El documento describe cómo durante el siglo XIX en Chile, los gobiernos y la clase dirigente ignoraron los problemas de los sectores más pobres, quienes vivían en situaciones de explotación y pobreza. El norte de Chile experimentó un gran crecimiento demográfico debido a la migración rural hacia las ciudades impulsada por el auge del salitre y la industrialización. Los obreros urbanos generalmente habían nacido en el campo y migrado a las ciudades jóvenes que carecían de la capacidad para recibirlos.