El documento describe las bases fundamentales para el inicio de la industrialización británica, incluyendo la expansión de la agricultura, el crecimiento demográfico, la existencia de mercados, la disponibilidad de capitales y los cambios en las teorías económicas como el librecambismo. Explica cómo la revolución agrícola británica impulsó el despegue demográfico y estimuló diferentes sectores industriales, y cómo la disponibilidad de capitales y la red de transportes facilitaron la existencia de mercados internos y externos para los productos