La administración española en la colonia chilena enfrentó problemas como la lejanía del territorio, controlar a la población mapuche rebelde, y el descenso de la mano de obra indígena. Un rasgo económico que persiste es la explotación de recursos agrícolas a través de grandes haciendas y la exportación de productos como el trigo, empleando peones y trabajadores temporales. Las instituciones políticas incluían la Corona, el Consejo de Indias, virreyes, gobernadores, y cabildos