La inteligencia es la habilidad que permite la adaptación a nuevas situaciones, el aprendizaje de la propia experiencia, la manipulación de conceptos abstractos, el desenvolvimiento en el entorno utilizando el conocimiento adquirido para ello o la resolución de distintos tipos de problemas. El estudio de la inteligencia es uno de los campos más amplios e importantes dentro de la psicología. Debido a la complejidad del fenómeno existen muchas teorías al respecto, las cuales varían tanto en su naturaleza, la manera en la que se puede desarrollar o las áreas a las que afecta. A lo largo de la historia de la psicología, diferentes autores se han centrado en distintas áreas para tratar de determinar qué es exactamente la inteligencia. Por ejemplo, los clásicos de Grecia creían que la capacidad de razonar con lógica era lo más importante a la hora de considerar si una persona era más o menos inteligente. Para otros, la clave estaba en el pensamiento matemático o las habilidades verbales.
Sin embargo, hoy en día la mayoría de teorías están de acuerdo en que la principal característica de una persona altamente inteligente es su capacidad para adaptarse al medio. Esta habilidad se expresa de maneras muy distintas en función del entorno. Además, ya no se piensa que se trate de un solo rasgo, sino de la mezcla de varios que necesitan trabajar juntos a la hora de resolver problemas. Desde el punto de vista de la psicología, la inteligencia ha sido definida de muchas maneras a lo largo de la historia. Entre otras, se ha descrito como la capacidad para pensar de forma lógica, comprender el mundo, desarrollar autoconciencia, razonar, planificar, pensar de manera crítica, resolver problemas y aplicar la creatividad.
De manera más general, también puede entenderse la inteligencia como la capacidad para percibir o deducir información, memorizarla, y encontrar la manera de aplicarla para generar comportamientos que permitan a la persona desenvolverse de manera adecuada dentro del entorno en el que se encuentra.
Sin embargo, no existe una sola definición clara del concepto de inteligencia. Cada corriente dentro del campo de la psicología valora más unos rasgos que otros a la hora de definir esta capacidad; y existen multitud de teorías y creencias sobre cuál es su origen, cómo se manifiesta y la manera en la que se puede reconocer a una persona inteligente. Además, el estudio de la inteligencia en animales y sistemas artificiales ha generado aún más preguntas sobre este concepto.
Cuando comenzó a investigarse por primera vez sobre la inteligencia, la teoría más aceptada era la de que existía un solo rasgo, conocido como “factor g”, que determinaría la capacidad de una persona en este ámbito. El psicólogo Charles Spearman dedicó gran parte de su vida a tratar de encontrar el factor g, aunque nunca consiguió hallarlo.
Más tarde, otros investigadores como Raymond Cattell desarrollaron la teoría de que esta capacidad cognitiva podía dividirse en dos habilidades.
2. Una capacidad mental muy general
para:
- Razonar
- Planificar
- Resolver problemas
- Pensar de modo abstracto
- Comprender ideas complejas
- Aprender con rapidez
- Manejar símbolos lingüísticos
- Adaptarse
¿Qué ES LA INTELIGENCIA?
3. CONSIDERACIONES IMPORTANTES SOBRE LA
EVALUACIÓN Y LA INTERVENCIÓN:
Discapacidad intelectual sobresaliente intelectual
REUVEN FEUERSTEIN
4. CONSIDERACIONES DE FEUERSTEIN SOBRE LA
INTELIGENCIA (LA MODIFICABILIDAD COGNITIVA):
La inteligencia es un proceso dinámico y
autorregulatorio que responde a la intervención
ambiental externa.
La inteligencia es modificable y no algo estático.
Critica los medios de evaluación pues por lo general
reflejan lo que un alumno ha aprendido, es decir los
productos (lo que sabe sobre “x” situación o temática y
no
lo que es capaz de aprender, su “potencial de
aprendizaje”, pues nos proporcionaría indicadores de
sus “procesos cognitivos” y no sólo de los “productos”.
6. FASE DE ENTRADA (INPUT)
El alumno se enfrenta a un problema cuya
solución requiere emplear una serie de
funciones para recopilar toda la información.
FASE DE ELABORACIÓN
Mientras la procesa, el alumno ha de elaborar
dicha información, relacionando el contenido
nuevo con el que ya se posee; por tanto,
precisa de otro tipo de funciones especificas.
Secuencia cognitiva en tres fases:
7. FASE DE SALIDA
Como resultado de todo procesamiento, el
alumno trata de dar la respuesta más
adecuada al problema planteado; para ello se
precisan de las funciones especificas de esta
fase.
NOTA: es importante en la práctica entender la interacción de estas tres
fases para comprender el funcionamiento cognitivo correcto
y las posibles deficiencias de este.
Continuación de las secuencias cognitivas:
8. Funciones cognitivas deficientes en la
FASE DE ENTRADA
Percepción borrosa y confusa.
Comportamiento exploratorio no planificado: impulsivo y no
asistemático.
Carencia de instrumentos verbales y conceptos que afectan la
discriminación de los objetos con su nombre.
Orientación espacial deficiente.
Orientación temporal deficiente: carencia de conceptos
temporales.
Deficiencia para considerar dos o más fuentes de información a
la vez.
9. Funciones cognitivas deficientes en la
FASE DE ELABORACIÓN
Dificultad para percibir un problema y definirlo.
Dificultad para distinguir los datos relevantes de los
irrelevantes en un problema.
Dificultad en la conducta comparativa.
Incapacidad para describir un cuadro como un todo, las
partes las considera aisladas.
Carencia de estrategias para verificar hipótesis.
Dificultad en la planificación de la conducta.
Dificultad en la elaboración de categorías cognitivas, ya sea
por falta de recursos verbales o por carencia de criterios de
clasificación.
10. Funciones cognitivas deficientes en la
FASE DE SALIDA
Modalidad de comunicación egocéntrica.
Bloqueo en la comunicación de la respuesta.
Respuestas por ensayo y error.
Carencia de necesidad de precisión para comunicar
las propias respuestas.
Conducta impulsiva que afecta el proceso de
comunicación.