La actividad práctica midió los requerimientos de oxígeno en músculos en distintos niveles de actividad física. Los estudiantes midieron su frecuencia respiratoria y cardiaca en reposo y durante ejercicio intenso, y graficaron los resultados. Esto demostró que la frecuencia respiratoria y cardiaca aumentan con la actividad física para satisfacer los mayores requerimientos de oxígeno de los músculos trabajando.