1. Martín Fierro para el siglo XXI
Por Roald Halter Dreher
Hace más de ciento cuarenta años se publicaba por primera vez la ida
del Martín Fierro de José Hernández, y años más tarde, la vuelta de este
gaucho pampeano del primer siglo de la Nación Argentina. Nacido como grito
de protesta ante las injusticias sufridas por los más desgraciados, ha
atravesado los tiempos llegando a nuestros días aportando cúmulos de
sabiduría popular.
La obra fue concebida en la mente del genial Hernández, un hijo de
estancieros de la provincia de Buenos Aires que tuvo la posibilidad de vivir
entre la gente de campo, compartir el quehacer diario de la población rural del
siglo XIX y conocer detalladamente la vida del gaucho pampeano. A través de
sus más de siete mil versos exquisitos encontramos retratada la vida de un
arquetípico gaucho que lucha por sobrevivir dentro de una Nación en formación
que no lo ampara ni reconoce como ciudadano y que lo arrastra hacia los
límites mismos de la civilización.
Martín Fierro es un canto sostenido a lo largo de toda la obra y del
tiempo. La voz de un hombre golpeado por la vida pero que no se apaga. Es
por momentos una canción de regocijo, frente a las dichas de una existencia
errante, pero mayormente la voz reflexiva y entristecida de quien ha padecido
mucho aunque ha logrado capitalizar lo vivido y ahora, volviendo la vista hacia
atrás recuerda, esboza y medita. Martín Fierro es un sobreviviente. Ha tenido
que huir para salvar su propia vida en múltiples ocasiones. Su andar, por
momentos a tientas por la extensión de la pampa, ha transitado las penurias de
un hombre que pasa de repente a no tener nada, sufre su desdicha en manos
2. de un gobierno que lo considera barbarie, un paria de la sociedad y que lo
arrastra fuera de la ley, a vivir entre los incivilizados.
Fierro canta retrospectivamente. Viaja en el tiempo apelando a sus
recuerdos con la ayuda de los santos del cielo a los que pide le refresquen la
memoria una vez decidido a narrar su historia de vida. Hernández excava en lo
más recóndito de la mente de Fierro y en forma de sextinas, haciendo uso de
un vocabulario gauchesco, corriente, narra escenas pasadas de la vida de un
gaucho que sin lugar a dudas representa a muchos de su clase.
Más de un siglo ha transcurrido desde que se publicó por primera vez
esta obra, en una época fundacional de la República Argentina. Hernández
tomó la voz clara y resonante del gaucho pampeano con la finalidad de poner
de forma escrita lo que sucedía en los campos y en la frontera de una nación
que se estaba aún gestando. El Martín Fierro es una canción de denuncia que
no ha perdido vigencia.
A lo largo de toda esta composición músico literaria argentina,
latinoamericana, se observa cómo la difícil vida que le ha tocado en suerte a un
hombre de campo, joven, inquieto, impulsivo y hasta rebelde a veces, lo va
curtiendo, va moldeando su existencia, su carácter, llevándolo a la madurez
que se refleja en las páginas finales de la obra.
Se puede decir con toda seguridad que no es el mismo gaucho el que
encontramos en la ida que en la vuelta. La división de la obra en dos no es
meramente organizativa. Uno es el Fierro que se va, muy distinto del que
vuelve. Las dificultades de la vida en el desierto, el destierro y las penas hacen
nacer de las entrañas de la pampa un nuevo gaucho que es digno de ser oído y
3. lo que tiene para decir es un discurso que traspasa las fronteras de la pampa y
que nos llega hasta nuestros días como el mensaje de una persona cargada de
experiencia, que ha vivido multiplicidad de situaciones que desea compartir con
su audiencia y dejar enseñanzas, reflexiones para los a los más jóvenes
especialmente.
En el Martín Fierro, además de encontrar un retrato vívido de los más
postergados de la sociedad rural del siglo XIX argentino, podemos rescatar una
profunda reflexión axiológica de Fierro, propia de la vejez de una persona que
ha vivido al máximo y no desea que su sabiduría se escape como el agua entre
los dedos. Fierro vuelca en su canción meditación sobre la vida, los valores, la
familia. Cual anciano que sienta a sus nietos en derredor y espera tocar sus
corazones con sus palabras, Fierro deja para la posteridad la reflexión a la que
lo llevo una vida errante plagada de sinsabores.
“Un padre que da consejos
Más que padre es un amigo” (…)
(…) “Yo nunca tuve otra escuela
Que una vida desgraciada;
No estrafien si en la jugada
Alguna vez me equivoco
Pues debe saber muy poco
Aquel que no aprendió nada”.
Martín Fierro es uno de los libros más importantes de la literatura
argentina y de Latinoamérica. Retrata la vida sencilla de un gaucho que como
muchos hombres y mujeres debieron padecer en los albores de una nación en
4. formación. Lo que lo hace más interesante aún es la vigencia de las palabras
que Hernández ha colocado en labios de Fierro. Muchos fueron los desaciertos
de este gaucho matrero y muchos de ellos le trajeron encima calamidades pero
el lector no puede de ningún modo dejar de repasar las palabras de un hombre
que desea dejar huella en la posteridad y que quiere entregar lo único que en
verdad le pertenece, la sabiduría que ha podido recolectar a lo largo de su
existencia ligada las tierras de la pampa argentina.