5. OR-INY
Or-iny, un hombre de 43 años vivía en Holanda; trabajaba como administrador en el
Banco Galicia y utilizaba Tarjeta Naranja.
Desde hacía unos años, era un hombre negativo; andaba siempre de mal humor; no
tenía amigos, y nunca estaba en contacto con su familia.
Todo comenzó aquella tarde en la que su esposa Orangini murió.
Ellos eran muy unidos y tenían mucho en común: los dos eran muy obstinados,
ocurrentes y acuarianos.
Todas las mañanas, al despertar, ella le traía el desayuno a la cama; los sábados por la
mañana salían a caminar de la mano por la calle, o se subían al techo a ver el amanecer
mientras alimentaban a sus peces, entre los que tenían un favorito: el pez payaso al que lo
habían llamado Nemo.
Todas las tardes, al llegar del trabajo, salía al jardín para ver el ocaso en
compañía de su esposa, mientras ella cosechaba las mandarinas que regaba cada mañana.
A veces, él se dedicaba a la plomería. Por eso, llegaba tarde a su casa para cenar;
pero, ella lo entendía y lo esperaba con la cena preparada y servida, lista para comer. Dentro
de su comida favorita estaba el puré de calabaza, los quinotos, la ensalada de zanahoria y
los langostinos.
Siempre, al terminar de cenar, comían las
mandarinas y naranjas que habían cosechado al
atardecer.
En la tardes de otoño, salían
a pasear por la plaza, se sentaban en los bancos
y les tiraban migas de pan a los canarios.
Por las noches de invierno, en las que
hacía frío se sentaban junto a la chimenea a
observar las llamas del fuego, y se contaban
anécdota. Una tras otra. Y a pesar de que ya
las sabían, ellos nunca se iban a cansar de
escucharlas. Ver como el hombre la miraba, y la
miraba, horas y horas era algo admirable. Su
amor era intenso; ardía en llamas; eran el uno
para el otro; almas gemelas.
Pero todo eso cambio, aquel día en el que
a ella le tocó partir.
El pobre hombre partido en dos no tuvo
más opción que aceptar la realidad y borrar
todos los recuerdos que junto a ella había
vivido ya que le provocaba dolor profundo en el
alma.
IAN, EVELIN, MICAELA
6.
7. “Los Narcos dellamadoEn trébol”.
“El
medio de la descarga de los
Banfield.” contenedores llenos de “supuestas”
verduras, comenzó una gran balacera. “El
En una tarde otoño, un grupo de Narcos, Sandía”, el segundo a cargo de la misión,
conocido como “Los Narcos de Banfield”, se logró escaparse en una lancha pasando
dirigían como lo hacían habitualmente, a su desapercibido ya que camuflado con su
estancia llamada “La Esmeralda”, lugar camiseta de Banfield, desorientó al grupo
estratégico utilizado como pantalla para ocultar policial. Por su parte, el gordo perejil recibió
sus más macabros planes de exportación de un tiro en la Cadera.
yerba de primerísima calidad. Con la esperanza de poder salvar
En la gran huerta, cosechaban parte del cargamento, el “Lechuga” logró
espinaca, pepinos, zapallos verdes, zucchinis, transportarlo, en un camión, hacia un
manzanas verdes, brócoli y rúcula, entre otros. sendero lleno de plantas de laurel. El pasto
Estos eran envasados en cajones, en los cuales alcanzaba más de un metro de altura y logró
camuflaban las hojas de marihuana, listas para ocultar su camión de la búsqueda policial.
ser entregadas a los diferentes compradores del Al allanar la estancia, el grupo “El trébol”
mercado ilegal. encontró armamento peligroso y un gran
Este grupo de contrabandistas era pizarrón verde en donde planeaban las
liderado por el “Lechuga”: mafioso, cara de sapo, estrategias.
ambicioso y cruel que tenía la intención de A pesar de todos los esfuerzos
realizar la entrega millonaria más importante. La policiales, el “Lechuga” logró huir a Brasil.
misma estaba planeada por su grupo de Allí, pasó unos días descansando un hotel de
logística, comandado por el “Gordo Perejil”: un lujo, mirando “El increíble Hulk”, tirado en
petiso, perezoso con continuo aliento a cebolla un sillón, comiendo kiwi.
de verdeo, por lo cual siempre se lo hallaba No podemos decir lo mismo del “Gordo
masticando hojas de menta. Perejil” quién terminó en una pequeña
La operación se iba a realizar en el celda, junto a los demás integrantes del
Muelle Escondido, un lugar pantanoso, lleno de grupo de Banfield, comiendo una pizza
ranas, serpientes y cocodrilos. humedecida de provenzal y escuchando, por
Pero, lo que no sospechaba la banda es la radio, el partido de su equipo preferido.
que tras sus ilegales acciones estaba un grupo Valentina, Daniela, Daiana, Agostina