1. CARTA ABIERTA A LA PLATAFORMA REGIONAL POR LA ESCUELA PÚBLICA EN
RESPUESTA A SU VERGONZOSO COMUNICADO
A la atención de la llamada Plataforma Regional por la Escuela Pública:
Soy una de las profesoras que será despedida en silencio y “sin sobresaltos” el día 30 de junio,
tras siete años de docencia en la pública y tres oposiciones aprobadas, innumerables cursos,
años de sustituciones y mucho trabajo y esfuerzo por ayudar a construir una Escuela Pública
digna de mis alumnos.
Jamás hubiera podido imaginar que el despido de la práctica totalidad del profesorado inte-
rino, y por tanto el mío propio, y unos recortes históricos por su gravedad dado que ponen en
peligro la supervivencia de la Escuela Pública, pudiera dar lugar a un comunicado tan abso-
lutamente vergonzoso y lamentable como este (descarga el comunicado AQUÍ) y a una apatía,
desidia e indiferencia sindical tan imperdonable como insultante.
El nivel de ruindad de un comunicado que habla de fin de curso “tranquilo” y “sin sobresaltos”
efectivamente no hace referencia al futuro de las familias de los profesores cuyos contratos fina-
lizan el 30 de junio. Para nosotros el sobresalto y la falta de tranquilidad será tan grande como
la duda sobre de qué comerán nuestros hijos o cómo pagaremos el alquiler el mes próximo, al
siguiente y al otro.
Me parece que los sindicatos se equivocan de plano y estoy convencida de que un error tan la-
mentable como el que han cometido ya no solo con este comunicado sino a lo largo de todo este
curso les pasará factura.
Estos sindicatos domesticados, acomodados, institucionalizados y tan poco combativos como
cercanos a la realidad de los centros y de las aulas parecen no haber comprendido que ellos no
son los garantes de los derechos de los alumnos ni de las familias, quienes ya tienen sus propios
cauces y asociaciones para hacerlos valer. Los sindicatos son, o mejor dicho, deberían ser, los
representantes y los defensores de los trabajadores y dejar muy claro que aunque es estupendo
contar con el apoyo de las asociaciones de madres y padres en las movilizaciones en defensa de
la Escuela Pública hay cosas, como el modelo de huelga más adecuado para defender los pues-
tos de trabajo que ahora mismo peligran, sobre las que estas asociaciones no deberían poder
decidir.
Si es FAPA quien exige un fin de curso tranquilo y sin sobresaltos para sus hijos a cambio de su
apoyo a las movilizaciones ¿es esto un chantaje? Yo como trabajadora deseo esa misma tran-
quilidad para los míos, y como su bienestar depende de mi puesto de trabajo creo que el deber
de mis representantes sindicales es convocar una movilización acorde con la gravedad de la
situación de una vez, luchar por nuestros puestos de trabajo con todos los medios a su alcance
y no dejar abandonados a los profesores interinos y a nuestras familias a nuestra suerte, como
esta “plataforma” ha decidido y anunciado.
Entiendo que consideráis que los que vamos a ser despedidos ya no somos comunidad educativa
y que por tanto no debéis preocuparos por nosotros porque pronto ya no os estorbaremos más.
O quizá somos tan incómodos porque somos la evidencia de vuestra más estrepitosa inoperan-
cia, falta de estrategia, de compromiso y de lucha. Ahora ya solo somos o en breve seremos
simples parados; parte de una cifra que no importa demasiado a nadie y de la que por supuesto
no tenéis que sentiros responsables. ¿Para qué preocuparse del eslabón más débil e incómodo
de esa Escuela Pública que decís defender?
Solo espero que nunca se os olvide que jamás demostrasteis estar a la altura como nuestros
representantes y los defensores de nuestros derechos; que nos habéis traicionado, abandonado y
olvidado; que nos habéis ofendido con la excusa de que el fin de curso apacible y tranquilo que
vendéis en vuestro comunicado es lo que los alumnos, familias y los profesores se merecen.
2. Pues bien, esos profesores amantes de la tranquilidad no son precisamente los que han luchado
y quieren seguir haciéndolo, sino los que en su mayoría no hicieron huelga “porque a ellos esto
no les afecta”, esos a quienes los interinos y el futuro de la Escuela Pública (incluido el de sus
alumnos) no les importa demasiado. Esos que creen que el sindicalismo es llamar a un teléfono
para que les informen sobre la jubilación y las licencias.
Si esos son los que de verdad os importan quizá es porque os habéis convertido en unos buró-
cratas, algo muy lejos de lo que debería ser la ocupación principal de un sindicato, y porque
ellos son quienes os votan. No os critican en las asambleas ni rompen sus carnets de afiliados
porque no se afilian a un sindicato de clase sino a una asesoría jurídica barata. En eso os ha-
béis convertido y para eso habéis quedado.
Por eso no lucharéis ni daréis la batalla en un fin de curso tan poco apacible como amargo.
¿Para qué incomodar a vuestros profesores por unos cuantos miles de despidos de nada? “Ya
se puede asegurar que han existido aspectos muy positivos para la Comunidad Educativa
madrileña” asegura triunfalmente el comunicado. Espero que aclaréis si el aumento de la
ratio y con ella los nuevos despidos de miles de profesores son algunos de estos “aspectos muy
positivos”.
Por favor, no nos vendáis triunfos, logros, lucha y una unidad que a día de hoy son totalmente
inexistentes, porque la mentira que contáis en este comunicado es tan grosera como ridícula. Si
tuvierais algo de dignidad no asumiríais una derrota como la que estamos viviendo hoy sin lu-
char. Quizá mis compañeros y yo nos iríamos al paro igualmente, pero al menos orgullosos, con
la conciencia tranquila y la dignidad intacta por haber dado la batalla hasta el último día. No
sé cómo lo vais a hacer a partir de ahora para poder dormir por las noches. Yo no soportaría la
idea. Debemos, sin duda, ser muy distintos en esto.
Y dicho esto me despido para siempre. Os deseo que el futuro de este tipo de sindicalismo tan
alejado del que siempre ha luchado para que hoy tengamos los derechos que tan fácilmente nos
estamos dejando arrebatar no esté ligado al de la Escuela Pública, porque lo auguro muy ne-
gro. Mi respeto, de momento, ya lo habéis perdido para siempre. Nunca supuse que estuvieseis
tan cerca de ser parte del problema y tan lejos de ser capaces de ofrecer un cauce desde el que
crear juntos una solución.
Os llevaré en el recuerdo allá adonde vaya. Hasta nunca CCOO, UGT, STEM (por no hablar de
vuestros interesados e intermitentes aliados ANPE y CSIF)