evolución y propa¬
gación esta condicionada por factores geográficos, sociales,
económicos y ecológicos.
2 . 1 . Chagas
2.2. Paludismo
2.3. Tuberculosis
2.4. Infección por V.I.H.
2.5. Parasitosis intestinales
2.6. Bilharziosis
2.7. Amibiasis
2.8. Enfermedades de transmisión sexual:
2 . 8 . 1 . Sífilis o Lúes
2.8.2. Blenorragia
2.8.3. Infecciones por Chlamidias
2.8.4. Chancroide
2.8.5. Herpes Genital
2.8.6. Infecciones por Virus Papiloma
Humano.
2.9. Otras enfermedades infecciosas:
2 . 9 . 1 . Fiebre Tifoidea
2.9.2. Hepatitis Viral
2.9.3. Mononucleosis Infecciosa
2.9.4. Leishmaniasis
3. Antecedentes Inmunoalérgicos:
Vacunaciones, alergias y enfermedades inmunoló-
gicas
4. Antecedentes gineco-obstétricos.
En las mujeres
5. Antecedentes quirúrgicos
6. Antecedentes traumáticos
7. Medicación
8. Hábitos Psicobiológicos
8 . 1 . Alimentarios
Antecedentes Patológicos Personales
8.2. Tabáquicos
8.3. Alcohólicos
8.4. Drogas
8.5. Ocupaciones
8.6. Tipos de viviendas y residencias anteriores
8.7. Sueño
8.8. Sexuales
8.9. Actividad Física
8.10. Situación Personal
1. ANTECEDENTES MÉDICOS
1.1. Antecedentes y enfermedades infantiles:
Los datos de cómo fue el embarazo del paciente o
del tipo de parto y la existencia de complicaciones en el
post-parto, así como el peso y la talla al nacer y los detalles
del desarrollo psicomotor, son obviamente más importantes
en el paciente pediátrico y en el adolescente. Sin embargo,
todo paciente debe ser interrogado sobre la presencia de
enfermedades infecciosas en la infancia y las posibles com¬
plicaciones o secuelas que puedan dejar estas enfer¬
medades:
1.1.1. Sarampión:
Enfermedad infecciosa producida por Paramixovirus,
la cual produce enantema (lesiones papuloeritematosa de
las mucosas) y se diagnostica por el Signo de Koplik (zona
papuloeritematosa con un centro blanco a nivel de la mu¬
cosa del carrillo a la altura de la salida del conducto de
Stenon), luego ocurre una erupción maculopapular en tron¬
co y extremidades acompañada de tos, coriza y conjuntivi¬
tis, se puede complicar con neumonía y menos frecuente¬
mente con encefalitis.
1.1.2. Lechina o Varicela:
Producida por el virus varicela-zoster, la manifes¬
tación más notable es un exantema que se transforma rápi¬
da y sucesivamente en mácula, pápula, vesícula y lesión
costrosa. Las lesiones se presentan en brotes que suelen
atacar tronco, cuero cabelludo, cara y extremidades, así
como mucosa oral y genital. Sus complicaciones son: infec¬
ción secundaria de lesiones dérmicas ( pústulas), encefalitis
y neumonía (más frecuentes en adultos). Deja como,secuela
marcas atróficas en la piel.
1.1.3. Parotiditis (Paperas):
Producida por un mixovirus y se caracteriza por una
inflamación unilateral o bilateral de la parótida y en oca¬
siones otras glándulas salivales. Las complicaciones más fre¬
cuentes: orqui-epididimitis y meningoencefalitis, son raras:
pancreatitis, ooforitis y tiroiditis. Puede dejar como secuela
esterilidad y sordera.
1.1.4. Tos ferina:
El agente causal es la Bordetella pertusis, pro¬
duciendo accesos de tos, con dificultad respiratoria y vómi¬
tos, durante el paroxismo de tos el paciente se torna
cianótico,. Las complicaciones más frecuentes son la neu¬
monía intersticial y la atelectasia.
1.1.5. Fiebre Reumática:
Es una complicación relativamente rara, pero grave,
de infecciones por estreptococo beta-hemolítico del grupo
A (faringitis estreptocóccica),- edad de aparición entre 5 y
1 5 años, el diagnóstico se establece en base a los Criterios
de Jones: Mayores: poliartritis migratoria, carditis, corea
de Sydenham, eritema marginatum y nodulos subcutáneos;
Menores: artralgias, fiebre, elevación de reactantes de fase
aguda y prolongación del intervalo PR. (2 criterios mayores
o 1 criterio mayor más 2 menores). Deja graves secuelas
cardíacas: valvulopatías mitral y/o aórtica principalmente,
también puede producir afectación tricuspídea.
1.2. Enfermedades importantes del adulto:
Precisar no sólo las enfermedades que ha padecido
el paciente sino los posibles riesgos que tenga de padecer¬
las. Tienen particular importancia los síndromes cardiovascu¬
lares, respiratorios y endrocrinológicos. Muchos adultos
tienen una o más enfermedades crónicas, qué ha transcurri¬
do desde el diagnóstico, si se controla con algún facultati¬
vo y el tratamiento que recibe.
1.2.1. Hipertensión Arterial:
La elevación de la presión arterial conduce a una alta
morbilidad y mortalidad, principalmente por enfermedad
cardíaca, accidentes cerebrovascular e insuficiencia renal. El
interrogatorio de pacientes hipertensos debe dirigirse hacia:
a) descubrir formas corregibles de hipertensión arterial
secundaria, b) determinar el daño de órganos "blanco" y c)
determinar la presencia de otros factores de riesgo para el
desarrollo de enfermedad arterioesclerótica cardiovascular.
Por ej. una fuerte historia familiar de hipertensión arterial
junto con antecedentes de elavación intermitente de la pre¬
sión en el pasado favorece al diagnóstico de hipertensión
esencial o idiopática,- la hipertensión secundaria a menudo
se desarrolla previa a la edad de 35 años o después de los
55.
1.2.2. Enfermedad arterioesclerótica
cardiovascular:
Para la detección de arterieesclerosis tienen impor¬
tancia la presencia de antecedentes de: infarto de miocar¬
dio, accidente cerebrovascular isquémico y enfermedad vas¬
cular periférica. Un número de condiciones y hábitos están
presentes más frecuentemente en individuos con arteri-
Antecedentes Patológicos Personales
oesclerosis que en la población general, estos factores se
han denominado factores de riesgo: sexo masculino, histo¬
ria familiar de enfermedad isquémica coronarias prematura
(< 55 años),hiperlip¡dem¡a, fumar cigarrillo, hipertensión,
niveles bajos de HDL colesterol, diabetes mellitus, hiperin-
sulinemia, obesidad troncular y lipoproteína (a) elevada e
hipertrigliceridemia.
1.2.3. Diabetes Mellitus:
Es la enfermedad endocrina más común. Se caracte¬
riza por anomalías metabólicas y complicaciones a largo
plazo que afectan los ojos, ríñones, nervios y vasos sanguí¬
neos. El diagnóstico en pacientes sintomáticos es muy fácil:
un paciente que presenta signos y síntomas atribuíbles a
diuresis osmótica (polidipsia, poliuria, polifagia y pérdida
de peso) y se encuentra hiperglicemia en ayunas. Se han
descrito varios síndromes diabéticos distintos: Tipo 1 o
Insulino dependiente, Tipo 2 o No Insulino dependiente;
Diabetes asociada a ciertas condiciones como enfermedades
pancreáticas, enfermedades de origen hormonal, inducidas
por drogas o productos químicos, anormalidades de la
molécula de insulina o sus receptores y ciertos síndromes
genéticos; también tenemos la Tolerancia Glucosada
Alterada y por último la Diabetes Gestacional. Existen gru¬
pos de personas que tienen un riesgo aumentado a sufrir
diabetes, con ellos hay que tener una mayor vigilancia,
incluyen individuos con anticuerpos contra los islotes pan¬
creáticos, gemelos de un diabético insulinodependiente,
hermanos de diabéticos no insulinodependientes, individuos
con ambos padres diabéticos y mujeres con embarazos pre¬
vios de recién nacidos con gigantismo fetal o peso superior
a 4 Kg.
1.3. Ingresos hospitalarios no quirúrgicos:
Todas las hospitalizaciones deben quedar registradas,
esto incluye admisiones por problemas médicos y psiquiátri¬
cos. Se debe precisar la fecha y el tiempo de hospita¬
lización.
1.4. Transfusiones:
Preguntar reacciones, fechas y cantidades de
unidades tranfundidas. No orienta sobre el riesgo de enfer¬
medades cuyo mecanismo de transmisión es precutáneo, ej.:
hepatitis viral e infección por virus de inmunodeficieñcia
humana (VIH).
2. ANTECEDENTES EPIDEMIOLÓGICOS:
2.1. Enfermedad de Chagas:
Es una enfermedad extendida en gran parte el terri¬
torio nacional, el agente casual es el Trypanosoma cruzi, se
contrae la enfermedad cuando el hombre es picado por los
insectos hematófagos transmisores: Reduviidae Triatominae
(Chipo), éste simultáneamente defeca al comer y en las
deyecciones se encuentran las formas infectantes que pene¬
tran cuando el sujeto se rasca y se produce el complejo o
chagoma de inoculación, desde allí y por vía sanguínea los
tripanosomas se alojan en el miocardio y producen una mio¬
carditis aguda, tardíamente el 3 0 % de los pacientes desa¬
rrollan una fase crónica de la enfermedad (arritmias y/o mio-
cardiopatía dilatada). En Venezuela, el Chagas agudo se ve
raramente después de la campaña de control (en la década
de los 50), sin embargo, se encuentran casos esporádicos
en Barinas, Cojedes, Trujillo y Lara. Los datos más impor¬
tantes del interrogatorio son la procedencia de una zona
endémica (zonas rurales del llano Venezolano), el tipo de
vivienda (porque los redúvideos viven en las rendijas de las
paredes y en los techos de palma), el hecho de que haya
sido picado o de conocer el "Chipo", "Chupón" o
"Quipito". Además también debe averiguarse si hay
antecedentes de transfusión sanguínea y antecedentes fami¬
liares. Por último se pregunta si ha sido sometido a pruebas
de investigación: Machado - Guerreiro (Serodiagnóstico)
y Xenodiagnóstico.
2.2. Paludismo:
Enfermedad febril acompañada de anemia hemolítica
y esplenomeglia, producida por protozoaríos parásitos de
géneros Plasmodium las especies que habitualmente para-
sitan al hombre son: vivax, falciparum, malarie y ovale,
este último no existe en el continente americano. Los vec¬
tores son mosquitos del género Anopheles, la especie más
efectiva en toda América es A. darlingi, en Venezuela
tienen importancia A. nuñez - tovari, albitarsis, aguasalis y
darlingi. Para 1991 la O.M.S. calculó unos 90 países
maláricos, el 9 0 % de los casos clínicos se encuentran en los
países de África tropical; en Venezuela las áreas donde
existe actualmente transmisión activa son: occidental
(Barinas, Mérida, Tachira, Zulia y Dtto. Paéz de Apure),
meridional ( Apure, Bolívar y Amazonas) y oriental (Sucre,
Monagas y Delta Amacuro). En el interrogatorio tienen
importancia: tipo de curva febril (diaria, interdiaria, tercia¬
ria o cuartana), lugar de procedencia y viajes que ha rea¬
lizado en los últimos 3 meses,- y cuando han padecido la
enfermedad, hay que precisar el tratamiento recibido y el
cumplimiento del mismo.
2.3. Tuberculosis:
Es una enfermedad infecciosa que puede atacar va¬
rios órganos, el más frecuentemente afectado es el pulmón,
las formas extrapulmonares incluyen: meningitis, pericarditis,
enfermedad renal, osteomielitis y enfermedad ganglionar. El
agente causal es el Mycobacterium tuberculosis. La forma
de contagio es por contacto de persona a persona a través
Antecedentes Patológicos Personales
de la ruta respiratoria, el enfermo expulsa los bacilos tuber¬
culosos dentro de gotas de secreciones respiratorias al toser,
estornudar o hablar y el huésped susceptible inhala los baci¬
los que permanecen en el aire por períodos prolongados,
sin embargo, se requiere un contacto prolongado y de sitios
poco ventilados. El interrogatorio se dirige para identificar
las manifestaciones más frecuentes de la enfermedad (fiebre
prolongada vespertina, tos húmeda con expectoración
hemoptóica, astenia, pérdida de peso y anorexia) así como
a descartar personas de alto riesgo de adquirir la enfer¬
medad (personas con infección por V I H , contactos direc¬
tos con enfermos de tuberculosis, conversión rédente a
PPD positivo, condiciones médicas predisponentes: dia¬
betes, uso prolongado de esferoides y otros inmunosupre-
sores, insuficiencia renal crónica y enfermedades hematoló-
gicas o reticuloendoteliales). Se debe preguntar además si
ha trabajado en hospitales o Sanatorios Antituberculosos y
si ha padecido de alguna afección pulmonar de larga
duración (neumonía, pleuresía). Si ha tenido contacto ínti¬
mo o intrafamiliar con personas enfermas con tuberculosis.
En caso de haber padecido la enfermedad, indicar el
tratamiento , la duración y el cumplimiento del mismo y los
controles posteriores.
2.4. Infección por Virus de
Inmunodeficiencia Humana:
Este retrovirus humano infecta los linfocitos T ayu¬
dadores, conduciendo en un período de años y a través de
mecanismos que aún no están bien dilucidados, a una dis¬
minución de estas células y a el desarrollo de una deficien¬
cia inmunológica progresiva, severa, irreversible y fatal
(Síndrome de inmunodeficiencia adquirida o SIDA). Las
manifestaciones de la enfermedad tienen un muy amplio
espectro que va desde la infección primaria, con o sin sín¬
drome de VIH agudo, pasando por el período de latencia
clínica o portador asintomático hasta la enfermedad avanza¬
da con las infecciones oportunistas y neoplasias característi¬
cas. El V I H es transmitido por contacto sexual, homo o
heterosexual; transfusiones de sangre o productos derivados
de la sangre,- y de la madre infectada al hijo (transmisión
vertical) , en el período perinatal o a través de la leche
materna,- hay un pequeño pero definitivo riesgo de trans¬
misión en trabajadores de la salud, personal de laboratorio
y otros que manipulan muestras de pacientes infectados,
especialmente cuando están envueltos objetos cortantes. Se
debe sospechar la enfermedad en todo paciente que pre¬
sente fiebre prolongada, pérdida significativa de peso, dia¬
rrea crónica e infecciones repiratorias a repetición o cual¬
quier infección por gérmenes oportunistas. Nuestras pre¬
guntas deben estar orientadas a la identificación de grupos
de alto riesgo: homosexuales, bisexuales, heterosexuales
promiscuos, drogadictos endovenosos, pacientes que han
recibido transfusiones sanguíneas, hemofílicos y pacientes
con enfermedades venéreas.
2.5. Parasitosis intestinales:
Son de etiología variada,- todas pueden producir
síndromes diarreicos y pérdida de peso o ser asintomáticas,
la necatoriasis produce anemia por sangrado crónico.
Preguntar si ha expulsado parásitos o lombrices por el recto,
si tiene prurito anal (oxiuriasis), si se le han hecho exámenes
de heces y si han sido positivos, así como el tratamiento
recibido. En cuanto a riesgos de transmisión se le pregunta
si realiza labores en el campo, descalzo, pues por la piel se
introducen las larvas (Necator y Strongiloides),- se deben
investigar los hábitos alimentarios, educación sanitaria y la
existencia de condiciones socioeconómicas deficientes
(transmisión oral).
2.6. Bilharziosis:
La esquistosomiasis mansónica (S. mansoni) puede
asumir una forma grave, debido a extensa fibrosis hepática,
hipertensión portal y esplenomegalia. El parásito penetra en
la piel al andar descalzo en las orillas de aguas superficiales,
dulces y de baja profundidad (canales de irrigación,
riachuelos de curso lento en valles, pozos, lagunas, represas
y canales de drenaje); por lo que se le pregunta al paciente
si se ha bañado o manipulado arena en lugares con las ca¬
racterísticas mencionadas, principalmente de la zona centro
norte costera: Dto. Federal, Edos. Miranda, Aragua,
Carabobo y Guárico (San Juan de los Morros) (Zona
endémica en Venezuela). También es importante señalar si
habían caracoles en dichas aguas, ya que el Biomphalaria
glabrata es el hospedador intermediario.
2.7. Amibiasis:
Es una enfermedad parasitaria producida por un pro-
tozoario (Entamoeba histolytica), de tipo alimentario o
por contaminación por vía oral, la cual produce cuadros
diarréicos y disentéricos (heces con moco y sangre) agudos
o crónicos, también puede ser asistomática; hay lesiones
extraintestinales principalmente a nivel de hígado (absceso
hepático) que pueden ser muy graves. A nivel del mecan¬
ismo de transmisión los factores que hay que interrogar son
la mala disposición de excretas, inadecuados hábitos
higiénicos, prácticas agropecuarias inadecuadas, mala dis¬
posición de basura (cría de moscas), condiciones de haci¬
namiento y promiscuidad y relaciones homosexuales.
2.8. Enfermedades de transmisión sexual:
Constituyen un grupo de enfermedades cuyos
agentes causales sólo son transmisibles por contacto direc¬
to; en general, tienen el tracto genital como único reservo-
rio y sobreviven mal fuera del cuerpo humano, como resul-
11
Antecedentes Patológicos Personales
tado de estas propiedades la transmisión ocurre sólo
durante el acto sexual, el embarazo o el parto. Están res¬
tringidas a personas sexualmente activas (usualmente ado¬
lescentes y adultos jóvenes entre 1 5 - 3 4 años), y neo¬
natos o infantes. Las mujeres son más susceptibles a la infec¬
ción y a desarrollar complicaciones. Últimamente, estas
enfermedades han sido reconocidas como principales causas
de morbilidad a largo plazo por su impacto en la salud
reproductiva, salud infantil, cáncer ano-genital y el adve¬
nimiento del SIDA. Existen más de 40 agentes microbianos
diferentes que pueden transmitirse sexualmente pero solo
una minoría tiene como vía única o dominante a la trans¬
misión sexual y son los que comentaremos a continuación.
2 . 8 . 1 . Sífilis o Lúes:
Enfermedad producida por el Treponema pallidum
cuyas manifestaciones son: lesión ulcerosa o chancro en ge¬
nitales externos u otro sitio de contacto sexual (primaria),
semanas después síntomas gripales, linfadenopatías genera¬
lizadas o rash máculo-papular no pruriginoso en tronco y
extremidades incluyendo palmas y plantas (secundarias) y
finalmente años después nodulos subcutáneos, manifesta¬
ciones cardiovasculares y neurológicas (terciaria). Se le pre¬
gunta al paciente si ha tenido úlceras genitales,- "cruces en
la sangre" que significa que han dado positivos los test
serológicos,- o si le han realizado el FTA (prueba de fluo¬
rescencia) en algún momento de su vida. Es indispensable
investigar factores de riesgo o infección por VIH debido a
que ambas afecciones se han ligado desde el punto de vista
epidemiológico, y en pacientes con infección por VIH se
pueden modificar las manifestaciones clínicas, de laborato¬
rio o la respuesta al tratamiento de las sífilis.
2.8.2. Blenorragia o Gonorrea:
El agente causal es la Neisseria gonorrhoeae, se
manifiesta en las mujeres: abundantes flujo vaginal amari¬
llento, dispareunia, metrorragia y molestia abdominal baja y
en el hombre: disuria y secreción escasa purulenta matutina
por el meato urinario. Se investigan en la mujer las carac¬
terísticas del flujo vaginal y en el hombre la presencia de
"gota matutina" (secreción amarillo cremoso que mancha la
ropa interior). Se precisa el número de episodios padeci¬
dos y el tratamiento recibido.
2.8.3. Infecciones por chlamidias:
Son producidas por Chlamidya trachomatis y han
cobrado especial importancia en las últimas 2 décadas por
su asociación con uretritis, infertilidad y embarazo ectópico.
La mayoría de las infecciones son asisntomáticas pero
pueden producir en el hombre: uretritis (disuria y secreción
abundante blanquesina o grisácea por la uretra) e infla¬
mación rectal (homosexuales pasivos); en la mujer: uretritis
(disuria y urgencia miccional), endocervicitis (flujo vaginal
mucopurulento) y enfermedad inflamatoria pelviana,- tam¬
bién se pueden manifestar como Linfogranuloma venéreo:
inflamación dolorosa unilateral de los ganglios inguinales que
se pueden fistulizar y supurar y lesión ulcerosa en la mucosa
de los genitales externos o del ano.
2.8.4. Chancroide:
Es la enfermedad ulcerosa genital más prevalente en
los países en vía de desarrollo y constituye un factor de ries¬
go para la transmisión del VIH. El agente causal es el
Haemophilus ducreyi y la presentación clínica son úlceras
de fondo necrótico, dolorosas en los genitales externos
acompañadas de adenopatías inguinales.
2.8.5. Herpes Genitales:
La infección por virus herpes simplex tipo 1 y tipo
2 ha aumentado notablemente en los últimos 20 años
probablemente como resultado del incremento en el número
de parejas sexuales y una actividad sexual más precoz.
Clínicamente se manifiesta por vesículas o pústulas que pro¬
gresan a úlceras, costras y luego sanan,- las lesiones son
bilaterales y se acompañan de dolor local severo y disuria y
se presentan, por lo general, en episodios recurrentes.
2.8.6. Infección por Virus Papiloma Humano:
Esta infección ha cobrado importancia en los últimos
años debido a la creciente evidencia de que el Virus
Papiloma Humano juega un papel en el desarrollo de neo-
plasias epiteliales tales como carcinoma de cuello y vulva en
la mujer y carcinoma de células escamosas de pene en el
hombre. El espectro de la enfermedad clínica en el tracto
genital se extiende desde infección latente, asintomática, a
las clásicas lesiones verrugosas conocidas como Condyloma
acuminatum, hasta el manifiesto carcinoma de superficies
epiteliales.
2.9. Otras enfermedades infecciosas:
2 . 9 . 1 . Fiebre tifoidea:
Enfermedad producida por la Salmonella typhi, al
ingerir agua o alimentos contaminados con excretas, pro¬
duciendo un síndrome febril prolongado, anorexia, consti¬
pación, malestar general y esplenomegalia. Generalmente es
una enfermedad epidémica. Se pregunta las características
de la curva febril, las condiciones sanitarias del domicilio y
trabajo y si hay otras personas cercanas con síntomas simi¬
lares.
2.9.2. Hepatitis Viral:
Puede ser causada por diversos tipos de virus: tipo
A (llamada también infeccioso o de corta incubación), tipo
Antecedentes Patológicos Personales
B ( sérico o de larga incubación), tipo C ( la mayor causa
de hepatitis post-transfusional) o tipo E (causa común de
epidemias en países desarrollados), los virus tipo Delta,
Epstein Barr y Citomegalovirus son menos frecuentes. La
enfermedad consiste en una inflamación de parénquima he¬
pático que conduce a una coloración amarrilenta de piel y
mucosa, oscurecimiento de la orina y aclaramiento de las
heces, acolia prurito generalizado y malestar general. La
transmisión de la enfermedad variará de acuerdo al tipo de
virus. Es importante investigar si: ha estado en contacto
con personas enfermas, ha ingerido alimentos crudos recien¬
temente, hábitos homosexuales (hepatitis A y E, contacto
fecal-oral); han habido transfusiones recientes o inyecciones
o contacto con material quirúrgico, inyección de drogas
endovenosas, exposición laboral a sangre o productos san¬
guíneos, hábitos sexuales y promiscuidad sexual (hepatitis B
y C, transmisión percutánea y sexual).
2.9.3. Mononucleosis infecciosa:
Agente causal es el virus de Epstein - Barr y se ca¬
racteriza por un síndrome febril, faringitis, linfoadenopatías,
postración, esplenomegalia y en el frotis de sangre periféri¬
ca linfocitosis mononuclear (presencia de linfocitos reac¬
tivos). El virus se encuentra en las secreciones orofaríngeas
y el beso es una de las formas de transmisión. Se investiga
este antecedente patológico para diferenciarlo de otras
patologías que producen síndromes similares (infección por
citomegalovirus, toxoplasmosis, hepatitis viral, leptospirosis,
rubéola, etc.) ya que deja inmunidad definitiva.
2.9.4. Leishmaniasis:
Son enfermedades producidas por protozoarios del
género Leishmania que parasitan al sistema fagocítico-
mononuclear. Desde el punto de vista médico pueden ser
divididas en: superficiales, presentando lesiones fundamen¬
talmente a nivel de tegumentos y profundas que dañan al
hígado, bazo y médula ósea del hospedador. Para su trans¬
misión ameritan la presencia de un insecto que actúa como
vector, la dispersión de la enfermedad esta estrechamente
relacionada con la distribución del insecto, hay que pre¬
guntar lugar de procedencia o residencias anteriores,- en
Venezuela las zonas endémicas son: valles del sistema mon¬
tañoso de la costa, depresión de Varacuy, zonas boscosas
de Turen, Algunas Zona Nororiental y Zona Amazónica
para la Leishmaniasis cutáneo-mucosa,- para el Kalazar exis¬
ten 3 focos: Central, que corresponde a Guárico-
Carabobo-Cojedes-Aragua, Occidental, entre los estados
Portuguesa-Lara-Trujillo y Oriental, en los estados Sucre,
Nueva Esparta y Anzoátegui.
3. ANTECEDENTES INMUNOALÉRGICOS:
3 . 1 . Vacunaciones:
Se pregunta a qué edad, cuántas dosis y la fecha de
administración de las siguientes vacunas y sueros: polio, dif¬
teria, tosferina y toxoide tetánico (DTP), gripe (influenza),
neumococo, hepatitis B, sarampión, BCG parotiditis,
usliana, rubéola y antiamarílica,- últimas pruebas de tuber-
culina u otras pruebas cutáneas,- tratamientos con antioxina
tetánica así como reacciones inusitadas a vacunaciones.
3.2. Reacciones Alérgicas:
Sobre todo farmacológicas (especialmente analgési¬
cos y antibióticos) pero también alérgenos ambientales y
alimentos. Asegúrese de verificar la respuesta "alérgica" del
paciente; Los síntomas de alergia (erupciones, prurito, ede¬
mas, anafilaxis) deben estar claramente indicados.
3.3. Enfermedades ¡nmunológicas:
3 . 3 . 1 . Asma Bronquial:
Enfermedad episódica de las vías aéreas caracteriza¬
da por aumento de la respuesta del árbol traqueobronquial
a múltiples estímulos,- que se manifiesta fisiológicamente por
un estrechamiento generalizado reversible del pasaje aéreo y
clínicamente por paroxismos de disnea, tos y sibilantes. Es
importante precisar la edad de comienzo de los síntomas,
los estímulos que los desencadenan y la severidad de las cri¬
sis (número de crisis al mes o al año, ingresos hospitalarios
y medicación requerida) así como la fecha de última crisis.
3.3.2. Otras enfermedades inmunológicas:
Se reportan antecedentes de atopias, enfermedades
autoinmunes, sarcoidosis, miastenia gravis, etc.
4. ANTECEDENTES GINECO-OBSTÉTRICOS:
Se pregunta la edad de la menarquia y la menopau¬
sia así como los síntomas de esta última,- cómo ha sido la
menstruación desde el desarrollo (días de duración y
secuencia de aparición) y la fecha de última regla. Se inves¬
tiga el número de embarazos y si hubo alguna complicación,-
el número y tipo de parto (vía vaginal, uso de fórceps o
cesárea) y complicaciones de los mismos; el número de
abortos y a qué edad gestacional ocurrieron. Estos datos
nos permiten orientarnos en patologías ginecológicas o rela¬
cionarlos con enfermedades infecciosas y hormonales que
pudieran influir en la gestación.
5. ANTECEDENTES QUIRÚRGICOS:
Todos los procedimientos quirúrgicos deben especi¬
ficarse: tipo de procedimiento, fecha, hospital y el nombre
del cirujano si es posible, complicaciones y secuelas de los
mismos.
13
Antecedentes Patológicos Personales
6. ANTECEDENTES TRAUMÁTICOS:
Heridas o accidentes graves, especificar la fecha y
tipo de lesión sufrida, complicaciones e incapacidades resul¬
tantes. En caso de traumatismo craneoencefálico preguntar
si hubo o no alteración de la consciencia, vómitos y si se
documentó la presencia de fracturas. Si el problema actual
tiene relación médicolegal con alguna lesión, documentarlo
de modo completo.
7. MEDICACIÓN:
Es indispensable averiguar todos los medicamentos
actuales o recientes, o aquellos que ingirió por un largo
período,- incluyendo la dosificación, vías y tiempo de
administración. No olvidar los remedios caseros ni los
medicamentos expendidos sin receta (preguntar específica¬
mente por: anticonceptivos orales, antigripales, analgésicos,
laxantes, antiácidos, vitaminas y minerales).
8. HÁBITOS PSICOBIOLÓGICOS:
8 . 1 . Alimentarios:
Se pregunta el número de comidas en 24 horas, así
como la cantidad de alimentos en cada comida intentando
cuantificarlas: abundante - 3, regular -2, escasa - 1 y ningu¬
na -0. Es importante precisar el tipo de alimentación según
su composición para darnos una ¡dea del estado nutricional
del paciente: se le pregunta cuántas veces al día, semana o
mes come carne, pollo, leche, huevos, pescado, harinas,
granos, frutas y verduras, y anotaremos si la dieta es a pre¬
dominio de proteínas, carbohidratos o grasas o si por el
contrario es balanceada: 5 5 % de Carbohidratos, 3 0 % de
proteínas y 1 5% de lípidos. Es necesario hacer notar dietas
especiales como por ejemplo vegetarianos estrictos porque
esto puede estar relacionado con ciertas anemias nutri-
cionales,- así como ingesta de café o té en exceso.
8.2. Tabáquicos:
Hay que determinar si el paciente fuma, la edad de
comienzo, el tipo de tabaco (negro, rubio, habanos, ciga¬
rrillos), el tiempo de consumo y la cantidad (esto se repor¬
ta como "paquete - año" que es el número de años que el
paciente fuma multiplicado por el número de paquetes por
día, ej. si el paciente ha fumado 40 cigarrillos al día durante
25 años, entonces habrá fumado: 40 cigarrillos x día = 2
paquetes,- 2 paquetes x 365 días = 7 3 0 paquetes,- 7 3 0
paquetes x 25 años = 1 8 . 2 5 0 paquetes/año). También
se debe determinar la forma de fumar: en boquilla, pipa o
con la candela hacia dentro de la boca, la cual tiene
relación con neoplasias de lengua y cavidad oral.
8.3. Alcohólicos:
El consumo y dependencia de alcohol debe hacerse
notar en la historia, precisando el tiempo de consumo
(desde qué edad toma alcohol); la frecuencia (cuántas
veces al día, semanas o mes toma),- el tipo de licor (ron,
caña blanca, cerveza, whisky) y la cantidad (por día o por
semana). Se debe determinar la interferencia con las activi¬
dades profesionales o sociales del paciente (si conduce
ebrio, si sufre amnesia de eventos mientras toma, si rechaza
o abusa de su familia, si ha dejado de asistir a su trabajo
como resultado del consumo de alcohol).
8.4. Drogas:
Si el paciente responde afirmativamente a la pregun¬
ta "¿ha consumido drogas alguna vez?", es importante
determinar el tipo de drogas, la ruta de administración, la
frecuencia y el tiempo de consumo. Se pregunta: el tipo de
drogas, la edad de comienzo, la cuál fue el período de
mayor consumo, cuál es el patrón de consumo actual, si ha
sido necesario incrementar la dosis para obtener el mismo
efecto, si ha intentado dejarlo, si ha convulsionado alguna
vez mientras consume, si presenta algún síntoma de absti¬
nencia cuando no las consume.
8.5. Ocupaciones:
Los antecedentes ocupacionales deben incluir:
descripción del trabajo habitual y del actual (si es dife¬
rente),- oficios o trabajos realizados/ condiciones y horas de
trabajo,- tensión física o mental,- duración del empleo;
exposición presente o pasada a condiciones de frío o calor,
tóxicos industriales ( especialmente plomo, arsénico, cromo,
amianto, berilio, gases tóxicos, benceno, cloruro de
polivinilo u otros agentes carcinógenos o teratogénos),- uso
de dispositivos protectores que requiere el desarrollo del
trabajo (lentes o mascarilla, etc).
8.6. Tipo de viviendas y residencias anteriores:
Se le pide al paciente que describa su vivienda actual
y las anteriores, haciendo énfasis en la disposición de excre¬
tas y de basura,- suministro de agua,- el tipo de construcción
(paredes, techos); la existencia de animales domésticos y
otros animales (ratas, insectos) que pudieran ser vectores
de enfermedades y el número de personas que habitan en
la casa para precisar condiciones de hacinamiento. Se le
pregunta sobre otras ciudades o países donde ha residido
o viajado el paciente y el tiempo de permanencia, para ori¬
entarnos sobre exposición a enfermedades contagiosas.
8.7. Sueño:
El patrón de sueño proporciona información acerca
de problemas psicológicos que pudiera presentar el
paciente. Se interroga a qué hora se acuesta,- cuántas horas
duerme,- si tiene problemas para dormirse (insomnio conci¬
liatorio) o si se levanta en medio de la noche y tiene pro-
Antecedentes Familiares
blemas para volverse a dormir (insomnio reconciliatorio);
tipo de sueño (diurno, nocturno o fraccionado) y si se le¬
vanta descansado o no.
8.8. Sexuales:
Cuando comentamos los antecedentes epidemiológi¬
cos hablamos de la importancia de precisar los hábitos se¬
xuales del paciente por su relación con una serie de enfer¬
medades ¡nfectocontagiosas; por otro lado, el vigor sexual
es un buen indicador de bienestar general. Se debe inves¬
tigar: preocupaciones en relación con las sensaciones y la
actividad sexuales,- frecuencia de relaciones sexuales,- capaci¬
dad para lograr el orgasmo,- cantidad y variedad de com¬
pañeros (del mismo sexo, del opuesto o de ambos). Se
deben, además, hacer preguntas directas acerca de sexo
oral o anal y si ha tenido contacto con individuos con
SIDA.
8.9. Actividad Física:
Se le pregunta el sujeto si realiza algún tipo de ejer¬
cicio, desde cuándo y la cantidad o duración por día.
8.10.Situación Personal:
Incluye preguntas acerca de: ambiente familiar
durante la juventud, educación, posición en la familia, esta¬
do civil, grado de satisfacción vital, aficiones, intereses,
causas de estrés, tensión, preferencias y creencias religiosas.
2.2. LOS ANTECEDENTES FAMILIARES
Constituyen aquella parte de la historia clínica en la
que se busca la presencia o ausencia de enfermedades fami¬
liares que tengan importancia para el diagnóstico de la
enfermedad actual o algún otro padecimiento concomitante,
o que influyan sobre la salud del paciente, o lo pongan en
riesgo de sufrir enfermedades en el futuro.
Las enfermedades o condiciones importantes
incluyen: a) aquellas que son francamente hereditarias,
como la anemia de células falciformes o dislipoproteinemias;
b) aquellas donde hay cierta "predisposición familiar" pero
la genética no es tan clara, como enfermedad arterial coro¬
naria o diabetes tipo 2; c) los "rasgos" familiares tales como
la talla baja,- d) enfermedades psiquiátricas o alcoholismo,
que no sólo pueden ser familiares, sino que afectan profun¬
damente el pasado y el presente del paciente y e) enfer¬
medades que sugieran exposición de los miembros de la
familia a agentes infecciosos o a tóxicos.
La palabra "familiar" por lo general se refiere a los
padres, hermanos e hijos del paciente (de primordial impor¬
tancia) y a los abuelos , primos, tíos y tías (de menor
importancia). El cónyuge es un interrogante vital de la fami¬
lia del enfermo, pero no tiene importancia alguna en lo que
a enfermedades familiares se refiere, siempre y cuando no
exista consanguinidad con otro miembro de la pareja.
El médico inicia con preguntas generales: "¿Hay
enfermedad importante que se haya presentado en su fami¬
lia?", "¿Algún familiar ha tenido los mismos síntomas que
usted tiene ahora?", "¿Qué me dice de sus padres, viven
todavía, sufren de algún problema médico?", "¿Sus
hijos?", "¿Hermanos?",- y después continúa con preguntas
muy específicas sobre enfermedades que suelen tener ten¬
dencias familiares como antecedentes de hipertensión car-
diopatía, cáncer, tuberculosis, accidentes cerebrovasculares,
diabetes, gota, patología renal, patología tiroidea, asma y
otras alteraciones de tipo alérgico, patología hemática,
enfermedades de transmisión sexual y enfermedades
psiquiátricas. Si algún miembro de la familia ha fallecido, se
debe registrar la edad y la causa de la muerte.
Un diagrama genealógico suele ser útil para registrar
este tipo de información y para realizarlo se utiliza determi¬
nados símbolos:
Fig. 2.2.1.
Hacia el lado izquierdo se coloca la línea paterna y
hacia el derecho la línea materna, en números romanos se
colocan las generaciones; un ejemplo:
Fig. 2.2.2.
Revisión por aparatos y sistemas
2.3. REVISIÓN POR APARATOS
Y SISTEMAS
La función del interrogatorio por aparatos y sistemas
es descubrir otro problema médico activo que puede o no
estar influyendo o estar relacionado con los motivos por los
que el paciente vino a la consulta. Por otro lado, revisando
en forma ordenada una lista de posibles síntomas, el médi¬
co puede chequear específicamente cada sistema y des¬
cubrir manifestaciones adicionales de una enfermedad aún
no discutida por el paciente.
Para conducir un buen interrogatorio por aparatos y
sistemas se recomienda: a) primero pregunte por problemas
generales sobre cada aparato, ej. "¿Tiene algún problema
en los ojos?", y después enfoque sus preguntas hacia los
detalles de los síntomas que sí tiene (positivos pertinentes),
para reinterrogar, por último, sobre los síntomas que no
están presentes pero que podrían estar relacionados con la
enfermedad actual (negativos pertinentes); b) para cada
resultado afirmativo se debe obtener suficientes detalles
como para valorar si son síntomas significativos o sin impor¬
tancia, por regla general, su importancia estará en relación a
la intensidad y duración y c) los términos ambiguos como
"indigestión", "fatiga" o "problemas intestinales" deben
definirse con mucha mayor precisión.
Si la información obtenida en el interrogatorio por
aparatos y sistemas ha sido descrita en la historia de la
enfermedad actual, es correcto indicar "ver enfermedad
actual".
Las preguntas deben ser hechas de manera que el
paciente pueda entenderlas y se deben organizar desde la
cabeza a las extremidades.
Síntomas generales:
• Fiebre:
Fecha de comienzo, si se ha medido (oral, rectal),
evolución, horario, concomitantes y atenuantes.
• Escalofríos
• Peso:
Peso habitual, peso actual, cambios y en cuánto
tiempo ocurrieron, modificaciones en la dieta.
• Debilidad o Fatiga
• Sudoración nocturna
• Intolerancia al frío o al calor
• Tendencia al sangrado
Piel, pelo y uñas:
• Erupción y urticaria
• Prurito ( picazón):
Localizado o generalizado, con qué se relaciona
(tópicos, alimentos, temperatura ambiental, ropas), horario
(diurno, nocturno, continuo y evolución).
• Cambios en la pigmentación:
Manchas en la piel, ictericia ( coloración amarillenta
de piel y mucosas), cianosis ( coloración azulada de labios
o lecho ungueal).
• Aparición de tumoraciones y lunares
• Cambios en la apariencia de lunares ya exis¬
tentes
• Cambios en la textura de piel, cabello o
uñas
• Caída o fragilidad en el cabello
• Crecimiento anómalo de uñas o pelo (hir-
sutismo)
• Edema (hinchazón o aumento de volumen):
Describir el sitio, horario de aparición, si se acom¬
paña de calor o enrojecimiento y variaciones posicionales.
Cabeza:
ii Cefalea:
Frecuentes o inusuales, localización, carácter, intensi¬
dad, horario, desencadenantes, atenuantes, concomitantes
y evolución.
• Mareos o vértigos (sensación de movimiento
del entorno o del paciente)
• Síncope:
Pérdida brusca de la consciencia, duración (momen¬
tánea o prolongada).
Ojos:
• Agudeza visual:
Hipermetropía (no ve bien de cerca); miopía (no ve
bien de lejos); daltonismo (no diferencia el color rojo del
color verde),- amaurosis (ceguera); escotomas (defecto en
el campo visual); cambios recientes en la calidad de la
visión o en el aspecto de los contemplados y uso de lentes
(Convencionales o de contacto, quién y cuándo se los
indicó, tipo de corrección).
j Diplopía (visión doble)
• Epífora (lagrimeo excesivo)
• Escotomas centellantes (visión de estrellas,
luces o puntos de colores brillantes
• Fotobia
Dolor o molestia cuando mira a la luz
• Secreción serosa o purulenta
Oídos:
• Agudeza auditiva:
Acusia (sordera); Hipoacusia (disminución de la
agudeza auditiva); uso de dispositivos de ayuda.
16
iratos v sistemas
• Tinitus:
Oir silbatos o pitos, campanillas, sensación de cho¬
rro de agua, unilateral o bilateral, nocturno o continuo.
a Secreción:
Otorrea (purulenta) otorraquia (sanguinolenta),
otolicorraquia (líquido cefalorraquídeo).
ti Mareos o vértigo:
Si las cosas dan vuelta alrededor de la persona o la
persona siente inestabilidad o desequilibrio, si hay tenden¬
cia a la caída, si se relaciona con cambios de posición de la
cabeza o del cuello, o si son estereotipados.
Nariz:
• Anosmia:
No distingue los olores,- hiposmia: agudeza olfativa
disminuida.
• Epistaxis:
Hemorragia nasal, uni o bilateral, anterior o posterior
• Rinorrea:
Secreción nasal acuosa, mucosa o mucopurulenta.
• Sinusitis:
Infección de senos paranasales, dolor en la cara,
descargas posteronasales.
» Obstrucciones nasales o prurito nasal
Boca y Garganta:
o Condición de los dientes:
Presencia de caries, desdentado parcial o total, uso
de prótesis dental totales o parciales.
• Condiciones de las encías:
Gingivorragia: sangrado por las encías.
• Alteraciones en la lengua:
Dolor o ardor. Disgeusia: alteraciones del gusto
• Ulceraciones en la mucosa oral (llagas)
• Disfonía
Cambio en el tono de voz
• Afonía
Pérdida o disminución de la voz
• Odinofagia
Dolor para tragar
• Disfagia
Dificultad para tragar, líquidos o sólidos.
• Halitosis
Presencia de mal aliento
Cuello:
• Dolor a la movilización,
• Aumento de volumen
• Presencia de bocio,
• Latidos
• Inflamación
• Adenomegalias
Tórax y pulmones:
• Dolores relacionados con la respiración
• Tos:
Seca, húmeda o productiva,- diurna, continua o noc¬
turna,- reciente o crónica
• Producción de esputo o expectoración:
Cantidad, color, tiempo de evolución,- hemoptisis:
expectoración sanguinolenta, hemoptoica: expectoración
con estrías de sangre.
• Disnea:
Difucultad para respirar, se describe su inicio,
relación con el ejercicio o si se agrava con él (progresiva de
esfuerzo), si empeora con ciertas posiciones,- en decúbito
dorsal (ortopnea) o en decúbito lateral (trepopnea), si
aparece bruscamente durante el sueño (disnea paroxística
nocturna).
Corazón y Vasos:
• Dolor o molestia toráxicas:
Aparición, irradiación, carácter, intensidad,
duración, desencadenates, agravantes, atenuantes y con¬
comitantes.
• Palpitaciones (sensación de latidos cardía¬
cos anormales) :
Aparición, frecuencia, ritmo, desencadenantes, ate¬
nuantes y duración.
• Claudicación intermitente:
Dolor en miembros inferiores al caminar que se alivia
con el reposo y se debe a insuficiencia vascular periférica.
• Aumento de volumen o frialdad en los
miembros inferiores:
• Presencia de dilataciones venosa y ulcera¬
ciones
Tracto gastrointestinal:
• Hábito intestinal en 24 horas y característi¬
ca de las heces:
Color, cantidad y consistencia, cambios en el cali¬
bre. Presencia de diarrea o constipación.
¡i Disentería (heces con moco y sangre)
• Melena (heces de color negro y consistencia
disminuida - sangre digerida)
• Rectorragia (expulsión de sangre roja, ruti¬
lante por el recto)
w Apetito:
Anorexia: ausencia de apetito, hiporexia: disminu¬
ción del apetito.
• Digestión:
Intolerancia alimentaria (grasas, ácidos, granos,
condimentos); acidez, pirosis (ardor retroesternal), o dolor
epigástrico,- flatulencia (expulsión de gases por el recto);
meteorismo (sensación y movilización de intestino).
17
Revisión por aparatos y sistemas
• Nauseas y vómitos:
Forma de comienzo, número, contenido, cantidad.
Hematesis (vómito de sangre).
« Dolor rectal - hemorroides:
Várices en la mucosa rectal y ano, puede ser
dolorosa y sangrar,- secreciones rectales.
Aparato genitourinario:
• Ritmo miccional, frecuencia, cantidad:
Poliurina (aumento de volumen urinario), oliguria
(volumen urinario menor de 4 0 0 ce en 24 horas), anuaria
(ausencia de orina), nicturia (aumento de la frecuencia uri¬
naria durante la noche), poloquiuria (aumento de la fre¬
cuencia miccional).
• Características de la orina, color, olor, cali¬
bre del chorro urinario:
Hematuria (presencia de sangre en la orina), coluri-
na (presencia de pigmentos biliares en la orina).
Tenesmo vesical: deseos continuos de orinar,- disuria:
dolor o ardor al orinar,- retención urinaria: imposibilidad
para la micción,- incontinencia urinaria: emisión involuntaria
de orina,- enuresis: emisión involuntaria de orina cuando está
dormido.
• Ginecológicos:
Trastornos en la menstruación, fecha de la última
menstruación. Amenorrea: ausencia de menstrución,-
oligomenorrea: ciclos menstruales muy largos,- polimenorrea:
ciclos menstruales cortos, aumenta el número de menstrua¬
ciones,- hipermenorrea: menstruaciones con aumento de la
cantidad,- menometrorragia: menstruaciones con aumento de
la cantidad y aumento del número de días,- metrorragia: san¬
grado genital intermenstrual. Dismenorrea: menstruaciones
muy dolorosas. Dispareunia: dolor durante el acto sexual.
Musculoesquelético:
• Sistema óseo, muscular y arterial:
Debilidad muscular (paresia),- dolor muscular (mial-
gia),- rigidez muscular,- disminución del volumen muscular
(atrofia); calambres musculares; dolor articular (artralgia);
signos de inflamación articular (artritis); rigidez articular,- li¬
mitación o pérdida de la movilidad articular (anquilosis);
degeneración articular (artrosis),- deformidad articular.
Neurológico:
• Síncopes:
Convulsiones (características, frecuencia, tratamiento).
Musculoesquelético:
• Parálisis:
Anomalías sensoriales o de coordinación muscular
(reposo de actitud, intencional)
• Pérdida de la memoria (reciente, pasada)
• Nerviosismo
• Inestabilidad de la marcha
• Desorientación (persona, tiempo y espacio)
• Cambios en el carácter y desórdenes
psiquiátricos
• Alteraciones del lenguaje y hemiferio do¬
minante.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Brooks, Stewart M., y cois.: Handbook of infections Disease. First edition. Little Brown
and Company. Boston, 1980.
2. Burside, John W.: Semiología. Editorial Médica Panamericana. Argentina, 1977.
3. Cossio y Padilla: Semiología general. Tomo I, Buenos Aires, 1959.
4. Lenette Spanding: Truant manual of clinícal microbrology. 2nd. Edition. American
Socíety for Microbiology, 1974.
5. Lovell RRH y Doyle H.E.: Introducción a la medicina clínica. Ediciones Toray. España,
1962.
Ó. Major Ralph: Propedéutica médica Editorial Interamericana, S.A. México, 1962.
7. Stein, Jay H.: Medicina interna. Mosby. Madrid. 1998
8. Suros: Semiología médica y técnica exploratoria. Masón Salvat. Barcelona 1987
9. Voshikawe, Thomas and col.: Infectious disease diagnosis and management. Houghton
Mifflin professional Publisher Medical División. Boston, 1980.
10. El control de las enfermedades transmisibles en el hombre. Organización Panamericana de
la Salud. Washinton. D.C. 10° edición 1965.
18
Dra. Ana M. Bajo - Dra. Tania Bustos O. Dr. Carlos Ibarra- Dr. José F. Oletta
Signos Vitales
LA TENSIÓN ARTERIAL SISTEMICA
La tensión arterial sistémica, conjuntamente con el
pulso, la temperatura, la respiración, la talla y el peso, cons¬
tituyen los signos vitales del paciente,- signos éstos que
siempre deben guiar al médico cuando se encuentra frente
a un paciente.
La tensión arterial sistémica puede ser medida indi¬
rectamente por medio de un aparato denominado esfigmo-
manómetro o tensiómetro, el cual —utilizado adecuada¬
mente— proporciona valores que resultan ser signos impor¬
tantes del estado de salud o enfermedad de las arterias.
Ahora bien, antes de describir la forma en que se
obtiene esta medición indirecta de la tensión arterial sistémi¬
ca, es necesario hacer un breve recuento sobre los siguientes
aspectos: ¿qué es la tensión o presión arterial sistémica?,-
¿cuáles son los factores que regulan la tensión arterial
sistémica?, y ¿cuáles son los valores normales de la tensión
arterial sistémica?.
Cuando la sangre es impulsada por el corazón,
distiende las arterias y crea presión en el sistema arterial, y
—como consecuencia— la sangre circula por la aorta, llega
a los vasos periféricos y retorna a la aurícula derecha.
La presión que se crea dentro de las arterias
depende de la relación que existe entre el flujo por minuto
que es bombeado por el corazón (el gasto cardíaco) y la
resistencia que los vasos periféricos ofrecen al ser distendi¬
dos, llamada resistencia periférica.
Puede decirse, entonces, que la presión arterial es
igual al gasto cardíaco expresado en flujo por minuto, mul¬
tiplicado por la resistencia periférica.
P = F x R
Como el corazón es una bomba pulsátil, la sangre
que penetra en las arterias, lo hace de una manera intermi¬
tente y causa los pulsos de presión.
Tensión arterial sistólica:
Cuando el pulso de presión en el sistema arterial es
máximo, se crea la llamada presión sistólica o máxima, que
depende de la expulsión de sangre del ventrículo izquierdo
hacia la aorta y de la elasticidad de las arterias.
Tensión arterial diastólica:
Cuando la presión del pulso arterial es mínima, se
genera la tensión arterial diastólica o mínima, la cual
depende de la resistencia periférica y de la frecuencia
cardíaca.
Factores que regulan la presión arterial sistémica:
Tanto el gasto cardíaco como la resistencia periférica
están influenciados por otros factores, entre los cuales
están: la contractilidad miocárdica, la fuerza del volumen de
eyección, el radio arteriolar y la capacidad de distensión
arterial.
Valores normales de tensión arterial sistólica: No
existe un valor único de tensión arterial sistólica. En condi¬
ciones normales, las cifras de tensión arterial son:
*Que no toman drogas antihipertensivas o que no están agudamente enfermos. Cuando las presiones
sistólica y diastólica caen en diferentes categorías, se debe seleccionar ía categoría más dita para clasi¬
ficar el estado de la presión arterial del individuo. Por ejemplo: 1 6 0 / 9 2 debe clasificarse como
Estadio 2, y 1 8 0 / 1 2 0 debe clasificarse como Estadio 4. La hipertensión sistólica aislada ( H S A )
se define como PAS > 1 40 mm Hg y PAD < 90 mm Hg y se clasifica en el estadio apropiado
(por ejemplo: 1 7 0 / 8 5 mm Hg se define como H S A Estadio 2).
+ La presión arterial óptima con respecto al riesgo cardiovascular es PAS < 1 20 mm Hg y PAD
< 80 mm Hg. Sin embargo, las lecturas inusualmente bajas deben evaluarse en busca de su signifi¬
cación clínica.
* * Basada en el promedio de dos o más lecturas tomadas en cada una de dos o más consultas
después de uns toma inicial.
Nota: Además de la clasificación de los estadios de la hipertensión en base a los niveles promedio
de presión arterial, los médicos deben especificar la presencia o ausencia de enfermedad en órganos
blanco y otros factores de riesgo. Por ejemplo, un paciente que padezca diabetes y tenga una pre¬
sión arterial de 1 4 2 / 9 4 mm Hg más hipertrofia ventricular izquierda, debe clasificarse como
"Hipertensión Estadio 1 con enfermedad en un órgano blanco (hipertrofia ventricular izquierda) y
con otro factor de riesgo importante (diabetes)". El ser específico es importante para ía clasificación
del riesgo y el manejo de la condición.
* V Informe del Comité Nacional Conjunto sobre Detección, Evaluación y
Tratamiento de la Hipertensión Arterial. Arch. Intern. Med. 1993; 153:154.
19
Examen Físico
Signos Vitales
Hay factores como la edad, el ejercicio, el sexo, la
constitución física, el sueño, y diversos estados emo¬
cionales, que suelen modificar la tensión arterial.
Se ha observado que en la medida en que un indi¬
viduo aumenta en años, sus cifras de tensión arterial
descienden. Así mismo, determinaciones en el momento del
nacimiento dan valores de 80/45 mmHg, cifras éstas que
se obtienen con mangos del esfigmomanómetro de 6 cm de
ancho. Y a los 4 años, los valores de tensión arterial sistémi-
ca están alrededor de 90/45 mmHg.
En adultos jóvenes normales se han encontrado va¬
lores menores de 1 4 0 / 9 0 mmHg. En los adultos maduros,
las cifras no deben pasar de 1 4 0 / 9 0 mmHg. Y alrededor
de los 50-60 años, la presión arterial sistólica puede
ascender a 1 60 mmHg, en tanto que la presión diastólica
debe mantenerse en 90 mmHg. En cambio, los ancianos
mayores de 70 años pueden presentar una disminución de
la presión arterial sistólica, lo cual ha sido atribuido a una
disminución progresiva de la eficiencia cardíaca.
Se considera que la presión arterial sistólica prome¬
dio en el hombre es ligeramente mayor que en la mujer de
la misma edad.
Con el ejercicio físico, la presión arterial sistólica
sube rápidamente al comienzo de la actividad, para descen¬
der poco tiempo después y mantenerse en un nivel supe¬
rior al normal. En estas modificaciones influyen el tipo y la
intensidad del ejercicio, así como el entrenamiento del suje¬
to. Es posible que en algunos obesos sin afecciones orgáni¬
cas, la cifra de presión arterial sistémica sea ligeramente
superior a los valores considerados como normales para ese
grupo de edad y para ese sexo.
Durante el sueño tranquilo hay un descenso de la
presión arterial sistólica entre 1 5 y 30 mmHg, y de la pre¬
sión arterial diastólica entre 5 y 10 mmHg.
El estrés emocional, la angustia y el miedo provocan
una discreta elevación de las cifras de presión arterial sistóli¬
ca, regresando a lo normal al ceder la situación.
Para calcular las cifras de tensión arterial existen reglas
y tablas adaptadas a la edad y al sexo. Algunos autores
proponen que la presión arterial sistólica normal de un adul¬
to expresada en mmHg sería igual a 100 más la edad en
años, haciendo la salvedad de que por encima de los 50
años, cifras superiores a 1 50 mmHg son algo elevadas.
PAS = 1 00 + edad en años
Para la presión arterial diastólica no hay patrón
categórico,- sin embargo, se acepta que su valor es igual a la
mitad de la presión sistólica, más o menos 1 0 a 20 mmHg.
En general, se aceptan como cifras normales de pre¬
sión arterial sistémica en adultos mayores de 25 años, aque¬
llos valores comprendidos entre 90 y 1 40 mmHg para la
presión sistólica, y entre 60 y 90 mmHg para la presión
diastólica.
El médico debe señalar, además, las condiciones en
las cuales se encontraba el paciente al hacer la medición de
la tensión arterial sistémica, porque puede ser de gran uti¬
lidad la cifra obtenida.
REQUISITOS PARA MEDIR
LA PRESIÓN ARTERIAL
Para llevar a cabo la medición de la presión arterial,
es importante cumplir con ciertas condiciones referentes a
los aparatos que se van a emplear, al paciente y al ambiente
en el que se efectúa la medición.
Con respecto al esfigmomanómetro, debe tomarse
en cuenta que el brazalete sea 20 por ciento más ancho
que el diámetro de la extremidad; así como que la bolsa
inflable y las conexiones no estén acodadas, desplazadas o
rotas, ni produzcan roces entre ellas. Y con respecto al
estetoscopio, debe observarse que esté en perfectas condi¬
ciones, y hacerse uso de la membrana.
En relación con el paciente, es necesario que éste
mantenga totalmente desnuda la extremidad sobre la cual se
tomará la presión arterial sistémica. Además, el paciente
deberá estar sentado, acostado o de pie, y su tensión
deberá tomarse en ambos miembros.
Finalmente, es de suma importancia que esta
medición se realice en un ambiente tranquilo, después de
que el paciente adquiera cierta confianza con el médico,
para lo cual se aconseja tomar la presión arterial sistémica al
comenzar y al finalizar el examen físico. Nunca deberá
tomarse después de haber hecho ejercicio, o de una
situación de estrés emocional, pues los valores no serán
confiables.
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Semiología wuani

  • 1. Editores Acerca de los Autores Jefe de Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica "B". Escuela de Medicina Vargas. Facultad de Medicina. UCV. Caracas. Profesor Agregado. Doctor en Ciencias Médicas. Médico Internista y Hematólogo. Dr. Rafael Muci-Mendoza Profesor Asociado. Doctor en Ciencias Médicas. Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina. Médico Internista y Neuro-Oftalmólogo. Dr. José F. Oletta L. Profesor Agregado. Ex Ministro de Sanidad y Asistencia Social. Ex Director de la Escuela de Medicina Vargas. Facultad de Medicina. UCV. Caracas. Médico Internista. Colaboradores Dr. Rafael Vargas Arenas Dr. Luis Chacin Profesor Asociado. PHD en Nefropatología. Profesor Asistente. Médico Internista y Diabetólogo Dr. Rafael Ángel Barreto Ex Profesor Agregado. Médico Internista y Reumatólogo. Dra. Ana M. Bajo García Jefe de Cátedra de Clínica Médica y Terapéutica "C". Escuela de Medicina Vargas. Facultad de Medicina. UCV. Caracas. Profesor Agregado. Dr. Fernando Mendoza O. Profesor Asistente. Cátedra de Clínica Quirúrgica "A". Escuela de Medicina Vargas. Facultad de Medicina. UCV. Caracas. Dr. Luis López Gómez Profesor Asistente. Médico Internista. Cardiólogo. Dra. Vivian Sukerman Profesor Asistente. Médico Internista y Cardiólogo. Dr. Carlos Ibarra Ex Profesor Instructor. Médico Internista. Dra. Josefa de Vegas Ex Profesora Instructora. Dr. Julio Morillo Ex Profesor Asistente. Patólogo Clínico. Dr. Carlos Schneider Lie. Sonia de Celis Lie. Consuelo B. Medina Profesor Asistente. Médico Internista y Neurólogo. Bioanalista. Bioanalista. Dr. Hermán Wuani E.
  • 2. ÍNDICE Capítulo 1. La Relación Médico Paciente 1 - Examen de rutina del ojo 37 1 . 1 . Historia Clínica 1 -Anamnesis 37 - Manera de realizar la historia clínica 1 - Historia Familiar 37 - Técnica del interrogatorio 1 - Antecedentes Ocupacionales 37 1.2. Etapas que deben cumplirse en el -Anamnesis Remota 37 Interrogatorio 3 -Examen ocular rutinario 41 Encabezamiento 3 Capítulo 7. Examen Físico. Examen del - Datos de filiación 3 Fondo de Ojo 74 - Motivo de la consulta 4 - Exploración del fondo de ojo - Enfermedad actual 5 mediante la oftalmoscopia directa 74 -Descripción del oftalmoscopio directo 7 5 Capítulo 2. Antecedentes 8 -Técnica de la oftalmoscopia directa 76 2 . 1 . Los Antecedentes Patológicos - Características Generales del Personales 8 fondo de ojo normal 81 - Antecedentes médicos 9 - Documentación gráfica de los hallazgos - Antecedentes epidemiológicos 10 oftalmoscópicos 87 -Antecedentes inmunoalérgicos 13 -Alteraciones patológicas del fondo ocular 89 - Antecedentes gineco-obstétricos 13 - Cambios arteriolares 94 - Antecedentes quirúrgicos 1 3 - Partículas intraluminales arteriolares 94 - Antecedentes traumáticos 14 - Otros cambios 94 -Medicación 14 - Retinopatía hipertensiva 95 - Hábitos Psicobiológicos 14 - Retinopatía diabética 95 2.2. Los Antecedentes Familiares 15 Capítulo 8. Examen Físico. Examen de la 2 . 3 . Revisión por Aparatos y Sistemas 16 Nariz y de los Senos Paranasales 1 0 0 - Métodos e instrumentos de exploración TOO Capítulo 3. Examen Físico Signos Vitales 19 - Técnicas de exploración 100 -La tensión arterial sistémica 19 - Alteraciones más frecuentes - Requisitos para medir la tensión arterial 20 de la nariz y de los senos paranasales 103 -Técnica para medir la tensión arterial 21 -Glosario 104 -Bases físicas del efigmonómetro 21 Capítulo 9. Examen Físico. Examen de la - Forma de registrar la Boca y la Garganta 106 presión arterial'sistémica 21 - Métodos de Exploración 106 - Peso 21 " Requisitos para realizar la exploración 106 -Talla 22 -Exploración clínica bucofaríngea 107 -Temperatura 22 Capítulo 1 0 . Examen Físico. Examen del Capítulo 4. Examen Físico. Exploración de Oído 114 la Piel y sus Anexos 24 - Exploración del oído 1 1 4 -Exploración de la piel y sus Capítulo 1 1. Examen Físico. Examen del estructuras anexas 24 Cuello 118 -Características de la piel y sus anexos 24 " lecnica 118 - Técnicas de exploración 2 5 - Técnica de palpación -Inspección 26 de la glándula tiroides 119 -Palpación 27 -Auscultación 120 - Resultados anormales 28 Capítulo 1 2 . Examen Físico. Examen - Lesiones elementales de la piel 30 General del Tórax 121 - Lesiones primarias 31 - Examen pulmonar 121 - Lesiones secundarias 31 -Inspección 121 Capítulo 5. Examen Físico. Examen de la - Puntos y líneas de referencia 121 Cabeza 3 3 -Proyección de las cisuras 122 - Métodos de Exploración 33 - Técnica Exploratoria 123 - Requisitos para realizar la exploración -Aspectos que serán objetivos del examen 123 de la cabeza 33 -Palpación 125 - Exploración clínica de la cabeza 33 - Distribución metamérica del tórax 126 - Algunas anomalías craneales 34 - Condiciones de la exploración 126 Capítulo 6. Examen Físico. Examen general -Percusión 130 de los Ojos 36 -Condiciones de la exploración 130 - La exploración semiótica del ojo -Aspectos que serán objeto del examen 131 y sus anexos 36 -Percusión diafragmática 132
  • 3. -Algunos hallazgos anormales 132 - Auscultación 132 -Condiciones de la exploración 133 -Aspectos que serán objeto del examen 133 -Manifestaciones extrapulmonares 137 Capítulo 1 3 . Examen Físico. Examen de Mamas y Axilas 139 -Metodología 139 Capítulo 14. Examen Físico. Examen Cardiovascular 146 - Pulso arterial 1 46 - Pulso venosa 1 50 - Presión Venosa 153 - Inspección, palpación y percusión del corazón 155 - Auscultación del corazón 161 - Los soplos cardíacos 1 67 Capítulo 1 5 . Examen Físico. Examen del Abdomen 172 Abdomen Genera! 172 -Anatomía y topografía 172 - Técnicas generales de la exploración abdominal 174 - Puntos dolorosos abdominales 177 -Percusión abdominal 177 -Auscultación abdonimal 179 - Exploración del hígado 179 - Exploración del bazo 1 82 - Exploración de colon 1 85 - Exploración del estómago 1 87 - Exploración de ascitis 1 88 Capítulo 1 6 . Examen Físico. Examen de la Región Inguinocrural 190 - Hernias Inguinales y crurales 1 90 -Síntomas de las hernias 191 -Hernia Inguinal 191 Capítulo 1 7 . Examen Físico. Examen del Riñon y de las Vías Urinarias 196 - Guía esquemática de la exploración semiótica del riñon y de las vías urinarias 1 96 Capítulo 1 8 . Examen Físico. Examen del Aparato Genital Femenino 214 - Inspección 215 - Palpación 216 Capítulo 1 9 . Examen Físico 222 Examen del Aparato Genita! Masculino 222 -Técnica 222 Capítulo 2 0 . Examen Físico. Examen del Periné ano y recto 227 - Exploración del ano y del recto 227 Capítulo 2 1 . Examen Físico. Examen neurológico 2 3 4 -Exploración de los nervios craneales 237 - Primer (I) nervio: olfatorio 237 -Segundo (II) nervio: óptico 238 - Tercero (III), cuarto (IV) y sexto (VI) nervios: Motor ocular común, patético y motor ocular eterno 240 - Método o Técnica de Exploración de la pupila y sus reflejos 242 - Quinto (V) nervio: trigémino 248 -Séptimo (Vil) nervio: facial 251 - Octavo (VIII) nervio: auditivo/ acústico/ vestibulococlear 254 - Noveno (IX) y Décimo (X) nervios: glosofaríngeo y neumogástrico (Vago) 257 - Undécimo (XI): nervio: Espinal 259 - Duodécimo (XII) nervio: hiposloso 260 -Exploración motora 261 - Trofismo 261 - Tono muscular 263 - Fuerza muscular y motilidad voluntaria 266 - Motilidad involuntaria 273 -Reflejos 27 7 - Postura y Marcha 2 80 - Exploración de la sensibilidad 284 -Síntomas sensitivos 286 -Exploración Sensitiva 286 - Taxia o coordinación motora 292 - El lenguaje y sus trastornos 296 - Praxia 299 - Estado de consciencia 300 Capítulo 2 2 . Examen Físico. Examen del aparato locomotor 307 - Historia Clínica 307 - Examen Físico 307 - Técnica de exploración específica por regiones 308 Capítulo 23.Técnicas Exploratorias Especiales 3 1 7 - Punción lumbar 317 - Toracentesis 319 - Paracentesis 320 - Artrocentesis 322 - Punción aspiración de médula ósea 323 - Radiografía de toráx 325 - Radiografía del abdomen 332 - Electrocardiografía 333 - Determinaciones de la presión venosa central 337 -Cateterización de la vena subclavia 339 - Cateterización de la vena yugular interna 340 - Espirometría 3 40 - Gammagrafía 342 - Ecosonografía 344 -Topografía computada 347 - Biopsia hepática por aspiración 3 50 - Urografía de eliminación 351 - Riñes Valcardi 353 Capítulo 24.Tabla de valores normales de exámenes de laboratorio 3 5 7 5 . 1 . Tabla de valores normales de exámenes de laboratorio 3 57 Apéndice 3 6 8
  • 4. Carlos A. Moros Ghersi Prólogo a la segunda edición Cuando tuve el honor de escribir el Prólogo a la primera edición del "Texto de Semiología Médica", libro editado por la Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica "B" de la Escuela Vargas, Universidad Central de Venezuela, expresé en la parte final lo siguiente: "El mejor reconocimiento de un libro como el presentado será su utilización, como estoy seguro así será, como instrumento de aprendizaje en todas las universidades de nuestra nación". El hecho de que esté prologando la segunda edición, indica que ese deseo se hizo realidad, pues solamente cuando un libro es requerido con la debida frecuencia por la gente interesada, los autores se sienten motivados y se dedican a actualizarlo y perfeccionarlo para que siga dando los frutos que evidentemente generó en su apari¬ ción. Este reconocimiento cobra un valor trascendente, si se toma en cuenta que la materia objeto del libro, atañe a la enseñanza primordial que el alumno recibe en el inicio del aprendizaje clínico, en tercer año, y que en con¬ secuencia los contenidos del texto configuran el encuentro del estudiante de medicina con las bases esenciales de la Clínica Médica (la cual de acuerdo con el famoso clínico G. Viola, está principalmente representada por la Medicina Interna), de importancia capital en la práctica médica, por su cualidad de constituir una disciplina con capacidad para atender en toda su integridad a la persona sana y enferma. Debe ser motivo de gran satisfacción para los autores que la demanda del libro que ha propiciado la segun¬ da edición, sea obviamente la consecuencia de transmitir en forma adecuada y didáctica, esos conocimientos, de tan relevante significación en la formación del médico. Para quienes sentimos profundo orgullo por nuestra pertenencia al Hospital "Vargas" de Caracas y a la, Universidad Central de Venezuela, UCV constituye una gran complacencia que el grupo médico que se ha dedicado con ahínco a esta tarea de producir un texto de enseñanza clínica de las características señaladas pertenezca a dichas instituciones. Acontecimientos como el descrito, ratifican una vez más el espíritu de creatividad, de renovación y de lucha y la permanente disponibilidad a la asistencia, la docencia y la investigación que ha existido siempre en esos orga¬ nismos que llevó, entre otras acciones importantes en el pasado, a la creación de las Cátedras Clínicas de la Universidad Central en el Hospital Vargas en 1 895. El texto de Semiología Médica que tengo el honor de presentar por segunda vez, es por otra parte, la expresión de la continuidad de la obra de la Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica "B" de nuestra Escuela Vargas, la cual sin duda alguna mantiene un elevado nivel en lo que se refiere a sus actividades de asistencia a los enfermos, de atención docente y de creación de conocimientos que la colocan en un descollante puesto de van¬ guardia en la enseñanza de la Clínica en Venezuela. Por estas razones se ha convertido en un orgullo para el Departamento de Medicina del Hospital y de la UCV.
  • 5. La Cátedra es también, la obra de Hermán Wuani, gran maestro en toda la amplitud de la palabra, y de todos los médicos docentes que la integran, quienes se han destacado por su trabajo, productividad, rendimien¬ to y además por la calidad y excelencia de sus realizaciones. Estoy seguro de que esta nueva edición del texto de Semiología Médica será tan utilizada o más que la primera, por quienes buscan el conocimiento como agente esencial viable y pertinente en el progreso de la me¬ dicina.
  • 6. La Relación Médico Paciente Dr. Hermán Wuani 1.1. HISTORIA CLÍNICA MANERA DE REALIZAR LA HISTORIA CLÍNICA La historia clínica se inicia desde el momento en que el médico saluda al paciente para iniciar la entrevista, la cual se lleva a cabo a través del interrogatorio, la anamnesis o el diálogo, y comprende ciertas técnicas y etapas, que con¬ sideraremos a continuación. Antes de entrar en el tema propiamente dicho, que¬ remos aclarar el significado de los conceptos síntoma y signo, pues ellos son importantes para lograr la comprensión cabal del concepto de enfermedad. El término síntoma remite a la queja del paciente o a su reconocimiento de que algo no está funcionando nor¬ malmente en su organismo. El signo, por su parte, es la anormalidad que se com¬ prueba por medio del examen físico. El interrogatorio descubre fundamentalmente los sín¬ tomas del paciente,- es por ello que juega un papel funda¬ mental en la historia clínica, ya que —practicado con cuida¬ do y orientación— el interrogatorio es la fuente de infor¬ mación más fructífera de las que el médico dispone, y será mayor cuanto más tiempo se le dedique. TÉCNICA DEL INTERROGATORIO De lo anterior se desprende que la técnica del inte¬ rrogatorio se basa fundamentalmente en la comunicación que pueda establecerse entre el médico y el paciente, y que se realiza a través de la palabra propiamente dicha, o de sus equivalentes (expresiones, mímica, ademanes y gestos). Este intercambio verbal permite adquirir la información más completa posible sobre el paciente y es, quizá, el método más importante del examen médico, a pesar de todos los avances de la técnica moderna. Mediante el interrogatorio puede saberse quién es y quién ha sido el paciente, dónde ha transcurrido su vida desde la infancia hasta el momento actual, qué ha sentido, cuáles son sus malestares y sus sufrimientos, cuándo comenzaron, qué circunstancias han precedido o rodeado los mismos, cómo han ido evolucio¬ nando éstos, qué le ha ocurrido al sujeto desde que está enfermo, cómo ha cambiado su medio familiar o social desde este momento, quién ha decidido que visite a un médico, a qué atribuye su enfermedad, qué espera del médico, cómo piensa que será su futuro, qué posibilidades cree tener acerca de su recuperación, y otras muchas valiosas informaciones. Pero, para que esta comunicación sea fluida y prove¬ chosa, debe prestarse especial atención a las siguientes cuestiones: • El diálogo debe ser confidencial, pues así lo establece la ley, a través del secreto profesional, y de acuerdo con el juramento hipocrático, y así lo espera el paciente, quien debe sentir que dicha norma será respetada. Además, las historias clínicas son docu¬ mentos que poseen jerarquía legal, lo cual exige tam¬ bién la confidencialidad. Por estas razones, para realizar el interrogatorio, hay que crear un ambiente adecuado y dedicarle el tiempo necesario para cumplir con estos requisitos. • El médico debe tener siempre una actitud de aceptación y de comprensión, ya que es la única forma de conseguir la confianza y la simpatía del paciente, para que los datos obtenidos sean lo más veraces y sinceros posible. Es por ello que el paciente debe sentir que el médico tiene interés en ayudarle, aunque esta demostración debe ser equili¬ brada; es decir, que el paciente no debe sentir una desmedida sobreprotección, o una actitud demasia¬ do íntima (tuteo, chistes, abrazos, etc.), ni, tam¬ poco, la sensación de que no es sino un paciente más, al cual el médico debe atender rápidamente, porque está muy apurado, y —por ello— inte¬ rrumpe cualquier conversación o ¡dea que exprese el paciente. El paciente capta inmediatamente las emociones del médico y las interpreta de manera negativa. Si el médico se enoja o es muy exigente, el paciente se hastía y responde de la misma manera. Pero, además de tratar de manejar sus propias emo¬ ciones, el médico debe saber enfrentar las del paciente, ya 1
  • 7. La Relación Médico Paciente que las emociones no son obstáculos para entender las enfermedades, sino que forman parte de ellas. Así es que, si el paciente llora, ello debe verse como una reacción aceptable,- si se le ve enojado, debe buscarse la causa de dicha actitud,- y si es muy exigente, hay que averiguar qué es lo que en realidad busca ese paciente. • El médico debe apartar sus juicios morales al iniciar el diálogo, y no debe sacar conclusiones apresuradas ni precipitarse a establecer interpretaciones superfi¬ ciales, pues el paciente no debe sentir que está delante de un juez que lo va a sentenciar por lo que ha hecho en su vida. Cualquier pronunciamiento en este sentido crea una interferencia en el diálogo y un gran abismo de silencio en las futuras relaciones con este paciente. Así mismo, el médico no debe pro¬ yectarse, ni emitir opiniones personales acerca de problemas morales o creencias religiosas, políticas, raciales, etc., ya que en el ejercicio de la medicina, es necesario aprender a oír sin condenar, aunque muchas cosas le resulten al médico —como per¬ sona— abominables. • . Durante el diálogo, el médico sólo debe tratar de tomar algunos apuntes que le servirán luego para reconstruir un relato lo más detallado posible, pero no se debe dar la sensación de que se está llenando un cuestionario solamente para cumplir con un requi¬ sito formal, en el cual el paciente, como persona, no tiene ningún peso específico. • En algunas ocasiones, será necesario controlar o re¬ gular algunas preguntas y respuestas, especialmente cuando se presentan casos extremos. Por un lado, hay pacientes que son demasiado locuaces, que detallan innumerables anécdotas de su enfermedad y que, finalmente, desvían la atención que el médico debe prestar a lo que tiene que ver con su afección principal, llegando algunos hasta a llevar extensos escritos, fruto de varias horas de meditación, a la consulta. En estos casos, el médico debe preguntarse por qué hace esto el paciente. ¿Habrá una intención de distraer la atención del médico, de ocultar algo, de que no se le hagan preguntas, o es que el paciente tiene dificultades para con¬ centrarse? Por otro lado, hay pacientes con mirada taciturna, que apenas contestan con monosílabos, y que dan la impre¬ sión de querer que el interrogatorio termine lo más pronto posible. En estos casos suele tratarse de pacientes que son muy tímidos, o que tienen resentimiento, miedo, o falta de aten- ción,- en algunas ocasiones, ello se debe, también, a un bajo nivel mental. En cualquiera de los casos aquí expuestos, el médi¬ co debe controlar o regular el interrogatorio, ya sea inte¬ rrumpiendo el monólogo de vez en cuando (si se tratase de la primera de las situaciones expuestas), o bien estimulando el diálogo, llegando a tener que emplear medidas autori¬ tarias para poderlo conseguir, como suele suceder en las situaciones que se presentan con el segundo ejemplo aquí expuesto. • En principio, el médico debe ser lo más honesto y veraz posible. Para alterar esta conducta debe haber causas muy profundas y humanas que a veces coliden con la ética profesional, tal como la llamada "menti¬ ra piadosa", cuando se trata de enfermedades inmi¬ nentemente fatales. Aparte de estos casos, cuando el médico realiza la historia clínica, debe preguntarse si está cumpliendo con las normas anteriormente señaladas. • La presencia de un tercero, ya sea familiar o amigo del paciente, en el interrogatorio, puede complicar y alterar el mismo, porque a veces esta tercera persona participa ratificando o rectificando lo dicho por el paciente, e —inclusive— agregando sus propias observaciones o interpretaciones con el fin de "ayu¬ dar", pero —en realidad— esto lo que hace es aumentar las dificultades. Aunque, también es cierto que, en ocasiones, es necesario obtener algunos datos indirectamente, a través de familiares y amigos, pero esta decisión debe ser del médico. Es obvio que cuando se trata de personas cuyo nivel mental está por debajo de lo normal, o que presen¬ tan algún defecto físico o perturbación mental que les imposibilita expresarse, éstas deben estar acom¬ pañadas de algún familiar. • La emoción más frecuente que tiene el paciente cuando concurre al médico es el miedo; por lo tanto, debe intentarse —en todo momento— de no acentuarlo por iatrogenia, sino más bien de disipar¬ lo, aunque —claro está— ello no debe lograrse a través de la demostración de un exagerado optimis¬ mo o de la ocultación total de la verdad. La con¬ fianza del paciente debe, pues, ser conquistada mediante la consideración, la sensibilidad, la gen¬ tileza y la dignidad personal.
  • 8. La Relación Médico Paciente ENCABEZAMIENTO Como todo documento de importancia, el inte¬ rrogatorio debe registrar la fecha y la hora en la cual se reali¬ za, además del nombre del médico que elabora la historia clínica. DATOS DE FILIACIÓN Los datos de filiación que deben anotarse en el interrogatorio son los siguientes: • Nombres y apellidos del paciente. • Edad. • Sexo. • Lugar de nacimiento y lugares donde ha residido. • Ocupación o profesión. • Estado civil. • Raza. • Dirección actual y tipo de vivienda que habita. • Nombres y apellidos Estos deben ser lo más completos y exactos posible, pues servirán para identificar al paciente en el presente y en el futuro, en cualquier consulta u hospital en los que se le elabore la historia clínica,- además, servirán para evitar con¬ fusiones con otros pacientes de nombres muy parecidos, lo que —en ocasiones— ha llevado a causar graves errores, al reportar exámenes complementarios, biopsias y otros análisis no pertenecientes al sujeto o, incluso, a la aplicación de tratamientos o transfusiones no pertinentes. Por otra parte, es útil que tanto el médico como el personal paramédico se acostumbren a llamar al paciente por su nombre y apellido, y no por el número de cama o cuarto que ocupa, como a veces sucede, ya que el trato despersonalizado no es el adecuado. • Edad La edad del paciente, además de ser un dato más de identificación, orienta al médico, pues le permite pensar de antemano en una serie de afecciones que son más fre¬ cuentes en unas edades que en otras. En el niño, por ejemplo, las enfermedades más comunes son las congénitas,- las transmisibles (ya sean virales o bacterianas),- las anemias ferroprivas (debido al tipo de alimentación),- las afecciones digestivas (especialmente la gastroenteritis), y las infecciones genitourinarias. También hay, entre los niños, mayor incidencia de leucosis (como las linfáticas agudas), y otras neoplasias frecuentes en ellos, como son los tumores de Wilms y los neuroblastomas. En la pubertad y la adolescencia, además de las enfermedades infecciosas (bacterianas y virales), también son frecuentes la leucosis aguda y los linfomas. Igualmente, son recurrentes en este grupo los problemas de desa¬ daptación, las alteraciones menstruales en las jóvenes, las afecciones renales (como la glomerulonefritis aguda) y el reumatismo articular agudo, aunque ninguna de estas afec¬ ciones es exclusiva de esta edad. En el adulto joven, además de las enfermedades pre¬ sentes en la adolescencia, suelen ser comunes las enfer¬ medades profesionales, como el saturnismo, la asbestosis, la neumoconiosis, etc. Igualmente, son frecuentes en esta edad los problemas de adicción a las drogas, los accidentes y las enfermedades venéreas. En el adulto maduro y en el anciano se presentan las enfermedades metabólicas, degenerativas y malignas, tales como la diabetes, la arteriosclerosis, y el cáncer, el cual — aunque no respeta edades— es más frecuente en las últi¬ mas décadas de la vida. Así mismo, tienen alta incidencia en estas edades los accidentes cerebrovasculares, ya sean cardíacos o cerebrales. • Sexo Igual que sucede con el dato de la edad, el del sexo también es una fuente importante de información para el médico, ya que existen enfermedades que son propias del mismo; por ejemplo, la hemofilia es una enfermedad trans¬ mitida por la mujer, pero que la sufren los hombres. Y hay enfermedades que, aunque pueden aparecer en los dos sexos, predominan en el femenino, tales como el lupus eritematoso sistémico (LES), el hipertiroidismo, la anorexia psíquica, etc. Por el contrario, hay otras predominantes en el sexo masculino, tales como la espondilitis anquilopoyéti- ca y la periarteritis nudosa. • El médico, en general, debe dominar el idioma del paciente y, mejor aún, si además conoce sus modis¬ mos, para que éste pueda expresarse lo más amplia¬ mente posible, y el médico pueda captar profunda¬ mente las sensaciones referidas por su paciente. Así mismo, el médico debe adaptar su vocabulario al nivel del paciente, y no hablar en términos técnicos, o utilizar palabras rebuscadas para demostrar su eru¬ dición, impidiendo la comprensión del paciente, pues ello —en lugar de facilitar la entrevista— lo que hace es desajustarla. 1.2 ETAPAS QUE DEBEN CUMPLIRSE EN EL INTERROGATORIO
  • 9. La Relación Médico Paciente • Lugar de nacimiento y lugares donde ha residido Esta pregunta no sólo debe referirse al lugar de nacimiento propiamente dicho, sino también a los diferentes sitios dentro y fuera del país en los que el paciente haya permanecido a lo largo de toda su vida, ya que esto pro¬ porciona una orientación epidemiológica acerca de algunas de las enfermedades endémicas que puede estar sufriendo,- también es importante tener conocimiento de algunas enfer¬ medades endémicas de otros países, debido al elevado número de extranjeros que conviven en nuestro medio. • Profesión u ocupación Es importante obtener este dato, ya que muchas veces ofrece orientación sobre la etiología del paciente: así, los agricultores tienden a padecer más de enfermedades parasitarias o (nicóticas, y de intoxicaciones producidas por pesticidas; mientras que los estibadores, los obreros de la construcción y otro tipo de obreros que tienen que levan¬ tar pesos, sufren con mucha más frecuencia de la columna y de hernias. Los linotipistas, debido a su contacto con el plomo, pueden sufrir de saturnismo. Por su parte, los pro¬ fesionales que trabajan con radiaciones, pueden sufrir de aplasias medulares y de leucosis. Igualmente, los obreros de fábricas en las que se utiliza una gran variedad de produc¬ tos químicos, pueden sufrir de procesos alérgicos o de otros fenómenos tóxicos; y los obreros de fábricas de cemento pueden sufrir de asbestosis, neumoconiosis, etc. De hecho, la importancia de este dato es tal, que Garrison dice que "la vida es una enfermedad profesional". • Estado civil También el estado civil es importante, ya que la con¬ ducta y los problemas personales tienden a ser diferentes entre solteros, casados, divorciados o viudos. En cada grupo hay problemas inherentes a su estado civil, tales como angustia y depresión por problemas conyugales, o por soledad, o problemas de los hijos que se proyectan en los padres, y viceversa. De hecho, algunas enfermedades pre¬ dominan en los solteros (como las venéreas y la psiconeu- rosis) y otras, por ejemplo, son más frecuentes en mujeres casadas (cáncer del útero). • Raza En nuestros países es difícil clasificar las razas como razas puras, tal como se hacía tradicionalmente (raza blan¬ ca, raza negra...), puesto que la mayoría de la población pertenece a una raza que deberíamos llamar "mezclada". Sin embargo, debe tomarse en cuenta el predominio de ciertas enfermedades en algunas de las razas: por ejemplo, los blancos sufren más de afecciones de la piel, mientras que en la raza negra se ha observado la presencia de una hemoglo¬ bina anormal, que provoca la anemia de células falciformes. • Dirección actual y tipo de vivienda que habita La dirección ofrece la posibilidad de ponerse en contacto, en un momento dado, con los familiares del paciente para solicitar cualquier información o para hacer una notificación acerca del mismo, pero al mismo tiempo orienta sobre el tipo de vivienda que tiene el paciente y, por lo tanto, sobre las condiciones sanitarias en que vive éste, especialmente en nuestros países donde ha ¡do dis¬ minuyendo la población rural por la migración del campesino a las grandes ciudades y ha aumentado la llama¬ da población marginal que conforman barrios improvisados, en los cuales existen deplorables condiciones sanitarias por la carencia de agua, letrinas, cloacas y otros servicios, además de un gran hacinamiento. Es importante saber, además, que la alimentación de este grupo social no cubre los requerimientos normales, por lo que, a las enfermedades infecciosas (que son más frecuentes, debido a la ausencia de condiciones sanitarias apropiadas),se agregan los pro¬ blemas de desnutrición. MOTIVO DE LA CONSULTA El motivo de la consulta está constituido por las que¬ jas que expresa el paciente, quien —generalmente— inicia él mismo el diálogo, señalando el motivo de su visita al médico. Cuando esto no sucede así, el médico debe iniciar la conversación preguntándole al paciente en qué puede ayudarle, cuál fue el motivo que le hizo acudir a esa con¬ sulta u hospital, o cuál es su problema. El médico debe saber que los pacientes, en su ma¬ yoría, desconocen el vocabulario médico, así es que estas quejas o síntomas deben registrarse con las propias palabras del paciente. Además, las notas que tome el médico deben ser lo más concisas y breves posible, registrando únicamente la queja, pero no el posible diagnóstico. Veamos algunos ejemplos que ilustran esta situación. Si el paciente, por ejemplo, dice que tiene dificul¬ tad para respirar, el médico debe anotar esto y no la inter¬ pretación médica de disnea. Si el paciente refiere que orina mucho, el médico no debe registrar poliuria, sino sólo lo señalado por el paciente. A veces el paciente, al comienzo, expone un rela¬ to confuso y lleno de detalles, y es en ese momento en el que el médico está autorizado para interrumpir al enfermo y conducirlo a que se exprese de un modo concreto y breve, preguntándole sobre las molestias que, en realidad, le hicieron acudir a la consulta. Así, si el paciente presenta una patología muy amplia, el médico sólo debe dejar cons¬ tancia de los síntomas y signos por los cuales se realiza la
  • 10. La Relación Médico Paciente consulta, y limitarse a anotar, por ejemplo: a) tos; b) pun¬ tada de costado; c) sensación de falta de aire. Otras veces el paciente consulta por síntomas que no dependen de un solo órgano, sino que se refieren a va¬ rios. En estos casos, el médico tendrá que ser lo más pre¬ ciso posible en el motivo de la consulta. Por ejemplo, si un enfermo tiene sintomatología de los aparatos digestivo, ginecológico y neurológico, en el motivo de la consulta sólo deben aparecer aquellos síntomas que han llevado al paciente a acudir al hospital o consultorio. En ese ejemplo, entonces, debe colocarse: a) acidez gástrica; b) dolor en la boca del estómago,- c) flujo genital,- d) dolor de cabeza. Posteriormente, en el siguiente paso del interrogato¬ rio, que es el que se refiere a la enfermedad actual, el médi¬ co deberá interrogar sobre cada uno de estos síntomas. ENFERMEDAD ACTUAL Esta es una de las partes más importantes del inte¬ rrogatorio, ya que no sólo permite que el paciente exprese todas sus quejas con detalles, sino también que —a veces— la sintomatología referida por el paciente es tan ca¬ racterística de alguna enfermedad, que —prácticamente en ese mismo momento— el médico puede hacer el diagnósti¬ co de la misma, o —cuando menos— orientarse en relación con los estudios que se deben practicar. En general, los síntomas anotados en el motivo de la consulta, servirán como guía para esta parte del interroga¬ torio, y la manera de lograrlo es haciendo algunas pregun¬ tas básicas acerca de su sintomatología general, como las siguientes: 1. ¿Cuándo se presentaron o comenzaron sus sín¬ tomas? (Fecha aproximada del inicio de la enfer¬ medad). 2. ¿Cómo se inició la enfermedad? (Forma del inicio). 3. ¿Cuál ha sido la evolución de los síntomas y cuál ha sido su duración? (Evolución de la enfermedad). 4. ¿Ha sido objeto de algunos exámenes y/o tratamien¬ tos? (Exámenes y/o tratamientos anteriores y sus resultados). 5. ¿Cuáles son las molestias que presenta actualmente? 6. ¿En qué momento de la vida del paciente apa¬ recieron estos síntomas? 1. Fecha del inicio de la enfermedad El relato sobre el comienzo de la enfermedad debe ser muy detallado, ya que los pacientes confunden o aso¬ cian algunos síntomas de un sistema con los de otro. Para ello, el médico debe tener en cuenta que algunas enfer- medades se inician bruscamente (las llamadas enfermedades agudas), como es el caso de las enfermedades infecciosas, las neumonías, la apendicitis, el infarto del miocardio, los accidentes cerebrovasculares, etc. En cambio, otras enfer¬ medades tienen un curso mucho más largo (las llamadas enfermedades subagudas o crónicas). Y hay otras que tienen una evolución periódica o intermitente (las enfer¬ medades recurrentes), cuyos síntomas aparecen por un período de tiempo, luego registran acalmias y después vuel¬ ven a reaparecer, tales como las enfermedades gastroduo- denales, las artropatías, la rectocolitis ulcerosa, el asma bronquial, la angina de pecho, etc. Es por esto que para el médico es de gran interés pre¬ cisar lo más aproximadamente posible la fecha del inicio de la enfermedad. Algunas preguntas que ayudan mucho a ob¬ tener esta información son las siguientes: ¿qué sentía el enfer¬ mo antes de que se iniciara su enfermedad?, ¿se sentía per¬ fectamente bien, o ya antes tuvo síntomas parecidos a los que tiene en este momento? Para ejemplificar esta situación, puede tomarse el caso de un paciente que consulta por dos síntomas: a) dolor en el estómago,- b) presencia de acidez desde hace quince días. Aunque el médico anota dichos síntomas, tal cual son referidos por el paciente, si profundiza un poco más en el interrogatorio, puede descubrir que el paciente tiene los mismos síntomas desde hace un año, pero que éstos aparecían y luego se atenuaban (enfermedades recu¬ rrentes), y lo que está relatando el enfermo en el momento de la consulta, no es más que un episodio agudo de la misma enfermedad (úlcera gastroduodenal). 2. Forma de inicio de la enfermedad Es éste otro dato de gran importancia en el inte¬ rrogatorio, y que responde a la pregunta sobre el cómo, sobre la forma en que comenzó la enfermedad. Es necesario hacer hincapié en el primer síntoma o signo que se presentó, o en el conjunto de síntomas o sig¬ nos que manifestaron el inicio de la enfermedad,- así mismo, debe averiguarse si éstos aparecieron simultánea o poste¬ riormente y, en este caso, cuánto tiempo después, ya que a veces el paciente señala como comienzo de la enfermedad síntomas o signos que parecen no tener nada que ver con el estado morboso que tiene el paciente en el momento de la consulta, o se omiten síntomas anteriores. Como ejem¬ plo de este último caso, puede suceder que un paciente consulte por: orinas oscuras, y tinte amarillento en los ojos, síntomas ambos que el paciente refiere que comenzaron desde hace un día, pero si se le interroga detenidamente, se descubre que, además, hace una semana que tiene
  • 11. La Relación Médico Paciente fiebre, inapetencia, malestar gástrico, dolor de cabeza, náuseas y debilidad general. Como se observa, se trata de un caso de hepatitis viral, en el cual el paciente sólo relata como comienzo de la misma, su color amarillo y las orinas oscuras, pero —en realidad— la enfermedad ha comenza¬ do una semana antes, sin que el paciente le haya dado importancia a esos primeros síntomas. Este aspecto referente a la forma de inicio de la enfermedad reviste gran significación para el médico, pues ello le permite clasificar las enfermedades en agudas, sub- agudas, crónicas, periódicas o recurrentes, debido a que cada una de ellas tiene un comienzo diferente. 3. Evaluación durante la enfermedad Conocida la fecha del inicio de la enfermedad y la manera en que comenzó, interesa saber ahora cómo han progresado esos síntomas, cuál ha sido su evolución: —¿Han ido empeorando? —¿Han sido continuos? —¿Cuáles son los síntomas que han aparecido simultáneamente? —¿Hay otros síntomas concomitantes? —¿Ha habido síntomas generales tales como pérdida peso, malestar general, sudoración, escalofríos, fiebre, etc.? Por medio de estas preguntas se sabrá, además, cuál ha sido la duración de los síntomas, lo cual tiene gran importancia, ya que no es igual un cuadro febril de dos días de duración, que uno que tenga dos meses (cuadro febril prolongado), pues el médico —desde el mismo momento en que escucha al enfermo—pensará, según el caso, en posibles etiologías completamente diferentes. 4. Exámenes y/o tratamientos anteriores y sus resulta¬ dos Esta información puede ser útil a la hora de elaborar el diagnóstico, puesto que si el paciente se ha practicado algunos exámenes en el transcurso de su enfermedad, (ya sea por su propia cuenta o por orden médica), dichos resul¬ tados podrían servir de guía o de punto de comparación con aquellos que resulten de los exámenes que el médico va a ordenar en el momento presente. Por ejemplo, puede suceder que el paciente al comienzo de su enfermedad se haya practicado una hema¬ tología, cuyo resultado indicaba la ausencia de anemia, pero en el nuevo examen ésta sí esté presente. Sin embar¬ go, se debe tener el cuidado de que al ver esos exámenes, el médico no se desvíe de su interrogatorio, pues en ese momento esos resultados no tienen un valor diagnóstico, sino un papel informativo para elaborar el diagnóstico de la enfermedad. Lo mismo sucede con algún posible tratamiento que el paciente puede haber estado recibiendo, y con el cual —según él refiere— hubo o no mejoría. Pero, al igual que en el caso de exámenes complementarios, esto es sólo un dato informativo que ayudará a la hora de plantearse un diagnóstico. 5. Estado actual de los síntomas Una vez que el paciente haya hecho la exposición referente a sus síntomas, es necesario precisar cuáles han desaparecido y cuáles han persistido. Todos ellos son de gran interés, ya que van a confirmar un cuadro clínico que corresponde al estado morboso que tiene el paciente en el momento de la consulta, por adaptarse al modelo de la enfermedad. 6. ¿En qué momento de la vida del paciente apare¬ ció su sintomatología? No podemos olvidar que el paciente es un todo, y no una suma de partes, en la que la afección de algunas de sus partes no va a incidir en el funcionamiento del conjun¬ to. Muchas de las enfermedades orgánicas hoy día conoci¬ das, a veces son precedidas o condicionadas por estados de tensión, ansiedad o depresión,- como ejemplo de ello, están las úlceras gastroduodenales, la hipertensión arterial, la rectocolitis ulcerosa, el asma bronquial, el colon irritable. Otras veces, el paciente es sometido, bruscamente, a una situación de estrés, y ello puede devenir en un infarto del miocardio. Por otra parte, el médico debe saber que no todas las enfermedades son orgánicas (o sea, donde hay lesión de un órgano propiamente dicho), sino que también existen las llamadas enfermedades funcionales, las cuales surgen al alterarse la función de los órganos; mientras que otras enfer¬ medades tienen un origen psíquico (enfermedades psico- somáticas). Es por todas las consideraciones anteriores que el médico debe averiguar en qué circunstancias de la vida del paciente aparecieron los síntomas de su enfermedad, ya que —en general— el interrogatorio debe estar dirigido a com¬ prender al paciente en todas sus facetas: como enfermo, como persona y como individuo, y respecto a las presiones sociales y económicas a que está sometido en ese momento. Resumiendo todos los puntos hasta ahora menciona¬ dos, podría decirse que la enfermedad actual surge al inte¬ rrogar los motivos de la consulta que realiza el paciente, en
  • 12. La Relación Médico Paciente la cual se debe indagar en qué consiste el problema, dónde radica, cómo es, qué severidad tiene, qué relación guarda con la función del órgano respectivo, qué relación cronoló¬ gica existe, con qué mejora y con qué empeora, qué mani¬ festaciones concomitantes presenta y en qué momento de su vida apareció la enfermedad. LECTURAS RECOMENDADAS 1. Ask-Upmark, E.: Bedside medicine. Almquist, Estocolmo, 1963. 2. Bases del diagnóstico clínico. Prensa Médica Mexicana- Nos. 3 y 4. (Recopilación de varios autores). Año XXV. Marzo-Abril, 1960. 3. Bariety, M. y Bonníot, R.: Semiología Clínica.Toray, Masson. Barcelona, 1965. 4. Burnside, J. W.: Semiología Adams. De. Panamericana. Buenos Aires, 1977. 5. Cossío, P y col.: Semiología Médica. Buenos Aires, 1955. 6. Gómez, O. L. y col.: Normas y procedimientos en un servicio de medicina interna. Escuela Salesiana, Artes Gráficas, 1967. 7. Gómez, O. L: Frente al enfermo. UCV Ediciones Biblioteca de la UCV 1970. 8. Leopold, S. S.: Physical diagnosis. W. B. Saunders Co. Philadelphia, 1957. 9. Masón, W. y Francíasí, W.: Symptom Diagnosis. 5a edición. Appleton Century. N. Y, 1961. 10. Mazzie, E. S. y Rozman, y col.: Semiotecnia y fisiopatología. Ed. El Ateneo. Buenos Aires, 1978. 1 1. Orgas, J.: La clínica y el médico. Ed. Aguilar. Madrid, 1 966. 12 Pineros corpas, J.: Clínica semiológica. Ed. Científico-Médica. Barcelona, 1960. 1 3. Rimbaud, P: Semeiologie medícale elementaire. Doin y Cié. París, 1 959. 14. Sanabria, A.: Clínica semioiógica y propedéutica. UCV, OBE, 1973. 1 5. Sergent, E.: Traite elementaire d'exploiation clinique medícale. Masson Cía.. 1950. 16. Shaposnik, F: Semiología. Ed. El Ateneo. Buenos Aires, 1978. 17. Suros, J.: Semiología médica. Masón Salvat editores. Barcelona, 1987.
  • 13. Antecedentes Dra. Vivían Sukerman B. 2.1. LOS ANTECEDENTES PATOLÓGICOS PERSONALES Una vez que se ha terminado con la queja principal y la descripción completa del padecimiento actual de nues¬ tro paciente, comienza la recolección de datos que com¬ pletan el cuadro de la experiencia de salud y enfermedad del mismo. Esta historia médica pasada consiste en la recopilación de información acerca de enfermedades, padecimientos, estado mental y anímico, condiciones socio¬ económicas, etc. los cuales ayudan a completar el cuadro proporcionando conocimientos sobre el contexto o medio en que se presenta la enfermedad, incluyendo el estado previo de salud y presencia de factores de riesgo, que tienen implicaciones tanto para el diagnóstico de la enfer¬ medad actual, como para la prevención de. futuras enfer¬ medades. La destreza radica en poder ser preciso con los detalles importantes, sin sobreinterpretar los que no lo son. Se puede empezar el interrogatorio con una pregunta muy general, como por ejemplo, ¿Cómo ha sido su salud en el pasado?; otra posibilidad es decir " Cuénteme sobre enfer¬ medades serias que ha sufrido desde que era niño hasta la fecha". Una tercera posibilidad es : "Ahora quisiera pre¬ guntarle sobre todas las enfermedades y problemas médicos que ha tenido en el pasado". Se debe tratar de mantener el enfoque sobre: a) episodios distintos a la enfermedad actual, b) que causaron un cambio en el patrón de salud habitual, y tratar de precisar, c) el nombre que el paciente o el médico le dieron a la enfermedad. Nunca se debe aceptar sin cuestionar el diagnóstico que le dé el paciente como si fuera correcto; es preferible indagar cuales eran exactamente los síntomas por los que el médico le hizo ese diagnóstico. Cuando ya se tiene la información general sobre el estado de salud que el paciente ha tenido en el pasado, se pueden ordenar por categorías, según su importancia, los datos de antecedentes patológicos. 1. Antecedentes médicos: Antecedentes y enfermedades infantiles, enfer¬ medades importantes del adulto, ingresos hospitalarios no quirúrgicos, administraciones parenterales y transfusiones sanguíneas. 2. Antecedentes Epidemiológicos: Enfermedades cuya aparición, evolución y propa¬ gación esta condicionada por factores geográficos, sociales, económicos y ecológicos. 2 . 1 . Chagas 2.2. Paludismo 2.3. Tuberculosis 2.4. Infección por V.I.H. 2.5. Parasitosis intestinales 2.6. Bilharziosis 2.7. Amibiasis 2.8. Enfermedades de transmisión sexual: 2 . 8 . 1 . Sífilis o Lúes 2.8.2. Blenorragia 2.8.3. Infecciones por Chlamidias 2.8.4. Chancroide 2.8.5. Herpes Genital 2.8.6. Infecciones por Virus Papiloma Humano. 2.9. Otras enfermedades infecciosas: 2 . 9 . 1 . Fiebre Tifoidea 2.9.2. Hepatitis Viral 2.9.3. Mononucleosis Infecciosa 2.9.4. Leishmaniasis 3. Antecedentes Inmunoalérgicos: Vacunaciones, alergias y enfermedades inmunoló- gicas 4. Antecedentes gineco-obstétricos. En las mujeres 5. Antecedentes quirúrgicos 6. Antecedentes traumáticos 7. Medicación 8. Hábitos Psicobiológicos 8 . 1 . Alimentarios
  • 14. Antecedentes Patológicos Personales 8.2. Tabáquicos 8.3. Alcohólicos 8.4. Drogas 8.5. Ocupaciones 8.6. Tipos de viviendas y residencias anteriores 8.7. Sueño 8.8. Sexuales 8.9. Actividad Física 8.10. Situación Personal 1. ANTECEDENTES MÉDICOS 1.1. Antecedentes y enfermedades infantiles: Los datos de cómo fue el embarazo del paciente o del tipo de parto y la existencia de complicaciones en el post-parto, así como el peso y la talla al nacer y los detalles del desarrollo psicomotor, son obviamente más importantes en el paciente pediátrico y en el adolescente. Sin embargo, todo paciente debe ser interrogado sobre la presencia de enfermedades infecciosas en la infancia y las posibles com¬ plicaciones o secuelas que puedan dejar estas enfer¬ medades: 1.1.1. Sarampión: Enfermedad infecciosa producida por Paramixovirus, la cual produce enantema (lesiones papuloeritematosa de las mucosas) y se diagnostica por el Signo de Koplik (zona papuloeritematosa con un centro blanco a nivel de la mu¬ cosa del carrillo a la altura de la salida del conducto de Stenon), luego ocurre una erupción maculopapular en tron¬ co y extremidades acompañada de tos, coriza y conjuntivi¬ tis, se puede complicar con neumonía y menos frecuente¬ mente con encefalitis. 1.1.2. Lechina o Varicela: Producida por el virus varicela-zoster, la manifes¬ tación más notable es un exantema que se transforma rápi¬ da y sucesivamente en mácula, pápula, vesícula y lesión costrosa. Las lesiones se presentan en brotes que suelen atacar tronco, cuero cabelludo, cara y extremidades, así como mucosa oral y genital. Sus complicaciones son: infec¬ ción secundaria de lesiones dérmicas ( pústulas), encefalitis y neumonía (más frecuentes en adultos). Deja como,secuela marcas atróficas en la piel. 1.1.3. Parotiditis (Paperas): Producida por un mixovirus y se caracteriza por una inflamación unilateral o bilateral de la parótida y en oca¬ siones otras glándulas salivales. Las complicaciones más fre¬ cuentes: orqui-epididimitis y meningoencefalitis, son raras: pancreatitis, ooforitis y tiroiditis. Puede dejar como secuela esterilidad y sordera. 1.1.4. Tos ferina: El agente causal es la Bordetella pertusis, pro¬ duciendo accesos de tos, con dificultad respiratoria y vómi¬ tos, durante el paroxismo de tos el paciente se torna cianótico,. Las complicaciones más frecuentes son la neu¬ monía intersticial y la atelectasia. 1.1.5. Fiebre Reumática: Es una complicación relativamente rara, pero grave, de infecciones por estreptococo beta-hemolítico del grupo A (faringitis estreptocóccica),- edad de aparición entre 5 y 1 5 años, el diagnóstico se establece en base a los Criterios de Jones: Mayores: poliartritis migratoria, carditis, corea de Sydenham, eritema marginatum y nodulos subcutáneos; Menores: artralgias, fiebre, elevación de reactantes de fase aguda y prolongación del intervalo PR. (2 criterios mayores o 1 criterio mayor más 2 menores). Deja graves secuelas cardíacas: valvulopatías mitral y/o aórtica principalmente, también puede producir afectación tricuspídea. 1.2. Enfermedades importantes del adulto: Precisar no sólo las enfermedades que ha padecido el paciente sino los posibles riesgos que tenga de padecer¬ las. Tienen particular importancia los síndromes cardiovascu¬ lares, respiratorios y endrocrinológicos. Muchos adultos tienen una o más enfermedades crónicas, qué ha transcurri¬ do desde el diagnóstico, si se controla con algún facultati¬ vo y el tratamiento que recibe. 1.2.1. Hipertensión Arterial: La elevación de la presión arterial conduce a una alta morbilidad y mortalidad, principalmente por enfermedad cardíaca, accidentes cerebrovascular e insuficiencia renal. El interrogatorio de pacientes hipertensos debe dirigirse hacia: a) descubrir formas corregibles de hipertensión arterial secundaria, b) determinar el daño de órganos "blanco" y c) determinar la presencia de otros factores de riesgo para el desarrollo de enfermedad arterioesclerótica cardiovascular. Por ej. una fuerte historia familiar de hipertensión arterial junto con antecedentes de elavación intermitente de la pre¬ sión en el pasado favorece al diagnóstico de hipertensión esencial o idiopática,- la hipertensión secundaria a menudo se desarrolla previa a la edad de 35 años o después de los 55. 1.2.2. Enfermedad arterioesclerótica cardiovascular: Para la detección de arterieesclerosis tienen impor¬ tancia la presencia de antecedentes de: infarto de miocar¬ dio, accidente cerebrovascular isquémico y enfermedad vas¬ cular periférica. Un número de condiciones y hábitos están presentes más frecuentemente en individuos con arteri-
  • 15. Antecedentes Patológicos Personales oesclerosis que en la población general, estos factores se han denominado factores de riesgo: sexo masculino, histo¬ ria familiar de enfermedad isquémica coronarias prematura (< 55 años),hiperlip¡dem¡a, fumar cigarrillo, hipertensión, niveles bajos de HDL colesterol, diabetes mellitus, hiperin- sulinemia, obesidad troncular y lipoproteína (a) elevada e hipertrigliceridemia. 1.2.3. Diabetes Mellitus: Es la enfermedad endocrina más común. Se caracte¬ riza por anomalías metabólicas y complicaciones a largo plazo que afectan los ojos, ríñones, nervios y vasos sanguí¬ neos. El diagnóstico en pacientes sintomáticos es muy fácil: un paciente que presenta signos y síntomas atribuíbles a diuresis osmótica (polidipsia, poliuria, polifagia y pérdida de peso) y se encuentra hiperglicemia en ayunas. Se han descrito varios síndromes diabéticos distintos: Tipo 1 o Insulino dependiente, Tipo 2 o No Insulino dependiente; Diabetes asociada a ciertas condiciones como enfermedades pancreáticas, enfermedades de origen hormonal, inducidas por drogas o productos químicos, anormalidades de la molécula de insulina o sus receptores y ciertos síndromes genéticos; también tenemos la Tolerancia Glucosada Alterada y por último la Diabetes Gestacional. Existen gru¬ pos de personas que tienen un riesgo aumentado a sufrir diabetes, con ellos hay que tener una mayor vigilancia, incluyen individuos con anticuerpos contra los islotes pan¬ creáticos, gemelos de un diabético insulinodependiente, hermanos de diabéticos no insulinodependientes, individuos con ambos padres diabéticos y mujeres con embarazos pre¬ vios de recién nacidos con gigantismo fetal o peso superior a 4 Kg. 1.3. Ingresos hospitalarios no quirúrgicos: Todas las hospitalizaciones deben quedar registradas, esto incluye admisiones por problemas médicos y psiquiátri¬ cos. Se debe precisar la fecha y el tiempo de hospita¬ lización. 1.4. Transfusiones: Preguntar reacciones, fechas y cantidades de unidades tranfundidas. No orienta sobre el riesgo de enfer¬ medades cuyo mecanismo de transmisión es precutáneo, ej.: hepatitis viral e infección por virus de inmunodeficieñcia humana (VIH). 2. ANTECEDENTES EPIDEMIOLÓGICOS: 2.1. Enfermedad de Chagas: Es una enfermedad extendida en gran parte el terri¬ torio nacional, el agente casual es el Trypanosoma cruzi, se contrae la enfermedad cuando el hombre es picado por los insectos hematófagos transmisores: Reduviidae Triatominae (Chipo), éste simultáneamente defeca al comer y en las deyecciones se encuentran las formas infectantes que pene¬ tran cuando el sujeto se rasca y se produce el complejo o chagoma de inoculación, desde allí y por vía sanguínea los tripanosomas se alojan en el miocardio y producen una mio¬ carditis aguda, tardíamente el 3 0 % de los pacientes desa¬ rrollan una fase crónica de la enfermedad (arritmias y/o mio- cardiopatía dilatada). En Venezuela, el Chagas agudo se ve raramente después de la campaña de control (en la década de los 50), sin embargo, se encuentran casos esporádicos en Barinas, Cojedes, Trujillo y Lara. Los datos más impor¬ tantes del interrogatorio son la procedencia de una zona endémica (zonas rurales del llano Venezolano), el tipo de vivienda (porque los redúvideos viven en las rendijas de las paredes y en los techos de palma), el hecho de que haya sido picado o de conocer el "Chipo", "Chupón" o "Quipito". Además también debe averiguarse si hay antecedentes de transfusión sanguínea y antecedentes fami¬ liares. Por último se pregunta si ha sido sometido a pruebas de investigación: Machado - Guerreiro (Serodiagnóstico) y Xenodiagnóstico. 2.2. Paludismo: Enfermedad febril acompañada de anemia hemolítica y esplenomeglia, producida por protozoaríos parásitos de géneros Plasmodium las especies que habitualmente para- sitan al hombre son: vivax, falciparum, malarie y ovale, este último no existe en el continente americano. Los vec¬ tores son mosquitos del género Anopheles, la especie más efectiva en toda América es A. darlingi, en Venezuela tienen importancia A. nuñez - tovari, albitarsis, aguasalis y darlingi. Para 1991 la O.M.S. calculó unos 90 países maláricos, el 9 0 % de los casos clínicos se encuentran en los países de África tropical; en Venezuela las áreas donde existe actualmente transmisión activa son: occidental (Barinas, Mérida, Tachira, Zulia y Dtto. Paéz de Apure), meridional ( Apure, Bolívar y Amazonas) y oriental (Sucre, Monagas y Delta Amacuro). En el interrogatorio tienen importancia: tipo de curva febril (diaria, interdiaria, tercia¬ ria o cuartana), lugar de procedencia y viajes que ha rea¬ lizado en los últimos 3 meses,- y cuando han padecido la enfermedad, hay que precisar el tratamiento recibido y el cumplimiento del mismo. 2.3. Tuberculosis: Es una enfermedad infecciosa que puede atacar va¬ rios órganos, el más frecuentemente afectado es el pulmón, las formas extrapulmonares incluyen: meningitis, pericarditis, enfermedad renal, osteomielitis y enfermedad ganglionar. El agente causal es el Mycobacterium tuberculosis. La forma de contagio es por contacto de persona a persona a través
  • 16. Antecedentes Patológicos Personales de la ruta respiratoria, el enfermo expulsa los bacilos tuber¬ culosos dentro de gotas de secreciones respiratorias al toser, estornudar o hablar y el huésped susceptible inhala los baci¬ los que permanecen en el aire por períodos prolongados, sin embargo, se requiere un contacto prolongado y de sitios poco ventilados. El interrogatorio se dirige para identificar las manifestaciones más frecuentes de la enfermedad (fiebre prolongada vespertina, tos húmeda con expectoración hemoptóica, astenia, pérdida de peso y anorexia) así como a descartar personas de alto riesgo de adquirir la enfer¬ medad (personas con infección por V I H , contactos direc¬ tos con enfermos de tuberculosis, conversión rédente a PPD positivo, condiciones médicas predisponentes: dia¬ betes, uso prolongado de esferoides y otros inmunosupre- sores, insuficiencia renal crónica y enfermedades hematoló- gicas o reticuloendoteliales). Se debe preguntar además si ha trabajado en hospitales o Sanatorios Antituberculosos y si ha padecido de alguna afección pulmonar de larga duración (neumonía, pleuresía). Si ha tenido contacto ínti¬ mo o intrafamiliar con personas enfermas con tuberculosis. En caso de haber padecido la enfermedad, indicar el tratamiento , la duración y el cumplimiento del mismo y los controles posteriores. 2.4. Infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana: Este retrovirus humano infecta los linfocitos T ayu¬ dadores, conduciendo en un período de años y a través de mecanismos que aún no están bien dilucidados, a una dis¬ minución de estas células y a el desarrollo de una deficien¬ cia inmunológica progresiva, severa, irreversible y fatal (Síndrome de inmunodeficiencia adquirida o SIDA). Las manifestaciones de la enfermedad tienen un muy amplio espectro que va desde la infección primaria, con o sin sín¬ drome de VIH agudo, pasando por el período de latencia clínica o portador asintomático hasta la enfermedad avanza¬ da con las infecciones oportunistas y neoplasias característi¬ cas. El V I H es transmitido por contacto sexual, homo o heterosexual; transfusiones de sangre o productos derivados de la sangre,- y de la madre infectada al hijo (transmisión vertical) , en el período perinatal o a través de la leche materna,- hay un pequeño pero definitivo riesgo de trans¬ misión en trabajadores de la salud, personal de laboratorio y otros que manipulan muestras de pacientes infectados, especialmente cuando están envueltos objetos cortantes. Se debe sospechar la enfermedad en todo paciente que pre¬ sente fiebre prolongada, pérdida significativa de peso, dia¬ rrea crónica e infecciones repiratorias a repetición o cual¬ quier infección por gérmenes oportunistas. Nuestras pre¬ guntas deben estar orientadas a la identificación de grupos de alto riesgo: homosexuales, bisexuales, heterosexuales promiscuos, drogadictos endovenosos, pacientes que han recibido transfusiones sanguíneas, hemofílicos y pacientes con enfermedades venéreas. 2.5. Parasitosis intestinales: Son de etiología variada,- todas pueden producir síndromes diarreicos y pérdida de peso o ser asintomáticas, la necatoriasis produce anemia por sangrado crónico. Preguntar si ha expulsado parásitos o lombrices por el recto, si tiene prurito anal (oxiuriasis), si se le han hecho exámenes de heces y si han sido positivos, así como el tratamiento recibido. En cuanto a riesgos de transmisión se le pregunta si realiza labores en el campo, descalzo, pues por la piel se introducen las larvas (Necator y Strongiloides),- se deben investigar los hábitos alimentarios, educación sanitaria y la existencia de condiciones socioeconómicas deficientes (transmisión oral). 2.6. Bilharziosis: La esquistosomiasis mansónica (S. mansoni) puede asumir una forma grave, debido a extensa fibrosis hepática, hipertensión portal y esplenomegalia. El parásito penetra en la piel al andar descalzo en las orillas de aguas superficiales, dulces y de baja profundidad (canales de irrigación, riachuelos de curso lento en valles, pozos, lagunas, represas y canales de drenaje); por lo que se le pregunta al paciente si se ha bañado o manipulado arena en lugares con las ca¬ racterísticas mencionadas, principalmente de la zona centro norte costera: Dto. Federal, Edos. Miranda, Aragua, Carabobo y Guárico (San Juan de los Morros) (Zona endémica en Venezuela). También es importante señalar si habían caracoles en dichas aguas, ya que el Biomphalaria glabrata es el hospedador intermediario. 2.7. Amibiasis: Es una enfermedad parasitaria producida por un pro- tozoario (Entamoeba histolytica), de tipo alimentario o por contaminación por vía oral, la cual produce cuadros diarréicos y disentéricos (heces con moco y sangre) agudos o crónicos, también puede ser asistomática; hay lesiones extraintestinales principalmente a nivel de hígado (absceso hepático) que pueden ser muy graves. A nivel del mecan¬ ismo de transmisión los factores que hay que interrogar son la mala disposición de excretas, inadecuados hábitos higiénicos, prácticas agropecuarias inadecuadas, mala dis¬ posición de basura (cría de moscas), condiciones de haci¬ namiento y promiscuidad y relaciones homosexuales. 2.8. Enfermedades de transmisión sexual: Constituyen un grupo de enfermedades cuyos agentes causales sólo son transmisibles por contacto direc¬ to; en general, tienen el tracto genital como único reservo- rio y sobreviven mal fuera del cuerpo humano, como resul- 11
  • 17. Antecedentes Patológicos Personales tado de estas propiedades la transmisión ocurre sólo durante el acto sexual, el embarazo o el parto. Están res¬ tringidas a personas sexualmente activas (usualmente ado¬ lescentes y adultos jóvenes entre 1 5 - 3 4 años), y neo¬ natos o infantes. Las mujeres son más susceptibles a la infec¬ ción y a desarrollar complicaciones. Últimamente, estas enfermedades han sido reconocidas como principales causas de morbilidad a largo plazo por su impacto en la salud reproductiva, salud infantil, cáncer ano-genital y el adve¬ nimiento del SIDA. Existen más de 40 agentes microbianos diferentes que pueden transmitirse sexualmente pero solo una minoría tiene como vía única o dominante a la trans¬ misión sexual y son los que comentaremos a continuación. 2 . 8 . 1 . Sífilis o Lúes: Enfermedad producida por el Treponema pallidum cuyas manifestaciones son: lesión ulcerosa o chancro en ge¬ nitales externos u otro sitio de contacto sexual (primaria), semanas después síntomas gripales, linfadenopatías genera¬ lizadas o rash máculo-papular no pruriginoso en tronco y extremidades incluyendo palmas y plantas (secundarias) y finalmente años después nodulos subcutáneos, manifesta¬ ciones cardiovasculares y neurológicas (terciaria). Se le pre¬ gunta al paciente si ha tenido úlceras genitales,- "cruces en la sangre" que significa que han dado positivos los test serológicos,- o si le han realizado el FTA (prueba de fluo¬ rescencia) en algún momento de su vida. Es indispensable investigar factores de riesgo o infección por VIH debido a que ambas afecciones se han ligado desde el punto de vista epidemiológico, y en pacientes con infección por VIH se pueden modificar las manifestaciones clínicas, de laborato¬ rio o la respuesta al tratamiento de las sífilis. 2.8.2. Blenorragia o Gonorrea: El agente causal es la Neisseria gonorrhoeae, se manifiesta en las mujeres: abundantes flujo vaginal amari¬ llento, dispareunia, metrorragia y molestia abdominal baja y en el hombre: disuria y secreción escasa purulenta matutina por el meato urinario. Se investigan en la mujer las carac¬ terísticas del flujo vaginal y en el hombre la presencia de "gota matutina" (secreción amarillo cremoso que mancha la ropa interior). Se precisa el número de episodios padeci¬ dos y el tratamiento recibido. 2.8.3. Infecciones por chlamidias: Son producidas por Chlamidya trachomatis y han cobrado especial importancia en las últimas 2 décadas por su asociación con uretritis, infertilidad y embarazo ectópico. La mayoría de las infecciones son asisntomáticas pero pueden producir en el hombre: uretritis (disuria y secreción abundante blanquesina o grisácea por la uretra) e infla¬ mación rectal (homosexuales pasivos); en la mujer: uretritis (disuria y urgencia miccional), endocervicitis (flujo vaginal mucopurulento) y enfermedad inflamatoria pelviana,- tam¬ bién se pueden manifestar como Linfogranuloma venéreo: inflamación dolorosa unilateral de los ganglios inguinales que se pueden fistulizar y supurar y lesión ulcerosa en la mucosa de los genitales externos o del ano. 2.8.4. Chancroide: Es la enfermedad ulcerosa genital más prevalente en los países en vía de desarrollo y constituye un factor de ries¬ go para la transmisión del VIH. El agente causal es el Haemophilus ducreyi y la presentación clínica son úlceras de fondo necrótico, dolorosas en los genitales externos acompañadas de adenopatías inguinales. 2.8.5. Herpes Genitales: La infección por virus herpes simplex tipo 1 y tipo 2 ha aumentado notablemente en los últimos 20 años probablemente como resultado del incremento en el número de parejas sexuales y una actividad sexual más precoz. Clínicamente se manifiesta por vesículas o pústulas que pro¬ gresan a úlceras, costras y luego sanan,- las lesiones son bilaterales y se acompañan de dolor local severo y disuria y se presentan, por lo general, en episodios recurrentes. 2.8.6. Infección por Virus Papiloma Humano: Esta infección ha cobrado importancia en los últimos años debido a la creciente evidencia de que el Virus Papiloma Humano juega un papel en el desarrollo de neo- plasias epiteliales tales como carcinoma de cuello y vulva en la mujer y carcinoma de células escamosas de pene en el hombre. El espectro de la enfermedad clínica en el tracto genital se extiende desde infección latente, asintomática, a las clásicas lesiones verrugosas conocidas como Condyloma acuminatum, hasta el manifiesto carcinoma de superficies epiteliales. 2.9. Otras enfermedades infecciosas: 2 . 9 . 1 . Fiebre tifoidea: Enfermedad producida por la Salmonella typhi, al ingerir agua o alimentos contaminados con excretas, pro¬ duciendo un síndrome febril prolongado, anorexia, consti¬ pación, malestar general y esplenomegalia. Generalmente es una enfermedad epidémica. Se pregunta las características de la curva febril, las condiciones sanitarias del domicilio y trabajo y si hay otras personas cercanas con síntomas simi¬ lares. 2.9.2. Hepatitis Viral: Puede ser causada por diversos tipos de virus: tipo A (llamada también infeccioso o de corta incubación), tipo
  • 18. Antecedentes Patológicos Personales B ( sérico o de larga incubación), tipo C ( la mayor causa de hepatitis post-transfusional) o tipo E (causa común de epidemias en países desarrollados), los virus tipo Delta, Epstein Barr y Citomegalovirus son menos frecuentes. La enfermedad consiste en una inflamación de parénquima he¬ pático que conduce a una coloración amarrilenta de piel y mucosa, oscurecimiento de la orina y aclaramiento de las heces, acolia prurito generalizado y malestar general. La transmisión de la enfermedad variará de acuerdo al tipo de virus. Es importante investigar si: ha estado en contacto con personas enfermas, ha ingerido alimentos crudos recien¬ temente, hábitos homosexuales (hepatitis A y E, contacto fecal-oral); han habido transfusiones recientes o inyecciones o contacto con material quirúrgico, inyección de drogas endovenosas, exposición laboral a sangre o productos san¬ guíneos, hábitos sexuales y promiscuidad sexual (hepatitis B y C, transmisión percutánea y sexual). 2.9.3. Mononucleosis infecciosa: Agente causal es el virus de Epstein - Barr y se ca¬ racteriza por un síndrome febril, faringitis, linfoadenopatías, postración, esplenomegalia y en el frotis de sangre periféri¬ ca linfocitosis mononuclear (presencia de linfocitos reac¬ tivos). El virus se encuentra en las secreciones orofaríngeas y el beso es una de las formas de transmisión. Se investiga este antecedente patológico para diferenciarlo de otras patologías que producen síndromes similares (infección por citomegalovirus, toxoplasmosis, hepatitis viral, leptospirosis, rubéola, etc.) ya que deja inmunidad definitiva. 2.9.4. Leishmaniasis: Son enfermedades producidas por protozoarios del género Leishmania que parasitan al sistema fagocítico- mononuclear. Desde el punto de vista médico pueden ser divididas en: superficiales, presentando lesiones fundamen¬ talmente a nivel de tegumentos y profundas que dañan al hígado, bazo y médula ósea del hospedador. Para su trans¬ misión ameritan la presencia de un insecto que actúa como vector, la dispersión de la enfermedad esta estrechamente relacionada con la distribución del insecto, hay que pre¬ guntar lugar de procedencia o residencias anteriores,- en Venezuela las zonas endémicas son: valles del sistema mon¬ tañoso de la costa, depresión de Varacuy, zonas boscosas de Turen, Algunas Zona Nororiental y Zona Amazónica para la Leishmaniasis cutáneo-mucosa,- para el Kalazar exis¬ ten 3 focos: Central, que corresponde a Guárico- Carabobo-Cojedes-Aragua, Occidental, entre los estados Portuguesa-Lara-Trujillo y Oriental, en los estados Sucre, Nueva Esparta y Anzoátegui. 3. ANTECEDENTES INMUNOALÉRGICOS: 3 . 1 . Vacunaciones: Se pregunta a qué edad, cuántas dosis y la fecha de administración de las siguientes vacunas y sueros: polio, dif¬ teria, tosferina y toxoide tetánico (DTP), gripe (influenza), neumococo, hepatitis B, sarampión, BCG parotiditis, usliana, rubéola y antiamarílica,- últimas pruebas de tuber- culina u otras pruebas cutáneas,- tratamientos con antioxina tetánica así como reacciones inusitadas a vacunaciones. 3.2. Reacciones Alérgicas: Sobre todo farmacológicas (especialmente analgési¬ cos y antibióticos) pero también alérgenos ambientales y alimentos. Asegúrese de verificar la respuesta "alérgica" del paciente; Los síntomas de alergia (erupciones, prurito, ede¬ mas, anafilaxis) deben estar claramente indicados. 3.3. Enfermedades ¡nmunológicas: 3 . 3 . 1 . Asma Bronquial: Enfermedad episódica de las vías aéreas caracteriza¬ da por aumento de la respuesta del árbol traqueobronquial a múltiples estímulos,- que se manifiesta fisiológicamente por un estrechamiento generalizado reversible del pasaje aéreo y clínicamente por paroxismos de disnea, tos y sibilantes. Es importante precisar la edad de comienzo de los síntomas, los estímulos que los desencadenan y la severidad de las cri¬ sis (número de crisis al mes o al año, ingresos hospitalarios y medicación requerida) así como la fecha de última crisis. 3.3.2. Otras enfermedades inmunológicas: Se reportan antecedentes de atopias, enfermedades autoinmunes, sarcoidosis, miastenia gravis, etc. 4. ANTECEDENTES GINECO-OBSTÉTRICOS: Se pregunta la edad de la menarquia y la menopau¬ sia así como los síntomas de esta última,- cómo ha sido la menstruación desde el desarrollo (días de duración y secuencia de aparición) y la fecha de última regla. Se inves¬ tiga el número de embarazos y si hubo alguna complicación,- el número y tipo de parto (vía vaginal, uso de fórceps o cesárea) y complicaciones de los mismos; el número de abortos y a qué edad gestacional ocurrieron. Estos datos nos permiten orientarnos en patologías ginecológicas o rela¬ cionarlos con enfermedades infecciosas y hormonales que pudieran influir en la gestación. 5. ANTECEDENTES QUIRÚRGICOS: Todos los procedimientos quirúrgicos deben especi¬ ficarse: tipo de procedimiento, fecha, hospital y el nombre del cirujano si es posible, complicaciones y secuelas de los mismos. 13
  • 19. Antecedentes Patológicos Personales 6. ANTECEDENTES TRAUMÁTICOS: Heridas o accidentes graves, especificar la fecha y tipo de lesión sufrida, complicaciones e incapacidades resul¬ tantes. En caso de traumatismo craneoencefálico preguntar si hubo o no alteración de la consciencia, vómitos y si se documentó la presencia de fracturas. Si el problema actual tiene relación médicolegal con alguna lesión, documentarlo de modo completo. 7. MEDICACIÓN: Es indispensable averiguar todos los medicamentos actuales o recientes, o aquellos que ingirió por un largo período,- incluyendo la dosificación, vías y tiempo de administración. No olvidar los remedios caseros ni los medicamentos expendidos sin receta (preguntar específica¬ mente por: anticonceptivos orales, antigripales, analgésicos, laxantes, antiácidos, vitaminas y minerales). 8. HÁBITOS PSICOBIOLÓGICOS: 8 . 1 . Alimentarios: Se pregunta el número de comidas en 24 horas, así como la cantidad de alimentos en cada comida intentando cuantificarlas: abundante - 3, regular -2, escasa - 1 y ningu¬ na -0. Es importante precisar el tipo de alimentación según su composición para darnos una ¡dea del estado nutricional del paciente: se le pregunta cuántas veces al día, semana o mes come carne, pollo, leche, huevos, pescado, harinas, granos, frutas y verduras, y anotaremos si la dieta es a pre¬ dominio de proteínas, carbohidratos o grasas o si por el contrario es balanceada: 5 5 % de Carbohidratos, 3 0 % de proteínas y 1 5% de lípidos. Es necesario hacer notar dietas especiales como por ejemplo vegetarianos estrictos porque esto puede estar relacionado con ciertas anemias nutri- cionales,- así como ingesta de café o té en exceso. 8.2. Tabáquicos: Hay que determinar si el paciente fuma, la edad de comienzo, el tipo de tabaco (negro, rubio, habanos, ciga¬ rrillos), el tiempo de consumo y la cantidad (esto se repor¬ ta como "paquete - año" que es el número de años que el paciente fuma multiplicado por el número de paquetes por día, ej. si el paciente ha fumado 40 cigarrillos al día durante 25 años, entonces habrá fumado: 40 cigarrillos x día = 2 paquetes,- 2 paquetes x 365 días = 7 3 0 paquetes,- 7 3 0 paquetes x 25 años = 1 8 . 2 5 0 paquetes/año). También se debe determinar la forma de fumar: en boquilla, pipa o con la candela hacia dentro de la boca, la cual tiene relación con neoplasias de lengua y cavidad oral. 8.3. Alcohólicos: El consumo y dependencia de alcohol debe hacerse notar en la historia, precisando el tiempo de consumo (desde qué edad toma alcohol); la frecuencia (cuántas veces al día, semanas o mes toma),- el tipo de licor (ron, caña blanca, cerveza, whisky) y la cantidad (por día o por semana). Se debe determinar la interferencia con las activi¬ dades profesionales o sociales del paciente (si conduce ebrio, si sufre amnesia de eventos mientras toma, si rechaza o abusa de su familia, si ha dejado de asistir a su trabajo como resultado del consumo de alcohol). 8.4. Drogas: Si el paciente responde afirmativamente a la pregun¬ ta "¿ha consumido drogas alguna vez?", es importante determinar el tipo de drogas, la ruta de administración, la frecuencia y el tiempo de consumo. Se pregunta: el tipo de drogas, la edad de comienzo, la cuál fue el período de mayor consumo, cuál es el patrón de consumo actual, si ha sido necesario incrementar la dosis para obtener el mismo efecto, si ha intentado dejarlo, si ha convulsionado alguna vez mientras consume, si presenta algún síntoma de absti¬ nencia cuando no las consume. 8.5. Ocupaciones: Los antecedentes ocupacionales deben incluir: descripción del trabajo habitual y del actual (si es dife¬ rente),- oficios o trabajos realizados/ condiciones y horas de trabajo,- tensión física o mental,- duración del empleo; exposición presente o pasada a condiciones de frío o calor, tóxicos industriales ( especialmente plomo, arsénico, cromo, amianto, berilio, gases tóxicos, benceno, cloruro de polivinilo u otros agentes carcinógenos o teratogénos),- uso de dispositivos protectores que requiere el desarrollo del trabajo (lentes o mascarilla, etc). 8.6. Tipo de viviendas y residencias anteriores: Se le pide al paciente que describa su vivienda actual y las anteriores, haciendo énfasis en la disposición de excre¬ tas y de basura,- suministro de agua,- el tipo de construcción (paredes, techos); la existencia de animales domésticos y otros animales (ratas, insectos) que pudieran ser vectores de enfermedades y el número de personas que habitan en la casa para precisar condiciones de hacinamiento. Se le pregunta sobre otras ciudades o países donde ha residido o viajado el paciente y el tiempo de permanencia, para ori¬ entarnos sobre exposición a enfermedades contagiosas. 8.7. Sueño: El patrón de sueño proporciona información acerca de problemas psicológicos que pudiera presentar el paciente. Se interroga a qué hora se acuesta,- cuántas horas duerme,- si tiene problemas para dormirse (insomnio conci¬ liatorio) o si se levanta en medio de la noche y tiene pro-
  • 20. Antecedentes Familiares blemas para volverse a dormir (insomnio reconciliatorio); tipo de sueño (diurno, nocturno o fraccionado) y si se le¬ vanta descansado o no. 8.8. Sexuales: Cuando comentamos los antecedentes epidemiológi¬ cos hablamos de la importancia de precisar los hábitos se¬ xuales del paciente por su relación con una serie de enfer¬ medades ¡nfectocontagiosas; por otro lado, el vigor sexual es un buen indicador de bienestar general. Se debe inves¬ tigar: preocupaciones en relación con las sensaciones y la actividad sexuales,- frecuencia de relaciones sexuales,- capaci¬ dad para lograr el orgasmo,- cantidad y variedad de com¬ pañeros (del mismo sexo, del opuesto o de ambos). Se deben, además, hacer preguntas directas acerca de sexo oral o anal y si ha tenido contacto con individuos con SIDA. 8.9. Actividad Física: Se le pregunta el sujeto si realiza algún tipo de ejer¬ cicio, desde cuándo y la cantidad o duración por día. 8.10.Situación Personal: Incluye preguntas acerca de: ambiente familiar durante la juventud, educación, posición en la familia, esta¬ do civil, grado de satisfacción vital, aficiones, intereses, causas de estrés, tensión, preferencias y creencias religiosas. 2.2. LOS ANTECEDENTES FAMILIARES Constituyen aquella parte de la historia clínica en la que se busca la presencia o ausencia de enfermedades fami¬ liares que tengan importancia para el diagnóstico de la enfermedad actual o algún otro padecimiento concomitante, o que influyan sobre la salud del paciente, o lo pongan en riesgo de sufrir enfermedades en el futuro. Las enfermedades o condiciones importantes incluyen: a) aquellas que son francamente hereditarias, como la anemia de células falciformes o dislipoproteinemias; b) aquellas donde hay cierta "predisposición familiar" pero la genética no es tan clara, como enfermedad arterial coro¬ naria o diabetes tipo 2; c) los "rasgos" familiares tales como la talla baja,- d) enfermedades psiquiátricas o alcoholismo, que no sólo pueden ser familiares, sino que afectan profun¬ damente el pasado y el presente del paciente y e) enfer¬ medades que sugieran exposición de los miembros de la familia a agentes infecciosos o a tóxicos. La palabra "familiar" por lo general se refiere a los padres, hermanos e hijos del paciente (de primordial impor¬ tancia) y a los abuelos , primos, tíos y tías (de menor importancia). El cónyuge es un interrogante vital de la fami¬ lia del enfermo, pero no tiene importancia alguna en lo que a enfermedades familiares se refiere, siempre y cuando no exista consanguinidad con otro miembro de la pareja. El médico inicia con preguntas generales: "¿Hay enfermedad importante que se haya presentado en su fami¬ lia?", "¿Algún familiar ha tenido los mismos síntomas que usted tiene ahora?", "¿Qué me dice de sus padres, viven todavía, sufren de algún problema médico?", "¿Sus hijos?", "¿Hermanos?",- y después continúa con preguntas muy específicas sobre enfermedades que suelen tener ten¬ dencias familiares como antecedentes de hipertensión car- diopatía, cáncer, tuberculosis, accidentes cerebrovasculares, diabetes, gota, patología renal, patología tiroidea, asma y otras alteraciones de tipo alérgico, patología hemática, enfermedades de transmisión sexual y enfermedades psiquiátricas. Si algún miembro de la familia ha fallecido, se debe registrar la edad y la causa de la muerte. Un diagrama genealógico suele ser útil para registrar este tipo de información y para realizarlo se utiliza determi¬ nados símbolos: Fig. 2.2.1. Hacia el lado izquierdo se coloca la línea paterna y hacia el derecho la línea materna, en números romanos se colocan las generaciones; un ejemplo: Fig. 2.2.2.
  • 21. Revisión por aparatos y sistemas 2.3. REVISIÓN POR APARATOS Y SISTEMAS La función del interrogatorio por aparatos y sistemas es descubrir otro problema médico activo que puede o no estar influyendo o estar relacionado con los motivos por los que el paciente vino a la consulta. Por otro lado, revisando en forma ordenada una lista de posibles síntomas, el médi¬ co puede chequear específicamente cada sistema y des¬ cubrir manifestaciones adicionales de una enfermedad aún no discutida por el paciente. Para conducir un buen interrogatorio por aparatos y sistemas se recomienda: a) primero pregunte por problemas generales sobre cada aparato, ej. "¿Tiene algún problema en los ojos?", y después enfoque sus preguntas hacia los detalles de los síntomas que sí tiene (positivos pertinentes), para reinterrogar, por último, sobre los síntomas que no están presentes pero que podrían estar relacionados con la enfermedad actual (negativos pertinentes); b) para cada resultado afirmativo se debe obtener suficientes detalles como para valorar si son síntomas significativos o sin impor¬ tancia, por regla general, su importancia estará en relación a la intensidad y duración y c) los términos ambiguos como "indigestión", "fatiga" o "problemas intestinales" deben definirse con mucha mayor precisión. Si la información obtenida en el interrogatorio por aparatos y sistemas ha sido descrita en la historia de la enfermedad actual, es correcto indicar "ver enfermedad actual". Las preguntas deben ser hechas de manera que el paciente pueda entenderlas y se deben organizar desde la cabeza a las extremidades. Síntomas generales: • Fiebre: Fecha de comienzo, si se ha medido (oral, rectal), evolución, horario, concomitantes y atenuantes. • Escalofríos • Peso: Peso habitual, peso actual, cambios y en cuánto tiempo ocurrieron, modificaciones en la dieta. • Debilidad o Fatiga • Sudoración nocturna • Intolerancia al frío o al calor • Tendencia al sangrado Piel, pelo y uñas: • Erupción y urticaria • Prurito ( picazón): Localizado o generalizado, con qué se relaciona (tópicos, alimentos, temperatura ambiental, ropas), horario (diurno, nocturno, continuo y evolución). • Cambios en la pigmentación: Manchas en la piel, ictericia ( coloración amarillenta de piel y mucosas), cianosis ( coloración azulada de labios o lecho ungueal). • Aparición de tumoraciones y lunares • Cambios en la apariencia de lunares ya exis¬ tentes • Cambios en la textura de piel, cabello o uñas • Caída o fragilidad en el cabello • Crecimiento anómalo de uñas o pelo (hir- sutismo) • Edema (hinchazón o aumento de volumen): Describir el sitio, horario de aparición, si se acom¬ paña de calor o enrojecimiento y variaciones posicionales. Cabeza: ii Cefalea: Frecuentes o inusuales, localización, carácter, intensi¬ dad, horario, desencadenantes, atenuantes, concomitantes y evolución. • Mareos o vértigos (sensación de movimiento del entorno o del paciente) • Síncope: Pérdida brusca de la consciencia, duración (momen¬ tánea o prolongada). Ojos: • Agudeza visual: Hipermetropía (no ve bien de cerca); miopía (no ve bien de lejos); daltonismo (no diferencia el color rojo del color verde),- amaurosis (ceguera); escotomas (defecto en el campo visual); cambios recientes en la calidad de la visión o en el aspecto de los contemplados y uso de lentes (Convencionales o de contacto, quién y cuándo se los indicó, tipo de corrección). j Diplopía (visión doble) • Epífora (lagrimeo excesivo) • Escotomas centellantes (visión de estrellas, luces o puntos de colores brillantes • Fotobia Dolor o molestia cuando mira a la luz • Secreción serosa o purulenta Oídos: • Agudeza auditiva: Acusia (sordera); Hipoacusia (disminución de la agudeza auditiva); uso de dispositivos de ayuda. 16
  • 22. iratos v sistemas • Tinitus: Oir silbatos o pitos, campanillas, sensación de cho¬ rro de agua, unilateral o bilateral, nocturno o continuo. a Secreción: Otorrea (purulenta) otorraquia (sanguinolenta), otolicorraquia (líquido cefalorraquídeo). ti Mareos o vértigo: Si las cosas dan vuelta alrededor de la persona o la persona siente inestabilidad o desequilibrio, si hay tenden¬ cia a la caída, si se relaciona con cambios de posición de la cabeza o del cuello, o si son estereotipados. Nariz: • Anosmia: No distingue los olores,- hiposmia: agudeza olfativa disminuida. • Epistaxis: Hemorragia nasal, uni o bilateral, anterior o posterior • Rinorrea: Secreción nasal acuosa, mucosa o mucopurulenta. • Sinusitis: Infección de senos paranasales, dolor en la cara, descargas posteronasales. » Obstrucciones nasales o prurito nasal Boca y Garganta: o Condición de los dientes: Presencia de caries, desdentado parcial o total, uso de prótesis dental totales o parciales. • Condiciones de las encías: Gingivorragia: sangrado por las encías. • Alteraciones en la lengua: Dolor o ardor. Disgeusia: alteraciones del gusto • Ulceraciones en la mucosa oral (llagas) • Disfonía Cambio en el tono de voz • Afonía Pérdida o disminución de la voz • Odinofagia Dolor para tragar • Disfagia Dificultad para tragar, líquidos o sólidos. • Halitosis Presencia de mal aliento Cuello: • Dolor a la movilización, • Aumento de volumen • Presencia de bocio, • Latidos • Inflamación • Adenomegalias Tórax y pulmones: • Dolores relacionados con la respiración • Tos: Seca, húmeda o productiva,- diurna, continua o noc¬ turna,- reciente o crónica • Producción de esputo o expectoración: Cantidad, color, tiempo de evolución,- hemoptisis: expectoración sanguinolenta, hemoptoica: expectoración con estrías de sangre. • Disnea: Difucultad para respirar, se describe su inicio, relación con el ejercicio o si se agrava con él (progresiva de esfuerzo), si empeora con ciertas posiciones,- en decúbito dorsal (ortopnea) o en decúbito lateral (trepopnea), si aparece bruscamente durante el sueño (disnea paroxística nocturna). Corazón y Vasos: • Dolor o molestia toráxicas: Aparición, irradiación, carácter, intensidad, duración, desencadenates, agravantes, atenuantes y con¬ comitantes. • Palpitaciones (sensación de latidos cardía¬ cos anormales) : Aparición, frecuencia, ritmo, desencadenantes, ate¬ nuantes y duración. • Claudicación intermitente: Dolor en miembros inferiores al caminar que se alivia con el reposo y se debe a insuficiencia vascular periférica. • Aumento de volumen o frialdad en los miembros inferiores: • Presencia de dilataciones venosa y ulcera¬ ciones Tracto gastrointestinal: • Hábito intestinal en 24 horas y característi¬ ca de las heces: Color, cantidad y consistencia, cambios en el cali¬ bre. Presencia de diarrea o constipación. ¡i Disentería (heces con moco y sangre) • Melena (heces de color negro y consistencia disminuida - sangre digerida) • Rectorragia (expulsión de sangre roja, ruti¬ lante por el recto) w Apetito: Anorexia: ausencia de apetito, hiporexia: disminu¬ ción del apetito. • Digestión: Intolerancia alimentaria (grasas, ácidos, granos, condimentos); acidez, pirosis (ardor retroesternal), o dolor epigástrico,- flatulencia (expulsión de gases por el recto); meteorismo (sensación y movilización de intestino). 17
  • 23. Revisión por aparatos y sistemas • Nauseas y vómitos: Forma de comienzo, número, contenido, cantidad. Hematesis (vómito de sangre). « Dolor rectal - hemorroides: Várices en la mucosa rectal y ano, puede ser dolorosa y sangrar,- secreciones rectales. Aparato genitourinario: • Ritmo miccional, frecuencia, cantidad: Poliurina (aumento de volumen urinario), oliguria (volumen urinario menor de 4 0 0 ce en 24 horas), anuaria (ausencia de orina), nicturia (aumento de la frecuencia uri¬ naria durante la noche), poloquiuria (aumento de la fre¬ cuencia miccional). • Características de la orina, color, olor, cali¬ bre del chorro urinario: Hematuria (presencia de sangre en la orina), coluri- na (presencia de pigmentos biliares en la orina). Tenesmo vesical: deseos continuos de orinar,- disuria: dolor o ardor al orinar,- retención urinaria: imposibilidad para la micción,- incontinencia urinaria: emisión involuntaria de orina,- enuresis: emisión involuntaria de orina cuando está dormido. • Ginecológicos: Trastornos en la menstruación, fecha de la última menstruación. Amenorrea: ausencia de menstrución,- oligomenorrea: ciclos menstruales muy largos,- polimenorrea: ciclos menstruales cortos, aumenta el número de menstrua¬ ciones,- hipermenorrea: menstruaciones con aumento de la cantidad,- menometrorragia: menstruaciones con aumento de la cantidad y aumento del número de días,- metrorragia: san¬ grado genital intermenstrual. Dismenorrea: menstruaciones muy dolorosas. Dispareunia: dolor durante el acto sexual. Musculoesquelético: • Sistema óseo, muscular y arterial: Debilidad muscular (paresia),- dolor muscular (mial- gia),- rigidez muscular,- disminución del volumen muscular (atrofia); calambres musculares; dolor articular (artralgia); signos de inflamación articular (artritis); rigidez articular,- li¬ mitación o pérdida de la movilidad articular (anquilosis); degeneración articular (artrosis),- deformidad articular. Neurológico: • Síncopes: Convulsiones (características, frecuencia, tratamiento). Musculoesquelético: • Parálisis: Anomalías sensoriales o de coordinación muscular (reposo de actitud, intencional) • Pérdida de la memoria (reciente, pasada) • Nerviosismo • Inestabilidad de la marcha • Desorientación (persona, tiempo y espacio) • Cambios en el carácter y desórdenes psiquiátricos • Alteraciones del lenguaje y hemiferio do¬ minante. LECTURAS RECOMENDADAS 1. Brooks, Stewart M., y cois.: Handbook of infections Disease. First edition. Little Brown and Company. Boston, 1980. 2. Burside, John W.: Semiología. Editorial Médica Panamericana. Argentina, 1977. 3. Cossio y Padilla: Semiología general. Tomo I, Buenos Aires, 1959. 4. Lenette Spanding: Truant manual of clinícal microbrology. 2nd. Edition. American Socíety for Microbiology, 1974. 5. Lovell RRH y Doyle H.E.: Introducción a la medicina clínica. Ediciones Toray. España, 1962. Ó. Major Ralph: Propedéutica médica Editorial Interamericana, S.A. México, 1962. 7. Stein, Jay H.: Medicina interna. Mosby. Madrid. 1998 8. Suros: Semiología médica y técnica exploratoria. Masón Salvat. Barcelona 1987 9. Voshikawe, Thomas and col.: Infectious disease diagnosis and management. Houghton Mifflin professional Publisher Medical División. Boston, 1980. 10. El control de las enfermedades transmisibles en el hombre. Organización Panamericana de la Salud. Washinton. D.C. 10° edición 1965. 18
  • 24. Dra. Ana M. Bajo - Dra. Tania Bustos O. Dr. Carlos Ibarra- Dr. José F. Oletta Signos Vitales LA TENSIÓN ARTERIAL SISTEMICA La tensión arterial sistémica, conjuntamente con el pulso, la temperatura, la respiración, la talla y el peso, cons¬ tituyen los signos vitales del paciente,- signos éstos que siempre deben guiar al médico cuando se encuentra frente a un paciente. La tensión arterial sistémica puede ser medida indi¬ rectamente por medio de un aparato denominado esfigmo- manómetro o tensiómetro, el cual —utilizado adecuada¬ mente— proporciona valores que resultan ser signos impor¬ tantes del estado de salud o enfermedad de las arterias. Ahora bien, antes de describir la forma en que se obtiene esta medición indirecta de la tensión arterial sistémi¬ ca, es necesario hacer un breve recuento sobre los siguientes aspectos: ¿qué es la tensión o presión arterial sistémica?,- ¿cuáles son los factores que regulan la tensión arterial sistémica?, y ¿cuáles son los valores normales de la tensión arterial sistémica?. Cuando la sangre es impulsada por el corazón, distiende las arterias y crea presión en el sistema arterial, y —como consecuencia— la sangre circula por la aorta, llega a los vasos periféricos y retorna a la aurícula derecha. La presión que se crea dentro de las arterias depende de la relación que existe entre el flujo por minuto que es bombeado por el corazón (el gasto cardíaco) y la resistencia que los vasos periféricos ofrecen al ser distendi¬ dos, llamada resistencia periférica. Puede decirse, entonces, que la presión arterial es igual al gasto cardíaco expresado en flujo por minuto, mul¬ tiplicado por la resistencia periférica. P = F x R Como el corazón es una bomba pulsátil, la sangre que penetra en las arterias, lo hace de una manera intermi¬ tente y causa los pulsos de presión. Tensión arterial sistólica: Cuando el pulso de presión en el sistema arterial es máximo, se crea la llamada presión sistólica o máxima, que depende de la expulsión de sangre del ventrículo izquierdo hacia la aorta y de la elasticidad de las arterias. Tensión arterial diastólica: Cuando la presión del pulso arterial es mínima, se genera la tensión arterial diastólica o mínima, la cual depende de la resistencia periférica y de la frecuencia cardíaca. Factores que regulan la presión arterial sistémica: Tanto el gasto cardíaco como la resistencia periférica están influenciados por otros factores, entre los cuales están: la contractilidad miocárdica, la fuerza del volumen de eyección, el radio arteriolar y la capacidad de distensión arterial. Valores normales de tensión arterial sistólica: No existe un valor único de tensión arterial sistólica. En condi¬ ciones normales, las cifras de tensión arterial son: *Que no toman drogas antihipertensivas o que no están agudamente enfermos. Cuando las presiones sistólica y diastólica caen en diferentes categorías, se debe seleccionar ía categoría más dita para clasi¬ ficar el estado de la presión arterial del individuo. Por ejemplo: 1 6 0 / 9 2 debe clasificarse como Estadio 2, y 1 8 0 / 1 2 0 debe clasificarse como Estadio 4. La hipertensión sistólica aislada ( H S A ) se define como PAS > 1 40 mm Hg y PAD < 90 mm Hg y se clasifica en el estadio apropiado (por ejemplo: 1 7 0 / 8 5 mm Hg se define como H S A Estadio 2). + La presión arterial óptima con respecto al riesgo cardiovascular es PAS < 1 20 mm Hg y PAD < 80 mm Hg. Sin embargo, las lecturas inusualmente bajas deben evaluarse en busca de su signifi¬ cación clínica. * * Basada en el promedio de dos o más lecturas tomadas en cada una de dos o más consultas después de uns toma inicial. Nota: Además de la clasificación de los estadios de la hipertensión en base a los niveles promedio de presión arterial, los médicos deben especificar la presencia o ausencia de enfermedad en órganos blanco y otros factores de riesgo. Por ejemplo, un paciente que padezca diabetes y tenga una pre¬ sión arterial de 1 4 2 / 9 4 mm Hg más hipertrofia ventricular izquierda, debe clasificarse como "Hipertensión Estadio 1 con enfermedad en un órgano blanco (hipertrofia ventricular izquierda) y con otro factor de riesgo importante (diabetes)". El ser específico es importante para ía clasificación del riesgo y el manejo de la condición. * V Informe del Comité Nacional Conjunto sobre Detección, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial. Arch. Intern. Med. 1993; 153:154. 19 Examen Físico
  • 25. Signos Vitales Hay factores como la edad, el ejercicio, el sexo, la constitución física, el sueño, y diversos estados emo¬ cionales, que suelen modificar la tensión arterial. Se ha observado que en la medida en que un indi¬ viduo aumenta en años, sus cifras de tensión arterial descienden. Así mismo, determinaciones en el momento del nacimiento dan valores de 80/45 mmHg, cifras éstas que se obtienen con mangos del esfigmomanómetro de 6 cm de ancho. Y a los 4 años, los valores de tensión arterial sistémi- ca están alrededor de 90/45 mmHg. En adultos jóvenes normales se han encontrado va¬ lores menores de 1 4 0 / 9 0 mmHg. En los adultos maduros, las cifras no deben pasar de 1 4 0 / 9 0 mmHg. Y alrededor de los 50-60 años, la presión arterial sistólica puede ascender a 1 60 mmHg, en tanto que la presión diastólica debe mantenerse en 90 mmHg. En cambio, los ancianos mayores de 70 años pueden presentar una disminución de la presión arterial sistólica, lo cual ha sido atribuido a una disminución progresiva de la eficiencia cardíaca. Se considera que la presión arterial sistólica prome¬ dio en el hombre es ligeramente mayor que en la mujer de la misma edad. Con el ejercicio físico, la presión arterial sistólica sube rápidamente al comienzo de la actividad, para descen¬ der poco tiempo después y mantenerse en un nivel supe¬ rior al normal. En estas modificaciones influyen el tipo y la intensidad del ejercicio, así como el entrenamiento del suje¬ to. Es posible que en algunos obesos sin afecciones orgáni¬ cas, la cifra de presión arterial sistémica sea ligeramente superior a los valores considerados como normales para ese grupo de edad y para ese sexo. Durante el sueño tranquilo hay un descenso de la presión arterial sistólica entre 1 5 y 30 mmHg, y de la pre¬ sión arterial diastólica entre 5 y 10 mmHg. El estrés emocional, la angustia y el miedo provocan una discreta elevación de las cifras de presión arterial sistóli¬ ca, regresando a lo normal al ceder la situación. Para calcular las cifras de tensión arterial existen reglas y tablas adaptadas a la edad y al sexo. Algunos autores proponen que la presión arterial sistólica normal de un adul¬ to expresada en mmHg sería igual a 100 más la edad en años, haciendo la salvedad de que por encima de los 50 años, cifras superiores a 1 50 mmHg son algo elevadas. PAS = 1 00 + edad en años Para la presión arterial diastólica no hay patrón categórico,- sin embargo, se acepta que su valor es igual a la mitad de la presión sistólica, más o menos 1 0 a 20 mmHg. En general, se aceptan como cifras normales de pre¬ sión arterial sistémica en adultos mayores de 25 años, aque¬ llos valores comprendidos entre 90 y 1 40 mmHg para la presión sistólica, y entre 60 y 90 mmHg para la presión diastólica. El médico debe señalar, además, las condiciones en las cuales se encontraba el paciente al hacer la medición de la tensión arterial sistémica, porque puede ser de gran uti¬ lidad la cifra obtenida. REQUISITOS PARA MEDIR LA PRESIÓN ARTERIAL Para llevar a cabo la medición de la presión arterial, es importante cumplir con ciertas condiciones referentes a los aparatos que se van a emplear, al paciente y al ambiente en el que se efectúa la medición. Con respecto al esfigmomanómetro, debe tomarse en cuenta que el brazalete sea 20 por ciento más ancho que el diámetro de la extremidad; así como que la bolsa inflable y las conexiones no estén acodadas, desplazadas o rotas, ni produzcan roces entre ellas. Y con respecto al estetoscopio, debe observarse que esté en perfectas condi¬ ciones, y hacerse uso de la membrana. En relación con el paciente, es necesario que éste mantenga totalmente desnuda la extremidad sobre la cual se tomará la presión arterial sistémica. Además, el paciente deberá estar sentado, acostado o de pie, y su tensión deberá tomarse en ambos miembros. Finalmente, es de suma importancia que esta medición se realice en un ambiente tranquilo, después de que el paciente adquiera cierta confianza con el médico, para lo cual se aconseja tomar la presión arterial sistémica al comenzar y al finalizar el examen físico. Nunca deberá tomarse después de haber hecho ejercicio, o de una situación de estrés emocional, pues los valores no serán confiables.