Los Wichí son una etnia indígena originaria del Chaco Central y Austral en Argentina. Habitan principalmente en las provincias de Salta, Formosa y Chaco. Su cultura se basa en la caza, pesca y recolección. Viven en comunidades organizadas por parentesco y lideradas por un jefe anciano. Su lengua forma parte de la familia mataco-guaycurú y su población en Argentina se estima en unos 80.000 individuos.
1. P u e b l o o r i g i n a r i o :
Whichí
Origen del nombre
Wichí (o también wichi) y en Bolivia weenhayek, son los nombres que reciben
los integrantes de esta etnia indígena del Chaco Central y del Chaco Austral.
Los quechuas les dieron el nombre peyorativo de matacos, nombre con el cual
han sido vulgarmente llamados hasta fines del siglo XX (mataco es el nombre
de una especie de armadillo, común en la región).
Ubicación geográfica
Hacia el siglo XVI los wichí habitaban las zonas occidentales
del Chaco Central y Austral, principalmente la margen
izquierda del Bermejo entre los 21º S y los 22º 55' S. Tiempo
después, Presionados por la invasión de los avá-guaraníes (o chiriguanos) y su
propio crecimiento demográfico se desplazaron hacia el norte del Bermejo y
hacia el sureste de la región chaqueña.
Sus viviendas eran chozas (hued) construidas
con ramas, teniendo forma de cúpula de 2 a 3 m
de diámetro en cada una de las cuales convivían
los integrantes de una familia.
Su lengua forma parte de la familia lingüística mataco-guaycurú, subfamilia
mataco-mata guayó. Este grupo incluye a otras etnias: chorote, maká, chulupí,
mataguayo y vejoce. En cuanto a éstos últimos su filiación con los wichí
actuales (hacia 2006) es tan estrecha que se los considera simplemente como
una parcialidad étnica.
Tovar señaló en 1961 la existencia de tres dialectos wichís:
• Dialecto vejoz (o wehwos): hablado en Embarcación (Salta).
2. La vestimenta consistía primitivamente en el uso de pieles que cubrían el
cuerpo, siendo reemplazadas más tarde por las mantas tejidas en telar, que
envolvían piernas y abdomen, dejando el torso al descubierto.
Esta costumbre era compartida por hombres y mujeres.
Los considera incluidos dentro de los grupos étnicos físicamente mejor
conformados de América. Racialmente pertenecen a la misma especie de los
pueblos pampeanos (Charrúas, Patagones, Araucanos, etc.) opinión en la que
coinciden la mayoría de los antropólogos que consideran a los pueblos de las
llanuras como una gran familia racial. Una complexión recia, alta estatura y
proporciones armónicas y elegantes son las características generales de los
Tobas, Wichís y Pilagás. D` Orbigny en su obra "El hombre americano" destaca
su figura robusta, las piernas gruesas, la espalda ancha y el pecho saliente;
observando en las mujeres las caderas y pechos anchos, asegurando además,
no haber visto caso de obesidad en estos pueblos. La cabeza es grande y
predominan las caras de contorno oval y pentagonal, la
nariz es de base ancha y los ojos almendrados presentan
en algunos casos el pliegue mongólico. El cabello es lacio
y negro, la barba es escasa y rala, los labios son gruesos,
las extremidades delgadas y de músculos alargados se
insertan en el tronco corto y macizo. Las manos son largas
y de anchura mediana
Ya en el siglo XVI habían adoptado un sedentarismo casi completo, poseyendo
paraderos y asentamientos en las orillas de los ríos.
3. Su sistema de creencias ha sido incluido por los antropólogos en el animismo y
el chamanismo, rendían culto a los seres de la naturaleza y poseían la noción
de un ser superior (Tokuah o Tokuaj) que regía al mundo.
Las mujeres Wichí fabrican a base de semillas y palitos numerosos trabajos
como collares, pulseras, aros, cortinas, yicas, cinturones y adornos.
Entretejiendo semillas con fibras de chaguar y adornando con bolitas de barro y
conchas. Obtienen diseños muy originales verdaderamente poco vistos.
Las especies de árboles y arbustos de la zona provén las semillas necesarias
para hacer numerosos diseños, intercalando tipos y posiciones de semillas y
palitos.
Las semillas se entraman utilizando hilo de chaguar para enhebrarlas el que
confiere gran resistencia al tejido que se forma.
Su agricultura antes del siglo XX
apenas superaba el estadio de la
4. horticultura, ya que pese al influjo andino indicado mantenían (y aún hoy
practican) el modo de producción cazador-recolector. Su sustento principal era
la caza, la pesca y la recolección. Es así que mientras las mujeres se
dedicaban al cultivo de pequeños zapallos. Todos en cuanto les fuera posible
se dedicaban a la recolección estacional de cocos de palmera (pindó, yatay y
caranday), algarroba, porotos cimarrones, tuna, tasi y miel.
Los ciclos de obtención de recursos alimentarios significaron que organizaran
su calendario de un modo circular: el inicio de año (okä nek' chum) se
celebraba ritualmente en el tiempo que corresponde al mes de agosto, desde
ese inicio de año sucedía la estación llamada nawup ("luna de las flores"),
luego le seguía desde noviembre la yachup ("luna de las algarrobas"), tras ésta
a fines del verano austral venía la estación lup ("luna de las cosechas"),
siguiéndole la fwiyeti(up) ("luna de las heladas").
Como entre muchos otros pueblos cuyo modo de producción ha sido hasta
hace poco principalmente el cazador-recolector la situación ecológica de
interdependencia con los animales es tal que los wichí suelen darle el
calificativo de "hermanos" a los animales.
Sus utensilios y artefactos eran principalmente
de madera (por ejemplo los "palos de labranza"
que mantenían alguna semejanza con las llakta
de los pueblos ándidos), aunque realizaban
obras de cestería, cerámica, piedra pulida y
textiles como las yika o bolsas de caraguatá
(Bromelia hieronymi) también conocida como
chaguar) muy usado para Wichí confeccionar
sus elegantes morrales y bolsos llamados yiska.
La cultura wichí es una de las culturas del Gran Chaco, con características
similares a la de las demás etnias de pueblos originarios por su relación con la
naturaleza: el contacto permanente con el monte, el río, los pájaros.
En la etapa de subsistencia del pueblo wichí, los sonidos y cantos de la
naturaleza tuvieron un lugar muy destacado en las luchas y en las conquistas.
Los cantos y las danzas eran protagonizados por los chamanes y algunas
personas con capacidades muy especiales para proteger a los humanos de
seres extraños. Vivían así en armonía con la naturaleza como parte de la
misma creación. Para la cultura wichí, los sonidos y todo lo que hace ruido está
relacionado con la vida. Por eso tienen mucha importancia para la subsistencia
de las familias. La pesca, la marisca, la recolección de frutos del monte y las
actividades hechas por las manos de las mujeres wichí son actividades que se
acompañan por cantos y por sonidos de la naturaleza para alentar o comunicar
buenos o malos mensajes. Estas actividades están protegidas según normas
establecidas por los integrantes de la comunidad.
El canto, que expresa tristeza, alegría o búsqueda, pertenece a cada clan
familiar y es con el mismo que el clan se identifica. Se escuchan a veces
5. cantos de pájaros imitados por personas para atraer y elegir la presa. Se oyen
mujeres y varones que entonan melodías cuando un ser querido está enfermo
o para conservar en la memoria a personas que fueron importantes por las
actividades en las que tuvieron participación. Todo esto es parte de la cultura
wichí de la zona, y como toda cultura aborigen, tiene además el recurso de la
lengua oral, una riqueza cultural que muchas veces no se refleja en la
expresión escrita por ser una lengua ágrafa desde hace muchos siglos. Sin
embargo, son un pueblo con
capacidad de transmitir, de
generación en generación, lo
propio de su cultura.
En este sentido, las capacidades
de expresión artística constituyen
un recurso estratégico para
fortalecer y avanzar en la defensa
de la identidad de cada wichí y de
la pertenencia al clan familiar.
Formaban comunidades relacionadas por parentesco; cada una de éstas
estaba administrada por un jefe anciano y un consejo comunitario de varones
que gobernaba cada aldea (huef o huet). Varias comunidades o grupos
parentales formaban parcialidades.
Los Wichí son la etnia más importante del chaco salteño. Aunque no hay datos
confiables, se estima que hay unos 80.000
Wichís en la Argentina, de los cuales 15.000
habitarían la provincia de Salta. También viven
en el Chaco y Formosa.
6. Cuidar la naturaleza y quererla como ellos lo hacen.
JORGE ANGEL –ANDREOLI FRANCISCO 5B