La historia cuenta la vida de Arminda, una niña canaria que vive en la aldea de Agaldar. Una noche, una lechuza le habla de unos hombres que han llegado en barcos con antorchas. Arminda se lo cuenta a su maestra, la Maguada, pero esta no le da detalles. La Maguada le dice a Arminda que observe todo en su aldea para recordarlo. Arminda visita artesanos y lugares sagrados. Al final, un cambio llega a la aldea y Arminda comprende que debe recordar su cultura original.
2. Niños y niñas , les voy a contar una historia. Ahora cierren sus ojos como yo, e imaginen a una pequeña niña llamada Arminda
3. Esta soy yo, Arminda , con mis ojos bien abiertos mirando el amanecer en Agaldar , el lugar donde vivo.
4. Mi padre, el Guanarteme de Agaldar , es el rey de este lugar y me contaba desde muy pequeña historias del mar. Decía: “mis antepasados, tus abuelos y también los míos, dijeron que venimos de lejos, de una tierra que no se ve desde aquí, que nos trajo el mar para núnca más partir”
5. Por la noche, recordaba las palabras de mi padre y me despertaba con el mar en mi cabeza, pensando: - “algún día cabalgando con las olas podré viajar allí, para volver contando a mi pueblo lo que ví ” Yo no quería irme de Agaldar , dejar a mi playa, a mi volcán, a mi casa, ni a mi cabrita Guama , sino tan sólo descubrir, cómo era ese pueblo de donde, como dicen los viejos, venimos.
6. Salté de mi cama, me vestí con mi tamarco de piel agamuzada, mi bolso de junco trenzado y mi colgante de barro favorito, ese que mis manos habían modelado. Mientras contemplaba el cielo estrellado sentí un ruido, no sé un zumbido. Tenía miedo. De repente, un gran pájaro alado estaba frente a mí.
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9. Arminda, se quedó en silencio, espantó a la coruja con su mano, y contempló a Ayer : “ !Hombres que vienen del mar!” “ ¿Quiénes serán?”
10. A la mañana siguiente, Agaldar estaba muy tranquilo y no se veía nada en la costa. Como todos los días, no había nadie por fuera de las cuevas, todos estaban haciendo el trabajo diario: pastoreando las cabras, sembrando trigo, haciendo vasijas de barro o tallando piedras para las gentes del poblado. Yo tenía que ir a la Casa de las Maguadas , a escuchar sus lecciones y hacia allí me encaminé.
11. Cuando llegué las otras niñas estaban junto a la casa. La Maguada , nuestra maestra, de pié, con los brazos cruzados y con cara de enfadada, me reprochó: -Arminda llegas tarde. Sabes que las lecciones que debes aprender no solo se leen en el cielo. Seguro que has estado otra vez hablando con la luna.
12. Quizo explicar a la Maguada lo que le había ocurrido. La miró contemplando su cara tatuada con rayas y puntos. En su cuello, colgaba un collar muy antiguo, de lapas unido con fino cuero. Todo su rostro era para Arminda señal de su inmenso saber. -Maguada, anoche he estado mirando las estrellas. Pero quiero preguntarte ¿qué sabes tú de los “ hombres de las antorchas ” ? , un pájaro, la Coruja del Malpaís los vió llegando a la playa, cerca de los Túmulos.
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14. -No hay misterio Arminda , esta escrito, y tú serás la que dentro de algún tiempo debe contarlo. -En el mar está el comienzo de la nueva historia de nuestro pueblo. Ahora, no ves sino charcos y algas flotando, que no te dejan ver el fondo. Después, el agua se volverá turbia en tus ojos y al final vendrá un agua clara, pero distinta, cuando vivas los nuevos días. -Ya sabes, no te entretengas preguntando por los hombres de las antorchas , ya hay otros como, el Guanarteme de Agaldar , que responderá a esa pregunta. Tú solo tienes que escribir en tu mente lo que ves, lo de ahora y lo de después.
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18. El primer lugar al que llegaron fue al Drago de Guayedra Arminda , quedó impresionada con aquel drago que se inclinaba ante ella y soñó que le hablaba. - Hola Arminda soy el Drago de Guayedra quiero que sepas que de mi se cuentan muchas historias, ahora las gentes me hieren, me hacen cortes en mi tronco con cuchillos de piedra y sale un líquido rojo que se vuelve espeso. Es la “sangre de Drago” , con ella la gente de Agaldar pinta sus vestidos y cuando se cortan cicatrizan sus heridas. - ¿Y no mueres cuando te cortan?. Preguntó Arminda -No, me mantengo vivo cientos de años. Pero, cuando muera se que con mi corteza harán escudos para su defensa. Eso es lo que me cuenta la gente de tu poblado.
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21. Ya en el poblado, de repente una ráfaga de viento cerró sus oidos. Comprendió entonces las palabras de su Maguada y pensó: “ Ahora todo lo de antes quedará bien guardado y yo sólo tendré que contarlo un día. Explicar a todos como era mi hermosa Agaldar “. “ Lo que está por pasar, también tendré que recordar, pero para eso todavía tengo que esperar”
22. Ahora, Niños y niñas , Yo ya he vuelto a abrir mis ojos. La Historia que han oido es también la mía , porque yo era Arminda . Después esos “ hombres de las antorchas “ , cambiaron mis vestidos, mi colgante, mi forma de hablar y me bautizaron con otro nombre . A mí me llamaron Catalina y a mi pueblo le quitaron la A y se llama hoy Galdar. Todo ha cambiado. Ya no soy la pequeña Arminda , la heredera del Guanartemato de Agaldar. Pero niños y niñas, sigan contando ésta o sus propias historias, pues escribiendo sobre sus vidas haremos que no se olviden.
23. Ilustraciones extraídas de los cuentos: CAMPOS HERRERO, D. (2005): Arajelben (hasta el otro día). Ed.Cabildo de Gran Canaria, Cultura Cueva Pintada. FLORES, P. (2007): El Tesoro del Mocán. Ed.Cabildo de Gran Canaria, Cultura Cueva Pintada. Otras ilustraciones: Fotos de páginas web Adaptación realizada por: Isabel Fco Ortega (Profesora de Francés, Tutora 5º y 6º B) Maica Arana Melo (Profesora de Inglés) Alumnado de 5º y 6º B (Grupo Mixto) Montaje: Isabel Fco Ortega Voces y escenificación: Alumnado de 5º y 6º B (Grupo Mixto)