Las movilizaciones se realizaron en La Paz, Santa Cruz, Oruro, Cochabamba, Sucre, Tarija, Cobija, Yacuiba, Trinidad, entre otros. En el extranjero también se conoció de expresiones por el no a la reelección del Jefe de Estado en Barcelona, Roma y Ginebra.
1. DECLARACIÓN PACEÑA DEL 10 DE OCTUBRE DE 2017
A 35 años de la reconquista de la democracia, hoy nos volvemos a encontrar para enfrentar y derrotar la
prepotencia que amenaza nuestras libertades.
La lucha para derrocar a los dictadores fue larga, dolorosa y sangrienta. Muchos sacrificaron sus estudios y sus
patrimonios, vieron a sus familias divididas, tuvieron que interrumpir sus sueños; sufrieron cárcel, persecución,
exilio, desaparición forzada, tortura, y a veces la muerte. Pero la voluntad democrática se impuso.
Claro que esa democracia era imperfecta, porque nosotros somos imperfectos. Por eso sabíamos que la
construcción de la democracia debía ser constante responsabilidad de todos y, con luces y sombras, los
bolivianos trabajamos para ampliar los derechos y trabajar nuestro futuro. Precisamente por eso, cuando los
gobiernos de estos 35 años empobrecían o corrompían la democracia, los ciudadanos salíamos a defenderla.
¿Entonces, por qué hoy estamos en esta plaza?
Porque poco a poco el gobierno de tantos se fue convirtiendo en el gobierno de una persona; el régimen
democrático fue rápidamente sustituido por un régimen autoritario. Los que se comprometieron a construir
una nueva economía, impulsar la democracia, las autonomías indígenas y regionales, poner la educación por
encima de la represión y la propaganda, hacer de la salud un buen servicio público. Los que prometieron
proteger nuestros parques nacionales, revertir el etnocidio y cambiar nuestro modelo de desarrollo. Los que se
declararon gobierno indígena convirtiendo a tantos dirigentes indígenas y a demasiados dirigentes campesinos
en pongos del poder monárquico. Estamos en esta plaza de la vigilancia popular porque los que juraron
defender la Constitución y gobernar obedeciendo al pueblo, no aprendieron, no escucharon, no corrigieron, no
rindieron cuentas. Al contrario, empezaron a incumplir, olvidar, reprimir y robar y robar y traicionar y traicionar.
Porque quisieran quedarse demasiados años y morir de viejos en el palacio.
Entonces realizaron un nuevo proceso de cambio. Este 18 de septiembre el régimen autoritario se transformó
en gobierno dictatorial. Al presentar la demanda de inconstitucionalidad contra la Constitución, el gobierno ha
decidido recorrer el camino sin retorno hacia la dictadura. Porque son las dictaduras las que desconocen la
voluntad popular y la Constitución. Sólo una dictadura intentaría burlar la voluntad soberana del 21 de febrero
de 2016 que le dijo NO. Sólo una dictadura encarga a un grupo de empleados del Poder Ejecutivo, denominado
Tribunal Constitucional, poner su ambición privada por encima del bien común, de la sociedad y de la nación.
Y esta dictadura tiene un dictador. Alguien que se hace coronar Apu Mallku. Alguien que levanta un museo
para sí mismo. Alguien que compra un avión privado, varios helicópteros, muchos autos, muchos adornos
imperiales. Alguien que promueve la invasión colonial de cocaleros y petroleros. Alguien que ordena que le
amarren los huatos. Alguien que dirige uno de los gobiernos más inútiles y corruptos de la historia. Alguien que
se hace el ciego ante los robos en el Fondo Indígena, contratos de YPFB, ENTEL, Bolivia TV, Banco Unión,
Ministerio de Defensa, la empresa china CAMCE, y tantísimos más, y tantísimos otros que apenas sabemos.
Alguien que traiciona a su propia sangre en Chaparina, en Achacachi, en Caranavi, y podríamos continuar.
Alguien que, como es tan macho, ignora el incremento de feminicidios y quiere que en todos los vientres
embarazados diga: Evo cumple. Alguien que autoriza la represión a todas las protestas (a los discapacitados, a
los obreros, a los cooperativistas, a los alteños). Alguien, un dictador, un dictador que dicta el saqueo de Bolivia.
Este es el desastre y esta es la tragedia.
Por eso, hoy salimos a las calles nuevamente no sólo para defender la democracia, sino para reconquistarla.
2. Hoy declaramos: no acataremos ninguna sentencia de este Tribunal, o del que lo sustituya, o de cualquier
Asamblea Legislativa, o de este gobierno sedicioso, o de quien sea que ignore que la soberanía reside en el
pueblo y que su voto es inviolable.
Hoy declaramos: las elecciones judiciales del 3 de diciembre serán una nueva derrota del gobierno, porque no
deben ser posesionados como máximos representantes de la justicia los que tengan menos votos que los nulos
con los que los repudiaremos. No descansaremos hasta tener una justicia independiente, honrada y confiable.
Por eso, esta noche estamos en esta plaza, unidos en la diversidad, brazo con brazo, los que mayoritariamente
votamos por el NO el 21 de febrero, con muchos –cada vez más- de los que todavía tenían esperanzas en este
gobierno, y con los otros muchos que nunca confiaron en sus promesas. Estamos en esta plaza, testimonio de
nuestras más altas alegrías democráticas, mujeres y hombres; viejos y jóvenes; indios, cholos y k’aras; obreros,
profesionales, empresarios y artesanos; ambientalistas que viven la naturaleza y los que recién aprenden a
honrar a la madre tierra. Estamos en esta plaza del encuentro de nuestras mejores memorias, todos los
partidos democráticos y todos los ciudadanos democráticos. Estamos por nosotros, por todo el país, porque
hace 35 años derrotamos a los dictadores y hoy enfrentamos a sus sucesores.
Por eso, hoy, sin vacilaciones, sin dudas, con firmeza, advertimos a los herederos de las dictaduras: no
liquidarán la democracia, no expropiarán nuestra libertad, y tendrán que rendir cuentas por todas las traiciones,
las mentiras, la represión y el saqueo. Unidos y convencidos reafirmamos en nuestras concentraciones en todo
el país que por respeto a la soberanía popular, por la Constitución, por legitimidad y legalidad, ya no
permitiremos una nueva reelección. Pero como esta dictadura pretende quedarse para continuar convirtiendo
el Estado en depredador de la madre tierra, fábrica de oligarquías y fuente de corrupción,
LA CONCENTRACIÓN CIUDADANA DE OCTUBRE RESUELVE CONVOCAR AL PAÍS ENTERO A RECONQUISTAR LA
DEMOCRACIA, DEFENDER EL VOTO CIUDADANO Y CONSERVAR LA VIDA.
Así nuestros hijos se quedarán en Bolivia.
Así construiremos la unidad de las fuerzas democráticas.
Así los ciudadanos de las calles y las comunidades nos organizaremos en agrupaciones políticas para participar
activamente en la reconquista de la democracia.
Así conservaremos tierra y territorio.
Así todos votaremos Nulo en las elecciones judiciales del 3 de diciembre.
Así les enseñaremos a gobernar obedeciendo al pueblo.
Así reconquistaremos la democracia como gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo.