Cuando escuchamos hablar de cualquiera de los Paradores Nacionales de Turismo se nos viene a la cabeza: un castillo, una muralla, un paisaje, un lugar para disfrutar y recordar. Automáticamente nuestra mente recibe las mejores sensaciones de: atención, mimo, exclusividad y por supuesto, si nuestra economía no es la mas adecuada nos entra la sensación de que no esta al alcance de nuestro presupuesto, pero a pesar del presupuesto en ningún caso no dejamos de reconocer que son lugares para disfrutar, donde siempre seremos tratados con la mejor de las sonrisas, atenciones, etc, o como decía mi abuelo: “a cuerpo de rey”.