Este documento resume las principales características y tendencias del teatro neovanguardista entre 1950 y 1970, incluyendo el teatro del absurdo y el teatro pánico. El teatro del absurdo explora los estados oníricos y subconscientes y tiene un enfoque casi religioso en el mito y la magia. Autores representativos incluyen a Ionesco, Beckett, Genet y Arrabal. El teatro pánico de Arrabal, Jodorowsky y Topor se basa en lo primitivo y lo pánico para provocar un sobrecogimiento. Sus ceremon
2. Neovanguardia o la resignificación de
un fracaso (Bürger)
Las vanguardias de los años ’10 y ’20 se oponían a la
institución arte y fomentaban la reinserción del arte a la
praxis vital.
Las neovanguardias de los años ’50 y ’60, en el contexto de
post industrial y de post guerra, retoman dichas premisas,
pero asumen las leyes del mercado e inscriben a las obras en
la lógica de una producción-distribución-consumo.
Ejemplo, según Ionesco: “Corneille, sinceramente, me aburre.
(…) Schiller me resulta insoportable. (…) Los dramas de
Víctor Hugo nos arrancan carcajadas. (…) Dumas hijo, con
su Dama de las camelias, es de una sentimentalidad ridícula.
¡Y los demás! ¿Oscar Wilde?, fácil; ¿Ibsen?, pesadote;
¿Strindberg?, torpe.”
3. Dos lineamientos poéticos:
irracionalidad y primitivismo (Innes)
“Bajo las variaciones de estilo y tema aparece un
interés predominante en lo irracional y lo primitivo,
que tiene dos facetas básicas y complementarias: la
exploración de estados oníricos o los niveles
instintivos y subconscientes de la sique, y un
enfoque casi religioso en el mito y la magia, la
experimentación con pautas rituales y ritualistas de
actuación. (…) Los diferentes grupos están también
unidos como variaciones del mismo objetivo:
retornar a las raíces del hombre –ya sea en la sique o
en la prehistoria– que se refleja en el nivel estilístico
por el retorno a formas originales del drama.”
8. El Teatro del Absurdo (Esslim, 1961)
Antecedente de la “absurdidad” en Albert Camus (1942): la
nada, el tiempo-enemigo, la náusea, la extranjería.
Ab – surdus (sin armonía): eje semántico
Sin manifiestos ni escuelas, los autores tienen un factor
común: “la angustia metafísica”, vale decir: ¿qué disposición
anímica tiene el ser humano frente a la destrucción y la
desidia del mundo?
En consecuencia, ante este profundo descreimiento, el teatro
apela a lo inefable para responder a lo trascendental.
El teatro del absurdo responde: a) denunciando de manera
satírica aquella sociedad inauténtica y anquilosada; b) refleja
el derrumbe de las certezas y la crisis espiritual; c) ironiza
sobre el racionalismo y la visiones realistas del teatro
contemporáneo.
9. El teatro del absurdo critica a la vida social como una
mecanización vacía, o una “pantomima sin sentido” (Camus).
Es la escena de la “retirada de la palabra” o la devaluación
del lenguaje:
“El lenguaje se nos presenta como un elemento frágil que
lleva a un continuo fracaso para el descubrimiento y, por lo
tanto, para el conocimiento del mundo. (…) El lenguaje no
puede dar muestras certeras de nada, sino sólo de sí mismo,
estableciendo así una referencia directa a la artificiosidad del
mismo.” (Margarit)
10. Dramaturgos representativos del
absurdo europeo según Esslim
Eugenio Ionesco: el antiteatro. Obras: La cantante calva,
La lección, Las sillas, etc.
Samuel Beckett: huellas del vacío (Margarit). Obras:
Esperando a Godot, Final de Partida, Actos sin
palabras.
Jean Genet: laberinto de espejos. Obras: El balcón, Las
criadas.
Fernando Arrabal: la mecánica sin sentido. Obras: Pic-
nic en el campo de batalla, Cementerio de automóviles.
Harold Pinter: cuestionamiento a la naturalización.
Obras: El amante, La habitación.
11. Reglas de juego y/o procedimientos
escénicos
Postergación de la trama y del diálogo; por lo tanto, del tiempo
y del espacio.
Conflicto estático.
Estructura, en muchos casos, circular; o puede también
progresar intensificando la situación inicial.
No existe pre-historia.
Parodia de recursos melodramáticos o realistas. Se sustituye lo
prosaico por lo poético, lo cotidiano por lo insólito.
Construye una arquitectura de imágenes poéticas en
movimiento, otorga primacía al “significante” y no al
“significado”.
Las acciones no responden a una lógica racional y están carentes
de sentido aparente: mecanización.
Apela a la incoherencia lingüística y al estallido de la palabra.
Personajes sin atributos psicológicos y hasta caricaturescos.
12. Formas poéticas del absurdo (Pavis)
El absurdo nihilista: “… en el cual es prácticamente
imposible extraer un ápice de información sobre la visión del
mundo y las implicaciones filosóficas del texto y de la
interpretación”[1]. El autor ejemplifica esta estrategia
nombrando al teatro de Ionesco y Hildesheimer.
“el absurdo como principio estructural para reflejar el caos
universal, la desintegración del lenguaje y la ausencia de una
imagen armoniosa de la humanidad…”[2] Los ejemplos
citados son Beckett y Adamov.
“el absurdo satírico (en la formulación y la intriga) refleja de
un modo suficientemente realista el mundo descrito…”[3]
Por ejemplo: el teatro de Dürrenmatt o de Arrabal.
16. El Teatro Pánico
1960: Fernando Arrabal, Alejandro Jorodowsky y
Roland Topor se distancian del movimiento
surrealista epigonal y organizan el grupo
“Burlesco”, al que luego le denominarán “Pánico”.
Lo pánico como categoría estética:
a) sobrecogimiento individual o colectivo como un
contagio endémico.
b) Base primitivista: dios Pan, deidad bucólica que
hace perder la razón y libera fuerzas oscuras,
destructivas-creadoras.
17. La ceremonia pánica o efímera
Se desarrollan entre 1963 y fines de los años ’60.
Implican revueltas, provocación, choque estético y
censuras internacionales.
Se vinculan con los happenings desplegados
paralelamente en EEUU y otras ciudades. En este
sentido, hallamos grupos paradigmáticos: Living
Theatre, Open Theatre, San Francisco Mime Troupe,
Teatro Campesino, todos fusionando lo experimental
escénico y lo político.
18. Características de la ceremonia pánica
(Torres Monreal, 1986):
Osadía en la escritura y concepción libre de censuras
Predominio de las fijaciones y de las imágenes oníricas e
inconscientes
Tensiones entre el azar y el orden dramático: lo barroco
Carácter psicodramático
Acentuación de comportamientos sádicos e hipérbole de lo
sexual
Base sagrada, ritualista y primitiva
Opta por la forma “ceremonia” y la integración de lenguajes
artísticos
Expone una utopía frente a la pesadilla de lo real: liberación.