Las escalas “Gáleo” surgen para la planificación de actividades de montaña para alumnado con discapacidades y recogido por Pérez Brunicardi, D., López Pastor, V. M. e Iglesias Sanz, P. en el libro “Atención a la diversidad en Educación Física“, de la Ed. Wanceulen (2004; pp.152-157).
Escalas “Gáleo” (Brunicardi, López e Iglesias, 2004)
1. Módulo: “Actividades físicas para personas con discapacidades”
ESCALAS “GÁLEO” PARA LA PLANIFICACION DE
ACTIVIDADES DE MONTAÑISMO PARA ALUMNADO
CON DISCAPACIDADES O NECESIDADES
ESPECIALES
I. CONDICIONANTES ESPECIALES PARA LA PRÁCTICA DEL
MONTAÑISMO
A. CONDICIONANTES SENSORIALES
Los sentidos son determinantes en una actividad que se realiza en un medio
complejo, de numerosos estímulos y de condiciones en ocasiones impredecibles. Sin
duda, debido a su trascendencias para la locomoción, la vista es la más significativa de
los sentidos.
La invidencia o cualquiera de las deficiencias visuales suponen un gran
condicionante para practicar el montañismo, como para casi cualquier actividad
cotidiana. Sin embargo, las labores que se vienen realizando en esta campo han dado
fructíferos resultados en nuestro deporte, gracias a los trabajos realizados por la ONCE
y la Federación Española de Deportes para Ciegos.
La sordera puede resultar un problema para la seguridad de la persona al carecer
de uno de los canales de comunicación más eficaces, independientemente de la visión.
Además, los estímulos sonoros de la naturaleza suponen un gran aliciente del que estas
personas no pueden disfrutar.
El equilibrio, como sentido vinculado a la estabilidad y a la orientación relativa
del cuerpo, puede suponer una gran condicionante si se ve alterado, especialmente
durante los desplazamientos en terrenos con grandes desniveles o con apoyos inestables
o pequeños.
B. CONDICIONANTES MOTRICES
Pérdida de algún miembro, la imposibilidad de controlarlo o moverlo
supone un fuerte condicionante, especialmente las piernas, pues la marcha es la acción
motriz fundamental para el desplazamiento por montaña.
Problemas coordinativos más o menos globales, que afectan a determinados
movimientos a la capacidad motriz en general. Su causa puede ser diversa, desde
aspectos emocionales o psíquicos hasta puramente orgánicos o anatómicos. En
ocasiones estos condicionantes vienen dados por la escasa edad de la niña/o.
Limitaciones en las capacidades físicas, en especial la resistencia aeróbica y
anaeróbica láctica.
Son frecuentes los problemas cardiovasculares o respiratorios que
condicionan enormemente la práctica del montañismo. Una carencia coronaria, un
problema en la circulación sanguínea o una limitación pulmonar, por ejemplo el asma,
pueden limitar enormemente la práctica de este deporte.
También en frecuentes ocasiones se presentan problemas del aparato músculo
esquelético que limitan su capacidad de generar movimiento por debilidad, atrofia,
problemas de crecimiento o involución y deterioro. Por ejemplo, la capacidad muscular
de una persona con Síndrome de Duchenne1.
1
Miopatía o distrofia muscular hereditaria que conduce al debilitamiento regresivo de la musculatura al
irse transformando las células musculares en tejido conjuntivo.
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2. Módulo: “Actividades físicas para personas con discapacidades”
En esta categoría se encuentran aquellas personas sedentarias cuya condición
física para la práctica de este deporte sea muy baja.
También en este grupo se encuentran las niñas y niños pequeños, cuyas
cualidades físicas aún no han madurado lo suficiente.
Aunque no son propiamente motrices, algunos condicionantes fisiológicos
determinan las posibilidades de realización de ejercicio físico continuado, especialmente
aquellos que están vinculados al transporte de sustancias responsables de mantener en
movimiento al cuerpo. Entre los más destacados están la diabetes, las anemias,
hemofilia, anorexia, etc.
Las dificultades de aprendizaje motor son también un condicionante cuando
se trata de desarrollar una labor de enseñanza de las técnicas de montañismo.
C. CONDICIONANTES PSÍQUICOS
Entre los condicionantes psíquicos nos referimos tanto a los cognitivos como a
los emocionales.
Sin lugar a duda, son estos últimos, los más significativos para la práctica de esta
actividad física caracterizada por su realización en entornos muy diferentes de los
habituales para sus practicantes. El desconocimiento y el distanciamiento del entorno
habitual suponen una dificultad añadida a la propia práctica de actividad física. Así
mismo, aunque se trate de una actividad física individual, es normalmente una situación
de encuentro y socialización con quienes se comparte la actividad.
Teniendo en cuenta estas premisas, entre estos condicionantes emocionales
destacaremos los siguientes:
Los trastornos de la conducta suponen una importante condicionante cuando
se trate de desarrollar una actividad tan compleja como el montañismo. Los problemas
de comportamiento en un medio como la naturaleza aumentan sus consecuencias y con
ello las necesidades de control (y autocontrol) de la actividad y de los participantes.
También las diferencias entre culturas y costumbres deben tenerse en cuenta
para la realización de una actividad física en el que se desarrollan muchas de las
actividades y rutinas de la vida cotidiana (comer, asearse, dormir, etc.). En este sentido,
no sólo tendremos en cuenta las diferencias étnicas, sino también las culturales de
diferentes grupos sociales, incluso de una misma ciudad, o las existentes entre las
diferentes generaciones.
Determinados condicionantes psicológicos, tratándose de una actividad que en
ocasiones puede generar cierta incertidumbre, y con ello temor e incluso inhibición y
bloqueo, la susceptibilidad de las personas ante la percepción del riesgo, por mínimos
que sea el peligro real.
Los condicionantes cognitivos tienen menor trascendencia, pero deben tenerse
en cuenta igualmente.
La falta de comprensión de las consignas básicas para la organización y el
desarrollo de la actividad supone un condicionante importante. Existen diferentes
grados de deficiencia mental, especialmente en los procesos de inducción, deducción,
generalización y transferencia cognitivas. Éstos son ligera, severa y profunda (Landívar
en Arráez, 1998:21), según en el nivel de desarrollo cognitivo en el que se haya
quedado en su maduración.
Existen otros condicionantes a tener en cuenta en esta categoría: las dificultades
de aprendizaje. Pueden referirse a aspectos memorísticos, atencionales, verbales,
lingüísticos, etc. Para la práctica de actividades de montañismo es necesario que el
alumnado recuerde rutinas, se familiarice con el uso de materiales, etc., por lo que estos
condicionantes ha des ser tenidos en cuenta. Landívar (Arráez, 1998) establece las
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diferencias entre evolutivos y académicos, aunque nosotras también vinculamos estas
dificultades a los aprendizajes motores, y no sólo a los cognitivos.
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4. Módulo: “Actividades físicas para personas con discapacidades”
II. BARRERAS Y NIVELES “GÁLEO” DE ACCESIBILIDAD
A. COMPLEJIDAD E INESTABILIDAD DEL TERRENO.
Compromete enormemente las cualidades coordinativas y sensoriales de las
participantes, requiriendo mayor esfuerzo físico y mayor número de toma de decisiones.
Al mismo tiempo, el riesgo percibido y el peligro real generan incertidumbre
determinando enormemente las posibilidades reales de realización de la actividad, al
margen de sus posibilidades reales.
• Terreno (T):
a) T0: Caminos amplios, de firme uniforme, en
ausencia de vegetación y otros elementos que
dificulten el tránsito o que aumenten la
incertidumbre.
b) T1: Senderos con firmo sólido, pero sinuosos y con
vegetación frondosa en sus márgenes. En ocasiones
con obstáculos salvables como regueros o pequeñas
rampas.
c) T2: Senderos angostos, con frecuentes obstáculos
salvables. Las condiciones ambientales bastantes
imprevisibles.
d) T3: Rutas de montaña de gran complejidad, con frecuentes obstáculos, algunos con
cierto peligro, donde en ocasiones requiere técnicas de progresión especiales (roquedo,
pedreras, neveros, etc.). Las condiciones ambientales pueden ser muy imprevisibles o
con claros rasgos adversos.
B. CONDICIONES AMBIENTALES ADVERSAS:
En especial cuando la actividad se desarrolla en ambientes hostiles para el
organismo como el frío o el calo extremo, el polvo, polen y otros agentes alérgicos, etc.
La imprevisibilidad de los acontecimientos naturales supone otra barrera especialmente
organizativa, aunque también para los participantes. La meteorología, el peligro de
desprendimiento, entre otros agentes determinan esa inestabilidad y esa complejidad de
la que hablamos.
• Condiciones ambientales (MA):
a. MA0: Condiciones estables y previsibles.
b. MA1: Indicios de inestabilidad meteorológica o
de problemas ambientales leves.
c. MA2: Previsión certera de problemas
ambientales leves (alergias, lluvia, frío
moderado, etc.).
d. MA3: Condiciones ambientales adversas severas
(tormentas, nevadas, calor y frío extremo, etc.).
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5. Módulo: “Actividades físicas para personas con discapacidades”
C. PENDIENTE:
Medida de intensidad y exigencia física. Salvar grandes desniveles en poco
recorrido supone un aspecto determinante y fácilmente cuantificable para el cálculo de
la intensidad de la ruta2. Tendremos en cuenta también la pendiente en bajada, pues
supone un gran esfuerzo muscular y coordinativo, especialmente en pendientes de tercer
grado (superiores al 50%).
• Pendiente de ascenso y de descenso (P):
a. P0: Pendientes menores del 5%.
b. P1: Pendientes del 5-20%.
c. P2: Pendientes del 20-50%.
d. P3: Pendientes del 50-100% (más del 100% sería
escalada).
D. DISTANCIA O DURACIÓN DEL RECORRIDO:
La distancia a recorrer, que en función del ritmo de marcha se traducirá en una
duración determinada de la actividad, y por lo tanto del esfuerzo. Lo normal es que el
ritmo de marcha sea de 4 km/h, pero este ritmo se puede reducir mucho, hasta 1 km/h.
Conociendo el ritmo sabremos la duración3.
• Distancia o Duración del recorrido (D):
a. D0: Recorridos menores a 1 km o a 2 km sin
desniveles significativos.
b. D1: Recorridos de 1-5 km ó entre 2-10 km sin
desniveles significativos.
c. D2: Recorridos de 5-12 ó 10-20 sin desniveles
significativos.
d. D3: Recorridos superiores a 12 km ó a 20 km sin
desniveles significativos.
E. AUTONOMÍA DEL GRUPO:
La necesaria autonomía del grupo respecto de otros agentes de posible ayuda
externa, es decir, al grado de aislamiento o de incapacidad de autoayuda. Viene
condicionada por diferentes factores:
• Comunicación con el exterior, gracias al teléfono móvil esta barrera se ha
reducido enormemente, aunque no debemos olvidar la escasez de cobertura
en la montaña y la posibilidad de utilizar radiotransmisores.
• Capacidad de autoayuda del grupo, determinada por el número y
capacitación de los responsables del grupo y de los materiales y equipo
utilizados. En estos casos el ratio se reduce hasta 1:2 e incluso 1:1; o menor
cuando existen, además de los acompañantes de cada persona, técnicos
responsables del grupo.
2
La pendiente se puede medir en porcentajes, conociendo la distancia recorrida y el desnivel salvado. Por
ejemplo, subir 10 m cada 100 m de recorrido es un 10% de pendiente. Un 100% equivale a una pendiente
de 45º. En escalada los porcentajes no sirven de nada, pues siempre se supera el 100% de pendiente. En
este caso se utilizaría el ángulo como magnitud, siendo 90º la vertical.
3
En montañismo también existe una forma de cuantificar los tiempos teniendo en cuenta el desnivel
acumulado positivo (de ascenso), sumando la mitad del tiempo estimado a la duración del recorrido en
horizontal. Normalmente se viene tardando una hora en ascender 400 m de desnivel, aunque del mismo
modo con determinadas personas se puede venir ascendiendo 100 m de desnivel en el mismo tiempo.
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6. Módulo: “Actividades físicas para personas con discapacidades”
• Accesibilidad de grupos externos de socorro. En la montaña las posibilidades
de socorro son muy limitadas en frecuentes ocasiones: terrenos escarpados,
bosques frondosos, etc.
• Distanciamiento de lugares de evacuación o socorro. Este aspecto se tendrá
en cuenta para cuantificar el tiempo en poder realizar un autosocorro o en
que la ayuda externa nos llegue a nosotras.
• Autonomía del grupo (A):
a. A0: Total autonomía del grupo o grandes posibilidades de ayuda externa, fácil
comunicación y proximidad del punto de apoyo externo.
b. A1: Grupo con ciertas carencias en el ratio o transitando por terrenos algo alejados
o con determinadas dificultades para el acceso del apoyo externo.
c. A2: Grupo con grandes carencias en el ratio
o bastante aislados del exterior. Cualquier
contratiempo supone una minuciosa labor de
socorro externo o de autosocorro.
d. A3: Total aislamiento con el exterior o nula
autonomía de las personas que participan.
Requiere de grandes planes de previsión de
accidentes o incidentes y de una gran
capacitación para el autosocorro de los
responsables de la actividad.
Ninguno de estos factores puede ser tenido en cuenta si ni siquiera hemos
realizado una escrupulosa planificación y previsión de la actividad.
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7. Módulo: “Actividades físicas para personas con discapacidades”
III. TABLA “GÁLEO” DE NIVELACIÓN DE LAS BARRERAS DE ACCESIBILIDAD EN FUNCIÓN DE LOS
CONDIOCNANTES ESPECIALES DE LOS PARTICIPANTES PARA LA PRÁCTICA DEL MONTAÑISMO
CONDICIONANTES FÍSICOS O SOMÁTICOS CONDICIONANTES PSÍQUICOS
SENSORIALES MOTRICES EMOCIONALES O MENTALES
AFECTIVOS
Oído
Equilibrio
Coordinativo
Cultura
Aprendizaje
Vista
Segmentario
Fisiológico
Conducta
Psicológico
Condicional
Aprendizaje
Emberazo
Intelectual
Terreno
Ambiente
Pendiente
Distancia
Aislamiento
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8. Módulo: “Actividades físicas para personas con discapacidades”
NIVELES “GÁLEO” DE ACCESIBILIDAD
1) Terreno (T):
a) T0: Caminos amplios, de firme uniforme, en ausencia de vegetación y otros elementos que dificulten el tránsito o que aumenten la incertidumbre.
b) T1: Senderos con firmo sólido, pero sinuosos y con vegetación frondosa en sus márgenes. En ocasiones con obstáculos salvables como regueros o
pequeñas rampas.
c) T2: Senderos angostos, con frecuentes obstáculos salvables. Las condiciones ambientales bastantes imprevisibles.
d) T3: Rutas de montaña de gran complejidad, con frecuentes obstáculos, algunos con cierto peligro, donde en ocasiones requiere técnicas de progresión
especiales (roquedo, pedreras, neveros, etc.). Las condiciones ambientales pueden ser muy imprevisibles o con claros rasgos adversos.
2) Condiciones ambientales (MA):
a) MA0: Condiciones estables y previsibles.
b) MA1: Indicios de inestabilidad meteorológica o de problemas ambientales leves.
c) MA2: Previsión certera de problemas ambientales leves (alergias, lluvia, frío moderado, etc.).
d) MA3: Condiciones ambientales adversas severas (tormentas, nevadas, calor y frío extremo, etc.).
3) Pendiente de ascenso y de descenso (P):
a) P0: Pendientes menores del 5%.
b) P1: Pendientes del 5-20%.
c) P2: Pendientes del 20-50%.
d) P3: Pendientes del 50-100% (más del 100% sería escalada).
4) Distancia o Duración del recorrido (D):
a) D0: Recorridos menores a 1 km o a 2 km sin desniveles significativos.
b) D1: Recorridos de 1-5 km ó entre 2-10 km sin desniveles significativos.
c) D2: Recorridos de 5-12 ó 10-20 sin desniveles significativos.
d) D3: Recorridos superiores a 12 km ó a 20 km sin desniveles significativos.
5) Autonomía del grupo (A):
a) A0: Total autonomía del grupo o grandes posibilidades de ayuda externa, fácil comunicación y proximidad del punto de apoyo externo.
b) A1: Grupo con ciertas carencias en el ratio o transitando por terrenos algo alejados o con determinadas dificultades para el acceso del apoyo externo.
c) A2: Grupo con grandes carencias en el ratio o bastante aislados del exterior. Cualquier contratiempo supone una minuciosa labor de socorro externo o
de autosocorro.
d) A3: Total aislamiento con el exterior o nula autonomía de las personas que participan. Requiere de grandes planes de previsión de accidentes o
incidentes y de una gran capacitación para el autosocorro de los responsables de la actividad.
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