2. El Padre Marco Arana de Cajamarca, Perú, lucha contra los abusos de la
mina de oro de Yanacocha. Él, junto con los campesinos y ecologistas
en la región están preocupados por los efectos de la mina sobre el agua,
incluyendo las aguas de este arroyo que corre más allá de los montones
del mineral y que se aprecia en el fondo. Para extraer el oro se gotea una
solución de agua y cianuro a través del mineral.
Cuando finalmente se cansó de ser seguido y grabado, así como de las
llamadas telefónicas amenazantes, el Padre Marco Arana llamó a la
policía.
La policía arrestó a alguien llamado Miguel Ángel Saldaña Medina, que
había estado vigilándolo. Según los informes de los medios de
comunicación Saldaña fue contratado por una firma de seguridad privada
que trabajaba para Minera Yanacocha, dueña de la cercana mina de oro
Yanacocha. La policía confiscó la cámara de video de Saldaña. “El
material mostró una observación extensa del padre Arana y la ONG
ambientalista GRUFIDES,” informa Edmundo Cruz en La República, un
periódico importante en Perú.
“También incluía imágenes de las paredes de la oficina con las
fotografías de ecologistas locales, junto a los nombres de código para
ellos,” escribe Cruz. “La foto del padre Arana fue etiquetada “El Diablo”
3. Operación Diablo-como llegó a ser conocida en los medios -era una
elaborada iniciativa de vigilancia que seguía los movimientos del Padre
Arana y otros miembros de la organización local GRUFIDES. GRUFIDES,
uno de los socios locales de Oxfam, ha sido crítico de las operaciones de
la minería aurífera de Yanacocha, establecida en Cajamarca, Perú, en
1993, y poseída en parte por Newmont Mining de Denver y el Banco
Mundial. Es una mina masiva, que actualmente opera en un área de
63.000 acres. La concesión entera de la mina disponible abarca 690.000
acres, que es similar el tamaño del estado de Rhode Island. En el 2008,
la mina produjo 1.8 millones onzas de oro.
Operación Diablo puso al descubierto hasta dónde los opositores de
Arana llegarían para desalentar su trabajo con los campesinos locales
afectados por la mina. Lo que es más importante, plantea la pregunta: Si
una figura destacada como el padre Arana es vigilada y amenazada de
esta manera, ¿qué riesgos enfrentan los campesinos y las comunidades
vulnerables al querer reivindicar sus derechos?
Los campesinos luchan.
Estando entre las operaciones auríferas mas provechosas del mundo,
Yanacocha esa operación está en el centro de la polémica de la
irresponsabilidad social y ambiental de las empresas. Los campesinos de
Cajamarca dicen que los forzaron a vender sus tierras a la mina y no
fueron compensados de manera justa. La mina atrajo millares a la región
en busca de trabajo, lo que incrementó el costo de vida, el crimen y la
competencia por los empleos.
Pero las amenazas más grandes para las familias locales han sido las
ambientales. En el 2000, un camión derramó más de 600 libras de
mercurio - un subproducto de la explotación minera -a lo largo de un
camino, envenenando a 1.000 personas en las aldeas próximas. La
negligencia de la mina al no limpiar correctamente la sustancia ni cuidar
de las personas afectadas ocasionaron las protestas en la comunidad de
Choropampa en el 2001. Incidentes como éste incitaron al Padre Arana y
a los dirigentes de la comunidad a empezar a hacer preguntas, escuchar
sus problemas, y organizar a los campesinos del área para expresar sus
preocupaciones.
Los campesinos de Porcón Bajo, una pequeña aldea situada entre
Cajamarca y la mina, dicen que las cosas han empeorado desde que la
mina comenzó sus operaciones en 1993. Los niveles del agua en sus
canales de irrigación han disminuido, causando problemas en las
cosechas y la alimentación de su ganado. Agustín Zambrano de la Cruz
4. siembra unas pocas papas actualmente porque desconfía de que habrá
suficiente agua para sus cultivos. De la Cruz es un miembro del comité de
usuarios de agua de la comunidad de Porcón Bajo; los miembros han
intentado hablar con la mina Yanacocha sobre la calidad y suministro del
agua disponible, pero sus peticiones para reunirse con los mineros
generalmente fueron ignoradas. Al cerrarse las opciones de reclamo, los
campesinos bloquearon por unas horas el camino de acceso a la mina en
protesta en el mes de setiembre de 2008. Los líderes del comité de riego
fueron acusados de terrorismo. Como muchos otros, en comunidades
agrícolas, los líderes de Bajo Porcón han sido forzados a elegir entre los
riesgos de atraer la atención a su caso a través de la acción pública o a
seguir en silencio mientras sus cultivos colapsan por la falta de aguas.
Algunas comunidades están buscando soluciones legales. Han
establecido las áreas prohibidas a la minería por medio de ordenanzas
municipales que protegen las cuencas y otras áreas ambientalmente
sensibles - para ejercer algún control local sobre el uso de los recursos de
la comunidad. Oxfam y GRUFIDES están colaborando con la Gerencia e
Recursos Naturales del Gobierno Regional de Cajamarca para desarrollar
políticas de uso de los terrenos y ayudar a las comunidades a destinar
tierras para la agricultura, el turismo y otras actividades como la minería.
Pero las ordenanzas de protección municipal están siendo denuncias en
los tribunales por parte de Minera Yanacocha.
Defensor Directo
El Padre Arana, de 46 años, nació en Cajamarca, una región montañosa
e imponente en el norte de Perú. “Mis abuelos cultivaban la tierra,” dice,
“y tenían bosques hermosos.” Sus padres fueron profesores, y él fue
educado en un ambiente donde las ideas fluían libremente y se le daba
un valor alto a la comunidad. El Padre Arana recuerda que de tiempo en
tiempo, cuando él era un niño, su madre recibía a campesinos pobres en
su hogar. Esto formó su pensamiento: “Aprendí a tener un enorme
respeto por los campesinos”, dice. “Descubrí que incluso si los
campesinos no tienen mucho, ellos comparten lo que tienen. … Conozco
a Dios a través de la iglesia y de aquéllos que viven en la pobreza.”
A pesar de su pobreza, la “gente le agradece a Dios porque puede vivir o
sobrevivir cada día,” dice. “Ellos saben que su vida depende de la
fraternidad y solidaridad con otros.”
Pero el padre Arana dice que él está viendo cómo este sentido de la
solidaridad fue destruyéndose por la guerra en los años 80, así como por
5. los cambios significativo en la economía, de la agricultura a la explotación
minera. La controversia alrededor de Yanacocha ha dividido
comunidades. El cambio a la explotación minera, dice el padre Arana, no
fue hecho en consulta con el gobierno local o el pueblo de Cajamarca.
Sus estudios en sociología, filosofía, y teología en Roma han formado su
análisis del panorama social y ético: “El gobierno no representa a la
gente,” dice. “El estado no está de su lado, sino del lado de los grandes
capitales.”
Tales declaraciones han hecho que el padre Arana se gane una mala
reputación entre los que se consideran dueños del Perú o trabajan para
ello. La minería es influyente: produce más de la mitad de los ingresos de
exportación en Perú y es experta en usar los medios de comunicación
para mostrar a sus detractores como “radicales” e incluso como
“terroristas”. La mayor parte de la gente adinerada en Lima – que alberga
a la mitad de la población del país – no es consciente de los problemas
que enfrentan las comunidades afectadas por la explotación minera, y
ven a los críticos de los abusos e estas actividades como opositores
radicales al desarrollo económico.
Pero nada de esto ha disuadido al padre Arana, quien continúa diciendo
lo que piensa. Él afirma que no está tratando de acabar con la minería,
sino cambiar la manera en que esta actividad se está realizando.
“Queremos un mundo mejor, y eso incluye a las empresas mineras,” dice
en la oficina de GRUFIDES en Cajamarca. “No pueden entender que la
lucha en la que estamos es una lucha que los incluye también.”
La batalla por el Cerro Quilish
En las alturas de la antigua ciudad de Cajamarca están el Cerro Negro y
el Cerro Quilish. Según los campesinos quechua hablantes, estos picos
gemelos son hermanos. “Las montañas se hablan la una a la otra, y los
protegen”, dicen los campesinos. El Quilish se venera particularmente; es
una fuente de agua para el valle. En el 2001, cuando los canales de
irrigación y el Río Porcón casi se secaron, el ganado murió y las
cosechas se desplomaron. Los campesinos sospecharon inmediatamente
de Yanacocha porque ya había comenzado la exploración para extraer el
oro del Cerro Quilish. Los campesinos se quejaron pero no obtuvieron
respuesta. En el 2004, habiéndose agotado su paciencia, los campesinos
bloquearon el camino a la mina. La mina tuvo que cerrar, y la policía
nacional intervino y se amenazó con la intervención militar. El centro de
Cajamarca – el escenario del conflicto entre los conquistadores de Pizarro
y el soberano inca Atahualpa en 1532 - fue el centro de innumerables
6. protestas pacíficas; la muchedumbre era tan grande que la policía no
podía controlar la situación.
El padre Arana intervino. La secuencia hecha por los cineastas - y socios
de Oxfam - Stephanie Boyd y Ernesto Cabellos muestra al padre Arana
usando un teléfono celular y pidiendo a los líderes militares que dejen de
disparar a los manifestantes desarmados. En la escena siguiente, el
padre Arana intenta convencer a los campesinos que dejen de lanzar
piedras a la policía: “¡En nombre de Dios, por favor, escúchenme!”
Cuando los manifestantes amenazan con destruir las operaciones
mineras en el Quilish, el padre Arana los convence de no hacerlo.
“Marco fue la clave para una solución pacífica,” dice Javier Aroca,
abogado y líder de Oxfam en cuanto a la minería en Sudamérica. “Sus
esfuerzos evitaron que una gran cantidad de gente resultara herida.” En
diciembre del 2004, el Padre Arana recibió el premio nacional a los
derechos humanos, el reconocimiento más importante de Perú por su
trabajo como mediador al “promover el diálogo y soluciones pacíficas a la
controversia en Cajamarca.”
La mina acordó suspender temporalmente la exploración del Cerro
Quilish y reconoció públicamente que había subestimado la preocupación
de la gente por su montaña.
Seferino Zambrano, de 54 años, lidera el comité de
regantes en la pequeña ciudad de Porcón Bajo, en
donde la gente está preocupada por la cantidad de
agua disponible para irrigar sus cultivos de papa y
maíz. La mayoría ha dejado de criar ganado, debido
a la carencia del agua. El canal de irrigación corre a
un costado del camino en una sección de la ciudad,
lo que la hace vulnerable a la contaminación por
cualquier accidente que sufrieran los camiones que
transportan combustible o productos químicos.
Los valles de Cajamarca son ideales para el cultivo
y para criar ganado, pero un cambio económico
estratégico hacia la explotación minera está
haciendo que muchos jóvenes se pregunten si
pueden competir por los pocos empleos disponibles
en la mina. La carencia del agua y los precios bajos
de las cosechas hacen que la agricultura sea un
modo cada vez más difícil de ganarse la vida.
7. Miedo, violencia y un camino hacia adelante.
Los años de guerra y de represión en Perú han destruido a muchos de los
grupos de ciudadanos necesarios para ayudar a las comunidades a
establecer prioridades de desarrollo local. Nélida Chilón, una mujer joven
de Porcón Bajo, reconoce este vacío de liderazgo y dice que los
campesinos confían en el padre Arana para ayudarles a proteger su
abastecimiento de agua.
“Solamente estamos pidiendo que respeten
nuestros derechos fundamentales,” dice ella.
“El alcalde de Cajamarca no dice nada, el
presidente del país no hace nada. … Esta es
la razón por la cual esperamos que el Padre
Arana haga algo… Le pedimos a él que se
cuide pues tiene enemigos poderosos.”
Desde las guerras de los años 80 y las
tácticas represivas del presidente anterior
Alberto Fujimori y las administraciones
sucesivas, mucha gente en Perú desconfía
de quienes buscan un cambio social. Hay un
miedo de recaer en la agitación y la violencia
sociales. Mucha gente que quiere algo mejor
de su país no lo expresa o no se dan cuenta
del hecho de que tienen el poder de crear el
cambio. Y es la gente en el campo
particularmente quien está luchando para que
el gobierno asuma su responsabilidad, pero
ellos carecen de la pericia para hacer esto
con eficacia. Oxfam América está trabajando
con líderes como el padre Arana para ayudar a las comunidades rurales y
especialmente las indígenas a desarrollar medios no violentos para
conseguir que el gobierno entienda sus necesidades y actúe.
La población de Perú está reconstruyendo la sociedad, pero eso toma
tiempo. Y requiere mucho valor.
Fue después de que padre Arana ayudó a desactivar la confrontación
sobre Cerro Quilish que la Operación Diablo fue lanzada. Él comenzó a
recibir amenazas de muerte anónimas. Alguien llamó a su sobrina,
diciendo que matarían a su tío. Una de sus colegas, la abogada Mirtha
Vásquez, recibió una llamada de un hombre que le dijo que la violarían,
matarían, y echarían pedazos de su cuerpo para que lo coman los perros.
Siguieron al padre Arana y a Vásquez, fotografiándolos, y observándolos
8. desde un edificio ubicado en las inmediaciones del local de GRUFIDES.
En total, hubo por lo menos 20 incidentes de amenazas e intimidación al
Personal de GRUFIDES en la segunda mitad del 2006, según la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú. A principios del
2007, Oxfam América presentó una demanda contra la empresa minera
Newmont bajo los principios voluntarios en seguridad y Derechos
humanos, una iniciativa global en la cual las empresas mineras y
petroleras se comprometen a respetar los derechos humanos. Un
conocido peruano experto en derechos humanos está investigando el
caso.
GRUFIDES presentó demandas ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, y se espera su pronunciamiento. Mientras tanto,
desde la Comisión ordenaron al gobierno de Perú asumir la
responsabilidad por la seguridad del padre Arana y del personal de
GRUFIDES. Ahora que trabaja en comunidades, el padre Arana debe
viajar con un guardia armado.
“Continúo haciendo este trabajo porque no existe ninguna otra manera de
proteger la gente que quiero y la tierra que amo,” dice. De pie, en el
campo mirando la mina a la distancia mientras su guardia armado en ropa
de civil permanece cerca. “No hay otra manera de protegerlos que
levantar nuestras voces y seguir trabajando. Tenemos que exponer
nuestras vidas para defender la vida. No nos gusta esto y no queremos
trabajar de esta manera, pero ésa es nuestra vida ahora”.
“La violencia no se puede parar con más violencia. La violencia se debe
parar con la fuerza de la paz.”