El resumen cuenta la historia de Sinombre, un burro mágico que quiere decirle algo a su amigo pero no sabe cómo expresarlo. La niña está recogiendo piedras junto a un charco mientras Sinombre, su caballo Enebro y su perro Bandolero la observan y parecen querer comunicarse con ella. Finalmente, Sinombre mira a su amigo fijamente pero se queda callado, sin poder expresar lo que quiere decir.
3. La niña se puso a recoger piedras de la orilla del charco y tú, Sinombre, te viniste a su lado. Te miraste en el agua, la miraste a ella y luego me miraste a mí. Me di cuenta y te pregunté:
4. - ¿Qué quieres? ¿Te pasa algo? No me hiciste caso. Te saliste de las aguas y te fuiste al lado de Enebro. Lo miraste y Enebro miró a la niña. Le dije yo a ella, nuestra alma:
5. - Algo quiere Sinombre y tu caballo Enebro. Os miró la niña y siguió buscando piedras bonitas para su fortaleza mágica.
6. Enebro y tú me volvisteis a mirar y al ver que me iba con vosotros distéis media vuelta y os fuisteis al lado de Bandolero.
7. Enebro por un lado y tú por otro os pusisteis a comer hierba en el mismo trozo en que Bandolero pastaba. De reojo de nuevo los tres me mirabais y entonces volví a decir a la niña:
8. Algo quieren y no saben cómo decirlo. Sigue tú buscando piedras que se lo pregunto y vengo y te lo digo.
10. - Cuando tu ciudadela esté construido yo voy a echar aire con mis alas y lo voy a convertir en un castillo grande como los de los cuentos de hadas. ¿Cuántas torres le vas a poner a tu sueño? Y la niña le ha dicho a Marta:
11. - Le voy a poner cinco torres, diez almenas y una atalaya. También un puente levadizo, algarves y una gran muralla para que nadie pueda entrar dentro sin decirnos a nosotros nada.
12. Pero si tú, con tu magia de mariposa alada, conviertes en fantasía mi castillo yo me voy a perder luego por los pasillos, por sus patios y por sus salones con lámparas.
13. Y Marta le ha dicho a la niña: - Tú tranquila que ya verás luego en la mañana, cuando salga el sol y brille en el río.
14. Junto a ti, Enebro y Bandolero, me he sentado yo frente a tu cara.
15. Te he seguido mirando despacio y me he acordado de la Princesa y de aquellos días de plata cuando ella nos escribía siempre alegre y emocionada y nos contaba sus sueños cada mañana.
17. Te he preguntado y callas. El perro mastín Álamo viene subiendo, desde el río con el pastor, y ladra. Arriba, en la cañada, canta el mirlo. Te he vuelto a decir:
18. - Sinombre, me palpita el alma y se me convierte el aire en poesía y tu mirada y la de Enebro y Bandolero.