2. EL PROBLEMA DE LA VERDAD
Para determinar lo que la verdad es hay que tener en
cuenta:
A) qué entes pueden ser llamados verdaderos
B) qué significa aplicarle el predicado “verdadero” a
un determinado ente lingüístico
C) qué elementos son indispensables para que se
pueda hablar de una teoría de la verdad que consiga
satisfactoriamente una definición de la verdad
3. I. TEORÍAS TRADICIONALES DE LA
VERDAD
Según la perspectiva tradicional existen varias propuestas
para la explicación de la verdad. Todas ellas tienen en
común la idea fundamental de que la verdad tiene una
naturaleza sustantiva comparable a los conceptos de
gravedad, peso o masa. Por esto mismo, todas estas
propuestas pueden ser calificadas de inflacionarias porque
suponen que hay alguna propiedad substantiva que es la
verdad .(García Suárez, 2011, 293).
Sin embargo, el deflacionismo no sería tradicional en tanto
no ofrece a la verdad como una propiedad y en el caso de
que lo hiciera no se trataría de una propiedad substantiva u
ordinaria. A continuación, vamos a mostrar algunas de las
teorías de la verdad más conocidas para después más
adelante compararlas con la propuesta deflacionista
4. TEORÍAS DE LA CORRESPONDENCIA
Suele atribuírsele la paternidad de esta teoría a Aristóteles,
quien afirmó en el libro de su Metafísica:
(A) "Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es
lo falso; mientras que decir de lo que es que es, o de lo que
no es que no es, es lo verdadero"
En la filosofía contemporánea del siglo XX Wittgenstein en
su Tractatus esboza una versión particular de la teoría de la
verdad como correspondencia con la siguiente sentencia:
(W1) "Una proposición P es verdadera con respecto a un
hecho H, si y sólo si existe un isomorfismo estructural entre
la estructura de la proposición P con la estructura del hecho
H".
5. Fijémonos en este ejemplo más ilustrativo. El caso que
vamos a ver es el de la proposición “La taza gris está
sobre la mesa”. En el gráfico (basado en Kunzmann et
al. (1997: 216)) se puede visualizar cómo el análisis
lógico permite explicitar la descomposición de los
elementos constituyentes de la proposición. Además,
cada uno de esos elementos se corresponde con algún
aspecto de la realidad. Así, nos daremos cuenta de la
íntima relación existente entre la forma de una
proposición atómica y la estructura ontológica de un
hecho atómico del mundo que Wittgenstein bautizó
con el nombre de isomorfismo.
6.
7. TEORÍAS DE LA COHERENCIA
Según el neohegeliano británico Bradley:
(B) "Para que haya verdad tiene que haber
interconexión o coordinación entre todos los
elementos, o partes del todo (o dentro del todo)".
Nicholas Rescher en la misma línea y en base a la
revisión de la tesis anterior facilita un eslogan más
claro:
(R) “Una proposición (o un sistema de proposiciones)
es verdadera, si y sólo si es coherente con una base de
datos”.
8. Otto Neurath, Carl Hempel y Rudolf Carnap sostuvieron que la verdad de la mayoría de
las proposiciones empíricas depende de sus relaciones lógicas con ciertas proposiciones
básicas que describen experiencias perceptivas y que constituirían los fundamentos de la
ciencia y del conocimiento. Ello, luego, fue debatido con el fin de lograr mayor claridad
sobre esas proposiciones básicas que serán denominadas “protocolares”. Estas
proposiciones fundamentales darían la base intersubjetiva de la ciencia y se referirían a
objetos, eventos públicos, físicos susceptibles de corrección. Así se alcanza la
comprensión de esa cita tan usada de Neurath: “No hay forma de tomar proposiciones
protocolares concluyentemente establecidas como punto de partida de las ciencias. No
hay una tabula rasa. Somos como marineros que tienen que transformar su nave en pleno
mar, sin jamás poder desmantelarla en dique seco y reconstruirla con los mejores
materiales”. El coherentismo arribado se basaba en la idea de que no tiene sentido salir
fuera de nuestro conjunto de creencias y comparar proposiciones con hechos objetivos,
por ende, “la verdad debe consistir en una relación de coherencia entre las proposiciones
mismas, vistas como constituyentes de un sistema o conjunto de creencias que, como un
todo, satisface ciertos criterios de consistencia, conexión y completud.” (García Suarez,
2011: 282). En conclusión, la verdad es una relación lógica proposicional (de
independencia lógica, entrañamiento o incompatibilidad entre proposiciones) de tal
forma que si un enunciado forma parte de un sistema consistente entonces dicho
enunciado es verdadero.
9. “La suma de los ángulos internos de un triángulo es 180º”. Este
enunciado es verdad en la geometría euclidiana. Pero no sucede
así en las llamadas geometrías no euclidianas. Por ejemplo,
Lobachevsky basándose en la idea de que por un punto exterior a
una recta pueden pasar varias rectas paralelas a ésta, llega a la
conclusión de que la suma de los ángulos de un triángulo es
menor que 180°. En cambio, Riemann basándose en la idea de
que por un punto exterior a una recta no puede pasar ninguna
recta paralela a ésta, llega a la conclusión de que la suma de los
ángulos internos de un triángulo es mayor que 180°. Notamos
pues que la verdad de una expresión depende de su relación con
un sistema teórico. Esto lo podemos apreciar de mejor manera
con el siguiente gráfico, donde A, B y C son ángulos de los
diversos triángulos:
10.
11. TEORÍA VERIFICACIONISTA
La idea original fue formulada por Wittgenstein en su Tractatus:
(W2) “Entender una proposición significa saber lo que es el caso si la
proposición es verdadera
No se la puede entender sin saber si es verdadera
Para apercibirse del sentido de una proposición se tiene que tener claro
el procedimiento para establecer su verdad
Si no se conoce este procedimiento, entonces no se puede entender
tampoco la proposición…
El sentido de una proposición es el método de su verificación”
Los neoempiristas pulieron lo anterior y obtuvieron lo siguiente:
(CV) "Una oración constituye una afirmación cognoscitivamente
significativa y puede, por lo tanto, decirse que es verdadera o falsa
únicamente si es, bien 1) analítica o contradictoria, o bien 2) capaz, por
lo menos en principio, de ser confirmada por la experiencia"
12. Estamos ante el famoso criterio de demarcación científica, según el
cual la ciencia tiene como principal actividad la de verificar o
corroborar (o demostrar formalmente) sus proposiciones. La
seudociencia, en cambio, no es susceptible de verificación alguna,
resulta incomprobable. De ahí se concluye que la metafísica no es
científica ni puede serlo porque sus enunciados son imposibles de
comprobar porque, además, carecen de sentido y significado. ¿Cómo
comprobamos que el ser es mientras que el no ser no es? ¿Qué
procedimiento valedero contará para especificar que Dios ha muerto
porque nosotros lo hemos matado? ¿Cuál método formal o
experimental nos servirá para saber si, efectivamente, el mundo
mundea al mismo tiempo que la nada nadea? Las anteriores
expresiones filosóficas de Parménides, Nietzsche y Heidegger,
respectivamente, serán calificadas de seudoproposiciones porque a
pesar que gramaticalmente parecen tener la forma de un enunciado
asertivo, no tienen un valor de verdad. No son verdaderas ni son falsas,
son carentes de significado.
13. TEORÍAS PRAGMATISTAS
Para Peirce decir que una creencia es verdadera es lo
mismo que decir que resistiría inmutable a una
investigación adecuada de la realidad objetiva,
considerando que una investigación apropiada es la
que fija la creencia eliminando la duda que interrumpe
la disposición a la acción sugerida por la creencia. Por
ende:
(P) “La verdad es correspondencia con la realidad pero
la verdad es también lo que es satisfactorio creer; en el
sentido de que es estable, libre de la perturbación de la
duda”.
14. TEORÍA SEMÁNTICA DE LA VERDAD
Tarski plantea el siguiente esquema T:
(T) x es verdadera en L si y solo si p,
en donde “p” es cualquier oración, y “x” cualquier
nombre individual de esta oración
Es decir,
Una oración verdadera (o falsa) solo puede ser
calificada de verdadera (o falsa) dentro de un lenguaje
de nivel superior (o metalenguaje) que cuente con una
riqueza adicional de recursos expresivos.
15. Pero una definición satisfactoria de la verdad debe cumplir dos exigencias: que
sea materialmente adecuada y formalmente correcta. La primera exigencia
alude a los límites del contenido posible de cualquier definición satisfactoria
Volviendo al tema de la exigencia de adecuación material lo que se busca es
proporcionar una definición de la verdad que asigne condiciones de verdad a
cada oración, que haga depender esas condiciones de verdad del valor
semántico de las partes de la oración, y, que permita que cada instancia o
ejemplificación del esquema T deba resultar verdadera. Por ejemplo, siguiendo
al esquema T podemos derivar:
“Las ranas son anfibios” es verdadera en L si y solo si las ranas son anfibios.
“Las rosas son plantas” es verdadera en L si y solo si las rosas son plantas.
“La Luna gira” es verdadera en L si y solo si la Luna gira.
"El gato respira" es verdadera en L si y solo si el gato respira.
16. La segunda exigencia hace referencia a los límites de la forma posible
de dicha definición. Es aquí donde se menciona la antigua paradoja del
mentiroso que atenta contra la condición de corrección formal
provocando contradicciones inadmisibles. La versión más difundida de
la paradoja del mentiroso se construye sobre un lenguaje
autorreferencial: “Alguna persona dice “Lo que digo ahora es falso” ¿Es
falso o verdadero lo dicho por él?” Resulta sumamente sencillo
demostrar que lo dicho por ese alguien es tanto falso como verdadero.
Supongamos que A es la proposición “Yo miento”. Ahora bien, si es
verdad que yo miento, entonces hago afirmaciones falsas y, como yo
digo A, entonces A es falsa. Pero si es falso que miento, entonces hago
afirmaciones verdaderas y, como yo digo A, entonces A es verdadera.
Notamos que esta oración, cuya verdad implica su falsedad y cuya
falsedad implica su verdad, cumple con el requisito indispensable para
ser considerada una paradoja lógica según la definición que aparece en
el glosario de Piscoya (1995: 205).
17. Para solucionar este problema Tarski, antes de anular la validez de las leyes
lógicas en el lenguaje natural, prefiere dividir dicho lenguaje en dos niveles:
lenguaje objeto y metalenguaje. Como ya se indicó antes el metalenguaje posee
una riqueza esencial con respecto al lenguaje objeto lo cual evita que las
oraciones que se refieran a sí mismas (como el Mentiroso) o a otras se
confundan con las oraciones que no hablan sobre si mismas. Entonces, para
evitar al Mentiroso se exige que las oraciones que prediquen verdad de otras
oraciones (o de sí mismas) estén en un nivel superior llamado metalenguaje.
Con ello el razonamiento anterior ya no funciona. Veamos. Supongamos que A
es la proposición “Yo miento”. La recomendación de Tarski implica que
modifiquemos dicha expresión del siguiente modo: A es la proposición “Yo
miento-en-L-1”, sin embargo, A está en L-2. Ahora bien, si es verdad que yo
miento-en-L-1, entonces hago afirmaciones falsas-en-L-1 pero, como A está en
L-2, entonces A no sería falsa necesariamente. Pero, si es falso que miento-enL-1, entonces hago afirmaciones verdaderas-en-L-1 y, como A está en L-2,
entonces A no sería verdadera necesariamente. Inmediatamente, es fácil ver
que la verdad de A no implica la falsedad de A, y que la falsedad de A no
implica la verdad de A. Así, haciendo uso de los niveles del lenguaje la paradoja
desaparece.
18. II. TEORÍAS DEFLACIONARIAS DE LA
VERDAD
El deflacionismo (también llamada concepción “mórbida”) rompiendo con la
tradición (llamada por ellos “inflacionista” o “robusta”) está tratando de
proponer una perspectiva menos ambiciosa de la verdad pero al mismo tiempo
más razonable y honesta. Dentro de esta vertiente alética existen varias
propuestas formuladas por Arthur Fine, Stephen Leeds, Robert Brandom,
Michael Williams, Willard Van Orman Quine, Ricard Rorty y Paul Horwich.
Para el deflacionismo cuando se señala que dos oraciones distintas tienen en
común la propiedad de la verdad, se debe indicar que no hay algo que explica
que la tengan. La verdad de la proposición de que la nieve es blanca se explica
en términos de las propiedades moleculares de la nieve y la verdad de la
proposición de que Lima se convirtió en la capital de Perú se explica en
términos de la historia virreynal del Perú. Pero las propiedades moleculares de
la nieve y los hechos históricos que llevaron a la capitalidad de Lima no tienen
nada que ver entre sí. De modo que no hay ninguna explicación común de por
qué ese par de proposiciones son ambas verdaderas. Y, en ese sentido ,no tienen
ninguna propiedad interesante en común.
19. TEORÍA DE LA REDUNDANCIA
Los redundantistas (o deflacionistas tempranos) sostienen
que el predicado veritativo es prescindible, es decir,
podemos abandonarlo, abstenernos y privarnos de ese
predicado. Cuando entendemos que la expresión “Es
verdad que p” dice lo mismo que “p” notamos que las
palabras “Es verdad que” no alteran el significado de “p”.
Por ello, tanto “Es verdad que p” (“Es verdadera la
proposición de que”, “Es un hecho que”, “Es el caso que”,
etc.) como “p” son sinónimas y las expresiones asociadas a
las diversas formas de predicación de la verdad de un
enunciado resultan siendo redundantes, ornamentales y,
en el fondo, vacías.
20. De acuerdo a García Suárez, esta teoría se puede rastrear en la historia
de la filosofía desde Leibniz quien afirma:
(L) “Estas coinciden: la proposición L y la proposición L es verdadera”
Asimismo Frege también muestra este tipo de opinión cuando al
advertir que una oración de la forma “El pensamiento de que p es
verdadero” tiene el mismo contenido de que la oración “p” aseguró que:
(F3) “Nada se añade al pensamiento (o proposición) porque yo le
adscriba la propiedad de la verdad”.
El discípulo de Frege, Wittgenstein, es más tajante al sostener en sus
Investigaciones:
(W3) “ “p” es verdadera = p
“p” es falsa = no-p ”.
21. Pero, la primera formulación explícita de esta teoría se debe a F. P. Ramsey, quien
considera que:
(Ra) “Cuando expresamos que "Para todo p, si él afirma p, p es verdadera" vemos que la
función proposicional "p es verdadera" no es otra cosa que p”
Ante esto debemos considerar lo que nos dice García Suárez:
“(…) Los teóricos de la redundancia no afirman que el predicado “es verdadera” repite lo
que ya ha sido dicho en la proposición a la que se aplica. Lo que sostienen es que ese
predicado es redundante, vacuo, porque no dice nada nuevo. Decir que una proposición
es verdadera equivale a aseverar la proposición misma. “Es verdad que César fue
asesinado” no significa más que “César fue asesinado”; “Es falso que César fue asesinado”
no significa más que “César no fue asesinado”. “Verdad” o “verdadero” no tienen un
significado aseverativo independiente. Las teorías tradicionales que conciben la verdad
como [sic] una propiedad o una relación van descaminadas. Cualquier cosa que pueda
expresarse con el predicado “es verdad” puede decirse también sin él. Por ello, es
redundante. (…)” (2011: 295-296)
22. TEORÍA MINIMALISTA DE LA VERDAD
La teoría mínima de Horwich es su teoría de la verdad. Es
mínima porque sus partes componentes son exiguas si se
considera las fuentes conceptuales que emplea para
explicar la verdad, ya que contiene solo la conjunción de lo
que es expresado, sea explícita o implícitamente, por las
instancias no controversiales del esquema de equivalencia
(E):
(E) La proposición de que p es verdadera si y sólo si p.
Puede afirmarse, entonces, que esta teoría es tan sólo una
conjunción de una cantidad de bicondicionales
virtualmente infinita, un conjunto infinito de axiomas de la
forma (E) que agotan la teoría de la verdad.
23. . El minimalismo se basa en que:
1) Para cualquier objeto x: x es un axioma de la teoría
mínima (TM) si y sólo si, para algún, y, cuando la
función E* se aplica a y, su valor es x.
En lenguaje lógico esto sería representado de la
siguiente manera:
1*) ( x) ( x es un axioma de TM ↔ ( y) (x = E* [y]) ),
donde x varía sobre axiomas. (Aclararemos que cuando
la función E* se aplica a una proposición como <La
nieve es blanca> genera el axioma < <La nieve es
blanca> es verdadera si y solo si la nieve es blanca > )
24. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Barrio, E. (1998). La verdad desestructurada. Buenos Aires:
Eudeba.
Davidson, D. (2001). Inquiries into Truth and Interpretation.
2da ed., Nueva York: Oxford University Press.
Field, H. (2001). Truth and Absence of Fact. Nueva York:
Oxford University Press.
García Suárez, A. (2011). Modos de significar. Una
introducción temática a la filosofía del lenguaje. 2da ed.,
Madrid: Tecnos.
Horwich, P. (1998a). Meaning. Nueva York: Oxford
University Press.
Horwich, P. (1998b). Truth. 2da.ed., Nueva York, Oxford
University Press.