2. “No me gustan las amistades de mi
hijo, sobre todo uno que fuma y dice
palabrotas, y realmente estoy
preocupada por la influencia que puedan
tener en su comportamiento,” …
3. - … No olvidemos que nuestros
hijos influyen también.
- … Nuestros hijos descubren que
hay más posibilidades que las
que ofrece el entorno familiar.
- … también necesita la opinión de
los padres … pero no escuchar
un ‘disco rayado’.
4. ¿Debo prohibirle salir con amigos que considero que son
una mala influencia?
¿Le digo lo que pienso sobre sus amigos, o me callo y cruzo
los dedos?
¿Le busco yo los amigos que le convienen?
5. Ante la imposibilidad de esta medida, lo
que tenemos que hacer los padres
es intentar que aprendan qué es
eso de la amistad, y para eso es
necesario dos factores:
- tener la posibilidad de elegir sus
propias amistades, y
- observar cómo sus padres
valoran y disfrutan de sus
amigos.
6. -Que gobiernen su propia vida,
-Que sean autónomos,
-Que tengan metas,
-Que se valoren para valorar lo
que tienen a su alrededor…
…PERO
HAY RIESGOS –inevitables-: errores como en todo aprendizaje.
8. Un “amigo” para cada edad
Niños (5-8 años):
Juega en grupo, aprendiendo a ser un “ser social”.
Compromiso con el grupo.
El amigo es el que comparte alguna afición (futbol, etc) y los demás
compañeros.
Preadolescentes (9-13 años):
Tendencia a buscar amigos más íntimos en los que confiar y contar sus
problemas.
No ha aprendido su deber de aportar a la relación.
Adolescentes – Jóvenes (+ 14 años):
Va conociendo a bastantes personas con las que compartir algún aspecto de
la vida.
Unos pocos amigos de verdad.
Esa amistad debe ir creciendo lentamente. Los amores pegajosos son signo
de inmadurez.
9. ¡Ojo!…
Los amigos son muy importantes, tan
importantes que deberíamos tener en
cuenta que, nuestro interés por
protegerlos, puede generar un
conflicto si no actuamos con la cabeza fría.
13. Que nuestra reflexión parta de una idea clara:
Los padres también influimos en los hijos y
somos un referente estable que va más allá
de lo puntual.
No podemos rendirnos,
sí debemos adaptarnos y
ayudar a que no les afecte el “eres
el único que no lo hace”.
14. En primer
lugar
Piensa por un momento en tus propios amigos
¿Tus hijos tienen la oportunidad de veros disfrutar con
vuestro amigos?,
¿tienen la oportunidad de ver cómo os ayudáis en
momentos difíciles?,
¿tienen la oportunidad de ver cómo habláis de ellos?
15. Si tienes buenos amigos, y tus hijos ven y
sienten el “ambiente” que generan, ya tienes
recorrido una parte importante del camino
16. ¡Nadie da de lo que no
tiene! Deben ver que sus padres son buenos amigos:
Que vean que tenemos amigos y que tratamos de tener más.
Que vean que estamos dispuestos a servir y a comprometernos.
Que vean que no utilizamos a los amigos.
Que vean que no les criticamos a sus espaldas.
Que vean que siempre valoramos las opiniones de los demás:
comprender y escuchar.
19. Los padres tenemos que
transmitir con claridad a
nuestros hijos lo que
consideramos una
conducta aceptable y, por
supuesto lo que
consideramos que son
conductas inaceptables.
*Conductas y no personas
20. 20
Virtudes/conductas aceptables…
Transmitir que un buen amigo poseer virtudes/conductas aceptables…:
Lealtad. No traicionar la intimidad.
Generosidad.
Ayuda.
Comprensión.
Confianza.
Por el contrario una mala influencia es:
Aquella que provoca un cambio de actitud estable de nuestro hijo que
abandona los criterios rectos.
Aquella que genera una relación que se basa en la dependencia. Nuestro
hijo deja de utilizar sus criterios.
Cuando la amistad se basa en las actividades atractivas que esa
persona proporciona y no en la propia persona.
21. En tercer
lugar
Invita a los amigos de tu hijos a casa
Así podrás observar en tu casa cómo se maneja ese
amigo tanto con tu hijo, como contigo. Y tu hijo lo verá
también.
24. En cuarto
lugar
Nuestros hijos tienen que aprender a distinguir
amigos que ejercen influencias positivas de
amigos que ejercen influencias negativas. Pero
lo tienen que descubrir ellos, no los padres.
25. Nosotros le damos información de lo que un
amigo hace, y que nuestro hijo compare con lo que
hacen sus amigos.
No nos puede faltar seguridad y argumentos en nuestros principios,
opciones,… Sin justificarnos debemos recibir las cuestiones de nuestros hijos y
responder de manera coherente y siguiendo nuestros criterios educativos.
26. En quinto
lugar
Los factores que más influyen en la formación
de relaciones de amistad son la proximidad y la
semejanza.
27. A nuestros hijos les gustan los amigos que son parecidos en sus gustos,
aficiones, valores, ideas, etc., pero a nuestros hijos adolescentes también
les ocurre eso de “no hay nada más bello que lo que nunca he tenido” de
ahí la tentación que provoca “el lado oscuro”.
No desmitifiquemos a los amigos de nuestros hijos, ya tendrán ellos
tiempo de decidirlo porque ¿nuestros amigos son perfectos?,
¿nosotros somos un perfecto amigo?.