1. ORAR en 1ª Semana de Adviento 2011 [ Del domingo 27 de Noviembre al sábado 3 de Diciembre Despiertos y Atentos a la presencia de Dios Atentos a la venida de Dios para ver nueva página haga con el mouse CLIC
2. PRESENTACIÓN Este domingo comenzamos el tiempo de Adviento. Palabra que significa venida, llegada. Por eso, el Adviento es preparación para el Advenimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Y desde esta semana hasta la Navidad, estaremos atentos al tiempo en el que Jesús se encarna para vivir la misma suerte de los hombres y mujeres de esta tierra. [ ]
3. ... Presentación Para comenzar este Adviento, la Liturgia presenta en forma de parábola (Mc. 13, 33-37), la necesidad de estar en vela y en alerta ante la llegada de Dios, porque no sabemos el momento de su venida. La llegada de Dios a esta tierra que es su casa, no es controlable ni atrapable. Es pura gratuidad. [ ]
4. ... Presentación [ ] Estar en vela es la actitud propia del que espera algo o a alguien. La velada está muy asociada a la paciencia, que es lo propio de quien sabe que todo tiene su tiempo. Con la paciencia todo se alcanza, dirá Santa Teresa. El que vela, sin desanimarse, aprende a esperar la llegada del tiempo de las personas y de Dios.
5. ... Presentación Estar alerta es la actitud propia del que atiende o se responsabiliza de algo o de alguien. La alerta está muy asociada a la vigilancia y al cuidado, que es lo propio de quien sabe que todo tiene su valor. La alerta nos ayuda a cuidar de modo especial el ritmo de nuestra vida, el hacia dónde, y a cuidar también la vida de las personas, así como nos ayuda a atender nuestra relación con Dios. [ ]
6. ... Presentación La velada y la alerta equivalen a estar despiertos y atentos. Estas dos actitudes son la condición para la espera de la presencia de Dios. Una presencia que es novedad total. Porque el Verbo Encarnado prolonga el acto sin fin de su nacimiento en la nueva Humanidad que se engendra en cada tiempo. (Cf. Teilhard de Chardín). [ ]
7. ... Presentación [ ] Velar y estar alerta no tienen nada que ver con la alarma ni con la vigilancia mal-sana, sino con aquella disposición especial que vamos aprendiendo a lo largo de nuestro caminar y que nos capacita y habilita para el encuentro con las cosas, con las personas y con Dios. Lo contrario sería estar dormidos al curso de la vida.
8. ... Presentación La novedad de Dios no tiene hora. Tampoco tiene hora la amistad, el servicio y la generosidad. El evangelista nos dirá que esta novedad puede suceder en cualquier momento. Que Dios nos dé la gracia de despertarnos a la realidad que nos rodea y que nuestra velada y alerta sean para transformarla, como signo visible de que estamos atentos a la presencia Dios. [ ]
9. [ ] Vengo a estar despierto y atento ante la llegada de Dios
10. Señor, que todas mis intenciones, acciones y procesos interiores, estén totalmente ordenados a cumplir tu Voluntad. [ ]
12. Estar en Vela para la Llegada de Dios Aprende a esperar con paciencia, porque las cosas, las personas y Dios tienen su tiempo. Si sabes velar, sin desanimarte, te encontraras con las personas, con la vida y con Dios. [ ] El que vela aprende que la paciencia todo lo alcanza. Se libera de la ansiedad que descentra su mente y su corazón.
13. Estar Alerta al Tiempo de Dios [ ] Cultiva la alerta, sin caer en una vigilancia malsana. El que está alerta sabe cuidar el ritmo de su propia vida, su hacia dónde, sabe cuidar la vida de las personas, y cuida de modo especial su relación con Dios. Al que está alerta le basta la vida. Está colocado en dirección hacia Dios y supera la avidez que descoloca a su alma.
14. Estar Despierto para el Encuento con Dios [ ] Mantente despierto. Captarás la presencia de Dios cuando estés atento al curso de la vida. Dios no tiene hora fija. Si despiertas, encontrarás a Dios en cada circunstancia de tu vida. Te dará la gracia de la salvación. El que está despierto se fía. Se dispone a desprenderse de la nostalgia que paraliza y ancla su vida en el pasado.
15. ENCONTRARÁS A DIOS Dondequiera que pongas tu mirada, dondequiera que fijes tu atención, dondequiera que un átomo subsista, encontrarás a Dios. En las formas diversas de las nubes, en los rayos dorados que da el sol, en el brillo que lanzan las estrellas, encontrarás a Dios. En los dulces balidos que en los prados, el rebaño da al silbo del pastor, en los trinos cambiantes de las aves, encontrarás a Dios. En la sangre que corre por tus venas, en la misma conciencia de tu Yo, en los propios latidos de tu alma, encontrarás a Dios. En la santa figura de este mundo, cuyo vientre la vida te donó, en la franca sonrisa de la gente, encontrarás a Dios. En el rostro del que acepta tu mirada, o el que por algún motivo esquivó, si no te paraliza y lo miras con amor, encontrarás a Dios. En las horas de sombra y amargura, cuando a solas estés con tu dolor, si lo buscas con fe en esas noches, encontrarás a Dios. ( Cf. Arturo Gutiérrez Martín ) [ ]
16. Toma Señor y recibe toda mi libertad mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a ti, Señor, lo devuelvo. Todo es tuyo. Dispón de mí según tu voluntad. Dame tu amor y gracia que ésta me basta. Amén. Colaboración de Manuel José Jiménez E. S.J.