El documento habla sobre los obesógenos, que son químicos naturales o manufacturados que alteran el sistema endocrino y aumentan el tamaño de las células grasas, disminuyendo la quema de calorías y alterando el manejo del hambre. Estos químicos se encuentran comúnmente en alimentos y bebidas como el maíz y las gaseosas. El consumo de obesógenos puede provocar un aumento anormal de grasa corporal incluso cuando se practica ejercicio y se cambian los hábitos alimenticios.
1. Obesogenos.
Ya la OMS marcó al mundo con una nueva epidemia mundial: la
obesidad. Sin embargo, ¿cómo las personas de países desarrollados o
en vía de desarrollo llegaron a tan extremados limites? La verdad es
que si nos adentramos a la “psicología” del problema lograremos
dilucidar que el efecto del sistema de vida actual a causado gran
estrago en nuestra propia salud, ya sea por estrés u otras
situaciones, en consecuencia, es la velocidad con la que avanzamos
en las actividades cotidianas la que no nos permiten tomar un tiempo
para comer de buena forma y natural. La solución a este problema es
realizar ejercicios frecuentemente con un cambio de alimentación no
obstante, ¿se bajará de peso con estas “armas”?
Biológicamente el tejido adiposo, que nos ayudará para obtener
energía hacia una futura actividad, es acumulado en el cuerpo de
forma exagerada, en otras palabras comemos mas de lo que
gastamos, lo que se traduce en un exceso de grasa corporal,
principalmente visceral. Es por esto que el estudio de la obesidad
requiere de mejor tecnología en la actualidad, lo que ha dado como
resultado los obesogenos.
Los obesogenos son químicos naturales o manufacturados por el
hombre que funcionan alterando el sistema regulador (endocrino) que
controla nuestro peso corporal, aumentando el tamaño de las células
grasas, disminuyendo la cantidad de calorías que se queman e incluso
alterando la forma en la que nuestro cuerpo maneja el hambre.
Estos tienen la estructura similar al estrógeno, así ingresa a través de
las comidas por el torrente sanguíneo donde se envía una señal para
que el cuerpo suba su masa corporal, es decir, aunque se practique
deporte y se transformen los hábitos alimenticios, el cuerpo seguirá
aumentando de peso.
Las consecuencias se ven evidentemente en la adolescencia de la
actualidad, ya que tanto hombres como mujeres manifiestan un alza
de porcentaje de grasa a temprana edad. Por ejemplo, una joven de
13 años puede presentar celulitis y un índice de masa que genera una
mujer adulta, en consecuencia, se le califica como sobrepeso u obesa.
Generalmente se cree que el sedentarismo, el Internet y la televisión,
son los factores principales, pero la verdad es que la alimentación con
estas toxinas alteran el sistema endocrino incluso provocando
enfermedades “secundarias” como problemas al corazón o
hipertensión además del obvio cansancio.
2. ¿Cómo prevenir que estas toxinas no entren al cuerpo? La verdad es
que los alimentos hoy en día tienen ya incorporado a los obesogenos,
por esto los encontraremos desde una bebida gaseosa hasta los
alimentos involucrados con maíz. La única solución es visitar a un
especialista que nos de una dieta estricta basada en alimentos
naturales, dicho en otra forma, aumentar los buenos hábitos pero
“retroceder” en los tipos de comida de fácil preparación donde se
debe utilizar la tecnología (microondas, horno eléctrico, etc.) para
prepararlos.
A través de todo lo anterior, haremos un hincapié importante en
cuidar la alimentación sobretodo en los niños, por lo tanto, a pesar de
la vida veloz que llevemos es imperante hacer algo respecto para que
esta gran epidemia tenga un freno comenzando desde nuestro hogar.