SlideShare a Scribd company logo
1 of 220
Download to read offline
Jaques Derrida
      y el
Deconstructivismo
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   1
• Rodolfo-J. Rodríguez Rodríguez
                                               E-mail:
                           • rodolfor@cariari.ucr.ac.cr

                                                U.R.L.:

                     • http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor

        •       http://cienciascognoscitivas.bravehost.com

            •    http://cienciascognoscitivas.275mb.com

•     http://cienciascognoscitivas.275mb.com /publicats
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   2
• Jacques Derrida Safar
• (15 de julio de 1930 - 8 de octubre de 2004).
  francés nacido en Argelia, considerado uno de los
  más influyentes pensadores y filósofos
  contemporáneos.
• Fue el primero en desarrollar el método de
  pensamiento conocido como deconstrucción,
  planteado en el trabajo de Martin Heidegger.

 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   3
Valerio Adami: Derrida. 2003
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   4
Derrida con Borges en la casa de este último,
          en Buenos Aires en 1985
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   5
Gadamer y Derrida. Paris
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   6
Habermas y Derridá
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   7
La deconstrucción


Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   8
El discurso
deconstructuvista
identifica la incapacidad
de la filosofía de
establecer un piso
estable.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   9
La deconstrucción es un
tipo de pensamiento que
crítica, analiza, y revisa
fuertemente las palabras
y sus conceptos.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   10
Derrida en su "Carta a un amigo
japonés", explica que con la palabra
"deconstrucción“, intentaba traducir y
reapropiar para sus propios fines los
términos heideggerianos
Destruktion (Destrucción) y Abbau
(Construcción) usando una palabra
francesa, cuyos variados usos parecían
consistentes con sus intenciones.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   11
El texto y la textualidad
Los mismos textos se
deconstruyen.
La deconstrucción está inscrita en
la textualidad como su ruina y al
mismo tiempo como su principio.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   12
No obstante, debe tomarse
en cuenta que la
Deconstrucción derridadiana
no es postmoderna porque
no pretende a la inversa de
la filosofía de Deluze, olvidar
inocentemente la tradición.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   13
La deconstrucción de Derridá
más bien intenta una
anámnesis de lo inmemorial,
dicho de otro modo, de aquello
cuya tradición es el olvido.
Trabaja con la memoria de la
que se sustrae inevitablemente
a toda empresa de
rememoración.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   14
La deconstrucción trastorna
la dialéctica, es decir, del
discurso y de la lectura que
quieren el dominio sin
reservas del sentido y de la
significación, el dominio de
lo que sucede al
pensamiento.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   15
Derrida traduce y recupera por cuenta
propia la noción de deconstrucción;
entiende que la significación de un
texto dado (ensayo, novela, artículo
de periódico) es el resultado de la
diferencia entre las palabras
empleadas, ya que no la referencia a
las cosas que ellas representan.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   16
Se trata de una diferencia
activa, que trabaja en creux
cada sentido de cada uno de
los vocablos que ella opone,
de una manera análoga a la
significación diferencial
saussuriana en lingüística.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   17
Para marcar el carácter
activo de esta
diferencia (en lugar del
carácter pasivo de la
diferencia relativa a un
juicio contingente del
sujeto).
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   18
Derrida sugiere el
término de
“différance”,
“diferancia”, suerte de
palabra baúl que
combina diferencia y
participio presente del
verbo diferir.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   19
En otras palabras, las
diferentes significaciones
de un texto pueden ser
descubiertas
descomponiendo la
estructura del lenguaje
dentro del cual está
redactado.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   20
La deconstrucción puede tener
todo el aire de un psicoanálisis de
la filosofía, pero no lo es, en
absoluto.
Lo que afirma Freud sobre la
inhibición no es lo que nos va a
ayudar a comprender la represión
metafísica de la escritura, más
bien al contrario
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   21
Todos los conceptos
de Freud pertenecen
a la historia de la
metafísica y por tanto
al logocentrismo.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   22
Desde luego, dichos conceptos
se despliegan en un discurso
(una sintaxis, un trabajo)
original, que no puede reducirse
por completo a la
conceptualidad que se pretende
desplazar, pero Freud, al
menos, no refleja la necesidad
de ese trabajo y ese
desplazamiento.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   23
El análisis deconstruccionista de
los textos ha puesto de manifiesto
que en todo texto hay un
desplazamiento de los elementos
semánticos en los que se funda la
propuesta de sentido que hace.
Esa organización privilegia un
elemento central y deja al margen
otros.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   24
Esta oposición centro /
periferia puede ser invertida y
se puede deconstruir el texto
colocando en el centro el lugar
secundario y alejando del
centro el principal.
Con ello se pone de relieve que
la centralidad o presencialidad
expuesta, era en cierto modo,
inigenua, desequilibrada, un
simulacro.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   25
El deconstruccionismo no pretende
reequlibrar los textos volviéndolos a
escribir de nuevo.
No sería posible y de hecho alteraría sus
propiedades textuales, el resultado sería
otro texto diferente.
El desplazamiento entre la
presencia y de la ausencia, permite
superar el círculo hermenéutico que parte
de la suposición de que los textos están
centrados, demostrándose precisamente lo
contrario.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   26
La deconstrucción de la causalidad
que hiciera Nietzsche pone de relieve
que en la relación de pinchar y sentir
dolor, la aparente causa y
consecuencia, es percibida por el que
sufre la punción de otra forma, pues
siente dolor sabe que le han punzado,
con lo cual la causa para él es el dolor
y la consecuencia que obtiene es
saber que ha sido pinchado.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   27
Deconstruccionismo
         en
     Imágenes

Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   28
El 16 de septiembre
                                                                                  R. Magritte




Esta es una propuesta de arte deconstruccionista que
ha desplazado de su lugar determinadas realidades y
ha establecido otros centros.
La Luna creciente parece un fruto del árbol,
instaurando una nueva relación inopinada y sugerente,
donde se ha dejado a un lado el tamaño y la ubicación
real de los objetos.
   Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 29
Deconstrucción de ceremonia matrimonial
     La Novia (él): George Goulbourme
      El novio (ella): Alfreda Morrison
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   30
Velazquez: Las Meninas. S. XVII
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   31
Picaso: Las Meninas (Pintura deconstructiva de la de Velazquez)
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   32
Caravaggio: La Conversion en el camino a Damasco
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   33
Snezana Petrovic
                        Deconstrucción de la pintura:
                 Conversión de San Pablo de Caravaggio
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   34
Artemisia Gentileschi
Judith decapitando a Holofernes 1621. Florencia
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   35
Snezana Petrovic
                         Deconstrucción de la pintura:
Judith decapitando a Holofernes de Artemisia Gentileschi
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   36
Edward Hopper: Chop Suey.1929
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   37
Deconstrucción de Chop Suey de Hopper
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   38
Terminología deconstrucionista




Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   39
Falologocentrismo
Muestra la estrecha solidaridad que
existe entre «la erección del logos
paterno (el discurso, el nombre
propio dinástico, rey, ley, voz, yo,
velo del yo-la-verdad-hablo, etc.) y
del falo “como significante
privilegiado”»..
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   40
Falocentrismo:
                      La diferencia sexual
                        pensada a partir
                         de la primacía
                       simbólica del falo.


Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   41
Imaginario
             Falocéntrico
               Imágenes
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   42
• Escultura antigua de Falo
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   43
• Aegyptiaca / Egipto
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   44
• Babylonia: 1800 ac
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   45
.
Esta hebilla del cinturón estaba inspirada por la ilustración de
           Aubrey Beardsley: Los Embajadores de
                        Lacedaemonian

                         Expresiones ideográficas del falo

 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   46
Mural de Mercurio en Pompeya.
                        Expresiones ideográficas del falo


Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   47
• Figura Inca
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   48
• Figura precolombina
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   49
• Templo indio con formas fálicas (Khajuraho)
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   50
Diversas imágenes
  Tratado erótico-filosófico indio Kamasutra.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   51
En el Kama Sutra                                              En el Kama Sutra
se clasifican tres tipos                                     se clasifican tres tipos de
    Lingam o Falos:                                               Yonis o Vaginas:
El Liebre, El Toro y El                                            Cierva, Yegua,
         Caballo                                                        Elefanta
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   52
Pintura japonesa, resaltando el papel del falo
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   53
Jean Charles Gervaise de Latouche. S.XVIII
     El falocentrsimo y la Modernidad
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   54
Pene flácido y erecto
                  El falo: pene erecto
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   55
Salvador Dalí: El gran masturbador. 1929
         Entre lo blando y lo duro
Óleo realizado después de conocer a Gala
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   56
El Falocentrismo: Identifica la masculinidad y el poder
En este contexto, socialmente los varones adquieren un mayor
 estatus dependiendo de las dimensiones y funcionalidad de un
 pene erecto, mostrándose como gran preñador o en su defecto
                    como un gran proveedor
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   57
Importancia social y religiosa de la Circuncisión: ¿Ficción?
      ¿Son los individuos circuncisos menos activos sexualmente?
   ¿Son los individuos circuncisos menos propensos a enfermedades?
La Importancia social del prepucio se ha manifestado de diversas maneras
          entre culturas tan disímiles como los judíos y los mayas.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   58
La simbología y el imaginario del falo depende en
    gran medida de las dimensiones del glande
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   59
Miguel Angel: El crepúsculo 1525. Florencia
    La tradición clásica entre los griegos y el renacimiento,
  típicamente mostró desnudos masculinos, pero sin erección
¿Oculta esto un temor compulsivo de la varonilidad occidental a
                       ser observado erecto?
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   60
Salvador Dalí:
                  “Joven Virgen Autosodomizada
                     por su Propia Castidad”
                        Simbología fálica
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   61
Arte fino
                                                                                    Wilson


                    La felación (del latín fellatio)
         Es una forma de sexo oral que consiste en chupar o lamer el pene
                        y el escroto con la boca, la lengua y los labios.
En el imaginario falocéntrico, es un símbolo de
 poder en la diferenciación sexual, pensada a
     partir de la primacía simbólica del falo.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   62
Marisa
                                                                                          (Gay Art)
                                                                                          Matthew
                                                                                          Stradling:




   Matthew Stradling: Marisa (Gay Art del siglo XX)
¿El Falo: muestra una diferencia de género o de sexo?
     ¿Lo femenino falizado o lo fálico feminizado?
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   63
Spring
                                                                             (Gay Art)
                                                                         Matthew Stradling:




     ¿El falo símbolo de masculinidad o de poder?
               ¿Qué no es la imagen falo?
      ¿Qué oculta o reprime el imaginario fálico?
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   64
¿Qué es lo ausente en el imaginario y los
            discursos falocéntricos?
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   65
El Clítoris femenino, es ocultado, olvidado,
       eludido del discurso falocéntrico
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   66
El falocentrismo psicoanalítico
En 1923 en su artículo:
La organización genital infantil,
Freud afirma que en el desenlace de la
sexualidad infantil “no hay un primado genital,
sino un primado del falo”.
En Sobre las transposiciones de la pulsión, en
particular del erotismo anal de 1917
Expone la idea de que el falo pueda desplazarse
de un significante a otro, en las equivalencias
simbólicas entre pene-hijo-regalo-dinero.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   67
El falocentrismo psicoanalítico
Cuando Freud se refiere a la
percepción de los órganos genitales
por parte del varón o de la niña,
remite a una captación imaginaria
que no es suficiente para explicar la
primacía fálica en la primera
expresión     psicológica   de     la
diferencia entre los sexos.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   68
El falocentrismo psicoanalítico
Es decir que la percepción de la diferencia
sexual anatómica no basta para que el niño
y la niña ingresen a la fase fálica.
Para que el órgano masculino tenga un
papel importante en esta fase se requiere
que se lo haya simbolizado como falo y sólo
así el niño teme su pérdida y la niña
quiere tenerlo.
Es en el orden simbólico donde se
inauguran todas las significaciones del
tener o no tener que recaen sobre el
cuerpo.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   69
El falocentrismo psicoanalítico
Jacques Lacan, en 1958, en su texto La significación del
falo, afirma que el falo no es una fantasía, ni es tampoco
un objeto y menos aún es el órgano, pene o clítoris.
Lacan distingue el falo imaginario del falo simbólico.
El primero es la designación en la teoría de la imagen
por la cual el sujeto se representa a sí mismo como no
faltándole nada, es lo que completa la falta.
Por su parte, el falo simbólico no es una imagen sino el
significante de la falta, por ello puede ser sustituido por
otra cosa que lo represente.
Se lo puede tener, perder, dar, recibir... es sustituible.
   Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   70
El discurso falocentrista del
psicoanálisis, pone en el centro al falo
  y muy en la periferia al clítoris, en
centro al varón y muy en la periferia a
                la niña
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   71
El falocentrismo psicoanalítico
En el discurso psicoanalítico que el niño trata de
salvar su miembro sexual y la niña tiene un juicio
de inferioridad por su mutilado
¿Porqué Freud al plantear el Complejo de
envidia de pene en las niñas y de castración en
los niños da primacía a tener falo y al sentimiento
de inferioridad por no tenerlo?
¿Porqué Freud propone que el orgasmo
clitorídeo como imitación del orgasmo
masculino?.
De hecho, sugiere abandonarlo y cambiarlo por
orgasmos uterino.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   72
Ocultación falocentrica del clítoris
     El falocentrismo ha conllevado a un
desconocimiento y ocultamiento de la anatomía
   y funciones del clítoris, inclusive entre las
                    mujeres.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   73
El temor falocéntrico a la sexualidad femenina y en
     particular al símbolo del clítoris, ha llevado a la
      mutilación de clítoris por razones culturales




En todo el mundo      Escisión del     Escisión del
 entre 100 y 140         clítoris,
                                      clítoris, de los
millones de niñas y                tejidos adyacentes
                       prepucio y  (labios menores) y
    mujeres han
  padecido esta     labios menores también de los
                                     labios mayores
     mutilación
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   74
En las huellas de las prácticas falocéntricas agresivas
    de reprensión, ocultamiento y mutiliación de los
    órganos sexuales femeninos, se halla manifesto
  como ausencia en la presencia, el temor reprimido
         masculino a la sexualidad femenina.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   75
Logocentrismo


Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   76
Logocentrismo
Palabra inventada por Derrida para
describir el sistema metafísico que acepta
la escritura como secundaria, o
suplementaria al habla.
Derrida no esta de acuerdo con esto.
Dice que la escritura, que se acepta en el
logocentrismo como la imitación del habla
puede expresar ideas más perfectamente
que el habla, de esta manera socavando la
relación jerárquica.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   77
Logocentrismo
El logocentrismo pensado desde la lógica binaria

hace patente en el pensamiento platónico

(sensible / inteligible, opinión / conocimiento,

engaño / verdad), la escritura se halla del lado

oscuro y engañoso de la tabla, en la medida en

que representa una materialización de la voz.

  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   78
Logocentrismo
Frente a la importancia concedida a                                                                                  la
presencia en todo el logocentrismo,
Derrida indica la necesidad de la ausencia
y         la            diferencia:                               para                 que                    exista
significación, la presencia del significado
ha de estar “diferida”.
    Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor     79
Logofonocentrismo

Señala la relación necesariamente

inmediata y natural del pensamiento

(logos unido a la verdad y al sentido) con

la voz (foné que dice el sentido).

 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   80
El fonocentrismo
Está indicando que en la historia del
pensamiento existe un privilegio concedido
a la voz frente a la escritura.
La voz ha sido considerada como una expresión
directa del lenguaje, en la misma medida, la
escritura ha sido signada con el estigma de lo
derivado y de la materialidad.

 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   81
“Se presiente desde ya que el fonocentrismo se
confunde con la determinación historial del sentido
del ser en general como presencia, con todas las
sub-determinaciones que dependen de esta forma
general y que organizan en ella su sistema y su
encadenamiento historial (presencia de la cosa para
la   mirada     como      eidos,    presencia    como
substancia/esencía/existencia [ousía] presencia
temporal como punta [stigme] del ahora o del
instante [nun], presencia en sí del cogito,
conciencia, subjetividad, co-presencia del otro y de
sí mismo, ínter-subjetividad como fenómeno
intencional del ego, etc.). El logocentrismo sería, por
lo tanto, solidario de la determinación del ser del
ente como presencia. “
   Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   82
En la medida en que dicho logocentrismo
no      está    totalmente   ausente     del
pensamiento heideggeriano, lo mantiene
quizá dentro de esta época de la onto-
teología, dentro de esta filosofía de la
presencia, es decir de la filosofía. Lo cual
significaría tal vez que no se sale de la
época cuya clausura puede esbozarse. Los
movimientos de la pertenencia o de la no-
pertenencia a la época son muy sutiles, las
ilusiones son muy fáciles en este sentido
como para que se pueda resolver aquí en
definitiva.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   83
Así la época del logos rebaja la
escritura, pensada como mediación
de mediación y caída en la
exterioridad del sentido. A esta
época pertenecería la diferencia
entre significado y significante o, al
menos, la extraña distancia de su
“paralelismo” y la exterioridad, por
reducida que sea, del uno al otro.
Esta pertenencia está organizada y
jerarquizada en una historia.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   84
La diferencia entre significado y
significante pertenece de manera
profunda e implícita a la totalidad
de la extensa época que abarca la
historia de la metafísica, y de una
manera       más       explícita   y
sistemáticamente articulada a la
época       más      limitada    del
creacionismo y del infinitismo
cristiano cuando éstos se apropian
de      los    recursos      de   la
conceptualidad griega.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   85
Esta pertenencia es esencial
e irreductible: no se puede
conservar la utilidad o la
“verdad científica” de la
oposición estoica, y luego
medieval, entre signans y
signatum sin traer también a
sí    todas     sus    raíces
metafísico-teológicas.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   86
A estas raíces no sólo pertenece -y
esto ya es mucho- la distinción entre lo
sensible y lo inteligible con todo lo que
ella domina, a saber, la metafísica en
su totalidad. Y esta distinción es
aceptada en general como algo
sobreentendido por los lingüistas y
semiólogos más atentos, por los
mismos       que     piensan    que     la
cientificidad de su trabajo comienza
donde termina la metafísica.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   87
Pero a estas raíces metafísico-teológicas
se vinculan muchos otros sedimentos
ocultos. La “ciencia” semiológica o, más
limitadamente, lingüística, no puede
mantener la diferencia entre significante y
significado -la idea misma de signo- sin la
diferencia entre lo sensible y lo aquí
inteligible, por cierto, pero tampoco sin
conservar al mismo tiempo, más profunda e
implícitamente, la referencia a un
significado que pudo “tener lugar”, en su
inteligibilidad, antes de toda expulsión hacia
la exterioridad del aquí abajo sensible.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   88
En tanto cara de inteligibilidad pura
aquél remite a un logos absoluto al
cual está inmediatamente unido.
Ese logos absoluto era en la
teología medieval una subjetividad
creadora infinita: la cara inteligible
del signo permanece dada vuelta
hacia el lado del verbo y de la cara
de Dios.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   89
No se trata naturalmente de “rechazar” esas
nociones: son necesarias y, al menos en la
actualidad y para nosotros, nada es pensable sin
ellas. Se trata ante todo de poner en evidencia la
solidaridad sistemática e histórica de conceptos y
de gestos de pensamiento que muchas veces se
cree poder separar inocentemente. El signo y la
divinidad tienen el mismo lugar y el mismo
momento de nacimiento. La época del signo es
esencialmente teológica. Tal vez nunca termine.
Sin embargo, su clausura histórica está
esbozada.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   90
Différance (Diferancia)
Palabra inventada por Derrida que se
refiere a los dos significados simultáneos
del verbo francés diferer.
Este verbo corresponde al verbo español
diferir: «dilatar, retardar o suspender la
ejecución de una cosa; distinguirse una
cosa de otra o ser diferente y de distintas o
contrarias cualidades». (Diccionario RAE,
primera edición, 1992).

  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   91
Différance (Diferancia)
A cualquier palabra que se busque en el
diccionario se le puede aplicar différance.
En contra de la metafísica de la presencia, la
deconstrucción tiene este (no) concepto, en
tanto no es ni una palabra ni un concepto,
denominando la no-coincidencia del
significado, tanto sincrónicamente (differs)
como diacrónicamente defers.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   92
Différance (Diferancia)
Todo concepto está por derecho y
esencialmente inscrito en una cadena
o en un sistema en el interior del
cual remite al otro, a los otros
conceptos, por un juego
sistemático de diferencias.
Un juego tal, la différance, ya no es
entonces simplemente un concepto,
sino la posibilidad de la conceptualidad,
del proceso y del sistema conceptuales
en general.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   93
Différance (Diferancia)
La différance, que no es un
concepto, no es una mera
palabra, es decir, lo que se
representa como una unidad
tranquila y presente,
autorreferente, de un concepto
y una fonía.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   94
Différance (Diferancia)
La différance es lo que hace, que el movimiento de la
significación no sea posible más que si cada elemento
llamado «presente», que aparece en la escena de la
presencia, se relaciona con otra cosa, guardando en sí
la marca [marque] del elemento pasado y dejándose ya
hundir por la marca [marque] de su relación con el
elemento futuro, no relacionándose la marca [trace]
menos con lo que se llama el futuro que con lo que se
llama el pasado, y constituyendo lo que se llama el
presente por esta misma relación con lo que no es él:
no es absolutamente, es decir, ni siquiera un pasado o
un futuro como presentes modificados
   Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   95
Différance (Diferancia)
La palabra différance puede también servir para otros
usos: inicialmente porque señala no sólo la actividad
de la diferencia «originaria», sino también el rodeo
temporalizador del diferir; sobre todo porque a pesar
de relaciones de afinidad muy profunda que la
diferancia así escrita mantiene con el discurso
hegeliano, tal como debe ser leído, puede en un cierto
punto no romper con él, lo que no tiene ningún tipo de
sentido ni de oportunidad, sino operar en él una
especie de desplazamiento a la vez ínfimo y radical
   Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   96
El rastro, la huella, las huellas
La idea de différance también trae con él la
idea de rastro. Un rastro es eso que un
signo differs/defers de….
Es la parte ausente de la presencia del
signo.
En otros términos, a través del acto de
différance, un signo deja atrás un rastro, lo
cual es todo aquello que se ha quedado
después que todo lo presente ha sido
considerado.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   97
El rastro, la huella, las huellas
Según Derrida, "el propio rastro no existe"
(Derrida 1976, a las 167)", porque es auto-
desrastrante.
Es decir, "donde este se presenta, adviene su
borramiento" .
Porque todos los significantes que se aceptaron
como el presente en el pensamiento Occidental,
necesariamente contendrán los rastros del otro
(ausente) significante, los significantes ni
pueden ser totalmente lo presente ni totalmente
lo ausente.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   98
La huella
La huella es el origen absoluto
del sentido en general.
Lo cual equivale a decir, una vez
más, que no hay origen absoluto
del sentido en general.
La huella es la différance que
abre el aparecer y la significación.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   99
La huella
Articulando lo viviente sobre lo no-
viviente en general, origen de toda
repetición, origen de la idealidad, ella
no es más ideal que real, más
inteligible que sensible, más una
significación transparente que una
energía opaca, y ningún concepto de
la metafísica puede describirla.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   100
La huella
Una huella significante determinada, es afirmar
que en el concepto decisivo de diferencia óntico-
ontológica, todo no puede pensarse de un solo
trazo: ente y ser, óntico y ontológico, “óntico-
ontológico” serían, en un estilo original,
derivados respecto de la différance, concepto
económico que de signa la producción del diferir,
en el doble sentido de esta palabra La diferencia
óntico-ontológica y su fundamento (Grund) en la
“trascendencia del Dasein” (Vom Wesen des
Grundes) no serían absolutamente originarios.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   101
Écriture (Escribir)
En la deconstrucción, la
palabra écriture (traducible
como escribir) se destina para
no referirse sólo a los sistemas
de comunicación gráfica, sino
más bien, a todos los sistemas
habitados por el différance.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   102
Écriture
La escritura es la que
organiza el juego de
referencias significantes que
hace posible el lenguaje: por
ello, “la escritura incluye al
lenguaje”.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   103
Écriture
Un término relacionado, el
denomiando archi-écriture, se
refiere al lado positivo de
escribir, o escribiendo como un
último principio, en lugar de
derivado de Logos (el
discurso).
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   104
Écriture
La “archiescritura” aparece
como previa a las
oposiciones de la metafísica:
de allí la “gramatología”
como ciencia del origen
tachado y de la huella no
originaria.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   105
Écriture
En otros términos, considerando que el Logos
Occidental abarca la escritura, es igualmente
válido ver el archi-écriture como abarcante de
el Logos, y por consiguiente el discurso puede
pensarse de como una forma de escribir:
escribiendo en las olas de aire, o en la
memoria del oyente o dispositivo de grabación,
pero no hay ninguna dominación fundamental
al trabajo.
Esto, como descrito anteriormente, es en
general un elemento de las críticas de Derrida
contra el Falologocentrismo.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   106
Aporía
Aporía viene del griego Aporía (απορια), es decir lo
A-poros (α - πορος), o lo sin camino, lo no-pasable.
La aporética es una estructura recurrente en el
pensamiento de Derridá.
El hueco entre la coherencia filosófica y lingüística de
un texto, y las contradicciones y paradojas
subversivas que socavan tal coherencia.
Esto lleva a que un texto no pueda ser «decidido», de
esa manera destruyendo el sistema o la estructura
que lo define tradicionalmente.
Derrida ve en esto aquello a lo cual que la filosofía
debe aspirar.

 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   107
Metafísico
Palabra usada por Derrida para describir sistemas que
requieren una base fija, un «principio primero» sobre
cual se puede construir una jerarquía de significados.
La interpretación deconstructiva, sostiene que toda la
historia de la filosofía Occidental y su lenguaje y
tradiciones, ha enfatizado el deseo para el acceso
inmediato al significado, y así construir una metafísica u
onto-teología, con base en la actitud de privilegiar la
presencia sobre la ausencia.
Derrida describe su tarea como el interrogatorio o
deconstrucción de esta tendencia metafísica en la
filosofía.
    Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   108
Lilac-spit
                                                                         (Gay Art)
                                                                         Matthew
                                                                         Stradling



                          Desiminar (¿Eyacular?)
Derridá metaforiza el concepto de desiminiación con la
            pluralidad y repartición diferenciativa de los
                               significados de un texto.
Es el desplazamiento de los supuestos hermenéuticos
 que salvaguardan el privilegio ontológico y semántico
           del texto y de la autocracia del autor (fálico) 109
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor
La diseminación
Es esa «imposible reapropiación
(monocéntrica, paterna, familiar) del
concepto y del esperma», esto es, como lo
que no vuelve al padre, supone un riguroso
desplazamiento de los supuestos
hermenéuticos que salvaguardan el
privilegio ontológico y semántico del texto y
de la autocracia del autor (como padre-
creador y guardián a la vez del sentido único y
verdadero del texto) y legitiman la búsqueda y
garantía del origen como fundamento último de
la razón patriarcal.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   110
La diseminación
La escritura, entonces,
dispersa la palabra viva, la
disemina con respecto al
padre, ese falo que se erige
significante último de todos
los significados posibles
(falocentrismo).
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   111
La diseminación
La diseminación implicaría el
esparcir hacia nadie, hacia lo
anónimo, las semillas cogidas
quizás al azar del montón
mezclado de todas las semillas
desgranadas y desparramadas
de los frutos recolectados.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   112
La diseminación
En un último análisis, diseminación
no significa nada, y no puede
reunirse bajo una definición
unificadora…la fuerza y la forma
que produce hace explotar el
horizonte semántico…y describe
una multiplicidad irreducible y
generativa.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   113
Significado
            Significado                                                          Significado


Significado                                                                                    Significado
                                            Significante


            Significado                                                          Significado
                                              Significado



La diseminación: explosión de significados
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   114
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación
La palabra suplemento se
toma del filósofo Jean
Jacques Rousseau, que la
definió como “una extra
inesencial añadida a algo
que está completo en su
mismo”.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   115
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación.
De acuerdo con Derrida, el
pensamiento Occidental se
caracteriza por "la lógica de
suplementación", la cual se
fundamenta actualmente en dos
ideas aparentemente
contradictorias.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   116
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación
De una perspectiva, un
suplemento sirve reforzar
la presencia de algo que
ya está completo y
autosuficiente.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   117
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación
Así, escribir es el
suplemento de discurso, Eva
era el suplemento de Adán, y
la masturbación es el
suplemento de "sexo
natural."
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   118
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación
Pero simultáneamente, según Derrida,
la idea Occidental del suplemento tiene
dentro, la idea que una cosa que es un
suplemento no puede ser verdadera,
"completa en sí misma".
Si estuviera completo sin el
suplemento, no debe necesitar, o
buscar, el suplemento.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   119
Suplemento, carencia originaria,
y envaginación
El hecho que una cosa puede
añadirse-a para ser aun más
"presente" o "entera", significa que hay
un agujero (el cual Derrida llamará
“carencia originaria”) y el suplemento
puede llenar ese agujero.
         Derrida la denomina como
               envaginación
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   120
¿Cuál es la carencia originaria del discurso de
    Miguelito?, ¿Cuál es el complemento?
   ¿Cómo lo envagina Mafalda?, ¿Cómo
          complementa su discurso?
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   121
Vagina símbolo de Derridá
     de “carencia originaria” que tiene su
        complemento, su envaginación.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   122
Envaginación:
El suplemento temporal de la carencia originaria
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   123
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación
De esta perspectiva,
el suplemento no
refuerza algo de la
presencia, sino
subraya su ausencia.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   124
Suplemento, carencia
originaria, y
envaginación
Así, lo que realmente pasa
durante la suplementación,
es que algo aparece para
completar algo.
El suplemento actúa como
un accesorio externo.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   125
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación
Sin embargo, desde otra
perspectiva, el
suplemento llena también
un agujero dentro del
interior del original de
"algo".
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   126
Suplemento, carencia
originaria, y envaginación
Así, el suplemento
representa una
indeterminación entre
la externalidad y la
interioridad.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   127
El himen
La palabra himen se refiere a la
interacción entre dentro y fuera
de.
El himen es la membrana de
intersección dónde viene a ser
imposible distinguir si la
membrana está en el interior o el
exterior.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   128
Himen: diversas formas
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   129
El himen
Y en la ausencia del
himen (como en, una vez
el himen se penetra), la
distinción entre dentro de
y fuera de desaparece.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   130
Sin himen se relativizan lo exterior y lo interior

Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   131
El himen
En cierto modo, así el
himen es ni interior ni
fuera de, y ambos
dentro de y fuera de.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   132
El himen es ni interior, ni fuera de,
                      y ambos dentro de y fuera de
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   133
Imposibilidad de decidir
La incapacidad de escoger entre
significados contradictorios.
Derrida cita la palabra «himen», que
representa el matrimonio y la unión
sexual, y al mismo tiempo significa la
membrana que impide esta unión.
Derrida dice que no se puede aceptar
uno de estos significados sin el otro.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   134
Farmakon
La palabra Farmakon se
refiere al punto
localizado entre lo que
cura y y lo que
envenena.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   135
Farmakon
Deriva de una palabra griega
antigua, y que fue usada por
Platón en el Fedro y en el Fedón,
la cual tenía un significado
indecidible y qué podría traducirse
para significar cualquier cosa
entre, una droga, una receta, un
hechizo, una medicina, o un
veneno.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   136
La metáfora
Si la escritura de Derrida es difícil de incluir
en el género «filosófico», es porque parece
practicar la metáfora contra el concepto.
No es que la metáfora sea, en sí, no
filosófica, sino que el concepto de
«metáfora» desplegado por la filosofía
(porque «metáfora» es el nombre de un
concepto filosófico) se manifiesta dándole
un lugar, aunque sea secundario, que
evidentemente no posee en el texto de
Derrida.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   137
Se puede, a la manera
clásica, ilustrar las
proposiciones
conceptuales mediante
metáforas, pero, en teoría
se debería poder decir lo
que haya que decir en
filosofía sin utilizarlas.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   138
De ahí, por ejemplo, en
parte, el topos filosófico de
la imperfección de las
lenguas «naturales» y la
necesidad de un lenguaje
más claro y menos ambiguo,
si es preciso una notación
lógica «artificial».
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   139
No es difícil ver por qué una
tradición estructurada en torno al
valor de la presencia desconfía
de la metáfora, que habla de
forma oblicua, aprovecha
connotaciones laterales insinúa
cosas sin decirlas en realidad,
sugiere ideas sin hacerlas
explícitas.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   140
Esta otra tradición no
sólo reivindica el
derecho a la metáfora,
sino que lleva la
austera tradición
conceptual a su propia
verdad metafórica.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   141
Ahora bien, existe toda una
tradición que, aun así, desearía
conducir de nuevo la filosofía a su
verdad olvidada en la metáfora.
Es importante no equivocarse aquí,
porque, a menudo, se ha asimilado
al propio Derrida con esta tradición
(«artística»), cuando no pertenece
a ella en absoluto.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   142
En este sentido, todos los conceptos
filosóficos poseen raíces etimológicas en lo
sensible, y que su empleo como conceptos
no es posible sino a condición de olvidar el
movimiento metafórico que los ha alejado
de su sentido original y de olvidar ese
olvido.
El mundo inteligible de la metafísica no
sería más que una transferencia analógica
del mundo sensible de la física.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   143
De ese modo, al transcribir una frase
filosófica en su «verdadero» sentido, su
sentido original, se puede, por ejemplo,
transformar la frase «El alma posee a
Dios en la medida en que forma parte
de lo absoluto» en «La inspiración se
posa sobre aquel que brilla en el
arbusto del don que recibe en lo que
está totalmente desligado».
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   144
Esta transcripción da al discurso
filosófico el aire de un mito oriental,
desenmascara la impostura
filosófica de no comprender que su
lógos no es más que un mythos
(«la mitología blanca») entre otros,
por más que intente imponerlo
arbitraria y violentamente como la
Razón misma.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   145
El discurso filosófico, en su aparente
seriedad, no estaría formado sino por
metáforas olvidadas o usadas, una
patraña especialmente gris y triste,
engañada hasta el punto de
proponerse como la auténtica verdad.
Se ve todo lo tentadora que una lectura
semejante puede ser para una crítica
de la filosofía a partir de las ciencias
humanas o de la literatura.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   146
Derrida también menciona muy a
menudo la etimología de los
términos que lee o qué emplea;
escribe, por lo menos a veces, en
un lenguaje que aprovecha giros
inadmisibles para la filosofía,
aunque sólo sea porque desafían
cualquier intento de traducirlos,
cuando la filosofía debería ser
absolutamente traducible, en teoría.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   147
El propósito de Derrida no es criticar la
filosofía por su empleo de las metáforas, ni
criticar a los críticos que hacen esa crítica,
sino, como siempre, mostrar la complicidad
fundamental que une aquí los dos campos.
«La Mythologie blanche» ha desconcertado
a sus lectores porque no se ha prestado
suficiente atención a su estructura
argumentativa: en resumen, no se ha leído
de manera suficientemente filosófica, y ésa
es la matriz de todas las malas lecturas de
Derrida (ya se presenten en su pro o en su
contra).
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   148
Se decide por adelantado, que
él está contra la filosofía, o la
razón, o el sentido, o el
concepto, o Hegel y, por tanto,
no se lee más que lo que puede
acomodarse a esta hipótesis
inicial. Habría que leer a Derrida,
más bien, de manera
ultrafilosófica.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   149
En realidad, la mayor parte de «La
Mythologie blanche» está afectada de un
«como si» (es decir, una especie de giro
metafórico) producido por un argumento
formal casi al principio: se establece
inmediatamente que no se podría dominar
la filosofía o afirmar su verdad basándose
en la metáfora, pero el resto del ensayo
toma esta ley formal (que volveremos a
establecer dentro de un instante) por una
hipótesis provisional, para mejor rastrear su
destino histórico.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   150
La retirada de la metáfora
Todo intento de sobrepasar la metafísica
recurriendo al concepto de metáfora
tiene que fracasar, porque dicho
concepto es esencialmente metafísico.
Si se explica toda la filosofía a partir de
este concepto, no se explica toda la
filosofía, porque se retira el concepto de
metáfora del objeto que se explica,
precisamente para explicarlo, por lo que
elude la explicación que parecía permitir.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   151
La retirada de la metáfora
M. Heidegger en Das Metaphorische gibt es nur
innerhalb der Metaphysik, señaló: “Lo metafórico sólo
se da dentro de la metafísica”
       Derrida argumenta lo siguiente
“Lo que Heidegger llama la metafísica corresponde a
una retirada del ser. En consecuencia, la metáfora en
cuanto concepto llamado metafísico corresponde a una
retirada del ser. El discurso metafísico, que produce y
contiene el concepto de metáfora, es él mismo quasi
metafórico con respecto al ser: es, pues, una metáfora
que engloba el concepto estrecho-restringido-estricto de
metáfora que, por sí mismo, no tiene otro sentido que el
estrictamente metafórico.”
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   152
La retirada de la metáfora
Sin embargo, de acuerdo con los
criterios de este tipo de explicación, hay
que admitir que «metáfora» es, en sí
misma, una metáfora (cuyo «verdadero
sentido» sería, por ejemplo,
«transporte»), cosa que no puede
hacerse so pena de privarse de la
explicación que nos habíamos
prometido, al volver a introducir en el
campo que hay que explicar el concepto
que supuestamente debe proporcionar
esa explicación.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   153
La retirada de la metáfora
«Metáfora», pues, falta en el campo y sobra
en relación con el campo. Suplemento, casi
trascendental.
Ya no hay metáfora. Y si aceptamos que la
idea de la huella hace imposible la pretensión
de sustraer así un concepto solo, sin que
arrastre a otros detrás (el concepto de
concepto, por ejemplo), vemos que todo
intento de este género debe ser vano.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   154
La retirada de la metáfora
Es también la razón de que las ciencias
humanas corran siempre el peligro de
encontrarse más con el                                         estorbo de la
metafísica que de cualquier filosofía, pero
es, al mismo tiempo, el double bind
constitutivo de la filosofía, que no se deja
comprender por otra cosa que no sea ella
misma pero que no puede comprenderse por
sí sola, puesto que no es más que el esfuerzo
de hacerlo.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   155
El nombre propio
El nombre propio debería garantizar una
cierta conexión entre lenguaje y mundo,
en la medida en que debería designar a
un individuo concreto, sin ambigüedad,
sin necesidad de pasar por los circuitos
de la significación. Incluso si aceptamos
que la lengua está compuesta de
diferencias y, por tanto, de huellas,
parece que el nombre propio que forma
parte del lenguaje, señala directamente
al individuo al que da nombre.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   156
Esta posibilidad de designación con
nombre propio tiene que ser el
verdadero prototipo del lenguaje y,
como tal, puede determinar el telos
de este último: por complicadas que
se hayan vuelto nuestras
necesidades en materia de lenguaje,
el ideal regulador puede y debe
seguir siendo el de dar nombre
propio, incluso a la verdad misma,
en última instancia
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   157
Lo que denominamos
«nombre propio» es, pues,
siempre impropio, y el acto
de nombramiento que se
desearía como origen y
prototipo del lenguaje
supone la escritura en el
sentido amplio que da a tal
palabra Derrida.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   158
El acto de nombrar violenta la presunta
unidad que se supone que debe respetar,
da existencia y la retira al mismo tiempo, el
nombre propio borra el propio que anuncia,
se rompe o se anula, es la oportunidad de
la lengua, destruida inmediatamente:
nombrar desnombra, el nombre propio
despoja, desapropia, expropia en lo que se
llamará finalmente abismo de lo propio o de
lo único; y si se quiere designar ese
«origen» con el nombre de Dios, el mejor
nombre propio, el más propio, se arrastra a
Dios en la violencia de la diferencia, se le
convierte en el nombre de quien me
desposee de mí mismo, el nombre de la
confusión originaria de los nombres, Babel,
Locuras.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   159
La firma
Mi nombre propio me sobrevive. Después
de mi muerte, aún se me podrá nombrar,
hablar de mí. Como todo signo, incluido
«yo», el nombre propio incluye la.
posibilidad necesaria de poder funcionar en
mi ausencia, de despegarse de su portador;
y, de acuerdo con la lógica que ya hemos
experimentado, se debe poder llevar esa
ausencia a un absoluto que denominamos
muerte.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   160
Se dirá por consiguiente, que,
incluso estando yo vivo, mi
nombre señala mi muerte.
Es ya portador de la muerte de
su portador.
Es ya el nombre de un muerto la
memoria anticipada de una
desaparición
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   161
La señal que me identifica, que me hace
ser yo y no otro, me desapropia
inmediatamente al anunciar mi muerte y al
separarse a priori del mismo yo que ella
constituye o garantiza.
Romeo no es el portador separable del
nombre «Romeo» más que en la medida en
que así se ve desnombrado.
La firma, y eso es precisamente lo que la
distingue del nombre propio en general,
intenta recuperar lo propio de lo que se ha
visto desapropiar rápidamente en el
nombre.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   162
Tímpano



Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   163
Friedrich Nietzsche (1844-1900)
Filósofo, poeta y filólogo alemán, cuyo
pensamiento está considerado como uno de los
más radicales, ricos y sugerentes del siglo XX.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   164
Friedrich Nietzsche (1844-1900)
Su obra: “Así habló Zaratustra” (1884), narra los
discursos que Zaratustra pronuncia entre los hombres
para anunciar su nueva doctrina. Cada una de las
partes relata sucesivos “descensos” que Zaratustra
realiza desde su retiro en la montaña para relatar a los
hombres su nuevo pensamiento.
Zaratustra es una figura simbólica de la nueva filosofía
que el autor pretendía desarrollar, y Nietzsche se
denomina a sí mismo el “poeta de Zaratustra”.
En ella expuso algunas de las tesis fundamentales de
su pensamiento más maduro, como: La muerte de Dios,
La Voluntad de Poder, El Eterno retorno y el
Superhombre
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   165
J. Derrida: Tímpano
La filosofía siempre se ha
atenido a esto: pensar su otro.
Su otro: lo que limita y de lo que
deriva en su esencia su
definición, su producción.
Pensar su otro: viene a ser sólo
relevar (aufheben) aquello de lo
que ella deriva, a no abrir la
marcha de su método más que
para pasar el límite?
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   166
¿O bien el límite,
oblicuamente, por
sorpresa, reserva
todavía un golpe más
al saber filosófico?
Límite/pasaje.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   167
¿Es una artimaña que no sea razón para
impedir a la filosofía hablar una vez más de
sí misma, prestar sus categorías al logos
del otro, fingiendo sin tardanza, sobre la
página doméstica de su propio tímpano
(siempre el tambor amortiguado,
tympanon, tela tendida, sostenida para
recibir los golpes, para amortiguar las
impresiones, para hacer resonar los tipos
[typoi], para equilibrar las presiones que
golpean del typtein, entre el adentro y el
afuera) una percusión heterogénea?
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   168
¿Podemos penetrar violentamente su
campo de escucha sin que al punto,
fingiendo incluso la ventaja, la filosofía,
si escuchamos lo que se dice de ella, si
decodificamos el enunciado, lo haga
resonar en ella, se apropie de su
emisión, se lo comunique familiarmente
entre el oído interno y el oído medio,
según la vía de una trompa o de una
ventana interior, sea redonda u oval? .
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   169
Dicho de otro modo,
¿se puede hacer
estallar el tímpano de
un filósofo y continuar
haciéndose oír por
él?
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   170
Filosofar con un martillo.
Zaratustra comienza por
preguntarse si será necesario
estallarles, romperles los oídos
(Murz man ihnen erst die
Ohren zerschlagen), a golpes
de címbalos o de tímpanos,
instrumentos, siempre, de
alguna dionisiada. Para
enseñarles también a «oír con
los ojos».
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   171
Para transformar efectivamente,
prácticamente, lo que se
describe (timpaniza*), será
preciso todavía ser oído en él y
desde este momento someterse
a la ley del martillo interior?.
*Tympaniser tiene una doble significación:
«criticar», «anunciar a bombo y platillo», que
aquí se aúna con el recuerdo «sonoro» de
«tímpano», como elemento auditivo
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   172
Si tomamos el relevo del martillo
interior, nos arriesgamos entonces
a dejar participar al discurso más
ruidoso en la economía más
serena, menos perturbada, mejor
servida, de la ironía filosófica.
Es decir, ejemplos no faltan hoy de
este tamborileo metafísico, que al
aceptar este riesgo no se arriesga
nada.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   173
El martillo, es sabido, pertenece a la
                                        cadena de los huesecillos, con el yunque
                                        y el estribo.
                                        Se aplica a la superficie interna de la
                                        membrana del tímpano.
                                        Su papel es siempre de mediación y de
                                        comunicación: transmite las vibraciones
                                        sonoras a la cadena de los huesecillos
                                        luego al oído interno. Bichat le había
                                        reconocido otra función paradójica.
                                        Este huesecillo protegería al tímpano al
                                        actuar sobre él: «Sin él el tímpano sería
  El martillo                           dolorosamente afectado en las
                                        vibraciones provocadas por sonidos
                                        demasiado potentes.»
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   174
El martillo puede, pues,
                                                              amortiguar los golpes,
                                                              ensordecerlos en el umbral
                                                              del oído interno, éste -el
                                                              laberinto- comprende un
                                                              vestíbulo, canales
                                                              semicirculares, un caracol
                                                              (con sus dos barandas), o sea
                                                              dos órganos de equilibrio y un
                                                              órgano de audición.
                                                              Penetraremos acaso más
                                                              lejos. Basta con notar por el
                                                              momento el papel del oído
                                                              medio: tiende a igualar la
                                                              resistencia acústica del aire y
                                                              la de los líquidos laberínticos,
                                                              a equilibrar las presiones
           El martillo                                        internas y las presiones
                                                              externas.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   175
Ciertamente, salvo si se escribe
esta relación siguiendo el modo
de una no-relación del cual sería
simultáneamente u
oblicuamente demostrado -
sobre la superficie filosófica del
discurso- que ningún filosofema
habrá nunca sido aderezado
para doblegársele o traducirlo.
Esto no se puede escribir sino
según una deformación del
tímpano filosófico.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   176
Sabemos que la membrana del tímpano,
tabique delgado y transparente, que separa
el conducto auricular del oído medio (la
caja), está tendido oblicuamente (loxôs).
Oblicuamente de arriba abajo, de afuera
adentro y de adelante atrás.
No es, pues, perpendicular al eje del
conducto.
Uno de los efectos de esta oblicuidad es
aumentar la superficie de impresión y, por
tanto, la capacidad de vibración.
Se ha observado, en particular en los
pájaros, que la finura del oído está en
relación directa con la oblicuidad del
tímpano.
El tímpano bizquea.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   177
Tímpano, Membrana timpánica
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   178
Consecuencia: dislocar el oído
filosófico, hacer trabajar el loxôs en
el logos, es evitar la contestación
frontal y simétrica, la oposición en
todas las formas de la anti-,
inscribir en todos los casos el
antismo y el cambio, la denegación
doméstica, en una forma
completamente distinta de
emboscada, de lokhos, de
maniobra textual.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   179
¿Se puede tratar de la filosofía
(la metafísica, incluso la onto-
teología) sin dejarse ya dictar,
con esta pretensión de unidad y
unicidad, la totalidad inatacable
e imperial de un orden?
¿Si hay márgenes, hay todavía
una filosofía, la filosofía?
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   180
No hay respuesta, pues.
Quizá ni siquiera una pregunta, a fin de cuentas.
La correspondencia copulante, la
oposición pregunta/respuesta está ya
alojada en una estructura, envuelta en el
hueco de un oído donde nosotros
queremos ir a ver.
Saber cómo se ha hecho, cómo se ha formado,
cómo funciona.
Y si el tímpano es un límite, se trataría quizá
menos de desplazar este límite determinado que
de trabajar en el concepto de límite y en el límite
del concepto.
De hacerla salir en varios golpes de sus casillas.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   181
¿Pero qué es una casilla (significado: para
hacer razonar en todos los sentidos)?
Así pues, ¿a qué pregunta de derecho
fiarse si el límite en general, y no sólo aquel
del que se cree es una cosa muy particular
entre otras, el tímpano, es estructuralmente
oblicuo?
¿Si no hay límite en general? ¿forma
derecha y regular del límite?
Como todo limus, el limes, camino de
través, significa lo oblicuo.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   182
Pero se trata
incansablemente del oído, de
este órgano distinto,
diferenciado, articulado, que
produce el efecto de
proximidad, de propiedad
absoluta, el borrarse
idealizante de la diferencia
orgánica.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   183
Es un órgano cuya
estructura (y la sutura
que lo sujeta a la
garganta) produce la
engañifa tranquilizadora
de la indiferencia
orgánica.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   184
Basta con olvidarlo -y
para ello con abrigarse
como en la más familiar
morada- para clamar
contra el fin de los
órganos, de los otros.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   185
Pero se trata
incansablemente del
oído. No sólo de la
pared abrigada del
tímpano, sino del
conducto vestibular.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   186
Pero se trata
incansablemente del
oído. No sólo de la
pared abrigada del
tímpano, sino del
conducto vestibular.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   187
Podremos todavía considerar,
por supuesto, para
tranquilizarnos que el «vértigo
laberíntico» es el nombre de una
enfermedad bien conocida y
bien determinada, el problema
local de un órgano particular.
Esto es - otro tímpano.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   188
¿Cuál es la resistencia específica
del discurso filosófico a la
deconstrucción?
Es el dominio infinito que parece
asegurarle la instancia del ser (y de
lo) propio; ello le permite interiorizar
todo límite como algo que es como
siendo el suyo propio.
Excederlo al mismo tiempo y así
guardarlo en sí.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   189
Ahora bien, en su dominio
y su discurso sobre el
dominio (pues el dominio
es una significación que
todavía le debemos), el
poder filosófico parece
siempre combinar dos
tipos.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   190
Por una parte una
jerarquía: las ciencias
particulares y las
ontologías regionales son
subordinadas a la
ontología general luego a
la ontología fundamental .
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   191
Desde este punto de vista, todas
las preguntas que solicitan el ser y
lo propio descomponen el orden
que somete los campos
determinados de la ciencia, sus
objetos formales o materiales
(lógica y matemática o semántica,
lingüística, retórica, ciencia de la
literatura, economía política,
psicoanálisis, etc.), a la jurisdicción
filosófica.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   192
Son previas con derecho a la
constitución, en estos
dominios (que no son
simplemente dominios,
regiones circunscritas,
delimitadas y asignadas del
afuera y de más arriba), de
un discurso teórico riguroso,
sistemático y consecuente.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   193
Son previas con derecho a la
constitución, en estos
dominios (que no son
simplemente dominios,
regiones circunscritas,
delimitadas y asignadas del
afuera y de más arriba), de
un discurso teórico riguroso,
sistemático y consecuente.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   194
Por otra parte, una envoltura: el todo
está implicado, en el modo
especulativo de la reflexión y de la
expresión, en cada parte.
Homogéneo, concéntrico, circulando
indefinidamente, el movimiento del todo
se nota en las determinaciones
parciales del sistema o de la
enciclopedia, sin que el status de esta
observación y la partición de la parte
den lugar a una deformación general
del espacio.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   195
La filosofía, acaso, no ha
podido nunca razonar sobre
esta multiplicidad, al estar
ella misma situada, inscrita,
comprendida en ella. Habrá
buscado sin duda la regla
tranquilizadora y derecha, la
norma de esta polisemia.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   196
Se habrá preguntado si un tímpano es
natural o construido, si no se vuelve
siempre a la unidad de una tela tendida,
bordeada, encuadrada, que vigila sus
márgenes como un espacio virgen,
homogéneo y negativo, dejando fuera su
afuera, sin marca, sin oposición, sin
determinación, preparado como la materia,
la matriz, la khôra, a recibir y a repercutir
los tipos, esta interpretación habrá sido
verdadera, la historia misma de la verdad
tal como en suma es un poco contada en
este libro.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   197
Pero lo que sin duda no
puede presentarse en el
espacio de esta verdad, lo
que no puede dejarse oír o
leer, o ver, aunque fuera en
el «triángulo luminoso» o el
oculus del tímpano, es que
esto, un tímpano, estalle o se
injerte.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   198
Tímpano
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   199
Y esto, de cualquier manera que
se escriba, resiste a los
conceptos de máquina o de
naturaleza, de corte o de
cuerpo, a la metafísica de la
castración tanto como a su revés
parecido, la denegación de los
rousseauismos modernos en su
vulgaridad tan académica.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   200
Definimos una
palabra a través de lo
     que no es
 (como difiere/es diferente de
otras palabras) que ayuda a
delimitar las posibilidades del
          significado.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   201
Ejemplo:
Si digo que estoy pensando en un animal, hay muchas
posibilidades, puede ser cualquier animal, pero
inicialmente se descuentan las plantas, los minerales
etc.
Si luego digo que este animal tiene cuatro patas, ya
eliminamos pájaros, peces etc.
Y así seguimos hasta que, a través de un sistema de
diferencias llegamos limitar las posibilidades hasta
averiguar el animal.
Pero la posibilidad de significado se difiere (se
suspende) ya que todas las palabras se definen a
través de otras palabras, que también necesitan
definición, etc.
Quiere decir, sabemos qué animal es, pero no porque
tenga un significado sino porque hemos eliminado
todos los significados diferidos que no es.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   202
Los sistemas jerárquicos basados en
un «principio primero»
(En el sentido que no se pueden
reducir más) pueden ser derrotados
porque lo que pensamos que es un
principio primero es solamente el
producto de un sistema de
significación, no una verdad absoluta.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   203
Por ejemplo: Se podría decir que «blanco» es un principio
primero, porque creemos saber exactamente lo que es
«blanco», y parece ser irreducible.
Pero en realidad, solo podemos definir «blanco» a través de lo
que no es.
Es «blanco» porque no es «negro».
Pensamos que «blanco» es una realidad absoluta porque el
sistema en que vivimos le da valor a «blanco», es decir, tiene
su posición en la jerarquía simbólica de nuestra sociedad.
Pero según los deconstruccionistas, la identidad de «blanco»
depende totalmente de «negro». No podemos definir «blanco»
sin «negro».
La diferencia entre «blanco» y «negro» existe antes que la
identidad de «blanco», entonces, es la diferencia el principio
primero, no la identidad.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   204
• Los principios generalmente se definen a través de lo que
  excluyen
• Entonces, caben bajo el nombre de oposiciones binarias.
• Por ejemplo
• hombre sobre            mujer
• día        sobre        noche
• realidad sobre          fantasía
• razón      sobre        sentimiento
• habla      sobre        escritura
• presencia sobre         ausencia
• identidad sobre         diferencia
• lleno      sobre        vacío
• significado sobre       insignificante
• mando      sobre        sumisión
• vida       sobre        muerte

 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   205
Derrida argumenta en “De la Gramatología”
(1976), que en cada casi, las palabras en la
primera columna tienen mayor valor en
nuestra sociedad, y por eso las definimos
como verdad, originales, auténticas y
superiores, mientras las palabras en la
segunda columna son consideradas un
suplemento, un elemento de importancia
secundaria, derivadas, o incluso
“parasitarias”.
Estas oposiciones binarias, o “jearquías
violentas”, y otras de este tipo, deben ser
reconstruidas.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   206
Derrida
                                             y las
                       artes visuales
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   207
Vincent Van Gogh: Autoretrato con oreja cortada
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   208
Vincent Van Gogh: Habitación
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   209
Vincent Van Gogh: Campo de olivos
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   210
Cuando vemos un cuadro de Van
Gogh, el modo en que la obra está
impregnada del cuerpo de Van Gogh.
Existe una innegable provocación que
podemos identificar en lo que Van
Gogh ha pintado y firmado, y que es
tanto más violenta e innegable por
cuanto éste no se halla presente.
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   211
Eso significa que el cuerpo mismo de
Van Gogh que impregna sus obras
está lo más violentamente implicado e
inserto en el momento de pintar porque
no está presente durante el acto,
porque el cuerpo mismo se escinde o,
digamos, se rompe por la no presencia,
por la imposibilidad de identificarse
consigo mismo, de ser simplemente
Van Gogh
 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   212
Y así, lo que yo llamaría el cuerpo -me
alegro de hablar sobre el cuerpo desde
este punto de vista- no es una
presencia.
El cuerpo es, cómo decirlo, una
experiencia en el sentido de la palabra
más móvil [voyageur].
Es una experiencia de contexto, de
disociación, de dislocaciones.
Veo a un Van Gogh dislocado, a
alguien que se disloca al realizar algo.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   213
Me refiero a Van Gogh en términos de firma -y no hablo
de firma en el sentido de que aparezca añadido su
nombre, sino en el sentido de que él firma mientras
pinta-, y mi relación con la firma de Van Gogh es algo
extremadamente violento tanto para él como para mí,
porque también arrastra a mi propio cuerpo -supongo
que cuando usted habla del cuerpo se refiere también
al suyo propio- y a algo extremadamente ineluctable,
innegable y apasionado.
Estoy entregado al cuerpo de Van Gogh como él
estaba, arrebatado por la experiencia.
Incluso más entregado, porque ninguno de aquellos
cuerpos está presente.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   214
La presencia significaría la muerte.
 Si la presencia fuera posible, en el sentido pleno
de un ser que es ahí donde está, que se aparece
pleno ahí donde está, si esto fuera posible, no
existirían ni Van Gogh ni la obra de Van Gogh ni
la experiencia que nosotros podamos tener de su
obra.
Si todas estas experiencias, obras o firmas son
posibles, se debe al hecho de que la presencia
no ha logrado estar ahí y aparecer convocada
plenamente ahí.
O, si quiere, el tener lugar, el «estar ahí», sólo
existe a partir de esta obra hecha de trazos que
se disloca a sí misma.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   215
Deconstrucción y Latinoamérica




Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   216
Como se puede deducir de lo expuesto
acerca de la estrategia de la
desconstrucción, ésta se orienta hacia
un desenmascaramiento del
pensamiento occidental, los ideales
metafísicos tradicionales y la violencia
que han ejercido a lo largo de la
historia.
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   217
La deconstrucción interviene
desestabilizando el discurso de la
razón y el progreso introduciéndose en
su falta de fundamento último, ya que
la Deconstrucción debe “confrontar
todo orden instituido con la radical
contingencia de sus fundamentos, no
para hallar su sin sentido originario sino
para traspasarlo y acceder a la
instancia en la cual el sentido y el sin
sentido se entrelazan”
  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   218
La deconstrucción desenmascara las
oposición Hegemónico-subalterno,
señala su estructura jerárquica
violenta, y la invierte.
La lleva a la experiencia de la
indecidibilidad al revelar que la
posibilidad del ejercicio del poder es a
la vez la condición de su imposibilidad.

  Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   219
Ernesto Laclau escribe acerca de la
oposición poder-libertad: “aquello que
limita la libertad –el poder- es
también lo que la hace posible. (...)
Esto significa que una sociedad
totalmente libre –de la cual el poder
hubiera sido eliminado- y una que
fuera enteramente no-libre son
conceptos equivalentes”.
Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor   220

More Related Content

What's hot (20)

PLATON Y ARISTOTELES
PLATON Y ARISTOTELESPLATON Y ARISTOTELES
PLATON Y ARISTOTELES
 
Martin Buber y la filosofia del dialogo
Martin Buber y la filosofia del dialogoMartin Buber y la filosofia del dialogo
Martin Buber y la filosofia del dialogo
 
LA HERMENEUTICA
LA HERMENEUTICALA HERMENEUTICA
LA HERMENEUTICA
 
Fenomenologia
FenomenologiaFenomenologia
Fenomenologia
 
La filosofia y sus divisiones
La filosofia y sus divisionesLa filosofia y sus divisiones
La filosofia y sus divisiones
 
Hegel (para principiantes)
Hegel (para principiantes)Hegel (para principiantes)
Hegel (para principiantes)
 
El existencialismo de kierkegaard
El existencialismo de kierkegaardEl existencialismo de kierkegaard
El existencialismo de kierkegaard
 
Idealismo
IdealismoIdealismo
Idealismo
 
Fenomenología
FenomenologíaFenomenología
Fenomenología
 
IDEALISMO VS. REALISMO (DIFERENTES PUNTOS DE VISTAS)
IDEALISMO VS. REALISMO (DIFERENTES PUNTOS DE VISTAS)IDEALISMO VS. REALISMO (DIFERENTES PUNTOS DE VISTAS)
IDEALISMO VS. REALISMO (DIFERENTES PUNTOS DE VISTAS)
 
Presentancion hermeneutica
Presentancion hermeneuticaPresentancion hermeneutica
Presentancion hermeneutica
 
Gnoseología
GnoseologíaGnoseología
Gnoseología
 
Visión Fenomenológica
Visión FenomenológicaVisión Fenomenológica
Visión Fenomenológica
 
Ensayo dogmatismo y escepticismo
Ensayo dogmatismo y escepticismoEnsayo dogmatismo y escepticismo
Ensayo dogmatismo y escepticismo
 
Fenomenología
FenomenologíaFenomenología
Fenomenología
 
Hermenéutica y algo más
Hermenéutica y algo másHermenéutica y algo más
Hermenéutica y algo más
 
Disciplinas y métodos filosóficos
Disciplinas y métodos filosóficosDisciplinas y métodos filosóficos
Disciplinas y métodos filosóficos
 
Filosofia de la cultura
Filosofia de la culturaFilosofia de la cultura
Filosofia de la cultura
 
El hombre en la edad moderna
El hombre en la edad modernaEl hombre en la edad moderna
El hombre en la edad moderna
 
El Postetructuralismo.
El Postetructuralismo.El Postetructuralismo.
El Postetructuralismo.
 

Similar to Jaques Derrida y la Deconstruccion (17)

Historia de la Pintura 2
Historia de la  Pintura 2Historia de la  Pintura 2
Historia de la Pintura 2
 
Historia de la Pintura1
Historia de la Pintura1Historia de la Pintura1
Historia de la Pintura1
 
Estética: interpretación del arte escultórico
Estética: interpretación del arte escultóricoEstética: interpretación del arte escultórico
Estética: interpretación del arte escultórico
 
Historia de la Escultura
Historia de la  EsculturaHistoria de la  Escultura
Historia de la Escultura
 
Historia de la Arquitectura 1
Historia de la Arquitectura 1Historia de la Arquitectura 1
Historia de la Arquitectura 1
 
El Deconstructivismo en Arquitectura
El Deconstructivismo en ArquitecturaEl Deconstructivismo en Arquitectura
El Deconstructivismo en Arquitectura
 
Historia de la Arquitectura 2
Historia de la  Arquitectura 2Historia de la  Arquitectura 2
Historia de la Arquitectura 2
 
Arquitectura deconstrutivista de F. Gehry
Arquitectura deconstrutivista de F. GehryArquitectura deconstrutivista de F. Gehry
Arquitectura deconstrutivista de F. Gehry
 
George Gadamer
George GadamerGeorge Gadamer
George Gadamer
 
Ontología fenomenológica
Ontología fenomenológicaOntología fenomenológica
Ontología fenomenológica
 
Ontofenomenologia Hermenútica
Ontofenomenologia HermenúticaOntofenomenologia Hermenútica
Ontofenomenologia Hermenútica
 
La Comprensión y la Explicacion
La Comprensión y la ExplicacionLa Comprensión y la Explicacion
La Comprensión y la Explicacion
 
El Deconstructivismo y la Literatura
El Deconstructivismo y la LiteraturaEl Deconstructivismo y la Literatura
El Deconstructivismo y la Literatura
 
M. Foucault Primer Periodo
M. Foucault Primer PeriodoM. Foucault Primer Periodo
M. Foucault Primer Periodo
 
Historia de la poesía
Historia de la poesíaHistoria de la poesía
Historia de la poesía
 
La teorias estéticas
La teorias estéticasLa teorias estéticas
La teorias estéticas
 
Ontología fenomenológica H1
Ontología fenomenológica H1Ontología fenomenológica H1
Ontología fenomenológica H1
 

More from Rodolfo-J. Rodríguez-R. (15)

Teorias Eticas Teleológicas
Teorias Eticas TeleológicasTeorias Eticas Teleológicas
Teorias Eticas Teleológicas
 
Teorías Deontológicas
Teorías DeontológicasTeorías Deontológicas
Teorías Deontológicas
 
Fenomenología
FenomenologíaFenomenología
Fenomenología
 
Teoría de la ciencia, metateorías científicas
Teoría de la ciencia, metateorías científicasTeoría de la ciencia, metateorías científicas
Teoría de la ciencia, metateorías científicas
 
Las inferencias abductivas
Las inferencias abductivasLas inferencias abductivas
Las inferencias abductivas
 
El Deontologismo
El DeontologismoEl Deontologismo
El Deontologismo
 
El Enfoque de Jürgen Habermas
El Enfoque de Jürgen HabermasEl Enfoque de Jürgen Habermas
El Enfoque de Jürgen Habermas
 
La Escuela Frankfurt
La Escuela FrankfurtLa Escuela Frankfurt
La Escuela Frankfurt
 
Mapas conceptuales sobre Jürgen Habermas
Mapas conceptuales sobre Jürgen HabermasMapas conceptuales sobre Jürgen Habermas
Mapas conceptuales sobre Jürgen Habermas
 
M.Foucault: Vigilar Castigar
M.Foucault: Vigilar CastigarM.Foucault: Vigilar Castigar
M.Foucault: Vigilar Castigar
 
Etica General
Etica GeneralEtica General
Etica General
 
Teorias Eticas General
Teorias Eticas GeneralTeorias Eticas General
Teorias Eticas General
 
La Fenomenologia
La FenomenologiaLa Fenomenologia
La Fenomenologia
 
Programa fenomenólogico
Programa fenomenólogicoPrograma fenomenólogico
Programa fenomenólogico
 
M Foucault
M FoucaultM Foucault
M Foucault
 

Jaques Derrida y la Deconstruccion

  • 1. Jaques Derrida y el Deconstructivismo Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 1
  • 2. • Rodolfo-J. Rodríguez Rodríguez E-mail: • rodolfor@cariari.ucr.ac.cr U.R.L.: • http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor • http://cienciascognoscitivas.bravehost.com • http://cienciascognoscitivas.275mb.com • http://cienciascognoscitivas.275mb.com /publicats Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 2
  • 3. • Jacques Derrida Safar • (15 de julio de 1930 - 8 de octubre de 2004). francés nacido en Argelia, considerado uno de los más influyentes pensadores y filósofos contemporáneos. • Fue el primero en desarrollar el método de pensamiento conocido como deconstrucción, planteado en el trabajo de Martin Heidegger. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 3
  • 4. Valerio Adami: Derrida. 2003 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 4
  • 5. Derrida con Borges en la casa de este último, en Buenos Aires en 1985 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 5
  • 6. Gadamer y Derrida. Paris Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 6
  • 7. Habermas y Derridá Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 7
  • 8. La deconstrucción Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 8
  • 9. El discurso deconstructuvista identifica la incapacidad de la filosofía de establecer un piso estable. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 9
  • 10. La deconstrucción es un tipo de pensamiento que crítica, analiza, y revisa fuertemente las palabras y sus conceptos. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 10
  • 11. Derrida en su "Carta a un amigo japonés", explica que con la palabra "deconstrucción“, intentaba traducir y reapropiar para sus propios fines los términos heideggerianos Destruktion (Destrucción) y Abbau (Construcción) usando una palabra francesa, cuyos variados usos parecían consistentes con sus intenciones. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 11
  • 12. El texto y la textualidad Los mismos textos se deconstruyen. La deconstrucción está inscrita en la textualidad como su ruina y al mismo tiempo como su principio. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 12
  • 13. No obstante, debe tomarse en cuenta que la Deconstrucción derridadiana no es postmoderna porque no pretende a la inversa de la filosofía de Deluze, olvidar inocentemente la tradición. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 13
  • 14. La deconstrucción de Derridá más bien intenta una anámnesis de lo inmemorial, dicho de otro modo, de aquello cuya tradición es el olvido. Trabaja con la memoria de la que se sustrae inevitablemente a toda empresa de rememoración. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 14
  • 15. La deconstrucción trastorna la dialéctica, es decir, del discurso y de la lectura que quieren el dominio sin reservas del sentido y de la significación, el dominio de lo que sucede al pensamiento. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 15
  • 16. Derrida traduce y recupera por cuenta propia la noción de deconstrucción; entiende que la significación de un texto dado (ensayo, novela, artículo de periódico) es el resultado de la diferencia entre las palabras empleadas, ya que no la referencia a las cosas que ellas representan. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 16
  • 17. Se trata de una diferencia activa, que trabaja en creux cada sentido de cada uno de los vocablos que ella opone, de una manera análoga a la significación diferencial saussuriana en lingüística. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 17
  • 18. Para marcar el carácter activo de esta diferencia (en lugar del carácter pasivo de la diferencia relativa a un juicio contingente del sujeto). Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 18
  • 19. Derrida sugiere el término de “différance”, “diferancia”, suerte de palabra baúl que combina diferencia y participio presente del verbo diferir. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 19
  • 20. En otras palabras, las diferentes significaciones de un texto pueden ser descubiertas descomponiendo la estructura del lenguaje dentro del cual está redactado. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 20
  • 21. La deconstrucción puede tener todo el aire de un psicoanálisis de la filosofía, pero no lo es, en absoluto. Lo que afirma Freud sobre la inhibición no es lo que nos va a ayudar a comprender la represión metafísica de la escritura, más bien al contrario Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 21
  • 22. Todos los conceptos de Freud pertenecen a la historia de la metafísica y por tanto al logocentrismo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 22
  • 23. Desde luego, dichos conceptos se despliegan en un discurso (una sintaxis, un trabajo) original, que no puede reducirse por completo a la conceptualidad que se pretende desplazar, pero Freud, al menos, no refleja la necesidad de ese trabajo y ese desplazamiento. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 23
  • 24. El análisis deconstruccionista de los textos ha puesto de manifiesto que en todo texto hay un desplazamiento de los elementos semánticos en los que se funda la propuesta de sentido que hace. Esa organización privilegia un elemento central y deja al margen otros. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 24
  • 25. Esta oposición centro / periferia puede ser invertida y se puede deconstruir el texto colocando en el centro el lugar secundario y alejando del centro el principal. Con ello se pone de relieve que la centralidad o presencialidad expuesta, era en cierto modo, inigenua, desequilibrada, un simulacro. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 25
  • 26. El deconstruccionismo no pretende reequlibrar los textos volviéndolos a escribir de nuevo. No sería posible y de hecho alteraría sus propiedades textuales, el resultado sería otro texto diferente. El desplazamiento entre la presencia y de la ausencia, permite superar el círculo hermenéutico que parte de la suposición de que los textos están centrados, demostrándose precisamente lo contrario. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 26
  • 27. La deconstrucción de la causalidad que hiciera Nietzsche pone de relieve que en la relación de pinchar y sentir dolor, la aparente causa y consecuencia, es percibida por el que sufre la punción de otra forma, pues siente dolor sabe que le han punzado, con lo cual la causa para él es el dolor y la consecuencia que obtiene es saber que ha sido pinchado. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 27
  • 28. Deconstruccionismo en Imágenes Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 28
  • 29. El 16 de septiembre R. Magritte Esta es una propuesta de arte deconstruccionista que ha desplazado de su lugar determinadas realidades y ha establecido otros centros. La Luna creciente parece un fruto del árbol, instaurando una nueva relación inopinada y sugerente, donde se ha dejado a un lado el tamaño y la ubicación real de los objetos. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 29
  • 30. Deconstrucción de ceremonia matrimonial La Novia (él): George Goulbourme El novio (ella): Alfreda Morrison Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 30
  • 31. Velazquez: Las Meninas. S. XVII Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 31
  • 32. Picaso: Las Meninas (Pintura deconstructiva de la de Velazquez) Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 32
  • 33. Caravaggio: La Conversion en el camino a Damasco Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 33
  • 34. Snezana Petrovic Deconstrucción de la pintura: Conversión de San Pablo de Caravaggio Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 34
  • 35. Artemisia Gentileschi Judith decapitando a Holofernes 1621. Florencia Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 35
  • 36. Snezana Petrovic Deconstrucción de la pintura: Judith decapitando a Holofernes de Artemisia Gentileschi Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 36
  • 37. Edward Hopper: Chop Suey.1929 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 37
  • 38. Deconstrucción de Chop Suey de Hopper Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 38
  • 39. Terminología deconstrucionista Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 39
  • 40. Falologocentrismo Muestra la estrecha solidaridad que existe entre «la erección del logos paterno (el discurso, el nombre propio dinástico, rey, ley, voz, yo, velo del yo-la-verdad-hablo, etc.) y del falo “como significante privilegiado”».. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 40
  • 41. Falocentrismo: La diferencia sexual pensada a partir de la primacía simbólica del falo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 41
  • 42. Imaginario Falocéntrico Imágenes Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 42
  • 43. • Escultura antigua de Falo Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 43
  • 44. • Aegyptiaca / Egipto Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 44
  • 45. • Babylonia: 1800 ac Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 45
  • 46. . Esta hebilla del cinturón estaba inspirada por la ilustración de Aubrey Beardsley: Los Embajadores de Lacedaemonian Expresiones ideográficas del falo Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 46
  • 47. Mural de Mercurio en Pompeya. Expresiones ideográficas del falo Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 47
  • 48. • Figura Inca Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 48
  • 49. • Figura precolombina Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 49
  • 50. • Templo indio con formas fálicas (Khajuraho) Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 50
  • 51. Diversas imágenes Tratado erótico-filosófico indio Kamasutra. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 51
  • 52. En el Kama Sutra En el Kama Sutra se clasifican tres tipos se clasifican tres tipos de Lingam o Falos: Yonis o Vaginas: El Liebre, El Toro y El Cierva, Yegua, Caballo Elefanta Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 52
  • 53. Pintura japonesa, resaltando el papel del falo Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 53
  • 54. Jean Charles Gervaise de Latouche. S.XVIII El falocentrsimo y la Modernidad Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 54
  • 55. Pene flácido y erecto El falo: pene erecto Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 55
  • 56. Salvador Dalí: El gran masturbador. 1929 Entre lo blando y lo duro Óleo realizado después de conocer a Gala Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 56
  • 57. El Falocentrismo: Identifica la masculinidad y el poder En este contexto, socialmente los varones adquieren un mayor estatus dependiendo de las dimensiones y funcionalidad de un pene erecto, mostrándose como gran preñador o en su defecto como un gran proveedor Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 57
  • 58. Importancia social y religiosa de la Circuncisión: ¿Ficción? ¿Son los individuos circuncisos menos activos sexualmente? ¿Son los individuos circuncisos menos propensos a enfermedades? La Importancia social del prepucio se ha manifestado de diversas maneras entre culturas tan disímiles como los judíos y los mayas. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 58
  • 59. La simbología y el imaginario del falo depende en gran medida de las dimensiones del glande Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 59
  • 60. Miguel Angel: El crepúsculo 1525. Florencia La tradición clásica entre los griegos y el renacimiento, típicamente mostró desnudos masculinos, pero sin erección ¿Oculta esto un temor compulsivo de la varonilidad occidental a ser observado erecto? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 60
  • 61. Salvador Dalí: “Joven Virgen Autosodomizada por su Propia Castidad” Simbología fálica Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 61
  • 62. Arte fino Wilson La felación (del latín fellatio) Es una forma de sexo oral que consiste en chupar o lamer el pene y el escroto con la boca, la lengua y los labios. En el imaginario falocéntrico, es un símbolo de poder en la diferenciación sexual, pensada a partir de la primacía simbólica del falo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 62
  • 63. Marisa (Gay Art) Matthew Stradling: Matthew Stradling: Marisa (Gay Art del siglo XX) ¿El Falo: muestra una diferencia de género o de sexo? ¿Lo femenino falizado o lo fálico feminizado? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 63
  • 64. Spring (Gay Art) Matthew Stradling: ¿El falo símbolo de masculinidad o de poder? ¿Qué no es la imagen falo? ¿Qué oculta o reprime el imaginario fálico? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 64
  • 65. ¿Qué es lo ausente en el imaginario y los discursos falocéntricos? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 65
  • 66. El Clítoris femenino, es ocultado, olvidado, eludido del discurso falocéntrico Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 66
  • 67. El falocentrismo psicoanalítico En 1923 en su artículo: La organización genital infantil, Freud afirma que en el desenlace de la sexualidad infantil “no hay un primado genital, sino un primado del falo”. En Sobre las transposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal de 1917 Expone la idea de que el falo pueda desplazarse de un significante a otro, en las equivalencias simbólicas entre pene-hijo-regalo-dinero. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 67
  • 68. El falocentrismo psicoanalítico Cuando Freud se refiere a la percepción de los órganos genitales por parte del varón o de la niña, remite a una captación imaginaria que no es suficiente para explicar la primacía fálica en la primera expresión psicológica de la diferencia entre los sexos. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 68
  • 69. El falocentrismo psicoanalítico Es decir que la percepción de la diferencia sexual anatómica no basta para que el niño y la niña ingresen a la fase fálica. Para que el órgano masculino tenga un papel importante en esta fase se requiere que se lo haya simbolizado como falo y sólo así el niño teme su pérdida y la niña quiere tenerlo. Es en el orden simbólico donde se inauguran todas las significaciones del tener o no tener que recaen sobre el cuerpo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 69
  • 70. El falocentrismo psicoanalítico Jacques Lacan, en 1958, en su texto La significación del falo, afirma que el falo no es una fantasía, ni es tampoco un objeto y menos aún es el órgano, pene o clítoris. Lacan distingue el falo imaginario del falo simbólico. El primero es la designación en la teoría de la imagen por la cual el sujeto se representa a sí mismo como no faltándole nada, es lo que completa la falta. Por su parte, el falo simbólico no es una imagen sino el significante de la falta, por ello puede ser sustituido por otra cosa que lo represente. Se lo puede tener, perder, dar, recibir... es sustituible. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 70
  • 71. El discurso falocentrista del psicoanálisis, pone en el centro al falo y muy en la periferia al clítoris, en centro al varón y muy en la periferia a la niña Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 71
  • 72. El falocentrismo psicoanalítico En el discurso psicoanalítico que el niño trata de salvar su miembro sexual y la niña tiene un juicio de inferioridad por su mutilado ¿Porqué Freud al plantear el Complejo de envidia de pene en las niñas y de castración en los niños da primacía a tener falo y al sentimiento de inferioridad por no tenerlo? ¿Porqué Freud propone que el orgasmo clitorídeo como imitación del orgasmo masculino?. De hecho, sugiere abandonarlo y cambiarlo por orgasmos uterino. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 72
  • 73. Ocultación falocentrica del clítoris El falocentrismo ha conllevado a un desconocimiento y ocultamiento de la anatomía y funciones del clítoris, inclusive entre las mujeres. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 73
  • 74. El temor falocéntrico a la sexualidad femenina y en particular al símbolo del clítoris, ha llevado a la mutilación de clítoris por razones culturales En todo el mundo Escisión del Escisión del entre 100 y 140 clítoris, clítoris, de los millones de niñas y tejidos adyacentes prepucio y (labios menores) y mujeres han padecido esta labios menores también de los labios mayores mutilación Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 74
  • 75. En las huellas de las prácticas falocéntricas agresivas de reprensión, ocultamiento y mutiliación de los órganos sexuales femeninos, se halla manifesto como ausencia en la presencia, el temor reprimido masculino a la sexualidad femenina. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 75
  • 76. Logocentrismo Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 76
  • 77. Logocentrismo Palabra inventada por Derrida para describir el sistema metafísico que acepta la escritura como secundaria, o suplementaria al habla. Derrida no esta de acuerdo con esto. Dice que la escritura, que se acepta en el logocentrismo como la imitación del habla puede expresar ideas más perfectamente que el habla, de esta manera socavando la relación jerárquica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 77
  • 78. Logocentrismo El logocentrismo pensado desde la lógica binaria hace patente en el pensamiento platónico (sensible / inteligible, opinión / conocimiento, engaño / verdad), la escritura se halla del lado oscuro y engañoso de la tabla, en la medida en que representa una materialización de la voz. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 78
  • 79. Logocentrismo Frente a la importancia concedida a la presencia en todo el logocentrismo, Derrida indica la necesidad de la ausencia y la diferencia: para que exista significación, la presencia del significado ha de estar “diferida”. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 79
  • 80. Logofonocentrismo Señala la relación necesariamente inmediata y natural del pensamiento (logos unido a la verdad y al sentido) con la voz (foné que dice el sentido). Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 80
  • 81. El fonocentrismo Está indicando que en la historia del pensamiento existe un privilegio concedido a la voz frente a la escritura. La voz ha sido considerada como una expresión directa del lenguaje, en la misma medida, la escritura ha sido signada con el estigma de lo derivado y de la materialidad. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 81
  • 82. “Se presiente desde ya que el fonocentrismo se confunde con la determinación historial del sentido del ser en general como presencia, con todas las sub-determinaciones que dependen de esta forma general y que organizan en ella su sistema y su encadenamiento historial (presencia de la cosa para la mirada como eidos, presencia como substancia/esencía/existencia [ousía] presencia temporal como punta [stigme] del ahora o del instante [nun], presencia en sí del cogito, conciencia, subjetividad, co-presencia del otro y de sí mismo, ínter-subjetividad como fenómeno intencional del ego, etc.). El logocentrismo sería, por lo tanto, solidario de la determinación del ser del ente como presencia. “ Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 82
  • 83. En la medida en que dicho logocentrismo no está totalmente ausente del pensamiento heideggeriano, lo mantiene quizá dentro de esta época de la onto- teología, dentro de esta filosofía de la presencia, es decir de la filosofía. Lo cual significaría tal vez que no se sale de la época cuya clausura puede esbozarse. Los movimientos de la pertenencia o de la no- pertenencia a la época son muy sutiles, las ilusiones son muy fáciles en este sentido como para que se pueda resolver aquí en definitiva. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 83
  • 84. Así la época del logos rebaja la escritura, pensada como mediación de mediación y caída en la exterioridad del sentido. A esta época pertenecería la diferencia entre significado y significante o, al menos, la extraña distancia de su “paralelismo” y la exterioridad, por reducida que sea, del uno al otro. Esta pertenencia está organizada y jerarquizada en una historia. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 84
  • 85. La diferencia entre significado y significante pertenece de manera profunda e implícita a la totalidad de la extensa época que abarca la historia de la metafísica, y de una manera más explícita y sistemáticamente articulada a la época más limitada del creacionismo y del infinitismo cristiano cuando éstos se apropian de los recursos de la conceptualidad griega. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 85
  • 86. Esta pertenencia es esencial e irreductible: no se puede conservar la utilidad o la “verdad científica” de la oposición estoica, y luego medieval, entre signans y signatum sin traer también a sí todas sus raíces metafísico-teológicas. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 86
  • 87. A estas raíces no sólo pertenece -y esto ya es mucho- la distinción entre lo sensible y lo inteligible con todo lo que ella domina, a saber, la metafísica en su totalidad. Y esta distinción es aceptada en general como algo sobreentendido por los lingüistas y semiólogos más atentos, por los mismos que piensan que la cientificidad de su trabajo comienza donde termina la metafísica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 87
  • 88. Pero a estas raíces metafísico-teológicas se vinculan muchos otros sedimentos ocultos. La “ciencia” semiológica o, más limitadamente, lingüística, no puede mantener la diferencia entre significante y significado -la idea misma de signo- sin la diferencia entre lo sensible y lo aquí inteligible, por cierto, pero tampoco sin conservar al mismo tiempo, más profunda e implícitamente, la referencia a un significado que pudo “tener lugar”, en su inteligibilidad, antes de toda expulsión hacia la exterioridad del aquí abajo sensible. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 88
  • 89. En tanto cara de inteligibilidad pura aquél remite a un logos absoluto al cual está inmediatamente unido. Ese logos absoluto era en la teología medieval una subjetividad creadora infinita: la cara inteligible del signo permanece dada vuelta hacia el lado del verbo y de la cara de Dios. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 89
  • 90. No se trata naturalmente de “rechazar” esas nociones: son necesarias y, al menos en la actualidad y para nosotros, nada es pensable sin ellas. Se trata ante todo de poner en evidencia la solidaridad sistemática e histórica de conceptos y de gestos de pensamiento que muchas veces se cree poder separar inocentemente. El signo y la divinidad tienen el mismo lugar y el mismo momento de nacimiento. La época del signo es esencialmente teológica. Tal vez nunca termine. Sin embargo, su clausura histórica está esbozada. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 90
  • 91. Différance (Diferancia) Palabra inventada por Derrida que se refiere a los dos significados simultáneos del verbo francés diferer. Este verbo corresponde al verbo español diferir: «dilatar, retardar o suspender la ejecución de una cosa; distinguirse una cosa de otra o ser diferente y de distintas o contrarias cualidades». (Diccionario RAE, primera edición, 1992). Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 91
  • 92. Différance (Diferancia) A cualquier palabra que se busque en el diccionario se le puede aplicar différance. En contra de la metafísica de la presencia, la deconstrucción tiene este (no) concepto, en tanto no es ni una palabra ni un concepto, denominando la no-coincidencia del significado, tanto sincrónicamente (differs) como diacrónicamente defers. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 92
  • 93. Différance (Diferancia) Todo concepto está por derecho y esencialmente inscrito en una cadena o en un sistema en el interior del cual remite al otro, a los otros conceptos, por un juego sistemático de diferencias. Un juego tal, la différance, ya no es entonces simplemente un concepto, sino la posibilidad de la conceptualidad, del proceso y del sistema conceptuales en general. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 93
  • 94. Différance (Diferancia) La différance, que no es un concepto, no es una mera palabra, es decir, lo que se representa como una unidad tranquila y presente, autorreferente, de un concepto y una fonía. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 94
  • 95. Différance (Diferancia) La différance es lo que hace, que el movimiento de la significación no sea posible más que si cada elemento llamado «presente», que aparece en la escena de la presencia, se relaciona con otra cosa, guardando en sí la marca [marque] del elemento pasado y dejándose ya hundir por la marca [marque] de su relación con el elemento futuro, no relacionándose la marca [trace] menos con lo que se llama el futuro que con lo que se llama el pasado, y constituyendo lo que se llama el presente por esta misma relación con lo que no es él: no es absolutamente, es decir, ni siquiera un pasado o un futuro como presentes modificados Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 95
  • 96. Différance (Diferancia) La palabra différance puede también servir para otros usos: inicialmente porque señala no sólo la actividad de la diferencia «originaria», sino también el rodeo temporalizador del diferir; sobre todo porque a pesar de relaciones de afinidad muy profunda que la diferancia así escrita mantiene con el discurso hegeliano, tal como debe ser leído, puede en un cierto punto no romper con él, lo que no tiene ningún tipo de sentido ni de oportunidad, sino operar en él una especie de desplazamiento a la vez ínfimo y radical Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 96
  • 97. El rastro, la huella, las huellas La idea de différance también trae con él la idea de rastro. Un rastro es eso que un signo differs/defers de…. Es la parte ausente de la presencia del signo. En otros términos, a través del acto de différance, un signo deja atrás un rastro, lo cual es todo aquello que se ha quedado después que todo lo presente ha sido considerado. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 97
  • 98. El rastro, la huella, las huellas Según Derrida, "el propio rastro no existe" (Derrida 1976, a las 167)", porque es auto- desrastrante. Es decir, "donde este se presenta, adviene su borramiento" . Porque todos los significantes que se aceptaron como el presente en el pensamiento Occidental, necesariamente contendrán los rastros del otro (ausente) significante, los significantes ni pueden ser totalmente lo presente ni totalmente lo ausente. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 98
  • 99. La huella La huella es el origen absoluto del sentido en general. Lo cual equivale a decir, una vez más, que no hay origen absoluto del sentido en general. La huella es la différance que abre el aparecer y la significación. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 99
  • 100. La huella Articulando lo viviente sobre lo no- viviente en general, origen de toda repetición, origen de la idealidad, ella no es más ideal que real, más inteligible que sensible, más una significación transparente que una energía opaca, y ningún concepto de la metafísica puede describirla. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 100
  • 101. La huella Una huella significante determinada, es afirmar que en el concepto decisivo de diferencia óntico- ontológica, todo no puede pensarse de un solo trazo: ente y ser, óntico y ontológico, “óntico- ontológico” serían, en un estilo original, derivados respecto de la différance, concepto económico que de signa la producción del diferir, en el doble sentido de esta palabra La diferencia óntico-ontológica y su fundamento (Grund) en la “trascendencia del Dasein” (Vom Wesen des Grundes) no serían absolutamente originarios. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 101
  • 102. Écriture (Escribir) En la deconstrucción, la palabra écriture (traducible como escribir) se destina para no referirse sólo a los sistemas de comunicación gráfica, sino más bien, a todos los sistemas habitados por el différance. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 102
  • 103. Écriture La escritura es la que organiza el juego de referencias significantes que hace posible el lenguaje: por ello, “la escritura incluye al lenguaje”. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 103
  • 104. Écriture Un término relacionado, el denomiando archi-écriture, se refiere al lado positivo de escribir, o escribiendo como un último principio, en lugar de derivado de Logos (el discurso). Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 104
  • 105. Écriture La “archiescritura” aparece como previa a las oposiciones de la metafísica: de allí la “gramatología” como ciencia del origen tachado y de la huella no originaria. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 105
  • 106. Écriture En otros términos, considerando que el Logos Occidental abarca la escritura, es igualmente válido ver el archi-écriture como abarcante de el Logos, y por consiguiente el discurso puede pensarse de como una forma de escribir: escribiendo en las olas de aire, o en la memoria del oyente o dispositivo de grabación, pero no hay ninguna dominación fundamental al trabajo. Esto, como descrito anteriormente, es en general un elemento de las críticas de Derrida contra el Falologocentrismo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 106
  • 107. Aporía Aporía viene del griego Aporía (απορια), es decir lo A-poros (α - πορος), o lo sin camino, lo no-pasable. La aporética es una estructura recurrente en el pensamiento de Derridá. El hueco entre la coherencia filosófica y lingüística de un texto, y las contradicciones y paradojas subversivas que socavan tal coherencia. Esto lleva a que un texto no pueda ser «decidido», de esa manera destruyendo el sistema o la estructura que lo define tradicionalmente. Derrida ve en esto aquello a lo cual que la filosofía debe aspirar. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 107
  • 108. Metafísico Palabra usada por Derrida para describir sistemas que requieren una base fija, un «principio primero» sobre cual se puede construir una jerarquía de significados. La interpretación deconstructiva, sostiene que toda la historia de la filosofía Occidental y su lenguaje y tradiciones, ha enfatizado el deseo para el acceso inmediato al significado, y así construir una metafísica u onto-teología, con base en la actitud de privilegiar la presencia sobre la ausencia. Derrida describe su tarea como el interrogatorio o deconstrucción de esta tendencia metafísica en la filosofía. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 108
  • 109. Lilac-spit (Gay Art) Matthew Stradling Desiminar (¿Eyacular?) Derridá metaforiza el concepto de desiminiación con la pluralidad y repartición diferenciativa de los significados de un texto. Es el desplazamiento de los supuestos hermenéuticos que salvaguardan el privilegio ontológico y semántico del texto y de la autocracia del autor (fálico) 109 Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor
  • 110. La diseminación Es esa «imposible reapropiación (monocéntrica, paterna, familiar) del concepto y del esperma», esto es, como lo que no vuelve al padre, supone un riguroso desplazamiento de los supuestos hermenéuticos que salvaguardan el privilegio ontológico y semántico del texto y de la autocracia del autor (como padre- creador y guardián a la vez del sentido único y verdadero del texto) y legitiman la búsqueda y garantía del origen como fundamento último de la razón patriarcal. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 110
  • 111. La diseminación La escritura, entonces, dispersa la palabra viva, la disemina con respecto al padre, ese falo que se erige significante último de todos los significados posibles (falocentrismo). Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 111
  • 112. La diseminación La diseminación implicaría el esparcir hacia nadie, hacia lo anónimo, las semillas cogidas quizás al azar del montón mezclado de todas las semillas desgranadas y desparramadas de los frutos recolectados. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 112
  • 113. La diseminación En un último análisis, diseminación no significa nada, y no puede reunirse bajo una definición unificadora…la fuerza y la forma que produce hace explotar el horizonte semántico…y describe una multiplicidad irreducible y generativa. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 113
  • 114. Significado Significado Significado Significado Significado Significante Significado Significado Significado La diseminación: explosión de significados Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 114
  • 115. Suplemento, carencia originaria, y envaginación La palabra suplemento se toma del filósofo Jean Jacques Rousseau, que la definió como “una extra inesencial añadida a algo que está completo en su mismo”. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 115
  • 116. Suplemento, carencia originaria, y envaginación. De acuerdo con Derrida, el pensamiento Occidental se caracteriza por "la lógica de suplementación", la cual se fundamenta actualmente en dos ideas aparentemente contradictorias. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 116
  • 117. Suplemento, carencia originaria, y envaginación De una perspectiva, un suplemento sirve reforzar la presencia de algo que ya está completo y autosuficiente. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 117
  • 118. Suplemento, carencia originaria, y envaginación Así, escribir es el suplemento de discurso, Eva era el suplemento de Adán, y la masturbación es el suplemento de "sexo natural." Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 118
  • 119. Suplemento, carencia originaria, y envaginación Pero simultáneamente, según Derrida, la idea Occidental del suplemento tiene dentro, la idea que una cosa que es un suplemento no puede ser verdadera, "completa en sí misma". Si estuviera completo sin el suplemento, no debe necesitar, o buscar, el suplemento. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 119
  • 120. Suplemento, carencia originaria, y envaginación El hecho que una cosa puede añadirse-a para ser aun más "presente" o "entera", significa que hay un agujero (el cual Derrida llamará “carencia originaria”) y el suplemento puede llenar ese agujero. Derrida la denomina como envaginación Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 120
  • 121. ¿Cuál es la carencia originaria del discurso de Miguelito?, ¿Cuál es el complemento? ¿Cómo lo envagina Mafalda?, ¿Cómo complementa su discurso? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 121
  • 122. Vagina símbolo de Derridá de “carencia originaria” que tiene su complemento, su envaginación. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 122
  • 123. Envaginación: El suplemento temporal de la carencia originaria Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 123
  • 124. Suplemento, carencia originaria, y envaginación De esta perspectiva, el suplemento no refuerza algo de la presencia, sino subraya su ausencia. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 124
  • 125. Suplemento, carencia originaria, y envaginación Así, lo que realmente pasa durante la suplementación, es que algo aparece para completar algo. El suplemento actúa como un accesorio externo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 125
  • 126. Suplemento, carencia originaria, y envaginación Sin embargo, desde otra perspectiva, el suplemento llena también un agujero dentro del interior del original de "algo". Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 126
  • 127. Suplemento, carencia originaria, y envaginación Así, el suplemento representa una indeterminación entre la externalidad y la interioridad. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 127
  • 128. El himen La palabra himen se refiere a la interacción entre dentro y fuera de. El himen es la membrana de intersección dónde viene a ser imposible distinguir si la membrana está en el interior o el exterior. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 128
  • 129. Himen: diversas formas Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 129
  • 130. El himen Y en la ausencia del himen (como en, una vez el himen se penetra), la distinción entre dentro de y fuera de desaparece. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 130
  • 131. Sin himen se relativizan lo exterior y lo interior Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 131
  • 132. El himen En cierto modo, así el himen es ni interior ni fuera de, y ambos dentro de y fuera de. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 132
  • 133. El himen es ni interior, ni fuera de, y ambos dentro de y fuera de Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 133
  • 134. Imposibilidad de decidir La incapacidad de escoger entre significados contradictorios. Derrida cita la palabra «himen», que representa el matrimonio y la unión sexual, y al mismo tiempo significa la membrana que impide esta unión. Derrida dice que no se puede aceptar uno de estos significados sin el otro. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 134
  • 135. Farmakon La palabra Farmakon se refiere al punto localizado entre lo que cura y y lo que envenena. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 135
  • 136. Farmakon Deriva de una palabra griega antigua, y que fue usada por Platón en el Fedro y en el Fedón, la cual tenía un significado indecidible y qué podría traducirse para significar cualquier cosa entre, una droga, una receta, un hechizo, una medicina, o un veneno. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 136
  • 137. La metáfora Si la escritura de Derrida es difícil de incluir en el género «filosófico», es porque parece practicar la metáfora contra el concepto. No es que la metáfora sea, en sí, no filosófica, sino que el concepto de «metáfora» desplegado por la filosofía (porque «metáfora» es el nombre de un concepto filosófico) se manifiesta dándole un lugar, aunque sea secundario, que evidentemente no posee en el texto de Derrida. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 137
  • 138. Se puede, a la manera clásica, ilustrar las proposiciones conceptuales mediante metáforas, pero, en teoría se debería poder decir lo que haya que decir en filosofía sin utilizarlas. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 138
  • 139. De ahí, por ejemplo, en parte, el topos filosófico de la imperfección de las lenguas «naturales» y la necesidad de un lenguaje más claro y menos ambiguo, si es preciso una notación lógica «artificial». Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 139
  • 140. No es difícil ver por qué una tradición estructurada en torno al valor de la presencia desconfía de la metáfora, que habla de forma oblicua, aprovecha connotaciones laterales insinúa cosas sin decirlas en realidad, sugiere ideas sin hacerlas explícitas. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 140
  • 141. Esta otra tradición no sólo reivindica el derecho a la metáfora, sino que lleva la austera tradición conceptual a su propia verdad metafórica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 141
  • 142. Ahora bien, existe toda una tradición que, aun así, desearía conducir de nuevo la filosofía a su verdad olvidada en la metáfora. Es importante no equivocarse aquí, porque, a menudo, se ha asimilado al propio Derrida con esta tradición («artística»), cuando no pertenece a ella en absoluto. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 142
  • 143. En este sentido, todos los conceptos filosóficos poseen raíces etimológicas en lo sensible, y que su empleo como conceptos no es posible sino a condición de olvidar el movimiento metafórico que los ha alejado de su sentido original y de olvidar ese olvido. El mundo inteligible de la metafísica no sería más que una transferencia analógica del mundo sensible de la física. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 143
  • 144. De ese modo, al transcribir una frase filosófica en su «verdadero» sentido, su sentido original, se puede, por ejemplo, transformar la frase «El alma posee a Dios en la medida en que forma parte de lo absoluto» en «La inspiración se posa sobre aquel que brilla en el arbusto del don que recibe en lo que está totalmente desligado». Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 144
  • 145. Esta transcripción da al discurso filosófico el aire de un mito oriental, desenmascara la impostura filosófica de no comprender que su lógos no es más que un mythos («la mitología blanca») entre otros, por más que intente imponerlo arbitraria y violentamente como la Razón misma. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 145
  • 146. El discurso filosófico, en su aparente seriedad, no estaría formado sino por metáforas olvidadas o usadas, una patraña especialmente gris y triste, engañada hasta el punto de proponerse como la auténtica verdad. Se ve todo lo tentadora que una lectura semejante puede ser para una crítica de la filosofía a partir de las ciencias humanas o de la literatura. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 146
  • 147. Derrida también menciona muy a menudo la etimología de los términos que lee o qué emplea; escribe, por lo menos a veces, en un lenguaje que aprovecha giros inadmisibles para la filosofía, aunque sólo sea porque desafían cualquier intento de traducirlos, cuando la filosofía debería ser absolutamente traducible, en teoría. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 147
  • 148. El propósito de Derrida no es criticar la filosofía por su empleo de las metáforas, ni criticar a los críticos que hacen esa crítica, sino, como siempre, mostrar la complicidad fundamental que une aquí los dos campos. «La Mythologie blanche» ha desconcertado a sus lectores porque no se ha prestado suficiente atención a su estructura argumentativa: en resumen, no se ha leído de manera suficientemente filosófica, y ésa es la matriz de todas las malas lecturas de Derrida (ya se presenten en su pro o en su contra). Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 148
  • 149. Se decide por adelantado, que él está contra la filosofía, o la razón, o el sentido, o el concepto, o Hegel y, por tanto, no se lee más que lo que puede acomodarse a esta hipótesis inicial. Habría que leer a Derrida, más bien, de manera ultrafilosófica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 149
  • 150. En realidad, la mayor parte de «La Mythologie blanche» está afectada de un «como si» (es decir, una especie de giro metafórico) producido por un argumento formal casi al principio: se establece inmediatamente que no se podría dominar la filosofía o afirmar su verdad basándose en la metáfora, pero el resto del ensayo toma esta ley formal (que volveremos a establecer dentro de un instante) por una hipótesis provisional, para mejor rastrear su destino histórico. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 150
  • 151. La retirada de la metáfora Todo intento de sobrepasar la metafísica recurriendo al concepto de metáfora tiene que fracasar, porque dicho concepto es esencialmente metafísico. Si se explica toda la filosofía a partir de este concepto, no se explica toda la filosofía, porque se retira el concepto de metáfora del objeto que se explica, precisamente para explicarlo, por lo que elude la explicación que parecía permitir. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 151
  • 152. La retirada de la metáfora M. Heidegger en Das Metaphorische gibt es nur innerhalb der Metaphysik, señaló: “Lo metafórico sólo se da dentro de la metafísica” Derrida argumenta lo siguiente “Lo que Heidegger llama la metafísica corresponde a una retirada del ser. En consecuencia, la metáfora en cuanto concepto llamado metafísico corresponde a una retirada del ser. El discurso metafísico, que produce y contiene el concepto de metáfora, es él mismo quasi metafórico con respecto al ser: es, pues, una metáfora que engloba el concepto estrecho-restringido-estricto de metáfora que, por sí mismo, no tiene otro sentido que el estrictamente metafórico.” Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 152
  • 153. La retirada de la metáfora Sin embargo, de acuerdo con los criterios de este tipo de explicación, hay que admitir que «metáfora» es, en sí misma, una metáfora (cuyo «verdadero sentido» sería, por ejemplo, «transporte»), cosa que no puede hacerse so pena de privarse de la explicación que nos habíamos prometido, al volver a introducir en el campo que hay que explicar el concepto que supuestamente debe proporcionar esa explicación. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 153
  • 154. La retirada de la metáfora «Metáfora», pues, falta en el campo y sobra en relación con el campo. Suplemento, casi trascendental. Ya no hay metáfora. Y si aceptamos que la idea de la huella hace imposible la pretensión de sustraer así un concepto solo, sin que arrastre a otros detrás (el concepto de concepto, por ejemplo), vemos que todo intento de este género debe ser vano. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 154
  • 155. La retirada de la metáfora Es también la razón de que las ciencias humanas corran siempre el peligro de encontrarse más con el estorbo de la metafísica que de cualquier filosofía, pero es, al mismo tiempo, el double bind constitutivo de la filosofía, que no se deja comprender por otra cosa que no sea ella misma pero que no puede comprenderse por sí sola, puesto que no es más que el esfuerzo de hacerlo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 155
  • 156. El nombre propio El nombre propio debería garantizar una cierta conexión entre lenguaje y mundo, en la medida en que debería designar a un individuo concreto, sin ambigüedad, sin necesidad de pasar por los circuitos de la significación. Incluso si aceptamos que la lengua está compuesta de diferencias y, por tanto, de huellas, parece que el nombre propio que forma parte del lenguaje, señala directamente al individuo al que da nombre. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 156
  • 157. Esta posibilidad de designación con nombre propio tiene que ser el verdadero prototipo del lenguaje y, como tal, puede determinar el telos de este último: por complicadas que se hayan vuelto nuestras necesidades en materia de lenguaje, el ideal regulador puede y debe seguir siendo el de dar nombre propio, incluso a la verdad misma, en última instancia Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 157
  • 158. Lo que denominamos «nombre propio» es, pues, siempre impropio, y el acto de nombramiento que se desearía como origen y prototipo del lenguaje supone la escritura en el sentido amplio que da a tal palabra Derrida. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 158
  • 159. El acto de nombrar violenta la presunta unidad que se supone que debe respetar, da existencia y la retira al mismo tiempo, el nombre propio borra el propio que anuncia, se rompe o se anula, es la oportunidad de la lengua, destruida inmediatamente: nombrar desnombra, el nombre propio despoja, desapropia, expropia en lo que se llamará finalmente abismo de lo propio o de lo único; y si se quiere designar ese «origen» con el nombre de Dios, el mejor nombre propio, el más propio, se arrastra a Dios en la violencia de la diferencia, se le convierte en el nombre de quien me desposee de mí mismo, el nombre de la confusión originaria de los nombres, Babel, Locuras. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 159
  • 160. La firma Mi nombre propio me sobrevive. Después de mi muerte, aún se me podrá nombrar, hablar de mí. Como todo signo, incluido «yo», el nombre propio incluye la. posibilidad necesaria de poder funcionar en mi ausencia, de despegarse de su portador; y, de acuerdo con la lógica que ya hemos experimentado, se debe poder llevar esa ausencia a un absoluto que denominamos muerte. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 160
  • 161. Se dirá por consiguiente, que, incluso estando yo vivo, mi nombre señala mi muerte. Es ya portador de la muerte de su portador. Es ya el nombre de un muerto la memoria anticipada de una desaparición Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 161
  • 162. La señal que me identifica, que me hace ser yo y no otro, me desapropia inmediatamente al anunciar mi muerte y al separarse a priori del mismo yo que ella constituye o garantiza. Romeo no es el portador separable del nombre «Romeo» más que en la medida en que así se ve desnombrado. La firma, y eso es precisamente lo que la distingue del nombre propio en general, intenta recuperar lo propio de lo que se ha visto desapropiar rápidamente en el nombre. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 162
  • 163. Tímpano Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 163
  • 164. Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filósofo, poeta y filólogo alemán, cuyo pensamiento está considerado como uno de los más radicales, ricos y sugerentes del siglo XX. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 164
  • 165. Friedrich Nietzsche (1844-1900) Su obra: “Así habló Zaratustra” (1884), narra los discursos que Zaratustra pronuncia entre los hombres para anunciar su nueva doctrina. Cada una de las partes relata sucesivos “descensos” que Zaratustra realiza desde su retiro en la montaña para relatar a los hombres su nuevo pensamiento. Zaratustra es una figura simbólica de la nueva filosofía que el autor pretendía desarrollar, y Nietzsche se denomina a sí mismo el “poeta de Zaratustra”. En ella expuso algunas de las tesis fundamentales de su pensamiento más maduro, como: La muerte de Dios, La Voluntad de Poder, El Eterno retorno y el Superhombre Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 165
  • 166. J. Derrida: Tímpano La filosofía siempre se ha atenido a esto: pensar su otro. Su otro: lo que limita y de lo que deriva en su esencia su definición, su producción. Pensar su otro: viene a ser sólo relevar (aufheben) aquello de lo que ella deriva, a no abrir la marcha de su método más que para pasar el límite? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 166
  • 167. ¿O bien el límite, oblicuamente, por sorpresa, reserva todavía un golpe más al saber filosófico? Límite/pasaje. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 167
  • 168. ¿Es una artimaña que no sea razón para impedir a la filosofía hablar una vez más de sí misma, prestar sus categorías al logos del otro, fingiendo sin tardanza, sobre la página doméstica de su propio tímpano (siempre el tambor amortiguado, tympanon, tela tendida, sostenida para recibir los golpes, para amortiguar las impresiones, para hacer resonar los tipos [typoi], para equilibrar las presiones que golpean del typtein, entre el adentro y el afuera) una percusión heterogénea? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 168
  • 169. ¿Podemos penetrar violentamente su campo de escucha sin que al punto, fingiendo incluso la ventaja, la filosofía, si escuchamos lo que se dice de ella, si decodificamos el enunciado, lo haga resonar en ella, se apropie de su emisión, se lo comunique familiarmente entre el oído interno y el oído medio, según la vía de una trompa o de una ventana interior, sea redonda u oval? . Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 169
  • 170. Dicho de otro modo, ¿se puede hacer estallar el tímpano de un filósofo y continuar haciéndose oír por él? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 170
  • 171. Filosofar con un martillo. Zaratustra comienza por preguntarse si será necesario estallarles, romperles los oídos (Murz man ihnen erst die Ohren zerschlagen), a golpes de címbalos o de tímpanos, instrumentos, siempre, de alguna dionisiada. Para enseñarles también a «oír con los ojos». Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 171
  • 172. Para transformar efectivamente, prácticamente, lo que se describe (timpaniza*), será preciso todavía ser oído en él y desde este momento someterse a la ley del martillo interior?. *Tympaniser tiene una doble significación: «criticar», «anunciar a bombo y platillo», que aquí se aúna con el recuerdo «sonoro» de «tímpano», como elemento auditivo Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 172
  • 173. Si tomamos el relevo del martillo interior, nos arriesgamos entonces a dejar participar al discurso más ruidoso en la economía más serena, menos perturbada, mejor servida, de la ironía filosófica. Es decir, ejemplos no faltan hoy de este tamborileo metafísico, que al aceptar este riesgo no se arriesga nada. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 173
  • 174. El martillo, es sabido, pertenece a la cadena de los huesecillos, con el yunque y el estribo. Se aplica a la superficie interna de la membrana del tímpano. Su papel es siempre de mediación y de comunicación: transmite las vibraciones sonoras a la cadena de los huesecillos luego al oído interno. Bichat le había reconocido otra función paradójica. Este huesecillo protegería al tímpano al actuar sobre él: «Sin él el tímpano sería El martillo dolorosamente afectado en las vibraciones provocadas por sonidos demasiado potentes.» Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 174
  • 175. El martillo puede, pues, amortiguar los golpes, ensordecerlos en el umbral del oído interno, éste -el laberinto- comprende un vestíbulo, canales semicirculares, un caracol (con sus dos barandas), o sea dos órganos de equilibrio y un órgano de audición. Penetraremos acaso más lejos. Basta con notar por el momento el papel del oído medio: tiende a igualar la resistencia acústica del aire y la de los líquidos laberínticos, a equilibrar las presiones El martillo internas y las presiones externas. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 175
  • 176. Ciertamente, salvo si se escribe esta relación siguiendo el modo de una no-relación del cual sería simultáneamente u oblicuamente demostrado - sobre la superficie filosófica del discurso- que ningún filosofema habrá nunca sido aderezado para doblegársele o traducirlo. Esto no se puede escribir sino según una deformación del tímpano filosófico. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 176
  • 177. Sabemos que la membrana del tímpano, tabique delgado y transparente, que separa el conducto auricular del oído medio (la caja), está tendido oblicuamente (loxôs). Oblicuamente de arriba abajo, de afuera adentro y de adelante atrás. No es, pues, perpendicular al eje del conducto. Uno de los efectos de esta oblicuidad es aumentar la superficie de impresión y, por tanto, la capacidad de vibración. Se ha observado, en particular en los pájaros, que la finura del oído está en relación directa con la oblicuidad del tímpano. El tímpano bizquea. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 177
  • 178. Tímpano, Membrana timpánica Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 178
  • 179. Consecuencia: dislocar el oído filosófico, hacer trabajar el loxôs en el logos, es evitar la contestación frontal y simétrica, la oposición en todas las formas de la anti-, inscribir en todos los casos el antismo y el cambio, la denegación doméstica, en una forma completamente distinta de emboscada, de lokhos, de maniobra textual. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 179
  • 180. ¿Se puede tratar de la filosofía (la metafísica, incluso la onto- teología) sin dejarse ya dictar, con esta pretensión de unidad y unicidad, la totalidad inatacable e imperial de un orden? ¿Si hay márgenes, hay todavía una filosofía, la filosofía? Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 180
  • 181. No hay respuesta, pues. Quizá ni siquiera una pregunta, a fin de cuentas. La correspondencia copulante, la oposición pregunta/respuesta está ya alojada en una estructura, envuelta en el hueco de un oído donde nosotros queremos ir a ver. Saber cómo se ha hecho, cómo se ha formado, cómo funciona. Y si el tímpano es un límite, se trataría quizá menos de desplazar este límite determinado que de trabajar en el concepto de límite y en el límite del concepto. De hacerla salir en varios golpes de sus casillas. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 181
  • 182. ¿Pero qué es una casilla (significado: para hacer razonar en todos los sentidos)? Así pues, ¿a qué pregunta de derecho fiarse si el límite en general, y no sólo aquel del que se cree es una cosa muy particular entre otras, el tímpano, es estructuralmente oblicuo? ¿Si no hay límite en general? ¿forma derecha y regular del límite? Como todo limus, el limes, camino de través, significa lo oblicuo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 182
  • 183. Pero se trata incansablemente del oído, de este órgano distinto, diferenciado, articulado, que produce el efecto de proximidad, de propiedad absoluta, el borrarse idealizante de la diferencia orgánica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 183
  • 184. Es un órgano cuya estructura (y la sutura que lo sujeta a la garganta) produce la engañifa tranquilizadora de la indiferencia orgánica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 184
  • 185. Basta con olvidarlo -y para ello con abrigarse como en la más familiar morada- para clamar contra el fin de los órganos, de los otros. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 185
  • 186. Pero se trata incansablemente del oído. No sólo de la pared abrigada del tímpano, sino del conducto vestibular. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 186
  • 187. Pero se trata incansablemente del oído. No sólo de la pared abrigada del tímpano, sino del conducto vestibular. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 187
  • 188. Podremos todavía considerar, por supuesto, para tranquilizarnos que el «vértigo laberíntico» es el nombre de una enfermedad bien conocida y bien determinada, el problema local de un órgano particular. Esto es - otro tímpano. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 188
  • 189. ¿Cuál es la resistencia específica del discurso filosófico a la deconstrucción? Es el dominio infinito que parece asegurarle la instancia del ser (y de lo) propio; ello le permite interiorizar todo límite como algo que es como siendo el suyo propio. Excederlo al mismo tiempo y así guardarlo en sí. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 189
  • 190. Ahora bien, en su dominio y su discurso sobre el dominio (pues el dominio es una significación que todavía le debemos), el poder filosófico parece siempre combinar dos tipos. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 190
  • 191. Por una parte una jerarquía: las ciencias particulares y las ontologías regionales son subordinadas a la ontología general luego a la ontología fundamental . Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 191
  • 192. Desde este punto de vista, todas las preguntas que solicitan el ser y lo propio descomponen el orden que somete los campos determinados de la ciencia, sus objetos formales o materiales (lógica y matemática o semántica, lingüística, retórica, ciencia de la literatura, economía política, psicoanálisis, etc.), a la jurisdicción filosófica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 192
  • 193. Son previas con derecho a la constitución, en estos dominios (que no son simplemente dominios, regiones circunscritas, delimitadas y asignadas del afuera y de más arriba), de un discurso teórico riguroso, sistemático y consecuente. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 193
  • 194. Son previas con derecho a la constitución, en estos dominios (que no son simplemente dominios, regiones circunscritas, delimitadas y asignadas del afuera y de más arriba), de un discurso teórico riguroso, sistemático y consecuente. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 194
  • 195. Por otra parte, una envoltura: el todo está implicado, en el modo especulativo de la reflexión y de la expresión, en cada parte. Homogéneo, concéntrico, circulando indefinidamente, el movimiento del todo se nota en las determinaciones parciales del sistema o de la enciclopedia, sin que el status de esta observación y la partición de la parte den lugar a una deformación general del espacio. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 195
  • 196. La filosofía, acaso, no ha podido nunca razonar sobre esta multiplicidad, al estar ella misma situada, inscrita, comprendida en ella. Habrá buscado sin duda la regla tranquilizadora y derecha, la norma de esta polisemia. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 196
  • 197. Se habrá preguntado si un tímpano es natural o construido, si no se vuelve siempre a la unidad de una tela tendida, bordeada, encuadrada, que vigila sus márgenes como un espacio virgen, homogéneo y negativo, dejando fuera su afuera, sin marca, sin oposición, sin determinación, preparado como la materia, la matriz, la khôra, a recibir y a repercutir los tipos, esta interpretación habrá sido verdadera, la historia misma de la verdad tal como en suma es un poco contada en este libro. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 197
  • 198. Pero lo que sin duda no puede presentarse en el espacio de esta verdad, lo que no puede dejarse oír o leer, o ver, aunque fuera en el «triángulo luminoso» o el oculus del tímpano, es que esto, un tímpano, estalle o se injerte. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 198
  • 199. Tímpano Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 199
  • 200. Y esto, de cualquier manera que se escriba, resiste a los conceptos de máquina o de naturaleza, de corte o de cuerpo, a la metafísica de la castración tanto como a su revés parecido, la denegación de los rousseauismos modernos en su vulgaridad tan académica. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 200
  • 201. Definimos una palabra a través de lo que no es (como difiere/es diferente de otras palabras) que ayuda a delimitar las posibilidades del significado. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 201
  • 202. Ejemplo: Si digo que estoy pensando en un animal, hay muchas posibilidades, puede ser cualquier animal, pero inicialmente se descuentan las plantas, los minerales etc. Si luego digo que este animal tiene cuatro patas, ya eliminamos pájaros, peces etc. Y así seguimos hasta que, a través de un sistema de diferencias llegamos limitar las posibilidades hasta averiguar el animal. Pero la posibilidad de significado se difiere (se suspende) ya que todas las palabras se definen a través de otras palabras, que también necesitan definición, etc. Quiere decir, sabemos qué animal es, pero no porque tenga un significado sino porque hemos eliminado todos los significados diferidos que no es. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 202
  • 203. Los sistemas jerárquicos basados en un «principio primero» (En el sentido que no se pueden reducir más) pueden ser derrotados porque lo que pensamos que es un principio primero es solamente el producto de un sistema de significación, no una verdad absoluta. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 203
  • 204. Por ejemplo: Se podría decir que «blanco» es un principio primero, porque creemos saber exactamente lo que es «blanco», y parece ser irreducible. Pero en realidad, solo podemos definir «blanco» a través de lo que no es. Es «blanco» porque no es «negro». Pensamos que «blanco» es una realidad absoluta porque el sistema en que vivimos le da valor a «blanco», es decir, tiene su posición en la jerarquía simbólica de nuestra sociedad. Pero según los deconstruccionistas, la identidad de «blanco» depende totalmente de «negro». No podemos definir «blanco» sin «negro». La diferencia entre «blanco» y «negro» existe antes que la identidad de «blanco», entonces, es la diferencia el principio primero, no la identidad. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 204
  • 205. • Los principios generalmente se definen a través de lo que excluyen • Entonces, caben bajo el nombre de oposiciones binarias. • Por ejemplo • hombre sobre mujer • día sobre noche • realidad sobre fantasía • razón sobre sentimiento • habla sobre escritura • presencia sobre ausencia • identidad sobre diferencia • lleno sobre vacío • significado sobre insignificante • mando sobre sumisión • vida sobre muerte Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 205
  • 206. Derrida argumenta en “De la Gramatología” (1976), que en cada casi, las palabras en la primera columna tienen mayor valor en nuestra sociedad, y por eso las definimos como verdad, originales, auténticas y superiores, mientras las palabras en la segunda columna son consideradas un suplemento, un elemento de importancia secundaria, derivadas, o incluso “parasitarias”. Estas oposiciones binarias, o “jearquías violentas”, y otras de este tipo, deben ser reconstruidas. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 206
  • 207. Derrida y las artes visuales Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 207
  • 208. Vincent Van Gogh: Autoretrato con oreja cortada Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 208
  • 209. Vincent Van Gogh: Habitación Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 209
  • 210. Vincent Van Gogh: Campo de olivos Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 210
  • 211. Cuando vemos un cuadro de Van Gogh, el modo en que la obra está impregnada del cuerpo de Van Gogh. Existe una innegable provocación que podemos identificar en lo que Van Gogh ha pintado y firmado, y que es tanto más violenta e innegable por cuanto éste no se halla presente. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 211
  • 212. Eso significa que el cuerpo mismo de Van Gogh que impregna sus obras está lo más violentamente implicado e inserto en el momento de pintar porque no está presente durante el acto, porque el cuerpo mismo se escinde o, digamos, se rompe por la no presencia, por la imposibilidad de identificarse consigo mismo, de ser simplemente Van Gogh Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 212
  • 213. Y así, lo que yo llamaría el cuerpo -me alegro de hablar sobre el cuerpo desde este punto de vista- no es una presencia. El cuerpo es, cómo decirlo, una experiencia en el sentido de la palabra más móvil [voyageur]. Es una experiencia de contexto, de disociación, de dislocaciones. Veo a un Van Gogh dislocado, a alguien que se disloca al realizar algo. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 213
  • 214. Me refiero a Van Gogh en términos de firma -y no hablo de firma en el sentido de que aparezca añadido su nombre, sino en el sentido de que él firma mientras pinta-, y mi relación con la firma de Van Gogh es algo extremadamente violento tanto para él como para mí, porque también arrastra a mi propio cuerpo -supongo que cuando usted habla del cuerpo se refiere también al suyo propio- y a algo extremadamente ineluctable, innegable y apasionado. Estoy entregado al cuerpo de Van Gogh como él estaba, arrebatado por la experiencia. Incluso más entregado, porque ninguno de aquellos cuerpos está presente. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 214
  • 215. La presencia significaría la muerte. Si la presencia fuera posible, en el sentido pleno de un ser que es ahí donde está, que se aparece pleno ahí donde está, si esto fuera posible, no existirían ni Van Gogh ni la obra de Van Gogh ni la experiencia que nosotros podamos tener de su obra. Si todas estas experiencias, obras o firmas son posibles, se debe al hecho de que la presencia no ha logrado estar ahí y aparecer convocada plenamente ahí. O, si quiere, el tener lugar, el «estar ahí», sólo existe a partir de esta obra hecha de trazos que se disloca a sí misma. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 215
  • 216. Deconstrucción y Latinoamérica Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 216
  • 217. Como se puede deducir de lo expuesto acerca de la estrategia de la desconstrucción, ésta se orienta hacia un desenmascaramiento del pensamiento occidental, los ideales metafísicos tradicionales y la violencia que han ejercido a lo largo de la historia. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 217
  • 218. La deconstrucción interviene desestabilizando el discurso de la razón y el progreso introduciéndose en su falta de fundamento último, ya que la Deconstrucción debe “confrontar todo orden instituido con la radical contingencia de sus fundamentos, no para hallar su sin sentido originario sino para traspasarlo y acceder a la instancia en la cual el sentido y el sin sentido se entrelazan” Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 218
  • 219. La deconstrucción desenmascara las oposición Hegemónico-subalterno, señala su estructura jerárquica violenta, y la invierte. La lleva a la experiencia de la indecidibilidad al revelar que la posibilidad del ejercicio del poder es a la vez la condición de su imposibilidad. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 219
  • 220. Ernesto Laclau escribe acerca de la oposición poder-libertad: “aquello que limita la libertad –el poder- es también lo que la hace posible. (...) Esto significa que una sociedad totalmente libre –de la cual el poder hubiera sido eliminado- y una que fuera enteramente no-libre son conceptos equivalentes”. Rodolfo-J. Rodríguez-R. E-mail: rodolfor@cariari.ucr.ac.cr / U.R.L.: http://cariari.ucr.ac.cr/~rodolfor 220