El documento discute el papel de los arquitectos en Argentina en el contexto de la crisis económica y social del país. Señala que hay miles de arquitectos desempleados al mismo tiempo que millones de personas carecen de vivienda adecuada. Surgen nuevos grupos de arquitectos comprometidos con las necesidades de la comunidad que buscan desarrollar herramientas y prácticas accesibles para todos los argentinos. El documento propone que los arquitectos adopten una nueva actitud centrada en resolver las necesidades de la gente en lugar
Arquitectos al servicio del pueblo: un nuevo rol en tiempos de cambio
1. Revista La Marea 12-02
Ser protagonistas de esta época de transformación, arquitectos y profesionales de la
construcción, guiados por la posibilidad de un nuevo ejercicio profesional y una nueva practica
social al servicio de los millones de argentinos que necesitan techo, barrio y ciudad propia en el
necesario marco de un desarrollo independiente y autosostenido de nuestro país.
TITULO: ¿Hay un lugar para los arquitectos en nuestra patria?
Debates, reflexiones y nuevas prácticas que recuperan viejas
experiencias.
Citas
“Porque el proyecto personal, absolutamente legítimo, sólo puede realmente sostenerse y
realizarse en un proyecto colectivo; es decir que no son antagónicos, es decir que nuestros
anhelos personales, nuestras necesidades personales tienen que tener un sustento en una
sociedad que pueda sostener ese proyecto”.
Ana P. de Quiroga
“Esa capacidad de percibir que tenemos los arquitectos, nos está indicando que ante la
realidad de lo que está empezando a suceder en la Argentina tendríamos que empezar a
incorporarla a nuestra práctica social, no sólo a nuestra práctica profesional.
Nuestra práctica social es hoy pensar y conversar cómo hacemos para que nuestra
profesión llegue a todos aquellos que no saben lo que es la arquitectura, pero que la
necesitan, cómo hacemos para que lleguen nuestros conocimientos a todos aquellos que
nunca pensaron que la arquitectura está dentro de sus necesidades. ¿Qué práctica social
tengo que hacer para ello?”
Arq. Dante Schulman
“La vivienda no es un objeto, es un proceso. Preparar arquitectos para atender los
pequeños, variados y muy numerosos requerimientos de la población: millones de personas
comunes que precisan nuestros servicios para mejorar, transformar y proyectar sus
casas....”
Arq. Rodolfo Livingston
“¿Estamos los arquitectos de hoy preparados en actitud y en herramientas para insertarnos
en la zona de la pobreza al límite, que es la parte de la sociedad donde los problemas son
más cuantiosos en número de personas afectadas, más urgentes, hasta podría decirse,
incómodamente, que más propios, y también más novedosos y desafiantes para los
arquitectos, y ser actores de las soluciones adecuadas?.”
Arq.Víctor Pelli
La profunda conmoción producida por la tremenda crisis económica, social y política que azota hasta los
cimientos la Argentina, y los nuevos vientos de la lucha popular que desembocaron en los hechos de
diciembre del 2001, sacuden a una profesión que arrastra una dolorosa crisis desde hace muchos años.
Si nos detenemos a mirar en sus entrañas nos encontramos simultáneamente:
⇒ Grandes obras, gigantescos emprendimientos urbanos, enormes inversiones; hermosas, limpias,
vidriadas, claras imágenes mostradas hasta el infinito en los diarios y en las revistas especializadas.
Sofisticados materiales, altísimas tecnologías, innovadoras morfologias, pocos y especialísimos
profesionales y técnicos.
⇒ Enormes barriadas populares en las que millones autoconstruyen sus viviendas, salas comunitarias,
de salud, comedores, como forma de acceder a las mínimas condiciones de habitabilidad que hagan
posible una vida digna, realizadas sin asistencia técnica ni financiera, utilizando materiales y
técnicas precarias. Millones de casas y departamentos que son refaccionados una y otra vez por sus
propietarios sin asistencia profesional.
⇒ Cerca de 30 mil arquitectos desocupados, expropiados sus ahorros, sus jubilaciones, sus pequeñas
inversiones, y con gravísimas dificultades para encarar cualquier obra por la bancarización, la
devaluación... Recorrieron el mismo camino que los millones de desocupados en estos últimos años:
la inversión cuentapropista, la reconversión profesional, el taxi, la desocupación... ¿la emigración?.
Dos aspectos resaltan como figura y fondo:
⇒ La enorme contradicción que significa -aún antes de este momento- la existencia de miles de
arquitectos sin trabajo en un país con miles de argentinos sin vivienda y con gravísimas condiciones
habitacionales; y
2. ⇒ El tipo de ejercicio profesional y de la arquitectura practicado y trasmitido como formación
académica por los ”con nombre”, los “con firma”, los "de marca”, funcionales a las políticas que
hundieron nuestro país y nuestra profesión en esta situación de postergación social y entrega
nacional.
Es un extraordinario momento en el que están cayendo muchos velos que, sirviendo de ilusión,
ocultaron la realidad del hábitat de la mayoría de los argentinos. Y nuestra profesión ha recibido el
cimbronazo de esta vasta conmoción social de la que somos partícipes y testigos, y busca el camino
para ser parte del nuevo proyecto colectivo que se está gestando.
Millones de argentinos, al ganar las calles en reclamo de impostergables urgencias y reivindicaciones,
hartos ante la continuidad en lo fundamental de las políticas vigentes durante los últimos 25 años y
marcando a fuego a sus gestores, apañadores y beneficiarios, transforman, recuperan, se reapropian de
los espacios urbanos que hasta hoy eran tablero y territorio sólo de inversores, desarrolladores y
privatizadas.
De repente las calles se vuelven plazas para recorrer y ocupar; las plazas se volvieron salas de estar
colectivas; las veredas volvieron a ser espacios para compartir, y millones volvieron a mirar a sus
vecinos, a reconocer sus barrios, sus ciudades; a preocuparse por lo que hay en ellos: hospitales,
conventillos, escuelas, pequeños comercios que cierran; a defenderlos, a sentirlos propios...
Y junto con las asambleas barriales, las multisectoriales, las organizaciones populares, surgen grupos,
movimientos y organizaciones de arquitectos en toda la Argentina que, reflejando este nuevo momento
y estos nuevos vientos, reflexionan, debaten desde la esperanza de que es posible la transformación de
la dura realidad que nos han impuesto, en base a la fuerza de nuestro pueblo y a la capacidad de
acción de miles de profesionales.
Arquitectos "para la comunidad”, “en lucha”, “en marcha”, “de a pie”, “sin nombre”; en defensa de las
tierras públicas, del derecho a la ciudad para todos sus habitantes, del derecho a la vivienda para todos
los argentinos...
¿Quién hubiera pensado, algunos años atrás, que nuevamente la arquitectura estaría ligada a términos
que se habían dado por caducos, por obsoletos y que se desterraron del vocabulario cotidiano?
En ellos confluyen muchos torrentes: los protagonistas de muchos intentos de cambiar las cosas en
nuestra profesión, junto con aquéllos que desde su práctica individual decidieron mantener una
conducta que no los hundiera en la corrupción, en la justificación de la explotación, en la entrega del
alma a las conveniencias de un minúsculo puñado de grandes estudios y empresas constructoras que
monopolizaron la actividad profesional en beneficio de los grandes negociados inmobiliarios y de
infraestructura de la época de la Dictadura y de las privatizaciones, vinculados en su mayor parte a la
penetración extranjera.
¿Qué papel para los arquitectos?
Desde una reflexión crítica buscamos nuestros horizontes, una nueva mirada y una nueva práctica
profesional, académica y social:
⇒ Que tenga como criterio de referencia las imperiosas y urgentes necesidades de millones de
compatriotas sin techo y crecientemente alejados de los medios materiales para obtenerlo; de los
obreros que se unen para defender su trabajo y producir en la Argentina; de los vecinos que se unen
para transformar sus barrios; de los intereses nacionales y populares.
⇒ Que tenga otra actitud para otra concepción del trabajo del diseñador, que poniendo la creatividad
personal al servicio de la resolución de las necesidades de los otros, junto a los otros, rompa con la
concepción del uso de las necesidades de los otros para el desarrollo de la creatividad personal y la
figuración competitiva, concepción con la que se ha formado a miles durante estos 25 años.
⇒ Que investigue y desarrolle otras herramientas y otras concepciones de la técnica, los materiales,
los métodos y los procesos constructivos.
3. ⇒ Que recupere y retome viejas experiencias del movimiento estudiantil, docente y profesional,
realizadas en otros momentos políticos y sociales en los que también los vientos del cambio
recorrían nuestra patria y que fueron ocultadas, silenciadas y reprimidas durante estos 25 años.
Mucho hay que recuperar, mucho hay que hacer: el tiempo apremia. Desde estos nuevos vientos
trabajamos para otro proyecto para la Argentina.
por Beatriz Pedro (Beatriz Pedro es arquitecta, docente universitaria e investigadora)