2. “El objetivo de la
disciplina es
educar al niño para
que se gobierne
solo”
EG.White, Conducción del niño, p. 207
3. Motivación
Castigo Disciplina
Propósito Dolor Corrección
Enfoque Conducta pasada Conducta deseada
Actitud Hostilidad Amor y cuidado
Motivos Ira Amor
Resultados Temor Seguridad
Pongamos en una balanza y observemos la diferencia entre estos
polos:
4. ¿De qué lado se inclina
la balanza?
¿Tenemos que
eliminar de raíz el
castigo?
5. Exploración
• La disciplina es el fruto
de la difícil combinación
del amor y la firmeza.
• Los padres muchas veces
nos vamos al extremo del
amor y descuidamos la
firmeza.
• El resultado es la
indulgencia.
• El extremo contrario es
caer en la firmeza,
olvidando el amor.
• El resultado es la tiranía.
6. Los padres no podemos caer ni
en la indulgencia ni en la tiranía.
Nuestro desafío es ser diligentes
y firmemente amables.
8. El enfoque de la
disciplina es la
conducta deseada,
no la carceleta del
pasado.
Los padres no debemos encerrar a nuestros hijos en
el pasado, sino abrirles la puerta de la esperanza.
9. La actitud de los padres,
al aplicar la disciplina,
debe ser de amor y
cuidado, no de descargar
la ira o el enojo.
10. El resultado de la disciplina es la confianza y
la seguridad.
“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece, más el
que lo ama, desde temprano lo corrige” (Proverbios
13:24)
Cuando se recurre al castigo físico, es más conveniente
que ocurra en la niñez temprana, no para maltratar al
niño, sino para hacerle entender que tiene que
obedecer.
Las pataletas y rabietas no deben quedar sin
corrección.
11. No es el hijo el que tiene el
derecho de imponer su voluntad,
sobre todo, de malas maneras. En
el hogar son los padres los
responsables de mantener la
autoridad y respeto.
12. • Los padres no
podemos rehuir el
tema de la disciplina a
nuestros hijos.
• Esta tarea esta
encomendada
directamente a los
padres.
• No
descansemos
hasta que no estemos
conscientes y seguros
de
cómo
actuar para
ejercer una
disciplina
correcta,
sabia
y
fructífera
sobre
nuestros hijos.
13. Diálogo con los
padres.
1.- Clarifiquemos el
propósito del castigo y la
disciplina ¿Por que no
son conceptos
intercambiables?
2.- ¿Cuándo se tiene que
recurrir a la disciplina
punitiva con látigo o
azote?