Este poema contiene varias estrofas que describen escenas de amor apasionado y sensual entre dos amantes. Usa imágenes vívidas del mar, la naturaleza y los sentidos para evocar la intensidad de la pasión y el deseo físico. El poema concluye expresando el anhelo de fundirse completamente con el otro en un éxtasis eterno.
1. RAFAEL ALBERTI Rojo, un puente de rizos se adelanta
e incendia tus marfiles ondulados.
Muerde, heridor, tus dientes desangrados,
A galopar y corvo, en vilo, al viento te levanta.
Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
La soledad, dormida en la espesura
Galopa, caballo cuatralbo,
calza su pie de céfiro y desciende
jinete del pueblo,
del olmo alto al mar de la llanura.
al sol y a la luna.
¡A galopar, Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende,
a galopar, y gladiadora, como un ascua impura
hasta enterrarlos en el mar! entre Amaranta y su amador se tiende.
A corazón suenan, resuenan, resuenan,
las tierras de España, en las herraduras. Cúbreme, amor, el cielo de la boca...
Cúbreme, amor, el cielo de la boca
Galopa, jinete del pueblo con esa arrebatada espuma extrema,
caballo de espuma que es jazmín del que sabe y del que quema,
¡A galopar, brotado en punta de coral de roca.
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar! Alóquemelo, amor, su sal, aloca
Tu lancinante aguda flor suprema,
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay Doblando su furor en la diadema
nadie; del mordiente clavel que la desboca.
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo, ¡Oh ceñido fluir, amor, oh bello
jinete del pueblo borbotar temperado de la nieve
que la tierra es tuya. por tan estrecha gruta en carne viva,
¡A galopar, para mirar cómo tu fino cuello
a galopar, se te resbala, amor, y se te llueve
hasta enterrarlos en el mar! de jazmines y estrellas de saliva!
A la línea La paloma
A ti, contorno de la gracia humana, Se equivocó la paloma
recta, curva, bailable geometría, se equivocaba.
delirante en la luz, caligrafía Por ir al norte, fue al sur
que diluye la niebla más liviana. creyó que el trigo era agua,
se equivocaba.
A ti, sumisa cuanto más tirana
misteriosa de flor y astronomía Creyó que el mar era el cielo
imprescindible al sueño y la poesía que la noche, la mañana,
urgente al curso que tu ley dimana. se equivocaba,
se equivocaba.
A ti, bella expresión de lo distinto
complejidad, araña, laberinto Que las estrellas, rocío
donde se mueve presa la figura. que la calor, la nevada,
se equivocaba,
El infinito azul es tu palacio. se equivocaba.
Te canta el punto ardiendo en el espacio.
A ti, andamio y sostén de la pintura. Que tu falda era tu blusa
que tu corazón, su casa,
Amaranta se equivocaba,
se equivocaba.
Rubios, pulidos senos de Amaranta,
Ella se durmió en la orilla,
por una lengua de lebrel limados
tú en la cumbre de una rama.
pórticos de limones desviados
por el canal que asciende a tu garganta.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche, la mañana
Antología de poesía del s. XX 1
2. se equivocaba, Te digo adiós, amor, y no estoy triste...
se equivocaba.
Te digo adiós, amor, y no estoy triste.
Que las estrellas, rocío Gracias, mi amor, por lo que ya me has dado,
que la calor, la nevada, un solo beso lento y prolongado
se equivocaba, que se truncó en dolor cuando partiste.
se equivocaba.
No supiste entender, no comprendiste
Que tu falda era tu blusa que era un amor final, desesperado,
que tu corazón, su casa, ni intentaste arrancarme de tu lado
se equivocaba, cuando con duro corazón me heriste.
se equivocaba...
Lloré tanto aquel día que no quiero
Retornos del amor tal como era pensar que el mismo sufrimiento espero
cada vez que en tu vida reaparece
Eras en aquel tiempo rubia y grande,
sólida espuma ardiente y levantada ese amor que al negarlo te ilumina.
Parecías un cuerpo desprendido Tu luz es él cuando mi luz decrece,
de los centros del sol, abandonado tu solo amor cuando mi amor declina.
por un golpe de mar en las arenas.
Ven. Ven. Así. Te beso...
Todo era fuego en aquel tiempo. Ardía
la playa en tu contorno. A rutilantes Ven. Ven. Así. Te beso. Te arranco. Te
vidrios de voz quedaban reducidos arrebato. Te compruebo en lo oscuro,
las algas, los moluscos y las piedras ardiente oscuridad, abierta, negra,
que el oleaje contra ti mandaba. oculta derramada golondrina, oh tan azul, de
negra, palpitante. Oh así, así, ansiados,
Todo era fuego, exhalación, latido blandos labios undosos,
de onda caliente en ti. Si era una mano piel de rosa o corales delicados, tan finos.
la atrevida o los labios, ciegas ascuas, Así, así, absorbidos, más y más, succionados.
voladoras, silbaban por el aire. Así, por todo el tiempo.
Tiempo abrasado, sueño consumido. Muy de allá, de lo hondo, dulces ungüentos
desprendidos, amados, bebidos con frenesí,
Yo me volqué en tu espuma en aquel tiempo. amor hasta desesperados.
Mi único, mi solo, solitario alimento, mi
Subes del mar, entras del mar ahora... húmedo, lloviznado en mi boca, resbalado en
mi ser. Amor. Mi amor.
Ay, ay. Me dueles. Me lastimas. Ráspame,
Subes del mar, entras del mar ahora.
límame, jadéame tú a mí, comienza y
Mis labios sueñan ya con tus sabores.
recomienza, con dientes y garganta,
Me beberé tus algas, los licores
muriendo, agonizando, nuevamente
de tu más escondida, ardiente flora.
volviendo, falleciendo otra vez, así por
siempre, para siempre, en lo oscuro,
Conmigo no podrá la lenta aurora,
quemante oscuridad, uncida noche, amor, sin
pues me hallará prendido a tus alcores,
morir y muriendo, amor, amor, amor,
resbalando por dulces corredores
eternamente.
a ese abismo sin fin que me devora.
Ya estás del mar aquí, flor sacudida, El ángel del carbón
estrella revolcada, descendida Feo, de hollín y fango.
espuma seminal de mis desvelos. ¡No verte!
Vuélcate, estírate, tiéndete, levanta, Antes, de nieve, áureo,
éntrate toda entera en mi garganta, en trineo por mi alma.
y para siempre vuélame a tus cielos. Cuajados pinos. Pendientes.
Y ahora por las cocheras,
de carbón, sucio.
¡Te lleven!
Antología de poesía del s. XX 2
3. Por los desvanes de los sueños rotos. tú, billete, flor nueva,
Telarañas. Polillas. Polvo. cortada en los balcones del tranvía.
¡Te condenen!
Huyes, directa, rectamente liso,
Tiznados por tus manos, en tu pétalo un nombre y un encuentro
mis muebles, mis paredes. latentes, a ese centro
cerrado y por cortar del compromiso.
En todo,
tu estampado recuerdo Y no arde en ti la rosa ni en ti priva
de tinta negra y barro. el finado clavel, sí la violeta
¡Te quemen! contemporánea, viva,
del libro que viaja en la chaqueta.
Amor, pulpo de sombra,
malo. Si mi voz muriera en tierra...
El ángel tonto Si mi voz muriera en tierra
Ese ángel, llevadla al nivel del mar
ése que niega el limbo de su fotografía y dejadla en la ribera.
y hace pájaro muerto Llevadla al nivel del mar
su mano. y nombradla capitana
Ese ángel que terne que le pidan las alas, de un blanco bajel de guerra.
que le besen el pico, Oh mi voz condecorada
seriamente, con la insignia marinera:
sin contrato. sobre el corazón un ancla
Si es del cielo y tan tonto, y sobre el ancla una estrella
¿por qué en la tierra? Dime. y sobre la estrella el viento
Decidme. y sobre el viento una vela!
No en las calles, en todo,
indiferente, necio,
El mar, la mar
me lo encuentro.
El mar. La mar.
¡El ángel tonto!
El mar. ¡Sólo la mar!
¡Si será de la tierra!
-Sí, de la tierra sólo.
El ángel del misterio ¿Por qué me trajiste, padre,
Un sueño sin faroles y una humedad de a la ciudad?
olvidos,
pisados por un nombre y una sombra. ¿Por qué me desenterraste
No sé si por un nombre o muchos nombres, del mar?
si por una sombra o muchas sombras.
Reveládmelo. En sueños, la marejada
Sé que habitan los pozos frías voces, me tira del corazón.
que son de un solo cuerpo o muchos Se lo quisiera llevar.
cuerpos,
de un alma sola o muchas almas. Padre, ¿por qué me trajiste
No sé. acá?
Decídmelo.
Que un caballo sin nadie va estampando
a su amazona antigua por los muros.
Que en las almenas grita, muerto, alguien
que yo toqué, dormido, en un espejo,
que yo, mudo, le dije...
No sé.
Explicádmelo.
Madrigal al billete de tranvía
Adonde el viento, impávido, subleva
torres de luz contra la sangre mía,
Antología de poesía del s. XX 3