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ENTREVISTA A RAY BRADBURY, AUTOR DE CIENCIA FICCIÓN
Ana D%u2019Onofrio
URL: http://www.lavanguardia.es/
"El e-mail es una pérdida de tiempo"
Viste bermudas, camisa, corbata, calcetines blancos y zapatillas. Sobre su nariz fuerte están
calzados los anteojos de siempre. El pelo, blanquísimo, como de cuento infantil; la cara, franca y
tostada. En la mesa escritorio, frente a él, cientos de papeles, sobres, cartas, libros, diarios,
anotaciones, un teléfono, una radio, pequeños carteles. La mirada le brilla; la voz, potente, se
vuelve un susurro cuando se pregunta cómo nació el universo. Ríe con ganas y dice que tiene tres
libros para publicar este año y tres el próximo; que acaba de terminar un guión para cine, dos
novelas, dos libros de poesía y uno de ensayos.
Ocho meses después de un ataque de apoplejía y recién cumplidos los 80, Ray Bradbury se
emociona cuando habla de la vida y de Marte. Esa vibración es lo que más impacta de su
presencia, aunque una mirada atenta podría descubrir a su derecha el bastón con cuatro patas
que le ayuda a superar cierta dificultad en la pierna y el brazo de ese lado. "Gracias a Dios camino
mejor y puedo hablar bastante bien -dice-. Y puedo crear con mi mente. Mi cerebro está bien. No
fue afectado. Mi genio, o lo que fuere, quedó a salvo. Gracias al cielo."
El celebérrimo autor de ciencia ficción, padre de "Crónicas marcianas" (escrito hace 50 años) y de
"Fahrenheit 451" (que será puesta en escena en enero próximo en Nueva York), se muestra en
entrevista muy crítico con el uso que se hace de las nuevas tecnologías, y no duda en calificar el
correo electrónico de pérdida de tiempo y fuente de cotilleos.
Pregunta -¿Continúa sin ordenador?
Respuesta -No lo necesito, ni yo ni mucha gente. Depende, claro, de lo que uno haga. Hace 60
años que uso la máquina de escribir. Tengo tanto entrenamiento que puedo escribir sin errores,
incluso puedo hacerlo en la oscuridad. Escribí una novela en la oscuridad una noche en París,
mientras mi esposa Maggi dormía. Trabajé sin encender la luz. Cuando amaneció, había terminado
la novela.
Pregunta -¿Nunca tuvo un ordenador personal?
Respuesta -Me regalaron uno hace cosa de diez años, pero cometía errores y luego los tenía que
corregir. Yo no cometo errores cuando escribo con la máquina eléctrica. Las teclas del ordenador
son tan sensibles al tacto que uno suspira y, ya está, ha cometido un error. Qué quiere que le diga.
Me gusta el papel... Adoro mi IBM eléctrica. Además, los ordenadores son diez veces más caros
que las máquinas de escribir.
1
Pregunta -¿No cree, sin embargo, que son avances que nos pueden mejorar la vida?
Respuesta -Mire, ni Internet ni los ordenadores son malos en sí mismos, lo que sí puede ser malo
es el uso que uno hace de ellos. Para mí, es la gente la que tiene que decir cuál es la función de la
tecnología en su vida, cómo va a usarla... Mucho de esto está orientado al consumidor varón, al
macho... Más grande o más joven, el hombre gusta de jugar con juguetes. Internet y los
ordenadores son juguetes, pero fíjese que no les gustan a las mujeres, porque las mujeres tienen
más sentido común para estas cosas. No se les ocurre perder el tiempo con estas cosas... No es la
máquina la que es-cribe. Es esto... -señala su cabeza-, la mente.
Pregunta -Pero no se puede negar que Internet nos permite estar mejor comunicados...
Respuesta -Tenemos demasiadas comunicaciones, estamos demasiado comunicados. ¿Con cuánta
gente quiere usted estar conectada? ¿Cuántos amigos de verdad tiene? ¿Cuatro? ¿Cinco? ¿Por
qué se quiere estar en contacto con todo el mundo? Yo creo en el contacto humano.
Pregunta -¿Tampoco rescata la red como herramienta para investigar, para universidades,
escuelas, bibliotecas?
Respuesta -Sí, para investigadores me parece fantástico. Pero el ciudadano medio no es
investigador, para él no es de primera necesidad.
Pregunta -¿Cree que vamos hacia un mundo sin libros, como en "Fahrenheit", donde se quemaba
todo lo escrito en papel?
Respuesta -Yo soy un loco de las bibliotecas, pero mi padre y mi madre las visitaban de vez en
cuando. Tengo tres hijas que leen libros y otra que no lee nada. Que alguien me explique eso. ¿De
dónde viene? ¿Está emparentada conmigo? Nuestra curiosidad por las cosas es un misterio y eso
me hace tener esperanzas de que las bibliotecas no desaparecerán. Lo que pasa es que ahora
estamos sometidos a un bombardeo tecnológico: ¡Oh, sí! Tengo que tener esto o aquello. Internet,
un nuevo ordenador. ¡Cada día es Navidad!
Pregunta -¿Qué papel tiene la televisión en todo esto?
Respuesta -Mire, lo que los chicos ven por televisión depende de los padres. Hay canales buenos y
canales malos. Pero son los padres los que deben asegurarse de que los chicos estén frente al
canal correcto y no frente a uno lleno de noticias de violencia sexual, homicidios y accidentes.
Pregunta -Veo que da mucha importancia al entorno familiar...
Respuesta -Mucha. Seguramente usted, como yo, fue criada en una buena familia, y nuestro
comportamiento depende de cómo intentemos complacer a nuestros padres. Si ellos son buenos
ejemplos, antes de hacer algo uno se cuestionará si está bien o si está mal, según lo que ha
aprendido de ellos, más allá de que estén vivos o muertos. Es positivo que uno tenga influencia de
gente que aprecia.
2
Pregunta -¿Compraría un libro por Internet?
Respuesta -Si uno quiere comprar un libro clásico, uno de William Faulkner o de Ernest
Hemingway, lo veo bien, sí. Uno sabe qué está comprando. Conoce esas obras, ya las ha visto.
Pero si uno quiere comprar un libro nuevo, que no conoce, sería muy tonto recurrir a Internet.
Uno tiene que ir a la librería, tomar el libro entre sus manos, leer la solapa, hojearlo...
Pregunta -A mucha gente le entusiasma poder hacer trámites desde casa...
Respuesta -Pero, ¿qué le pasa a la gente que no quiere salir de su casa?
Pregunta -¿Qué opina del e-mail?
Respuesta -Una pérdida de tiempo, un cotilleo. Si va a escribir, escriba una carta a mano o a
máquina. O levante el teléfono y hable. O mande un fax. Si casi es tan rápido como el e-mail,
apenas unos segundos más. Con mi hija que vive en Phoenix los fax van y vienen. Ella transcribe
mis textos y los pasa por el fax. Yo hago las correcciones y le reenvío el material para que lo vuelva
a mecanografiar. A veces le dicto cosas por teléfono.
Pregunta -Ordenadores, Internet, e-mail. ¿Es un proceso imparable?
Respuesta -No lo sé. Hace dos años hablé con un grupo de técnicos de la industria
cinematográfica. Se proyectaron, antes de la charla, películas actuales de ciencia ficción. Advertí
que son todo efectos especiales. No hay trama. Lo bombardean a uno con una explosión tras otra
y lo hacen viajar por el espacio. Pero son fuegos de artificio. Maravillosos, sí, pero fuegos de
artificio al fin.
Pregunta -¿Qué opina de la biotecnología y concretamente de la clonación?
Respuesta -Bueno, lo importante de la biotecnología es que por medio de ella se logre combatir y
vencer enfermedades como el mal de Alzheimer. Eso sería extraordinario. Ahí es distinto, pero ¿la
clonación de seres humanos porque sí, por repetir el modelo? No, en absoluto.
"En el futuro volveremos a la Luna y vamos a ir a Marte", afirma Ray Bradbury
Pregunta -¿Cómo imagina el futuro un escritor de ciencia ficción como usted?
Respuesta -Vamos a volver a la Luna, lo que es la mejor noticia, y también vamos a ir a Marte.
Ojalá esté yo vivo para verlo. Me gustaría que el Gobierno se cuestionara por qué no volvimos a la
Luna. No debimos haberla dejado nunca. Fue algo glorioso para nosotros. Aquella noche, cuando
el hombre pisó la Luna, toda la gente en este país, en su país, en todo el mundo, levantó los ojos
hacia el cielo, miró la Luna y dijo: ¡Oh Dios, lo logramos! Somos libres de la gravedad, libres de
andar por el universo. Nuestro destino no es estar solamente aquí en la Tierra.-¿Cuál sería
entonces?
3
Pregunta -¿Para qué hemos nacido?
Respuesta -Para mirar todo el universo, para celebrarlo. Es sencillamente pura energía
deslumbrándonos desde el increíble cosmos. Tenemos que salir a examinarlo y colonizarlo.
Pregunta -¿Cuándo podría ocurrir eso?
Respuesta -Podríamos hacerlo mañana, podríamos empezar mañana. Deberíamos preparar el
aterrizaje en Marte, deberíamos estar yendo ahora mismo. El problema es el de siempre... los
políticos, los nuestros como los vuestros, son iguales en todas partes. Ellos no sueñan. No son
románticos. No advierten que el universo es mucho más grande que esto.
Pregunta -¿Qué cree que estamos haciendo aquí?
Respuesta -Yo concluí que el universo y billones de estrellas y la Tierra están acá para que los
veamos, para que seamos testigos, para conocer todo lo que se ha logrado. Yo fui desarrollado
para ver ese misterio. Si no, no tendría sentido. Tenemos que cumplir nuestro destino y volver a la
Luna, y a Marte, y expandirnos, expandirnos. George Bernard Shaw, en muchos de sus ensayos y
obras de teatro, habla de esa voluntad oculta, ese misterio no desvelado de estar siempre en
movimiento hacia alguna parte, para hacer algo que nos lleve a ese lugar. No sabemos bien por
qué. Sólo nos mueve nuestra fe.
Pregunta -Conmueve su optimismo...
Respuesta -No, lo que soy es un individuo que trata de tener una línea de comportamiento
óptima. Me gusta alentar a la gente a comportarse al máximo de sus posibilidades genéticas. Yo lo
he hecho. No me quedé de brazos cruzados y sin hacer nada. De modo que al final del año,
después de 365 días de creación, surge una sensación de optimismo, pero no es optimismo. Uno
debe inventarse a sí mismo todos los días y no sentarse a ver cómo el mundo pasa allí delante, sin
que uno participe.
Pregunta -¿Qué es la vida para usted?
Respuesta -La vida es un don y así debemos disfrutarla. Esta es una oportunidad gloriosa. Sólo
estaremos aquí una vez. Tengo la oportunidad de escribir cada vez que siento que tengo un
propósito. ¿Y cuál fue mi objetivo cuando escribí tal o cual artículo? Escribir el mejor artículo que
se haya escrito hasta ese momento.
"El niño no debe usar el ordenador antes de saber leer"
Pregunta -¿Cree que, en parte, la televisión es responsable de que los chicos lean menos libros?
Respuesta -Todos estos inventos deberían llegar más bien tarde a la vida de los chicos. En Estados
Unidos, el gran problema de la educación es que no estamos enseñando a los niños a leer y
escribir intensamente. Por eso creo que los ordenadores no deberían estar permitidos antes de
tener esos conocimientos.
4
Pregunta -¿Tan tarde?
Respuesta -Sí, deberíamos poner énfasis en enseñar a escribir y leer desde el parvulario hasta el
primer grado, de tal modo que cuando el chico llega a los ocho años ya sabe leer y escribir
correctamente. No se puede enseñar por ordenador. Algunos dicen que sí, pero yo pienso que no
se puede. Si la televisión, Internet, el ordenador, llegan más tarde a las vidas de los chicos, habrá
una generación sólida y fuerte. Esto depende de los maestros, como de los padres depende
controlar que ellos lleven adelante ese proceso. Estamos creando una generación de chicos
estúpidos. ¿Cree que este problema puede ser solucionado por un ordenador personal o una
televisión? No, yo pienso que no, esto sólo puede cambiarlo un aula con lectura y escritura
intensas.
Pregunta -¿Qué libros recomendaría a los jóvenes para empezar a leer?
Respuesta -Deberían empezar por los mitos griegos, la relación entre la raza humana y los dioses
cuando estos bajaban a la Tierra. La enseñanza con metáfora, el tipo de relato que uno oyó o
escuchó y jamás olvidará. También pueden comenzar por buenas tiras cómicas. Para las chicas,
Nancy Drew, Stevenson, ciencia ficción, los míos... El secreto es no aburrir; es encontrar libros que
a uno lo atrapen y lo vuelvan lector voraz.
Entrevista realizada en la revista Ñ que fue publicada el 13 de julio de 2009 en el blog Al Margen:
Ahora pasó. Ya estuvimos ahí: enero de 1999 ( El verano del cohete ); junio de 2001 ( Aunque siga
brillando la Luna ); agosto de 2002 ( Encuentro nocturno ); abril de 2005 ( Usher II ); diciembre de
2005 ( Los pueblos silenciosos ). Estuvimos viviendo, entonces, en esos años/ capítulos en los que
Ray Bradbury imaginó –hacia 1946, cuando la pequeña editorial neoyorquina Doubleday lanzó,
con cierta timidez, sus Crónicas marcianas – la colonización terrícola de Marte. Y fue eso –la
posibilidad de imaginar esos años entonces fantásticos del siglo XXI– lo que guió la medular
reflexión de Borges en el prólogo de la edición argentina (la primera de siete) de 1955. Decía, con
esa contundencia vitriólica: "Otros autores estampan unas fechas venideras y no les creemos,
porque sabemos que se trata de una convención literaria; Bradbury escribe 2004 y sentimos la
gravitación, la fatiga, la vasta y vaga acumulación del pasado...".
Ahora es 2009 –las crónicas no dicen nada sobre estos doce meses, saltan a 2026: El picnic de un
millón de años – y Ray Bradbury cumple 89 años en agosto. Alexandra Bradbury, una de las cuatro
hijas que tuvo junto a Marguerite McClure, pidió que se le mandasen las preguntas por e-mail dos
días antes de la entrevista telefónica: sí, el maese de la ciencia ficción no usa computadoras.
Las aborrece. Por eso es que el viejo visionario está tratando ahora de reconstruir el orden de las
preguntas junto a uno de los teléfonos de la casona de Beverly Hills. En otro, un tal Santiago auxilia
las dudas del patriarca de la ciencia ficción, entre la sordera natural del escritor y la pronunciación
ansiosa del periodista. Bradbury pide que se le hable fuerte y despacio. Arranca la interview ,
entonces.
5
-Estamos a cuarenta años de la llegada del hombre a la Luna. ¿Por qué cree que ese mito acerca
de que todo el asunto fue un montaje no ha cesado? Eso fue una burda mentira desde el
comienzo y lo sigue siendo ahora. Fue un ejemplo de estupidez antes; lo sigue siendo hoy. ¿Diría
que el del alunizaje fue el día más importante de todo el siglo XX?
- No, digo que fue el día más importante en un millón de años, esperamos miles de años para
llegar a la Luna. Miramos hacia la Luna desd e que vivíamos en cuevas y ahora sabemos que
llegamos, que podemos estar ahí. Debemos volver. Es más, nunca debimos haber dejado de ir a la
Luna; debiéramos habernos quedado y después haber ido a Marte
-Calentamiento global, la batalla por el agua... ¿No cree que los viajes espaciales son hoy menos
necesarios para explorar el Cosmos que para escaparnos de la Tierra?
-No... Nuestro futuro descansa en ir a Marte, en colonizarlo por cien o doscientos años. Después
deberíamos largarnos al Universo y encontrar otros planetas y poblarlos para que la vida continúe
para siempre, para que en un millón de años sigamos vivos en el Universo y seamos inmortales.
Tenemos que ser inmortales. No podemos quedarnos en la Tierra, ni quedarnos en Marte,
tenemos que llegar hasta Alpha Centauri, o cerca, y vivir para siempre.
Cierta distensión propia del objetivo cumplido hace que el periodista juegue con el orden de las
preguntas. Error. Bradbury carraspea nervioso y pide el auxilio de "¡Santiago!". "Número cuatro" –
lo calma éste– y lee en voz (muy) alta la pregunta: "¿Alguna vez imaginó que viviría para ver un
presidente negro en EE.UU.?". Bradbury tarda medio segundo en dar un golpe de KO: "Nunca
imaginé que iban a cambiar el nombre de la Casa Blanca por el de La Cabaña del Tío Tom".
¿Y ahora? Se conoce que Bradbury, condecorado por Bush Jr. en 2004, no es precisamente un
intelectual progre pero tamaña visceralidad, en fin, abruma. ¿O responde como un visionario, y al
citar al best seller abolicionista de Harrier Beecher Stowe (1811-1896) está sugiriendo la
corrección política de un sistema que seguirá indefectiblemente en manos blancas? Como fuera,
intercalar preguntas midiendo el clima de la conversación fue un error. Bradbury se planta y pide
que se le mande un grabador para responder las preguntas en persona (Buenos Aires/ Los
Angeles, mínimo quince horas: no). La comunicación se corta dos veces. Cuando se vuelve a hacer
contacto, el escritor saca una solución de la galera: "Leo las preguntas y las voy contestando...
¿Está bien eso para usted?". Y así se hace.
-En su nuevo libro de ensayos (titulado 'Bradbury habla'), usted revisa las adaptaciones que
Hollywood hizo de sus libros. Hablando de cine, ¿cuál fue la última gran película que vio?
-No hacen grandes películas hoy en día, pero la última gran película que vi fue As good as it gets
(traducida como Mejor imposible ), que se estrenó hará unos doce años. Tenía grandes estrellas,
un gran guión, una gran producción, un gran director; búsquelo, ése es el último gran filme que vi.
-¿Qué piensa del e-book? ¿Cree que cambiará al libro tal como lo conocemos?
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- No. Déjeme contarle que hace tres semanas me llamó alguien de Yahoo! porque querían subir
uno de mis libros a internet. ¿Sabe lo que le dije? "Escuchame bien: ¡Al diablo con vos! ¡¡Al diablo
con todos ustedes!!" Eso mismo piensodel e-book: no son libros.
-¿Pero no cree que lo que hace la gente subiendo textos a Internet fue anticipado justamente por
usted en 'Fahrenheit 451', con los personajes recordando libros clásicos para que no se perdieran?
-No, es absolutamente diferente. Una cosa es genial y la otra una estupidez... Yo recuerdo cada
libro que leí, cada película que vi; eso es maravilloso, cualquier otra cosa es ridícula.
-¿Cree que vivir en un entorno 'hi-tech' le hace las cosas más difíciles al que novela historias de
ciencia ficción? ¿Habría que reinventar el género?
-No, no lo creo. Depende de cada uno; tenés que estar enamorado de la vida, eso es todo. No hay
nada que reinventar. Soy un amante de la vida, y escribo sobre lo que amo. Y si otros escritores
quieren escribir una nueva ciencia ficción tienen que escribir de lo que aman, y amar lo que
escriben; es así de simple, todo es amor. Escribir sobre la vida, y amarla. Entonces no reinventás la
ciencia ficción, te inventás a vos mismo.
- En su libro tiene palabras amorosas hacia Walt Disney. ¿Por qué cree que él no forma parte del
canon de las artes visuales en los Estados Unidos?
-Crecí amando los filmes de Disney. Vi Fantasía y pensé que era uno de los mejores filmes jamás
creados. En una Navidad, hará unos cuarenta años, estaba de compras y vi un hombre viniendo
hacia mí en el negocio, con unos regalos, y su cabeza agachada arriba de los paquetes, y me
acerqué gritando "¡Walt Disney!"... Me presenté, le dije que mi nombre era Ray Bradbury, que
admiraba mucho su trabajo y que me gustaría sentarme a almorzar con él algún día. Me dijo:
"¿Mañana?". Dijo mañana y no el año que viene o dentro de diez años... ¡Mi dios! ¡Walt
Disney me estaba invitando a su estudio al día siguiente, el día de Nochebuena! Nos hicimos
grandes amigos, y tuvimos una hermosa relación. Era alguien enormemente creativo:creó todos
los primeros personajes de animación. Yo lo amaba. La gente es estúpida si no considera a Disney
entre los grandes artistas. Disneylandia es un hogar lejos del hogar; yo fui por primera vez hace
cuarenta años, con Charles Laughton, el gran actor, y me entusiasmó mucho verlo todo. Es uno de
los mejores lugares en el país adonde uno puede ir para escapar de todas las estupideces: internet
y la política.
-Si bien la política no aparece en el centro de sus escritos, tratándose de una leyenda viva de la
cultura de EE.UU. me gustaría preguntarle quiénes considera que han sido el mejor y el peor líder
político en EE.UU. en la historia contemporánea.
-Voy a nombrar sólo a uno y ése es Ronald Reagan. Tuve un almuerzo con Gorbachov en
Washington en 1992 y le pregunté: "¿Qué piensa usted de Ronald Reagan?". Y Gorbachov me dijo:
"Su presidente más grande". Le pregunté por qué decía eso y me contestó: "Mire, Kennedy nunca
lo dijo, Nixon tampoco; Reagan, sí: '¡Tiren abajo el muro!'. Reagan les dio libertad a todos los
7
países europeos, por eso fue el mejor". Eso me dijo Gorbachov, y creo lo mismo: Reagan fue
fantástico.
-En cuál de las fantasías de ciencia ficción más populares de Hollywood reconoce su herencia?
-Para mí la más grande película de ciencia ficción ha sido Encuentros cercanos del tercer tipo
porque es un filme religioso, un fi lme en el que Dios viaja por el Universo para tocar a
Adán, es como la figura de la pintura de Miguel Angel en la bóveda de la Capilla Sixtina del
Vaticano. Spielberg hizo la mejor pieza de ciencia ficción que se haya escrito jamás: ojalá algún día
yo pueda escribir algo así de grande. La noche en que vi la película, lo llamé y le dije: "Señor
Spielberg, ¿puedo ir a verlo?". Y lo vi al día siguiente. Entré a su oficina, él me preguntó para qué
estaba yo ahí y le dije: "Quiero que usted sea mi hijo. Creo que usted es maravilloso". Y él me
contestó: "Entonces le gustó su película". Yo le dije: "¿Qué quiere decir?". Y él respondió: "Si yo no
hubiera visto su película It came from outer space hace veinte años cuando era chico jamás
hubiese hecho ésta". Así que él es mi hijo honorario y yo soy su padre honorario. En fin, somos
grandes amigos.
-Leí que hay planes de hacer otra versión de 'Fahrenheit 451'... maravilloso ¿Qué expectativas
tiene?
-Vea, Mel Gibson me llamó justo ayer, vamos a hacer esa remake el próximo año; él es el guionista
y tiene el dinero. Así que voy a hablar con él mañana o pasado y vamos a volver a filmar
Fahrenheit 451 , ahora con la plata de Mel Gibson.
-En la primera edición argentina de sus 'Crónicas marcianas' había un prólogo escrito por Jorge
Luis Borges... ¿Lo leyó?
-Sí. Hace muchos años leí la introducción de Borges a Crónicas marcianas . Borges me presentó a la
gente de la Argentina, y le estoy muy agradecido por eso. Cuando fui a la Argentina se me
acercaban por la calle, y luego, de regreso, los pilotos de Aerolíneas Argentinas me invitaron a la
cabina porque eran grandes fanáticos de ese libro. ¿No es maravilloso?
-Borges decía en aquel prólogo de 1955 que era conmovedor cómo usted escribía sobre años
como '2004'. ¿Cómo se siente ahora que esos años están finalmente entre nosotros?
-Ya lo dije en Crónicas marcianas , donde dibujé el mapa de esa realidad... Tenemos que volver a la
Luna e ir a Marte. Y le digo otra cosa: yo voy a ser el primer hombre muerto en llegar allá. Ya les
dije a las personas responsables de los viajes espaciales que cuando muera, vayan y pongan mis
cenizas en una lata de sopa Campbell's y las lleven a Marte para enterrarlas en un lugar llamado
Abismo Bradbury . Ya no podré ser la primera persona viva en llegar a Marte, pero al menos quiero
ser el primer muerto en llegar tan lejos.
-¿Considera que su best-seller Fahrenheit 451 fue mal interpretado?
8
r-Se me han acercado japoneses para ponerme un walkman en las orejas y decirme: "¡Con
Fahrenheit 451, usted inventó esto, señor Bradbury!" Mi respuesta ha sido: No, gracias. Estamos
rodeados de demasiados juguetes tecnológicos, con Internet, los iPod... La gente se equivocó. Yo
no traté de prever, sino de prevenir el futuro. No quise hablar de la censura sino de la educación
que el mundo tanto necesita. Podemos salvar a Estados Unidos, gracias a los niños, si les
enseñamos a leer y a escribir a partir de los 3, 4, 5 años para que lleguen a la escuela primaria
sabiendo leer. Después, es muy tarde. Cuando en realidad, ya desde muy pequeños, queremos
leer las palabras de las historietas. Yo aprendí a leer a los tres años, para leer las caricaturas.
p-En Fahrenheit 451, los humanos salvan los libros memorizándolos. ¿Las bibliotecas digitales
pueden cumplir ese papel?
r-La digitalización no es la solución propiamente dicha, la cuestión es cómo se la utiliza. Si es algo
que alienta la lectura, perfecto, de lo contrario, ¿qué sentido tiene? Por otra parte, he rechazado
ofertas de digitalización de mis libros. Me gusta tocar un libro, respirarlo, sentirlo, llevarlo... ¡Es
algo que una computadora no ofrece!
p-Este año publica dos nuevos libros y sus adaptaciones teatrales se representan regularmente en
Los Angeles...
r-Escribo todos los días, cada mañana, desde hace setenta años. ¡No paro! Y escribo para el teatro
desde hace cuarenta y cinco años; me encanta... Mi último libro, Now and Forever, que salió en
setiembre, incluye un homenaje a Katharine Hepburn, "Somewhere a Band is Playing", que escribí
después de conocerla hace cuarenta años - ¡y yo estaba enamorado de ella!-. Habíamos hablado
del proyecto con Katharine y George Cukor, con la esperanza de que ella fuera la protagonista...
p-Cuando salió From the Dust Returned, en 2001, usted dijo que era Timothy, el personaje
principal de ese libro. ¿Es también Douglas Spaulding, el héroe de Farewell Summer, la
continuación del clásico Dandelion Wine, que acaba de publicarse en los Estados Unidos?
r-¡Por supuesto que soy Douglas! Dicho sea de paso, recibí excelentes críticas, escritas por
hombres de edad madura que tienen a ese niño oculto en su interior. Ese libro es una
conversación entre un chico de doce años y un hombre de ochenta y siete. Y yo soy los dos, ¿no le
parece? De todas maneras, soy un escritor híbrido que creció con los libros y el cine. Vi la película
Notre Dame de Paris a los tres años, y esperaba ser jorobado. Vi El fantasma de la Opera a los seis
años, me encantó. A la misma edad, vi el filme El mundo perdido, y gracias a ese amor por los
dinosaurios John Huston me propuso escribir la adaptación de Moby Dick.
p-¿El cine sigue adaptando su obra?
r-Mi amigo Frank Darabont prepara una nueva adaptación de Fahrenheit 451, y escribió un guión
muy bueno. He tenido experiencias diversas en Hollywood, muy malas cuando un agente
inmobiliario de New Jersey robó el guión de The Illustrated Man. ¡Pero Warner acaba de
9
comprarme de nuevo los derechos! Esta vez, el guión lo escribo yo, y Frank Darabont va a
producirlo y, quizá, dirigirlo. La mejor adaptación de mi obra es The Wonderful Ice Cream Suit (El
maravilloso traje de color vainilla), realizada por Disney en 1998 - con Joe Mantegna y Edward
James Olmos. Ellos respetaron realmente mi guión, la historia de un hombre pobre que sueña con
un traje blanco. Universal prepara una versión de Crónicas marcianas. Ya encargaron veinte
guiones seguidos, entre ellos cinco míos... pero piensan que no sé escribir. ¡Para cuando terminen
esa película, Marte ya va a estar colonizado! Kirk Douglas había financiado una adaptación
televisiva, pero los canales de TV estadounidenses no la quisieron.
p-Usted dedica tiempo a alentar a jóvenes escritores, ¿qué consejos les da?
r-Lo que funda toda escritura es el amor, es hacer lo que amamos y amar lo que hacemos. Y
olvidarse del dinero. En mis comienzos, yo ganaba 30 dólares por semana, y mi novia era rica, pero
le pedí que hiciera voto de pobreza para casarse conmigo. No teníamos ni auto ni teléfono,
vivíamos en un departamento pequeño en Venice, pero la estación de servicio de enfrente tenía
una cabina telefónica. Iba corriendo a atender cuando sonaba y la gente creía que me llamaba a
mi oficina. Yo les repito: "Rodéense de personas que los quieran, y si no los quieren, échenlos. No
hay necesidad de ir a la Universidad, donde no se aprende a escribir. Vayan más bien a las
bibliotecas". Yo escribí Fahrenheit 451 porque había oído hablar del incendio de la biblioteca de
Alejandría y de los libros quemados por Hitler en Berlín.
p-Para usted, Los Angeles es "treinta naranjas que no están obligadas a tener el mismo ombligo",
¿una ciudad no necesita un centro?
r-No, puesto que ahora, no teniendo un epicentro en la ciudad, esa función la cumplen los centros
comerciales. Yo trabajé en la creación de esos "malls" e intenté explicar a los promotores cómo
hacerlos. Cuando se construyó el centro comercial de Century City, hace treinta años, cerca de los
estudios de la 20th Century Fox, expliqué que no funcionaría pero no me escucharon. Más
adelante, me consultaron, y yo detallé los errores: no había restaurantes, no había vida social. Les
dije que agregaran 200 mesas con 500 sillas, y que abrieran por lo menos 20 restaurantes para que
la gente pudiera comer adentro o afuera, y dar vueltas y mirar, como en París. Siguieron mis
consejos, y funcionan, los restaurantes, los cines, una gran librería. Estoy ayudando a reconstruir
Westwood, es necesario salvar a ese barrio muerto.
p-¿Le preocupan los problemas ambientales?
r-Contra la contaminación, tenemos que recurrir a los franceses, que ya vinieron a salvar nuestra
revolución con Lafayette. Ustedes son el único país que depende de la energía nuclear, y pueden
enseñarnos a construir centrales nucleares en todos los Estados de la Unión, menos
contaminantes que nuestros recursos actuales, petróleo y carbón. De esa manera, salvan nuestras
vidas y Estados Unidos y Francia pueden volver a enamorarse.
p-¡La exploración espacial lo fascina, y Marte especialmente
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r-Esa noche en que llegamos a la Luna fue una noche de éxtasis para mí. ¡Nunca tendríamos que
haber parado! Sacar una foto, OK, pero eso no salva a la humanidad. Si la vida desaparece de la
Tierra, podemos encontrarla en otros planetas. Los viajes al espacio nos harán inmortales. Hay que
volver a la Luna y hacer allí una base, para partir a la conquista de Marte... en los próximos veinte
o treinta años, pero ya no seré de este mundo y eso me entristece mucho. Pero me enterrarán en
Marte, en el cráter Chicago Abyss. Dejé instrucciones para eso a mi familia. Seré el primer muerto
en Marte, aunque no tengo ninguna intención de morir pronto. ¡Llegaré a los 100!
p-¿Por qué candidato votará en las próximas elecciones presidenciales?
r-Prefiero a Rudy Giuliani, que ya hizo sus pruebas como alcalde de Nueva York, contra la
criminalidad. Si los demócratas estuvieran a favor de bajar los impuestos, votaría por ellos. Pero
no me gusta Hillary Clinton. Cuando su marido era presidente, la reforma del sistema de salud que
proponía habría sido una catástrofe para nuestro país. Lástima que Arnold Schwarzenegger no
pueda presentarse, es un buen gobernador. Soy miembro de la Academia y cuando participé en el
comité de documentales, apoyé Pumping Iron - la película de 1977 que lanzó a Schwarzenegger al
estrellato-.
p-¿Sigue siendo siempre igual de optimista?
r-¿Por qué no? Mi vida marcha bien, sigo creciendo... it's wonderful! Si uno hace lo que ama, es
feliz. Algunos psicoanalistas me han preguntado cómo hacía, pero no estoy nunca deprimido ni
ansioso, salvo cuando muere un ser querido. Cuando murió mi mujer, Margherite, escribí un
poema en su memoria... En un matrimonio pasan cosas misteriosas. Mi mujer quiso dejarme,
porque teníamos demasiados bebés y ella pensaba que era mi culpa. Yo no quise divorciarme,
para no alejarme de mis hijos, y seguimos juntos, como padre y madre. He tenido amantes, no es
que sea mujeriego, pero cuando una mujer bella llama a mi puerta y me dice: "I love you", ¿cómo
puedo resistirme? Bo Derek me propuso ir en tren al sur de Francia con ella y pasamos dos días
juntos. La veo una vez al año. En la vida, todo es amor. Si uno ama está vivo, si crea amor, las cosas
buenas forzosamente llegan.
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Entrevistas a bradbury

  • 1. ENTREVISTA A RAY BRADBURY, AUTOR DE CIENCIA FICCIÓN Ana D%u2019Onofrio URL: http://www.lavanguardia.es/ "El e-mail es una pérdida de tiempo" Viste bermudas, camisa, corbata, calcetines blancos y zapatillas. Sobre su nariz fuerte están calzados los anteojos de siempre. El pelo, blanquísimo, como de cuento infantil; la cara, franca y tostada. En la mesa escritorio, frente a él, cientos de papeles, sobres, cartas, libros, diarios, anotaciones, un teléfono, una radio, pequeños carteles. La mirada le brilla; la voz, potente, se vuelve un susurro cuando se pregunta cómo nació el universo. Ríe con ganas y dice que tiene tres libros para publicar este año y tres el próximo; que acaba de terminar un guión para cine, dos novelas, dos libros de poesía y uno de ensayos. Ocho meses después de un ataque de apoplejía y recién cumplidos los 80, Ray Bradbury se emociona cuando habla de la vida y de Marte. Esa vibración es lo que más impacta de su presencia, aunque una mirada atenta podría descubrir a su derecha el bastón con cuatro patas que le ayuda a superar cierta dificultad en la pierna y el brazo de ese lado. "Gracias a Dios camino mejor y puedo hablar bastante bien -dice-. Y puedo crear con mi mente. Mi cerebro está bien. No fue afectado. Mi genio, o lo que fuere, quedó a salvo. Gracias al cielo." El celebérrimo autor de ciencia ficción, padre de "Crónicas marcianas" (escrito hace 50 años) y de "Fahrenheit 451" (que será puesta en escena en enero próximo en Nueva York), se muestra en entrevista muy crítico con el uso que se hace de las nuevas tecnologías, y no duda en calificar el correo electrónico de pérdida de tiempo y fuente de cotilleos. Pregunta -¿Continúa sin ordenador? Respuesta -No lo necesito, ni yo ni mucha gente. Depende, claro, de lo que uno haga. Hace 60 años que uso la máquina de escribir. Tengo tanto entrenamiento que puedo escribir sin errores, incluso puedo hacerlo en la oscuridad. Escribí una novela en la oscuridad una noche en París, mientras mi esposa Maggi dormía. Trabajé sin encender la luz. Cuando amaneció, había terminado la novela. Pregunta -¿Nunca tuvo un ordenador personal? Respuesta -Me regalaron uno hace cosa de diez años, pero cometía errores y luego los tenía que corregir. Yo no cometo errores cuando escribo con la máquina eléctrica. Las teclas del ordenador son tan sensibles al tacto que uno suspira y, ya está, ha cometido un error. Qué quiere que le diga. Me gusta el papel... Adoro mi IBM eléctrica. Además, los ordenadores son diez veces más caros que las máquinas de escribir. 1
  • 2. Pregunta -¿No cree, sin embargo, que son avances que nos pueden mejorar la vida? Respuesta -Mire, ni Internet ni los ordenadores son malos en sí mismos, lo que sí puede ser malo es el uso que uno hace de ellos. Para mí, es la gente la que tiene que decir cuál es la función de la tecnología en su vida, cómo va a usarla... Mucho de esto está orientado al consumidor varón, al macho... Más grande o más joven, el hombre gusta de jugar con juguetes. Internet y los ordenadores son juguetes, pero fíjese que no les gustan a las mujeres, porque las mujeres tienen más sentido común para estas cosas. No se les ocurre perder el tiempo con estas cosas... No es la máquina la que es-cribe. Es esto... -señala su cabeza-, la mente. Pregunta -Pero no se puede negar que Internet nos permite estar mejor comunicados... Respuesta -Tenemos demasiadas comunicaciones, estamos demasiado comunicados. ¿Con cuánta gente quiere usted estar conectada? ¿Cuántos amigos de verdad tiene? ¿Cuatro? ¿Cinco? ¿Por qué se quiere estar en contacto con todo el mundo? Yo creo en el contacto humano. Pregunta -¿Tampoco rescata la red como herramienta para investigar, para universidades, escuelas, bibliotecas? Respuesta -Sí, para investigadores me parece fantástico. Pero el ciudadano medio no es investigador, para él no es de primera necesidad. Pregunta -¿Cree que vamos hacia un mundo sin libros, como en "Fahrenheit", donde se quemaba todo lo escrito en papel? Respuesta -Yo soy un loco de las bibliotecas, pero mi padre y mi madre las visitaban de vez en cuando. Tengo tres hijas que leen libros y otra que no lee nada. Que alguien me explique eso. ¿De dónde viene? ¿Está emparentada conmigo? Nuestra curiosidad por las cosas es un misterio y eso me hace tener esperanzas de que las bibliotecas no desaparecerán. Lo que pasa es que ahora estamos sometidos a un bombardeo tecnológico: ¡Oh, sí! Tengo que tener esto o aquello. Internet, un nuevo ordenador. ¡Cada día es Navidad! Pregunta -¿Qué papel tiene la televisión en todo esto? Respuesta -Mire, lo que los chicos ven por televisión depende de los padres. Hay canales buenos y canales malos. Pero son los padres los que deben asegurarse de que los chicos estén frente al canal correcto y no frente a uno lleno de noticias de violencia sexual, homicidios y accidentes. Pregunta -Veo que da mucha importancia al entorno familiar... Respuesta -Mucha. Seguramente usted, como yo, fue criada en una buena familia, y nuestro comportamiento depende de cómo intentemos complacer a nuestros padres. Si ellos son buenos ejemplos, antes de hacer algo uno se cuestionará si está bien o si está mal, según lo que ha aprendido de ellos, más allá de que estén vivos o muertos. Es positivo que uno tenga influencia de gente que aprecia. 2
  • 3. Pregunta -¿Compraría un libro por Internet? Respuesta -Si uno quiere comprar un libro clásico, uno de William Faulkner o de Ernest Hemingway, lo veo bien, sí. Uno sabe qué está comprando. Conoce esas obras, ya las ha visto. Pero si uno quiere comprar un libro nuevo, que no conoce, sería muy tonto recurrir a Internet. Uno tiene que ir a la librería, tomar el libro entre sus manos, leer la solapa, hojearlo... Pregunta -A mucha gente le entusiasma poder hacer trámites desde casa... Respuesta -Pero, ¿qué le pasa a la gente que no quiere salir de su casa? Pregunta -¿Qué opina del e-mail? Respuesta -Una pérdida de tiempo, un cotilleo. Si va a escribir, escriba una carta a mano o a máquina. O levante el teléfono y hable. O mande un fax. Si casi es tan rápido como el e-mail, apenas unos segundos más. Con mi hija que vive en Phoenix los fax van y vienen. Ella transcribe mis textos y los pasa por el fax. Yo hago las correcciones y le reenvío el material para que lo vuelva a mecanografiar. A veces le dicto cosas por teléfono. Pregunta -Ordenadores, Internet, e-mail. ¿Es un proceso imparable? Respuesta -No lo sé. Hace dos años hablé con un grupo de técnicos de la industria cinematográfica. Se proyectaron, antes de la charla, películas actuales de ciencia ficción. Advertí que son todo efectos especiales. No hay trama. Lo bombardean a uno con una explosión tras otra y lo hacen viajar por el espacio. Pero son fuegos de artificio. Maravillosos, sí, pero fuegos de artificio al fin. Pregunta -¿Qué opina de la biotecnología y concretamente de la clonación? Respuesta -Bueno, lo importante de la biotecnología es que por medio de ella se logre combatir y vencer enfermedades como el mal de Alzheimer. Eso sería extraordinario. Ahí es distinto, pero ¿la clonación de seres humanos porque sí, por repetir el modelo? No, en absoluto. "En el futuro volveremos a la Luna y vamos a ir a Marte", afirma Ray Bradbury Pregunta -¿Cómo imagina el futuro un escritor de ciencia ficción como usted? Respuesta -Vamos a volver a la Luna, lo que es la mejor noticia, y también vamos a ir a Marte. Ojalá esté yo vivo para verlo. Me gustaría que el Gobierno se cuestionara por qué no volvimos a la Luna. No debimos haberla dejado nunca. Fue algo glorioso para nosotros. Aquella noche, cuando el hombre pisó la Luna, toda la gente en este país, en su país, en todo el mundo, levantó los ojos hacia el cielo, miró la Luna y dijo: ¡Oh Dios, lo logramos! Somos libres de la gravedad, libres de andar por el universo. Nuestro destino no es estar solamente aquí en la Tierra.-¿Cuál sería entonces? 3
  • 4. Pregunta -¿Para qué hemos nacido? Respuesta -Para mirar todo el universo, para celebrarlo. Es sencillamente pura energía deslumbrándonos desde el increíble cosmos. Tenemos que salir a examinarlo y colonizarlo. Pregunta -¿Cuándo podría ocurrir eso? Respuesta -Podríamos hacerlo mañana, podríamos empezar mañana. Deberíamos preparar el aterrizaje en Marte, deberíamos estar yendo ahora mismo. El problema es el de siempre... los políticos, los nuestros como los vuestros, son iguales en todas partes. Ellos no sueñan. No son románticos. No advierten que el universo es mucho más grande que esto. Pregunta -¿Qué cree que estamos haciendo aquí? Respuesta -Yo concluí que el universo y billones de estrellas y la Tierra están acá para que los veamos, para que seamos testigos, para conocer todo lo que se ha logrado. Yo fui desarrollado para ver ese misterio. Si no, no tendría sentido. Tenemos que cumplir nuestro destino y volver a la Luna, y a Marte, y expandirnos, expandirnos. George Bernard Shaw, en muchos de sus ensayos y obras de teatro, habla de esa voluntad oculta, ese misterio no desvelado de estar siempre en movimiento hacia alguna parte, para hacer algo que nos lleve a ese lugar. No sabemos bien por qué. Sólo nos mueve nuestra fe. Pregunta -Conmueve su optimismo... Respuesta -No, lo que soy es un individuo que trata de tener una línea de comportamiento óptima. Me gusta alentar a la gente a comportarse al máximo de sus posibilidades genéticas. Yo lo he hecho. No me quedé de brazos cruzados y sin hacer nada. De modo que al final del año, después de 365 días de creación, surge una sensación de optimismo, pero no es optimismo. Uno debe inventarse a sí mismo todos los días y no sentarse a ver cómo el mundo pasa allí delante, sin que uno participe. Pregunta -¿Qué es la vida para usted? Respuesta -La vida es un don y así debemos disfrutarla. Esta es una oportunidad gloriosa. Sólo estaremos aquí una vez. Tengo la oportunidad de escribir cada vez que siento que tengo un propósito. ¿Y cuál fue mi objetivo cuando escribí tal o cual artículo? Escribir el mejor artículo que se haya escrito hasta ese momento. "El niño no debe usar el ordenador antes de saber leer" Pregunta -¿Cree que, en parte, la televisión es responsable de que los chicos lean menos libros? Respuesta -Todos estos inventos deberían llegar más bien tarde a la vida de los chicos. En Estados Unidos, el gran problema de la educación es que no estamos enseñando a los niños a leer y escribir intensamente. Por eso creo que los ordenadores no deberían estar permitidos antes de tener esos conocimientos. 4
  • 5. Pregunta -¿Tan tarde? Respuesta -Sí, deberíamos poner énfasis en enseñar a escribir y leer desde el parvulario hasta el primer grado, de tal modo que cuando el chico llega a los ocho años ya sabe leer y escribir correctamente. No se puede enseñar por ordenador. Algunos dicen que sí, pero yo pienso que no se puede. Si la televisión, Internet, el ordenador, llegan más tarde a las vidas de los chicos, habrá una generación sólida y fuerte. Esto depende de los maestros, como de los padres depende controlar que ellos lleven adelante ese proceso. Estamos creando una generación de chicos estúpidos. ¿Cree que este problema puede ser solucionado por un ordenador personal o una televisión? No, yo pienso que no, esto sólo puede cambiarlo un aula con lectura y escritura intensas. Pregunta -¿Qué libros recomendaría a los jóvenes para empezar a leer? Respuesta -Deberían empezar por los mitos griegos, la relación entre la raza humana y los dioses cuando estos bajaban a la Tierra. La enseñanza con metáfora, el tipo de relato que uno oyó o escuchó y jamás olvidará. También pueden comenzar por buenas tiras cómicas. Para las chicas, Nancy Drew, Stevenson, ciencia ficción, los míos... El secreto es no aburrir; es encontrar libros que a uno lo atrapen y lo vuelvan lector voraz. Entrevista realizada en la revista Ñ que fue publicada el 13 de julio de 2009 en el blog Al Margen: Ahora pasó. Ya estuvimos ahí: enero de 1999 ( El verano del cohete ); junio de 2001 ( Aunque siga brillando la Luna ); agosto de 2002 ( Encuentro nocturno ); abril de 2005 ( Usher II ); diciembre de 2005 ( Los pueblos silenciosos ). Estuvimos viviendo, entonces, en esos años/ capítulos en los que Ray Bradbury imaginó –hacia 1946, cuando la pequeña editorial neoyorquina Doubleday lanzó, con cierta timidez, sus Crónicas marcianas – la colonización terrícola de Marte. Y fue eso –la posibilidad de imaginar esos años entonces fantásticos del siglo XXI– lo que guió la medular reflexión de Borges en el prólogo de la edición argentina (la primera de siete) de 1955. Decía, con esa contundencia vitriólica: "Otros autores estampan unas fechas venideras y no les creemos, porque sabemos que se trata de una convención literaria; Bradbury escribe 2004 y sentimos la gravitación, la fatiga, la vasta y vaga acumulación del pasado...". Ahora es 2009 –las crónicas no dicen nada sobre estos doce meses, saltan a 2026: El picnic de un millón de años – y Ray Bradbury cumple 89 años en agosto. Alexandra Bradbury, una de las cuatro hijas que tuvo junto a Marguerite McClure, pidió que se le mandasen las preguntas por e-mail dos días antes de la entrevista telefónica: sí, el maese de la ciencia ficción no usa computadoras. Las aborrece. Por eso es que el viejo visionario está tratando ahora de reconstruir el orden de las preguntas junto a uno de los teléfonos de la casona de Beverly Hills. En otro, un tal Santiago auxilia las dudas del patriarca de la ciencia ficción, entre la sordera natural del escritor y la pronunciación ansiosa del periodista. Bradbury pide que se le hable fuerte y despacio. Arranca la interview , entonces. 5
  • 6. -Estamos a cuarenta años de la llegada del hombre a la Luna. ¿Por qué cree que ese mito acerca de que todo el asunto fue un montaje no ha cesado? Eso fue una burda mentira desde el comienzo y lo sigue siendo ahora. Fue un ejemplo de estupidez antes; lo sigue siendo hoy. ¿Diría que el del alunizaje fue el día más importante de todo el siglo XX? - No, digo que fue el día más importante en un millón de años, esperamos miles de años para llegar a la Luna. Miramos hacia la Luna desd e que vivíamos en cuevas y ahora sabemos que llegamos, que podemos estar ahí. Debemos volver. Es más, nunca debimos haber dejado de ir a la Luna; debiéramos habernos quedado y después haber ido a Marte -Calentamiento global, la batalla por el agua... ¿No cree que los viajes espaciales son hoy menos necesarios para explorar el Cosmos que para escaparnos de la Tierra? -No... Nuestro futuro descansa en ir a Marte, en colonizarlo por cien o doscientos años. Después deberíamos largarnos al Universo y encontrar otros planetas y poblarlos para que la vida continúe para siempre, para que en un millón de años sigamos vivos en el Universo y seamos inmortales. Tenemos que ser inmortales. No podemos quedarnos en la Tierra, ni quedarnos en Marte, tenemos que llegar hasta Alpha Centauri, o cerca, y vivir para siempre. Cierta distensión propia del objetivo cumplido hace que el periodista juegue con el orden de las preguntas. Error. Bradbury carraspea nervioso y pide el auxilio de "¡Santiago!". "Número cuatro" – lo calma éste– y lee en voz (muy) alta la pregunta: "¿Alguna vez imaginó que viviría para ver un presidente negro en EE.UU.?". Bradbury tarda medio segundo en dar un golpe de KO: "Nunca imaginé que iban a cambiar el nombre de la Casa Blanca por el de La Cabaña del Tío Tom". ¿Y ahora? Se conoce que Bradbury, condecorado por Bush Jr. en 2004, no es precisamente un intelectual progre pero tamaña visceralidad, en fin, abruma. ¿O responde como un visionario, y al citar al best seller abolicionista de Harrier Beecher Stowe (1811-1896) está sugiriendo la corrección política de un sistema que seguirá indefectiblemente en manos blancas? Como fuera, intercalar preguntas midiendo el clima de la conversación fue un error. Bradbury se planta y pide que se le mande un grabador para responder las preguntas en persona (Buenos Aires/ Los Angeles, mínimo quince horas: no). La comunicación se corta dos veces. Cuando se vuelve a hacer contacto, el escritor saca una solución de la galera: "Leo las preguntas y las voy contestando... ¿Está bien eso para usted?". Y así se hace. -En su nuevo libro de ensayos (titulado 'Bradbury habla'), usted revisa las adaptaciones que Hollywood hizo de sus libros. Hablando de cine, ¿cuál fue la última gran película que vio? -No hacen grandes películas hoy en día, pero la última gran película que vi fue As good as it gets (traducida como Mejor imposible ), que se estrenó hará unos doce años. Tenía grandes estrellas, un gran guión, una gran producción, un gran director; búsquelo, ése es el último gran filme que vi. -¿Qué piensa del e-book? ¿Cree que cambiará al libro tal como lo conocemos? 6
  • 7. - No. Déjeme contarle que hace tres semanas me llamó alguien de Yahoo! porque querían subir uno de mis libros a internet. ¿Sabe lo que le dije? "Escuchame bien: ¡Al diablo con vos! ¡¡Al diablo con todos ustedes!!" Eso mismo piensodel e-book: no son libros. -¿Pero no cree que lo que hace la gente subiendo textos a Internet fue anticipado justamente por usted en 'Fahrenheit 451', con los personajes recordando libros clásicos para que no se perdieran? -No, es absolutamente diferente. Una cosa es genial y la otra una estupidez... Yo recuerdo cada libro que leí, cada película que vi; eso es maravilloso, cualquier otra cosa es ridícula. -¿Cree que vivir en un entorno 'hi-tech' le hace las cosas más difíciles al que novela historias de ciencia ficción? ¿Habría que reinventar el género? -No, no lo creo. Depende de cada uno; tenés que estar enamorado de la vida, eso es todo. No hay nada que reinventar. Soy un amante de la vida, y escribo sobre lo que amo. Y si otros escritores quieren escribir una nueva ciencia ficción tienen que escribir de lo que aman, y amar lo que escriben; es así de simple, todo es amor. Escribir sobre la vida, y amarla. Entonces no reinventás la ciencia ficción, te inventás a vos mismo. - En su libro tiene palabras amorosas hacia Walt Disney. ¿Por qué cree que él no forma parte del canon de las artes visuales en los Estados Unidos? -Crecí amando los filmes de Disney. Vi Fantasía y pensé que era uno de los mejores filmes jamás creados. En una Navidad, hará unos cuarenta años, estaba de compras y vi un hombre viniendo hacia mí en el negocio, con unos regalos, y su cabeza agachada arriba de los paquetes, y me acerqué gritando "¡Walt Disney!"... Me presenté, le dije que mi nombre era Ray Bradbury, que admiraba mucho su trabajo y que me gustaría sentarme a almorzar con él algún día. Me dijo: "¿Mañana?". Dijo mañana y no el año que viene o dentro de diez años... ¡Mi dios! ¡Walt Disney me estaba invitando a su estudio al día siguiente, el día de Nochebuena! Nos hicimos grandes amigos, y tuvimos una hermosa relación. Era alguien enormemente creativo:creó todos los primeros personajes de animación. Yo lo amaba. La gente es estúpida si no considera a Disney entre los grandes artistas. Disneylandia es un hogar lejos del hogar; yo fui por primera vez hace cuarenta años, con Charles Laughton, el gran actor, y me entusiasmó mucho verlo todo. Es uno de los mejores lugares en el país adonde uno puede ir para escapar de todas las estupideces: internet y la política. -Si bien la política no aparece en el centro de sus escritos, tratándose de una leyenda viva de la cultura de EE.UU. me gustaría preguntarle quiénes considera que han sido el mejor y el peor líder político en EE.UU. en la historia contemporánea. -Voy a nombrar sólo a uno y ése es Ronald Reagan. Tuve un almuerzo con Gorbachov en Washington en 1992 y le pregunté: "¿Qué piensa usted de Ronald Reagan?". Y Gorbachov me dijo: "Su presidente más grande". Le pregunté por qué decía eso y me contestó: "Mire, Kennedy nunca lo dijo, Nixon tampoco; Reagan, sí: '¡Tiren abajo el muro!'. Reagan les dio libertad a todos los 7
  • 8. países europeos, por eso fue el mejor". Eso me dijo Gorbachov, y creo lo mismo: Reagan fue fantástico. -En cuál de las fantasías de ciencia ficción más populares de Hollywood reconoce su herencia? -Para mí la más grande película de ciencia ficción ha sido Encuentros cercanos del tercer tipo porque es un filme religioso, un fi lme en el que Dios viaja por el Universo para tocar a Adán, es como la figura de la pintura de Miguel Angel en la bóveda de la Capilla Sixtina del Vaticano. Spielberg hizo la mejor pieza de ciencia ficción que se haya escrito jamás: ojalá algún día yo pueda escribir algo así de grande. La noche en que vi la película, lo llamé y le dije: "Señor Spielberg, ¿puedo ir a verlo?". Y lo vi al día siguiente. Entré a su oficina, él me preguntó para qué estaba yo ahí y le dije: "Quiero que usted sea mi hijo. Creo que usted es maravilloso". Y él me contestó: "Entonces le gustó su película". Yo le dije: "¿Qué quiere decir?". Y él respondió: "Si yo no hubiera visto su película It came from outer space hace veinte años cuando era chico jamás hubiese hecho ésta". Así que él es mi hijo honorario y yo soy su padre honorario. En fin, somos grandes amigos. -Leí que hay planes de hacer otra versión de 'Fahrenheit 451'... maravilloso ¿Qué expectativas tiene? -Vea, Mel Gibson me llamó justo ayer, vamos a hacer esa remake el próximo año; él es el guionista y tiene el dinero. Así que voy a hablar con él mañana o pasado y vamos a volver a filmar Fahrenheit 451 , ahora con la plata de Mel Gibson. -En la primera edición argentina de sus 'Crónicas marcianas' había un prólogo escrito por Jorge Luis Borges... ¿Lo leyó? -Sí. Hace muchos años leí la introducción de Borges a Crónicas marcianas . Borges me presentó a la gente de la Argentina, y le estoy muy agradecido por eso. Cuando fui a la Argentina se me acercaban por la calle, y luego, de regreso, los pilotos de Aerolíneas Argentinas me invitaron a la cabina porque eran grandes fanáticos de ese libro. ¿No es maravilloso? -Borges decía en aquel prólogo de 1955 que era conmovedor cómo usted escribía sobre años como '2004'. ¿Cómo se siente ahora que esos años están finalmente entre nosotros? -Ya lo dije en Crónicas marcianas , donde dibujé el mapa de esa realidad... Tenemos que volver a la Luna e ir a Marte. Y le digo otra cosa: yo voy a ser el primer hombre muerto en llegar allá. Ya les dije a las personas responsables de los viajes espaciales que cuando muera, vayan y pongan mis cenizas en una lata de sopa Campbell's y las lleven a Marte para enterrarlas en un lugar llamado Abismo Bradbury . Ya no podré ser la primera persona viva en llegar a Marte, pero al menos quiero ser el primer muerto en llegar tan lejos. -¿Considera que su best-seller Fahrenheit 451 fue mal interpretado? 8
  • 9. r-Se me han acercado japoneses para ponerme un walkman en las orejas y decirme: "¡Con Fahrenheit 451, usted inventó esto, señor Bradbury!" Mi respuesta ha sido: No, gracias. Estamos rodeados de demasiados juguetes tecnológicos, con Internet, los iPod... La gente se equivocó. Yo no traté de prever, sino de prevenir el futuro. No quise hablar de la censura sino de la educación que el mundo tanto necesita. Podemos salvar a Estados Unidos, gracias a los niños, si les enseñamos a leer y a escribir a partir de los 3, 4, 5 años para que lleguen a la escuela primaria sabiendo leer. Después, es muy tarde. Cuando en realidad, ya desde muy pequeños, queremos leer las palabras de las historietas. Yo aprendí a leer a los tres años, para leer las caricaturas. p-En Fahrenheit 451, los humanos salvan los libros memorizándolos. ¿Las bibliotecas digitales pueden cumplir ese papel? r-La digitalización no es la solución propiamente dicha, la cuestión es cómo se la utiliza. Si es algo que alienta la lectura, perfecto, de lo contrario, ¿qué sentido tiene? Por otra parte, he rechazado ofertas de digitalización de mis libros. Me gusta tocar un libro, respirarlo, sentirlo, llevarlo... ¡Es algo que una computadora no ofrece! p-Este año publica dos nuevos libros y sus adaptaciones teatrales se representan regularmente en Los Angeles... r-Escribo todos los días, cada mañana, desde hace setenta años. ¡No paro! Y escribo para el teatro desde hace cuarenta y cinco años; me encanta... Mi último libro, Now and Forever, que salió en setiembre, incluye un homenaje a Katharine Hepburn, "Somewhere a Band is Playing", que escribí después de conocerla hace cuarenta años - ¡y yo estaba enamorado de ella!-. Habíamos hablado del proyecto con Katharine y George Cukor, con la esperanza de que ella fuera la protagonista... p-Cuando salió From the Dust Returned, en 2001, usted dijo que era Timothy, el personaje principal de ese libro. ¿Es también Douglas Spaulding, el héroe de Farewell Summer, la continuación del clásico Dandelion Wine, que acaba de publicarse en los Estados Unidos? r-¡Por supuesto que soy Douglas! Dicho sea de paso, recibí excelentes críticas, escritas por hombres de edad madura que tienen a ese niño oculto en su interior. Ese libro es una conversación entre un chico de doce años y un hombre de ochenta y siete. Y yo soy los dos, ¿no le parece? De todas maneras, soy un escritor híbrido que creció con los libros y el cine. Vi la película Notre Dame de Paris a los tres años, y esperaba ser jorobado. Vi El fantasma de la Opera a los seis años, me encantó. A la misma edad, vi el filme El mundo perdido, y gracias a ese amor por los dinosaurios John Huston me propuso escribir la adaptación de Moby Dick. p-¿El cine sigue adaptando su obra? r-Mi amigo Frank Darabont prepara una nueva adaptación de Fahrenheit 451, y escribió un guión muy bueno. He tenido experiencias diversas en Hollywood, muy malas cuando un agente inmobiliario de New Jersey robó el guión de The Illustrated Man. ¡Pero Warner acaba de 9
  • 10. comprarme de nuevo los derechos! Esta vez, el guión lo escribo yo, y Frank Darabont va a producirlo y, quizá, dirigirlo. La mejor adaptación de mi obra es The Wonderful Ice Cream Suit (El maravilloso traje de color vainilla), realizada por Disney en 1998 - con Joe Mantegna y Edward James Olmos. Ellos respetaron realmente mi guión, la historia de un hombre pobre que sueña con un traje blanco. Universal prepara una versión de Crónicas marcianas. Ya encargaron veinte guiones seguidos, entre ellos cinco míos... pero piensan que no sé escribir. ¡Para cuando terminen esa película, Marte ya va a estar colonizado! Kirk Douglas había financiado una adaptación televisiva, pero los canales de TV estadounidenses no la quisieron. p-Usted dedica tiempo a alentar a jóvenes escritores, ¿qué consejos les da? r-Lo que funda toda escritura es el amor, es hacer lo que amamos y amar lo que hacemos. Y olvidarse del dinero. En mis comienzos, yo ganaba 30 dólares por semana, y mi novia era rica, pero le pedí que hiciera voto de pobreza para casarse conmigo. No teníamos ni auto ni teléfono, vivíamos en un departamento pequeño en Venice, pero la estación de servicio de enfrente tenía una cabina telefónica. Iba corriendo a atender cuando sonaba y la gente creía que me llamaba a mi oficina. Yo les repito: "Rodéense de personas que los quieran, y si no los quieren, échenlos. No hay necesidad de ir a la Universidad, donde no se aprende a escribir. Vayan más bien a las bibliotecas". Yo escribí Fahrenheit 451 porque había oído hablar del incendio de la biblioteca de Alejandría y de los libros quemados por Hitler en Berlín. p-Para usted, Los Angeles es "treinta naranjas que no están obligadas a tener el mismo ombligo", ¿una ciudad no necesita un centro? r-No, puesto que ahora, no teniendo un epicentro en la ciudad, esa función la cumplen los centros comerciales. Yo trabajé en la creación de esos "malls" e intenté explicar a los promotores cómo hacerlos. Cuando se construyó el centro comercial de Century City, hace treinta años, cerca de los estudios de la 20th Century Fox, expliqué que no funcionaría pero no me escucharon. Más adelante, me consultaron, y yo detallé los errores: no había restaurantes, no había vida social. Les dije que agregaran 200 mesas con 500 sillas, y que abrieran por lo menos 20 restaurantes para que la gente pudiera comer adentro o afuera, y dar vueltas y mirar, como en París. Siguieron mis consejos, y funcionan, los restaurantes, los cines, una gran librería. Estoy ayudando a reconstruir Westwood, es necesario salvar a ese barrio muerto. p-¿Le preocupan los problemas ambientales? r-Contra la contaminación, tenemos que recurrir a los franceses, que ya vinieron a salvar nuestra revolución con Lafayette. Ustedes son el único país que depende de la energía nuclear, y pueden enseñarnos a construir centrales nucleares en todos los Estados de la Unión, menos contaminantes que nuestros recursos actuales, petróleo y carbón. De esa manera, salvan nuestras vidas y Estados Unidos y Francia pueden volver a enamorarse. p-¡La exploración espacial lo fascina, y Marte especialmente 10
  • 11. r-Esa noche en que llegamos a la Luna fue una noche de éxtasis para mí. ¡Nunca tendríamos que haber parado! Sacar una foto, OK, pero eso no salva a la humanidad. Si la vida desaparece de la Tierra, podemos encontrarla en otros planetas. Los viajes al espacio nos harán inmortales. Hay que volver a la Luna y hacer allí una base, para partir a la conquista de Marte... en los próximos veinte o treinta años, pero ya no seré de este mundo y eso me entristece mucho. Pero me enterrarán en Marte, en el cráter Chicago Abyss. Dejé instrucciones para eso a mi familia. Seré el primer muerto en Marte, aunque no tengo ninguna intención de morir pronto. ¡Llegaré a los 100! p-¿Por qué candidato votará en las próximas elecciones presidenciales? r-Prefiero a Rudy Giuliani, que ya hizo sus pruebas como alcalde de Nueva York, contra la criminalidad. Si los demócratas estuvieran a favor de bajar los impuestos, votaría por ellos. Pero no me gusta Hillary Clinton. Cuando su marido era presidente, la reforma del sistema de salud que proponía habría sido una catástrofe para nuestro país. Lástima que Arnold Schwarzenegger no pueda presentarse, es un buen gobernador. Soy miembro de la Academia y cuando participé en el comité de documentales, apoyé Pumping Iron - la película de 1977 que lanzó a Schwarzenegger al estrellato-. p-¿Sigue siendo siempre igual de optimista? r-¿Por qué no? Mi vida marcha bien, sigo creciendo... it's wonderful! Si uno hace lo que ama, es feliz. Algunos psicoanalistas me han preguntado cómo hacía, pero no estoy nunca deprimido ni ansioso, salvo cuando muere un ser querido. Cuando murió mi mujer, Margherite, escribí un poema en su memoria... En un matrimonio pasan cosas misteriosas. Mi mujer quiso dejarme, porque teníamos demasiados bebés y ella pensaba que era mi culpa. Yo no quise divorciarme, para no alejarme de mis hijos, y seguimos juntos, como padre y madre. He tenido amantes, no es que sea mujeriego, pero cuando una mujer bella llama a mi puerta y me dice: "I love you", ¿cómo puedo resistirme? Bo Derek me propuso ir en tren al sur de Francia con ella y pasamos dos días juntos. La veo una vez al año. En la vida, todo es amor. Si uno ama está vivo, si crea amor, las cosas buenas forzosamente llegan. 11