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Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009   Página 1
AURKEZPENA

 Garrantzitsuena hasieran esan behar dela esaten dute, ba.., hor doa:

 Zipriztintzen, 2008ko ekainean sortu zen; hiru faktorek eduki zuten eragina (ez ziren hiru hauek bakarrik
 izan, baina tira…)

        Emakumeen Topalekuak maskulinotasun berriei buruzko tailerra antolatzeko ahaleginak
        Gure lagun eta irakasle den Ibon Arrizabalagaren giza-kalitateak; bere izaera eta munduarekiko
         duen jarrerarekin, tailer bat eta baita hamaika tailerretan ere erakutsi daitekeena baino askoz
         ere gehiago erakutsi baitigu.
        Egia esan, gauzak nahiko erraz utzi zizkiguten, baina guk ere zerbait egin genezakeela-eta
         horrelaxe egin genuen, lehenik guretzat oso aberasgarria zelako, beste gizonentzat ere bai,
         baita emakumeentzat ere; Beraz, onuragarria izango zela pentsatuz ekin genion talde lanari.

 Garrantzitsuena esan ondoren: Zergatik antolatu berdintasunaren aldeko gizonen topaketa?

 Hamabostaldian behin egiten dugun bilera baten taldekide batek hurrengo gogoeta egin zuen:

         “nire lagunekin nagoenean ditudan sentsazioak azaltzeko beharra izaten dut, zoriontsuagoa
         naizela ikustea nahi dut…, baita politagoa nagoela ere, ze arraio!; baina ezin dut. Isildu gabe
         solasean aritzen naiz, baina aspertu itxurarekin begiratzen didate, -tipo hau pitzatzen hasia
         dago-, pentsatuz. Zergatik egiten zaigu hain zaila? Zein da gakoa berdintasunaren gaia
         gizonentzat erakargarri gertatzeko?”

 Ez genion galdera horri erantzunik topatzen: ze zaila den “ez dakit” esatea. Ondorengo egunak galdera
 horri irtenbide bat aurkitzeko estrategiak pentsatzen pasa zitzaizkigun:

        Kotxeei buruzko aldizkarietan mezu subliminalak jartzea.
        Gure hitzaldiak kirol emankizunen antzerako ahotsarekin egitea.
        Apustuak egitea: “ea nork puntu gehiago lortu berdinometroan”…

 Baina ez, ez genuen erantzun egokirik aurkitzen. Egun batean kide batek zera esan zuen arte:

         “Zergatik ez dugu gizonen topaketa bat antolatzen? Ea horrela, guztion artean hainbeste
         kezkatzen gaituen galderari erantzun jator bat bilatzen diogun.”

 Horrelaxe sortu zen topaketa honen ideia: guk erantzuten ez dakigun galdera



 Muxu eta besarkada goxo bat.




 Ermuan, 2009ko abenduaren 12an.




Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009                                                         Página 2
PRESENTACIÓN

 Dicen que primero hay que contar lo más importante:

 Zipriztintzen nació en junio de 2008 gracias a la conjunción de tres factores (hay más, pero.., en fin..,)

         El empeño de La Casa de la Mujer de Ermua por organizar un taller sobre nuevas
          masculinidades.
         La calidad humana de nuestro amigo, y profe favorito de taller, Ibon Arrizabalaga, que, con su
          forma de ser y estar en el mundo, nos ha enseñado mucho más de lo que se puede enseñar en
          uno y mil talleres
         Nos lo habían puesto fácil, la verdad, pero faltaba nuestra parte; y lo hicimos convencidos de
          que era algo bueno para nosotros, primero, y, si era bueno para nosotros, también tenía que
          serlo para otros hombres, y también para las mujeres.

 Dicho lo importante: ¿Por qué un encuentro de hombres por la igualdad?

 Una tarde, en uno de nuestros encuentros quincenales, un compañero hizo una reflexión en voz alta:

          “cuando estoy con mis colegas, siento la necesidad de transmitirles las sensaciones que estoy
          experimentando, quiero que vean que soy más feliz y.., no es broma, que hasta me veo más
          guapo; pero no soy capaz. Hablo y hablo sin parar, pero nada, me escuchan aburridos y con
          cara de estar pensando que se me ha ido la olla, ¿por qué es tan complicado?, ¿cuál es la
          clave para hacer atractiva la igualdad a los hombres?”.

  Y nosotros sin respuesta; y qué difícil es decir “no lo sé”. Durante unos días pensamos todo tipo de
 estrategias para llegar a otros hombres:

         Intercalar mensajes subliminales en revistas de motor
         Dar charlas con formato de retransmisión deportiva
         Organizar campeonatos del tipo: “yo soy el tío más igualitario del mundo”…etc

 .., pero nada, que no encontrábamos una respuesta satisfactoria. Hasta que un día uno dice:

          “oye chicos, ¿Por qué no organizamos un encuentro de hombres?, a ver si entre muchos
          conseguimos dar respuesta a la cuestión que tanto angustia a nuestro querido compañero”.

 Y éste es el origen del encuentro de hombres: una pregunta para la que no teníamos respuesta.




 Un beso y un fuerte abrazo a todos.



 Ermua, 12 de diciembre de 2009




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GRUPOS DE HOMBRES Y GRUPOS
     FEMINISTAS




Los hombres en el feminismo
Imelda Whelehan (1995) (Traducción: José María Espada Calpe. 1998)
Seguir leyendo en: http://masculinidades.wordpress.com/los-hombres-en-el-feminismo/

Uno de los primeros y más significativos debates del movimiento de liberación de las mujeres fue qué lugar ocuparían
los hombres en las organizaciones. Tanto en los Estados Unidos, como en el Reino Unido, ya en las primeras
conferencias y protestas, los hombres asistieron y se les dio voz, pero muchas mujeres señalaban que la presencia de
los hombres alteraba la naturaleza y calidad de los debates, y que ellos solían dominar las discusiones. Los debates
iniciales se centraron necesariamente sobre la cuestión de si los hombres podían ser excluidos y si se aceptaba que “la
creación de la nueva mujer pasaba necesariamente por la creación del nuevo hombre”

Ellas deseaban la autonomía para construir un movimiento para las mujeres: “Ellas querían su movimiento, no tanto
expulsar a los varones como ser independientes de ellos” (Coote y Campbell 1987:27). Además era evidente que en el
período fundacional del movimiento de la “Segunda ola”, las feministas estaban decididas a crear un forum político
que señalase sólo a la mujer como el sujeto colectivo. Esto significó, necesariamente, que el término feminista fuera
susceptible de aplicación sólo a las mujeres: esto es, que las políticas feministas crearon un espacio segregado
sexualmente para compensar las prácticas recalcitrantemente excluyentes del núcleo duro de las políticas
parlamentarias. Pero el separatismo ha llegado a ser desde entonces una de las tácticas feministas más
incomprendidas

Las feministas radicales habían caracterizado el patriarcado bastante desafortunadamente como una expresión del
poder de los hombres sobre las mujeres. Las socialistas y las liberales, así mismo, volvieron sus miradas hacia las vidas
privadas de las mujeres y sus experiencias personales, lo que parecía afirmar que el problema de las mujeres era, a
grandes rasgos, los hombres -no sólo aquellos que sustentaban los mecanismos de poder en el gobierno, sino también
los padres, los compañeros y coetáneos -. La observación de que la opresión del patriarcado parecía que se mantenía,
con quiebras mínimas, a través de la historia y de las culturas, reforzó la idea de que este sistema de opresión operaba
con máxima efectividad en la esfera privada. La idea de “Lo personal es político” ganó empuje entre las feministas, y el
escrutinio de las propias historias de vida fue visto como posibilitador y potencialmente liberador, acompañado -como
estaba-, por esfuerzos de cambio en la dinámica de las relaciones entre hombres y mujeres. “Política sexual”, en


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primera instancia, se refiere al sexo y a una conciencia de que las relaciones de poder existen y se perpetúan en los
más íntimos rincones de la vida de las mujeres:
Si bien las mujeres heterosexuales no podían concebir el separatismo extremo como una alternativa feminista viable
para su orden social cotidiano, las críticas de las formas en que las normas hegemónicas en las prácticas
heterosexuales reafirman la subordinación de las mujeres, demandó que las relaciones heterosexuales fueran
inspeccionadas y revisadas. No importaba lo bien intencionado que los hombres pro-feministas pudieran parecer ser,
al nivel de la sexualidad y la afectividad estaban todos implicados como poseedores de un profundo interés en el
status quo.

Si el intercurso coital fue entendido como el símbolo central de la unión heterosexual, ahora era concebido como una
práctica sexual definida en términos exclusivos del deseo masculino -una aproximación que no había manifestado
ningún cambio a pesar de la emergencia de la tan traída “era permisiva”. La conclusión lógica de la observación de
Koedt de que la penetración era de importancia secundaria para las mujeres, fue que los hombres, por lo menos
teóricamente, fueran prescindibles; pero más que esto, que las definiciones de la heterosexualidad fueran abiertas a
la negociación:
Las feministas radicales enfatizaron las repercusiones del sexismo en las vidas domésticas y sexuales de las mujeres, e
incluso forzaron concretamente a los hombres a confrontar los mecanismos a través de los que se beneficiaban
directamente de la aceptación de su hegemonía social/sexual. Desde que la institución de la familia fue puesta en el
punto de mira como el lugar fundamental de la opresión de las mujeres.

El movimiento de hombres: Las políticas sexuales y la redefinición de la masculinidad.
No existe ningún novedoso ni extraño “movimiento de hombres” o “movimientos” (que pueda corresponder de forma
directa al denominado “Movimiento de las mujeres”) encaminado a cuestionar o socavar ciertos preceptos feministas.
Sin embargo, el movimiento de hombres de comienzo de los 70, en la forma de grupos de toma de conciencia y de
grupos de discusión, se desarrolló como respuesta directa al feminismo de la segunda ola. En concreto, sirvió como
marco útil para las feministas que creían que el feminismo transformaría las vidas de los hombres, pero que
necesitaban mantener el separatismo al nivel de los grupos de toma de conciencia, la prospectiva y la acción política.
También supuso que las mujeres podrían continuar investigando sus vidas y experiencias como mujeres y las
relaciones con el patriarcado, mientras que los grupos de hombres podrían analizar la forma en que una ideología
patriarcal configuraba sus vidas y cómo el machismo en particular, podía ser especialmente sofocado. Tales grupos y
organizaciones no se encontraron siempre con un apoyo incondicional del movimiento de las mujeres, ya que las
feministas percibieron que tales investigaciones podrían degenerar en una cierta forma de “efecto yo-también”“.
Estas sospechas no eran descabelladas cuando un@ puede ver la forma en que este “efecto yo-también” es traído a la
conciencia popular muy evidentemente en libros actuales como el “No más guerra de los sexos” de Neil Lyndon”s
(1992) o el “No soy culpable” de David Thomas (1993).

“Parece como si los hombres en solitario no pueden escapar de un esencialismo que durante generaciones había sido
usado para legitimar la opresión de las mujeres, gays y lesbianas. La masculinidad no pudo ser deconstruída, pudo
únicamente ser rechazada” (Seidler, 1991, xi).
El movimiento de hombres alcanza este impás con deprimente regularidad, donde la masculinidad parece ser la más
persistente herencia, quizá porque es en gran medida definida por su desviado anverso, la feminidad; al mismo
tiempo que está asociada con una transparente totalidad. El problema con el rechazo de la masculinidad, de la que el
rechazo de la propia implicación en las redes de poder es una parte; es que le crea -a uno- una vacuna analítica.
Últimamente, cierto movimiento de hombres, ha entendido la necesidad de comprometerse con la masculinidad con
el objetivo de investigar sus diversas formas culturalmente heredadas, y distinguir las experiencias personales e
individuales de la construcción patriarcal aparentemente monolítica.
El trabajo del movimiento de liberación gay es conocido por dar comienzo a los desafíos contra las construcciones
patriarcales y heterosexistas de la masculinidad. Lo que nos recuerda que hoy en día el mayor problema para el
movimiento de hombres separado de las políticas gays es encontrar un medio para definirse en sus propios términos
sin parecer parásito del movimiento gay o del feminismo, y así encontrar un papel que le sea propio:

“En este colectivo (Talón de Aquiles), no estamos de acuerdo con los hombres que dicen que el movimiento de
hombres, como el nuestro, no tiene derecho a existir, excepto quizás en un papel auxiliar de servicio al movimiento de
las mujeres. Vemos esta actitud parcializada, como otro aspecto más de la culpabilización y auto-negación que hemos
arrastrado desde nuestro nacimiento. También refleja el menosprecio por otros hombres diferentes. Y, en su forma
extrema, llega a convertirse en otra forma de dependencia de las mujeres, haciendo que éstas hagan todo el trabajo



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para producir los cambios que necesitamos. Los hombres pueden colocar al feminismo en un pedestal igual que en
general hacen con las mujeres”. (Seidler, 1991, 31)
Este importante párrafo nos señala como los hombres pueden ver el sexismo como el “problema de las mujeres” si es
que no lo ven como un problema en absoluto. Y lo que es más, emplaza el problema de que la respuesta fundamental
de los hombres al envite del feminismo es la culpabilización, una posición que connota más una inercia política que un
potencial transformador. Pero la cuestión de dónde situar los grupos de hombres en el feminismo continua siendo un
problema espinoso, e incluso aquellos hombres que intentan escribir honestamente sobre la masculinidad y sus
problemas, exhiben demasiado frecuentemente un atrofiante sentido de culpabilidad y auto-desprecio, como el
reseñado por Victor Seidler en el párrafo anterior, hasta el punto de que los análisis de las relaciones personales y de
la respuesta sexual están casi siempre “desaparecidos”.La tradición socialista permaneció en silencio, tendiendo a
asentar la división público/privado, evadiendo la amplia cuestión de la opresión de las mujeres dentro de la cuestión
de la opresión de clase. A pesar de las dificultades aquí expuestas entorno a los grupos masculinos de sensibilización,
los grupos de hombres se presentaron “naturalmente” a las mujeres como una respuesta política porque estaban
acostumbradas a realizar trabajo colectivo informal como parte de una subclase o subcultura del cuidado -las mujeres
estaban acostumbradas a cooperar, mientras que los hombres fueron impulsados a competir entre sí en todos los
frentes.El apoyo del feminismo y de las estrategias políticas feministas tiende a emerger, además, desde una
comprensión íntima de la necesidad de tales prácticas en una sociedad profundamente atrincherada en el desprecio
de lo personal mientras positivan un modelo de vida personal que está lejos de la realidad de las vidas de la mayoría
de los individuos.

Es claro que los hombres pro-feministas, simplemente, no aceptarían su culpabilidad como opresores y no actuarían
en un papel puramente de servicio en relación al movimiento de mujeres. Podría proponer no sólo un papel para los
hombres indulgente, paternalista y agudamente apolítico, sino que además serviría para negar la posibilidad de una
formación social futura donde los cambios afrontados por las feministas pudieran llevarse a cabo.En concreto, no
permitiría definir a las futuras visiones y redefiniciones feministas de la masculinidad y de la feminidad sobre la
aceptación de que la posición social/económica de los hombres es siempre más privilegiada.. . (sigue)




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Algunos hombres buenos
Oskar Aranda http://www.diagonalperiodico.net/Algunos-hombres-buenos.html

En los últimos años han ido apareciendo distintos grupos de hombres al calor de algunos expertos que han ido
planteando temas en torno a las nuevas masculinidades, la manera de afrontar el machismo desde el punto de vista
del hombre, las agresiones hacia las mujeres, el erotismo masculino y algunos temas más que han ido aglutinando a
ciertos sectores de población urbana, de clase media, funcionarial y universitaria, principalmente. Han hecho
llamamientos públicos a raíz de algún asesinato patriarcal más o menos mediatizado y a partir de ahí han ido creando
pequeños grupos con la intención de ir configurando un discurso que, en teoría, puede servir para ir eliminando las
actitudes sexistas y patriarcales de los hombres.

Estos grupos surgen por la imperiosa necesidad que, dicen, tienen los hombres de juntarse para hablar de sus
problemas, sus debilidades. Y en ellos dan rienda suelta a sus experiencias traumáticas pero... sobre todo, ponen de
manifiesto algo que nos han enseñado desde pequeños a todos los hombres: la notoriedad del espacio público.

Para ejemplificar mi tesis quiero incluir una anécdota real que le ocurrió a un grupo feminista tras la visita de un
hombre a su local. El susodicho decía que estaba muy comprometido y sensibilizado con la lucha de las mujeres y que
quería colaborar con ese grupo. Algunas mujeres se reunieron con él, más que nada para explicarle por qué las
mujeres quieren participar en grupos sólo constituidos por mujeres, pero antes le vacilaron un poco y le preguntaron,
irónicamente, de qué manera podría él participar en ese grupo de mujeres... El caso es que este hombre respondió
que a él le gustaría dar charlas sobre feminismo.

El hombre copa, con su dominio del espacio público, todos los lugares y espacios menos uno: los grupos feministas. El
hombre, educado en y para el espacio público ha mantenido una actitud entre recelosa y frontalmente opuesta a que
algunas mujeres quisiesen juntarse para hacer política. Incluso la izquierda ha mantenido una actitud ambigua ante el
discurso autónomo feminista que en los últimos años se ha ido apaciguando con la creación de las áreas de la mujer
en sindicatos y partidos políticos. Estas áreas han sido el paso intermedio para el gran salto que algunos hombres
buenos estaban esperando desde hace tiempo; la creación de grupos de hombres, antes llamados profeministas y
ahora simplemente igualitarios.

En Bilbao se creó un grupo de hombres hace poquitos años y en la segunda reunión ya se quería ir con pancarta
propia al 8 de marzo. En otras ciudades hasta han organizado ellos mismos manifestaciones contra las agresiones a
mujeres. Es un pequeño ejemplo del futuro que tienen estos grupos. Es decir, querer copar las únicas pocas
reivindicaciones que no controlan ni deciden. Entiendo que para muchos hombres sea frustrante y fuente de una
incertidumbre tremenda no poder controlar todo lo que está a su alrededor pero hay que ‘convencer’ a los grupos
igualitarios de que el protagonismo de la lucha contra el patriarcado debe recaer en las mujeres y no en hombres que
afirman que ellos también son víctimas del sexismo y el machismo. Como si fuera lo mismo.

Espacios públicos
Los hombres tenemos el 99% de los espacios públicos para hacer política masculinista y es ahí donde tenemos que
actuar de hombres buenos. Si las mujeres optaron en su momento por la creación de espacios autónomos fue por la
imperiosa necesidad de dotarse de un discurso de lo público que nosotros, por suerte o por desgracia, no creo que
necesitemos. Los grupos de hombres están copando tal cantidad de páginas y minutos en los medios que, incluso en
Euskal Herria, tienen más apoyo mediático los congresos de masculinidad que organiza Emakunde (instituto vasco de
la mujer) que el propio congreso feminista de abril pasado que reunió a más de mil mujeres. Todo un síntoma de unos
grupos que se muestran más digeribles para las propias instituciones que las ‘intocables’ feministas, incluso para los
institutos de la mujer.

Los grupos de hombres lo que aportan al cambio de sociedad es dar cobertura a personajes como Ibarretxe, que se
presentó en el congreso, en Donostia, de masculinidad, hace unos años, con su consejero de Interior Balza, hablando
de la violencia que ejercemos los hombres contra las mujeres, cuando a su consejero no le tiembla el pulso en
lanzarnos sus soldados a la mínima. O el programa Gizonduz, donde había codazos de los pro-hombres de la cultura
vasca por aparecer en esa foto, como si eso fuera importante para dejar de estar bajo sospecha, presentándose en
sociedad como hombres buenos.



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Los hombres que hemos tenido algún contacto con los feminismos sabemos que nos han marcado para poder vivir
mejor y más cómodamente, nos han posibilitado conocer, o al menos dejar de desconocer, al 50% de la población y
todo eso debemos expandirlo en los espacios donde podamos. No en grupos de autoescucha o grupos de
paracaidistas sino en el puesto de trabajo, el ocio y la política que hacemos en espacios mixtos, además de en las
reivindicaciones que tienen que seguir protagonizando las mujeres. Eso es lo importante.


     DIFICULTADES PARA EL LOGRO DE ESPACIOS
     COMUNES: CUESTIONES PARA LA
     REFLEXIÓN
    1.   ¿Hasta qué punto siguen teniendo fuerza dentro del movimiento feminista?

                 La visión del hombre como el contrario opresor, como la parte privilegiada que difícilmente
                  puede cambiar por sí misma.
                 La percepción de que hombres y mujeres son dos categorías estancas diferenciadas.
                 La visión y vivencia de la sexualidad, de la dominación sexual masculina.

    2.   La idea, todavía muy extendida, especialmente entre los hombres, de que todo lo relacionado con género
         e igualdad son cosas de mujeres. ¿Cuantos hombres acuden a los actos o actividades donde ellas son las
         protagonistas?
    3.   ¿La mayoría de los hombres van (vamos) admitiendo la igualdad más por una necesidad de adaptación
         que por una clara y consciente apuesta por la igualdad?
    4.   ¿El apoyo que se ha mostrado y se muestra por los hombres a las mujeres y a su lucha por la igualdad, ha
         sido, o es, más racional que activo, y más público que privado?
    5.   Valorar el sobredimensionamiento que tiene el Movimiento de Hombres por la igualdad, tanto a nivel de
         ayudas económicas, institucionales, medios de comunicación.., y que coincide con un momento más flojo
         del movimiento feminista; valorar la repercusión que esto puede tener dentro del movimiento feminista.


     GRUPOS DE HOMBRES Y GRUPOS
     FEMINISTAS. EL TRABAJO EN COMÚN :
     CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN
    1. Debemos trabajar con humildad. Debemos asumir de donde venimos y donde estamos. Hay que cuidar
       mucho nuestras formas de trabajar.
    2. Respeto y reconocimiento por el movimiento feminista y por lo que ha supuesto, tanto para ellas como
       para nosotros.
    3. Discrección, humildad y paciencia en el trabajo de los grupos de hombres. Debemos ser
       conscientes del peligro de acaparar el espacio público: ¿debemos aprender a decir NO?
    4. Aprender de las experiencias de los grupos mixtos LGTB
    5. ¿Sería bueno empenzar a colaborar a través de grupos específicos para temas concretos?
    6.   ¿Cómo nos ven, en general, las mujeres activistas del feminismo?
    7.   Dificultades para toma de contacto. ¿diferencias entre pueblos y ciudades?
    8.   Sobre qué bases se deben construir puentes con el movimiento feminista?
    9.   ¿Qué creemos que esperan de nosotros?




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GIZONEZKOEN SEXISMOA, MASKULINOTASUNA
                         ETA ASKAPENA
     Xabier Odriozola “GIZONEZKOEN SEXISMOA, MASKULINOTASUNA ETA ASKAPENA: BERDINTASUNERANTZ. Gogoetak bizipenetatik”.
     Liburua argitaratzeke dago; beraz, erabilpen murrizturako da, ez dago fotokopiatzeko eskubiderik egilearen baimenik gabe.


J.2. FOKATZE EZ ZUZENA, ONURAK EZ AIPATZEA ETA GALERAK, ALDIZ, BAI

J. 2.1 GIZONEZKOOK EMAKUMEEN ASKAPENAREKIKO EDO BERDINTASUNAREKIKO ZER DUGUN
GALTZEKO AZPIMARRATU IZAN DA GEHIEN.

       Orain arte genituen “eskubide ” batzuk. Hauek galduko ote genituen beldur izan gara. Baina, argi eduki behar
dugu ez direla benetako eskubide, baizik eta egoera desorekatu batek sortzen dituen pribilegio injustu andana.
Historian zehar gugana beti heldu direnez behar bada zailago ikusiko dugu hasieran pribilejio horiek ez dagozkigula
guri , eta honetan lagunduko gaitu eskubide eta pribilejioren arteko aldea ulertzeak. Adibide xume eta sinple batzuk:

    Emakumeei debekatzen zaizkien bizitzaren alor batzuetarako sarbide errazagoa dugu: publiko arloa, jendaurrea,
     botere esparruak, politika eta erabakien hartzeko alorra, agintea eta autoritatea, iherarkietako goiko lekuak arlo
     gehienetan…

    Emakumeei debekatzen zaizkien diru irabazkin eta abarreko mozkinak gure poltsikoetara joaten dira. Beren
     ahaleginak balio bera izan dezan gizonezkoek baino gehiago ahalegindu beharra daukate; soldatei dagokienean
     gauza bera.

    Seme-alaben, sendiko helduen eta gaixoen zaintzaren eta hezkuntzaren pisuaren zatirik txikiena egokitu zaigu;
     gainerakoa beraiek estaltzen dute.

    Protagonismoa alor guztietan garatu dugu gizonezkook, gertaera eta egoera onuragarrietan, non gertatzen den
     guztia gizonengandik gizonengana eta gizonentzako den: politikan, ekonomian, kulturan, gizartekoan…askotan
     emakumeen lana eta eginahala estaliz eta beraientzat leku urria utziz, etc.Batzuetan indarkeria erabiltzen dugu
     protagonismo horri eusteko.

Zerrenda horretako…(jarraitzen du)

J.2.2-EZ DA ASKO HITZ EGIN GIZONEZKOOK ZER DUGUN IRABAZTEKO:




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RETOS DEL MOVIMIENTO DE HOMBRES POR LA
IGUALDAD
Antonio García Domínguez
Artículo completo en:
http://www.jerez.es/fileadmin/Documentos/hombresxigualdad/fondo_documental/Movimiento_hombres_igulitari
os/63.pdf

(… ¿Somos o queremos ser un movimiento social?
¿Quiénes y qué somos? ¿ donde estamos y dónde queremos estar? ¿ queremos organizarnos y cómo queremos
hacerlo? ¿ qué queremos hacer y cómo pretendemos hacerlo? Y sobre todo, ¿qué queremos conseguir y qué medidas
vamos a tomar para ello?...)

(…La cuestión está en saber cuál es el verdadero interés de los hombres que se acercan a nuestras posiciones. Creo
que se puede afirmar, sin temor a equivocarse excesivamente, que los principales motivos que mueven a un
hombre a cuestionarse y a interesarse por los planteamientos de los hombres por la igualdad, son
fundamentalmente, de índole personal; el deseo mayoritario es poder realizar ese proceso de deconstrucción
interior de los valores patriarcales, que tanto necesitamos. Y esto en sí, es bueno. Es una especie de garantía de
salud, bondad, honestidad y pureza del movimiento y de quienes lo componen.

Pero entonces, si, por un lado, sólo pretendemos dar soluciones a nuestros propios e individuales interrogantes
vitales sin permitirnos ningún tipo de compromiso y actividad colectiva y, por otro, mantenemos una especie de
semi-clandestinidad elitista, entonces ¿cómo vamos a desarrollarnos como movimiento? De esta manera estamos
condenados a seguir siendo, eternamente, una exigua minoría de almas puras sin ninguna capacidad de incidencia
ni cambio social…)

(…¿Y cuáles son nuestros objetivos?
Como todos nos podemos imaginar, éste es un tema clave. Debemos ponernos de acuerdo en los objetivos comunes
que tenemos y éstos han de ser lo suficientemente sólidos y compartidos como para motivarnos y servirnos de
impulso y, además, ser un instrumento que facilite el manteniendo los lazos que nos unen y cohesionan, pero que lo
haga sin excesivas rigideces. ¡Que está claro que no somos hombres ni de consignas ni de jerarquías o lealtades
personales!.
Hay un primer objetivo que es claro y contundente:
Luchar activamente a favor de la construcción de una sociedad igualitaria, en la que no exista ningún tipo de
discriminación en razón de sexo.
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra la tradicional
dominación masculina y, en conjunto, el sistema patriarcal.

Y, por otro, creemos necesario realizar actividades de estudio, formación, comunicación, acompañamiento, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un cambio necesario
que les libere de las ataduras y limitaciones que el modelo tradicional patriarcal genera.

Lo que nos da singularidad con respecto al resto del movimiento antisexista y pro-igualdad (dicho de otra manera, con
respecto al movimiento feminista) es, precisamente, el segundo objetivo específico; nuestra convicción de que es
necesario trabajar con los hombres, desde el apoyo y la cercanía, en la creencia de que es posible favorecer un cambio
en ellos que los acerque hacia posiciones igualitarias y, además, les genere un cambio interior que les libere de los
corsés patriarcales…)

(…¿por qué las filas de los hombres por la igualdad siguen siendo, a estas alturas, tan absolutamente minoritarias?

Muchos de ellos se aferran al no cambio de una manera más o menos oculta. A menudo, sienten más
significativamente la pérdida de posiciones y estatus que lo que aún les queda. Es la típica postura de aquellos que
dicen que ya hay igualdad y se preguntan qué mas quieren las mujeres.
Ellos vivencian mucho más las pérdidas que han sufrido que las posibles desigualdades que aún quedan por
acometer.



 Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009                                                    Página 10
En general, podemos decir que hay una clara incapacidad de adaptación a los cambios que se les está exigiendo.

En esto último tienen mucho que ver nuestras propias características, que están determinadas por el modelo
tradicional patriarcal. Es importante recordar que a la mayoría de los hombres actuales, se les ha educado
plenamente, en los valores tradicionales de lo que significa ser un hombre y, por tanto, sus estructuras internas de
pensamiento, sentimiento y funcionamiento, responden a este modelo. Los hombres miramos hacia fuera, no hacia
dentro, hacia nuestro interior. Somos seres hechos para lo social, para la competitividad, la eficacia y el éxito.
Llevamos muchos años, desde nuestra más tierna infancia, ocultándonos de nosotros mismos. Este ha sido el gran
pago que hemos tenido que hacer a cambio de poder creernos a nosotros mismos seres fuertes y poderosos.

cualquier hombre que se atreva a salirse del modelo tradicional masculino, ha de contar con que va a recibir un
fuerte rechazo y que las fuerzas en contra de su opción van a ser tremendamente poderosas. Cualquier chico que
intente salirse de la norma imperante, del modelo tradicional masculino, es duramente castigado; será tildado de
mariquita, débil o, sencillamente, de raro, por sus iguales y será rechazado por el grupo. Entre nuestros chavales,
campan por sus respetos los valores de toda la vida, aunque eso sí, adaptados a los nuevos tiempos; si hace mil
años –o en otras culturas- los chicos habían de pasar por procesos iniciáticos que hacían las veces de exámenes de
virilidad, ahora se juegan la vida con las motos o se han de demostrar los unos a los otros que desprecian las
normas y el peligro de cualquier otra manera.Y no sólo los chicos lo tienen difícil. También los hombres de más
edad son duramente castigados si tienen alguna tendencia a la diferencia con respecto a lo que se entiende que
debe ser un hombre. Sus compañeros de trabajo se reirán y los castigarán.

Y esta función de control social sobre la masculinidad no sólo la ejercen los hombres. Las chicas del Instituto
prefieren a los más valientes y fuertes, a los que cumplen más correctamente con el modelo de siempre. Los más
chulos son los que, realmente, las atraen. Las mujeres más mayores siguen sintiéndose muy inseguras ante
muestras de debilidad de los hombres. Nos quieren sensibles pero que, en cierto modo, les sigamos sirviendo de
apoyo y bases para su seguridad. Ellas también son producto de esta sociedad sexista,la falta de una alternativa real
al modelo dominante patriarcal. Hoy día, un chico, un hombre, jóvenes y no tan jóvenes que sientan dentro de sí
una inquietud, un rechazo a lo establecido, un deseo de cambio... varones que busquen algo diferente al modelo
tradicional patriarcal, sencillamente, no cuentan con un referente social y cultural que les valide ese deseo
inconcreto de diferenciación contra los estereotipos sexistas mayoritarios…)

Y, a pesar de todo lo dicho, somos tremendamente necesarios. Me atrevo a decir, humildemente, que esta sociedad
nos necesita. Realmente, no hay otro camino para los hombres que el de iniciar el proceso de cambio hacia la
igualdad. No podemos permanecer, eternamente, atrincherados negándonos a nosotros mismos. No hay otra posición
aceptable para las mujeres, que la de una sociedad en la que los hombres hayan asumido plenamente una relación de
iguales con ellas…)


     EL TRABAJO CON LOS HOMBRES
     Qué se ha hecho
     ¿Cuál es el perfil de hombres que componen los grupos de hombres?,

     ¿Cómo surgió el grupo de tu pueblo o ciudad?, crees que existe una relación directa entre cómo surgió
     el grupo y el perfil de hombres que lo componen?, cuales son los motivos personales para integrarse
     en un grupo de hombres

     ¿Por qué se da este perfil de hombre en los grupos?: posibles causas.

     ¿Cuál ha sido la evolución de los grupos en cuanto a número de miembros, formas de trabajo…?
     Aciertos y desaciertos.

     Propuestas de futuro.


 Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009                                                   Página 11

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  • 1. Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 1
  • 2. AURKEZPENA Garrantzitsuena hasieran esan behar dela esaten dute, ba.., hor doa: Zipriztintzen, 2008ko ekainean sortu zen; hiru faktorek eduki zuten eragina (ez ziren hiru hauek bakarrik izan, baina tira…)  Emakumeen Topalekuak maskulinotasun berriei buruzko tailerra antolatzeko ahaleginak  Gure lagun eta irakasle den Ibon Arrizabalagaren giza-kalitateak; bere izaera eta munduarekiko duen jarrerarekin, tailer bat eta baita hamaika tailerretan ere erakutsi daitekeena baino askoz ere gehiago erakutsi baitigu.  Egia esan, gauzak nahiko erraz utzi zizkiguten, baina guk ere zerbait egin genezakeela-eta horrelaxe egin genuen, lehenik guretzat oso aberasgarria zelako, beste gizonentzat ere bai, baita emakumeentzat ere; Beraz, onuragarria izango zela pentsatuz ekin genion talde lanari. Garrantzitsuena esan ondoren: Zergatik antolatu berdintasunaren aldeko gizonen topaketa? Hamabostaldian behin egiten dugun bilera baten taldekide batek hurrengo gogoeta egin zuen: “nire lagunekin nagoenean ditudan sentsazioak azaltzeko beharra izaten dut, zoriontsuagoa naizela ikustea nahi dut…, baita politagoa nagoela ere, ze arraio!; baina ezin dut. Isildu gabe solasean aritzen naiz, baina aspertu itxurarekin begiratzen didate, -tipo hau pitzatzen hasia dago-, pentsatuz. Zergatik egiten zaigu hain zaila? Zein da gakoa berdintasunaren gaia gizonentzat erakargarri gertatzeko?” Ez genion galdera horri erantzunik topatzen: ze zaila den “ez dakit” esatea. Ondorengo egunak galdera horri irtenbide bat aurkitzeko estrategiak pentsatzen pasa zitzaizkigun:  Kotxeei buruzko aldizkarietan mezu subliminalak jartzea.  Gure hitzaldiak kirol emankizunen antzerako ahotsarekin egitea.  Apustuak egitea: “ea nork puntu gehiago lortu berdinometroan”… Baina ez, ez genuen erantzun egokirik aurkitzen. Egun batean kide batek zera esan zuen arte: “Zergatik ez dugu gizonen topaketa bat antolatzen? Ea horrela, guztion artean hainbeste kezkatzen gaituen galderari erantzun jator bat bilatzen diogun.” Horrelaxe sortu zen topaketa honen ideia: guk erantzuten ez dakigun galdera Muxu eta besarkada goxo bat. Ermuan, 2009ko abenduaren 12an. Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 2
  • 3. PRESENTACIÓN Dicen que primero hay que contar lo más importante: Zipriztintzen nació en junio de 2008 gracias a la conjunción de tres factores (hay más, pero.., en fin..,)  El empeño de La Casa de la Mujer de Ermua por organizar un taller sobre nuevas masculinidades.  La calidad humana de nuestro amigo, y profe favorito de taller, Ibon Arrizabalaga, que, con su forma de ser y estar en el mundo, nos ha enseñado mucho más de lo que se puede enseñar en uno y mil talleres  Nos lo habían puesto fácil, la verdad, pero faltaba nuestra parte; y lo hicimos convencidos de que era algo bueno para nosotros, primero, y, si era bueno para nosotros, también tenía que serlo para otros hombres, y también para las mujeres. Dicho lo importante: ¿Por qué un encuentro de hombres por la igualdad? Una tarde, en uno de nuestros encuentros quincenales, un compañero hizo una reflexión en voz alta: “cuando estoy con mis colegas, siento la necesidad de transmitirles las sensaciones que estoy experimentando, quiero que vean que soy más feliz y.., no es broma, que hasta me veo más guapo; pero no soy capaz. Hablo y hablo sin parar, pero nada, me escuchan aburridos y con cara de estar pensando que se me ha ido la olla, ¿por qué es tan complicado?, ¿cuál es la clave para hacer atractiva la igualdad a los hombres?”. Y nosotros sin respuesta; y qué difícil es decir “no lo sé”. Durante unos días pensamos todo tipo de estrategias para llegar a otros hombres:  Intercalar mensajes subliminales en revistas de motor  Dar charlas con formato de retransmisión deportiva  Organizar campeonatos del tipo: “yo soy el tío más igualitario del mundo”…etc .., pero nada, que no encontrábamos una respuesta satisfactoria. Hasta que un día uno dice: “oye chicos, ¿Por qué no organizamos un encuentro de hombres?, a ver si entre muchos conseguimos dar respuesta a la cuestión que tanto angustia a nuestro querido compañero”. Y éste es el origen del encuentro de hombres: una pregunta para la que no teníamos respuesta. Un beso y un fuerte abrazo a todos. Ermua, 12 de diciembre de 2009 Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 3
  • 4. GRUPOS DE HOMBRES Y GRUPOS FEMINISTAS Los hombres en el feminismo Imelda Whelehan (1995) (Traducción: José María Espada Calpe. 1998) Seguir leyendo en: http://masculinidades.wordpress.com/los-hombres-en-el-feminismo/ Uno de los primeros y más significativos debates del movimiento de liberación de las mujeres fue qué lugar ocuparían los hombres en las organizaciones. Tanto en los Estados Unidos, como en el Reino Unido, ya en las primeras conferencias y protestas, los hombres asistieron y se les dio voz, pero muchas mujeres señalaban que la presencia de los hombres alteraba la naturaleza y calidad de los debates, y que ellos solían dominar las discusiones. Los debates iniciales se centraron necesariamente sobre la cuestión de si los hombres podían ser excluidos y si se aceptaba que “la creación de la nueva mujer pasaba necesariamente por la creación del nuevo hombre” Ellas deseaban la autonomía para construir un movimiento para las mujeres: “Ellas querían su movimiento, no tanto expulsar a los varones como ser independientes de ellos” (Coote y Campbell 1987:27). Además era evidente que en el período fundacional del movimiento de la “Segunda ola”, las feministas estaban decididas a crear un forum político que señalase sólo a la mujer como el sujeto colectivo. Esto significó, necesariamente, que el término feminista fuera susceptible de aplicación sólo a las mujeres: esto es, que las políticas feministas crearon un espacio segregado sexualmente para compensar las prácticas recalcitrantemente excluyentes del núcleo duro de las políticas parlamentarias. Pero el separatismo ha llegado a ser desde entonces una de las tácticas feministas más incomprendidas Las feministas radicales habían caracterizado el patriarcado bastante desafortunadamente como una expresión del poder de los hombres sobre las mujeres. Las socialistas y las liberales, así mismo, volvieron sus miradas hacia las vidas privadas de las mujeres y sus experiencias personales, lo que parecía afirmar que el problema de las mujeres era, a grandes rasgos, los hombres -no sólo aquellos que sustentaban los mecanismos de poder en el gobierno, sino también los padres, los compañeros y coetáneos -. La observación de que la opresión del patriarcado parecía que se mantenía, con quiebras mínimas, a través de la historia y de las culturas, reforzó la idea de que este sistema de opresión operaba con máxima efectividad en la esfera privada. La idea de “Lo personal es político” ganó empuje entre las feministas, y el escrutinio de las propias historias de vida fue visto como posibilitador y potencialmente liberador, acompañado -como estaba-, por esfuerzos de cambio en la dinámica de las relaciones entre hombres y mujeres. “Política sexual”, en Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 4
  • 5. primera instancia, se refiere al sexo y a una conciencia de que las relaciones de poder existen y se perpetúan en los más íntimos rincones de la vida de las mujeres: Si bien las mujeres heterosexuales no podían concebir el separatismo extremo como una alternativa feminista viable para su orden social cotidiano, las críticas de las formas en que las normas hegemónicas en las prácticas heterosexuales reafirman la subordinación de las mujeres, demandó que las relaciones heterosexuales fueran inspeccionadas y revisadas. No importaba lo bien intencionado que los hombres pro-feministas pudieran parecer ser, al nivel de la sexualidad y la afectividad estaban todos implicados como poseedores de un profundo interés en el status quo. Si el intercurso coital fue entendido como el símbolo central de la unión heterosexual, ahora era concebido como una práctica sexual definida en términos exclusivos del deseo masculino -una aproximación que no había manifestado ningún cambio a pesar de la emergencia de la tan traída “era permisiva”. La conclusión lógica de la observación de Koedt de que la penetración era de importancia secundaria para las mujeres, fue que los hombres, por lo menos teóricamente, fueran prescindibles; pero más que esto, que las definiciones de la heterosexualidad fueran abiertas a la negociación: Las feministas radicales enfatizaron las repercusiones del sexismo en las vidas domésticas y sexuales de las mujeres, e incluso forzaron concretamente a los hombres a confrontar los mecanismos a través de los que se beneficiaban directamente de la aceptación de su hegemonía social/sexual. Desde que la institución de la familia fue puesta en el punto de mira como el lugar fundamental de la opresión de las mujeres. El movimiento de hombres: Las políticas sexuales y la redefinición de la masculinidad. No existe ningún novedoso ni extraño “movimiento de hombres” o “movimientos” (que pueda corresponder de forma directa al denominado “Movimiento de las mujeres”) encaminado a cuestionar o socavar ciertos preceptos feministas. Sin embargo, el movimiento de hombres de comienzo de los 70, en la forma de grupos de toma de conciencia y de grupos de discusión, se desarrolló como respuesta directa al feminismo de la segunda ola. En concreto, sirvió como marco útil para las feministas que creían que el feminismo transformaría las vidas de los hombres, pero que necesitaban mantener el separatismo al nivel de los grupos de toma de conciencia, la prospectiva y la acción política. También supuso que las mujeres podrían continuar investigando sus vidas y experiencias como mujeres y las relaciones con el patriarcado, mientras que los grupos de hombres podrían analizar la forma en que una ideología patriarcal configuraba sus vidas y cómo el machismo en particular, podía ser especialmente sofocado. Tales grupos y organizaciones no se encontraron siempre con un apoyo incondicional del movimiento de las mujeres, ya que las feministas percibieron que tales investigaciones podrían degenerar en una cierta forma de “efecto yo-también”“. Estas sospechas no eran descabelladas cuando un@ puede ver la forma en que este “efecto yo-también” es traído a la conciencia popular muy evidentemente en libros actuales como el “No más guerra de los sexos” de Neil Lyndon”s (1992) o el “No soy culpable” de David Thomas (1993). “Parece como si los hombres en solitario no pueden escapar de un esencialismo que durante generaciones había sido usado para legitimar la opresión de las mujeres, gays y lesbianas. La masculinidad no pudo ser deconstruída, pudo únicamente ser rechazada” (Seidler, 1991, xi). El movimiento de hombres alcanza este impás con deprimente regularidad, donde la masculinidad parece ser la más persistente herencia, quizá porque es en gran medida definida por su desviado anverso, la feminidad; al mismo tiempo que está asociada con una transparente totalidad. El problema con el rechazo de la masculinidad, de la que el rechazo de la propia implicación en las redes de poder es una parte; es que le crea -a uno- una vacuna analítica. Últimamente, cierto movimiento de hombres, ha entendido la necesidad de comprometerse con la masculinidad con el objetivo de investigar sus diversas formas culturalmente heredadas, y distinguir las experiencias personales e individuales de la construcción patriarcal aparentemente monolítica. El trabajo del movimiento de liberación gay es conocido por dar comienzo a los desafíos contra las construcciones patriarcales y heterosexistas de la masculinidad. Lo que nos recuerda que hoy en día el mayor problema para el movimiento de hombres separado de las políticas gays es encontrar un medio para definirse en sus propios términos sin parecer parásito del movimiento gay o del feminismo, y así encontrar un papel que le sea propio: “En este colectivo (Talón de Aquiles), no estamos de acuerdo con los hombres que dicen que el movimiento de hombres, como el nuestro, no tiene derecho a existir, excepto quizás en un papel auxiliar de servicio al movimiento de las mujeres. Vemos esta actitud parcializada, como otro aspecto más de la culpabilización y auto-negación que hemos arrastrado desde nuestro nacimiento. También refleja el menosprecio por otros hombres diferentes. Y, en su forma extrema, llega a convertirse en otra forma de dependencia de las mujeres, haciendo que éstas hagan todo el trabajo Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 5
  • 6. para producir los cambios que necesitamos. Los hombres pueden colocar al feminismo en un pedestal igual que en general hacen con las mujeres”. (Seidler, 1991, 31) Este importante párrafo nos señala como los hombres pueden ver el sexismo como el “problema de las mujeres” si es que no lo ven como un problema en absoluto. Y lo que es más, emplaza el problema de que la respuesta fundamental de los hombres al envite del feminismo es la culpabilización, una posición que connota más una inercia política que un potencial transformador. Pero la cuestión de dónde situar los grupos de hombres en el feminismo continua siendo un problema espinoso, e incluso aquellos hombres que intentan escribir honestamente sobre la masculinidad y sus problemas, exhiben demasiado frecuentemente un atrofiante sentido de culpabilidad y auto-desprecio, como el reseñado por Victor Seidler en el párrafo anterior, hasta el punto de que los análisis de las relaciones personales y de la respuesta sexual están casi siempre “desaparecidos”.La tradición socialista permaneció en silencio, tendiendo a asentar la división público/privado, evadiendo la amplia cuestión de la opresión de las mujeres dentro de la cuestión de la opresión de clase. A pesar de las dificultades aquí expuestas entorno a los grupos masculinos de sensibilización, los grupos de hombres se presentaron “naturalmente” a las mujeres como una respuesta política porque estaban acostumbradas a realizar trabajo colectivo informal como parte de una subclase o subcultura del cuidado -las mujeres estaban acostumbradas a cooperar, mientras que los hombres fueron impulsados a competir entre sí en todos los frentes.El apoyo del feminismo y de las estrategias políticas feministas tiende a emerger, además, desde una comprensión íntima de la necesidad de tales prácticas en una sociedad profundamente atrincherada en el desprecio de lo personal mientras positivan un modelo de vida personal que está lejos de la realidad de las vidas de la mayoría de los individuos. Es claro que los hombres pro-feministas, simplemente, no aceptarían su culpabilidad como opresores y no actuarían en un papel puramente de servicio en relación al movimiento de mujeres. Podría proponer no sólo un papel para los hombres indulgente, paternalista y agudamente apolítico, sino que además serviría para negar la posibilidad de una formación social futura donde los cambios afrontados por las feministas pudieran llevarse a cabo.En concreto, no permitiría definir a las futuras visiones y redefiniciones feministas de la masculinidad y de la feminidad sobre la aceptación de que la posición social/económica de los hombres es siempre más privilegiada.. . (sigue) Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 6
  • 7. Algunos hombres buenos Oskar Aranda http://www.diagonalperiodico.net/Algunos-hombres-buenos.html En los últimos años han ido apareciendo distintos grupos de hombres al calor de algunos expertos que han ido planteando temas en torno a las nuevas masculinidades, la manera de afrontar el machismo desde el punto de vista del hombre, las agresiones hacia las mujeres, el erotismo masculino y algunos temas más que han ido aglutinando a ciertos sectores de población urbana, de clase media, funcionarial y universitaria, principalmente. Han hecho llamamientos públicos a raíz de algún asesinato patriarcal más o menos mediatizado y a partir de ahí han ido creando pequeños grupos con la intención de ir configurando un discurso que, en teoría, puede servir para ir eliminando las actitudes sexistas y patriarcales de los hombres. Estos grupos surgen por la imperiosa necesidad que, dicen, tienen los hombres de juntarse para hablar de sus problemas, sus debilidades. Y en ellos dan rienda suelta a sus experiencias traumáticas pero... sobre todo, ponen de manifiesto algo que nos han enseñado desde pequeños a todos los hombres: la notoriedad del espacio público. Para ejemplificar mi tesis quiero incluir una anécdota real que le ocurrió a un grupo feminista tras la visita de un hombre a su local. El susodicho decía que estaba muy comprometido y sensibilizado con la lucha de las mujeres y que quería colaborar con ese grupo. Algunas mujeres se reunieron con él, más que nada para explicarle por qué las mujeres quieren participar en grupos sólo constituidos por mujeres, pero antes le vacilaron un poco y le preguntaron, irónicamente, de qué manera podría él participar en ese grupo de mujeres... El caso es que este hombre respondió que a él le gustaría dar charlas sobre feminismo. El hombre copa, con su dominio del espacio público, todos los lugares y espacios menos uno: los grupos feministas. El hombre, educado en y para el espacio público ha mantenido una actitud entre recelosa y frontalmente opuesta a que algunas mujeres quisiesen juntarse para hacer política. Incluso la izquierda ha mantenido una actitud ambigua ante el discurso autónomo feminista que en los últimos años se ha ido apaciguando con la creación de las áreas de la mujer en sindicatos y partidos políticos. Estas áreas han sido el paso intermedio para el gran salto que algunos hombres buenos estaban esperando desde hace tiempo; la creación de grupos de hombres, antes llamados profeministas y ahora simplemente igualitarios. En Bilbao se creó un grupo de hombres hace poquitos años y en la segunda reunión ya se quería ir con pancarta propia al 8 de marzo. En otras ciudades hasta han organizado ellos mismos manifestaciones contra las agresiones a mujeres. Es un pequeño ejemplo del futuro que tienen estos grupos. Es decir, querer copar las únicas pocas reivindicaciones que no controlan ni deciden. Entiendo que para muchos hombres sea frustrante y fuente de una incertidumbre tremenda no poder controlar todo lo que está a su alrededor pero hay que ‘convencer’ a los grupos igualitarios de que el protagonismo de la lucha contra el patriarcado debe recaer en las mujeres y no en hombres que afirman que ellos también son víctimas del sexismo y el machismo. Como si fuera lo mismo. Espacios públicos Los hombres tenemos el 99% de los espacios públicos para hacer política masculinista y es ahí donde tenemos que actuar de hombres buenos. Si las mujeres optaron en su momento por la creación de espacios autónomos fue por la imperiosa necesidad de dotarse de un discurso de lo público que nosotros, por suerte o por desgracia, no creo que necesitemos. Los grupos de hombres están copando tal cantidad de páginas y minutos en los medios que, incluso en Euskal Herria, tienen más apoyo mediático los congresos de masculinidad que organiza Emakunde (instituto vasco de la mujer) que el propio congreso feminista de abril pasado que reunió a más de mil mujeres. Todo un síntoma de unos grupos que se muestran más digeribles para las propias instituciones que las ‘intocables’ feministas, incluso para los institutos de la mujer. Los grupos de hombres lo que aportan al cambio de sociedad es dar cobertura a personajes como Ibarretxe, que se presentó en el congreso, en Donostia, de masculinidad, hace unos años, con su consejero de Interior Balza, hablando de la violencia que ejercemos los hombres contra las mujeres, cuando a su consejero no le tiembla el pulso en lanzarnos sus soldados a la mínima. O el programa Gizonduz, donde había codazos de los pro-hombres de la cultura vasca por aparecer en esa foto, como si eso fuera importante para dejar de estar bajo sospecha, presentándose en sociedad como hombres buenos. Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 7
  • 8. Los hombres que hemos tenido algún contacto con los feminismos sabemos que nos han marcado para poder vivir mejor y más cómodamente, nos han posibilitado conocer, o al menos dejar de desconocer, al 50% de la población y todo eso debemos expandirlo en los espacios donde podamos. No en grupos de autoescucha o grupos de paracaidistas sino en el puesto de trabajo, el ocio y la política que hacemos en espacios mixtos, además de en las reivindicaciones que tienen que seguir protagonizando las mujeres. Eso es lo importante. DIFICULTADES PARA EL LOGRO DE ESPACIOS COMUNES: CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN 1. ¿Hasta qué punto siguen teniendo fuerza dentro del movimiento feminista?  La visión del hombre como el contrario opresor, como la parte privilegiada que difícilmente puede cambiar por sí misma.  La percepción de que hombres y mujeres son dos categorías estancas diferenciadas.  La visión y vivencia de la sexualidad, de la dominación sexual masculina. 2. La idea, todavía muy extendida, especialmente entre los hombres, de que todo lo relacionado con género e igualdad son cosas de mujeres. ¿Cuantos hombres acuden a los actos o actividades donde ellas son las protagonistas? 3. ¿La mayoría de los hombres van (vamos) admitiendo la igualdad más por una necesidad de adaptación que por una clara y consciente apuesta por la igualdad? 4. ¿El apoyo que se ha mostrado y se muestra por los hombres a las mujeres y a su lucha por la igualdad, ha sido, o es, más racional que activo, y más público que privado? 5. Valorar el sobredimensionamiento que tiene el Movimiento de Hombres por la igualdad, tanto a nivel de ayudas económicas, institucionales, medios de comunicación.., y que coincide con un momento más flojo del movimiento feminista; valorar la repercusión que esto puede tener dentro del movimiento feminista. GRUPOS DE HOMBRES Y GRUPOS FEMINISTAS. EL TRABAJO EN COMÚN : CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN 1. Debemos trabajar con humildad. Debemos asumir de donde venimos y donde estamos. Hay que cuidar mucho nuestras formas de trabajar. 2. Respeto y reconocimiento por el movimiento feminista y por lo que ha supuesto, tanto para ellas como para nosotros. 3. Discrección, humildad y paciencia en el trabajo de los grupos de hombres. Debemos ser conscientes del peligro de acaparar el espacio público: ¿debemos aprender a decir NO? 4. Aprender de las experiencias de los grupos mixtos LGTB 5. ¿Sería bueno empenzar a colaborar a través de grupos específicos para temas concretos? 6. ¿Cómo nos ven, en general, las mujeres activistas del feminismo? 7. Dificultades para toma de contacto. ¿diferencias entre pueblos y ciudades? 8. Sobre qué bases se deben construir puentes con el movimiento feminista? 9. ¿Qué creemos que esperan de nosotros? Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 8
  • 9. GIZONEZKOEN SEXISMOA, MASKULINOTASUNA ETA ASKAPENA Xabier Odriozola “GIZONEZKOEN SEXISMOA, MASKULINOTASUNA ETA ASKAPENA: BERDINTASUNERANTZ. Gogoetak bizipenetatik”. Liburua argitaratzeke dago; beraz, erabilpen murrizturako da, ez dago fotokopiatzeko eskubiderik egilearen baimenik gabe. J.2. FOKATZE EZ ZUZENA, ONURAK EZ AIPATZEA ETA GALERAK, ALDIZ, BAI J. 2.1 GIZONEZKOOK EMAKUMEEN ASKAPENAREKIKO EDO BERDINTASUNAREKIKO ZER DUGUN GALTZEKO AZPIMARRATU IZAN DA GEHIEN. Orain arte genituen “eskubide ” batzuk. Hauek galduko ote genituen beldur izan gara. Baina, argi eduki behar dugu ez direla benetako eskubide, baizik eta egoera desorekatu batek sortzen dituen pribilegio injustu andana. Historian zehar gugana beti heldu direnez behar bada zailago ikusiko dugu hasieran pribilejio horiek ez dagozkigula guri , eta honetan lagunduko gaitu eskubide eta pribilejioren arteko aldea ulertzeak. Adibide xume eta sinple batzuk:  Emakumeei debekatzen zaizkien bizitzaren alor batzuetarako sarbide errazagoa dugu: publiko arloa, jendaurrea, botere esparruak, politika eta erabakien hartzeko alorra, agintea eta autoritatea, iherarkietako goiko lekuak arlo gehienetan…  Emakumeei debekatzen zaizkien diru irabazkin eta abarreko mozkinak gure poltsikoetara joaten dira. Beren ahaleginak balio bera izan dezan gizonezkoek baino gehiago ahalegindu beharra daukate; soldatei dagokienean gauza bera.  Seme-alaben, sendiko helduen eta gaixoen zaintzaren eta hezkuntzaren pisuaren zatirik txikiena egokitu zaigu; gainerakoa beraiek estaltzen dute.  Protagonismoa alor guztietan garatu dugu gizonezkook, gertaera eta egoera onuragarrietan, non gertatzen den guztia gizonengandik gizonengana eta gizonentzako den: politikan, ekonomian, kulturan, gizartekoan…askotan emakumeen lana eta eginahala estaliz eta beraientzat leku urria utziz, etc.Batzuetan indarkeria erabiltzen dugu protagonismo horri eusteko. Zerrenda horretako…(jarraitzen du) J.2.2-EZ DA ASKO HITZ EGIN GIZONEZKOOK ZER DUGUN IRABAZTEKO: Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 9
  • 10. RETOS DEL MOVIMIENTO DE HOMBRES POR LA IGUALDAD Antonio García Domínguez Artículo completo en: http://www.jerez.es/fileadmin/Documentos/hombresxigualdad/fondo_documental/Movimiento_hombres_igulitari os/63.pdf (… ¿Somos o queremos ser un movimiento social? ¿Quiénes y qué somos? ¿ donde estamos y dónde queremos estar? ¿ queremos organizarnos y cómo queremos hacerlo? ¿ qué queremos hacer y cómo pretendemos hacerlo? Y sobre todo, ¿qué queremos conseguir y qué medidas vamos a tomar para ello?...) (…La cuestión está en saber cuál es el verdadero interés de los hombres que se acercan a nuestras posiciones. Creo que se puede afirmar, sin temor a equivocarse excesivamente, que los principales motivos que mueven a un hombre a cuestionarse y a interesarse por los planteamientos de los hombres por la igualdad, son fundamentalmente, de índole personal; el deseo mayoritario es poder realizar ese proceso de deconstrucción interior de los valores patriarcales, que tanto necesitamos. Y esto en sí, es bueno. Es una especie de garantía de salud, bondad, honestidad y pureza del movimiento y de quienes lo componen. Pero entonces, si, por un lado, sólo pretendemos dar soluciones a nuestros propios e individuales interrogantes vitales sin permitirnos ningún tipo de compromiso y actividad colectiva y, por otro, mantenemos una especie de semi-clandestinidad elitista, entonces ¿cómo vamos a desarrollarnos como movimiento? De esta manera estamos condenados a seguir siendo, eternamente, una exigua minoría de almas puras sin ninguna capacidad de incidencia ni cambio social…) (…¿Y cuáles son nuestros objetivos? Como todos nos podemos imaginar, éste es un tema clave. Debemos ponernos de acuerdo en los objetivos comunes que tenemos y éstos han de ser lo suficientemente sólidos y compartidos como para motivarnos y servirnos de impulso y, además, ser un instrumento que facilite el manteniendo los lazos que nos unen y cohesionan, pero que lo haga sin excesivas rigideces. ¡Que está claro que no somos hombres ni de consignas ni de jerarquías o lealtades personales!. Hay un primer objetivo que es claro y contundente: Luchar activamente a favor de la construcción de una sociedad igualitaria, en la que no exista ningún tipo de discriminación en razón de sexo. Para ello, por un lado, apoyamos decididamente las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra la tradicional dominación masculina y, en conjunto, el sistema patriarcal. Y, por otro, creemos necesario realizar actividades de estudio, formación, comunicación, acompañamiento, etc., dirigidas a los hombres con el fin de promover y favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un cambio necesario que les libere de las ataduras y limitaciones que el modelo tradicional patriarcal genera. Lo que nos da singularidad con respecto al resto del movimiento antisexista y pro-igualdad (dicho de otra manera, con respecto al movimiento feminista) es, precisamente, el segundo objetivo específico; nuestra convicción de que es necesario trabajar con los hombres, desde el apoyo y la cercanía, en la creencia de que es posible favorecer un cambio en ellos que los acerque hacia posiciones igualitarias y, además, les genere un cambio interior que les libere de los corsés patriarcales…) (…¿por qué las filas de los hombres por la igualdad siguen siendo, a estas alturas, tan absolutamente minoritarias? Muchos de ellos se aferran al no cambio de una manera más o menos oculta. A menudo, sienten más significativamente la pérdida de posiciones y estatus que lo que aún les queda. Es la típica postura de aquellos que dicen que ya hay igualdad y se preguntan qué mas quieren las mujeres. Ellos vivencian mucho más las pérdidas que han sufrido que las posibles desigualdades que aún quedan por acometer. Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 10
  • 11. En general, podemos decir que hay una clara incapacidad de adaptación a los cambios que se les está exigiendo. En esto último tienen mucho que ver nuestras propias características, que están determinadas por el modelo tradicional patriarcal. Es importante recordar que a la mayoría de los hombres actuales, se les ha educado plenamente, en los valores tradicionales de lo que significa ser un hombre y, por tanto, sus estructuras internas de pensamiento, sentimiento y funcionamiento, responden a este modelo. Los hombres miramos hacia fuera, no hacia dentro, hacia nuestro interior. Somos seres hechos para lo social, para la competitividad, la eficacia y el éxito. Llevamos muchos años, desde nuestra más tierna infancia, ocultándonos de nosotros mismos. Este ha sido el gran pago que hemos tenido que hacer a cambio de poder creernos a nosotros mismos seres fuertes y poderosos. cualquier hombre que se atreva a salirse del modelo tradicional masculino, ha de contar con que va a recibir un fuerte rechazo y que las fuerzas en contra de su opción van a ser tremendamente poderosas. Cualquier chico que intente salirse de la norma imperante, del modelo tradicional masculino, es duramente castigado; será tildado de mariquita, débil o, sencillamente, de raro, por sus iguales y será rechazado por el grupo. Entre nuestros chavales, campan por sus respetos los valores de toda la vida, aunque eso sí, adaptados a los nuevos tiempos; si hace mil años –o en otras culturas- los chicos habían de pasar por procesos iniciáticos que hacían las veces de exámenes de virilidad, ahora se juegan la vida con las motos o se han de demostrar los unos a los otros que desprecian las normas y el peligro de cualquier otra manera.Y no sólo los chicos lo tienen difícil. También los hombres de más edad son duramente castigados si tienen alguna tendencia a la diferencia con respecto a lo que se entiende que debe ser un hombre. Sus compañeros de trabajo se reirán y los castigarán. Y esta función de control social sobre la masculinidad no sólo la ejercen los hombres. Las chicas del Instituto prefieren a los más valientes y fuertes, a los que cumplen más correctamente con el modelo de siempre. Los más chulos son los que, realmente, las atraen. Las mujeres más mayores siguen sintiéndose muy inseguras ante muestras de debilidad de los hombres. Nos quieren sensibles pero que, en cierto modo, les sigamos sirviendo de apoyo y bases para su seguridad. Ellas también son producto de esta sociedad sexista,la falta de una alternativa real al modelo dominante patriarcal. Hoy día, un chico, un hombre, jóvenes y no tan jóvenes que sientan dentro de sí una inquietud, un rechazo a lo establecido, un deseo de cambio... varones que busquen algo diferente al modelo tradicional patriarcal, sencillamente, no cuentan con un referente social y cultural que les valide ese deseo inconcreto de diferenciación contra los estereotipos sexistas mayoritarios…) Y, a pesar de todo lo dicho, somos tremendamente necesarios. Me atrevo a decir, humildemente, que esta sociedad nos necesita. Realmente, no hay otro camino para los hombres que el de iniciar el proceso de cambio hacia la igualdad. No podemos permanecer, eternamente, atrincherados negándonos a nosotros mismos. No hay otra posición aceptable para las mujeres, que la de una sociedad en la que los hombres hayan asumido plenamente una relación de iguales con ellas…) EL TRABAJO CON LOS HOMBRES Qué se ha hecho ¿Cuál es el perfil de hombres que componen los grupos de hombres?, ¿Cómo surgió el grupo de tu pueblo o ciudad?, crees que existe una relación directa entre cómo surgió el grupo y el perfil de hombres que lo componen?, cuales son los motivos personales para integrarse en un grupo de hombres ¿Por qué se da este perfil de hombre en los grupos?: posibles causas. ¿Cuál ha sido la evolución de los grupos en cuanto a número de miembros, formas de trabajo…? Aciertos y desaciertos. Propuestas de futuro. Berdintasunaren aldeko gizonen topaketa.Ermua 2009 Página 11