1. José Tomás Román Martín es un torero español nacido en Galapagar (Madrid) el 20
de agosto de 1975, conocido como José Tomás en los carteles taurinos.
Su rodaje como novillero se dio en México, adonde tuvo que marchar por las pocas
oportunidades que tenía en España. Tomó la alternativa en 1995 y, ya como matador
de toros, triunfó en la mayoría de las plazas más importantes, como Las Ventas de
Madrid, donde ha abierto en siete ocasiones su Puerta Grande.
En poco tiempo, se convirtió en una de las máximas figuras de su época, rivalizando
con otros diestros como Enrique Ponce y El Juli, y desplegando una tauromaquia
basada en el valor, la quietud, la cercanía con el toro y unas excelentes aptitudes para
el toreo al natural.
Torero controvertido y caracterizado por un gran hermetismo, decidió retirarse sin dar
explicaciones en 2002 para reaparecer con éxito en 2007 en la Monumental de
Barcelona, considerada su plaza talismán. Desde entonces, ha habido gran
expectación en cada una de sus escasas apariciones, que se han saldado con
numerosos triunfos no exentos de espectaculares cogidas.
José Tomás ha sido considerado un torero distinto, capaz de combinar en sus
actuaciones estilo, compromiso, toreo hondo y regularidad.
Aunque no existe unanimidad a la hora de valorar la forma de torear de José Tomás, se
trata de un torero que ha despertado admiración, tanto entre los aficionados como entre
sus propios compañeros de profesión, por su valor, una de sus principales cualidades.
El propio diestro ha manifestado que entiende el toreo como algo en lo que hay que
arriesgar al máximo,44 y por ello se caracteriza por su entrega y por no rectificar el
terreno que pisa y cree que debe ocupar, muy próximo al toro, lo que, en ocasiones,
hace que sea cogido por su oponente.
Con el capote ha sabido imprimir intensidad a sus lances, como la chicuelina o la
verónica, con la que ha demostrado que su toreo no solo está basado en el valor, sino
que cuenta con grandes cualidades artísticas. Acostumbra asimismo a hacer quites por
gaoneras, uno de los lances fundamentales de su tauromaquia.
Es frecuente que abra la faena de muleta con una serie de estatuarios, marcados por
otros de sus sellos personales, la verticalidad y la quietud, también presentes en las
manoletinas que suele utilizar para cerrar sus faenas. Entre medias destaca su toreo al
natural, ejecutado con gran pureza, y que constituye la base de su faena junto con el
toreo con la derecha, con el que también ha sido notable, y los pases de pecho y de la
firma para rematar sus series. De manera complementaria, también practica el toreo de
adorno, con pases como el trincherazo y, en ocasiones, torea por alto o da algún
molinete.
2. No es un gran estoqueador, y de hecho ha perdido muchos triunfos por la espada, pero
aún así ha sabido ejecutar la suerte de matar con el valor y la técnica necesarios para
provocar la muerte del toro con eficacia.