El documento resume la historia de la lengua española desde sus orígenes en el latín hasta su evolución como idioma moderno. Explica que el español surgió de la fragmentación del latín en distintos dialectos romances en la Península Ibérica. El castellano se expandió geográficamente debido a la Reconquista y se convirtió en la lengua de cultura dominante, dando origen al español moderno.
2. LENGUASROMÁNICAS
Las lenguas
románicas
proceden de la
evolución del latín
hablado en las
distintas zonas de
la Romania
(nombre que
damos a las zonas
latinizadas tras la
caída del Imperio
Romano).
La fragmentación
de la lengua latina
tardía dio lugar a
los distintos
dialectos que, con
el correr de los
siglos, fueron las
llamadas lenguas
románicas o
romances.
Vid.
http://cvc.cervante
s.es/obref/dvi/defa
ult.htm
3. ORÍGENES DEL ESPAÑOL
La Hispania
prerromana
·La romanización de Hispania
(218 a.C.-19 a.C.).
En el latín, como en cualquier
lengua, existía una vertiente
culta, y una rústica, vulgar,
hablada por el pueblo llano, que
fue propagada por los legionarios
y los colonos de nivel cultural
más bajo. En cada territorio
conquistado, además, el latín
adquiría nuevos matices, debido
a la influencia de las lenguas de
sustrato de los antiguos
habitantes. En Hispania, la
diversificación de la lengua latina
fue notable por zonas.
4. LENGUAS DE SUSTRATO
A ambos lados de los Pirineos y hablaban una lengua
que aún sobrevive en el vasco cuya procedencia no
está todavía muy clara. En el Levante habitaron los
iberos, cuyo origen es probablemente norteafricano.
En el Sur de la Península (la costa de lo que hoy es
Andalucía y el Sur de Portugal), los tartesios. En el
Centro y Noroeste, pueblos de origen ligur. También
habitaron el Sur y el Levante de la Península Ibérica
los fenicios y los griegos. En el siglo VII a. C. los
celtas llegaron a Hispania desde lo que hoy sería el
sur de Alemania, se fueron esparciendo por Galicia,
Portugal, y al Sur en el Norte de Andalucía. Más
tarde se mezclaron con los íberos en la zona central
peninsular formando la región Celtibérica.
5. La caída del Imperio Romano y el
final de la unidad de la lengua
El latín hispánico de cada zona presentaba ya
unas características derivadas de su situación
histórica, pero en general su evolución estuvo
controlada por la constante comunicación con la
metrópoli y, aunque las variantes dialectales
eran patentes, no hubo una diversificación del
idioma hasta la desmembración del Imperio en el
s. V con la invasión de los pueblos germánicos.
6. La caída del Imperio Romano y el
final de la unidad de la lengua
Aunque se siga hablando “latín”, tras las
invasiones bárbaras el panorama lingüístico de la
Península había de cambiar.
Cuando la comunicación con Roma se rompió, el
latín vulgar de Hispania quedó aislado y, en
palabras de Lapesa, “abandonado a sus propias
tendencias”.
7. Los nuevos conquistadores no tuvieron una influencia
tan poderosa como los romanos y la lengua latina,
diversificada en lenguas romances, no sufrió grandes
cambios por la influencia del pueblo dominante.
Entraron germanismos en la lengua como guerra,
heraldo, guisa, ganar, guardar, burgo, etc., pero,
exceptuando esta contribución léxica,
lingüísticamente no tuvieron un influjo importante.
La influencia de los visigodos no fue cultural o
lingüística, su huella fue de otro tipo ya que con ellos
trajeron el concepto de nación y un profundo
sentimiento religioso que mantuvo a la sociedad
hispano-goda unida tras la conquista árabe de la
Península.
La caída del Imperio Romano y el
final de la unidad de la lengua
8. LA INVASIÓN ÁRABE
Es en el siglo VIII, cuando las tribus
árabes entraban por el sur permaneciendo
en la Península durante 8 siglos. Estos
pueblos, con el impulso conquistador
proporcionado por el fanatismo religioso y
en nombre de la Guerra Santa, conquistan
en tan sólo siete años casi toda la
Península y llegan hasta el Sur de
Francia, dejando un último reducto de
resistencia goda en las montañas del
Norte. La lengua y la cultura árabe sí
dejaron una profunda huella.
9. LA INVASIÓN ÁRABE
El elemento árabe tiene mayor influencia
en ciertos ámbitos de la vida como el
comercio, la agricultura o la
administración de las ciudades.
Las instituciones públicas y
administración de justicia de los árabes
tuvieron una enorme influencia puesto
que tenían una organización de las
ciudades muy superior a las de los pueblos
cristianos: así se mantienen y, con ellas
sus nombres, instituciones como la del
alcalde, alguacil, etc.
10. Otros préstamos son: aduana, albalá, alcabala,
almoneda (mercado de puja), arancel. (Medidas)
arroba, celemín, fanega, quintal.
Términos militares: arrabal, atalaya, atarazana,
ronda.
Oficios y actividades artesanales: alfayate (ant.
Sastre), albañil, tahona. Construcciones: acequia,
albañar, aceña, utensilios: alhaja, alfiler, candil.
Nombres de árboles como arrayán, acebuche,
garrobo, y frutos y frutas: aceituna, algodón, arroz,
bellota, berenjena, espinaca, zanahoria, etc.
LA INVASIÓN ÁRABE
11. EL NACIMIENTO DE LOS ROMANCES
PENINSULARES
“La aparición de los romances peninsulares a
partir del latín está ligada muy
estrechamente a la historia de la Península
Ibérica de los siglos VIII al XIII, a la
configuración de los distintos reinos
cristianos peninsulares y al proceso de
Reconquista (y consecuente repoblación); es
decir, los primitivos romances (hayan o no
perdurado hasta la actualidad) se originan a
partir de un cambio social, económico,
cultural, religioso y político que afecta a
todos los órdenes, transformación que tiene
su punto de partida en la llegada de los
musulmanes a la Península Ibérica en el siglo
VIII (concretamente en el 711 d. C.).“
“Constitución de los primitivos romances peninsulares. Surgimiento y
expansión del romance castellano”, de
Jaime Climent de Benito en línea
>http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/124728443212583
97743679/p0000001.htm>
12. EL CASTELLANO ENTRE
LOS
OTROS ROMANCES
PENINSULARES
En el proceso de Reconquista y repoblación, el
castellano alcanza una extensión enorme en
comparación con el resto de romances peninsulares,
ya que su avance geográfico no es únicamente de
norte a sur de modo lineal, sino que Castilla ocupa
territorios lateralmente a medida que desciende
hacia el sur; además, el poder político y social de
este reino va a presionar intensamente a los
romances vecinos (como el leonés y el aragonés)
ampliando todavía más el área espacial de uso:
reduce los límites del leonés y castellaniza el
aragonés. Este modelo de expansión descrito para el
castellano es el que se ha calificado de «cuña».
13. EL CASTELLANO: LENGUA DE CULTURA
EL CAMINO HACIA LA OFICIALIDAD
DEL ESPAÑOL EN ESPAÑA
Es de este modo como aquel pequeño dialecto se
fue convirtiendo en lengua de cultura, conforme
Castilla se consolidaba como la monarquía más
poderosa del centro peninsular, único reino
ibérico capaz de lograr la recuperación de los
territorios bajo dominio musulmán, lo cual fue,
prácticamente, sinónimo de la expansión del
castellano —gracias al dominio que Castilla
ejerció sobre los reinos vecinos.
En ello, fue definitiva la labor llevada a cabo por
Alfonso X y su corte de intelectuales agrupados
en la Escuela de traductores de Toledo,
integrada, entre otros, por judíos conocedores del
hebreo y el árabe.
14. EL CASTELLANO SE
CONVIERTE EN ESPAÑOL
La publicación de la Gramática
castellana de Elio Antonio de
Nebrija, 1492, coincide con la
Reconquista del Reino de
Granada y con un evento cuya
importancia futura será colosal:
el descubrimiento de América.
La idea de España y del español
como su idioma se consolidó en
los SS de Oro cuando la
literatura hizo del español una
lengua con el prestigio del latín o
el griego, como había anunciado
Nebrija: Lope de Vega, Góngora,
Quevedo, Calderón, Boscán,
Garcilaso, Fray Luis de León,
San Juan de la Cruz,… se
encargaron de ello.
15. EL CASTELLANO SE
CONVIERTE EN ESPAÑOL
Emilio Alarcos describe así su nacimiento:
“Nuestro español, aunque de base castellana,
aunque remotamente un mal latín
eusquerizado de estas zonas de la primitiva
Cantabria, se ha ido elaborando con el concurso
continuado de tantas y tantas modalidades
peninsulares -y después también americanas-
de manera análoga a como fue naciendo y
haciéndose el hombre español moderno”.
16. EL ESPAÑOL MODERNO
En el s. XVIII, coincidiendo con la
fundación de la RAE (1713), el
español ya estaba formado,
aunque, como cualquier lengua
viva, ha seguido cambiando y
enriqueciéndose con todo tipo de
influencias. Así, su difusión y la
evolución en tantas y tan distintas
zonas donde es hablado ha
aumentado las variedades internas
del idioma, tanto en España como
en toda Hispanoamérica. En
cualquier caso, y a pesar de ello, el
español sigue mostrando una gran
unidad y hoy día, según el
Instituto Cervantes, es la segunda
lengua más hablada en el mundo.