Sebastian pasó sus vacaciones jugando fútbol sala con la selección Cartago, pasando tiempo en el computador chateando, jugando y escuchando música, y uniéndose a un nuevo equipo de fútbol del que estaba contento. También visitó Buga y su basílica, así como Palmira y la hacienda El Paraíso, y fue al estadio a ver jugar a su equipo favorito, El América, además de salir a montar bicicleta con amigos y su primo.